¡Hola!
les traigo la segunda y última parte de "sueño de una noche de verano"... me costó un poco de trabajo escribir el final, !espero que haya quedado bien!
muchas gracias a iloveyugiohGX93, ClariEleven, atemxanzulove y Antoinette Gray por sus reviews, me alegra que les haya gustado el primer capítulo y espero que también les guste el final.
y gracias a todos los demás que decidan leer el fic ahora y más adelante =)
Yu- Gi-Oh! y sus personajes no me pertenecen
Tampoco me pertenece "sueño de una noche de verano"
Una vez que ambos cruzaron las puertas, estas se cerraron por completo detrás de ellos. Anzu notó que desde el interior estas ya no parecían ser una pared de piedra, sino que formaban una bonita puerta corrediza estilo japonés. Bajaron con cuidado un escalón que apenas sobresalía del suelo el cual Anzu reconoció como la parte superior del gran trono de piedra, el cual al parecer era la clave para salir y entrar del nuevo cuarto. El faraón soltó a la chica para que pudiera examinar sus alrededores con más libertad… y lo que Anzu observó la sorprendió enormemente.
Esta sala no parecía parte de una tumba egipcia de más de 3000 años, si no que tenía un ambiente que era completamente del siglo XXI y estaba repleta de objetos que Anzu reconocía. El resto del cuarto mental de Yami era oscuro y frío, pero esta habitación estaba muy iluminada y al parecer estaba inspirada en la habitación de Yugi en la tienda de juegos, pero se trataba de una versión mucho más grande y sofisticada. Las paredes eran de color blanco y el piso parecía tener un acabado de mármol. El techo, el cual era muy elevado y estaba pintado de un color azul medianoche contaba con un amplio ventanal muy parecido al de Yugi, por donde podía observarse el oscuro cielo repleto de brillantes estrellas.
Entre las cosas que llamaron la atención de Anzu se encontraban una enorme lámpara de papel japonesa que colgaba del centro del techo, cerca de esta también colgaba un dirigible gris en escala idéntico al dirigible de Kaiba, en el cual había tenido lugar la final de ciudad batallas. En la esquina izquierda al fondo había una cama enorme con un elegante edredón gris la cual estaba repleta de cartas de duelo de monstruos y justo encima colgaba del techo un disco de duelos como el que siempre cargaban Yugi y Yami en su brazo derecho; además, arrumbado a los pies de la cama había un vagón de tren destartalado en escala, exactamente igual al que Yami, Anzu, Jonouchi y Honda habían abordado para ir a florida, una mala experiencia.
Un enorme cuadro en la pared al lado izquierdo de la gran puerta japonesa mostraba una imagen muy detallada de una isla con un castillo idéntico al de Pegasus. Además, del centro del cuarto se levantaba una plataforma de duelos enorme como las de Kaiba Land. Alrededor de la plataforma se encontraban de manera desordenada varios juegos que Anzu recordaba haber jugado con Yami y sus otros amigos; una sonrisa se formó en su rostro al ver una máquina de DDR y este hecho no pasó desapercibido para Yami quien se sonrojó sin que la chica se diera cuenta.
Justo enfrente de ellos, recargado contra la pared, había un elegante escritorio de madera con varios cajones al frente y una silla de cuero muy sofisticada. El escritorio estaba repleto de lo que parecían libros de la preparatoria como los de Yugi y algunas revistas de videojuegos y demás entretenimiento. En la portada de una de las revistas sobre duelo de monstruos estaba la fotografía de Yami quien sonreía con esa famosa y sexy sonrisa torcida, su brazo derecho estaba flexionado hacia el frente de manera que se apreciaba bien el disco de duelo de la Corporación Kaiba- algo que seguramente irritó muchísimo a Seto… Pensó Anzu divertida- y en su mano izquierda sostenía entre sus dedos pulgar e índice la carta del mago oscuro; Debajo de su foto estaba escrita en letras grandes y llamativas la frase "the King of games". Anzu recordó divertida que Yugi le pidió al faraón que fuera el quien posara para la fotografía ya que él tenía más "presencia" y aunque Yami se negó al principio- "¡Yugi, esto NO es un duelo!"- había dicho Yami irritado en aquel momento-, terminó aceptando porque al parecer Yugi tenía pánico escénico y de cualquier manera solo él, sus amigos y tal vez dos o tres personas más sabían la diferencia entre los dos.
En el suelo junto al escritorio habían varios aparatos electrónicos que seguro habían llamado la atención de Yami para tener un lugar en aquel cuarto, entre ellos una laptop, un celular, una televisión de pantalla plana y un reloj. En la pared detrás del escritorio había un gran corcho con una fotografía tamaño carta de ella misma, Yugi, Jonouchi y Honda vestidos con el uniforme de la preparatoria, Anzu recordaba el día que el abuelo les tomó esa fotografía en el sofá de la sala de Yugi; En la foto Yugi guiñaba un ojo y señalaba con su índice derecho el rompecabezas del milenio. Alrededor de esa fotografía, habían unas más pequeñas de Yugi, Jonouchi y Honda comiendo hamburguesas, de Yugi con el abuelo, de Jonouchi con Shizuka y Mai después de ciudad batallas, una de Kaiba y Mokuba durante el gran campeonato, una fotografía de ella misma con Yugi, Rebecca, Honda y Jonouchi que fue tomada poco después de recuperar el alma de Yugi. Había también una de Honda y Otogi con Shizuka donde se podía ver a Jonouchi detrás poniéndoles cara de pocos amigos, y una más donde también salía Anzu, junto con Ryo Bakura y los demás en el dirigible, antes de que comenzara todo el drama de la final de ciudad batallas. Anzu se sintió contenta de ver estas fotografías, pero no pudo evitar pensar que le hubiese gustado ver más imágenes suyas en aquel corcho.
Una puerta en el centro de la pared derecha captó la atención de Anzu. Esta era muy parecida en estilo a la gran puerta detrás de ellos, pero considerablemente más pequeña y estaba ligeramente entreabierta; Anzu intentó identificar a través de la pequeña rendija lo que había detrás de aquella puerta, pero a la distancia a la que se encontraba era imposible ver algo.
-"Y bien"- habló Yami- "¿Qué te parece?, ¿Ahora puedes ver que mis recuerdos con ustedes son importantes?, Incluso he memorizado las situaciones dolorosas que hemos atravesado, no sólo las felices…Todas mis memorias del mundo moderno están juntas en esta habitación y cada una tiene un lugar muy importante dentro de mí. Ustedes son tan importantes para mí que, esté en dónde este y pase lo que pase, no quiero olvidar ni un solo detalle de nuestro tiempo juntos".
