Nota obligatoria: los personajes de Saint Seiya desgraciadamente no son de mi propiedad, pertenecen al ingenio de un señor llamado Masami Kurumada, no gano ni un cinco (así decimos en CR) con esto.
EPILOGO
El amanecer llegó al fin para iluminar aquella noche terrible, en la que había caído la mitad de la orden dorada de Atena. Sahori Kiddo, se había retirado para acompañar a sus caballeros de bronce, en el doloroso proceso de recuperación que les aguardaba en el Sanatorio del Santuario.
En el Salón del Trono, iluminado apenas por la triste luz del alba pálida, se encontraban recostados en la alfombra, frente a la silla del Patriarca, los cadáveres de Camus de Acuario y Saga de Géminis, a la espera del embalsamamiento ritual que dictaminaban las costumbres funerarias de cada casa. Junto al cadáver del francés, Milo de Escorpión se dejaba llevar derrotado por el dolor, recriminándose una y otra vez su falta de agallas para terminar con la vida de Hyoga. Una mano cálida y fuerte lo tomó por el hombro como muestra de apoyo.
-Alde -dijo Milo entre sollozos- esto no es más... que mi culpa... no debí hacerle caso a Camus... debí terminar con el Cisne yo mismo y... él estaría aquí...
-Milo, Camus murió porque su destino así lo tenía escrito, la diosa estaba del lado de los caballeros de bronce ¿te has dado cuenta que en esta historia, nosotros somos los malos?
…
-Ellos pelearon valientemente Milo, hasta el fin... incluso también murieron en manos de algunos de los nuestros...
-Ella los volvió a la vida... no están muertos!
-Sí, ella así lo decidió... es nuestra diosa...
Milo se puso de pie para enfrentar al caballero de Tauro.
-¿Por qué no los revivió a ellos también?... Cami estaba junto a Hyoga y ella pasó de largo!... mira a tu alrededor toro... ni siquiera está aquí para honrar a los caídos!
-Milo...
-Nos dejó solos Alde... los dejó a ellos... eran caballeros dorados!
El caballero de escorpión estaba tan frustrado que no tenía fuerzas para discutir con Aldebarán, sin decir nada más, volvió a acuclillarse al lado del cuerpo de su mejor amigo y comenzó a acariciar su cabello para quitar la escarcha que aún tenía entre las sedosas hebras de color turquesa.
Aldebarán se sentía muy mal por lo que pasaba, si bien es cierto los caídos y él se habían alejado en los últimos años, eran sus compañeros, hermanos de batallas y de crianza, sus primeros recuerdos los incluían a ellos...a todos. Con la mirada húmeda volvió a ver hacia su izquierda, donde escuchó un ruido apagado, en la escalera que daba al podio donde estaba la silla patriarcal, su querido amigo Mu de Aries, se escondía en las sombras, mientras meditaba en silencio sobre la muerte de su hermano mayor.
Saga... ¿por qué lo hiciste? ¿por qué le causaste tanto dolor a Mu? -pensó angustiado el segundo caballero.
Algunos de los miembros sobrevivientes de la Orden Dorada, se encontraban en shock y entonces ante la parálisis emocional de sus compañeros, Shaka de Virgo decidió tomar la batuta en la dirección de los preparativos para el entierro, por ello había bajado al doceavo templo a recoger el cadáver del caballero de Piscis. Fue difícil asimilar el triste espectáculo de las rosas deshojándose en multitud de pétalos de color ladrillo, desde el jardín principal de la última casa.
Con un suspiro entró al templo, que aún tenía un tenue aroma a rosas y en medio de la nave central lo vio; estaba boca arriba, cubierto de rosas de colores, tan bello como siempre, solo que más pálido de lo normal. Se acuclilló a su lado y limpió las flores de encima del cadáver para levantarlo, pero al hacerlo, el cuerpo traqueó desde adentro. Sorprendido lo puso de nuevo en el suelo y retiró una pieza de la armadura a un costado para revisar las costillas, ya que si tenía muchas fracturas iba a ser imposible moverlo sin ayuda.
Al examinarlo, lo que vio fue increíble para él.
-Mu... amigo -dijo Aioria abrazando al carnero, mientras Aldaberán observaba con respeto- lo siento mucho...
Mu no pudo responder porque las palabras no le salían, pero asintió con la cabeza, agradeciendo el gesto de sus compañeros, sin embargo lo que más deseaba en ese momento era...
-Shaka! -dijo Aldaberán con voz suave- mira león, trae a Afro, creo que es hora de que comencemos con los ritos funerarios.
Aioria asintió en silencio, mientras acariciaba la espalda del carnero para retirarse a comenzar la tarea de limpiar y perfumar los cuerpos.
Shaka colocó el cadáver del caballero piscis, junto a los otros dos, la verdad aquello era una visión muy triste y para Aldaberán muy dolorosa, porque no se podía sacar de la cabeza el recuerdo de sus compañeros cuando eran niños.
-Y a ese ¿qué lo mató?... ¿se besó a si mismo?
Shaka se volvió hacia a Aioria con un semblante muy serio, Aldebarán negó con la cabeza reprobando el desafortunado comentario.
-Murió calcinado -contestó el caballero de Virgo sin expresión.
