Katekyo Hitman Reborn ni sus personajes me pertenecen, su dueño absoluto es Akira Amano, yo solo soy dueña de esta historia, al igual que los personajes oc.

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Después de mucho, mucho, tiempo sin poder publicar, por fin aquí está un nuevo capítulo espero que les guste.

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Capitulo Seis

Llegada, encuentros y Suerte

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Mirando con gran entusiasmo a su alrededor, las altas construcciones, las casas brillantes, las personas apresuradas al caminar, sintiendo el soplar del viento fresco veraniego, ellos no podían apartar la vista, ante el nuevo escenario delante de ellos.

Ai no pudo evitar soltar una risa de diversión mientras el paisaje se movía rápidamente a causa del movimiento provocado por el auto donde él y su madre se encontraban, volteo su mirada asía su madre que se encontraba a su lado observando la misma vista, ella compartió una sonrisa con la misma alegría que él.

Haru solo sonrió al ver la alegría y brillante emoción en los grandes y resplandecientes ojos plateados de su hijo y con cariño acaricio los suaves cabellos negros, a lo cual el pequeño infante acepto los mimos con un suspiro de satisfacción y una sonrisa aún más deslumbrante.

Haru solo mantuvo suavemente su sonrisa maternal mientras seguía acariciados esas suaves plumas negras bebe con nostalgia, sin duda había extrañado pasar tiempo al lado de su niño.

Ya había pasado un mes y medio desde su estadía en Florencia y los días pasaron y pasaron, trabajo, más trabajo, era agotador y algo desesperante, ciertamente las cosas no habían salido como ella había planeado.

Manejar una nueva cadena de butiks y trabajar en los diseños para el desfile, no era algo que podía manejar completamente ella sola, todo el tiempo se la había pasado en negociaciones con socios, reuniones con decoradores de interiores para las nuevas tiendas, encargarse de la selección de los diseños de venta y la contratación del personal que estaría trabajando.

Fue muy decepcionante no poder disfrutar con su hijo las maravillas del lugar, fue muy poco el tiempo del cual pudo pasar con su pequeño sin las molestas interrupciones del trabajo y cuando por fin pudo terminar con la mayoría de sus pendientes y tener el tiempo suficiente para pasarla con su pequeño, el plazo en Florencia termino, e inmediatamente tuvieron que preparar su vuelo para viajar a Sicilia.

Pero a pesar de las molestias y el poco tiempo que ella y su hijo tuvieron para divertirse, Ai en ningún momento le reclamo, siempre tan feliz y dispuesto a entender y aceptar, una oleada de calor se esparció en su pecho llena de orgullo y completa felicidad al sentirse tan afortunada por tener un hijo tan maravilloso, no dudo en tomar a su pequeño por sorpresa en un fuerte abrazo.

"¡Ai-chan, mamá es tan feliz, tengo un hijo tan lindo!"

Al momento que los fuertes brazos de Haru atraparon al oji-plateado, Ai no pudo evitar la repentina escapada de aire que salía de sus pequeños pulmones al tener los brazos de su madre fuertemente sujetados sobre él y que parecía no tener la más mínima intención de soltarlo.

"¡Hah, Ma-má n-o puedo-res-pirar!"

Pero al parecer la dificultosa petición no fue escuchada.

Los ojo achocolatados de Haru parecían brillar de una felicidad tan grande, siempre se sentía tan feliz cuando estaba con su niño, deseaba que nunca acabara su abrazo, le gustaría permanecer para siempre así, rodeando con sus brazos a Ai por siempre.

Aun podía recordar la primera vez que lo sostuvo en sus brazos, estaba tan asustada y furiosa con Alan por la manera tan inexperta de cargar a un niño, que no pudo contenerse y querer tomar con sus propios brazos a ese bebe.

Y cuando lo sostuvo fue una experiencia tan maravillosa era tan pequeño, tan frágil y adorable, nunca había cargado a un niño tan pequeñito.

Pero la calidez que irradiaba ese diminuto ser la había hecho sentir tan en paz, verlo tan contento con sus ojitos plateados mirándola con curiosidad mientras se acurrucaba en su pecho para dormir en total confianza como si ese bebe supiera que ella era especial provocándole una felicidad que hace mucho había perdido.

"¡Soy tan feliz!"

"¡Eres tan lindo!"

"¡Mi pequeño Ai-chan, te amo tanto!"

Entre gritos de una madre alegre, Ai luchaba con todas sus fuerzas para poder respirar.

"¡Mamá, no puedo respirar!"

Desde el retrovisor el conductor no pudo evitar sonreír ante las travesuras de sus pasajeros, y la vista de calidez familiar que desprendían madre e hijo.

Entre, abrazos, mimos, asfixias y sonrisas, el pobre de Ai luchaba por mantener su conciencia y no perder el poco aire que le quedaba de sus pobres pulmones, su madre podría ser demasiado amorosa cuando se emocionaba, ¡si demasiado amorosamente asfixiante!

Él no tenía problemas con aceptar los cariños, pero el quedarse sin aire y ponerse morado no era algo que deseaba sentir cada vez que su madre lo atacaba con abrazos, con último esfuerzo Ai volvió hablar asía su madre felizmente sonriente con la esperanza de que esta vez si lograra escucharlo.

"¡Ma-má ai-re!"

Haru despertó de su ensoñaciones alegres y por fin pudo escuchar las suplicas de su hijo y ver su pequeña carita tomar un tono purpura en vez de la sonrosada alegría de siempre, la tomo en una sorpresa y angustia desprevenida.

