14 de mayo del 2013

Hola a todos lo que leen este fic, les pido una disculpa enorme a todas la personas que leen este fic en especial a la persona que me pidió que lo escribiera (él sabe quien es) por no poder haber podido continuarlo antes y tenerlo muy abandonado, quisiera prometerles que estaré subiendo capítulos cada semana como lo hacía antes pero no puedo la verdad es que ahorita se me dificulta mucho pero si puedo prometerles que no abandonaré el fic, sólo tenganme un poco de paciencia por favor. Gracias por sus comentarios y por su apoyo en este fic y no los entretengo más, espero que les guste el capitulo y que la espera haya valido la pena. Saludos y que tengan una excelente semana.

Mi Amigo T.K

Cap. 7 El uno para el otro.

Haber dicho que lucharía por el amor de T.K había sido fácil la noche anterior, en especial con esas copitas de más en su sistema, pero ahora que era un nuevo día y que su mente estaba más clara y libre de alcohol; las cosas no parecían tan fáciles como había pensado que serían. ¿Qué se suponía que tenía que hacer? ¿Insinuársele a T.K? No, eso no iba con ella, ni siquiera sabía cómo hacerlo, aunque estaba segura que a Miyako esa opción le hubiera parecido la ideal para empezar con su plan de conquista a T.K.

"Debes ser directa, los hombres no entienden de sutilezas así que debes de dar un ataque directo para que entienda." Le había dicho la chica de lentes la noche anterior y aunque en esos momentos a ella le pareció una gran idea y un gran plan de ataque ahora lo consideraba un poco inapropiado, por lo menos para ella. Ella nunca se había caracterizado por ser directa y agresiva al momento de conquistar, ella era más sutil y tranquila, una miradita tierna, una sonrisita coqueta o un inocente roce de manos por "casualidad." Ella no era aventada, como otras chicas que le dicen directamente al chico que les gusta o le dan un beso poniendo en evidencia sus sentimientos por él, no, ella no era así y dudaba mucho que lograra hacerlo, no tenía ni la confianza ni el valor suficientes para hacerlo.

Hikari suspiró y se paró de su cama para dirigirse al espejo y verse fijamente. "¿Qué se supone que harás Hikari?" Se preguntó a sí misma viendo su reflejo en el espejo y entonces las palabras de Mimi llegaron a su mente "Sólo se tu misma" le había dicho la chica de ojos color miel y al igual que la noche anterior ella siguió sin comprender el consejo de su amiga. ¿Qué fuera ella misma? Si eso era lo que se suponía que hacía siempre y al parecer no le estaba dando mucho resultado, ¿Entonces por qué Mimi le había dicho que para conquistar a T.K tenía que ser ella misma? En definitiva ese consejo no le servía. Bufó decepcionada, volándose unos pocos cabellos que estaban sobre su rostro y viéndose de nuevo en el espejo pero esta vez con un puchero de fastidio en su rostro. ¿Qué se suponía que debía hacer para demostrarle a T.K que lo quería? Demostrar… Sora le había dicho algo de demostrar. Hikari llevó una de sus manos a su barbilla de forma pensativa, tratando de recordar las palabras de su pelirroja amiga.

"Debes demostrarle a T.K que ustedes son el uno para el otro" ¡Eso era! Eso era exactamente lo que tenía que hacer, demostrarle a T.K lo compatibles que eran y los perfectos que eran estando juntos. Ellos se complementaban, de eso no cabía duda y ella tenía que demostrárselo a T.K, así él podría darse cuenta que su amistad era más que eso y que ellos deberían ser algo más que amigos, pero… ¿Cómo se suponía que le demostraría a T.K que ellos estaban hechos el uno para el otro? Hikari se quedó en blanco un segundo y después un pequeño grito de desesperación se oyó en su habitación, frustrada se alborotó sus cortos cabellos y después del pequeño berrinche se miró a sí misma en el espejo y suspiró decepcionada. Había vuelto al principio. ¿Qué iba a hacer?

Antes de que Hikari pudiera seguir hundiéndose en su desesperación y frustración por no saber qué hacer respecto a T.K, su celular sonó y Kari dejó de auto compadecerse para después sonreír al escuchar la voz al otro lado de la línea. Era T.K.

En definitiva, aceptar ser la dama de honor de Catherine había sido la peor decisión que había tomado en su vida. Ahora debido a eso tenía que acompañar a T.K y a Catherine a ver los vestidos de novia para la rubia, eso sin lugar a dudas iba a ser una tortura sobre todo tomando en cuenta que ella estaba enamorada del novio, pero se lo tenía bien merecido, haber si para la otra aprendía a decir que no.

Hikari suspiró y bajó del metro para dirigirse hacia su destino; el centro comercial de Odaiba, donde pasaría horas viendo como Catherine se probaba vestido tras vestido esperando encontrar el perfecto para su boda. Una boda que ella deseaba impedir. En definitiva, era la peor dama de honor del mundo.

Suspiró nuevamente y alzó el rostro para encontrarse con su destino. Frente a ella estaba el centro comercial más grande de Odaiba, donde de seguro la esperaban ya T.K y Catherine. Se paró frente al enorme edificio y lo miró fijamente. Tal vez Miyako tenía razón y haber aceptado ser la dama de honor de Catherine no había sido tan malo, pues en palabras de su amiga "Qué mejor oportunidad había de arruinar una boda que desde dentro" Según Miyako ella era como una espía infiltrada en territorio enemigo, aunque desde el punto de vista de Kari las cosas no eran tan fáciles como las hacía ver Miyako, ni siquiera tenía un plan o algo que la ayudara por lo que de nada le servía ser una infiltrada, es más, ser la espía infiltrada apestaba, ya que como dama de honor tendría que presenciar cosas y momentos que para su salud mental era mejor evitar y que ahora tendría que soportar. Sin duda alguna aquel iba a ser un día muy largo.

Dejó de observar el imponente edificio frente a ella y tomó aire para continuar su camino hacia la que sería una más de las tantas torturas que tendría que soportar durante aquellos dos meses, que estaba segura se le harían eternos.

Con paso seguro se adentró al interior del edificio y casi de inmediato fue capaz de encontrar a la pareja sentada en una banca hablando cariñosamente. Hikari sintió querer morir al verlos tan juntos y su corazón protestó por no ser ella la que estaba ahí con T.K, pero sabía que debía ser fuerte, así que se dio ánimos para continuar con su camino y llagar hasta la joven pareja. T.K fue el primero en verla, era como si él la hubiera sentido antes de que ella pudiera hablarle y como era de esperarse la recibió con una de sus mágicas sonrisas que también la hacían sonreír a ella, era imposible no sonreír cuando él lo hacía y sin poder evitarlo su corazón empezó a palpitar emocionado a cada paso que daba hacia T.K, cada vez latía con más fuerza, era inevitable, su corazón y todo su cuerpo rebozaba de alegría al tenerlo cercas y por un momento sólo existieron los dos. Ahí estaba él, viéndolo con esos ojos tan conocidos para ella y tan llenos de cariño y amor, un amor que ella deseaba fuera real. Takeru la abrazó cariñosamente y una corriente eléctrica recorrió todo el cuerpo de Hikari inundándola de felicidad y amor, correspondió al abrazo de su amigo y se dio cuenta de que pertenecía a ellos, se sentía tan bien rodeada por ellos que deseaba que él no la soltara nunca.

-Me alegra verte.

Le susurró al oído y se alejó de ella rompiendo con aquel momento de complicidad entre ambos.

-Pero me viste ayer, ¿recuerdas? Pensé que la que había bebido de más había sido yo.

Dijo Hikari sin comprender muy bien el comportamiento de su amigo, él era afectuoso siempre lo había sido, pero había algo extraño en su actitud, ella lo conocía tan bien que podía identificar fácilmente cuando algo pasaba con T.K y en ese abrazo él había querido decirle más que un simple "me alegra verte", era más bien un "estoy contigo, puedes confiar en mi"

-Lo sé, es sólo que tenía ganas de verte, hace tiempo que no hablamos de nuestras cosas. Recuerda que debemos recuperar el tiempo perdido.

Le respondió con una alegre y tierna sonrisa que no sólo hizo desbordar de amor al corazón de Hikari sino que también la hizo sonreír a ella de manera tierna y amorosa. Ahí estaba frente a ella ese amigo y cómplice de tantos secretos y aventuras, ese chico que significaba todo para ella y que deseaba al igual que ella recuperar el tiempo juntos que la distancia les había robado por nueve largos meses.

-Hikari que bueno que llegaste. –Habló Catherine colocándose entre los dos amigos e interrumpiendo el reencuentro de aquellas dos almas que añoraban tanto un momento de privacidad. – Estoy ansiosa por empezar a ver los vestidos.

Kari miró a la rubia que se colocó al lado de T.K. ¿Cómo pretendía su amigo que hablaran de sus cosas y recuperaran el tiempo perdido si Catherine siempre estaba con ellos? Tal vez Hikari debía de hacerse a la idea de que ya no eran sólo T.K y ella, ahora también estaba Catherine, pues lo más seguro era que T.K le contaba todo a su prometida, así que todo lo que ella le contara o dijera a T.K seguramente Catherine lo terminaría sabiendo tarde o temprano.

-Hola Catherine. –Saludó tratando de sonar lo más agradable posible, pero sus celos evitaron que sonara tan afectuosa como a ella le hubiera gustado. –

-Hola, me alegra que hayas venido. – Saludó la francesa– Por un momento llegué a pensar que no vendrías.

-¿Por qué no lo haría? –Preguntó Hikari un poco desconcertada–

-Por nada en especial. –Sonrió– Lo bueno que estás aquí y estoy ansiosa por comenzar a ver los vestidos. Leí de una tienda especializada que está en este centro comercial y me muero por visitarla, ven date prisa.

