Hola mis queridos lectores ¡AL FIN! Este es el último capítulo de Kyodai, no pensé que me demoraría tanto. Son 21 páginas de sudor y lágrima, no quería que se me escapara ningún detalle y bueno, acá está. Siento la demora, la universidad en parte fue la culpable ¡Odienla! ajajja

Espero que les guste, tanto como a mi me ha gustado escribir esta historia que me ha llenado de orgullo estos años. Muchas gracias a todos los que me siguieron desde el principio, a todos lo que me leyeron y especialmente a los que me comentaron. De verdad fue un placer escribir esto para ustedes.

También les hice un opening del fic, está en mi fan page o pueden buscarlo en youtube, se llama : Kyoudai opening/ Watamote fanfic Tomoko x Tomoki

Sin más que decir, disfruten el capítulo.

Pd: ¿Hay alguien que sepa inglés y que quiera traducir este fic? Me lo han pedido, pero yo no tengo el suficiente nivel como para traducirlo de manera correcta =(


Capítulo 20

Lamento 100: Como no soy popular, dejaré de intentarlo.

El crujido de la cama rompió el silencioso ambiente del lugar, la luz de un nuevo día se coló por la ventana de la habitación, dando de lleno en el rostro sudado de la chica. Un pequeño jadeo se dejó oír, seguido de una agitada respiración.

—T-Tomoki, espera—gimió Tomoko. Sudorosa y jadeante, se removió inquieta para evitar que su hermano hiciera de las suyas.

—No, no esperare más—le susurró.

—T-te digo que esperes... —murmuró sonrojada.

— ¡Ya levántate, pequeña idiota! No esperaré otro minuto más —protestó Tomoki, gritándole en el oído para luego quitarle la sábana a su novia—.Ya son más de las nueve y tienes que ir a trabajar.

Tomoko despertó completamente de su sueño y observó a su novio con su típica cara de ogro, seguramente estaba enfadado porque había dormido más de la cuenta ¡Se merecía un descanso! Hoy no tenía clases y sólo tendría que trabajar media jornada, pero no….Su hermanito tenía que despertarla y sacarla de su glorioso sueño.

— ¡Pero qué gruñón eres hermanito!—reclamó sobándose la oreja—.Me gustas más cuando te pones cariñoso.

—Entonces, ¿Qué te parece esto? —Dijo con molestia, estirando las mejillas de la chica— ¿Soy cariñoso ahora?

—Duele, duele, duele—gimoteó, tratando de quitar las manos de Tomoki de su rostro—.Esta bien, ya me levantaré.

—Perfecto—dijo, soltando a la chica—.El desayuno ya está listo.

—Podrías ser un poco más amable—susurró Tomoko, sobándose sus pómulos.

— ¿Dijiste algo?

—Nada.

Habían pasado dos años desde que Tomoki se fue a vivir con su hermana a Okinawa, en ese tiempo él había podido terminar la preparatoria e ingresar a la universidad para estudiar derecho. Era una carrera pesada, pero a él le gustaba, también había conseguido un pequeño trabajo como colaborador de un abogado que le ayudaba a mejorar sus cualidades y entender mejor su profesión.

Su hermana estaba en tercer año y había decidido especializarse en la creación de videojuegos, incluso ya tenía su club en el que pasaba la mayoría de su tiempo. No le molestaba tanto, dado que él también estaba en el club de futbol, pero la verdad es que estaba un poco cansado. No lograban pasar un fin de semana juntos sin que alguien los interrumpiera, sobre todo Mikoshiba; que apenas se conocieron le advirtió que no tuviera otras intenciones con su hermana. Además, debían ocuparse de la universidad, el trabajo y sus clubes.

Tomoki se preguntaba cuando iban a tener un día libre para tener sus pequeños momentos de tranquilidad, por eso, siempre que tenía la oportunidad, comía con su hermana para poder hablar un poco con ella.

La verdad, temía que Tomoko pensara que ya no la quería o que algo iba mal entre ellos. Se esforzaba cada día para que su novia ya no sufriera más, sabía que aún le dolía lo de sus padres y no quería que se entristeciera.

—Tomoki, te ves cansado—comentó su hermana, observando las pronunciadas ojeras que adornaban los ojos de su novio.

—No es nada, no te preocupes—quiso evadir el tema desviando la conversación.

—No te creo—.Tomoko no se quedó tranquila y tomó el rostro de Tomoki para encararlo—.No me subestimes hermanito, sé que algo te sucede, ¿Es por nuestros padres?

—Algo así—contestó tomando las manos de su novia—.Sé que aún piensas en ellos y lo que eso te provoca…

—Pero te tengo a ti, ¿recuerdas? —Le sonrió la chica, intentando tranquilizarlo—.Ya hace mucho tiempo que deje de esperarlos. Nunca nos quisieron escuchar, nunca nos entendieron, así que ya no vale la pena preocuparse por eso.

Tomoki se sorprendió de la madurez que había alcanzado Tomoko en este tiempo, a veces olvidaba que iba a cumplir veinte años y que ya no era la niña sombría y tímida de dos años atrás.

—Tienes razón, mejor sigamos comiendo—comentó el Kuroki menor, aunque su hermana lo negara, sabía que Tomoko esperaba que algún día sus padres recapacitaran y decidieran perdonarlos—Por cierto, ¿Mikoshiba sigue visitando la tienda?

—Si—respondió la chica con un suspiro—.Ya sabes que a Mikorin le encanta comprar figuras de chicas, pero esta vez llevó a Kashima y por su culpa terminaron rompiendo algunas cosas de la tienda. El jefe se enfadó mucho.

—Kashima no aprende—mencionó el chico, frunciendo el ceño al recordar cómo había intentado coquetear con su novia la primera vez que la vio, justo delante de él. Casi la mata sino fuera por Mikoshiba, que lo detuvo a tiempo.

—Pero es linda cuando quiere—añadió Tomoko, ganándose una mirada fría de su novio—.Es tarde, tengo que ir a trabajar ya.

—Te acompaño, yo también tengo que salir.

Luego de dejar a Tomoko en su trabajo; y advertirle que no se fuera sin él pues la iría a buscar, Tomoki se fue a reunir con Akise, que había optado por ir a la Universidad de Okinawa para estudiar arte. Ambos amigos habían estado frecuentando porque se acercaba el cumpleaños de Tomoko y querían hacer algo especial.

— ¿Dónde está Naruse? —preguntó Tomoki cuando vio que Keita estaba solo en el café.

—Tuvo que cubrir a Misaki en el trabajo—respondió el chico, observando el menú para pedir algo—.Dijo que después te llamaría para ver los detalles de la sorpresa.