"¡Dios mi amor respira!"

"¡Respira!"

El pequeño pudo sentir alivio en sus pulmones cuando las trampas mortales asfixiantes que eran los brazos de su madre lograron desprenderse de él.

"Es-toy bien, ma-má no te pre-ocupes", entre pequeños jadeos, el infante trato de tranquilizar a su madre hora que parecía desesperadamente frenética.

Haru no le tranquilizo en absoluto la respuesta que su pequeño soltó con dificultad, a veces olvidaba que tan perdida se ponía cuando estaba demasiado feliz y las mayoría de las veces era su Ai-chan quien tenía que pagar su exceso de animosidad, pero no puede evitarlo cuando esta alrededor de su pequeño Ai, él es su fuente de alegría.

"Y era tan adorable".

Con cuidado puso su mano sobre la pequeña espalda frotándola dulcemente para darle alivio, mientras lo sentaba en su regazo.

"Lo siento, lo siento, querido, me excedí otra vez", canto con voz suave la joven madre y con cariño pico en un beso las mejillas ligeramente regordetas de su hijo que rápidamente se incendiaron de un rubor adorablemente rosado ante los mimos excesivamente melosos de su madre.

"Estoy bien solo no me abraces tan fuerte mamá", Ai soltó un ligero regaño pero se notaba aun la vergüenza y la felicidad en su voz.

Haru soltó un ruido alegre y también avergonzado de entendimiento mientras sentía a su niño acurrucase sobre su regazo y soltar un resoplido contento de comodidad que Haru en buena gana acepto, a veces su hijo se comportaba demasiado maduro para su edad y en los momento infantiles en búsqueda de ser mimoso que a veces Ai le daba como ahora los atesoraba demasiado.

La joven mujer castaña con una sonrisa volteo su vista a si la ventana mientras veía el paisaje alegre pasar con rapidez sobre su ojos mientras sostenía a su pequeño entre sus brazos.

Su corazón estaba acelerado lleno de inquietud que deseaba aplacar, un presentimiento dentro de ella cada vez se hacía más fuerte desde el momento que llego a este lugar, solo deseaba que sus planes esta vez resultaran como ella deseaba.

En verdad lo deseaba.

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Haru no estaba feliz.

¡Por supuesto que no podía ser feliz!

Las cosas nuevamente no resultaron como ella esperaba, un suspiro cansado salió de sus finos labios, mientras miraba las calles de su alrededor de manera desorientada.

Sus ojos achocolatados reflejaron el desánimo y la desesperación, mientras soltaba un susurro derrotado,"¡¿Porque esto le pasaba a ella?" , mentalmente se reprendió.

"¡Hey, Haru, ¿estas hay?, ¿hola?, hola?!", rápidamente se perdió de sus ensoñaciones al escuchar la voz claramente impaciente de su hermano. Tristemente acomodo correctamente su móvil sobre su oreja para escuchar mejor los gritos de Nicolás, con los labios apretados en incomodidad, soltó a rastras…

"Creo que… me perdí".

Un cacareo de diversión se escuchó lastimosamente sobre su oído, Haru frunciendo el ceño en molestia mientras sus mejillas se sonrojaban en vergüenza, al escuchar la risa estúpida de su hermano.

"¡No te rías, no es divertido!2

"¡Lo siento, lo siento, pero solo a ti te pasa esto Haru-chan, rayos enserio solo esto te puede pasar a ti!,¡Eres una completa despistada!"

Haru soltó un mohín infantil de molestia al escuchar la alegría nada moderada en la voz de su hermano mayor causada por su costa.

Ya había pasado una semana completa.

¡Una semana completa!

No podía encontrar un lugar adecuado para armar su estudio, sus reservaciones se había extraviado debido a un incidente con el personal del hotel que agendo las fechas de sus reservaciones incorrectamente, cuando ella y su pequeño habían llegado con gran entusiasmo al hermoso hotel del cual pensaban que iban hospedarse, todo se había venido abajo cuando se acercó a la recepción para pedir por sus reservaciones.

Los encargados del hotel incluyendo la recepcionista se habían disculpado una y otras vez con tanto arrepentimiento por haber puesto a uno de sus huéspedes más importantes en este predicamento que Haru y Ai desesperados había aceptado las disculpas y trataron de calmar y detener al personal con sus disculpas locamente frenéticas.

Con su lugar de hospedaje ido, Haru también había perdido la solicitud de un estudio de trabajo para comenzar con sus diseños que el hotel amablemente iba a disponerle de entre una de sus tantas salas privadas , pero ahora se había esfumado tristemente también.

Lamentablemente todos sus contactos tampoco pudieron ayudarle para encontrar un lugar, en las circunstancias en las que se encontraba era imposible, otros diseñadores que también estarían en el desfile ya tenían reservaciones de estudios, la escases de lugares para formar un lugar de trabajo era grande.

y con la temporada de turistas había sido muy difícil encontrar un lugar en el cual ella y su hijo pudieran quedarse, fue un milagro de cual ella ya estaba a punto de llorar de alegría cuando pudieron encontrar una habitación en una pequeña posada acogedora que era atendía por un amable señor y su esposa.

Estaba agradecida tanto por ese pequeño milagro, porque si no hubiera encontrado un lugar estaba segura que ella y su hijo pasarían la noche en la fría y solitaria calle y ¡ella no quería que sucediera eso!

La posada era tan hogareña y realmente le gustaba no era para nada como los hoteles en los que se había quedado, se sentía muy a gusto y Ai le había encantado el ambiente del lugar como a los dueños, el señor Adriano y la señora Elisabetta, era muy amables con su pequeño hijo que calentó el corazón de Haru agradablemente.