Sin darle oportunidad de hablar Catherine jaló a Hikari para ir a la tienda y la castaña no tuvo más opción que ceder y dejarse llevar. Takeru por su parte observó con una sonrisa a las dos chicas alejarse olvidándose por completo de él, realmente le agradaba la idea de que su prometida y su mejor amiga se llevaran tan bien.

Entraron a la tienda especializada de la cual Catherine había leído en una revista de novias y de inmediato ambas chicas se vieron recibidas por una agradable mujer de cabello chocolate recogido en una pequeña coleta y de grandes ojos verdes que se ocultaban tras unos finos y delicados lentes. Su atuendo era enteramente formal e impecable demostrando que aquel era un sitio costoso y de clase, pero no era sólo la elegancia de la mujer y sus buenos modales los que hacían ver el lugar fino y de mucha clase, sino que toda su infraestructura se destacaba por su elegancia y buen gusto.

Hikari observó maravillada el lugar, desde las enormes y hermosas lámparas de cristal que colgaban del techo, hasta la hermosa fuente que tenía a un David en el centro. Todo aquello era hermoso, fino y elegante era como si hubieran entrado a un hermoso castillo el cual Hikari podría haber estado admirando por horas si no fuese porque la agradable voz de la encargada llamó su atención, provocando que ella desviara su vista de aquella magnífica obra creada por el hombre y viera a la amable mujer que les sonreía.

-Buenos días Señoritas, ¿Las puedo ayudar en algo?

-Veníamos a ver los vestidos de novia. – Contestó de inmediato la rubia y con una gran sonrisa, ella a diferencia de Kari no parecía haber quedado impresionada por la hermosa decoración de la tienda.

-¿Tienen cita?

-No, no sabía que había que hacer una cita.

Respondió con aflicción la futura novia. La mujer sonrió comprensiva ante el semblante preocupado de la joven y amablemente se ofreció a investigar si había un espacio libre que las chicas pudieran utilizar. La encargada se retiró y ambas chicas quedaron solas; Hikari observando maravillada el lugar y Catherine mirando con ojos insistentes a la mujer que se encontraba a unos metros de ellas preguntando en recepción si había un lugar disponible para ellas.

-Wau, este lugar es hermoso.

Comentó Hikari rompiendo el silencio entre ambas. Catherine la observó y después echó una rápida ojeada al lugar.

-Sí, es lindo.

Comentó con una sonrisa aunque se notaba que a ella no le causaba el mismo asombro que a su compañera.

-Vaya este lugar parece un palacio.

Dijo la voz de T.K tras las dos chicas, ambas voltearon y observaron como el rubio miraba el lugar maravillado, él tenía la misma expresión de asombro y admiración que Kari había tenido al entrar.

-¿Verdad que sí? –Comentó Hikari– Me alegra no ser la única sorprendida.

-¿Bromeas? Creo que este lugar sorprendería a cualquiera. –Aseguró el rubio– Es como…

-Entrar en otra dimensión.

Complementó Hikari y Takeru sonrió ampliamente al confirmar que ella había dicho exactamente lo que él estaba pensando, no cabía duda de que ellos dos estaban más que sincronizados, se conocían tan bien que hasta eran capaces de adivinar lo que el otro pensaba sin siquiera tener la intención de hacerlo, simplemente eran ellos mismo y ellos se complementaban a la perfección y sin ningún esfuerzo.

-¡Exacto! – La apoyó entusiasmado– Estás afuera en el centro comercial viendo tiendas comunes y gente común yendo y viniendo de un lado a otro y de repente entras aquí y es Wau, un mundo totalmente diferente.

-Lo sé, es difícil de creer.

Aportó Hikari y ambos rieron divertidos y fue entonces que T.K recordó lo especial que era Kari para él, ella lo comprendía, siempre lo había hecho, desde niños habían tenido esa conexión especial que él esperaba no cambiara nunca.

Catherine observó atenta la plática entre los dos amigos y algo se removió dentro de ella; no le agradó para nada ver lo bien que su prometido se llevaba con Kari y esa gran química que existía entre los dos le molestaba. Sabía que Hikari era la mejor amiga de Takeru y que probablemente no tenía de que preocuparse, pero los celos y su sexto sentido estaban ahí insistiéndole que no bajara la guardia.

-Buena suerte chicas, se canceló una cita y tenemos un espacio libre para ustedes. – Les habló la encargada al regresar y con una amplia sonrisa observó ahora los tres chicos. – Tú debes ser el novio– Aseguró la mujer mirando al par de amigos que segundos atrás habían estado riendo y comentando sobre la decoración del lugar.

-Sí. –Contestó un poco apenado, aún no se acostumbraba a ser el centro de atención–

-¿Sabes que es de mala suerte ver a la novia con el vestido antes de la boda? –Bromeó la mujer–

-Lo sé y por eso traemos a la dama de honor; yo esperaré en el recibidor.

-¡Oh muy bien! Entonces que la novia elija un vestido que le guste al novio dependerá de ti, debe ser una gran obligación.

Comentó la mujer con una enorme sonrisa y dirigiendo su mirada a Catherine quien la miró desconcertada e incrédula de que aquella mujer pensara que la novia era Hikari y no ella.

-Yo soy la novia.

Anunció la novia un tanto confundida y dirigiendo una mirada fugaz al par de amigos, en especial a Hikari. ¿Qué era lo que había hecho creer a aquella mujer que la novia era Hikari y no ella?

-¡oh cuanto lo siento! Es sólo que… Bueno yo pensé… –La mujer alternó su mirada entre la castaña y la rubia una y otra vez y con un evidente nerviosismo que no la dejaba decir ninguna frase clara o con sentido. –Lo lamento. –Dijo al fin– Es sólo que las que preparan las citas por lo general son las damas de honor y cómo usted parecía estar a cargó pues pensé que era la dama de honor.

Se excusó la mujer esperando que su mentira diera resultado y en apariencia así fue, pues la rubia esbozó una amable sonrisa y dijo.

-No se preocupe, esas confusiones pasan, sino le molesta me gustaría ver los vestidos.

-Claro, claro, adelante señoritas, síganme. Joven, usted puede esperar en recepción, hay muchas revistas, le aseguro que no se aburrirá.

Así, las dos chicas siguieron a la encargada mientras que a Takeru no le quedó más opción que dirigirse a la recepción dispuesto a aburrirse por más de una hora.

El ambiente que se había producido entre las dos chicas desde que la encargada se había ido y las había dejado solas en aquel pequeño salón de pruebas era verdaderamente incómodo. Ninguna había dicho ni una palabra desde que se habían quedado solas, pero no necesitaban hablarse para darse cuenta que ambas se sentían incomodas estando solas, pues se sentía entre las dos un ambiente tenso que no daba lugar a ninguna conversación.

Kari se sentó en un elegante sillón individual color café que se encontraba al lado de una puerta que no era por la cual habían entrado y que parecía ser el vestidor. Observó con curiosidad el lugar y le agradó bastante la estancia que era compuesta por un espejo de pared a pared, una especie de armario abierto en el cual había una gran variedad de vestidos colgados, una fina alfombra color esmeralda, un enorme y elegante arreglo floral al lado de la puerta de entrada, tres sillones colocados estratégicamente por la habitación y finalmente una gigante lámpara de cristales pendiendo sobre sus cabezas.

-Está lindo el lugar.

Comentó Hikari en un intento de romper la tensión entre ella y Catherine. Miró a la rubia que encontraba frente a los vestidos viendo uno por uno y esperó a que ella le respondiera algo pero no lo hizo, ni siquiera volteó a verla, o bien no la había escuchado o simplemente había decidido ignorarla.

Kari la miró insistentemente, pero en ningún momento Catherine volteó a verla, simplemente era como si ella no estuviera ahí y por primera vez Kari se preguntó si Catherine realmente había deseado que ella fuera su dama de honor o si sólo lo había hecho por complacer a T.K. Algo le decía que la más probable era esta última opción, aunque no por eso Catherine tenía que hacer las cosas tan incómodas, a ella tampoco le agradaba el estar ahí pero no por eso se hacía la sorda cuando le hablaban, porque si de algo estaba segura Kari era de que Catherine la había escuchado, era imposible que no lo hiciera; estaban solas, en un silencio casi sepulcral; hasta un grillo se oiría en aquel lugar. Kari apartó molesta su mirada de la rubia y se dedicó a ver cualquier otra cosa que no fuera a la futura novia, ambas podían jugar a ignorarse.

Catherine observaba los vestidos de muestra que tenían en el lugar, en realidad ella prefería verlos en los catálogos pues ahí se apreciaban mejor pero se sentía incomoda junto a Hikari y para verlos tenía que sentarse con la castaña y probablemente hablar con ella y lo que menos deseaba en esos momentos era entablar una conversación con Hikari, por esa razón había decidido ir directo los vestidos para distraerse y tal vez así recuperar un poco de su buen ánimo.

Escuchó que Kari dijo algo pero ella no tenía muchas ganas de hablar en ese momento y mucho menos de cosas tan triviales como la decoración como la decoración del lugar, tema que a su prometido y a Hikari parecía agradarles mucho. Aún le molestaba recordar aquel momento anterior en el que Takeru y Hikari habían iniciado una gran conversación a partir de algo tan insulso como la decoración del lugar; recordó las risas de ambos y aquella conexión entre ellos que no se miraba pero que se sentía entre los dos y algo hirvió dentro de Catherine. No sólo le había molestado ver lo bien que se llevaban aquellos dos sino que además como cereza del pastel la encargada había pensado que Hikari era la novia, ¿es que acaso Haikari y Takeru parecían más pareja que ella y Takeru? Algo en su interior dijo que sí y los celos la inundaron por completo haciéndola sentir una gran rabia aunque no sabía contra quien precisamente.