Anzu sólo escuchaba con atención y asombro a su amigo, su piel se había erizado con el simple hecho de escuchar las hermosas palabras del faraón.
-"Gracias a todas esas experiencias soy la persona que soy hoy en día, no la criatura de las sombras que era cuando Yugi despertó mi espíritu por primera vez".- Continuó el faraón mientras miraba a su amiga con seriedad- "En ese entonces me sentía tan sólo y confundido… y luego llegaron ustedes… por eso no quiero olvidar nada, ni siquiera los recuerdos amargos".
Anzu sabía que no solamente se refería a ella con "nuestro tiempo juntos" pero las palabras del faraón le llegaron al corazón. Ella igual atesoraba los momentos que habían pasado juntos, sobre todo los que habían compartido ellos dos solos, donde había tenido la oportunidad de ver el lado sensible y humano del faraón…no sólo el lado fuerte y seguro que mostraba ante sus oponentes.. Anzu había tenido la oportunidad de verlo preocupado, triste, inseguro, confundido… a la chica se le vinieron a la mente varios momentos, entre ellos cuando el sello del oricalcos robó el alma de Yugi. –Todos sufrimos mucho por la pérdida de Yugi, pero él se sentía culpable… fue miserable todo ese tiempo, era devastador verlo en ese estado- . A Anzu no le había gustado verlo sufrir, pero estaba agradecida de haber tenido la oportunidad de apoyarlo durante esos momentos tan difíciles.
-"Yami…"-Anzu se acercó un poco más a él, sus ojos comenzaban a humedecerse. El faraón pareció darse cuenta y descansó una mano en el hombro de su amiga.
-"¿Sucede algo Anzu-chan?, ¿te incomodó algo de esta habitación?, ¿Acaso fueron mis palabras?"- preguntó el faraón con tristeza mientras buscaba la mirada de la chica.
-"No es eso"- Anzu negó con la cabeza, intentando reprimir las lágrimas- "Me da mucho gusto que aprecies los momentos que hemos pasado juntos… Tú... Eres importante para nosotros también"- agregó, mientras le dedicaba una sonrisa a su amigo, pero no podía evitar recordar que el futuro del faraón era incierto… quien sabe cuántos momentos les quedaba vivir juntos a partir de ahora.
El faraón sonrió con alivio ante las palabras de la chica.
Anzu se dio la vuelta para volver a examinar la fotografía de los cuatro- 5 en realidad- pensó al ver la mano de Yugi apuntando al rompecabezas, se acercó al escritorio para poder tocar la fotografía, pero al hacerlo chocó con la silla móvil y esta se atoró con la manija de un cajón del escritorio, el cual estaba entreabierto y un poco de su contenido cayó al suelo.
-"¡Anzu!"- la llamó el faraón, la vergüenza era evidente en su rostro mientras se acercaba al suelo para intentar recuperar el contenido antes de que Anzu pudiera ver de qué se trataba.
Pero la chica se le adelantó, con un ágil movimiento levantó del suelo las tres fotografías que se habían caído y las observaba muy sonrojada y sin saber que pensar.
-"Son fotografías mías"- susurró Anzu.
Yami se encontraba a su lado derecho, su postura era rígida y había bajado la cabeza de manera que sus flequillos rubios ocultaban su avergonzado rostro.
En la primera de las fotos, Anzu se encontraba de perfil, mirando el atardecer con una sonrisa dibujada en sus labios, el saco rosa que usaba en la fotografía era indicio de que esa imagen mental era un recuerdo de su primera cita con el faraón, después de que la chica humilló a Jhonny Steps en un duelo de DDR; La segunda había sido capturada mientras Anzu corría, la fotografía mostraba a la chica con una expresión muy feliz y con el brazo derecho extendido en señal de saludo- nuestra segunda cita- recordó Anzu reconociendo el escenario y su vestimenta… En ese momento ella estaba saludando a Yami quien se había quedado esperándola bastante tiempo solo, ya que ella había salido con Shizuka antes; Pero la que más llamó su atención fue la tercera fotografía, esta era de un momento que ella no había pasado con Yami… Ella estaba en el escenario del teatro de la ciudad, vestida con el atuendo blanco que usó para la interpretación de 'el lago de los cisnes' durante el recital de invierno del año pasado al cual sus amigos no pudieron asistir por haberse quedado en detención todo ese día gracias a Jonouchi. Su cabello estaba peinado en un elegante chongo alto y adornado con un hermoso tocado de plumas blancas, el momento había sido capturado mientras Anzu estaba en posición arabesque.
-"Anzu"- el faraón por fin se atrevió a hablar, su voz se escuchaba áspera -"te ofrezco una disculpa…Sé que debe de ser algo incómodo para ti… las primeras dos son recuerdos de nuestros momentos juntos… y la tercera… vi esa imagen sobre tu escritorio cuando dejaste ahí el rompecabezas y la grabé en mi memoria… Solamente quería algo que me recordara lo duro que luchas por conseguir tus sueños, algo que me inspirase a mí para seguir luchando siempre y me recordara que no debo darme por vencido nunca, algo que me impulsara a ser tan determinado como tú lo eres…"- la voz de Yami se apagó poco a poco, convirtiéndose casi en un susurro.
Una oleada de calor se expandía por todo el cuerpo de Anzu al escuchar las palabras del faraón. La chica aún tenía la mirada fija en las fotografías, intentando procesar el significado de las palabras de su amigo… pero ella no se sentía enojada, ni incómoda… No, en realidad estaba… ¿Emocionada?, ¡el faraón acababa de decirle que ella lo inspiraba a seguir adelante! ¿Podría ser que Yami también sintiese algo por ella?; En sólo unas cuantas horas Anzu había resuelto su gran dilema existencial… sus sentimientos por el faraón y por Yugi… ahora ella estaba segura de que la persona por la cual sentía algo más que amistad era Yami.
-"Anzu"- Yami tomó la mano libre de la chica al ver que esta no reaccionaba ante sus palabras- "Lo siento, no debí…"
Anzu desvió la mirada de las fotografías, pero antes de enfocar sus ojos en el faraón la chica captó algo mediante su visión periférica… El cajón de donde habían caído las tres fotografías colgaba del escritorio a punto de caerse por completo y dentro de él se encontraba un objeto que ella encontraba muy familiar. Su corazón se aceleró al darse cuenta de qué objeto se trataba.
-"Yami…"- Anzu soltó la mano del chico y asentó las fotografías en la mesa para tomar entre sus manos el pequeño juego de bolsillo en forma de corazón.