El cuarto era cálido y agradable a la vista, el problema era el espacio ella y su hijo tuvieron que sufrí con su equipaje que difícilmente pudo entrar en la habitación y no era la comodidad que ella esperaba cuando parecía que todo estaba a punto de explotar fuera de la habitación

Ella sabía que no había espacio suficiente para colocar sus materiales y mucho menos para empezar con su trabajo, además había un cargamento bastante grande de telas esperando por ella dentro de unas semanas más, junto con el resto de sus materiales de diseño.

No tenía más opción que buscar un lugar que pudiera reservar o rentar para que pudiera colocar todas sus cosas sin problema y empezar a trabajar, la fecha con las modelos se acercaba rápidamente, no podía desperdiciar el tiempo más, al pasar los días la preocupación aumento al no tener el éxito esperado.

¡Pero no se daría por vencida!, la tenacidad era su fuerte, siempre que se proponía lograr algo lo conseguía.

Con su nueva resolución se despido de su pequeño dormilón separando cariñosamente los suaves cabellos azabaches de su frente y colocando un pequeño beso mientras aún se encontraba acurrucado y enredado con varias mantas en la cama que compartían, no pudo evitar sonríe por lo adorable que su pequeño se veía, tomo su abrigo rojo del perchero y se dirigió a las grandes calles Sicilianas con un objetivo y llena de esperanzas.

Lástima que la suerte parecía no estar de su lado.

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Regresado de sus pensamientos negativos Haru indignada hablo contra las risas molestas de Nicolás, "¿podrías dejar de reírte de mí?, que clase de hermano mayor puede reírse de la desdicha de su pequeña hermana?", reclamo amargamente la castaña mientras miraba por todos lados tratando de encontrar familiaridad en las calles en las cuales se encontraba completamente perdida.

Ante sus palabras Nicolás solo bufo con descaro libre de culpa, ella podría jurar que su tonto hermano rubio tenía una sonrisa tonta plasmada en su cara picara, "¡¿quién más que su impresionante hermano mayor?!, creo que he impuesto un nuevo récord no tiene ni diez minutos que empezamos hablar y ya estas hecha toda una fiera molesta y eso que no estoy hay, ¡ha,ha,ha!"

Las mejillas de Haru se hincharon enrojecidas de furia e indignación cuando volvió a escuchar ese estúpido cacareo, su puchero se profundizo, parecía una niña pequeña molesta en vez de una adulta furiosa, por más que intentara verse madura sus facciones infantiles le hacían ver más a una niña.

Podría decir que el destino la maldijo por tener un hermano tan, pero tan molesto.

Por más que quería intimidar a su tonto hermano mayor, solo lograba que la molestara más por su incapacidad de ser intimidante, para su desdicha Nicolás solo podía ver de ellas un aspecto adorable en vez de uno de miedo que solo provocaba querer molestarla más

"¡Estúpido e idiota hermano!"

"Ha,ha,ha, cálmate Haru, deja de actuar como una loca de seguro ya estas asustando a las pobres personas que estarán a tú alrededor.

"¡Espera a que te vuelva a ver, voy a ahorcarte con mis propias manos!"

"¡Ha,ha,ha, inténtalo si puedes!" ~

"¡Muerete!"

"I love you too."~

Entre gritos y reproches la mujer castaña no pudo más que despotricar furiosamente a través de su teléfono ignorando las miradas, desconcertadas y cautelosas de las personas que pasaban a su alrededor que rápidamente se alejaban de la joven loca que parecía que estaba a punto de matar su móvil con sus propias manos.

Mientras continuaba deambulando entre calles desconocidas con la esperanza de encontrar algo familiar que la condujera hacia la posada donde ella y Ai se hospedan, Haru seguían con su pelea verbal con su hermano mayor que aún seguía cacareando con locura solo para molestarla.

"Deja de reírte. "

Ha,ha,ha.

"Ya cállate."

"No, no lo hare." ~

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Gokudera Hayato estaba molesto.

No, molesto era poca cosa…

Estaba furioso.

Podía sentir una gran migraña golpear con dureza dentro su cabeza de solo escuchar esos desesperante y tan conocidos gritos que aumentaba la intensidad de su malestar, deseaba llegar pronto a la mansión y alejarse lo más posible de esos dos, si tan solo ese estúpido cabeza de césped dejara de gritar al igual que su desesperante hijo.

"¡Mira, mira, tío Gokudera esto es increíble!"

"¡Al extremo Gokudera, mira, mira!"

"¡Al extremo!"

"¡Increíble!"

"¡Al extremo!"

"¡Increíble!"

"¡Ya cállense, maldita sea!"

Los gritos de esos tres podían escucharse por todo el lugar dejando entre miradas extrañadas, y curiosas por parte de los turistas al ver a dos hombres de elegantes trajes negros y un pequeño gritar a todo pulmón, mientras algunos lugareños miraban asustados en reconocimiento al hombre de cabellera plateada que parecía que estaba a punto de querer asesinar a alguien con la mirada homicida que tenía en su cara.

"Necesito un cigarro", con voz irritada y ceño fruncido el mafioso de pelo plateado murmuró a rastras, mientras miraba fastidiado a la pareja de padre e hijo mirar con ojos brillantes y sonrisas alegres y radiantes como el sol las decoraciones que adornaban las calles de su alrededor como un anuncio alegre avisando que pronto se acercan las festividades del lugar, porque ese idiota fanático del boxeo tenía que traer a su inquietante hijo.

