Aquel fin de semana fue inolvidable. Izaya y Shizuo se encontraban juntos, desayunando animadamente a la espera de salir rumbo al instituto.
Ambos habían tenido un fin de semana divertido y emocionante, que solo había fortalecido aún más su relación. Se levantaron y dejaron los platos en el lavabo y luego se dirigieron al baño donde ambos cepillaron sus dientes—Izaya usando un cepillo prestado de Shizuo—. Salieron de igual forma contentos y caminaron hasta llegar a su destino. Apenas entrar al instituto todos los adolescentes que allí yacían los miraron sorprendidos. Ver a los dos enemigos jurados caminar felizmente y sin pelear uno al lado del otro era realmente increíble.
La pareja no hizo caso a los susurros que comenzaban a surgir y se dirigieron cada uno a su salón. Antes claro, Izaya hizo prometer a Shizuo que le esperaría para almorzar juntos. Así cada uno se dirigió a sus clases.
Ninguno se percató de aquel chico de orbes azules que les miraba con antipatía. Ira dirigida hacia el más alto de ambos, y decepción hacia el más bajo. Se sentía humillado y le haría pagar al culpable de cualquier manera.
—Shizuo, ¿que son esos rumores de que tú e Izaya ya no intentan matarse cuando se ven? ¿Acaso hicieron las paces? Wooo. ¡Eso es genial! No lo pue—una mano sobre su boca le hizo detener su balbuceo.
—Shinra, cállate. No sé de qué rumores hablas, pero sí. Izaya y yo decidimos dejar en el pasado nuestras peleas. Tenemos mejores cosas en las que pensar—contestó mientras quitaba la mano que había colocado en la boca de su amigo y se sentaba en su respectivo pupitre. Shinra se encontraba a su lado.
—Eso es asombroso. ¿Y cuales son esas mejores cosas en las que piensan?—cuestionó con una mirada sugerente, ocasionando un sonrojo en el más alto.
—Eso no es asunto tuyo.
Su amigo estuvo a punto de reclamarle, pero el sonido de un puerta abriéndose le indicó la llegada de su maestro. Shinra tenía una ligera sospecha de cual era ese asunto más importante, y de todo corazón deseaba que estuviera en lo correcto.
El sonido del timbre le hizo salir de su ensoñación. Llevaba toda la mañana pensando en aquellos horribles chismes que rondaban por todo el instituto.
Flashback
"¿Heiwajima y Orihara no están peleando?"
"Heiwajima-san y Orihara-kun entraron juntos al instituto sonriendose el uno al otro, y caminaban tomados de las manos ¿Puedes creerlo?"
"Oh. Es asombroso. No sabía que Heiwajima era gay""
"El solo ama a Izaya.¡Esta más que seguro! KYAAA"
"No exageres, Minny-chan. Apuesto a que solo hicieron las pases"
"Estoy segura que ellos se aman"
Esa fue la conversación que Akane escuchó mientras caminaba por los pasillos de la escuela. ¿Como se le ocurría pensar a esa chica que su Shizuo podría amar a una sabandija como Izaya?
Toda la maldita mañana se encontraba pensando en una razón que justificará el que esos dos hayan llegado juntos, pero nada venía a su mente. Es por esa razón que cuando sonó la campana que anunciaba el receso se dirigió velozmente al salón de su sempai preferido para averiguar la trampa en la que había caído Shizuo y evitar que siguiera pasando tiempo con Izaya. Tiempo que debía pasar con ella.
Llegó algo agitada al salón de Shizuo, pero una vez frente a él se acomodó lo mejor que pudo y colocó la mejor sonrisa que tenía. Abrió lentamente la puerta y entró.
—Shizuo-kun, ¿quieres almorzar—
El shock de ver a Izaya siendo besado por Shizuo la dejo perpleja. Izaya estaba sentado sobre las piernas de Shizuo, cara a cara, mientras devoraba los labios del otro con vehemencia.
Akane salió de su estupor al oir un gemido procedente de Izaya. Se aclaró la garganta, tratando de ocultar el asco y rabia que sentía por el pelinegro.
—Woo. Akane, lo lamento. No sabía que estabas aquí—se disculpó Shizuo levantándose y alejando a Izaya de su cuerpo. El menor le miró con mala cara.
