El Profesor
By: Askarsha
Capitulo 6
"Diciembre"
Ese lunes en la mañana llegó imponiéndose como siempre, colocando su maletín sobre el escritorio y repasando la sala con su mirada fría, perfeccionada por años y años de tratar de alejar a los estúpidos y hacerse un nombre a pesar de su baja estatura.
Los mocosos al parecer ya habían aprendido en esos dos meses que debían esperarlo con sus útiles listos sobre la mesa y en completo silencio. El placer del miedo y el respeto que generaba era uno de sus vicios, además del café.
-abran su libro en la página 76, comenzaremos con la segunda unidad- dijo colocando el título en la pizarra, tras de él se escuchaban el abrir de los libros y el pasar de las hojas.
La clase ya se había adaptado a su ritmo, de pensar rápido y asimilación de contenidos uno tras de otro. Él, a diferencia de muchos de sus colegas, creía que en verdad los alumnos tenían potencial dentro suyo, y que eran puras excusas esas cosas del déficit atencional o que algunos aprendían más lentos. A presión todos aprenden, y aprenden bien. Es por ello que aplicar el miedo era tan productivo, aunque lamentablemente algunos lo creían poco pedagógico.
Como siempre, Arlelt sabia todas las preguntas abiertas que hacía a la clase, Ackerman respondía sus preguntas exactamente igual a como él las había dictado con su tono monótono y casi militar, y los dos grandotes sentados detrás de Leonhart, Reiner y Berthold, jugaban con algo en un papel mientras anotaban lo que él dictaba . Todo como de costumbre.
A excepción del gran moretón que tenía Eren bajo el ojo izquierdo.
Aquello lo tuvo inquieto durante la hora de clases, su vista se desviaba sin que se diera cuenta una y otra vez hacia el ojo hinchado de Eren. Pensó que estaba siendo discreto, que el rápido movimiento de sus ojos no era percibido tras el libro que sostenía casi a la altura de su rostro, pero se dio cuenta que se había equivocado cuando su mirada quedo enganchada en aquellos ojos verdes con rasgos azulados, que pronto le miraron confusos.
-eehh….. ¿Me tiene alguna pregunta…. profesor?- preguntó tímidamente Eren, mirando nervioso a sus compañeros.
Parpadeo y miró aquellos ojos que le veían expectante. Dijo la primera pregunta que se le paso por la cabeza, una estupidez que hasta un perro podía responder. El resto de la clase no volvió a mirar a Eren.
Al término de la clase guardó sus cosas en su maletín mientras los alumnos tomaban sus mochilas para irse al laboratorio con Hanji. Guardaba de manera innecesariamente fuerte los libros en el maletín, un tanto molesto consigo mismo por haberse desconcentrado en la clase sin haberse percato cuando de pronto una sombra cubrió la mesa.
-señor- saludó Eren, sonriéndole cuando la sala quedo desocupada- ¿me quería preguntar algo?- Rivaille le miró ceñudo ante la suspicacia del mocoso. Decidió quitarse la duda en la cabeza, y de paso se quitaba su enojo con él mismo.
-tu ojo- señalo, esperando que con eso fuera suficiente.
-ahh… jaja si- dijo rozando con sus dedos la piel morada- digamos que a Jean no le gustó la broma que le hice.
- la violencia entre los alumnos está penalizado con suspensión, sea dentro o fuera del colegio- dijo serio, Eren pareció alarmarse porque comenzó a mover sus manos frenéticamente.
-no, no. Me lo merecía- aseguró- Con Mikasa lo amarramos a la columna del salón he hicimos como que lo quemábamos en la hoguera- arqueó una ceja.
-¿le trataron de prender fuego? – preguntó un tanto incrédulo.
-no, más bien, le pintamos la cara como princesa. Idea de Mikasa- pareció avergonzado por un momento, pero al siguiente sacó la lengua travieso- le saque fotos con mi celular ¿quiere verlas?
-no- aunque le parecía tentadora la idea de ver a uno de sus alumno humillado así, prefirió cortar la conversación- la próxima vez que hagas bromas, trata de que no te golpeen.
-tratare- dijo juguetón, tirándose el bolso al hombro- me voy a clases, nos vemos- dijo yendo hacia la puerta despidiéndose con la mano en una postura demasiado informal.
Rivaille sólo cabeceo en despedida, y cuando la puerta se hubo cerrado negó con la cabeza. Aquel mocoso podía ser tan….