"Este no era su día de suerte."

El debería estar al lado de su Decimo cuidando de su espalda, siempre estando a su lado, como la mano derecha que era, pero no, no, termino estando al lado de dos desesperantes problemáticos, todo por culpa de ese ese estúpido fanático de la espada, él era quien debía haber hecho esta vigilancia por los territorios con el estúpido de Ryohei, ¡no él!.

Solo pensarlo hacia que su cabeza doliera más y con un último gruñido el guardián de la Tormenta a parto su vista del par horriblemente deslumbrante, siguió caminando lo más rápido posible si mirarlos deseando llegar pronto a la mansión y alejarse lo más que podía de esos dos.

Al contrario de su compañero peli plateado, Ryohei se encontraba desbordante de alegría al mirar las decoraciones del pueblo y el alegre ambiente de los lugareños, no se cansaba de esto a pesar de los años le recordaba a un poco a lugar donde había vivido su niñez.

Nanimori era un lugar pequeño era alegre y los que vivían hay eran personas agradables y vivaces, aun podía recordar en los momentos de festividades las calles eran decoradas con adornos brillantes y la gente alegremente se ayudaba entre sí con los preparativos colocando puestos de comida o ensayando un numero para algún extremo y alucinante espectáculo.

No había duda que había tenido buenos tiempos en su niñez y a pesar de que ya no se encontraba en Nanimori le daba alegría que aun estando lejos podía tener buenos momentos y disfrutarlos con su famiglia, aun con los ánimos en lo alto el guardián del Sol regreso su vista hacia su compañero que se alejaba distraídamente de él y de su hijo a pasos apresurados.

"Hey Gokudera."

"¡Gokudera!"

A pesar de las llamadas en alto de Ryohei no lograba atraer la atención del peli plateado, Gokudera se encontraba metido en su propio mundo personal, que parecía estar lleno solamente de protestas irritantes que llegaban aumentar su molestia y dolor que ahora parecían amenazar directamente a su cerebro.

"Tuve que soportar medio día al lado de esas dos criaturas desesperantemente inquietas y molestas", fueron los pensamiento que parecían atacar con frustración su mente.

"¡¿Gokudera al extremo me oyes?!"

"Esto era por culpa ese estúpido, de solo recordar su molesta y sonriente cara y escuchar sus ha ha ha lo siento Gokudera pero ¿podrías a acompañar a Ryohei?, le daban ganas de quitar esa sonrisa a golpes, cuanto lo viera no dudaría en hacerlo pagar por ponerlo en esta estúpida situación, si, definitivamente."

"¡Gokuderaaa!"

"Si… ese idiota hubiera terminado pronto con sus estúpidos reporte, se las pagara, ¿tal vez debería arrojarle una de sus dinamitas mientras duerme?, sería un precio justo a pagar por su dolor."

"¡Al extremo Gokudera, ¿me oyes?!"

"Si no hubiera sido por culpa de él, no tendría que haber acompañado a estos dos."

"Gokudera al extremo, ¿hola?"

"¡Tío, tío, Gokudera!", un grito infantil y una pequeña mano jalaron la manga de su saco lograron despertar al peli plateado de sus molestos y encimados pensamientos, en un segundo bajo su vista directamente al infante aun con el ceño fruncido, el pequeño de ojos grandes azules lo miraban expectante con una sonrisa grande y brillante totalmente ajeno a su molestia.

El guardián no pudo evitar gruñir molesto.

"¿Qué?"

A pesar la mirada y voz irritada de su tío el pequeño Ryu ignoro deliberada e inocentemente su evidente enfado con su carácter entusiasmado y su poca capacidad de atención, al igual que su padre solía hacer con la Tormenta Vongola.

"¡Por fin nos pones atención Gokudera!"

El guardián dejo su vista del pequeño infante para mirar a su compañero, que de la misma forma que su hijo tenía una tonta sonrisa brillantemente entusiasta e igual de ajeno a su molestia, eso solo logro irritar aún más a Gokudera.

Ryohei dio unos paso rápidos cerca de su amigo y tomo la mano de su hijo compartiendo su mirada alegre con él, volteo nuevamente asía el peli plateado y aun nublado alegremente con los recuerdos del pasado, animadamente con su otra mano palmeo el hombro de su compañero para alentarlo, mientras felizmente pregunto.

"¿ya que acabamos de hacer guardia, no quieres acompañarnos a divertimos al extremo?"

"¡Será divertido al extremo!"

"¡Si, increíblemente divertido!"

Elevando la voz de emoción tanto Ryohei como su pequeño, no pudieron evitar arrojar como una piedra su alegría asía su compañero que aparecer estaba sufriendo dolor de tímpanos al ser el recetor directo de tan intensos gritos.

"¡Si será increíblemente divertido tío, di que sí!"

"¡Si Gokudera, di que sí!"

Aun tratando de aliviar el dolor el peliplateado con la molestia aun planteada en su cara se negó

"¡No!"

"¡¿Ha, pero porque?!", su compañero protesto, al igual que el pequeño al mismo tiempo.

Ante los gritos excesivamente elevados, Gokudera resoplo con fastidio ante los dos por su asfixiante insistencia, "olvídenlo tengo cosas que hacer, debo volver a la mansión con el décimo, soy su mano derecha él me necesita."

"¿Así que, es un no?"

"Pero será divertido."

"Nada de peros"

"Pero te a seguro que te divertirás"

"He dicho que no", lanzando una mirada afilada al Guardián del sol que ni siquiera se inmuto al estar tan acostumbrado a esa miradas asesinas, Gokudera sentencio su decisión final.