Catherine notó como su mano apretaba con fuerza la tela de uno de los vestidos y de inmediato la soltó liberando un frustrado suspiro, tenía que controlarse, ella ya lo sabía, Polette su mejor amiga se lo había advertido el día que ella le contó que la mejor amiga de Takeru sería su dama de honor. Polette le había dicho que las cosas no serían fáciles y Catherine lo sabía, sabía que no sería fácil tener frente a frente a aquella chica de la que Takeru le había hablado tantas veces y con tanto cariño, presenciar la cercana relación que tenía Takeru con Hikari y además soportar que Hikari estuviera en todo durante los preparativos de la boda, pero Takeru se lo había pedido y ella no pudo decirle que no, Takeru parecía tan emocionado con la idea de que Hikari fuera la dama de honor que a Catherine le fue imposible decirle que ella prefería que sólo los dos se hicieran cargo de la boda.

"Tienes que soportar por Takeru" se dijo así misma. "Además Hikari no es tan mala, no hay porque descargar tus inseguridades en ella" "Sólo son amigos" se repitió una y otra vez en un intento de convencerse a sí misma y recuperar el control de sus emociones que se estaban saliendo de control impidiéndole disfrutar de aquel día que era tan importante para ella, tenía que controlarse y disfrutar de aquel momento, después de todo estaban ahí porque "ELLA" se iba a casar con Takeru no Hikari.

Catherine volteó hacia Hikari dispuesta a llevar la fiesta en paz y disculparse, sabía que había sido muy grosero de su aparte no haberle respondido hace rato y quería enmendar ese error pero en cuanto volteó vio que Hikari se encontraba escribiendo en su celular con una enorme sonrisa en su rostro. Catherine la observó por un instante, ella conocía esa sonrisa que ahora adornaban los labios de la castaña; esa era la sonrisa de una chica enamorada. Tal vez Catherine había sacado conclusiones demasiado rápido y Hikari ya Tanía a alguien especial que no era Takeru. Al parecer Catherine se había hecho una tormenta en un vaso de agua; Takeru y Hikari eran sólo amigos y no había nada de qué preocuparse menos ahora que se daba cuenta de que Hikari ya tenían a alguien especial en su vida. Catherine sonrió aliviada y se reprendió a sí misma por su dramatismo de hace unos minutos atrás. Abrió la boca para decir algo justo en el instante en que Hikari alzó su vista hacia ella.

Kari pudo sentir la mirada de Catherine sobre ella y alzó su vista encontrándose con mirada de la rubia quien al parecer quería decirle algo.

-Es T.K, quería saber si ya te habías probado algún vestido.

Dijo Hikari a modo de respuesta ante la insistente mirada de la futura novia quien de inmediato sintió como los celos se apoderaban de ella nuevamente y sintió rabia. ¿Por qué Takeru le enviaba mensajes a Hikari en vez de a ella? Y ¿Por qué Hikari sonreía como boba enamorada al responderle el mensaje? Ante esto la intensiones de Catherine de hacer las paces con Kari se esfumaron por completo y la rubia simplemente soltó un "ah" desinteresado y se volteó hacia los vestidos nuevamente para disimular aunque fuera un poco el enfado que sentía.

Kari miró con desconcierto a Catherine a quien al parecer no le había interesado que T.K estuviera preguntado por ella y aunque al principio le resultó un poco extraño la actitud de la futura novia al observarla bien se dio cuenta de que algo no andaba bien con ella. Catherine pasaba los vestidos uno tras otro sin siquiera verlos y con más fuerza de la necesaria. No hacía falta ser un genio para darse cuenta de que estaba molesta y de inmediato Kari comprendió que probablemente Catherine estuviera celosa porque ella se estuviera mandando mensajes con Takeru y si a eso le sumaba el hecho de que la encargada la había confundido a ella con la novia; de seguro aquella era una receta perfecta para despertar los celos de la rubia.

Al principio Kari se sintió orgullosa, sin siquiera intentarlo de alguna forma había logrado dejar en claro el gran lazo que ella y T.K tenían y lo unidos que ellos dos eran. Ahora entendía a Mimi cuando le dijo que sólo fuera ella misma, eso era justo lo que había hecho y todo había empezado a salir de maravilla sin tener que esforzarse. Sin embargo ese orgullo y esa felicidad que la habían inundado duró sólo un segundo pues cuando volvió a ver a Catherine se sintió terriblemente mal por ella, se suponía que estaban ahí porque Catherine se iba a casar, ella debía estar feliz y no con un ataque de celos que le estaba amargando el día y aquel momento tan especial para ella.

Kari miró a la rubia e intentó ponerse en su lugar y pensó que ella también estaría algo molesta si estuviera en la misma situación y con las mismas circunstancias que la francesa. Que tu prometido tenga una mejor amiga con la que se lleva de maravilla y que la encargada crea que ella era la novia en vez de tú no debía ser muy agradable y si a eso le tenía que sumar el hecho de que tu prometido en vez de mandarte mensajes a ti se los manda a ella para ver cómo va la prueba del vestido, eso de seguro sacaba de sus casillas a cualquiera, lo que tenía Catherine era una receta perfecta para los celos.

Kari se removió incomoda en el asiento sintiéndose culpable por la situación de la rubia. Afortunadamente para ella la encargada llegó y Kari pudo detener aquella batalla interna que tenía y distraerse con la mujer que entró rebosante de alegría y con una gran cantidad de vestidos en la mano.

-Bien chicas, vamos a comenzar.

Takeru sonrió al leer el último mensaje de Kari en el que le decía que la prueba estaba por comenzar. Dejó el celular de lado decidido a darles tiempo a las chicas para que se probaran un que otro vestido antes de volver a preguntar.

Miró a su alrededor y se distrajo un momento con la decoración del lugar y después con las personas que pasaban y no pudo creer que él estaba ahí, esperando a que su prometida encontrara el vestido perfecto para la boda. ¡SU BODA! Era increíble, hace unos meses atrás ni siquiera había pensado en esa posibilidad y ahora estaba a punto de casarse, ya pronto sería un hombre casado al igual que Taichi; sonrió ante la idea, pero de pronto esa sonrisa desapareció y por un instante los nervios se apoderaron de él ¿Y si se equivocaba? ¿Y si todo estaba yendo demasiado rápido como decían sus amigos? ¿Y si no era la chica correcta? ¿Y si terminaba igual que sus padres? Sintió como poco a poco los nervios se lo comían por dentro y quiso escapar de aquel lugar pero logró recobrar la compostura antes de levantarse del asiento y salir corriendo de la tienda.

"Sólo son los nervio prenupciales" se dijo así mismo y se relajó convencido de que aquello sólo era una fase por la cual todos los novios pasaban antes de la boda, Taichi también los había sufrido en más de una ocasión así que era normal que él pasara por lo mismo, sólo era una fase ya se le pasaría, además estaba seguro de que Catherine era la chica correcta.

Más relajado Takeru se recargó cómodamente en el sillón y tomó de nuevo el celular para jugar un rato mientras esperaba a las chicas, pero sus intenciones se desviaron de inmediato al ver en la pantalla el último mensaje de Hikari que aún no había respondido y entonces sus pensamientos se desviaron hacia su amiga de la infancia.

Desde muy pequeños ellos habían formado un lazo que parecía irrompible pero de alguna manera desde su regreso de Francia algo parecía haberlo debilitado, Kari no confiaba en él como antes, se había dado cuenta la noche anterior cuando ella le dijo que tenía problemas pero no se los quiso contar a él y sin embargo si se los contó a las chicas y aunque le alegraba que Kari contara con amigas que la apoyaran, le había dolido no poder ser él el que la reconfortara, desde siempre las chicas habían apoyado y consolado a Kari en sus momentos difíciles pero él siempre había sido el pilar principal de ese apoyo y se sentía orgulloso de ser la persona en que Kari más confiara, pero ahora ella parecía no poder confiar en él. ¿Acaso esos nueve meses de separación habían logrado debilitar su lazo especial? O ¿Había sido el hecho de que él le ocultara lo de su próxima boda lo que había hecho temblar la confianza de Kari en él? No lo sabía, pero estaba decidido a recuperar la confianza de su amiga y empezaría por lograr que ella le contara los problemas que la atormentaban y que no había querido contarle la noche anterior. Así fuera lo último que hiciera no iba a descansar hasta descubrir que era lo que tenía tan molesta a su amiga.

-¿Qué te parece este Hikari? ¿Crees que a Takeru le guste?

Preguntó Catherine saliendo del vestido y situándose frente al espejo para apreciar mejor el bello vestido de corte princesa que llevaba puesto.

Kari observó a la rubia, se miraba hermosa con aquel glamuroso vestido que realmente la hacía ver como una princesa y aunque Kari pudo haberle dicho a Catherine que ese vestido le quedaba de maravilla, se abstuvo de hacerlo, pues sintió un tremendo malestar al recordar que ese vestido era para la boda de la francesa y T.K, el T.K del cual ella estaba enamorada.

-¿O prefieres el otro? –Insistió la rubia al ver que Kari se había quedado en silencio observándola fijamente–

-Los dos me gustan.

Respondió al fin la castaña, recia a ayudar a la rubia en su elección y eso Catherine lo pudo notar con facilidad. La ojiazul, no conforme con la respuesta de su compañera hizo una mueca de descontento y volvió a ver su reflejo en el espejo, no muy convencida de que aquel fuera el vestido para ella.

-Se supone que debes ayudarme a escoger mi vestido y decirme cual me queda mejor, no me ofenderé si alguno no te gusta.