Suspiró. Eren era incatalogable.
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-deberías pintarte el ojo, así te emparejas- se burló Jean
-¿Cómo tú?- contra atacó.
-¡niños presten atención!- gritó Hanji desde el frente. Se ajustó los lentes de laboratorio y la bata, estaba listo para tomar los instrumentos de laboratorios cuando unas manos se los quitaron cuando apenas sus dedos rozaban el vidrio de la probeta.
-no estas capacitado- dijo su hermana, comenzado a seguir las instrucciones de la profesora dejándolo totalmente de lado.
-vamos Mikasa, tu siempre haces todo- se quejó haciendo un puchero, la chica le miró de reojo, sin doblegarse.
-no
Se desparramó por la silla, aburrido. Se levantó los lentes dejándolos por sobre la frente, con los mechones de cabello levantados de forma graciosa gracias a los lentes, dejando toda su frente descubierta. Miró ceñudo a su hermana que mezclaba los líquidos según la profesora indicaba.
-muy bien ahora deben ir llenando esta planilla según las reacciones que van teniendo los elementos- dijo Hanji paseándose entre los mesones del laboratorio entregando la guía de trabajo- al final de la guía hay unas preguntas que deberán responder. Apenas terminen se acercan al frente.
-Eren, anota lo que voy diciendo.
-sí, si- dijo aburrido sacando un lápiz del bolsillo, anotando lo que su hermana decía. Rellenó las primeras hojas según lo que le dictaba Mikasa, luego la chica le quito la hoja he hizo las preguntas de desarrollo- nunca me dejas hacer nada – se quejó haciendo un mohín de disgustos hacia su hermana, Mikasa apenas lo miró.
-entonces responde esa- le dijo apuntando una de las preguntas. La leyó un par de veces y le entregó de nuevo la hoja, no entendía nada- no te quejes.
-mandona – murmuró por lo bajo.
Se desparramó por el mesón, mirando a su hermana, Mikasa revisaba concienzudamente la guía antes de asentir levemente y pararse hacia el frente, seguramente a mostrársela a Hanji y ver si había respondido correctamente la guía. De pronto vio su oportunidad.
Sigilosamente, encendió el mechero con el encendedor que guardaba en su bolsillo y acercó la mezcla que había hecho su hermana al fuego, espero unos segundos hasta que comenzó a burbujear. Echó una mirada al frente, Mikasa conversaba con la profesora.
Se bajó los lentes, ajustándolos, y tomo un tubo de ensayo echándole un poco de líquido azul que había sobre el mesón, no entendía las letras que decía la etiqueta, pero le pareció interesante mezclarlo con otro de color ámbar. Movió un rato el tubo hasta que el líquido adquirió un color purpura, sonrió.
-Eren ¿Qué haces?- le pregunto Reiner sentado tras suyo, se dio vuelta a mirarlo y le guiño el ojo. Reiner se miró con Annie, quien solo se volvió a ajustar los lentes y se agacho bajo el mesón.
-mujer de poca fe- le susurro Eren echando la mezcla sobre el frasco que se estaba calentando.
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Rivaille, sentado en su escritorio en la sala de profesores, bebiendo su típico café cargado de la media mañana mientras revisaba exámenes, sólo sintió un gran estruendo y un remesón que provoco que parte de su café se desparramara por sobre la mesa.
Miró por la ventana, los ventanales que estaban en el primer piso del edificio de enfrente estaban quebrados, y por ellas salía un humo blanco denso.
No tuvo que pensar mucho.
-estúpido mocoso- murmuró.
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-simplemente no lo entiendo, no había nada en ese laboratorio que mezclándolo pudiera provocar una explosión- decía Hanji sentada en el comedor mientras Rivaille servía la cena- me preocupé especialmente de traer elementos con baja reacción, ¡prácticamente todos eran neutros! simplemente no entiendo que hizo.
-es un idiota, eso lo explica
-pero aun así…- suspiró llevándose un trozo de carne a la boca- ¡oh por mi santa madre! Debes pasarme algún día la receta de tu carne, siempre te queda tan deliciosa. Serás una excelente ama de casa.
Corporal la ignoró y siguió comiendo su cena. De pronto la mujer se comenzó a reír.