Pero ante la cara inconforme de Ryu, se veía avecinar una nueva disputa.

"Pero tío Gokudera debes divertirte, te hará bien que te divertirás, divertiste es bueno, papá y yo siempre nos divertimos, se siente muy bien y nos hace felices, a lo mejor divirtiéndote dejas de poner esa cara que asusta a las personas."

"El tío Takeshi me dijo que si dejabas esa cara de amargado la gente te querría mucho más, ya no te tendrá miedo y serás muy feliz tío Gokudera, ¡así que hay que divertimos como dijo el tío Takeshi!", aun con una sonrisa el pequeño declaro como si no hubiera insultado a nadie.

Una vena de furia ya se estaba mostrando en la frente de Gokudera al escuchar esas molestas palabras salir de la boca del mocoso de Ryohei. "Yamamoto bastardo vas a pagar muy caro."

"¡Muy caro!"

Miro seriamente al pequeño infante aun sonriente.

"Quiero fumar", con un susurro oscuro, el guardián de la Tormenta tomo de su saco una cajetilla de cigarros y un encendedor que rápidamente utilizo para encender uno de los cigarrillos llevándolo a su boca, inhalando con cierta desesperación para después en un soplido rápido soltar todo el humo, su cuerpo tenso parecía empezar a relajarse, su mirada estresada y molesta parecía haber disminuido al tener algo de nicotina en su sistema.

"Si esto era lo que necesitaba, después de un día de mierda", es lo que pensó relajadamente Hayato.

Paso su vista todavía relajada al mocoso que aún le sonreía, con una de sus manos despeino con de brusquedad en venganza los cabellos negros de Ryu.

El niño a pesar de la brusquedad y las pequeñas protestas de no querer su cabello desordenado reía con fuerzas, porque sabía que era una muestra de afecto que su tío Gokudera tenía para él.

No era como su tío Tsuna que acariciaba su cabeza suavemente con dulzura o su tío Takeshi que solía palmear despacio su hombro con una gran sonrisa o su tío Hibari que solía lanzarle miradas más suaves que a los demás o su tío Mukuro que solía burlarse de él alegremente sin malicia o sus tíos más jóvenes Lambo, I-pin y Futa que solían darle dulces.

Los afectos que su tío Gokudera podían ser pocos y bruscos pero eran sinceros, significativos y especiales a su manera como cada uno de los afectos que sus tíos tenían para él y esto solo asía recordar por que amaba tanto a su famiglia.

Al final el cabello azabache de Ryu parecía por completo un nido de pájaros, él niño trato de arreglarlo con sus pequeñas manos, pero parecía ser difícil la tarea porque cada vez que trataba de aplacarlo su cabellos volvía a enredarse, no ´pudo evitar soltar un puchero de frustración.

Gokudera sonrió entre dientes ante la graciosa vista.

El guardián de la Tormenta dirigió nuevamente la vista asía el Guardián del Sol que mantenía una vista sorprendida, consternada e indignada en su rostro.

Mierda, lo había olvidado, el motivo por el cual estuvo conteniéndose fumar uno de sus cigarrillos delante de esos dos.

"¡Gokudera no fumes delante de mi hijo al extremo!"

Había olvidado el papel de buen padre que tomaba a veces el estúpido extremista al alrededor de su hijo.

Al instante de la demanda, el Guardián del Sol empezó a gritonear y sermonear a su compañero como una madre preocupada.

Gokudera solo deseaba que se callara de una vez, el alivio que había recibido al fumar había desaparecido al instante en que los gritos de Ryohei entraron en sus tímpanos.

"¡Fumar es malo para la salud Gokudera al extremo!"

"¡¿Acaso quieres que te entierremos tan joven al extremo?!"

"Ahora ya empezó con su papel de doctor"

"¡Sabes que fumar te hace idiota, lo leí en un libro en serio decia que mata las neuronas y te haces más rápido viej-¡"

"¡Hey no me ignores al extremo!"

"¡Gokudera, hey!"

"Cállate ya estúpido, deja de actuar como una madre gallina preocupada, maldita sea, tú y tu mocoso váyanse, voy a fumar otro cigarro, nos vemos en la mansión"

"¡Espera Gokudera!"

Sin la intención de escuchar los reclamos de Ryohei, Gokudera empezó alejarse tanto del Guardián del Sol y su hijo.

"Tsk", el solo seguir escuchando su extremo parloteo asía que su cabeza sintiera más de dolor, sin voltear su mirada el peli plateado alzo una mano en despedida poniendo fin a las réplicas del Sol Vongola.

Ryu solo se despidió con efusividad alzando sus manos sacudiéndolas en un gesto de adiós, sabiendo que su tío no iba acompáñalos en su aventura.

"¡Adiós tío Gokudera!~"

Ryohei solo soltó un suspiro al ver como su amigo se alejaba a paso rápido, Gokudera eran tan extremadamente terco.

Bajo la vista a Ryu que lo miraba con una sonrisa bastante alegre sin ser afectado por presenciar una pela entre su tío y su padre, ya estaba bastante acostumbrado al ser testigo de tantas peleas graciosas que su padre y el resto de sus tíos tenían siempre entre sí.

Le parecía demasiado divertido para ignorar.

Ryohei regreso a su alegría al instante al ver a su hijo sonreír y con una sonrisa brillante dijo, "¡Bueno al parecer Gokudera no nos acompañara, pero nosotros hay que divertimos al extremo!"