Catherine fijó su vista en Kari a través del espejo provocando que la castaña sintiera una gran presión y a su vez un gran remordimiento, pues Catherine tenía razón, ella debía ayudarla no complicarle las cosas, pero le era tan difícil que se resistía a ser partícipe de aquella elección que sería un paso más cercas hacia la boda de T.K y Catherine.

-Lo sé, y lo siento. Es sólo que no soy muy buena en esto. La experta en moda es Mimi no yo.

-Lo sé, eso se nota.

Respondió dedicándole una mirada crítica a Hikari seguida por una sonrisa inocente o ¿era de compasión? Kari instintivamente trató de cubrir su ropa con su bolsa y se removió incomoda en su asiento. ¿Acaso Catherine trataba de decirle que no se vestía bien? Por un momento Kari sintió vergüenza al pensar que no tenía buen gusto para vestir pero casi de inmediato la pena desapareció y quedó en su lugar el coraje y la indignación; frunció el ceño y miró con desaprobación a la rubia quien volvió a sonreírle de manera inocente a través del espejo.

-¡Oh Kari, no me malinterpretes! – Dijo la rubia con una falsa preocupación– Lo único que quise decir es que me gusta mucho como viste Mimi, ella sí tiene buen gusto.

-Entiendo, a mí también me gusta como viste.

La apoyó Kari un poco más tranquila y borrando su expresión de enojo, por un momento había pensado que Catherine tenía algo en su contra pero de seguro sólo había sido su imaginación ya que Catherine sólo había querido decir que… Kari rememoró las palabras de la rubia y nuevamente la indignación se apoderó de ella. ¿Qué quería decir Catherine con que Mimi "Sí" tenía buen gusto? ¿Acaso quería decir que ella no?

Kari miró de manera acusadora a la rubia que se miraba en el espejo observando cada detalle de su vestido y al verla con aquella sonrisa y aquella inocencia pintada en su rostro a Hikari se le hacía difícil creer que Catherine lo hubiera dicho con mala intención, probablemente Kari se estaba tomando todo muy apecho o por lo menos eso era lo que quería pensar ya que las cosas no iban a ser nada fáciles si Catherine tenía algo en su contra.

-Yo creo que le queda de maravilla.

Comentó la encargada quien acababa de salir del probador con otro vestido en las manos.

-No me convence. –Dijo la rubia a la par que se miraba el cierre del vestido por el espejo– Creo que será muy difícil de quitar, ¿Tú qué opinas Hikari? ¿Crees que Takeru batalle para quitarlo?

Esta vez un nudo se formó en el estomago de la castaña y miró a la rubia con una extraña mezcla de sentimientos encontrados en su interior. Apartó su vista del rostro de la chica y miró ahora el corsé de Catherine el cual se cerraba por unos listones entrelazados, imaginó a T.K intentando desabrocharlos y el color subió a sus mejillas provocando la risa traviesa de Catherine al ver su reacción.

-Vamos Hikari, no pongas esa cara, es algo absolutamente normal, después de todo nos vamos a casar, además no sería la primera vez.

Kari sintió una extraña mezcla de decepción y dolor al escuchar las palabras de la chica y no era que ella hubiera imaginado que ellos no lo hubieran hecho antes pero que Catherine se lo confirmara lo hacía más real y por ende más doloroso para ella.

-T.K es hombre, sabrá arreglárselas con lo que te pongas.

Respondió con cierto rencor hacia su amigo, por alguna razón se sentía nuevamente traicionada.

-Tienes razón.

Dijo Catherine sonriente y feliz de que su comentario hubiera tenido efecto en Hikari. La castaña lo había tratado de disimular pero se había notado como aquella pequeña insinuación por parte de Catherine no le había caído nada bien y eso alegró a la futura novia quien creía que ya era hora de que Kari se diera cuenta de que la que tenía un lazo especial con Takeru era ella, Catherine Denueve no Hikari Yagami.

-¿Qué otros vestidos tiene?

Preguntó Catherine a la encargada y se acercó a ella para ver el que tenía en las manos mientras que Kari por su parte observaba a la rubia con gran atención preguntándose si la teoría de Miyako sobre un prematuro embarazo podría ser cierta, si era así no había nada que ella pudiera ser al respecto más que hacerse a un lado y dejar que Catherine y Takeru iniciaran una feliz familia.

Catherine salió del probador con un nuevo vestido, era el quinto que se probaba y en esta ocasión había elegido un corte de sirena que realzaba sus delicadas curvas. Se dirigió al espejo y se miró orgullosa, se miraba linda, más que linda aunque no la convencían mucho las rosas que lo adornaban, tal vez con el mismo corte pero otro diseño.

-¿Tú qué opinas Hikari?

Preguntó a la castaña pero ésta de nuevo estaba con el celular en la mano, seguramente respondiendo otro de los mensajes de Takeru. Aquello ya la estaba cansando, desde que había empezado la prueba Takeru y Hikari no habían dejado de mandarse mensajes el uno al otro, si tanta curiosidad tenía Takeru por el vestido ¿Por qué no venía el mismo a verla en vez de estarse mensajeando con Hikari? Aquello era irritante.

Kari la miró y pareció asombrarse bastante con el vestido que Catherine llevaba, lo cual era una buena seña, aunque a la rubia seguían sin convencerle las rosas.

-Te queda muy bien.

Respondió la castaña odiando el hecho de que a aquella chica que era su rival de amores todo le quedaba perfecto, en especial ese corte de sirena.

-¿Te gusta más que los demás?

-Creo que sí.

Dijo no muy convencida pues aunque en el fondo sabía que le quedaba de maravilla, una parte de ella se negaba a aceptarlo abiertamente.

-No me convencen las rosas, pero creo que es el corte que quiero, sólo que en otro estilo.

-Claro, eso estaría bien.

Respondió la castaña sin mucho ánimo, le costaba aceptar lo perfecta y hermosa que se miraba su rival de amores en aquel vestido que Catherine pretendía utilizar para casarse con T.K.

Catherine se volteó hacia el espejo y se miró orgullosa, estaba segura de que a Takeru le encantaría ese corte para ella, hasta podría jurar que Takeru se enamoraría de ella nuevamente si la miraba con ese vestido. Entonces, una idea cruzó por su cabeza, miró a Hikari por el espejo y vio como ella escribía un nuevo mensaje.

-¿Por qué no le dices a Takeru que venga?

-¿Eh? –Preguntó desconcertada y alzando su vista del celular para ver a la rubia– ¿Estás segura?

-Claro, al parecer tiene mucha curiosidad por los vestidos, no te ha dejado de mandar mensajes desde que llegamos.

A Kari aquello le sonó a reclamo, pero no podía culparla ella también estaría molesta si su prometido le mandara mensajes a otra que no fuera ella aunque estaba segura de que Takeru no lo hacía con mala intención, pero eso era algo que Catherine ni ninguna mujer comprendería.

-Pero se supone que es de mala suerte que el novio vea el vestido de la novia antes de la boda.

-Nunca he sido supersticiosa, vamos no te preocupes y dile a Takeru que venga, mientras yo iré a probarme otro.

A Kari no le quedó más remedio que hacer lo que Catherine le había pedido y mientras la rubia entraba de nuevo al probador junto con la vendedora, Kari se encargó de comunicarle a T.K la petición de la novia y aunque al principio él se resistió a ir Kari logró convencerlo y en un momento se encontró con ella en la pequeña habitación.

-¿Dónde está Catherine?

Preguntó el rubio a la par que buscaba con su mirada a su prometida.

-En el probador eligiendo otro vestido.

-Pensé que este era el probador.

-No, este es el sitió donde los amigos de la novia y sus familiares le dan el visto bueno o malo a los vestidos.

-Vaya que presión para los vestidos.

Bromeó Takeru y Hikari sonrió divertida, pero por alguna razón se sintió incómoda; estar ahí, esperando que la prometida de T.K saliera luciendo un hermoso vestido que lo deslumbrara frente a sus ojos, tal vez era más de lo que ella podía soportar.

Takeru sintió la incomodidad de Hikari y por un instante él se sintió de la misma manera, pero vamos. ¡Era Hikari! no había porque sentirse incómodo.

-Vaya que gran cantidad de vestidos, no me digas que Catherine se medirá todos.

Dijo preocupado el chico a la par que se acercaba a los vestidos colgados y los empezaba a inspeccionar. Kari rió.

-Por supuesto que no T.K, sólo se medirá los que a ella le gusten.

Ahí estaba, esa era la Hikari que él recordaba, la que reía de sus bromas y siempre estaba cómoda a su lado, no aquella Kari que parecía no encontrar su lugar junto a él y que se miraba incomoda de repente, sin saber de qué hablar y colocando una gran barrera entre los dos.

-Entonces más de la mitad de estos ya fueron rechazados, Catherine tiene gustos muy selectivos. Por suerte para mí soy apuesto y encantador así que no había forma de que me rechazara.

Volvió a bromear el rubio esperando que Kari riera y lo acusara de vanidoso pero no fue así, ella simplemente sonrió sin mucho ánimo y volvió a aparecer frente a él esa Kari incomoda que se quedaba sin palabras. ¿Pues qué demonios estaba pasando? ¿Por qué Hikari no dejaba de poner esa barrera entre los dos una y otra vez?

-Pensé que dirías que era un vanidoso engreído.

-Lo eres. –Respondió con una sonrisa–

Takeru le correspondió a la sonrisa aunque sabía que no había logrado quitar esa barrera entre los dos.

-¿Y qué has hecho? –Preguntó Takeru en un intento de que la conversación entre los dos no muriera–

-eh? –Preguntó confundida–

-Hace nueve meses que no nos vemos, debe de haber mucho de que hablar.

-En realidad no hay mucho que contar.

Respondió la chica poniéndose repentinamente muy nerviosa y fingiendo ver los vestidos para evadir el tema.