-debiste haberlo visto, tenía la cara llena de un polvo blanco- rio recordando- y todos cerca de él también, fue tan chistoso como estaban todo como piedra, así como tú cuando andas estítico- Rivaille la miró con advertencia- y luego todos comenzaron a correr y a gritar, y Ackerman – en ese punto comenzó a reír mas fuerte- lo tomo de la oreja y lo sacó casi a patadas, ¡ay! Esos dos son para casarse.
-son hermanos- intervino Rivaille.
-hermanastros- corrigió Hanji.
-sí, pero se quieren como hermanos
-sí, eso no lo dudo, pero…. Espera, ¿Cómo sabes tú eso?- pregunto mirándolo serio. Rivaille se encogió de hombros- esto es sospechoso.
-come- le cortó.
-a mí no me puedes ocultar nada, mi pequeño amigo- Zoe se levantó del asiento y comenzó a dar vueltas alrededor de Rivaille- puedo ver a través de ti, yo sé todo- movió las manos de forma "mística" sobre la cabeza de Corporal, el hombre ya se comenzaba a aburrir- veo, sí, estoy viendo algo- dijo cerrando los ojos- te agrada el chico, sí, veo el nombre de Eren. Él te contó ese secreto, él te aseguró que no hay incesto, pero ¿por qué?
Se quedó un rato en silencio, para de pronto abrir los ojos de par en par y soltar un gritito ahogado.
-¡tienen un amor prohibido!
-¡cállate loca!
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-no tienes que decir nada- le soltó a Mikasa a penas la chica entró a su habitación.
-tampoco pensaba hacerlo- aclaró sentando a los pies de la cama, por su parte, Eren tenía un libro de dibujos sobre sus piernas y un lápiz grafito colgaba de sus dedos- sé bien que reconoces tus errores.
- eso es decir algo- le dijo amargamente, volviendo a su dibujo. No dijeron nada por un rato, Eren prefería no hablar, ya se sentía bastante mal por lo que había hecho en el laboratorio, su padre no tuvo pelos en la lengua para decir que su incursión con la química les había costado mucho dinero, y que debía agradecer el que no haya dañado a nadie. Aunque al parecer, eso fue lo necesario para que su padre comprendiera que el área científica no era lo suyo, se había llevado los libros de medicina que siempre dejaba en su cuarto.
-¿tienes castigo?- preguntó su hermana tras un rato, Eren movió el lápiz desinteresadamente sobre la hoja en blanco, haciendo unos trazos suaves.
-no. Pixie dijo que con el susto era suficiente- torció la boca, él había dicho eso, pero entre palabra y palabra el hombre se carcajeaba a sus anchas "!yo sabía que algún día harías algo como esto!" había exclamado antes de que saliera de la oficina.- nadie me tiene fe
- si fuera así Armin y yo no te seguiríamos en todo- le dijo su hermana con una mirada de reproche.
- si se, lo siento- suspiró y utilizando su rodilla de apoyo, acercó más el cuaderno a su rostro y siguió dibujando- es solo que…. Todos son buenos en algo, todos saben que quieren hacer de su vida, y yo…. ¡hasta Sasha sabe que quiere estudiar gastronomía! Y yo aquí, sin saber hacia dónde va mi micro, cual es mi camino, a veces pienso que no soy bueno en nada- termino desanimado, Mikasa acaricio suavemente su cabello castaño, alentándole.
-eso es mentira- le dijo suavemente- eres bueno en deporte.
-no tanto, me tienen en el equipo porque soy rápido y adelanto la pelota
- eres un excelente dibujante.
- y como pintor me moriría de hambre, ni siquiera clasifique para la muestra del colegio
-eres un excelente amigo
- si tan sólo fuera un trabajo tendría mi vida asegurada
- ¡quieres dejar de llorar!- le espetó Mikasa, golpeándolo suavemente con el puño en la cabeza- así no llegaras a ninguna parte.
-lo sé- dijo con la mano sobándose la cabeza, dio un suspiro y dejó el cuaderno junto al lápiz a un lado de la cama- sólo que ahora estoy desanimado.
Se levantó de la cama estirando los brazos, se acercó al armario y sacó un pantalón de deporte y una musculosa, se tiró las prendas al hombro y abrió la puerta de la habitación.
-me voy a duchar- avisó mirando a su hermana- a ver si así se van todos mis putos defectos.