El faraón levantó la mirada para observar a su amiga, quien miraba con los ojos muy abiertos el pequeño dispositivo.
-"Lo guardé en mi memoria desde aquella vez"- Confesó Yami, mirándola directamente al rostro y luchando por recuperar la actitud segura que lo caracterizaba - "Yugi lo guarda físicamente por supuesto, este es sólo una imagen grabada en mi mente… pero recuerdo que este pequeño aparato no emitió una señal cuando Yugi lo sostuvo… Si no cuando lo sostuve Yo…"- El chico desvió la mirada al pronunciar aquellas últimas palabras para intentar ocultar el evidente rubor de sus mejillas.
Anzu, conmovida e impactada por las palabras que acababa de escuchar, levantó la mirada para posar sus ojos azules en el faraón. Al ver la expresión en el rostro de su amigo la esperanza de que este sintiese algo más que simple amistad por ella se hacía cada vez más fuerte… él se veía realmente avergonzado, como si ella hubiese descubierto su secreto… Si el no sintiera nada por ella, aquellas fotografías e incluso el pequeño juego de bolsillo estarían a la vista, ¿no es así?, el hecho de que estuvieran ocultos en un cajón daba a entender que el faraón no quería aceptar sus sentimientos por Anzu… y si es que los aceptaba, definitivamente no quería que nadie se enterara.
La chica desvió su mirada un momento para regresar el juego en forma de corazón al cajón junto con las tres fotografías y lo cerró con suavidad. Después volvió a fijar su mirada en el faraón.
Yami sintió la mirada de la castaña sobre él y lentamente levantó su rostro para encontrarse con aquel par de ojos azules. El faraón esperaba nervioso alguna reacción por parte de la chica.
-Es tan lindo cuando está avergonzado- Pensó Anzu mientras una sonrisa se formaba en sus labios -"Yami… no estoy enojada"- Anzu quería preguntarle qué era lo que sentía por ella, pero no encontraba la manera, así que esa frase sería lo único que diría por el momento.
La expresión del faraón se relajó y le sonrió ampliamente a su amiga mientras la tomaba de la mano.
-"Me da gusto escuchar eso…"- el faraón titubeó por un momento y después preguntó- "Dime, ¿te gustaría conocer un rincón de esta habitación que es realmente especial para mí?"
¿Un rincón muy especial?... ¿Qué podrá ser? - Anzu asintió y se dejó llevar por el faraón, quien la guio hacia la puerta entreabierta del fondo del cuarto.
El faraón empujó con su mano libre la puerta corrediza lo suficiente para que ambos pudieran pasar.
Unos cuantos rayos de sol nublaron la visión de Anzu por un momento y tuvo que entrecerrar los ojos mientras cruzaban la nueva puerta, de pronto el faraón se detuvo y Anzu lo imitó, abriendo los ojos completamente. La chica se sorprendió mucho al ver que se encontraban en el muelle de ciudad dominó, en realidad en una imagen mental de este; No pasó desapercibido para Anzu el hecho de que estaban parados en el mismo punto en el que se habían detenido a mirar el atardecer durante su primera cita, hace bastante tiempo atrás.
-"¿Reconoces este lugar?"- Yami habló primero y dejó ir lentamente la mano de Anzu para recargar sus brazos en el barandal. El sol había salido casi hasta la mitad… sus rayos se reflejaban el mar, dándole a este un aspecto cristalino. El faraón contemplaba el amanecer con una expresión relajada…su rostro era aún más hermoso que de costumbre a la luz del sol, los tenues rayos iluminaban sus atractivas facciones y sus mechones rubios se veían dorados como el oro.
-"Cómo olvidarlo"- respondió Anzu riendo mientras lo miraba. Él era como una versión más sofisticada de Yugi; Aunque Yugi había madurado y ya no se comportaba como un niño pequeño, había algo en Yami que la atraía hacia a él como un imán… No era solamente el hecho de que fuese tan hermoso por fuera…Interiormente él era una persona espectacular, siempre dispuesto a hacer todo por sus amigos y protegerlos hasta el final; Él era valiente, inteligente, misterioso… además, tenía un lado lindo y tierno que casi nunca sacaba a la luz, pero cuando lo hacía a Anzu se le derretía el corazón, le daban ganas de gritar "awww" y pellizcarle esas hermosas mejillas bien definidas. Tal vez cuando Yugi recién despertó el espíritu de Yami, este había sido una criatura sombría… Pero nunca había sido una mala persona a los ojos de Anzu, simplemente era su naturaleza actuar de esta manera, sin dar la cara ante los demás y dejar pensar a todos que el cambio que ocurría en Yugi era sólo una parte de la misma personalidad del chico que se manifestaba cuando había problemas… Él no estaba acostumbrado a interactuar con las personas ya que en aquel entonces el no conocía otra cosa más que la oscuridad y la frialdad de aquel laberinto en el que estaba condenado a vagar solo hasta que alguien completara el rompecabezas… pero al liberarse de su prisión, Yami de una manera u otra los protegía, aunque por un tiempo ninguno supiese de su existencia… además poco a poco él había aprendido a controlar su oscuridad y se había convertido en aquella gran persona que se encontraba ahí en ese momento. Ella y sus amigos le habían ayudado a lograrlo, él mismo se lo había dicho a Anzu hace unos momentos.
-"Esta noche se me pasó muy rápido el tiempo…Buenos días Anzu"- Dijo Yami a la chica mientras giraba su rostro para mirarla a los ojos- "Es difícil de creer que nuestro viaje a Egipto esté ya tan cerca… ¿no crees?"
Al escuchar al faraón, la sonrisa de Anzu se evaporó instantáneamente de su rostro y sintió una presión muy incómoda en el pecho, como si el oxígeno la hubiese abandonado por completo. El comentario del faraón la tomó completamente por sorpresa y toda la felicidad que se había acumulado en su interior durante aquel "sueño" se esfumó en ese mismo instante, ni si quiera tuvo la fuerza de fingir entusiasmo para que Yami no se preocupara. Anzu bajó la mirada para evitar la del faraón, derrotada.
-"Anzu"- Yami se enderezó y giró su cuerpo para estar completamente de frente a la chica.- "El sueño del que te saqué hace unas horas… ¿Tiene algo que ver con nuestro viaje a mi tierra?... esa expresión que tienes ahora, es la misma que tenías cuando te encontré…"- agregó el faraón mirando con preocupación a su amiga.
Anzu suspiró, ya no tenía caso mentirle más a su amigo… él había dado en el blanco y ella ya no podía evitar el tema, era inútil seguir fingiendo.
-"Anzu…"- el faraón acortó la distancia entre los dos.