— ¿Cuándo le pedirás que salgan? — indagó el Kuroki menor con una sonrisa burlona, mientras hacia un gesto a la mesera para pedir un café.

—N-no sé de qué hablas—tartamudeó el chico, desviando la mirada.

—Vamos Keita, han pasado dos años—dijo Tomoki—, Naruse ya no está con su novio, ¿Verdad? Entonces haz algo rápido.

Akise se quedó callado, después de dos años aún no sabía que sentimientos tenía por Naruse, pero lo que sí sabía es que el cariño que sentía por ella era mayor al que sentía por Tomoko, pues hace tiempo que ya la veía como una hermana. El problema entonces, era que tenía un poco de miedo y confusión con Yuu y no quería aceptarlo, pero además…No, mejor no pensaba en eso, aún no era momento para decírselo a sus amigos.

— ¿Qué van a ordenar? —preguntó la mesera, interrumpiendo los pensamientos del muchacho.

—Quiero un café negro, por favor—pidió Tomoki.

—Siempre tan amargado—murmuró por lo bajo, recibiendo un siseo de su amigo—.Yo quiero un cappuccino.

—Enseguida se los traigo.

Ambos se quedaron en silencio en cuanto la camarera se fue. Cada uno en sus pensamientos, hasta que un sonido quebró el ambiente tan tenso que había.

—Tsk—Tomoki chasqueó la lengua, otra vez su padre le enviaba ese mensaje absurdo que ya estaba cansado de leer: "¿Cuándo van a desistir de esta locura?, recapaciten".

—Otra vez tu padre, ¿verdad? —Aseguró Akise— ¿Por qué no se lo has dicho a Tomoko?

—No quiero preocuparla.

—Ya te lo he dicho muchas veces, amigo: Tomoko ya no es una niña, ¿Cuándo vas a confiar en ella?

—Confío en ella.

Keita observó el cansancio de su amigo y no era físico, era mental. Sabía que Tomoki estaba tratando de cargar con todo este dolor él sólo y como siempre, estaba intentado excluir a su novia. No lo podía hacer entender que confiara y compartiera sus pensamientos con Tomoko y eso le preocupaba.

—Aquí tienen su orden—mencionó la camarera, dejando los cafés en la mesa para luego irse.

—Akise, creo que es hora de llamar a mis padres—comentó Tomoki, mirando su taza de café humeante—.Quiero que estén presentes en el cumpleaños de Tomoko.

— ¿Cómo harás eso? En dos años ni la han llamado para felicitarla—dijo Keita, dando una sorbo a su café.

—Quiero que esta vez, me tomen enserio—respondió el chico, mostrándole a su amigo una pequeña caja.

— ¿Es enserio, Tomoki? ¡Estas demente! —pronunció contemplando con sorpresa el objeto que estaba frente a él.

—Tampoco es para tanto, será en unos años más.

—Ah, ya veo.

—Ahora, hablemos del cumpleaños.

Tomoko estaba distraída, últimamente su hermanito se veía más cansado de lo normal y le preocupaba, pues tenía una actitud demasiado sospechaba y eso no le gustaba para nada. No quería pensar en que la estaba engañando o algo parecido, porque si eso llegara a ser cierto, jamás se lo perdonaría, lo obligaría a comer la comida de Akane Tendo, haría que sufriera con Hiruma Yoichi y también mataría a la mujer que osara acercarse a su novio.

—Tomoko-chan—llamó Yukina— ¿Qué sucede? Te noto algo…tensa.

Y es que la Kuroki mayor emanaba un aura tenebrosa, parecía que el cualquier momento iba a asesinar a alguien y su jefe no quería que siguiera asustando a sus compañeros, sobre todo hoy, porque necesitaban a todo el personal para poder arreglar el desastre que quedó en la tienda y le preocupaba que ella se sintiera mal, después de todo, le tenía mucho aprecio.

—Yukina-san, lo siento, es sólo que…— .La chica bajó un poco la mirada, de verdad que estaba muy angustiada por su hermano y por supuesto que suponía que era por algo serio, no era por otra chica, ni por el trabajo ni por los estudios, sabía que sus padres tenían algo que ver, pero ¿cómo lo averiguaría? —.Estoy algo distraída, eso es todo.

—Si te sientes mal me puedes decir—dijo su jefe, acariciando el pelo de su empleada.

—No se preocupe, estoy bien.

— ¿Estas segura? Es que quiero que ayudes a pintar y ordenar algunas cosas—comentó el hombre—.Aprovecharemos este pequeño accidente para renovar la tienda.

— ¡C-claro Yukina-san, lo haré!—comentó feliz, era la primera vez que podía interactuar con todos sus compañeros de trabajo haciendo algo divertido y quería tener la mente ocupada para no pensar en sus padres ni en el cansancio de su novio—"Seguramente seré capaz de hablar con ellos esta vez, ahora que tengo novio no le veo el problema".

Eso era lo que pensaba la Kuroki mayor, pero llevaba casi toda la mañana trabajando y nadie hablaba con ella, es más, ni siquiera se daban cuenta de que estaba allí, ¿Acaso no podía hacerse notar? ¡Vamos, que ya no era ni virgen! ¿Dónde estaba el torpe de Mikoshiba cuando se le necesitaba? ¡Ah, quería que Tomoki la viniera a buscar pronto!

— ¡Tesuo, ayúdame aquí!

—Naoko, no nos queda pintura blanca.

—Enseguida traigo.

La verdad es que todo el mundo estaba ocupado, no pretendían ignorar a la chica. Es sólo que, a la vista de los demás, les parecía que Tomoko era una chica a la que no le gustaba ser sociable, suponían que era callada y tímida porque le incomodaba la presencia de los demás.

—Chidori, tu técnica de camuflaje no está funcionando—mencionó un chico, de buen porte y actitud seria, al ver a su novia con pequeñas manchas de pintura verde limón, pensando inocentemente que ella estaba tratando de ocultarse de algún enemigo, como solía deducir, pues él era parte del ejército y hace poco que se había retirado. Francamente no sabía cómo vivir una vida normal—.Déjame ayudarte.

— ¿¡Q-que estás haciendo!? ¡Detente Sousuke! —exclamó la chica, intentando esquivar la pintura en aerosol que le estaba lanzando el chico.

Tomoko quiso alejarse de todo ese alboroto, ya sabía que no podía terminar bien esa escena, lo había visto en varias series, así que lo mejor era seguir con sus labores. Debía que colocar todos los libros en sus cajas para evitar que se mancharan y como ella era tan pequeña, tenía que ocupar una escalera para subir a los estantes. Todo marchaba bien hasta que, sin previo aviso, Sousuke cayó cerca de la Kuroki, producto de uno de los tantos golpes que le había dado Chidori, haciendo que Tomoko perdiera el equilibrio para luego caer hacia atrás, junto a un montón de libros.