"¡Sí!"

El niño solo asintió con entusiasmo tomando con su pequeña mano la de su padre, que se había detenido antes de dar un segundo paso y miro nuevamente al niño sonriente que aún tenía un gran nido de pájaro por cabello, "pero primero hay que arreglar tu cabello al extremo.

"bueno."

Cuando Ryohei se acercó a mirar mejor el cabello de Ryu se sorprendió por la cantidad de nudos que había, "wow, Gokudera sí que hiso un buen trabajo contigo", con un suspiro el Sol Vongola comenzó a desenredar el cabello azabache.

"Esto llevara un tiempo."

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Cuando Ai despertó lo primero que noto fue la ausencia de su madre, al ver que faltaba la su chaqueta roja en el perchero supo que había salido como todas las mañanas.

No pudo evitar formar una mueca de preocupación la fecha del desfile no estaba muy lejos y los plazos de trabajo de su madre no se estaban cumpliendo, le hubiera gustado ir con su madre, pero ella era muy reacida a que lo acompañara, preferirá que su hijo se quedara descansado y disfrutara un poco del lugar. Haru se sentía culpable de que todo este tiempo no podía disfrutarlo con él, por eso prefería que tomara el tiempo que estuviera solo para que se divirtiera aunque ella no estuviera.

Ai miro por la ventana luminosa calculo por el sol en lo alto que era algo tarde para que el continuara durmiendo, levantándose y procurando no tropezar con las maletas, telas y otras herramientas de costuras que se encontraban regadas por el suelo, tuvo que admitir que por más agradable que era el lugar, era muy pequeño y muy incómodo para moverse había tantas cosas regadas por todos lados pero su mamá y el tuvieron que acostumbrase, lamentablemente no había otro lugar donde pudieran estar.

El y su madre habían vagado por horas en la calle tratando de conseguir nuevamente reservaciones en otros hoteles, pero era imposible y cuando tuvieron la fortuna de encontrar un lugar para hospedarse, lo primero que hicieron al entrar a la habitación fue dejar su equipaje en el primer lugar que habían encontrado, para después llegar directo a la cama y dormir, Ai ya no había sabido nada más una vez que su cuerpo pequeño cayo en la cama suavemente acolchonada, había perdido el cocimiento completamente.

Con cierta torpeza tratando de esquivar tantas cosas como pudo con sus pequeños pies, dando pequeños saltos hasta su equipaje, tomo rápidamente una cambia de ropa de lo primero que encontró, unos pantalones mezclilla azules, una camisa blanca y una sudadera con capucha completamente negra y unos tenis converse del mismo color adornados con una pequeña estrella blanca, entro al baño y tomo una ducha rápida, cuando termino se dispuso a salir de la habitación, tomo su móvil de armazón azul de la pequeña mesa de noche y se dispuso salir cerrando la puerta suavemente en despedida.

Cuando bajo a la planta baja se encontró con el señor Adriano y la señora Elisabetta atendiendo a los restos de los huéspedes en el comedor, los dueños al momento de ver a Ai no pudieron evitar sonreír al ver al más joven de sus inquilinos.

"Buenos días pequeño Ai", la señora Elisabetta coloco el resto de la comida en la mesa y rápidamente se dirigió a las escaleras donde bajaba el pequeño.

"Bonjour, madame Elisabetta, Monsieur Adriano", Ai saludo en una inclinación agraciada.

El señor Adriano y la señora Elisabetta solo sonrieron aún más ante el saludo familiarizado japonés del pequeño, "¿no quieres almorzar pequeño?", he preparado un deliciosa pasta te aseguro que te gustara, con un guiño divertido la señora de la posada no pudo evitar alentar al niño adorable de probar su comida.

Ai solo asintió entusiasmado mientras sus ojos plateados resplandecían en la alegría, le encantaba la comida de madame Elisabetta, desde la primera vez que la Provo se enamoró de ella, era tan buena como la de su tío pero tenían una esencia diferente que gustaba disfrutar.

Rápidamente tomo el lugar que Monsieur Adriano le había ofrecido, dio un pequeño arco en saludo al resto de los huéspedes quienes repitieron su acción con una sonrisa en reconocimiento y en el momento que la comida llego a su lado no dudo en rellenar su tenedor de pasta y meterla rápidamente a su boca, soltando pequeños ruidos satisfechos en la felicidad, mientras pensaba que una vez terminando su deliciosa comida no dudaría en seguir su exploración por el lugar, había mucho de Sicilia que le faltaba por mirar.

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Ojos verdes aburridos miran en desinterés la muchedumbre creada por lugareños y turistas que camina a su alrededor sin importar que algunos incluso chocaran contra él, Gokudera Hayato los miraba como si fueran lejanos, como si estuvieran muy lejos de sofocarlo como siempre se sentía cada vez que caminaba entre las calles concurridas hasta el punto de llegar a irritarlo, sus paso eran lentos, su cuerpo se sentía tan relajado como si flotara y su rostro mostraba gran alivio después de haber sufrido una intensa tortura.

Caminado con una mano en el bolsillo y mientras su mirada se dirigía con desinterés al cigarro que sostenía su otra mano, el peli plateado se cuestiona de manera graciosa el hecho de a ver fumando una cajetilla completa había sido la solución correcta contra su dolor de cabeza causada por culpa de ese par de padre e hijo, una pequeña sonrisa de autosuficiencia se formó en su cara como si hubiera ganado una gran batalla, nada podría sacarlo del estado de alivio que sentía en estos momentos.

"¡Hahi, Nicolás eres un idiota!"