-"Yami, en mi sueño…"- Anzu lo interrumpió, pero dejó incompleta su frase, estaba dudando-¿Qué pensará de mí si le digo mis sentimientos acerca del viaje a Egipto?, No estaría siendo una muy buena amiga si le confieso mis temores, estoy siendo egoísta-…Su mirada seguía clavada en el suelo.
El faraón extendió una mano hacia su amiga, y muy delicadamente levantó la cara de la chica con su índice derecho. Anzu lo miró, las palabras se rehusaban a dejar sus labios.
-"Anzu, por favor… Dime qué es lo que te preocupa, sabes que puedes hablarme de cualquier cosa"-Le aseguró el faraón, con el semblante serio pero con un tono de voz muy dulce.
Anzu inhaló una buena cantidad de aire y cerró los ojos un instante.- No hay manera de salir de esta…Aquí voy-
-"Bien"- Anzu abrió los ojos de nuevo y fijó su mirada en la de Yami- "En mi sueño estoy en Egipto, en el valle de los reyes, creo… y de pronto te veo caminando a lo lejos y comienzo a llamarte… y entonces tú…"- Al sentir que las lágrimas amenazaban con salir, Anzu giró su rostro lo suficiente para alejarse de la mano de Yami y fijó su mirada en el suelo una vez más.
El la miró con preocupación y extendió sus brazos para tomar los hombros de la chica; se movió un poco para quedar aún más cerca de ella.
-"¿Qué más Anzu?"- preguntó el faraón y agachó su cabeza en busca de la mirada de la chica.
Unas cuantas lágrimas silenciosas recorrían las mejillas de Anzu.
-"No me hacías caso... no te detuviste, después, subías las escaleras de un antiguo templo, y… ¡te pedí que no te fueras!"- sollozó Anzu- "y tú… sólo volteaste para mirarme con una expresión fría… de fastidio y cruzaste una gran puerta en lo alto del templo y esta se cerró tras de ti… ¡no te importó que yo estuviera pidiéndote que no te fueras!"- terminó la chica, a este punto casi estaba gritando y sus hombros temblaban a causa del llanto.
Yami la miró impactado… esos sentimientos de angustia y pánico que provenían de Anzu… Aquellos que Yami pudo captar gracias a que la chica había hecho conexión con el rompecabezas… eran por él. Anzu sentía un miedo enorme de perderlo para siempre.
"Anzu-chan…" -Habló el faraón en un tono de voz muy dulce- "¿De qué tienes miedo?, ¿Crees que podría ignorarte de esa manera?… ¿Qué podría simplemente irme sin mirar atrás?... ¿Que acaso no te he demostrado lo importante que son ustedes para mí?, No importa que tanto anhele recuperar mis memorias ni que tan necesario sea para cumplir con mi destino… aunque llegue a recordar todo mi pasado, eso no cambiaría quien soy en este momento… tú lo has visto Anzu, mis sentimientos, todo…".
Anzu levantó su rostro para encontrarse con la mirada del faraón. La expresión de Yami reflejaba comprensión, pero a la vez se veía lastimado a causa de las dudas de la joven por sus sentimientos hacia ella y sus demás amigos. Pero no es que Anzu dudara del cariño del faraón hacia sus amigos del siglo XXI, si no que…
-"Yo sé que tú dices ahora que somos importantes para ti, pero tal vez después ya no te sientas de la misma manera… tal vez ahora te sientes así porque somos lo único que conoces… ¿Qué pasará cuando tu pasado ya no sea un enigma?, seguramente cuando recuerdes a tu familia y amigos con los que creciste… ya no seremos tan importantes para ti… además… ¿Qué pasará cuando cumplas tu destino?, no puedo evitar pensar que, muy pronto te marcharás sin mirar atrás…" - contestó Anzu. Los rayos de sol iluminaban el rostro de la chica y hacían más evidente la presencia de lágrimas en sus ojos.
Y es que Anzu estaba segura de que durante su vida como faraón, Yami seguramente había tenido muchísima gente que lo adoraba y lo idolatraba, muy buenos amigos, unos padres, posiblemente hermanos, tíos, primos…Seguramente una prometida, o una esposa, o tal vez varias… ¿hijos?, parecía ser muy joven para eso…pero en aquellos tiempos así eran las cosas. Los celos se apoderaban de Anzu solamente de imaginar a otra mujer en los brazos del faraón, besándolo… compartiendo su vida con el… no el tipo de celos que sentía cuando Rebecca abrazaba a Yugi o le decía "cariño", aquellos eran muy inocentes, simple irritación, incomodidad… pero cuando se trataba del faraón… las simples especulaciones le provocaban un dolor inmenso en el pecho, como si le estuviesen exprimiendo el corazón sin piedad… y aunque cualquier persona que hubiese sido contemporánea de Yami ya se había partido al más allá hace mucho tiempo, Anzu sentía que cuando el faraón recuperara sus memorias, cualquier sentimiento por ella y sus amigos palidecería en relación con los que alguna vez sintió por otras personas. Después de todo ¿Qué oportunidad de ser más memorables tenían unos cuantos años compartiendo el cuerpo de alguien más contra aproximadamente 17 o 18 años plenamente vividos?
-"Anzu-chan…"- Comenzó el faraón
Anzu lo interrumpió- "¡Lo sé!, ¡Soy tan egoísta Yami!"- gritó- "Quiero que recuperes tus memorias, se que sólo así tendrás paz después de tanto tiempo, y lo mereces, has luchado mucho por llegar hasta aquí… pero faraón, cuando recuerdes a las personas de tu pasado y lo que ellos significan para ti… probablemente quieras unírteles… Yami, ¿ Acaso no lo sientes?... tengo el presentimiento de que nuestro tiempo juntos está llegando a su final… tú no puedes ser para siempre un espíritu encerrado en un artículo del milenio, es obvio… siempre lo he sentido, desde que supimos que Yugi y Tú no eran la misma persona… que algún día tendrás que…."- Anzu no pudo terminar esa frase, extendió sus brazos y tomó los del chico apretándolo desesperada- "Faraón…"-dijo entre lágrimas- "estás a punto de cumplir con tu destino".
-"Y lo más probable es que después de eso, mi espíritu ya no tenga un propósito para permanecer aquí en la tierra de los vivos"- dijo Yami en voz baja- "Eso tiene mucho sentido Anzu, de una manera u otra, sabemos que en algún momento eso sucederá…"
Anzu no quería seguir escuchando y sin pensarlo se lanzó a sus brazos, el faraón dejó su frase incompleta y no dudó en envolverla en un fuerte abrazo - "¡lo sé!, lo entiendo… pero no quiero escucharlo… soy tan egoísta Yami"- dijo Anzu llorosa, apenas se escuchaba lo que decía pues ella estaba con la cabeza hundida en el hombro de su amigo, empapando su camisa con lágrimas.