— ¡Tomoko! —gritó Tomoki, que justo venía entrando a la tienda para recoger a su novia. El chico corrió hacia ella, pero Sousuke fue más rápido y la sacó de la pila de libros que la tapaba.

— ¡O-oye, ¿estás bien?! —preguntó Chidori, lanzando lejos a su novio para ver el estado en que se encontraba su compañera.

— ¡Tomoko! —llamó nuevamente su hermano, acercándose rápidamente a la chica para tomarla en brazos, no tenía ninguna herida, pero estaba inconsciente.

— ¿Qué sucedió? —Preguntó Yukina, que se asustó en cuanto vio a Tomoko desmayada— ¡Tomoko-chan! Tomoki-kun, llévala a mi oficina.

Tomoki hizo caso, no sin antes mirar con furia al causante del accidente, ya se las vería después con él. Ahora lo importante era que no le pasara nada a su novia.

Siguiendo al jefe de Tomoko, el Kuroki menor depositó a su hermana mayor en el sillón que estaba en la oficina. Como en la tienda había un estudiante de medicina, Yukina lo llamó para que revisara a la chica y él dijo que no era nada grave, que sólo había sido el susto y que con un buen descanso se le pasaría, lo cual alivió a Tomoki.

—Debería llevarme a Tomoko a casa—dijo Kuroki, arreglando un par de mechones que cubrían los ojos de su novia.

—Últimamente ha estado distraída, me parece que se merece unas buenas vacaciones, Tomoki-kun—comentó Yukina, viendo la escena conmovido, se notaba que él quería a Tomoko y eso le alegraba, pues sabía que su empleada no era tan sociable y extrovertida con los demás.

—Es mi culpa, hemos tenido algunos problemas y…—suspiró, sin atreverse a continuar, ¿Por qué siempre era Tomoko la que terminaba sufriendo por culpa de sus decisiones y su falta de confianza? ¿Acaso Akise tenía razón y debía decirle a Tomoko la verdad sobre los mensajes de sus padres?

—Tomoko-chan nunca habla con los demás, pero sé que ella es una buena chica y dudo mucho que piense mal de ti—le tranquilizó el hombre, sonriéndole amablemente—.Siempre que hablo con ella, me dice cosas buenas sobre ti y lo contenta que está a tu lado.

— ¿Ella dijo eso? —preguntó más para sí, que para el jefe de su hermana.

—Siempre te presume—rio suavemente, recordando las veces que su empleada molestaba a Mikoshiba por no tener novia.

Tomoki se sintió aliviado, no esperaba que su hermana pudiera entablar una buena conversación con su jefe ni mucho menos esperaba que hablara de él. Siempre era tan callada y tímida, que no se daba cuenta de lo mucho que había mejorado su novia, era capaz de hablar con los demás sin tartamudear y hasta tenía algunos amigos en la universidad. Definitivamente, Tomoko lo sorprendía cada día que pasaba a su lado y eso lo enamoraba aún más, su esfuerzo por cambiar y sus ganas de luchar la hacían ver como toda una mujer.

—Gracias—susurró, sacándose su chaqueta para colocarla encima de Tomoko. La contempló na vez más y luego se dirigió a la puerta, transformando su sonrisa en una mueca sombría. Ahora que su hermana mayor estaba bien, tenía unas cuentas pendientes que arreglar.

— ¿A dónde vas Tomoki-kun? —preguntó Yukina, observando algo nervioso el repentino cambio de expresión del chico.

— ¿A dónde cree que voy?—preguntó, remarcando lo obvio.

—E-espera, no hagas una locura Tomoki-kun—sugirió el dueño de la tienda, saliendo detrás del menor para evitar que hiciera un alboroto—T-Tomoki-kun…

Akise observó una vez más el café que le habían servido. Estaba esperando a que terminara el turno de Naruse para que pudieran ir a escoger un regalo para su amiga Tomoko, pero la verdad es que estaba un poco inquieto, no sólo por los hermanos Kuroki, sino que también por la decisión que había tomado recientemente.

—Keita-kun, no has tocado tu café, ¿te sucede algo? —preguntó Yuu, colocando un pequeño plato con galletas en la mesa para luego sentarse y así poder hablar con su amigo.

—Bueno, es algo difícil de contar, la verdad es que no se lo he dicho a nadie—habló el chico, revolviendo el café lentamente con una cuchara—.Quería…Quería que tú lo supieras primero, Yuu.

Naruse comenzó a sentirse nerviosa y un poco ansiosa, no sabía porque esperaba que fuera algo así, como…Como una declaración. No, eso no podía ser, no hace mucho que había terminado con su novio por problemas de distancia, no debería estar pensando en ese tipo de cosas. Akise sólo era su amigo, nada más.

—Cuéntame Keita-kun, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea—le sonrió la chica, dispuesta a escucharlo.

—Lo he pensado mucho y creo que es una buena oportunidad, bueno mi abuelo me la ofreció y creo que me hará bien tomar su ofrecimiento—trató de explicar el chico, algo nervioso.

— ¿A qué te refieres? —preguntó, temerosa, de repente su pecho comenzaba a doler y eso no le gustaba para nada.

—M-me iré a Londres el mes que viene, no sé si vuelva—aclaró con nerviosismo, pues quería dejar las cosas claras con Yuu. Se había dado cuenta de que estaba enamorado de su amiga y no quería hacerse falsas ilusiones, lo mejor era permanecer alejado un buen tiempo.

— ¿E-eh? E-eso es genial Keita-kun—mintió Naruse lo mejor que pudo, porque la verdad es que se sentía sumamente mal.

— ¿E-eso crees? —casi susurró, decepcionado por la respuesta que le había dado la chica—.Supongo que…Podríamos hacer una despedida ¡Ah! Por favor, mantenlo en secreto por ahora, no quiero arruinar el cumpleaños de Tomoko.

—Sí, creo que será lo mejor—contestó, tratando de sonreír. Repentinamente, toda su felicidad se había esfumado.

Tomoko estaba en medio de un lindo sueño con Kaneki cuando el sonido del celular la interrumpió justo en el momento en que iba a abrazar a su personaje favorito de Tokyo Ghoul. Molesta, se levantó del sillón y comenzó a buscar el condenado aparato que osó quitarle de su maravilloso sueño.

—Ah, es el teléfono de Tomoki—se dijo, al percatarse de que el sonido venía de la chaqueta de su novio—.No perdonaré al que me despertó.

La Kuroki mayor tomó el celular de su hermano y lo revisó, sorprendiéndose al instante de todos los mensajes que había en su bandeja de entrada, ¿Acaso era acosado? ¿Por qué no le había dicho nada? ¡Maldito hermano menor!