—No te preocupes, Shizuo-kun. Solo vine a invitarte a almorzar. Podemos compartir el almuerzo, hoy mi madre me preparó un bento enorme—sonrió levantando la caja que tenía en sus manos.
—No es tan grande—pensó Izaya.
—Vaya, gracias. Pero almorzare con Izaya esta vez.
La sonrisa de Akane cayó, dando paso a una victoriosa por parte de Izaya. La chica trataba de disimular la rabia que sentía, pero era difícil con semejante chico burlándose de ella.
—Pero si gustas puedes almorzar con nosotros, si no te molesta. Estaremos en la azotea con un par de amigos más. ¿Quieres?
Los ojos de Akane se iluminaron ante la amabilidad de Shizuo. Dirigió su mirada a Izaya, sonriendo, y observó como este le dedicaba una mirada asesina.
Los tres salieron del aula y caminaron hacia la cafetería. Izaya no había preparado nada, y aún menos Shizuo, por lo que decidieron comer lo que ofrecieran allí. El menor sentía una mirada molesta a sus espaldas, y sabiendo que se trataba de Akane la ignoró. La fila en la que se encontraban era corta, por lo que en un par de minutos ambos ya se dirigían a la azotea, cada uno con su respectivo almuerzo, siendo seguidos por la castaña.
Izaya sabía que aquella niña planeaba algo, su intuición se lo decía por lo que esta vez no pasaría por alto ninguna de sus acciones. Los tres llegaron a la azotea, apenas pisar el lugar unos gritos los recibieron.
—¡Izaya! ¡Shizuo!—llamó Shinra, sentado frente a una pared que le cubría del sol de la mañana. A su lado su otro amigo, Kadota; quien al ver a la chica castaña a sus espaldas les dedicó una mirada interrogante.
Izaya decidió ignorarlo y contestarle después. Se acercó a sus amigos jalando a Shizuo de la muñeca. Se sentó al lado de Kadota, e hizo sentar a Shizuo a su lado. Akane ocupó el otro lugar al lado de Shizuo.
—Y bien, ¿quien eres tú?—cuestionó Kadota.
—Soy Akane, amiga de Shizuo. Encantada de conocerlos—sonrió de la manera más dulce, amable y falsa a los ojos de Izaya. Lástima que sus amigos no opinaran igual que él.
—Yo soy Kyouhei Kadota. Encantado—sonrió.
—Y yo soy Shinra—gritó animadamente el castaño—, no sabía que Shizuo tuviera una amiga tan linda.¿Cómo lo conociste?
La muchacha se sonrojó.
—La salvó de una banda de maleantes. Tan típico del amable Shizu-chan—se burló Izaya.
—¿Es eso cierto?—cuestionó nuevamente Shinra, no creyendo las palabras del moreno.
—Sí, Shizuo-kun me rescató de unos ladrones. Fue muy valiente y siempre le estaré muy agradecida—le dedicó una sonrisa al rubio—. Siempre había oído rumores sobre que Shizuo era una mala y tenebrosa persona, pero cuando me rescató me di cuenta que todo era mala información. Él solo actuaba así por culpa de la ira que le invadía cuando era molestado. Shizuo-kun en realidad es muy amable.
—Vaya, gracias por eso Akane—sonrió el rubio mientras palmeaba la cabeza de la chica—. Tú también eres una excelente chica. Y también muy linda.
Todos rieron ante ese comentario. Todos, a excepción de Izaya. Se encontraba molesto ante la atención que su novio le dedicaba a esa chica. En un vano intento de desviar la conversación, comenzó a incitar a todos para que comieran.
—Hey, hey~ la hora de almuerzo esta por acabar y no hemos comido nada.¿Que esperan?
Todos le miraron y le dieron la razón empezando a comer. Izaya abrió el bento que había comprado y con sus palillos le ofreció a Shizuo la no muy agradable carne que venía. Akane al ver esto, le detuvo de inmediato.