"No eres egoísta Anzu-chan" - respondió Yami suavemente- "Si fueses una persona egoísta no me hubieses impulsado a descubrir los secretos de mi pasado. Yo… estaba asustado y tú fuiste la persona que me inspiró a no darme por vencido, sin importar los retos que hubiese que superar para lograrlo…si no fuera por ti, no habría llegado tan lejos en mi camino"- el faraón acarició con una mano el cabello de Anzu- "tus sentimientos son normales y completamente humanos Anzu".
Anzu puso un poco más de fuerza en el abrazo, estaba agradecida que Yami no pensara mal de ella. Anzu estaba consciente de que el viaje a Egipto era importante para que el faraón cumpliera por fin con su destino, no podía evitar sentirse triste, pero no lo abandonaría- "Yami, siempre te estaré apoyando"- susurró Anzu.
El faraón se alejó unos centímetros de su amiga, sus brazos aún alrededor de la cintura de la chica.
Anzu lo miraba con tristeza, sus ojos estaban húmedos y sus mejillas estaban ligeramente sonrosadas.
-"Lo sé Anzu, y pase lo que pase en Egipto" - continuó Yami- "Tú siempre tendrás un lugar especial en mi corazón... y aun cuando recuerde a las personas de mi pasado, Nunca me olvidaría de ti… tu siempre serás una de las personas más importantes en mi vida, nadie podría opacar el impacto que has tenido en mí… no llores por favor, lo último que quisiera es verte sufrir por mí culpa"- dijo el chico colocando su mano derecha en el cuello de Anzu y acariciando delicadamente la piel de la chica con su pulgar.
Anzu se sonrojó, pero no desvió la mirada, ya no sentía vergüenza por demostrar sus sentimientos, además, si su tiempo con el faraón estaba limitado, entonces tenía que sacarle provecho… y aunque parecía que el faraón le estaba insinuando que tenía fuertes sentimientos hacia ella, Anzu aún no estaba totalmente segura, necesitaba escucharlo directamente.
-"¿Y qué hay de ti, Yami?"- preguntó Anzu. Su mirada se perdía en los profundos ojos violetas de Faraón - ¿Acaso a ti no te dolería separarte de nosotros… separarte de mí?
"Anzu…"- El faraón atrajo a la chica un poco más hacia él, sus rostros se encontraban muy cerca el uno del otro- "Por supuesto que sí, nada me dolería más que dejarte ir… pero tiene sentido que yo no pueda permanecer aquí, en el mundo de los vivos… Soy un espíritu que necesita de Yugi para poder interactuar con el mundo, y no puedo serlo para siempre… Yugi necesita su independencia y también yo… no pertenezco aquí".
-"Podrás ser un espíritu… pero ahora te siento tan real...- las manos de Anzu ejercieron más presión sobre la espalda del faraón al pronunciar estas palabras, estaba segura de que podía sentir el calor de su piel- "No quiero que este momento acabe nunca Yami"- susurró Anzu mientras inclinaba su frente hasta juntarla con la del chico.
Yami cerró los ojos, ahora respiraba con dificultad…El dulce aroma de Anzu no le permitía pensar con claridad. Él sabía que Yugi aún albergaba sentimientos por Anzu, esa era la razón por la cual el era tan cuidadoso con sus pensamientos sobre la bailarina, no podía dejar escapar sus verdaderos sentimientos, nada… Pero tampoco podía evitar sentirse de aquella manera… Cada vez que se encontraba a solas con ella, se le hacía muy difícil mantener la fachada indiferente y despreocupada que lo caracterizaba y que mostraba ante el resto del mundo, debía tratarla de la misma manera que a los demás, como a una amiga… pero en ese mismo momento su fachada se había caído por completo, haciendo demasiado obvio que tenía sentimientos demasiado profundos por ella como para pasar por simple amistad. Pero lo que más lo sorprendió, fue que ella había dejado bastante claro que también sentía algo fuerte por él. Ciertas actitudes por parte de la chica le habían hecho pensar que ella estaba ligeramente enamorada de él… pero se imaginaba que se trataba simplemente de un inocente enamoramiento juvenil, pasajero… o tal vez la atracción que ella pensaba que sentía hacia él se debía a que compartía cuerpo con Yugi… y a quien Anzu amaba profundamente en realidad era a este último, después de todo Yugi y Anzu se conocían de toda la vida y eran muy unidos… pero ahora, después de esta noche… ya no estaba tan seguro… en este momento no estaba Yugi, no existía la confusión de las dos personalidades…
Pero aún si sus sentimientos eran correspondidos, era un amor imposible.
-"Recuerda que estamos dentro de mi mente, estas dormida… En unos momentos despertarás y yo volveré a ser 'el otro Yugi', sólo visible a tus ojos por medio de mi compañero, una sombra, incapaz de sostenerte en mis propios brazos…"- susurró con tristeza.
El corazón de Anzu latía con rapidez, podría jurar que estaba despierta y que Yami estaba frente a ella, de carne y hueso, su presencia era embriagadora…
-"Dime que esto es real"- pidió Anzu, cerrando sus ojos con fuerza- "sé que estoy dormida pero… todo lo que compartiste conmigo… este momento…no es producto de mi imaginación, ¿verdad?".
Yami movió su mano izquierda de la cintura de la chica y la colocó el en costado izquierdo de su cuello; ahora ambas manos acariciaban la suave piel del cuello de Anzu. De alguna manera el faraón sentía que estaba traicionando a Yugi, pero esto era todo lo que podía tener con Anzu, y lo único que tendría con ella… unos momentos, dentro de un sueño.
"Anzu-chan…esto es real"- respondió el faraón en un suspiro
En respuesta, Anzu ladeó un poco su cabeza y acarició la mejilla del faraón con sus labios muy delicadamente… La piel de Yami se sentía tan suave bajo sus labios, definitivamente no podía ser un simple sueño.
El faraón se estremeció, eso se había sentido demasiado bien. Él acercó más el rostro de Anzu al suyo.
-"Anzu… ¿Qué hay de Yugi?, tú sientes algo por él, lo celas…"- dijo el faraón con voz ronca- Anzu se estremeció al escucharlo, no había un sonido más perfecto en todo el mundo.
-"Eres tú de quien estoy enamorada"- contestó Anzu – "Esta noche me di cuenta, de que mi corazón ha sido sólo tuyo desde hace mucho tiempo. En cuanto a Yugi soy como una hermana sobreprotectora"- agregó Anzu con una risita.