Se atrevió a leer el primer mensaje que encontró, cambiando su expresión molesta a una totalmente distinta. Todos los correos eran de sus padres y siempre diciendo la misma frase "¿Cuándo van a desistir de esta locura? Recapaciten".

—N-no puede ser—susurró, paralizada, ¿Su hermano había estado cargando con esto todo el tiempo? ¿Por qué no se lo había dicho?

— ¡Sólo ve y discúlpate Sousuke! —escuchó de pronto, asustándose al observar cómo la puerta era abierta de manera brusca.

—Mis más sinceras disculpas, compañera—habló el chico, colocándose en posición rígida y evitando mirarla—.Tendré cuidado de no caer cerca de usted otra vez.

— ¿Esa es una disculpa?—murmuró Tomoki, molesto por la actitud del joven.

—N-no te preocupes—respondió como pudo, sin dejar de pensar en esos mensajes que había leído ni en la poca confianza que su hermano le tenía.

—Tú eres Tomoko, ¿Verdad? Yo soy Chidori Kaname y este bruto es Sagara Sousuke—se presentó la chica, obligando a su novio a hacer una reverencia como disculpa—. Lo sentimos, ¿Verdad, Sousuke?

—Afirmativo—respondió Sagara, sudando por los nervios.

—No tienen por qué disculparse, fue un accidente—dijo Tomoko, evitando mirar a su novio.

— ¡Qué bueno! Me alegra que podamos habar, el jefe dijo que eras una buena persona y veo que no se equivocó—comentó Chidori, sonriéndole a la chica—. Bueno, nos vemos Tomoko.

Ambos empleados salieron de la habitación, dejando a solas a los hermanos Kuroki. El ambiente pronto se tornó algo tenso, pues Tomoko se levantó de pronto y le mostró el celular a su hermano. Mirándolo fijamente.

—Quiero que me des una explicación, Tomoki—dijo fríamente, entregándole el celular al menor.

—Tomoko, lo siento. No quería involucrarte en esto, ya has sufrido bastante por mi culpa y no quería que el desprecio de nuestros padres te afectara aún más—explicó, mirando con remordimiento a su novia.

— ¿Acaso no te das cuenta? Me duele más que no hayas creído en mí, que el odio de mamá y papá—aseguró la chica con molestia, acercándose a su hermano con una mano en alto, dispuesta a golpearlo.

Tomoki cerró los ojos, se merecía el enojo de su novia, al fin y al cabo era lo menos que podía hacer para dejar de lado la culpa por haber separado a Tomoko del cariño de sus padres. Esperaba el golpe, pero no llegó. Al abrir sus ojos se dio cuenta de que su hermana le sonreía, pero con lágrimas en sus ojos.

—Tomoki, deja de cargar con esto tu solo—dijo Tomoko, abrazándolo con todas sus fuerzas—.Confía en tu hermana mayor.

—T-Tomoko, lo siento, lo siento—susurró, devolviéndole el gesto—.Otra vez te estoy haciendo daño.

— ¡Demonios, Tomoki! ¡Deja de culparte, mocoso! ¿No se supone que estamos juntos en esto? —Exclamó, secándose las lágrimas para luego mirar al chico— ¡Deja de lloriquear como un bebe y ya vámonos!

Tomoki se quedó sorprendido, hace mucho tiempo que su hermana no le gritaba de esa forma. Definitivamente tenía que dejar de esconderle cosas a su novia o no tendría otra oportunidad.

—Tú eres la que está llorando—se burló él, besando su frente—.Te ves linda cuando sonríes.

—Desgraciado, todavía me debes una disculpa por ser tan mal novio—siseó la chica, odiándose por sonrojarse tan fácilmente ante su hermanito menor ¡Ella debería ser quien lo avergüence! —.Tendrás que hacer mérito y ya tengo la idea perfecta.

— ¿Qué estás pensando ahora? Pervertida—preguntó Tomoki, nervioso por la media sonrisa de Tomoko. Ya sabía que eso no era nada nuevo, ¿Qué pretendía?

Ambos fueron por la cosas de la chica y se despidieron del jefe. Tomoko iba muy contenta por la calle, sonriendo con satisfacción al ver que todo el mundo miraba a su hermanito ¡Ah, esto era el cielo! Ir de la mano con su novio disfrazado de Kaneki era el paraíso.

— ¡Mira mamá, un tipo raro! —exclamó un niño pequeño que apuntaba a Tomoki.

—No lo mires a los ojos—mencionó la mujer, llevándose rápidamente a su hijo fuera de la vista de los hermanos Kuroki.

—Con que era esto, hermana—masculló Tomoki, sintiéndose avergonzado—.No tienes misericordia.

Y es que el Kuroki menor andaba con la máscara y el traje de Kaneki Ken, un personaje de Tokyo Ghoul que le encantaba a su hermana. No sabía cómo demonios había conseguido el traje, pero eso no le importaba ahora ¡Tenía que permanecer con esta cosa puesta hasta que llegaran a casa!

— ¡Tengo a Kaneki sólo para mí! —Fantaseó Tomoko, ignorando a su hermano—Prepárate, porque esta noche no duermes.

— ¡¿Qué quieres decir con eso?! ¿No estarás pensando en…eso? —exclamó, sonrojándose al instante ¿Iban a hacerlo? B-bueno, no es que le molestara. Además, hace algunas semanas que no lo hacían.

—Exactamente, hermanito—aseguró, mirando con ojos brillantes a su novio, esperando una respuesta afirmativa.

—B-bueno, si insistes—susurró, sintiendo sus mejillas arder y su corazón latir con furia. Ya estaba imaginándose a su novia bajo él, acariciando su rostro mientras jadeaba su nombre.

— ¡Sí! ¡Hoy veremos la maratón de Tokyo Ghoul! —gritó emocionada.

— ¿Qué? —.Tomoki sintió que su pequeña fantasía se rompía en pedazos, su pequeño corazón se paralizaba y toda la emoción que pretendía ocultar, se esfumaba como el viento— ¡Maldita fanática desquiciada! ¡Me niego a llevar esta maldita cosa por más tiempo!

— ¿¡E-Eh!? ¡Espera Tomoki! —dijo la chica, persiguiendo a su hermano que murmuraba cosas sin sentido, mientras caminaba rápidamente.

—Es increíble, se me pegó lo pervertido—siseaba el chico para sí sintiéndose estúpido por imaginar ese tipo de cosas.

— ¡Kaneki! ¡No me dejes!

— ¡Que no soy un maldito personaje de anime!