Takeru la observó curioso, esa no era su Hikari, la Hikari que él recordaba siempre le contaba todo y no tenía ni un secreto para él mientras que la chica que en esos momentos estaba a su lado parecía guardar uno muy grande y él se había propuesto averiguarlo a como diera lugar y tal vez había llegado la hora de ser más directo.

-¿Todo está bien?

-Sí, ¿por qué no debería estarlo? –Respondió Kari evasiva y sin apartar su vista de los vestidos, se podía imaginar a donde iba T.K con aquella pregunta y se odió a si misma por haber bebido de más la noche anterior. –

-Ayer dijiste que tenías problemas.

-¿Ayer? –Preguntó evidentemente nerviosa y sin saber que decir– No lo recuerdo, bebí de más, seguro sólo lo dije sin pensar.

-Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad.

-¿Me estás diciendo borracha? –Lo acusó con una molestia falsa y una leve sonrisa en su rostro, con la esperanza de desviar el tema de T.K–

-Kari no cambies de tema, sabes que no es eso lo que quise decir.

-¿Entonces qué quisiste decir?

-Que me estás escondiendo algo, lo sé, te conozco.

-Claro que no T.K, son figuraciones tuyas. ¿Qué podría estarte escondiendo?

-No lo sé, eso dímelo tú.

-No es nada.

Respondió la castaña enfocándose nuevamente en los vestidos a los cuales pasaba uno tras otro sin siquiera verlos. Takeru se colocó a su lado, apoyó su mano en el hombro de Kari y la miró directamente, ella alzó su vista hacia él y se encontró con aquellos ojos tan azules y tan profundos que la hicieron flaquear, sus piernas se aguadearon y su corazón comenzó a latir fuertemente exigiéndole salir de su pecho.

-Sabes que puedes confiar en mí.

Le dijo T.K seriamente, estaba siendo sincero y quería que Kari lo entendiera, él no estaba jugando y si Kari tenía algún problema él la iba a ayudar y apoyar en todo. Sin embargo para Kari no fue la fuerza de las palabras de T.K lo que la hizo temblar, sino el verlo de frente, tenerlo tan cercas y descubrir que le era imposible seguir viéndolo sólo como a aquel compañero de juegos y amigo de la infancia que solía ser, ya no podía ver frente a ella sólo a su mejor amigo, sino que ahora miraba al hombre en que se había convertido y le gustaba, le gustaba demasiado. Esa voz varonil, esos ojos tiernos que a su vez delataban un carácter fuerte y decidido, esas facciones tan masculinas y atractivas para ella, ese cabello tan rubio como el sol y ese cuerpo que había crecido para dar forma a un hombre, un hombre que ella amaba con todo su corazón.

-Lo sé T.K.

Respondió con una sonrisa y agradecida por el apoyo de su amigo, pero su secreto era algo que T.K no debía saber por lo menos no ahora.

Takeru suspiró decepcionado y apartó su mano de Hikari quien lamentó que el contacto entre los dos se terminara y dejara en su lugar un vacío difícil de llenar.

-De acuerdo, si tú dices que todo está bien te creo.

Dijo no muy convencido pues sabía que Kari le ocultaba algo aunque para averiguarlo tendría que cambiar de estrategia y tal vez esa nueva estrategia consistiría en ganarse nuevamente la confianza de Kari y no había mejor forma de hacerlo que volviendo a ser los amigos inseparables de siempre. Hikari sonrió agradecida de que T.K no insistiera y dedicó una sonrisa a su amigo quien se la devolvió alegremente.

Catherine salió del probador justamente en ese momento en que ambos amigos se compartían aquellas sonrisas; la de él, alegre y radiante y la de ella, tímida y tierna pero ambas llenas de cariño o ¿era amor? Como es de esperarse a la rubia no le agradó para nada encontrarse con esta escena, frunció el ceño molesta y estuvo a punto de interrumpirlos con un carraspeo molesto de su garganta, pero casi de inmediato reflexionó: Hacerse la novia molesta y celosa sólo le traería problemas con Takeru así que decidió que lo mejor era hacerse la inocente y cariñosa para no quedar mal con Takeru y a su vez dejarle claro a Hikari que Takeru era suyo y nadie, ni siquiera Kari se lo iba a quitar.

Catherine formó una sonrisa en su rostro, recogió un poco el vestido para poder caminar y con gran elegancia y glamur se dirigió hacia Takeru.

-Amor, ¿Qué te parece?

Catherine salió radiante del probador y caminó unos pasos hacia T.K para después detenerse y modelarle aquel hermoso vestido que incluso se le miraba mejor que el anterior o por lo menos eso pensó Kari al verla aparecer y observó incomoda la escena entre la feliz pareja.

Catherine se meneó de un lado a otro mostrándole a T.K todos los atributos del vestido y él sonrió feliz. Finalmente Catherine se dio una vuelta para mostrarle la parte trasera de su vestido a su prometido.

-¿Qué dices? ¿Te gusta?

Preguntó la novia volteándose de nuevo y quedando de frente a Takeru quien se apartó del lado de Kari y caminó lo que le faltaba hasta llegar a su prometida, la tomó de las manos y la miró con amor y cariño.

-Te ves encantadora.

Catherine lo miró enternecida, amaba a Takeru, lo amaba tanto que no podía dejar de suspirar y caer rendida ante él cada vez que la miraba y le hablaba de esa forma. Sin pensarlo y movida por el amor que le inspiraba su prometido se soltó de una de las manos de Takeru, le acarició la mejilla y lo besó dulcemente en los labios.

Aquel fue el primer beso de labios que Hikari presenció entre la pareja y fue horrible, era como ver su peor pesadilla hecha realidad. Ahí estaba Catherine vestida de novia besando a Takeru en los labios como cuando se sella una promesa de amor eterno, sólo faltaba el altar y que T.K estuviera vestido con smoking para que aquello se hiciera realidad y ella perdiera al amor de su vida para siempre. Kari apartó su vista de la pareja en cuento se unieron en aquel beso pero sus ojos curiosos y traicioneros la hicieron ver aquel beso en más de una ocasión.

Al principió, cuando Catherine y Takeru se portaban melosos frente a ella con cariñitos y fugaces besos en la mejilla o en las manos, era molesto e incomodo pero aún así tolerable para Kari, pero presenciar un beso de labios entre los dos tan duradero y profundo era más de lo que ella podía presenciar, le había dolido inclusive más que cuando T.K había anunciado su compromiso pues ahora era real y lo tenía frente a ella.

Hikari se movió incomoda en su lugar sin saber muy bien qué hacer, una parte de ella quería irse de ese lugar para llorar su pena en solitario, y otra se moría de ganas de apartar a la rubia de Takeru e impedirle que lo tocara de nuevo, pero sabía que debía guardar la cordura y usar la razón en vez de sus emociones por más difícil que esto le resultase.

El beso entre la pareja terminó, ambos se apartaron y juntaron sus frentes para después sonreírse mutuamente como dos niños que comparten un secreto.

-¿Entonces tenemos al ganador?

Preguntó la encargada con una sonrisa, segura de que había logrado la venta del día pero no fue así. Catherine se apartó de Takeru y observó su reflejo en el espejo.

-Me gusta pero no me fascina. Creo que debería probarme otros antes de dar un sí definitivo.

-Me parece una decisión muy sabia señorita. –La apoyó la vendedora aunque un poco decepcionada de no haber logrado la venta aún–

-No te molesta que tardemos un poco más ¿Verdad amor?

-Claro que no preciosa, puedes tardar todo lo que quieras.

Catherine sonrió a su prometido y llena de alegría y energía se dirigió de nuevo al probador decidida a encontrar el vestido perfecto que cautivara a Takeru. El rubio sonrió enternecido al verla correr emocionada hacia el probador y se convenció de que aquella chica de bucles de oro era la indicada para él o por lo menos eso era lo que creía en ese momento.

-Creo que se miraba fabulosa con ese vestido ¿Tu qué opinas Kari?

Desde su rincón al otro extremo de la habitación Kari asintió y sonrió muy levemente. Le gustaba y le alegraba ver a T.K feliz, pero le entristecía y le dolía mucho no ser ella la fuente de aquella felicidad.

T.K observó la respuesta de su amiga sin borrar la sonrisa de sus labios y fue al ver a Kari al lado de los vestidos que una loca idea cruzó por su cabeza, una idea que estaba seguro a Kari le encantaría como a él y le levantaría un poco el ánimo haciéndola olvidar ese problema que tenía y que tanto la estaba atormentando, además de que sería divertido.

-¿Cómo te verías tú?

Le preguntó y Kari lo miró confundida sin saber muy bien a qué se refería, aunque conocía tan bien a T.K que se podía dar una idea de que era lo que estaba pasando por su loca cabeza.

-eh?

-Vamos Kari pruébate uno.

-¿Un qué?

-Un vestido.

-¡¿Qué?! No, estás loco.

-Vamos será divertido. Catherine durará otra media hora en escoger un vestido, hay que hacer algo para entretenernos en lo que se prueba.

-¿Por qué no te pruebas uno mejor tú? Eso sí sería divertido.

Takeru frunció el ceño y se quedó pensativo por un segundo, seguramente imaginándose a sí mismo con uno de esos vestidos.

-Eso sería extraño, ¿No crees?

Preguntó no muy convencido y Kari no pudo evitarlo y estalló en risas, sólo a T.K se le ocurría considerar la opción de medirse un vestido.

-¿Y todavía preguntas? Claro que sería extraño T.K.

-Hey fuiste tú quien dio la idea.

-Y no puedo creer que tú la consideraras.

-No lo estaba considerando –Alegó apenado y con un leve sonrojo–

-Claro que sí, lo vi en tu cara.

T.K sintió como sus mejillas se sonrojaban y aunque intentó hacerse el indignado no lo logró y terminó acompañando a Kari en su risa.