Mikasa suspiró con paciencia mientras veía a su hermano alejarse por el pasillo rumiando y maldiciendo por lo bajo, lo escuchó maldecir aun después de que el cerrara la puerta del baño a su espalda. La chica finalmente sonrió, su hermano nunca cambiaría.
Echó hacia atrás sus largos cabellos negros y miro el cuaderno que su hermano había dejado sobre la cama. Con los dedos lo hizo girar hasta que pudo observar el dibujo de frente, Eren siempre había sido buen dibujante, aunque su indisciplina le había costado la expulsión de todos los talleres de arte, pero ello no quitaba su talento, en especial en los retratos.
Observó los trazos de lo que reconoció como un rostro, el perfil había sido hecho descuidadamente, al igual que el cabello, la barbilla y los labios apenas eran unas líneas que simulaban ser los rasgos, pero no pudo evitar soltar un jadeo cuando sus ojos se congelaron sobre otros hechos de mina, unos que le tomo tan solo un segundo en reconocer.
Los ojos alargados con los parpados a medio cerrar, creando un gesto fiero y frio en aquellos ojos pequeños. Hasta podía ver la pupila coloreada de olivo.
A penas siendo consciente de ello, sacó rápidamente su celular del bolsillo y le saco varias fotos al dibujo, con la manos un tanto sudadas vio las fotografías, asegurándose de haber capturado bien la imagen. Bloqueo la pantalla y guardo el celular en el bolsillo, mientras que con la otra mano giraba el cuaderno y lo dejaba como lo había colocado su hermano.
-¿quieres decirme algo más?
Mikasa se giró, tratando de que su nerviosismo no se notara en su mirada, Eren estaba con la ropa deportiva puesta, y la toalla húmeda le rodeaba el cuello deteniendo las gotas de agua que caían desde su cabello.
-no- dijo levantándose, Eren la miró una vez más antes de pasar a su lado y arrojarse sobre la cama, tomando el cuaderno de dibujo, cerrándolo y arrojándolo sin mucho cuidado en el escritorio cerca de su cama- que descanses.
-tu igual
Mikasa apenas cerró la puerta de su habitación encendió su computadora, tecleando nerviosamente ingresó a la página del instituto y cliqueo donde rezaba "cuerpo docente", con la rueda del mouse comenzó a bajar, pasando la mirada veloz ante las fotografías que aparecían, hasta que se detuvo en la que andaba buscando.
La cara seria, el gesto osco de sus labios y el peinado perfecto casi all estilo militar le observaba desde la pantalla del ordenador. Sacó su celular y abrió la galería de fotos, buscando la última que había sacado, colocándolo junto a la imagen del computador.
Era la misma mirada.
Los mismos ojos.
Mordió su labio nerviosamente, estaba tentada en llamar a Armin y pedirle ayuda, él podría darse cuenta de si algo estaba pasando. Dejo su celular al lado y se quedó observando la fotografía del hombre, de Rivaille.
Torció la boca, por ahora no haría nada, necesitaba estar segura antes de hablar con Armin y con el mismo Eren.
Por ahora, sólo observaría.
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Cuando esa mañana de diciembre Rivaille se levantó de su cama y sintió ese frio que tan bien conocía, algo seco, que calaba por entre la ropa hasta llegar hasta los huesos, pero aun así, agradable, sonrió levemente, no de una forma feliz, ni tampoco condescendiente, fue más bien como si dejara que la melancolía y los recuerdos se escurrieran por la curva de sus labios.
Se levantó, dejando que sus pies descalzos rozaran la alfombra chaggy, se acercó a la ventana y con un movimiento rápido descorrió las cortinas dejando el panorama blanco frente a sus ojos. La primera nevada del año, y una muy densa, pudo apreciar al ver a las saca-nieves paseándose por las calles y despejando los caminos.
Sus ojos se oscurecieron con melancolía, la nieve blanca era como una pantalla que lo transportaba a recuerdos del pasado, ¿ya cuantos eran? ¿Quince, dieciséis? Prefería ni siquiera pensar en ello, pero inevitablemente sus recuerdos volvían aun a pesar de sus deseos, y como tal ocurrió esa mañana nevada, las balizas rojas iluminaban la nieva y la cinta amarilla que cortaba el perímetro de una casa volvió como fotografía a su retina.
Se alejó de la ventana y ajustó el termostato que estaba instalado junto a la puerta de la habitación, tan sólo unos centígrados más y con un buen café trataría de alejar los malos recuerdos.