Faltaban dos días para el cumpleaños de Tomoko y Tomoki se mostraba decidido. Después de una larga reflexión y una sesión de "amor" con su novia, tomó la determinación de que debía enfrentar a sus padres, ya no podía seguir sin hacer nada. Además, esta celebración era un paso importante para ambos y tenía que conseguir que sus progenitores estuvieran presentes en el cumpleaños de Tomoko.

—Tomoki, tienes una ojeras impresionantes—comentó Akise, bebiendo tranquilamente su café.

Nuevamente habían ido al café de siempre para hablar de la fiesta de Tomoko, pero al parecer, ambos estaban pensando en otra cosa.

—Ni lo menciones, Tomoko no me ha dejado dormir bien estos días—masculló, tomándose la cabeza para luego suspirar.

—Pff…—Keita escupió el líquido y comenzó a toser, sonrojándose un poco.

—No es lo que piensas, pervertido—aclaró, burlándose de su amigo—.Me obligó a ver una maratón de Tokyo Ghoul, dos veces.

—Típico de Tomoko—rio el chico.

Tomoki observó detenidamente a su amigo, sabía que algo le ocurría, pues se le veía pensativo y eso no era normal en él.

—Keita, a ti te ocurre algo—supuso Tomoki, contemplando el repetido nerviosismo que se apoderó del chico.

—N-no es nada Tomoki—mintió, esperando que el Kuroki menor no lo descubriera.

—Es por Naruse—afirmó, cerrando sus ojos unos momentos— ¿Aún no le dices que la quieres?

— ¿Q-que te hace pensar eso?

—Te conozco lo suficiente como para saber lo que te sucede.

Akise dudó un momento, Tomoki era su mejor amigo y sabía que podía confiar en él, pero no quería estropear el cumpleaños de su amiga Tomoko. Aunque en estos momentos necesitaba el consejo de Tomoki.

—Quiero a Yuu, me enamoré de ella—dijo con decisión—, pero no me corresponde.

— ¿Ella te lo dijo? —preguntó, alzando una ceja.

—No lo dijo directamente, pero…

— ¿Acaso eres idiota? No puedes suponer nada si no se lo dices claramente.

—T-Tomoki, la verdad es que no pensaba decírtelo, pero creo que es mejor que lo sepas—mencionó el chico, desviando su mirada—.Me iré a Londres por una beca de arte y no creo que vuelva.

— ¿Qué? ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Naruse lo sabe?

—Sí, ella lo tomó muy bien.

—Ah, así que por eso te vas, cobarde—siseó golpeando la mesa—.Deja de ser tan estúpido y ve a hablar con Yuu.

—Entiéndeme, es una buena oportunidad para mí—murmuró, levantándose de su asiento—.Tengo muchas cosas que hacer, nos vemos Tomoki.

—Espe…—El chico dejó que su amigo se marchara, en estos momentos no conseguiría nada si lo enfrentaba así.

Naruse estaba tomando un descanso en la oficina, su jefa se lo había pedido, porque estaba muy distraída y ya había roto más de tres vasos en el transcurso de la mañana. No es que no quisiera trabajar, lo que ocurría era que no podía dejar de pensar en lo que había dicho Keita. Se suponía que eran amigos y los amigos no se abandonan como si nada. Estaba tan molesta y triste, aún no tenía claro él porque y temía pensar en que pudieran haber sentimientos involucrados.

—Naruse-san, ¿Qué ocurre? —preguntó Misaki, que había ido a la oficina por unos papeles.

—N-no es nada, Misa-chan.

—Si necesitas algo, sólo dímelo.

—Gracias—susurró, mirando hacia el suelo— Si Usui-san se va, ¿Lo extrañarías?

— ¿E-eh? ¿Quién lo extrañaría? Es un Alien pervertido y…él—titubeó, sonrojándose, ya no había necesidad de mentir—.Supongo que sí, después de todo es mi n-novio.

—"Novio" —pensó Naruse, llevándose una mano al pecho, imaginándose por un momento a Keita—"¿Qué me está pasando?"

Un tono, dos tonos. El sonido del celular parecía aumentar la tensión del menor de los Kuroki. Aprovechando que su hermana estaba en el trabajo, decidió llamar de una buena vez a sus padres, para comunicarles sobre su decisión. Esperaba que lo tomaran en cuenta o al menos, que lo escucharan.

Por fin te dignas a llamarnos, Tomoki—habló su padre— ¿Se les acabó el dinero? ¿Volverán a casa?

—Para tu información, estamos bien—siseó, molesto—.Sólo llamaba para decirles que me casaré con Tomoko.

¿Qué?

—Lo que escuchaste, me comprometeré con ella para casarnos en unos años más.

Así que vas enserio—habló su madre, quien le había quitado el teléfono a su marido para hablar con su hijo.

—Así es, sólo les pido que vengan al cumpleaños de Tomoko—dijo el chico, conteniéndose para no sonar nervioso—.Ella los ha estado esperando por mucho tiempo y…Y yo también.

Un prolongado silencio tensó a Tomoki, quería que sus padres comprendieran que amaba a Tomoko, quería verlos nuevamente, quería volver a llamarlos mamá y papá. Contuvo la respiración por un momento, pues creía que habían cortado.

Dejémoslo así, necesito pensar—respondió finalmente la madre.

—El cumpleaños de Tomoko es en dos días—murmuró, respirando nuevamente—.Adiós.

Los padres de los hermanos Kuroki se sintieron abatidos, era la primera vez en mucho tiempo que volvían a escuchar la voz de su hijo y sólo para decirles que se casaba con su hermana. No sabían que pensar.

—Cariño, la casa está demasiado fría—susurró la mujer, frotándose los brazos.

—Es demasiado grande para nosotros dos, ¿Verdad? —respondió, tomando la mano de su esposa.

Ambos comenzaron a recorrer las habitaciones de la casa, observando algunos detalles que contemplaron por unos momentos. Las marcas en la pared para ver cuánto habían crecido sus hijos, las fotos de los chicos, sus cuartos, los videos en los que se veía jugar a Tomoko con Tomoki.

—Está vacía, la habitación de los chicos está vacía—murmuró la mujer, tapándose los ojos.

— ¿Qué hemos estado haciendo? —se preguntó el hombre, abrazándola.

Hasta ese momento, no asimilaban que habían estado actuando de manera fría. Hasta ese momento, no estaban considerando la felicidad de sus hijos. Era hora de que reflexionaran.