-Vamos mídete un vestido –Insistió el rubio–

-No T.K, olvídalo, no lo haré. –Le respondió entre risas–

-¿Por qué no?

-Porque yo sólo vengo como dama de honor, no como la novia.

-Oh vamos Kari, sólo es para divertirnos un rato.

-Además no hay probador y no me pienso cambiar frente a ti.

-Auww le quitarás todo lo divertido –Bromeó el rubio–

-¡T.K! –Protestó divertida la chica y dándole un ligero golpe en el brazo–

T.K río e ignorando las protestas de Kari quien le decía una y otra vez que no se probaría ningún vestido él se volteó hacia donde estaban los vestidos colgados y se puso a buscar el indicado para su amiga.

-Este es perfecto para ti.

Dijo tomando uno de los tantos vestidos y sacándolo para mostrárselo a Kari. La castaña lo miró con una sonrisa y alzó una de sus cejas.

-¿Ahora eres un experto en moda como Mimi?

-Pues para tu información Mimi siempre ha dicho que tengo muy buenos gustos.

Se defendió el chico, ofendido de que su amiga dudara de sus buenos gustos.

-Oh perdone usted, no quería ofenderlo. –Se disculpó burlonamente Kari al ver el falso enojo de su amigo–

-Te perdonaré si te lo pruebas.

Insistió el rubio con una sonrisa y extendiendo el vestido hacia su amiga quien sin opción alguna tomó el vestido y miró a su amigo con recelo.

-Eres un tramposo. –Lo acusó–

-Si quieres mi perdón por la gran ofensa que acabas de hacer a mi sentido del buen gusto tendrás que probarte el vestido así verás cuánta razón tengo.

-Ya te dije que no pienso cambiarme frente a ti.

-Pero esa es la parte más divertida.

-Takeru…

-Está bien, está bien.

Takeru apartó su vista de su amiga y la paseó por todo el lugar hasta que encontró lo que estaba buscando. Cerca de la puerta y al lado de uno de los sillones había un elegante biombo decorativo el cual desde la perspectiva de T.K podía servirle de cambiador.

-Puedes hacerlo tras ese biombo, antes de ser elementos decorativos eran usados para cambiarse tras ellos cuando había más personas en la habitación.

-No lo voy hacer T.K.

-Vamos Kari prometo no espiar.

-No T.K, no lo haré.

-¿Por qué no?

-Porque no,

-Por favor… hazlo por mí.

Insistió el rubio usando su famosa cara de "perrito abandonado" la cual era su arma secreta para convencer. Siempre que deseaba convencer a alguien de algo usaba esa cara y todos caían a excepción de su hermano, Yamato era el único que era capaz de ignorarlo olímpicamente aunque él pusiera esa cara que T.K consideraba su arma secreta.

Kari lo miró, odiaba cuando T.K la chantajeaba con esa cara porque nunca lograba decirle que no, mucho menos cuando T.K empezaba a hacerle ese puchero que lo hacía parecer que estaba al borde del llanto.

-Está bien. Pero sólo será este y no más.

Le advirtió la chica. T.K sonrió de oreja a oreja al ver que su amiga había accedido y aceptó sin protestar la condición de Kari de que sólo se mediría ese vestido y nos más, después de todo con uno le bastaba a T.K para ser feliz, sólo quería que su amiga se divirtiera y jugar a vestirla de novia era una buena forma de divertirse.

Kari tomó el vestido y se dirigió hacia donde estaba el biombo, se aseguró de cerrar la puerta con llave y después miró a su amigo.

-Voltéate.

Le exigió. Takeru no tuvo más opción que obedecer y conteniéndose por no estallar en carcajadas se dio la media vuelta, aquello era tan gracioso, Kari fingía estar molesta pero él sabía que en el fondo ella se estaba divirtiendo tanto como él.

Kari se colocó tras el biombo y se quedó tras de él sin hacer nada por un momento, no podía creer que había accedido a ese tonto juego de T.K ¿Pues en que estaba pensando cuando le dijo que sí? En realidad ni siquiera lo había pensado, le había bastado ver la cara de T.K para acceder automáticamente a su descabellada idea. Suspiró. Aquello se estaba saliendo de control, debía aprender a no decirle que sí a todo lo que le pedía T.K, aunque ahora que había descubierto lo que en realidad sentía por él, se le dificultaría más poder decirle que no.

Kari asomó su vista por el biombo y vio cautivada por un momento la figura de T.K que se encontraba dándole la espalda con la vista fija en la puerta del probador. Él era tan perfecto, tan afín a ella que le resultaba imposible imaginarse sin él a su lado. Kari sintió como su corazón empezó a palpitar nuevamente acelerado y como el amor por T.K la inundaba por completo. En definitiva aquello se le estaba saliendo de control, ya no podía ni quería controlar sus sentimientos por T.K, lo único que deseaba era poder regresar a atrás donde sólo eran ellos dos, los inseparables amigos que compartían un mundo tan de ellos que nadie más cabía en él y en el cual eran el uno para el otro.

-No espíes.

Le advirtió la castaña asomando su cabeza por un costado del biombo y T.K sonrió divertido.

-No lo haré. –Le aseguró–

Kari sonrió y regresó su cabeza de nuevo hacia atrás del biombo donde se dispuso a desvestirse para poder probarse el vestido, el cual para suerte de ella era zíper y se abrochaba por un costado y no por la parte de atrás.

En el probador Catherine ya se encontraba poniéndose su nueva elección. Hacia unos minutos había estado oyendo las risas de Takeru y Hikari quienes parecían estarse divirtiendo y aunque al principio le molestó, había preferido guardar la compostura y enfocarse con la elección de su vestido, estaba segura esta vez sí deslumbraría a Takeru. Sabía que el vestido anterior le había gustado pero lo que Catherine estaba buscando era más que eso, la rubia deseaba que T.K se quedara sin palabras al verla, deseaba encontrar en los ojos de él un brillo especial que le dijera que aquel era el vestido correcto.

-Listo señorita, ya puede enseñárselo a su prometido.

Le dijo la vendedora en cuento terminó de abrochar el último botón de aquel hermoso vestido de encaje que tenía como atractivo principal una larga y hermosa cola que se arrastraba por casi toda la habitación, además de un hermoso velo hecho en su totalidad de encaje.

Catherine se miró en el espejo y sonrió, aquel vestido era hermoso y elegante justo lo que ella estaba buscando, ahora sólo faltaba que aquel vestido deslumbrara a Takeru. La rubia abrió la puerta del probador y se sorprendió de ver a su prometido volteado hacia esa dirección, él sonrió al verla pero no se vio deslumbrado ni cautivado, aunque Catherine no podía negar que la mirada que Takeru le había dedicado era muy afectiva.

-¿Qué te parece?

-Te ves hermosa.

Le dijo con ternura y con una mirada llena de afecto.

-¿Te gusta más que el anterior?

-En definitiva.

Catherine sonrió complacida aunque no convencida de que aquel fuera el vestido perfecto pues no había logrado encontrar en los ojos de T.K ese brillo especial que ella tanto esperaba.

-¿Dónde está Hikari?

Preguntó la rubia al percatarse de la ausencia de la chica a la cual no lograba ver en ninguna parte de la pequeña habitación.

-Aquí estoy.

Habló Kari asomando su cabeza por el biombo y saludando con una sonrisa a la chica, por un momento con la emoción de estarse probando aquel vestido había olvidado la relación entre Catherine y T.K , hasta que vio el vestido de la rubia que le recordó que la novia era Catherine y no ella, pero para entonces ya era demasiado tarde para borrar la sonrisa que se quedó congelada en su rostro.

Catherine y T.K dirigieron su mirada hacia la castaña de la cual sólo se podía ver la cabeza asomándose por un costado del biombo.

-Tú voltéate.

Le exigió al rubio quien de inmediato se volteó sin poder contener su risa. Catherine miró sin comprender a Takeru quien reía divertido y después miró a Hikari quien lo miraba a él con reproche.

-¿Qué haces?

Preguntó confundida y Hikari sintió como el color carmesí pintaban sus mejillas. En sus planes no estaba explicarle a Catherine porque ella se estaba midiendo un vestido de novia.

-Kari es la novia de repuesto por si llegas a faltar el día de la boda, así que también se está midiendo un vestido.

Bromeó el rubio sin imaginar el impacto que tendrían sus palabras en Catherine a quien no le agradó ni en lo más mínimo aquella broma.

-Vaya que prevenido –Dijo con cierto reclamo que T.K no logró distinguir pero que Hikari sí notó y más cuando la rubia le dedicó aquella mirada matadora, la tierna y dulce Catherine había desaparecido–

-Ya saben lo que dicen amor, es mejor prevenir que lamentar.

Volvió a bromear el chico y Catherine le sonrió pero sin aquella inocencia que siempre tenía en su rostro, esta vez su sonrisa se miraba fingida y bastante molesta, pero como mujer inteligente que era, la rubia sabía que iniciar una discusión por algo como aquello era lo que menos le convenía si quería que T.K siguiera a su lado.

-Bueno iré a buscar otro vestido este no me ha convencido del todo, además ahora que tengo competencia tengo que encontrar el mejor vestido ¿No crees amor?

Fingió seguir la broma de Takeru aunque aquella más bien era una indirecta para Kari a la cual entre líneas le advertía que no permitiría que ella le ganara.

-Kari es una rival difícil. –Advirtió el rubio aún bromeando y sin darse cuenta de la batalla silenciosa que estaba por iniciar entre las dos chicas–

-Entonces tendré que esforzarme por ganar.

Respondió la rubia con una sonrisa de autosuficiencia en su rostro, miró fugazmente a la castaña que la observaba atenta sin decir nada y después regresó su vista a su prometido, lo miró con una sonrisa orgullosa y lo besó suavemente en los labios.