Salió de su habitación, y mientras avanzaba por el pasillo hacia la cocina, a su mente llegó un segundo recuerdo, uno más conciliador que el primero. Una taza de chocolate caliente frente a él, siendo sostenido por unos guantes felpudos rosa, y dos sonrisas. Una, en el rostro de una niña con un cabello con un horrible corte y unos lentes gigantes para su rostro, y la otra en el rostro de un chico rubio, que posaba su mano sobro su decaído hombro.
Una sensación tibia avanzó por su pecho, exactamente igual al calor de ese chocolate que bebió ya dieciséis años atrás que vino acompañado de las palabras:
- El chocolate alivia el dolor- levantó la mirada, ni siquiera se había percatado que no estaba sólo. Hanji estaba sentada sobre el sillón individual, con una humeante y gigante taza de chocolate caliente entre sus manos.
-así me habían dicho- murmuró acercándose, sentándose en el sillón de tres cuerpos, Hanji le dio la taza la cual acepto sin decir nada. No alcanzó a llevarla a los labios cuando su celular le aviso que había entrado un mensaje.
"Nunca estarás sólo"
Decía el mensaje, con el nombre de Mike Zacharias de remitente. Cerró los ojos y por un momento volvió a revivir todo.
Las maletas habían sido botadas a un lado de la calle, justo al traspasar la cinta amarilla que enmarcaba la entrada de su casa. Mamie lloraba histérica junto a unos policías que trataban de calmarla, pero ella movía su cabeza de un lado a otro, haciendo que su cabello gris se saliera de su moño.
Hundió la cabeza, dejando que la bufanda tapara la mitad de la cara mientras sus ojos observaban las manchas rojas que adornaban la salida de su casa sobre la nieve tierna. Había estado tan feliz de poder llegar a casa para la primera nevada.
De pronto, un jadeo general de la gente que se había reunido tras él le hizo mirar por la puerta destrozada de su casa, dos camillas de metal estaban siendo sacadas, y sobre ellas, dos grandes sacos blancos.
Manie lloriqueo y tuvo que ser sostenida por uno de los policías. No necesitaba que nadie le dijera, que adentro iban sus padres.
-dijeron que fue un robo- escuchó murmurar.
-que horrible, se ensañaron con ellos.
-shh… está el pequeño Lance.
Corporal arrugó la nariz, sintiendo que las lágrimas comenzaban a bajar por sus mejillas. Su padre también se llama Lance, o se llamaba. La contracción de su pecho hizo que comenzara a faltarle el aire, y sin darse cuenta, estaba hipando del llant, mientras las lágrimas caían cual rio por su cara hasta caer en la bufanda, y las manos enguantadas estaban cerradas en férreos puños.
-toma
Una vocecita le hizo mirar a un lado, una niña con el pelo cobrizo, con los mechones saliéndole desordenadamente por debajo del gorro le miraba con una pequeña sonrisa, sus grandes gafas se encontraban un tanto empañadas por el vapor que salía de la taza que llevaba entre sus manos enfundadas en unos guantes rosa muy chillón. Tras ella, un niño un poco más alto lo miraba con una sonrisa más recatada, su pelo castaño, casi rubio, se notaba bajo el gorro azul que llevaba.
-el chocolate alivia el dolor- le dijo la niña extendiéndole la taza, el olor al chocolate caliente llegó a su nariz roja por el frio. Le dio un pequeño sorbo, dejando que la textura densa del líquido le calentara por dentro.
El otro niño se acercó un poco más a él, y en un gesto un tanto torpe, le posó su mano sobre su hombro, dándole un pequeño apretón a la vez que su sonrisa se ampliaba un poco más, una sonrisa confortadora.
-nunca estarás solo- le dijo. La niña se posicionó a su otro lado y enrolló sus brazos en uno de los suyos, a la vez que le instaba a seguir bebiendo chocolate.
Corporal asintió levemente, dejando que el olor a chocolate borrara el ruido de la gente y la luz de las balizas.
Abrió sus ojos, la taza humeaba justo bajo su nariz. No se sorprendió de ver una de las manos de Hanji sobre las de él.
-gracias- musitó, mirando a Hanji con una sonrisa verdadera en los labios y sus ojos inundados de emoción. Mientras bebía el chocolate, a Hanji le pareció ver nuevamente a aquel pequeño niño pelinegro que lloraba en la nieve.