Llegó el tan esperado día, Tomoko había sido mimaba por su novio, su jefe y sus amigos de la universidad en la mañana. Estaba muy contenta porque ese día estaba libre en la tarde y había preparado algo especialmente para Tomoki, el pobre no sabía que le esperaba otra noche en vela y no precisamente viendo animé. Estaba emocionada porque pasara el día, sin embargo, algo le estaba molestando, Yuu y Keita se estaban comportando de una manera muy extraña. Por un lado, Akise la llenó de regalos, pero no intentó coquetear con ella, como lo hacía de costumbre. Luego estaba Yuu, que lejos de parecer alegre, estaba distraída y algo decaída.

—Tomoki, ¿Tu sabes lo que les sucede a Yuu-chan y a Akise? —Preguntó la chica, comiendo algunos chocolates que le había dado su jefe, mientras miraba Kyoukai no Rinne en la cama—.Han estado muy raros.

—"No debería decírselo ahora" —pensó el chico—.No es nada, déjalos.

—Si tú lo dices—comentó, volviendo a ver su serie, dándole la espalda a su hermano.

Tomoki contempló a su hermana. Se veía muy bien con el cabello amarrado en una coleta, dejando su cuello libre para ser atacado. Su polera sin mangas dejaba al descubierto sus hombros y sus pantalones cortos mostraban sus largas y esbeltas piernas. Debía reconocer que Tomoko ya no era la misma chica sombría, que intentaba ser popular y conseguir muchos novios. Ja, ¿Quién lo diría? Si le dijeran que se iba a enamorar de su propia hermana, seguro se hubiera molestado. Pero ahora la tenía sólo para él y lo peor de todo es que él estaba totalmente loco por ella y eso no le molestaba para nada.

—Tomoko—susurró, colocándose encima de ella para morder su cuello, obteniendo un pequeño jadeo de parte de su novia—.No me has dejado dormir bien por culpa de tus series. Tienes que compensarme.

—Je, aun no te perdono del todo, pequeño pervertido—contestó dejándose querer, sin darse vuelta—.T-tienes que hacer mérito.

Tomoki besó su cuello con lentitud, mientras acariciaba su espalda, provocando gratas sensaciones en Tomoko. La sangre de Tomoki hervía, su corazón palpitaba como nunca y su mente estaba nublada, no pensaba en nada más que en los labios de su hermana mayor, sus jadeos y su cálido cuerpo que lo incitaban al placer. Hizo un recorrido con sus labios, desde el cuello hasta su hombro, dejando pequeños chupones. Quería tener a Tomoko, la quería solamente para él, que rogara por sus caricias, que le pidiera más.

—T-Tomoki, están tocando la puerta—susurró la chica, dándose vuelta para encarar a su hermano.

Tomoki la ignoró, besándola con desesperación. No quería dejar de saborear esos labios que lo volvían loco. Ardía, ardía en llamas y no podía apagarlas. Lo quería todo de su hermana, en ese instante.

—T-Tomoki, espera—dijo la chica, intentando, sin esfuerzo, separarse de su novio.

—Tsk, esto no se quedará así—siseó molesto con la persona que osó interrumpir, dándole un último beso a Tomoko para luego ir a abrir la puerta.

— ¡Tomoki, vinimos a celebrar! —dijo Akise entrando con Yuu y Mikoshiba, junto a otros amigos de Tomoko.

— ¿Acaso estaban ocupados?—se burló Mikorin.

—Tsk, cállate—chasqueó la lengua, molesto. Había olvidado que los chicos venían para la fiesta.

—No me digas que te olvidaste por completo de la sorpresa—le susurró Keita.

—Para nada—mencionó con enojo.

Tomoko se sorprendió con la llegada de sus amigos, no esperaba que estuvieran allí. Pensaba que lo iba a celebrar sólo con Tomoki.

— ¡Chicos! —exclamó alegre la Kuroki mayor, recibiendo los abrazos de todos los que estaban allí.

— ¡Feliz cumpleaños Tomoko! —dijeron todos, algunos tirando confeti mientras Yuu y Tomoki sostenían la torta.

La novia de Tomoki sonrió y pidió tres deseos para luego apagar las velas. Los chicos venían con la comida, así que inmediatamente prepararon la mesa y comieron. Todos estaban felices, algunos conversaban, otros reían. Tomoko era la más contenta con esta cena, pero se percató de que Yuu y Akise no estaban bien, de hecho se habían sentado separados y no se miraban, ¿Qué les sucedía? Tendría que hablar con Yuu más tarde.

— ¡Bien, ya es de noche! —Anunció Kashima—Los chicos, fuera.

—Eh, no es justo—dijo Mikorin—.Quiero seguir comiendo pastel.

—Mikorin, fuera—sentenció Kashima.

— ¿Qué pasa? —pregunto Tomoko.

—No es nada Mokocchi, vamos al cuarto—mencionó Yuu.

Las chicas llevaron a la habitación a la Kuroki mayor, mientras los hombres subían a la azotea del edificio, preparando todo para la sorpresa que le tenía Tomoki a su novia.

—Te pondremos muy linda—dijo Kashima, sacando un lindo vestido negro, simple pero elegante.

— ¿Q-que?

—Tú sólo relájate Mokocchi—aclaró Yuu, tomando el cabello de Tomoko para cepillarlo.

La chica se dejó hacer, al parecer su hermano había estado pensando en algo y eso la emocionaba. Pero antes, quería hablar con Yuu, necesitaba saber que le pasaba a su mejor amiga.

—Yuu-chan, ¿Te sucede algo? Te noto triste—indagó Tomoko.

Naruse dejó de peinar a su amiga por un momento, pero después retomó su labor. No quería preocuparla con sus problemas, tampoco quería arruinar su sorpresa, ¿Qué debía hacer?

— ¿Sabes Mokocchi? Keita-kun es un buen amigo—comenzó la chica—.Siempre anda pendiente de ustedes y de sus necesidades. Nos ha apoyado a todos de muchas formas.

—Naruse, tu…—dijo Kashima.

—No sé porque, pero no puedo dejar de sentirme así—aclaró, sintiendo que su cuerpo temblaba—Creo que él me gusta.

—Yuu…

—Este es tu día Mokocchi, no lo arruinemos, por favor—se contuvo, Tomoko tenía que estar feliz, no podía estar preocupada en este momento.

—Como tú digas, pero luego tendrás que decírmelo todo—comentó la chica.

Las mujeres terminaron de arreglar a la Kuroki y cuando la observaron bien, se emocionaron con o bien que se veía.

— ¡Kya! Te ves tan linda, que te robaría—chilló Kashima.

—Te ves muy bien, Mokocchi.

—Gracias—susurró, viéndose en el espejo, con ese vestido negro y corto, su cabello amarrado en una coleta, adornado con un cintillo plateado. Zapatos negros y un maquillaje sutil. Lo que más destacaba era el anillo colgado en el cuello de Tomoko, el regalo que su hermano le había dado y que no se lo sacaba por nada.