-Te prometo que ganaré.

Le susurró y antes de regresar hacia el probador volvió a dirigir una mirada fugaz a su rival, la guerra estaba declara y sólo una de las dos chicas podría ganarla.

Hikari se quedó congelada en su lugar por un momento, su intensión nunca había sido despertar los celos de Catherine ni nada parecido, las cosas simplemente se habían dado así, aunque no estaba realmente segura de si lo que acababa de suceder era bueno o malo para ella. Por una parte Catherine se había dado cuenta de la excelente relación que ella y Takeru tenían pero por otra también había despertado los celos de la rubia y todo mundo sabe que no hay nada más peligroso que una novia celosa. Hikari suspiró. ¿En qué lío se estaba metiendo?

-¿Ya estás lista?

Preguntó Takeru sacándola de sus pensamientos y haciéndola volver a el presente donde sólo estaban ella y T.K en aquella habitación, divirtiéndose y jugando como en los viejos tiempos.

-No, ya casi, sólo dame unos segundos más.

Respondió la chica olvidándose de sus preocupaciones, lo que importaba era ese momento en el que se estaba divirtiendo con su amigo, todo lo demás podía esperar.

Takeru rió al escucharla responderle y los indescifrables ruidos que hacía Kari con el vestido ¿Qué estaba haciendo Kari con el vestido? Sólo Dios sabía pues Takeru no dejaba de escuchar el sonido de la tela moviéndose de un lado a otro y las protestas de la castaña quien al parecer peleaba con el vestido. No cabía duda, Kari era muy divertida y adoraba estar con ella, no se había dado cuenta hasta ahora cuanto había extrañado la compañía de su mejor amiga, era una lástima pensar que pronto volvería a extrañarla. El semblante de Takeru se entristeció ante esa idea que sólo dudo un segundo en su mente pues justo en ese momento Hikari lo llamó para que volteara y así lo hizo.

Hikari apareció tímidamente por un lado del biombo y miró con una sonrisa radiante a su amigo que se quedó sin palabras al verla aparecer. Lucía hermosa y radiante con aquel precioso vestido blanco, y sin poderlo evitar Takeru sintió como algo despertó dentro de él, algo que por mucho tiempo había estado dormido y que había despertado ahora que miraba a Hikari con ese hermoso vestido e imaginándola como novia. Estaba cautivado, esa era la palabra, sus ojos no podían dejar de verla ni su corazón de desear que fuera ella quien lo acompañara al altar, pero eso estaba mal y T.K lo sabía.

-¿Cómo me veo?

Preguntó ella con un fuerte sonrojo en sus mejillas y mirando tímidamente a su amigo.

-Vaya me dejaste sin palabras… te ves… estupenda…

Kari rió, no supo que decir, pero adoró la forma en que T.K la miraba, esos ojos llenos de admiración pero a la vez de un cariño tan inmenso que a ella le gustaba pensar que era amor.

-Bien disfrútalo porque será la última vez que me mires así por un buen tiempo.

-Entonces tendré que inmortalizar este momento.

Sin pensarlo dos veces, Takeru sacó su celular y no se conformó con una sola foto de su amiga sino que tomó varias y aunque al principio Kari protestó al final terminó posando para T.K quien decidió terminar aquella pequeña sesión de fotos con una selfie de ambos en donde se podía ver a los dos amigos felices, disfrutando del momento y divirtiéndose juntos.

-Listo, así podré verte vestida de novia cuando quiera.

-Tienes suerte de que existan las cámaras.

Comentó la chica apartándose de él y dirigiéndose de nuevo al biombo.

-Bendita tecnología.

Respondió el chico dándole un beso a su celular el cual ahora tenía un valioso tesoro en su interior. Kari rió por la expresión de su amigo.

-Bueno no voltees, me cambiaré antes de que nos regañe la encargada.

-Claro.

Respondió el rubio y mientras su amiga se cambiaba él se dedicó a ver en su celular las fotos que había tomado.

En el probador donde Catherine se encontraba tratando de elegir otro vestido, las risas de los dos amigos no dejaban de oírse y la futura novia estaba por perder la paciencia, odiaba que Takeru y Hikari se llevaran tan bien y tener que estarlos escuchando reír a cada rato era desesperante. Un nuevo par de risas de los dos amigos se volvió a oír en la habitación y Catherine no lo toleró más, dejó de mala gana el vestido que tenía en la mano y miró a la encargada.

-Ninguno me gusta.

Le reprochó a la mujer quien de inmediato se dirigió a la gran cantidad de vestidos que había en una mesa.

-No se desespere señorita, tenemos una gran variedad de vestido, puedo mostrarle otro estilo si gusta.

Catherine guardó silencio mirando con rudeza a la mujer quien de inmediato buscó entre los que tenía en la mesa un estilo que no le hubiera enseñado antes a la rubia.

-Por aquí vi uno que no se parece a los que le he enseñado y que está muy bonito, estoy segura que le encantará.

Comentó la mujer la mujer mientras buscaba entre los vestidos, pero Catherine la ignoró por completo, estaba molesta y ya no quería medirse nada pero por otra parte deseaba encontrar ya su vestido para no tener que volver a pasar por todo aquello de nuevo y tener que estar viendo como Takeru y Hikari se divertían mientras ella estaba encerrada tratando de encontrar un vestido que cautivara a su novio.

Catherine se miró en el espejo, aun traía el vestido que le había mostrado hacia tan solo un momento a T.K y aunque a ella le encantaba como se le miraba, sentía que no había logrado impresionar a T.K, por lo menos no como ella quería y eso la desesperaba. Suspiró. Tal vez debía preguntarle a Takeru que estilo le gustaba más a él, tal vez así ella encontraría más fácil uno que lograra cautivarlo.

-No tiene caso.

Murmuró para sí misma, estaba harta y molesta, de nada le servía seguir midiéndose vestido tras vestido si su mal humor no le iba permitir disfrutarlo, tal vez lo mejor era terminar de ver vestidos por ese día y regresar después a medirse otros vestidos pero esa vez sin Hikari.

Catherine salió del vestidor y con lo primero que se encontró fue con T.K y Kari sentados juntos en un sillón riendo sobre algo que veían en el celular de T.K y que parecía divertirlos.

-Sin duda alguna esta es mi favorita porque salimos los dos.

Comentó T.K enseñándole la foto a su amiga que sonrió con un leve carmesí en sus mejillas.

-También es mi favorita.

Respondió la castaña y antes de que alguno pudiera decir alguna otra cosa se escuchó un carraspeo de garganta que llamó la atención de los dos amigos y los hizo voltear hacia la futura novia que los miraba con una sonrisa forzada en su rostro.

-¿Nos vamos?

Preguntó la chica sin borrar la sonrisa amable pero fingida de sus labios. Catherine era lista y sabía que una escena de celos no le beneficiaría aunque se moría por hacerla.

-¿Qué pasa amor? Pensé que te medirías más vestidos.

-Ninguno me gusta realmente, así que preferiría ir a otra tienda o comer algo, me muero de hambre.

Takeru sonrió.

-Está bien, si eso es lo que deseas lo haremos.

Takeru se acercó a Catherine y besó la frente de su novia, ella sonrió y abrazó a su prometido.

-Primero iremos a comer algo ¿cierto?

-Por supuesto.

Contestó el rubio con una sonrisa y una mirada amorosa hacia su prometida quien se sintió feliz y complacida de que T.K estuviera dispuesto a cumplirle cada uno de sus caprichos. Catherine también observó de reojo a Hikari quien no se veía realmente cómoda con aquella escena lo cual la hizo sonreír y hasta la ánimo quitándole un poco el mal humor, ya venía siendo hora de que Hikari se diera cuenta de ella, Catherine Denueve y Takeru Takaichi eran el uno para el otro. La rubia sonrió de nuevo ampliamente al ver como la castaña trataba incomoda de desviar su mirada de ellos, la feliz pareja de enamorados. Y para dejarle claro a Hikari que la que tenía el corazón de T.K en sus manos era ella, decidió besarlo largamente sin importarle que Hikari y la encargada los estuvieran viendo.

-Wau si esa es mi recompensa por esperarte dos horas mientras te medías vestidos podemos hacerlo más seguido.

Bromeó el rubio y Catherine sonrió orgullosa y complacida, decidida a demostrarle a Kari durante toda la tarde que Takeru Takaichi le pertenecía a ella y a nadie más.

Los cuatro salieron de la pequeña habitación de muestras y se dirigieron al lobie. Catherine y T.K iban tomados de la mano prestando atención a las palabras de la encargada que caminaba al lado de la rubia asegurándole a la feliz pareja que en dos semanas les llegarían nuevos vestidos que Catherine se podría probar, pero que era necesario agendar una cita. Kari por su parte, caminaba en silencio al lado de T.K, se sentía de más estando con ellos y después de todo lo que había presenciado en el cuarto de pruebas, una parte de ella le decía que no tenía caso seguir con todo aquello, que debía renunciar al puesto de dama de honor y alejarse de T.K lo más posible para no salir lastimada, pero después recordaba la foto de ella con el vestido de novia y T.K a su lado y las ganas de no perderlo volvían a ella. Ellos parecían estar hechos el uno para el otro, se la pasaban tan bien y se conocían tan perfectamente que era difícil imaginarse que esa complicidad y ese algo tan especial que tenían juntos pronto acabaría y sólo quedaría ella, sin su otra mitad a su lado.