El cuerpo del Guardián de la Tormenta se tensó y sus pasos se detuvieron abruptamente, su mente se bloqueó completamente al escuchar esa voz.

"¡Nunca más volveré a hablarte!"

"¡¿Q-Que rayos!?", girando lentamente su vista del otro lado de la calle casi con temor, tratando de encontrar el origen de esos gritos, en la lejanía dentro de un mar de gente pudo distinguir la espalda de una joven mujer de cabellos castaños vestida con un distinguido abrigo rojo.

"Esa voz, ¡no, no podía ser…!"

"Sus ojos verdes no de dejan de mirar a la joven mujer que seguía caminando del otro lado de la calle, solo cuando la persona estaba a punto de desaparecer completamente, fue cuando Gokudera Hayato salió de su estupor, sin pensar en nada más, comenzó a correr, llamando la atención de unas cuantas personas por su repentino arrebato, cruzando la calle sin precaución alguna antes de que pudiera perder por completo a esa persona, una ola de sentimientos lo golpeo tan fuerte que no podía pensar más haya de llegar a esa mujer, sin tener el valor de articular una sola palabra para atraer la atención de la figura distante, por temor de romper una ilusión.

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¡Hoy es un buen día!, con el pensamiento positivo los ojos plateados de Ai se reflejaron en el esplendor de un cielo despejado, el sol irradiaba una rica luz dorada y cálida en la pequeña plaza donde se encontraba sentado en una banca de madera, mirando atentamente la belleza de las construcciones italianas y los rostros felices de los lugareños al caminar.

Una pequeña sonrisa iluminaba su rostro aún más cuando tomo una unas cuantas fotografías con su teléfono móvil, el alegre paisaje que se muestra en la pantalla es enviado rápidamente atreves de su teléfono, esperaba que las fotografías que habían insistido tanto que tomara les gustara tanto a su tío Nicolás, su abuelita Nanami y la señora Misaki.

Él amaba enviarles imágenes de los lugares que visitaba con su madre, era una forma de mantenerse siempre en contacto con sus seres queridos, a pesar de la distancia su familia también los recompensaba enviándoles imágenes de su día a día, de lo que hacían , cuando trabajan y se divertían, era su manera de comunicarse.

Quería que vieran el lugar que se encontraba disfrutando.

No muy lejos donde se encontraba vio una pequeña tienda de helados bastante bonita estaba adornada por varias enredaderas y había dos grandes árboles que cada esquina del pequeño edificio que la acunaban modestamente dándole un ambiente natural, había unas cuantas mesas y sillas fuera del edificio para los que quisieran disfrutar de la vista exterior, tenía una gran ventada donde se podía ver la gente que se encontraba dentro de la tienda comiendo con gusto.

A pesar de haber almorzado no pudo evitar el antojo al ver como un grupo de niños salían del lugar y disfrutaban comiendo esa golosina helada, la tentación era muy grande para evitar, su estómago dio un pequeño gruñido exigiéndole, no dudo más de un salto se enderezo y rápidamente fue por un helado no iba a ignorar lo que su estómago le exigía eran muy amigos después de todo, tomo una foto también de la bonita tienda y la envió junto con un mensaje.

¡Comeré un helado ~ XD!

Cuando abrió la puerta el sonido de las campanillas resonó por todo el lugar mezclándose entre los mormullos alegres y risas de los demás clientes, observo los colores pintorescos de los cuales estaban pintadas las paredes, había flores y plantas que adornando las mesas que tenían un aspecto antiguo, el lugar parecía de un cuento de hadas, Ai como hijo de su madre sabia de moda y el arte de la estética, sabia apreciar muy bien la belleza cuando la veía y el lugar sin duda era muy bonito.

Cunado su vista se fijó en la gran vitrina donde mostraban gloriosamente diferentes sabores de ese maravilloso postre congelado, sus ojos se iluminaron y sus mejillas enrojecieron, su estómago volvió a gruñir en protesta recordándole el por qué estaba en ese lugar, no pudo evitar correr directamente hacia el objetivo de su gula como un pequeño cachorro hiperactivo sin fijarse de nada ni nadie a su alrededor, ni mucho menos de algunos clientes que claramente se presentaban como obstáculo para llegar ante su deseable antojo.

"¡Helado!"

Justo cuando iba a llegar a su objetivo sintió chocar con alguien la fuerza con la que corrió lo hiso rebotar hasta caer al suelo sentado, un pequeño quejido salió de sus labios cuando impacto al suelo dejándolo por un momento aturdido.

Sintió unas suaves manos tomar cuidadosamente su cara, cuando su vista se enfocó en la persona que lo tocaba, se quedó impresionado, era una joven mujer, su cabello largo y grafilado era de un llamativo color purpura que enmarcaba perfectamente su bella cara, tenía un parche en su ojo izquierdo, pero eso estaba lejos de quitar su belleza, un pensamiento de preocupación cruzo su mente, no podía imaginar la clase de accidente que pudo haberle ocurrido para que perdiera uno de sus bonitos ojos.

Sus pensamientos triste volaron de su mente cuando la mujer le sonrió suavemente, sin duda, su belleza resplandecía aún más cuando sonreía.

Chrome siguió sonriendo suavemente al pequeño que la observaba algo sorprendido, el niño era adorable, sus ojos habían captado rápidamente su atención tenían un bonito e inusual color plata, sus manos le estaban picado para darle un fuerte abrazo y pellizcar sus mejillas como lo hacía con su sobrino Ryu, el niño era demasiado adorable, muy adorable, sin poder evitarlo presiono un poco las mejillas del infante.