—Estamos listas, vámonos—dijo Yuu.

En la azotea las esperaban los chicos, todos en una línea recibiendo a Tomoko como si estuviera en una Host club. De fondo se escuchaba la canción del ending de Brothers Conflict y al final estaba su hermano, con un traje formal que le quedaba de maravilla.

—Tomoki—titubeó la chica, llegando hasta su hermano.

—Tomoko—mencionó el chico, tomando la mano de ella para besarla—Feliz cumpleaños.

La chica se sonrojó tenuemente, su novio le estaba colocando un anillo diferente al que tenía en el cuello, en su mano izquierda.

—Tomoko, ya que no nos podemos casar aún—comenzó diciendo—.Acepta este presente.

—Q-quieres decir que…

—Sí, es un anillo de compromiso.

—Enton….

—Quiero que te cases conmigo—afirmó, apretando la mano de la chica—.Tendremos que esperar un tiempo, pero quiero que todos sepan que eres mía.

— ¿Qué tipo de propuesta es esa Tomoki? —chilló Mikorin.

—Cierto, sé más romántico—gritó Kashima.

— ¡Cállense! Ustedes sólo están de adorno—alegó el Kuroki menor.

—A-acepto—murmuró, mirando a su novio con emoción.

Todos gritaron emocionados, sintiéndose felices por los hermanos Kuroki. Ambos se besaron, sin importarle que estuvieran los demás.

—Soy feliz hermanito, gracias—dijo la chica, abrazando a Tomoki con fuerza.

—Yo también.

De pronto, se oyeron unos aplausos desde la entrada, Los hermanos Kuroki miraron hacia la fuente del sonido, dándose cuenta al instante que sus padres estaban parados, mirándolos con una pequeña sonrisa mientras aplaudían.

—Llegamos justo a tiempo—habló la mujer—.Hace mucho que no nos vemos, chicos.

—U-ustedes…—tartamudeo Tomoko.

—Creí que no vendrían—dijo Tomoki, sin dejar de abrazar a su hermana, pues ella temblaba.

—Bueno, estuvimos pensando mucho—respondió el padre—.Sabemos que no los podemos separar, ahora más que nunca.

—No estamos de acuerdo con su decisión—agregó la madre—, pero queremos su felicidad.

—M-mamá—gimió Tomoko, con lágrimas a punto de salir.

—Sólo permanezcan juntos, ¿De acuerdo? —continuó la mujer, conteniendo su llanto—.No podemos hacer nada más.

—Gracias—contestó Tomoki, mirando a su novia.

— ¿P-puedo abrazarte? Mamá—preguntó Tomoko.

—Si—sollozó ella.

La Kuroki mayor corrió hacia su progenitora y la abrazó con fuerza. Ambas lloraron con alegría, mientras los demás sonreían, conmovidos por la escena. Tomoki también se acercó y abrazó a su padre.

—Los extrañamos mucho—gimió la mujer sin dejar de llorar, abrazando a los dos.

—Nosotros también—contestaron los chicos.

Después de un emotivo reencuentro, Los amigos de los hermanos Kuroki se fueron para que la familia pudiera conversar tranquilamente. Ambos contaron todo lo que habían vivido durante estos años, su trabajo, la universidad, los clubes y su relación.

—Aunque nos cueste mucho, trataremos de entenderlos—dijo su padre.

— ¿Están comiendo bien? No se esfuercen demasiado en el trabajo—añadió su madre, tomando la mano de Tomoko—.Estudien mucho y no desperdicien su dinero.

—Estaremos bien mamá—respondió Tomoki— ¿Por cuánto tiempo se quedarán?

—Hasta mañana, pero no se preocupen por nosotros, nos quedaremos en la casa de tus tíos—dijo la mujer.

—Pueden quedarse aquí, no hay ningún problema—sugirió Tomoki.

—Prefiero que no, hijo—habló el padre, levantándose del sillón—.Ya deberíamos irnos, nos están esperando.

Sus padres se despidieron de ellos, no sin antes pedirles que se cuiden y que vendrían más seguido para visitarlos. Tomoko y Tomoki se sintieron aliviados, felices y satisfechos. Comprendían que a sus padres se les hacía difícil verlos juntos, pero el hecho de que hayan venido, era un gran paso para ellos.

— ¿Tú los llamaste, verdad? —supuso la Kuroki mayor.

—Sí, pero no esperaba que vinieran—reveló, abrazando a su, ahora, prometida.

—Tomoki, gracias. Me haces muy feliz—dijo la chica, correspondiendo su gesto.

— ¿No crees que merezco una recompensa? —sugirió, seductor.

—Esperaba que dijeras eso, pequeño pervertido—. La chica se separó de su hermano y corrió al cuarto.

Tomoki la siguió, pero en cuanto se dio cuenta de lo que Tomoko traía en sus manos, retrocedió unos pasos dispuesto a huir.

—No te escaparás esta vez—dijo la chica, sosteniendo el traje de Kaneki—.Voy a violarte, Kaneki-kun.

— ¡Estás loca! Pervertida desquiciada—protestó queriendo salir del cuarto, pero la chica fue más rápida y cerró la puerta con llave.

—Prometo que la pasarás muy bien, hermanito—sonrió con lujuria, acercando peligrosamente a su objetivo.

—No me pondré esa cosa—alegó Tomoki, intentando no ceder ante su prometida.

—Oh, lo harás. Nadie le niega cosas a Tomoko-sama, kukuku.

El resto de la noche sólo pudo sentirse gemidos y claro que los vecinos despertaron de sus sueños, alarmados por los terroríficos gritos que venían del departamento 54. Seguramente estaban filmando una película de terror o algo así. Pobre Tomoki.

Yuu despertó con el sonido del celular, no tenía ganas de levantarse, pero al parecer la llamada era urgente, porque no dejaba de sonar.

— ¿Diga?

Hola Yuu—saludó Akise.

—K-Keita-kun—susurró Naruse— ¿Q-que sucede?

Disculpa por llamarte tan temprano, pero no quería irme sin despedirme de ti—habló, con un leve tono de tristeza.

— ¿Despedirte? ¿No te ibas a Londres el siguiente mes? —preguntó alarmada, de pronto su respiración se cortó y su pecho parecía quemar.

Bueno, tengo que irme antes para hacer los papeles—explicó el chico, nervioso—Yuu, yo sólo quería decirte que…Que estoy enamorado de ti.

—K-Kei…

No es necesario que me respondas. Adiós—cortó la comunicación.

Era un cobarde, era un estúpido por declararse de esa forma, pero no le quedaba otra opción. Si se lo decía a la cara ya no iba a querer separarse de ella, trataría por todos los medios de conquistarla, pero esta era una buena oportunidad para ser mejor, para madurar y crecer como persona, así podría ser merecedor del amor de Yuu, algún día.