Yami se sentía acalorado, ella estaba muy cerca… y aquella confesión, despertó algo más en él…
-"Anzu, yo también… siento lo mismo, creo que hoy lo he hecho bastante obvio"- dijo soltando una risa seductora- "pero no puedo traicionar a Yugi de esa manera… significas mucho para él, él trata de esconderlo, pero yo lo sé y tú también, él también te ama…"
-"Yami"- dijo Anzu, abriendo los ojos de golpe, pero el faraón siguió hablando
- "y yo solo estoy cambiando el curso natural de sus vidas, si yo no me hubiese entrometido, lo más seguro es que tú te hubieses enamorado de él"- El faraón terminó su frase con amargura, una lágrima solitaria resbaló por su mejilla.
Anzu colocó su mano izquierda en la mejilla del faraón y limpió la lágrima con su pulgar.
-"Tú no te entrometiste en ningún lado Yami… el destino guio el rompecabezas hacia Yugi, fue obra del destino que nos conociéramos..."- Anzu colocó su mano derecha sobre la otra mejilla del faraón-" Yugi no está aquí, Yami… sólo somos tu y yo, por favor, aunque sea sólo esta vez…aunque sólo pueda suceder en mis sueños"- rogó Anzu, ella tampoco quería lastimar a Yugi, lo apreciaba demasiado, y entendía porque el faraón había ocultado por tanto tiempo sus sentimientos hacia ella. Pero ella estaba dormida ¿No?, ¿porque no tener un final feliz, al menos en sus sueños?
Yami sabía perfectamente lo que Anzu estaba pidiendo
El faraón eliminó la distancia entre los dos y juntó sus labios con los de la chica.
El beso comenzó suave, un simple roce… después de pocos minutos él se separó a penas un centímetro para respirar y después atacó los labios de Anzu, la chica soltó una expresión de asombro y el calor invadió sus mejillas, Yami pudo sentir la reacción de Anzu, lo cual hizo que este sonriera insolentemente mientras la besaba. Las manos del muchacho abandonaron el cuello de Anzu para sujetar su con fuerza cintura, atrayéndola más hacia él.
Anzu acariciaba con una mano la mejilla de Yami, y la otra se perdió en su rebelde cabello, atrayéndolo más hacia ella. La sensación de los suaves labios del faraón sobre los suyos, y de sus fuertes manos abrazándola posesivamente era aún mejor de lo que ella hubiese imaginado… ambos estaban perdidos en el momento… Anzu podía sentir en sus oídos los potentes latidos de su propio corazón a causa de todas estas sensaciones tan intensas.
Finalmente el faraón rompió el beso, alejándose lentamente y mordiendo el labio inferior de Anzu mientras lo hacía.
"¡Auch!"- exclamó Anzu en voz baja y ronca. Su vista estaba clavada en el pecho del faraón ya que sentía que su rostro estaba más rojo de lo que era aceptable.
El faraón seguía sosteniéndola por la cintura y la miraba con una sonrisa triunfante, su rostro ligeramente sonrosado y su respiración aún agitada por el beso. Lentamente acercó sus labios al oído de Anzu- "Eso fue en caso de que siguieras dudando"- susurró con voz profunda. Anzu se estremeció en los brazos del faraón al escuchar aquella voz ronca y sentir su respiración acariciar la piel de su cuello.
Una vez que su propia respiración y sus acelerados latidos se calmaron, la chica levantó su rostro lentamente para encontrarse con aquellos hermosos ojos violetas que ahora la miraban con cariño y pasión.
-"te ayudaré a recuperar tus memorias, quiero pronunciar tu verdadero nombre siempre que te diga que te amo"- Anunció Anzu mientras tomaba el rostro del faraón entre sus manos para iniciar otro beso.
"Anzu…"- suspiró Yami mientras cerraba los ojos y acortaba la distancia entre los dos.
Sus labios se juntaron una vez más…
De pronto algo resonó en los oídos de la chica
BEEP BEEP BEEP BEEP BEEP BEEP BEEP
Anzu se separó de Yami y abrió los ojos de golpe, pero en lugar de encontrarse con el atractivo rostro del faraón, se encontró con las sábanas de su cama y con el rompecabezas debajo de su palma izquierda.
-"¡No!"- exclamó con frustración, su voz sonaba ronca debido a que acababa de despertar- "¡vuelve a dormir Anzu!" - apretó los ojos con frustración… era imposible, estaba muy despierta.
Anzu se incorporó con dificultad y miró alrededor, la luz entraba con fuerza por la ventana y alumbraba todo su cuarto. El reloj en forma de kuriboh sobre la mesita de noche acababa de silenciarse y señalaba que eran las 7:45 am.
Anzu regresó su vista hacia el rompecabezas y lo tomó entre sus manos
¿Había sido real? Sabía que había estado dormida todo el tiempo, y por ende, era un sueño; Pero el faraón le había dicho que todo había sido real… dentro de su mente, que de alguna manera el subconsciente de Anzu había creado una conexión con él al dormirse tocando el rompecabezas… eso significaba que el interior del rompecabezas… aquel cuarto de las nuevas memorias del faraón, aquellas palabras y sentimientos que intercambiaron… y sobre todo aquellos besos… ¿había sido todo real, aunque hubiese pasado durante un sueño? ¿O había sido un simple giro a la pesadilla original que su subconsciente creó como respuesta al hecho de que estaba en posesión del rompecabezas? ¿Pudo haber sido aquel sueño una simple manifestación de sus deseos?
Anzu sonrió con tristeza al darse cuenta de que todo pudo haber sido una fantasía… después de todo ya había tenido varios sueños en los que Yugi, Jonouchi o cualquier otro de sus amigos que estuviese presente le decía 'Anzu esto es enserio, esto es real' y después ella despertaba desubicada dándose cuenta de que nada había sido real.
La chica miró al objeto entre sus manos mientras lo acariciaba con sus pulgares
-"Dime que fue real…"- susurró mientras incrementaba la fuerza con la que sostenía al rompecabezas.
Un segundo… dos… tres…nada
Anzu suspiró-"bueno… era de esperarse"- se dijo a sí misma, su voz había comenzado a quebrarse a causa de la decepción.
Y de pronto algo sucedió, tan rápido como comenzó, terminó. Fue tan solo un destello dorado proveniente del ojo del rompecabezas y susurro… tan ligero que se perdía entre los sonidos matutinos de los pajarillos que cantaban en el árbol junto a la ventana del cuarto de Anzu.
¡¿Esa voz es la de…?!