Ai no pudo evitar soltar un chillido ante el repentino ataque a sus mejillas su mamá suele hacerlo, pero no lo esperaba el repentino ataque de esta mujer, ligeramente se encogió con algo de susto por temor que lo atacara justo como lo suele hacerlo su madre, sus cariños podía ser verdaderamente aterradores y muy sofocantes aunque sabía que los hacía con amor no podía evitar estremecerse ante los recuerdo de dolor.

"¿Estás bien?", la suave voz que salió de la joven mujer rompió la burbuja de sus pensamientos, cuando volvió a enfocar su vista sobre ella, soltó un suspiro de alivio al ver sus mejillas estaban liberadas, estaban a salvo.

"Lo siento", Chrome en seguida se había disculpado y puso un poco de distancia al notar que el pequeño se había encogido temeroso por el repentino ataque en sus mejillas, ella no pudo evitar sonrojarse en vergüenza por su acto impulsivo, no quería asustarlo.

Al notar a la mujer nerviosa y avergonzada ante su arrebato, Ai no pudo evitar sonreír suavemente para tratar de tranquilizarla, no quería que ella se sintiera incomoda a pesar de haberla conocido hace unos minutos le agradaba.

"Estoy bien, no se preocupe, soy yo quien debería preguntarle si se encuentra bien", Ai lentamente se puso de pie y se inclinó respetuosamente, enderezándose nuevamente y con un poco de timidez hablo "lo siento no era mi intención chocar con usted, no me fije donde iba", esta acción atrajo la mirada curiosas de algunos clientes ante el singular acto del niño pequeño.

Chrome, parpadeo sorprendida ante la disculpa del pequeño.

"¿Eres japonés?", fue lo único que puso salir de una sorprendida Chrome ante la forma en que se disculpa el pequeño.

Ai al escuchar su pregunta parpadeo como un búho y respondió con una brillante sonrisa, si lo soy, bueno una parte, mi madre es japonesa.

Al escuchar sus palabras la Guardiana de la Niebla no pudo evitar sonreír entre alegre y nostálgica ante los recuerdos del pasado que de repente inundaron su mente, quien hubiera dicho que se encontraría con un pequeño japonés.

"¿Oya, pero que tenemos aquí, un pequeño invitado querida Nagi?"

Tanto Ai como su acompañante dirigieron rápidamente su vista hacia donde habían escuchado la voz teñida de diversión y burla, "Kufufufu no me espera encontrarte por aquí pequeño, que maravillosa coincidencia~", los ojos heterocromáticos de Mukuro Rokudo estaban brillando muy animadamente mientras mantenía la vista sobre pequeño niño misterioso que había logrado cautivar a Tsunayoshi.

Ai solo pudo ampliar sus ojos al reconocer a la persona que se encontraba enfrente de él sonriendo divertidamente a su costa por la mirada impactada que estaba poniendo, este hombre es uno de los hombres mafiosos que había conocido en una fiesta devuelta a Francia.

"U-Usted e-está aquí", un tartamudeo fue lo único que pudo salir de los labios de Ai, al ver la sonrisa del hombre ensancharse ante su pequeño tropiezo verbal, un escalofrió recorrió todo su cuerpo mientras su corazón latía como loco ante la emoción de este encuentro.

"Valla suerte que tenía."

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Notas del autor :)

Por fin pude publicar un nuevo capítulo, estoy tan contenta, les pido una disculpa por haber tardado mucho tiempo sin publicar pero he estado muy ocupada con los asuntos de la escuela que cada vez apretaban más mis momentos libres hasta dejarme casi sin nada, fue un buen tempo que estuve muy irritada y deprimida a causa de ello.

Tenía planeado ase mucho publicar unos capítulos de mis otros fics que tenía guardados en mi computadora pero hubo un accidente y se perdieron varios de mis archivos entre proyectos, tareas y si, lamentablemente todos los capítulos que había terminado con tanto esfuerzo y que iba publicar, estaba muy enojada porque había tomado un gran esfuerzo terminarlos y habían desaparecido sin dejar rastro, mis pobres bebes~ TT_TT, ni siquiera podía mirar mi computadora y no sentirme frustrada y triste.

A causa de esto la inspiración había desaparecido y mis deberes escolares solo amentaron exigiéndome más, quise muchas veces escribir pero no podía y no quería forzarme a escribir porque sabía que no estaría contenta con lo que escribiera después de todo yo escribo para divertirme no por obligación, así que el tiempo que tenía libre me la pase leyendo maravillosos fics con la esperanza de que pudieran inspirarme y pudiera continuar mi escritura pero la inspiración no llegaba hasta hace poco y agradezco sinceramente a todos lo que disfrutan mis historias y pacientemente han esperado a que yo publique nuevamente.

También he echado un vistazo a mis anteriores capítulos e hice una cuantos correcciones en las faltas de ortografía y unas cuantas palabras, los capítulos que he corregido fueron el 1,3,4,5, aunque me falta por corregir el 2 cuando tenga más tiempo también lo corregiré, espero haberlo hecho bien. Un_n

A todos los que me han dejado mensajes y a los que han puesto como favoritos y han seguidos mis historias han sido de gran apoyo para no darme porvencida y estoy muy agradecida, los amo queridos lectores ~ y por todo su apoyo les dedico este capítulo ustedes me inspiraron para seguir escribiendo gracias. :)

Nos veremos en el próximo capítulo.

Como ya saben tantos comentarios y criticas serán bien recibidos.

¡Matane!