-no hay de qué- respondió mirándolo con cariño.
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-¡Malditos parciales!
-¿quieres callarte? No me dejas estudiar
-eso no te lo crees ni tu
Eren recibió con molestia el puño juguetón que Jean empujo contra su mejilla. Estaban en una de las salas de estudio en el cuarto piso, la biblioteca, que estaba en el mismo piso, estaba abarrotada de alumnos que estudiaban para sus exámenes.
-vamos, queda poco- alentó Armin- además, la próxima semana comienzan los parciales y después son dos semanas de vacaciones.
-¡navidad!- exclamó con alegría Krista balanceando entre sus dedos su lápiz con punta de pelusa rosa- deberíamos hacer un amigo secreto, este será nuestro último año juntos.
-es una buena idea- alabó Bertholdt- ¿pero quieres que seamos todos los del a generación o sólo nosotros, los amigos?
-pues había pensado que nosotros- murmuro la chica- después de todo hemos estado juntos desde primaria.
- y dudo que alguien quiera darle un regalo a HItch – soltó Ymir con tono despectivo, a lo que varios asintieron, esa chica era realmente odiosa.
-le avisare a Marco- dijo Jean mandando un mensaje desde su celular. Marco era el mejor amigo de Jean, por cosas del destino, al pasar a la educación superior, fue el único que quedó sorteado para el curso paralelo, pero aun así siempre se juntaba con ellos fuera del colegio. Sin embargo, eran muy buenos amigos, Eren dio una mirada rápida a Armin, en el cual una sombra cubrió sus ojos por unos momento.
El castaño suspiró y pasó su brazo tras la silla de su amigo, sentado junto a él, y le acaricio suavemente el hombro con sus dedos, transmitiéndoles ánimos. El rubio se giró a verlo con una sonrisa agradecida.
-ya parecen novios- les soltó Annie mirándolos, Armin se sonrojo, mientras que a Eren la sonrisa picaresca apareció en su rostro.
-si fuera gay estaría casi seguro que terminaría con Armin- afirmo abrazando a su amigo, al cual los colores hacían estragos en su rostro.
-¿te gustan los rubios?- pregunto Reiner siguiéndole el juego y acercándose a él- porque yo también soy rubio.
-si pero a mí me gustan los pequeños y abrazables- dijo Girándose y abrazando al rubio hasta con las piernas.
-Eren… suéltame- rogaba Armin avergonzado, las otras mesas los estaban mirando.
-déjate de pendejadas Jeager- le espetó Jean con el ceño fruncido- "abrazable" ni siquiera es una palabra.
-sí que lo es- dijo retándole con la mirada- y la representa Armin, ¡mira esta carita! ¿no te dan ganas de abrazarlo? Bueno, entonces es abrazable- fregó su mejilla contra la de su amigo, haciéndole cosquillas con su leve barba a la piel tersa de Armin.
-esto es molesto- masculló Jean, haciéndose oír por las risas y comentarios graciosos de los demás, su punto colapsó cuando Sasha les saco una foto a ambos- ya, ya. Estudiemos.
-estas celoso- dijo Eren, no prestando atención a la tensión que adquirió el cuerpo de Armin- porque si fueras gay nunca podrías estar con alguien como Armin, eres demasiado feo y Armin está solo con chicos bonitos.
- ¡¿a quién le dices feo?!- gritó Jean ofendido, mordiendo totalmente el anzuelo de Eren- yo soy todo un galán y soy atento con las chicas.
-con las CHICAS – remarco Eren.
-bueno, también podría serlo con un chico, y si fuera gay estoy más que seguro que Armin me tendría como novio, ¿o no?- dijo mirando al rubio que estaba que se desmayaba.
- ¡qué ridículo!- se burló el castaño apretando a Armin contra su pecho- tú, cara de caballo, no podrías estar con Armin porque yo lo conquistaría primero. Soy encantador, atento, carismático y muchas otras cualidades más. No como tú.
Jean parecía que estaba a punto de hervir de rabia, a pesar de que la discusión era hipotética y, como él mismo había mencionado ya muchas veces, nunca podría ser gay porque le encantaban las mujeres. Aun así, ahí estaba como un volcán a punto de hacer erupción
Se levantó violentamente de la silla, avanzó a grandes zancadas a ambos chicos, Eren aún tenía todas sus extremidades enrolladas alrededor de la figura de Armin. Con un golpe empujó al castaño lejos y tomó a Arlelt por las mejillas.