Pero justo en ese instante su celular comenzó a timbrar y aquella profunda voz que susurraba se convirtió en una voz aguda que gritaba su nombre desde la calle.
-¡Aaaanzu-chaan!
Oh… tan sólo es Yugi afuera de mi casa… ya estaba imaginando cosas de nuevo…
El insistente timbrar de su celular sacó a Anzu de su trance. Tratando se sobreponerse a la decepción, la chica se colgó en el cuello el rompecabezas, saltó de la cama y tomó el ruidoso aparato, el cual se encontraba sobre unos libros del escritorio. Rápidamente tocó la pantalla sobre la opción "contestar".
-"Yugi, buenos días"- Anzu saludó primero. Podía ver por la ventana a su amigo detrás de la reja de la entrada de su casa, con su propio celular en mano.
-"¡Buenos días Anzu-chan!"- le contestó la alegre voz de Yugi- "¿Cómo dormiste?, ¡estoy en la puerta de tu casa!, espero no atrasarte, todavía no te tienes que ir ¿o sí?"
Anzu sonrió un poco ante el entusiasmo de su amigo. ¿Cómo puede tener tanta energía desde tan temprano?- "No Yugi, aún es temprano"- contestó la chica con voz dulce- "espera un minuto, ahora mismo bajo".
-"¡Bien!, ¡Gracias Anzu!"
Anzu terminó la llamada.
La chica dejó el celular en el escritorio nuevamente y se acomodó el cabello con los dedos mientras salía de su cuarto. Los sentimientos de decepción seguían provocándole una molestia en el pecho, pero debía fingir que todo estaba bien… si no Yugi preguntaría. Bajó las escaleras rápidamente sintiendo molestias en sus pies mientras lo hacía. -Los efectos de ensayar todo el día comienzan a manifestarse-pensó con molestia.
Una vez en la planta baja, Anzu caminó rápidamente hacia el recibidor y abrió la puerta de la casa. La enorme sonrisa de Yugi la recibió desde la banqueta.
Anzu devolvió la sonrisa y caminó hasta la reja para abrirle a su amigo.
-"¡Anzu!, ¡No me digas que te desperté!"- exclamó Yugi sonrojándose, fijándose en que su amiga seguía en pijama y tenía una expresión que parecía cansada.
-"No Yugi, no te preocupes"- dijo Anzu dulcemente- "Ya estaba despierta cuando me hablaste… Supongo que viniste a recuperar esto"- agregó mientras se quitaba el rompecabezas del cuello, un sentimiento de nostalgia la envolvió al hacerlo- "por cierto, ¿cómo estuvo el evento?, ¿Algo que nos pueda servir cuando vayamos a Egipto?"- preguntó la chica para evitar que la tristeza se reflejara en su rostro.
Yugi bajó la vista.
-"No en realidad"- respondió Yugi con decepción- "Supongo que tendremos que descubrir muchas cosas por nosotros mismos… y confiar en los Ishtar, después de todo ellos son los guardianes de la tumba del faraón"- Yugi Alzó la vista hacia su amiga y le ofreció una leve sonrisa- "¡pero pasé un rato muy agradable!".
Anzu no prestó atención a la última frase de Yugi… La mención de la palabra "tumba" hizo que a Anzu la recorriera un escalofrío.-La tumba de Yami…-
-"¿Estás bien Anzu?"- preguntó Yugi al ver el cambio en la expresión de su amiga.
-"Sí, claro Yugi…Sólo un poco Cansada"- mintió Anzu de manera poco convincente.
Yugi no se veía muy convencido de la respuesta de su amiga, pero decidió no presionarla y cambió el tema.
-"Dime, ¿Notaste la presencia del faraón mientras tuviste el rompecabezas?"- preguntó Yugi curiosamente.
La pregunta tomó por sorpresa a Anzu, quien se sobresaltó un poco.
-"¿Ah?, No Yugi… Creo que él tiene muchas cosas en que pensar… no sentí para nada su presencia".- Anzu sonrió con tristeza mientras le extendía a Yugi la cadena con el rompecabezas del milenio.
Yugi tomó el objeto milenario entre sus manos, una enorme sonrisa se formó en sus labios al recuperar el rompecabezas, mientras que una enorme sensación de vacío se formaba en el pecho de Anzu- "Te dije que no lo notarias Anzu, él es bastante reservado"- Yugi bajó para mirar al rompecabezas –"¡vaya!, ¡Te extrañé amigo!"- exclamó en dirección a este.
A Anzu le pareció ver otro destello, como el que pensó que había visto en su cuarto... proveniente del rompecabezas…no podía imaginar la misma cosa dos veces. No estoy loca, de eso estoy segura…entonces si el destello fue real eso significa que…
-"¡Gracias por cuidarlo por mi Anzu-chan!" – exclamó Yugi observando a su amiga, quien tenía la vista fija en el rompecabezas, perdida en sus especulaciones… una tenue sonrisa se formaba en los labios de la chica-"Fue buena idea dejarlo contigo, todos los colegas de mi abuelito preguntaban por el… ¡con eso de que siempre lo uso durante las competencias ya es todo un ícono del duelo de monstruos! Y una pieza histórica muy valiosa por supuesto."- continuó Yugi riendo.
-"No es nada Yugi"- respondió Anzu dulcemente levantando la vista hacia su amigo y ofreciéndole una sonrisa realmente sincera, no como las muchas que había fingido durante la corta plática con su mejor amigo. La esperanza de que aquella gran noche hubiese sido real regresaba poco a poco iluminando el corazón de Anzu.
Al observar detenidamente la sonrisa de su amiga, Yugi notó algo diferente en ella…
-"Anzu… ¿Qué te paso en el labio?...Está hinchado y bastante rojo"- preguntó Yugi mientras señalaba su propio labio inferior en el mismo lugar dónde el de Anzu tenía dos marcas rojas bastante visibles.
-"¿Ah?"-Anzu se sobresaltó y se llevó una mano a la boca, la chica pudo sentir una punzada de dolor en su labio inferior cuando lo tocó suavemente con su dedo índice.
De pronto Anzu sintió el calor subir a sus mejillas y soltó una genuina risita de felicidad, lo que causó que Yugi la mirara de una manera extraña… pero a ella no le importó porque ahora estaba segura de que todo había sido real.
-"¿Anzu?"
La voz de Yugi interrumpió el episodio de felicidad de la joven, regresándola a la realidad- Me olvidé completamente de que Yugi seguía aquí… ¡Piensa rápido Anzu!-.