T.K prestaba atención a lo que les decía la encargada sobre los nuevos diseños que pronto llegarían y quien sabe que otras tantas cosas que a Catherine parecían interesarle. Sin embargo, a pesar de que oía y estaba atento a lo que hablaba su prometida con la encargada también estaba atento a Kari, aunque no lo pareciera él no había dejado de estar al pendiente de ella, desde que salieron del probador ella había vuelto a ser esa Kari distante y un poco triste que él desconocía, la había estado viendo de reojo constantemente y por más que la veía no lograba adivinar que era lo que la tenía así y eso le preocupaba, fuera cual fuera el problema que tuviera su amiga debía de ser muy grande para ponerla en ese estado de constante tristeza.

Hikari sintió la curiosa mirada de T.K sobre ella y se sorprendió de que él la estuviera observando, de seguro su amigo ya había notado su desanimo y estaba preocupado, así que lo mejor era sonreírle tal vez así lograba convencerlo de que estaba bien.

Kari sonrió a T.K tratando de aparentar de qué todo estaba bien, pero él no calló en la trampa y miró a su amiga con reproche. "No funcionará" Le dijo con los labios pero sin producir su voz y Kari suspiró resignada. Debió imaginarse que una simple sonrisa no serviría para convencer a T.K de que todo estaba bien.

-¡OH! ¡Pero si es Sora!

Exclamó Catherine y T.K y Kari dirigieron su vista hacia el frente donde encontraron a la pelirroja en el mostrados con una carpeta en las manos y hablando con la recepcionista.

Sora volteó al escuchar su nombre de una voz poco familiar para ella y se asombró al ver a los tres chicos ahí.

-Hey hola. ¿Qué hacen aquí?

Preguntó la pelirroja, aún asombrada por el inusual encuentro.

-Venimos a ver los vestidos de novia. –Respondió Catherine–

-¿Tú qué haces aquí Sora?

Preguntó Kari igual de desconcertada que su amiga de verla en ese lugar. Sora miró a la pequeña Yagami y se pudo imaginar que las cosas no estaban siendo fáciles para ella así que planeó rápidamente una idea de liberar a su amiga de ese suplicio.

-Vine a entregar unos diseños a la encargada, pero está algo ocupada y tendré que esperar un rato ¿No quieres acompañarme Kari? No me gusta está sola. No les importa si les robo a la dama de honor un rato ¿Verdad? O ¿Todavía verán más vestidos?

-¿Diseños? ¿Diseños de qué?

Preguntó curiosa la rubia y Sora supo de inmediato de que había hablado de más, tal vez no debió mencionar lo de los diseños si es que no quería terminar haciendo el vestido de novia de la rival de amores de Kari.

-Son vestidos de noche muy sencillos, no creo que te gusten, yo soy una novata todavía jajaja.

-¿Pero de qué habla señorita Takenouchi? Sus diseños son encantadores es una de las diseñadoras más talentosas que tenemos. No dudo que pueda hacerle un vestido de novia hermoso y a su gusto. –Agregó la encargada–

-¿Enserio? –Preguntó la rubia emocionada– no sabía que eras diseñadoras.

-Soy sólo una novata, mis diseños no se comparan con los de las diseñadoras que tienen años trabajando aquí.

-No sea modesta señorita Takenouchi, será novata pero es muy talentosa.

Volvió a agregar la encargada y Sora sintió ganas de ahorcarla ¿Qué no se daba cuenta de que ella intentaba zafarse de aquel compromiso?

-Tengo que verlos.

Dijo entusiasmada la rubia, y Sora la miró fijamente sin saber que otro pretexto decir y después miró a T.K quien sonreía ampliamente y supo que no podría decir que no y por último miró a Hikari, la castaña al igual que ella sabía que no tenía escapatoria.

-Claro. –Respondió la pelirroja resignada–

Se suponía que había intentado librar a Kari de su suplicio pero las cosas le habían salido tan mal que ahora los cuatro se encontraban en un restaurante de comida rápida hablando de sus diseños y para mala suerte de Sora, la rubia parecía muy entusiasmada con sus diseños.

-Lo he decidido.

Dijo Catherine decidida y cerrando la carpeta de golpe.

-Quiero que tú hagas mi vestido de novia.

Sora abrió los ojos ampliamente y casi se ahoga con su soda al escuchar la petición de la chica quien al parecer no estaba dispuesta a recibir un no como respuesta.

-¿Estás segura? –Preguntó no muy convencida o mejor dicho deseando que la chica cambiara de opinión–

-Claro, tus diseños son hermosos, tienes talento y cuando seas famosa quiero poder decir que tú hiciste mi vestido de novia.

-Gracias pero… la verdad es que últimamente casi no tengo tiempo y…

-Pagaré lo que sea, pero quiero que tu lo hagas además que será muy significativo que una de las mejores amigas de Takeru haga mi vestido de novia. ¿Verdad amor?

-¡Claro, será genial!

Comentó T.K igual de animado de que la rubia y entonces Sora supo que no tenía escapatoria, tendría que acceder le gustara o no. Dedicó una mirada rápida de perdón a Kari que estaba sentada a su lado y la castaña no hizo más que sonreírle y asentir suavemente, ella comprendía a la perfección que su amiga se encontraba tan atrapada como ella.

-Si ustedes insisten.

Dijo no muy convencida y Catherine al igual que T.K festejaron por la decisión de la pelirroja que sonrió no muy convencida, Kari por su parte también sonrió aunque al igual que a Sora tampoco le había agradado mucho la idea.

El resto de la comida se la pasaron hablando sobre el diseño del vestido que Sora haría para Catherine, se pusieron de acuerdo que día tomarían las medidas de la futura novia y Catherine pidió a Kari que ella acompañada a Sora a comprar la tela del vestido ya que ella no podía ir el día que Sora le dijo que iría y como siempre a Kari no le quedó más opción que aceptar con una sonrisa forzada en sus labios.

-Lo siento Kari, intenté librarte de tener que estar con ellos toda la tarde y las cosas me salieron mal.

Se disculpó Sora una vez que la pareja se hubo ido del establecimiento y dejado a las dos chicas solas.

-No te preocupes Sora, sé que tu intención era buena y te lo agradezco pero con esos dos todo es impredecible, mírame a mí, termine siendo la dama de honor.

Sora sonrió un poco más tranquila de que su amiga la comprendiera, aunque en realidad no podía esperar menos de Kari, ella siempre había sido una chica muy madura y comprensiva así que no le extrañaba que su amiga estuviera tan tranquila aunque sabía que por dentro su pequeña cuñada debía de sentirse fatal.

-¿Estás bien?

Le preguntó Sora con ternura y Kari sonrió agradecida por la preocupación de su amiga.

-Sí, lo peor ya paso, bueno lo peor de este día.

-¿Y piensas seguir con esto?

-Aunque te suene extraño, la verdad es que si quiero intentar recuperar a T.K, sé que lo más noble y maduro sería dejarlo ir pero una parte de mí no quiere, quiere intentar recuperarlo.

Sora sonrió ante la decisión de su amiga, ella la comprendía y pasara lo que pasara ella y las demás chicas apoyarían a Kari en lo que fuera.

T.K llegó exhausto a la casa de su hermano y se tiró en el sillón dispuesto a no hacer otra cosa que no fuera más que ver la tele. Aquel día Catherine lo había traído de un lado a otro viendo quien sabe que tantas cosas que se sentía muerto y no quería hacer otra cosa más que dormir o en su defecto ver un buen programa de televisión y no hacer nada más. Pero al parecer eso no le sería posible, pues en cuanto se tiró en el sillón, su hermano entró por la puerta y le pidió que le ayudara a bajar unas cosas del auto que se encontraba en el estacionamiento lo cual implicaba que T.K tendría que bajar cuatro pisos y luego volver a subirlos. T.K intentó protestar diciendo que estaba muy cansado pero al parecer Yamato había tenido peor día que él ya que en cuanto hizo la leve insinuación de que estaba cansado su hermano mayor lo miró con ojos asesinos y a T.K no le quedó más opción que ir por las cosas que estaban en el carro.

T.K tomó el elevador y se recargó en la pared mientras esperaba que este bajara hasta el sótano, cerró los ojos un momento intentando descansar un poco y en eso su celular sonó con un mensaje. T.K lo revisó y una cara de sufrimiento se dibujó en su rostro, era Catherine quien le pedía que pasara por ella temprano al hotel para seguir viendo cosas de la boda. T.K suspiró y con desgano le contestó diciendo que no había problema y que estaría ahí temprano. Envió el mensaje y estuvo a punto de apagar su celular cuando sin querer se metió en la galería de fotos y sonrió al ver la foto de Kari vestida de novia quejándose porque no quería que le tomara foto, después vio la que seguía donde su amiga ya estaba posando para él, le dio en siguiente y fue viendo cada una de las fotos tomadas ese día y a cada foto que pasaba su sonrisa se fue haciendo cada vez más grande hasta que llegó a la última que tenía en donde salían él y Kari juntos y en ese momento algo se movió dentro de él, sabía que no estaba bien sentirlo pero no podía evitarlo, estando ahí sólo y siendo completamente sincero consigo mismo no pudo evitar recordar y sentir aquellos viejos sentimientos que había sentido tiempo atrás por su mejor amiga, sentimientos que intentó enterrar cuando conoció a Catherine y que ahora que volvía a estar junto a Kari salían a la luz, haciéndolo sentir dudas de lo que estaba por hacer y de lo que realmente sentía por su futura esposa y su mejor amiga. T.K se sintió frustrado por un segundo y apagó de inmediato el celular intentando olvidar lo que había pensado y lo que había sentido al ver aquella foto. No quería sentirlo y no debía sentirlo, él se iba a casar con Catherine y aquella era la última palabra. La puerta del elevador se abrió y T.K se dirigió al carro de su hermano dispuesto a distraerse y al olvidar lo que tiempo atrás él había pensado de su relación con Kari y eso era que ellos dos eran el uno para el otro.

Mimato196