-¿q- qué vas a hacer?- preguntó nervioso Armin
-besarte- dijo Jean sin inmutarse por el grito histérico que soltó el rubio- así te darás cuenta que soy mejor partido que esa alpargata
-¡no si yo lo beso primero!- gritó Eren tomando a su amigo por los hombros y alejando de Jean.
-¡suéltalo!
-¡no, suéltalo tú!
-¡imbécil!
-¡idiota!
-¡Armin, bésame!- gritaron a coro hacia el rubio que trataba de alejarse de ellos sin resultados.
- ¿se puede saber que están haciendo?- preguntó una voz seria al segundo después que una carpeta llena de hojas se estrellara contra la cabeza de Eren.
-profesor- la voz de Armin sonó aliviada, Rivaille arqueo una ceja mirando al grupo.
-estamos estudiando para los parciales- respondió Jean volviendo rápidamente a su asiento al otro lado de la mesa. Rivaille examinó la mesa hasta que vio la hoja que Krista tenía sobre su cuaderno con sus nombres, la chica pareció darse cuenta porque le respondió sin que alcanzara a preguntar.
-vamos a jugar al amigo secreto- dijo mostrándole la hoja- queda poco para navidad y es nuestro último año juntos, será divertido.
-podrían hacerlo en silencio- miró alrededor, algunas mesas aun los miraban- molestan a los demás.
-lo sentimos- murmuraron todos.
-¿profesor?- llevó sus ojos oliva a Brauss, que le miraba sonriente- ¿no quiere jugar al amigo secreto con nosotros?- Rivaille torció la comisura de los labios en una pequeña sonrisa, negó con la cabeza.
-no lo creo- respondió escueto, Sasha hizo un puchero al igual que Krista.
-pero profesor, usted nos dirige en nuestro último año, nos acompañará para el viaje de despedida y nos estregará las licencias- debatía la rubia mirando a los demás que comenzaron a pensar al respecto.
-¿Cuándo es su cumpleaños, profesor?- pregunto Bertholdt, se encogió un poco cuando el mayor clavó sus ojos en él- para tener la ocasión de regalarle algo como curso…. Al menos- terminó murmurando.
-no es necesario- dijo colocando la carpeta bajo el brazo- si quieren darme un regalo, sáquense buenas notas en las parciales.
-¡eso haremos!
-¿profesor?- Rivaille miró a Eren, quien aún se sobaba la cabeza ligeramente- ¿vio el mail que le mandé?
-sí, lo discutiremos el viernes- respondió escuetamente. Eren asintió contentó y observó al menudo hombre irse, retando a las demás mesas que hablaban muy fuerte.
-¿Qué le enviaste al profesor, Eren?- preguntó Armin.
-las mallas del bachillerato de humanidades y de Arte de la Universidad de Sina- respondió mientras apretaba botones en la calculadora científica- ya que no me puedo decidir qué estudiar me dijo que podía entrar a un bachillerato para no perder el tiempo y comenzar a ampliar mis horizontes.
-creo que sería lo mejor para ti- dijo Reiner colocándole una de sus grandes manos sobre su hombro- porque ya todos nos dimos cuenta que la ciencia no es lo tuyo.
-¡ya paso hace un mes!- chilló sonrojándose.
Todos rieron suavemente. Mikasa solo arrugó levemente el entrecejo, echándole una última mirada al hombre que estaba al otro lado de la sala, con una sensación en su pecho creciendo cada día más.
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Hola a todos. Lo sé, algunos me querrán matar por la demora, pero estos últimos meses he pasado de acontecimiento en acontecimiento en mi vida, y digamoslo así, no había podido escribir por que mi computador estuvo descompuesto casi unos dos meses y todas las cosas que me pasaban me tenían decaída. Ahora no estoy en el nirvana ni mucho menos, pero he vuelto a escribir para poder recrearme y distraerme de todo. Pero no les daré mas la lata. Espero que hayan disfrutado del capitulo, tengo escrito partes saltadas de la historia, he tenido momentos de iluminación últimamente, lamentablemente no puedo decirles con qué frecuencia subiré los capítulos, pero trataré de que no sean muy alejados en el tiempo.
Espero sus críticas, nos vemos en el próximo capítulo =)