-"Ah eso"- improvisó Anzu, tratando de reír despreocupadamente- "Me lastimé con el cepillo de dientes Yugi… estoy muy despistada últimamente, no te preocupes"- la chica terminó su explicación con una sonrisa no muy convincente. -Eres pésima para mentir Anzu Mazaki- se regañó a sí misma.
-"¿En serio?, eso no parece…"- Yugi comenzó a protestar pero fue interrumpido.
-"¡Estaba muy cansada y no me fijé de lo que estaba haciendo!"- agregó Anzu rápidamente, tratando de no darle mucha importancia.
-"Vaya, creo que estas entrenando demasiado… ¡deberías descansar más!"- respondió Yugi preocupado. Al parecer se había creído la inocente mentira de su amiga.
-"Creo que tienes Razón, Lo haré Yugi no te preocupes"- contestó Anzu igualmente con una sonrisa.
Yugi asintió- "Debo irme, muchas gracias Anzu, ¡te debo una!"- el chico se despidió mientras se colgaba el rompecabezas alrededor del cuello.
-"¡Por nada Yugi!… ¡nos vemos pronto!"- gritó Anzu a su amigo, quien ahora trotaba en dirección a la tienda de juegos y le agitaba enérgicamente una mano a la chica en señal de despedida.
-"¡mañana! ¡Reunión en mi casa!"- gritó el chico mientras se perdía de vista al doblar una esquina.
-"Dalo por hecho…"- respondió Anzu en voz baja, sin importarle que su amigo ya no pudiera escucharla mientras emparejaba la reja de su casa.
La chica caminó rápidamente a la entrada de su casa, cerró la puerta y lentamente se acercó al espejo que colgaba de la pared en el recibidor de la casa.
Anzu observó su imagen en el espejo. Su cabello estaba un poco erizado a causa de que aún estaba algo húmedo cuando se acostó a dormir, sus mejillas un poco ruborizadas… y su labio inferior se mostraba ligeramente hinchado con dos pequeñas marcas rojizas en la parte superior.
Anzu soltó una risita emocionada mientras se llevaba el dedo índice al labio, y de pronto algo se le ocurrió.
-¿Cómo es posible que… me haya dejado una marca?... aún si fue real… ocurrió dentro de su mente, fue mi subconsciente hablando con el…- el rubor en sus mejillas subió de tono y su corazón empezó a latir con fuerza- Yo en realidad estaba dormida en mi cama, ¿No?, Entonces… ¿Por qué hay evidencia…física?-
De pronto una molestia en sus pies hizo que la chica desviara la vista del espejo hacia el suelo. Los dobladillos de su pijama estaban desechos ya que le quedaba un poco larga, y estaban cubiertos de… ¿Arena?. Anzu se recargó en la pared y tomó entre sus manos su pie izquierdo para observarlo un poco más detalladamente… ese dolor que había sentido no era totalmente a causa de las zapatillas y el ensayo de ballet, ella tenía los pies raspados, como si hubiese estado caminando entre un montón de piedras – el interior del rompecabezas… el suelo era de piedra porosa…-
-"¿Cómo puede ser posible…?"- se preguntó a sí misma. No encontraba una explicación lógica para describir aquella experiencia…
De pronto, Anzu alzó la vista y se fijó en la hora que marcaba el reloj de pared, si no se apuraba a vestirse, llegaría tarde a la academia.
Anzu se enderezó y decidió que no importaba exactamente cómo pasó, ni que fue exactamente… no importaba si había sido un sueño o si el faraón había utilizado sus poderes sobrenaturales para trasladarla al interior del rompecabezas físicamente o lo que hubiese sido… lo importante es que sí había sucedido. Una sonrisa se formó en sus labios al recordar la fotografía que había tomado el faraón de su escritorio… de pronto sentía muchas ganas de llegar lo más pronto posible a su clase de ballet. El hecho de que ella hubiese motivado al faraón a luchar por cumplir su destino, la motivaba aún más a ella a no darse por vencida en cumplir sus sueños. Y además por primera vez en varios días, había descansado bastante durante la noche… y lo pasara lo que pasara durante el viaje a Egipto y después de este… nadie le quitaría lo que había experimentado durante esa noche… lo que ambos habían experimentado… esa noche fue de ellos dos, de ella y del faraón, y aunque en el mundo real no pudiesen ser más que amigos, aquella noche sería un recuerdo que Anzu atesoraría por siempre…
Anzu tocó una vez más su labio inferior mientras sonreía y después subió rápidamente las escaleras camino a su cuarto para alistarse, le esperaba un largo día…
X
Yugi estaba hablando sobre el evento del museo, sobre unas copas de vino y sobre un discurso que dio su abuelo… eso era lo poco que había captado Yami de todo lo que le estaba contado Yugi camino a la tienda de juegos. Pero el faraón sólo podía pensar en lo agradecido que estaba con su compañero por mencionar la pequeña herida en el labio de Anzu… si no hubiese sido por eso, ella hubiese pensado que todo fue un simple sueño… y probablemente nunca más tendría otra oportunidad de hablar con ella para aclararle la situación sin que Yugi estuviese presente. Pero claro, la chica se hubiese dado cuenta desde que despertó que todo había sido real si Yugi no hubiese marcado a su celular y gritado con toda la fuerza que sus pulmones le permitieron el nombre de la chica en el momento que él trataba de recuperar la conexión con la mente de Anzu… estaba seguro de que ella pudo ver el resplandor del rompecabezas y también pudo escuchar su voz pronunciando su nombre mientras sus manos incorpóreas acariciaban sus mejillas… Anzu-chan…
-"¿Faraón?"- la voz de Yugi lo sacó de sus pensamientos.
-"¿Eh?... Dime Yugi"- contestó el faraón después de algunos segundos.
-"Estas demasiado callado hoy, ¿tienes algo en mente?"- preguntó Yugi con preocupación.
El faraón rio y le contestó a su compañero- "No Yugi, solamente te estoy escuchando… dime, ¿qué tal estuvo la cena después del evento?"
Yugi continuó con su relato… al faraón no le gustó mentirle a su compañero, pero lo que había vivido esa noche con Anzu, era sólo entre él y la castaña… El amor que sentía por ella, era real, pero imposible ya que él era un espíritu de tiempos antiguos que tenía que cumplir con su destino y probablemente después dejar el mundo de los vivos, y ella, una persona viva, con toda una vida por delante… pero al menos ellos habían compartido aquella noche, una que él nunca olvidaría y atesoraría por siempre...
FIN
Nota: DDR: dance dance revolution, pero ustedes ya sabían eso...
mientras escribía la parte antes del beso estaba escuchando with me de sum 41... !recomiendo mucho escuchar esa canción!
!hasta la próxima!