Tomoko despertó en el pecho desnudo de su hermano, tal vez había exagerado anoche, pero el sexo con su prometido había sido genial, más aún cuando se puso el traje de Kaneki. Lo contempló por un momento y sonrió, no podía creer que todo esto era real. El molesto sonido del celular la despertó de su trance, no importaba, después de todo, podría contemplar a su hermano el tiempo que quisiera.

— ¿Akise? —Se dijo— ¿Hola?

Tomoko, por favor, cuida de Yuu—dijo el chico—.Adiós.

— ¿Q-que? Me cortó—.Marcó de nuevo el número, pero este estaba apagado—Estúpido Akise. Tomoki, despierta.

— ¿Qué pasa? —Preguntó incorporándose para colocar su cabeza en el hombro de su prometida—.Es muy temprano para que empieces con tus delirios.

—No empieces, Akise me llamó y dijo que cuidara de Yuu, ¿Sabes qué quiso decir con eso?

— ¡Maldición! Ese idiota huyó—insultó, levantándose rápidamente de la cama—.Tomoko, llama a Yuu.

— ¿Me quieres explicar que sucede? —indagó, marcando el número de su amiga.

—Akise está enamorado de Yuu, pero el muy idiota se va a Londres—explicó rápidamente, tomando su ropa para vestirse.

— ¡Ese estúpido! —Masculló la chica, levantándose— ¡Yuu-chan!

Mokocchi, ahora no tengo tiempo—habló, con voz cansada—.Sólo deséame suerte en Londres.

— ¡Yuu-chan, pero…!—.No tuvo tiempo de decir más, porque su amiga había colgado.

— ¿Qué pasó? —preguntó Tomoki.

—Ya no tenemos que preocuparnos—suspiró aliviada—Yuu-chan fue a buscar a Akise.

—Ya veo—sonrió el chico—"Espero que lo alcance".

Naruse corría, esquivando a mucha gente que se atravesaba en su camino, llevaba un bolso pequeño con todo lo necesario para ir a Londres si no conseguía ver a Akise. Ya vería más adelante que hacer, pero tenía que alcanzar a Keita, no podía dejar que se fuera así, sin más.

Pasajeros a Londres, abordar puerta 4—se oyó decir por el altavoz.

—"¡Tengo que alcanzarlo!..." ¡Keita-kun! —gritó la chica, esperando que el chico la oyera, pero ya era tarde, la puerta cuatro se había cerrado y el avión que iba a Londres estaba en la pista—N-no lo alcancé…

— ¿Yuu? —Susurró Akise, sorprendido por la presencia de la chica— ¿Qué haces aquí?

— K-Keita-kun, creí que te habías ido.

—No pude hacerlo—sonrió, un poco triste—.Soy patético.

—Keita-kun…

—Ja, siempre le dije a Tomoki que era un cobarde y ahora resulta que estoy haciendo lo mismo que él—mencionó, desviando la mirada de la chica—.Yuu, ¿me dejarías intentar conquistarte?

—Tonto—rio con alegría—Ya lo has hecho…

Unos años después…

—Kukuku, esta página es interesante—rio Tomoko, observando algunos consejos de posiciones para el sexo— ¡Oh, esta página me trae recuerdos!

— ¿Qué haces, pervertida? Tenemos que irnos—habló Tomoki, entrando al cuarto por las maletas.

—Ya lo sé, mocoso—chasqueó la lengua fastidiada, siempre tenía que arruinar la diversión.

— ¿A quién llamas mocoso? —Siseó, tirando de las mejillas de la chica—Apaga eso. Luego podemos poner en práctica esas poses.

—Oh, pequeño pervertido—sonrió Tomoko, dándole un apasionado beso, de esos que a Tomoki le encantaban—.Quién diría que el prestigioso abogado Kuroki resultara todo un depravado.

—Mira quien habla, pervertida desquiciada—gruñó en el cuello de la chica, debilitado por las caricias que le estaba brindando su esposa—.Tus juegos eróticos son los más vendidos.

—Te excitan, ¿Verdad? —masculló mordiendo el cuello de su marido.

—No más que tú—contestó, atrayéndola hacia él para devorarle sus labios.

—Eh, disculpen la interrupción, pero tenemos que irnos—anunció Keita, asomándose por la puerta—.Ustedes nunca cambian, par de exhibicionistas.

—Mira quien habla—se burló Tomoki— Aún hay videos de su vergonzosa actuación en el aeropuerto.

—Tsk, no me lo recuerdes—masculló irritando, con las mejillas rojas.

—Cierto, me lo esperaba de ti, pero no de Yuu-chan—dijo Tomoko, riéndose por lo bajo.

—U-ustedes dos, ya deténganse—interrumpió Yuu, avergonzada—.Tenemos que irnos al aeropuerto.

—Sí, ya vamos—contestaron los hermanos Kuroki. Todos salieron de la habitación, pero Tomoko se detuvo un momento. Observó la página que había estado viendo y sonrió un poco.

DEFINICION DE CHICA IMPOPULAR

CHICAS QUE SON CONSIDERADAS IMPOPULARES:

-Ningún tipo de experiencia con los hombres

-Nunca las han invitado a salir

-Son puras y vírgenes

— ¿Qué haces? Nos vamos a ir sin ti—mencionó Tomoki. —Te espero en el auto.

Tomoko releyó una vez más las líneas del sitio web y se rio de sí misma.

—Es cierto—se dijo mirando su anillo— Ya ni siquiera importa.

Cerró las pestañas del navegador y apagó el computador, sus días en el internet habían acabado, ahora comenzaba su verdadera vida, junto a su hermano

Como no soy popular, dejare de intentarlo…

Fin


Respuesta a marisa: En este fic, los shinigamis no son nada OP. Shinigamis como sutcliff y ryuk son demasiado como para compararlos con estas imitaciones jajajaj

Shion230 reportándose. DE VERDAD, MUCHAS GRACIAS POR ACOMPAÑARME ESTOS AÑOS.

Agradezco a cada uno de ustedes por su paciencia, no hay palabras que puedan describir lo feliz que me siento. Esta historia ha sido una de mis regalonas, a la que más esfuerzo le he puesto. He llorado, he reído y me he estresado, pero valió la pena, porque pude concretar este proyecto.

MUCHAS GRACIAS.

Nos leemos en otro proyecto del fandom.

Un abrazo cibernético.

Próximo proyecto:

Nombre: Relato prohibido

Capítulos: 4 o más, depende de la extensión de cada capi

Pareja: Tomoki x Tomoko

Sinopsis: mmm aún no lo he pensado ajaja.