—No deberías ofrecerle algo que ya tiene. Debiste prepararle un bento hecho en casa, lo que venden en la cafetería no es muy saludable. Aquí, ten esto Shizuo-kun—extendiéndole algo que olía realmente delicioso. El rubio dudó al inicio, pero la impecable presentación le convenció del todo. Comió lo que la chica le ofrecía y quedó fascinado ante la explosión de sabor en su paladar. Realmente era...
—Delicioso. ¿Tu madre lo preparó?
—Ella solo hizo el arroz. Yo hice lo demás ¿Te gusta mucho?—pidió avergonzada la chica.
—Me encanta. Eres una excelente cocinera.
—Gracias Shizuo-kun.
Akane repartió lo poco que tenía entre Shinra y Kadota. Ambos también querían disfrutar la sazón de la castaña, y al igual que el rubio quedaron fascinados. Todos charlaban sobre la deliciosa comida, y la forma en que esta era preparada. La amigable charla era tan envolvente y divertida que ninguno se percató de la falfa de participación del pelinegro, o de la molestia y enfado que sentía en esos momentos. Todos dirigían su atención a la chica, y a pesar de no querer admitirlo, Izaya sabía que sentía celos de que alguien como ella pudiese cocinar algo que le encantase a su novio.
El sonido de una campana sacó a todos de su diversión. El buen momento que pasaban había hecho aumentar la velocidad del tiempo, y de un momento a otro ya había acabado la hora del almuerzo. Todos comenzaron a levantarse cogiendo sus propias cajas.
—Fue divertido almorzar con ustedes. Shizuo-kun, Kadota-kun y Shinra-kun; muchas gracias por su amabilidad, espero poder almorzar nuevamente con ustedes. Ya debo irme, hasta otro día.
La chica se despidió, siendo observada por tres chicos que la miraban de manera amistosa. Los tres al percatarse de que iban retrasados comenzaron a caminar rápidamente hacia sus respectivos salones.
—Hey, ¿donde esta Izaya?—cuestionó Kadota al ver que su compañero de aula ya no estaba con ellos.
—Bajó de la azotea hace media hora. Cinco o seis minutos después de que empezáramos a conversar con Akane. Le mandé un mensaje y me dijo que se sentía un poco mal—miró a Shizuo—, también me dijo que te había avisado. ¿Por qué no fuiste con él?
—¿Qué? ¡Él no me dijo nada! Desapareció de un momento a otro.
—Yo vi como te susurró algo antes de levantarse—contó Shinra—, pero creo que estabas muy concentrado en Akane como para prestarle atención.
Shizuo le dedicó una mirada culpable. Sabía que Shinra tenía razón, había estado muy concentrado en Akane, charlando con ella como lo hacían cuando aún no estaba con Izaya. Estaba tan concentrado que se olvido de lo más importante, su novio.
—Lo buscaré a la salida. Dile que me espere, Kadota.
—Claro.
Y los tres volvieron a caminar, dirigiéndose cada uno a su salón. Shinra molesto, Shizuo arrepentido y Kadota ajeno a todo ese enredo amoroso.
—¿Te gusta Akane?—cuestionó su amigo mientras realizaban un trabajo en parejas que había dejado el profesor de álgebra.
—¿Qué?¡No! Ella es solo una amiga, Shinra.
—Uhm. Es solo que mientras hablaba no quitabas tus ojos de ella. Izaya intentó hablarte, pero pasaste de él. Ella debe ser muy importante para ti, ¿no lo es?
Shinra sabía que estaba siendo muy duro, pero necesitaba quitarse esa duda de encima. No dejaría que su amigo sufriese otra vez por el mismo chico. Suficiente había tenido hace varios años cuando ambos comenzaron su relación de odio.
—No es lo que crees. Ella es la primera chica que no sale huyendo apenas nota mi presencia. Se podría decir que es una buena amiga, siempre pasaba tiempo con ella en los descansos. Es muy amigable. Es por eso que hoy a la hora del almuerzo, mientras hablábamos con ella, perdí noción de todo y creí que solo éramos ella y yo, como en los viejos tiempos. En serio, Shinra. Ella no me gusta.
—Ya veo. Para la próxima vez no olvides que ella no es la única en tu vida. También tienes amigos que te quieren, Shizuo. Amigos que pueden sentirse mal si los tratas como trataste hoy a Izaya. Se veía muy enfadado y triste.