-Qué! -murmuró Aioria sorprendido.
-Sus pulmones están convertidos en carbón y no creo que haya sido una muerte apacible ni agradable -dijo Shaka, al momento que volvía a ver hacia la escalera donde estaba el caballero de Aries- solo un poder muy grande pudo haberle hecho algo así a un caballero dorado ¿quién terminó con él?
-Shun de Andrómeda...
-Pues hay que vigilarlo de cerca, pero eso será después, por ahora tenemos que mover el cadáver con cuidado, ya vengo a ayudarles- y dirigió sus pasos hacia Mu, quien se encontraba en el mismo sitio desde hacía rato.
Mu, se sentía un poco más calmado y casi había logrado aceptar la muerte de su hermano mayor, estaba tan distraído en sus pensamientos, que no advirtió que alguien se le acercaba hasta que vio junto a él, los pies enfundados en la armadura dorada de Virgo. Como acto reflejo levantó su mirada para encontrarse con los expresivos ojos azules de Shaka.
-Mu -dijo el rubio hincándose con una rodilla, para estar a la altura del otro y así poder mirarlo a los ojos- yo estaba equivocado... te pido perdón desde el fondo de mi corazón -terminó posando su mirada en el suelo como muestra de respeto.
Mu estaba tan sorprendido por el acto de humildad de Shaka, que solo atinó a abrir más sus ojos, sin poder emitir palabra.
-Te daré la razón si no deseas reanudar tu amistad conmigo -terminó Shaka muy serio, haciéndole una reverencia al otro para retirarse- pero te pido que no me guardes rencor
Cuando el caballero de Virgo se levantó, Mu lo tomó de una mano y lo jaló hacia si.
-Quiero que vuelvas a ser mi amigo y no hay espacio en mi corazón para los resentimientos o el odio -le dijo el pelilila con una sonrisa triste- estas veinticuatro horas han sido muy dolorosas...
Shaka se acuclilló de nuevo y en un gesto increíble, abrazó fuertemente a Mu, mientras acariciaba su cabello, agradecido de que su amigo no lo detestara, el carnero correspondió el gesto, rodeando con sus brazos al rubio, permitiéndose llorar al fin, por la pérdida de su hermano.
Mu, pase lo que pase, aquí estaré siempre...contigo
Horas después, los tres cadáveres estaban casi listos para comenzar con los ritos funerarios. El caballero de Escorpión se había encargado de asear el cuerpo de Aphrodite y al pasarle el lienzo sobre la piel se dio cuenta de que el muchacho estaba usando maquillaje.
-Shaka -llamó Milo, tratando de ser discreto- ven a ver esto
El caballero de Virgo se acercó y estudió de cerca la tela manchada de color piel que le acercaba Milo.
-¿Qué es esto Milo?
-Creo que es maquillaje...
-¿Y para qué sirve?
-Entiendo que las mujeres lo usan para tapar algunas imperfecciones... la verdad no me imaginaba que Afro usara... este tipo de cosas... él era, ya sabes, algo delicado, pero esto...
Shaka estudió las manos y el rostro del cadáver con mucho cuidado.
-Milo, supongo que era para disimular esas manchas
-¿Cuáles manchas Shaka?... yo no veo nada!
-Toda su piel está manchada de goterones rojos, si no fuera porque estoy seguro de que no se puede limpiar, te diría que son de sangre
Shaka había estudiado las costumbres funerarias de cada una de las casas de los fallecidos para comenzar con los rituales.
En el caso del caballero de Acuario, el ritual exigía que el discípulo encerrara el cadáver del maestro en un ataúd de hielo y era evidente que Hyoga no había desarrollado el poder necesario para hacerlo.
El tercer guardián siempre era mellizo, y su alma se dividía en todas sus reencarnaciones entre los gemelos, así que la costumbre exigía que ambos fueran enterrados el uno junto al otro, en honor al alma compartida y de forma simbólica, en una de las criptas dobles del sótano del tercer templo. Cada uno de los gemelos tenía una llave para la cripta, pero la de Saga fue imposible localizarla y Kanon había muerto hace mucho tiempo como para emprender la búsqueda de la otra llave.
Y para finalizar, el caballero de Piscis, debía ser enterrado en un sarcófago de piedra al pie del abedul sagrado, sobre la tierra en la que se había transformado el cuerpo de su antecesor. Preocupado, Shaka se dirigió con Aioria a abrir la cripta del doceavo templo, pero a como iban las cosas, seguramente tendrían que enterrar a sus compañeros de forma provisional en el mausoleo común del Templo Principal, eso sin contar que no tenían los cadáveres de Máscara y Shura para darles la sepultura adecuada a su rango.
Algo cansado, el caballero de Virgo levantó con ayuda de Aioria la gran tapa de piedra y la sorpresa de encontrar intacto el cadáver de Amadeo fue mayúscula.
-Shaka -preguntó Aioria algo asustado- ¿qué... qué significará esto?
El caballero de Virgo lo meditó unos segundos.
-Aioria, me temo que a nuestros compañeros, aún no les había llegado su hora...
FIN
Lo prometido es deuda, abrazos de todo corazón. Se agradecen siempre sus comentarios.
Shakary