Los personajes no me pertenecen, son creación de Masashi Kishimoto.


Capítulo 1. Y allá vamos.

Temari seguía tirando cosas a la maleta sin prestar atención a lo que verdaderamente estaba metiendo ahí. Quedaban nada más que 7 horas y debería coger el vuelo destinación Tokyo desde Barcelona, ciudad en la que vivía desde que murió su madre cuando apenas tenía 4 años. Llevaba 3 años estudiando Japonés en la universidad autónoma de Barcelona, y este año había ganado un viaje de estudios de un mes a Japón, puesto que era una de las mejores estudiantes de su curso. Ya había acabado todos los exámenes finales y tenía muy claro que iba a ser una de las pocas personas de su clase en ser aprobada en el proyecto de final de carrera.

- Temari, ¿Estás segura de que estarás bien? Sinceramente, no creo que sea bueno que vayas un mes tú sola a un país que está al otro lado del mundo.. - Soltó Gaara, su hermano pequeño.

- No te preocupes Gaara, estaré bien, soy una de las mujeres más fuertes que te puedas encontrar, más bien deberías preocuparte por Japón. - Se rió Temari, provocando que su hermano sopesara seriamente esa opción, después de todo su hermana era una mujer hecha y derecha, y cualquier hombre inteligente no se metería con ella, porque la verdad es que su presencia imponía mucho.

- Tranquila hermanita, en el caso de que pasara algo, nos avisas y vamos a Japón a soltar puñetazos a quien tú quieras, ¿A que sí, Gaara? - Dijo Kankurō, su otro hermano menor, aunque no lo pareciese. Todos rieron cuando Kankurō empezó a hacer poses de "body builder" con aires de grandeza.

Desde que murió su madre, Temari sintió la necesidad de cuidar de sus hermanos puesto que su padre jamás les mostró un ápice de cariño. Hacían ahora unos cinco años desde que murió y toda la carga familiar cayó sobre Temari, al ser la única mayor de edad. Tenía que ocuparse de llevar a Gaara al colegio, llevar a Kankurō a talleres de marionetas por la tarde, preparar el desayuno, almuerzo y cena todos los días y finalmente acudir ella misma a sus clases, estudiar y sacar la mejor nota que podía, para así, en un futuro, poder sostener ella misma económicamente su pequeña familia. Ahora que faltaría durante un mes, no estaba segura de que esos dos puedan sobrevivir sin ella.

Finalmente llegó la hora de ir al aeropuerto. Kankurō se puso al volante y Gaara ayudó a Temari a meter la maleta (Esa GIGANTE maleta, por que a pesar de que Temari era una mujer dura, era tan coqueta como todas las demás) en el maletero. Se subieron al coche y partieron rumbo a El Prat. Durante el trayecto hablaron de mil cosas, recordaron como Temari había llegado hasta este punto de su vida, como había empezado la carrera a la edad de 19 años y había siempre sacado matrícula de honor en todo. Ella era una de esas personas que tienen un plan de vida forjado y lo siguen al pié de la letra, nunca dudando de sus propias decisiones. Era y es una mujer fuerte.

Llegados a destinación, acompañaron a Temari hasta el check in.

- Bueno, ya hemos llegado, aquí nos separamos. - Dijo Temari con aires melodramáticos.

- Cuídate mucho hermanita, no hagas que pase nada raro por allí. - Dijo Gaara poniendo morritos. Temari frunció el ceño.

- Eso, tampoco arrases mucho con los chicos, que nos conocemos. - Se burló Kankurō, a lo que Gaara puso cara de asco y Temari los ojos en blanco.

- Os echaré muchísimo de menos niños, no quemen la casa en mi ausencia. - Dijo Temari, dicho esto los tres se abrazaron y Temari decidió que era mejor partir sin decir nada más.

Temari hizo el Check in sin ningún problema, pasó la aduana y buscó en que ala del aeropuerto debía de salir su avión. Caminó lo que parecieron horas y por fin llegó al lugar del que saldría su avión. Buscó asiento y esperó a que abrieran el vuelo, cuando se dio cuenta de quien estaba unos metros más a la derecha.

- ¿Ese no es…? - Dijo Temari, algo confundida.

Y allí estaba, ese chico misterioso que había visto un par de veces por la facultad. Estaba en el mismo año que ella, con la única diferencia de que él tenía turno de tarde y ella de mañana. Las dos o tres veces que lo había visto, se fijó en él porque la miraba con una desfachatez increíble. La repasaba de arriba a abajo. No se cortaba lo más mínimo. Y eso la enervaba, le sacaba de quicio, por que ¿Quién era él, para atreverse a mirar así a la pedazo de mujer que era ella, él, que era bastante más bajito que ella y que encima tenía pinta de aburrirle todo? Ese tipo de hombres hacían que Temari odiara al género masculino. Aunque la verdad es que tenía que admitir que había cambiado desde la última vez que le vio, hacía unos 3 años. Sí, la verdad es que incluso le parecía atractivo.

En ese momento el chico levantó la vista del libro que estaba leyendo y miró a Temari, y ahí otra vez, esa cara de aburrido de la vida, esa mirada que hacía que a ella le hirviera la sangre.

- ¿Estás aquí por el viaje de estudios? - Preguntó él, tenía la voz aburrida, parecía que preguntaba por inercia y no por interés. A Temari le asaltó una duda.

- Sí, ¿Cómo lo sabes?

- Porque yo también.

"¿QUÉ?" Pensó Temari, la cara que se le quedó tuvo que ser grandiosa, por que el chico cambio la expresión a una un poco más preocupada. Lo empezaba a recordar. A la hora de enviar la solicitud para el viaje había leído que habían dos plazas, pero nadie le había dicho quien se la había llevado, todo este tiempo pensando que iría sola y resulta ser que de todas las personas en el mundo que podrían haber ido con ella, tenía que ser ese individuo.

- Te llamas Temari ¿Verdad? - Dijo despreocupado otra vez el chico.

- Sí… - Susurró Temari, ese shock le costaría todo el vuelo en avión y quizás una o dos semanas de viaje.

- Encantado. Me llamo Shikamaru, Shikamaru Nara.


Bueno, este es el primer capítulo del fanfiction. ¡Espero que os haya gustado y dejen reviews! :D