Shizuo se mordió los labios ante esa declaración. La culpa carcomiendo sus entrañas. Se había prometido no lastimar a Izaya, y fue lo primero que hizo.
—Será mejor terminar con el trabajo de una vez. Hablaré con Izaya más tarde.
Las horas transcurrieron muy lentas para pesar de Shizuo. Intentaba concentrarse arduamente, pero le era casi imposible. Lo único que pasaba por su mente era el rostro dolido y triste de Izaya.
—¿Shinra estará en lo correcto? ¿Habré lastimado tanto a Izaya?—pensaba Shizuo con culpa.
Se sentía fatal al haber ignorado de forma tan cruel a su novio. Se imaginaba las acciones de Izaya cuando se dio cuenta que era ignorado.
—¿Habrá llorado? ¿Estará enfadado? ¿Se habrá sentido mal en realidad?
Todas y cada una de las peores y devastadoras escenas pasaban por su mente. Izaya llorando en el baño, llorando en la enfermería. Cualquier lugar imaginable, con un Izaya llorando desesperadamente.
—Eso es todo por hoy, clase. No se olviden de repasar para la práctica de la próxima semana—la voz de su profesor lo sacó de su ensoñación. Miró a un lado, al asiento de Shinra, y lo encontró guardando sus cosas.
—¿Sucede algo, Shizuo?—preguntó preocupado.
—No, solo me perdí en mis pensamientos. Por cierto, ¿me prestas tus apuntes de hoy? Estuve tan distraído que no presté atención a la clase. Prometo traerlos maña—
—¿Fue por Izaya?
Shizuo solo asintió, avergonzado. ¿Como pudo Shinra saber que él era la razón de sus desvarios? El castaño solo le sonrió mientras le entregaba su cuaderno, para luego mostrarle el pulgar.
—¡Suerte! Izaya es un chico algo difícil—le tocó el hombro—, nos vemos mañana.
Y dejó al rubio solo en aquel salón. Una vez guardadas sus cosas Shizuo comenzó a dirigirse al salón de su novio, pensando en una forma de pedirle perdón y mostrarle lo arrepentido que estaba. Una vez en la puerta, se dio animos mentalmente y entró.
—Hey, Shizuo. Lo lamento. Yo—
El mencionado frunció el ceño.
—¿Dónde está él?
—Le di tu mensaje, pero me ignoró. Le dije muchas veces que querías hablar con él, pero no me hizo caso y salió del aula apenas tocó la campana de fin de clases. Lo lamento, en serio. Realmente lo intenté.
Ahora sabía a que se refería Shinra cuando dijo que Izaya era alguien difícil.
—No te preocupes, Kadota. Gracias por intentarlo.
—No hay problema, hombre. Para eso están los amigos.
Shizuo decidio que lo mejor sería posponer su busqueda para el día siguiente, por lo que dirigiendose a la salida del instituto se dispuso a pensar en una forma de disculparse adecuadamente con el pelinegro. Pero una chica se interpuso en su caminointerrumpiendo sus pensamientos
—Hola, shizuo-kun, ¿Que estas haciendo aquí? Creí que estarías con Izaya.
—Si, planeaba encontrarme con él, pero fui a su salón y no lo encontré.
—Yo lo vi dirigiéndose al otro edifico. Estaba muy apurado, y creí que se iría a encontrar contigo.
—¿En serio? No sabia que estaba allá. Gracias por avisarme, Akane.
Y comenzó a caminar rapidamente hacia la azotea del otro edificio mientras se despedía de su amiga.
Mientras, la joven, se reía internamente ya que su plan estaba comenzando.
Han pasado dos años... Lamento mucho la demora, pero sinceramente tenia planeado abandonar esta historia porque ya no le encontraba sentido a lo que escribia, pero al ver que algunas de ustedes me seguian dejando reviews y dando fav, no pude simplemente dejar de escribir. Se que ha pasado mucho tiempo pero prometo que actualizare, me demorare un par de semanas(o meses Dx ) pero no abandonare la que no se molesten y me entiendan, ando muy ocupada. Espero leerlas, nos vemos. Byes.
No me odien, por favor. :(