Los personajes de KHR le pertenecen a la maestra Amano Akira, yo soy solo una simple mortal sin derecho sobre nada excepto la extraña trama de este fanfic.


Advertencia: Fem!Guardianes, Fem!Reborn, All27, Male!Haru, Male!Kyoko, Male!Hana y un poquito de oocness, solo un poquito. AU. Non Mafia.

Summary: Sawada Tsunayoshi es torpe y a primera vistapodrías considerarlo simple y aburrido, pero si hay algo en lo que excede es en ser un completo caballero y una persona muy dulce. Acompañen a Gokudera Hayako, Yamamoto Takeko, Sasagawa Ryoko, Hibari Kyoko y Rokudo Mukuro en su camino hacia el corazón del adorable castaño… si es que logran sobrevivir a la tía y tutora legal del mismo, la señorita Reborn.


Capítulo I "Sawada Tsunayoshi"

El despertador sonó cuando el reloj digital dio las seis am en punto, el sonido robótico de la alarma inundando la oscuridad de la habitación, beep tras beep consecutiva y tortuosamente hasta que una mano salió de un extraño capullo de sabanas y lo apago. El capullo de sabanas se deshizo y de él emergió un joven que se estiro con pereza y dio un largo bostezo que cubrió educadamente con una de sus manos, sus cabello castaño avellana era revoltoso y daba la apariencia de ser anti gravedad pues estaba en picos de un lado para otro, su nariz de botón, sus grandes ojos, del mismo color de su cabello, brillaban expresivos y sinceros, adornados por largas y rizadas pestañas, el chico se puso de pie y comenzó a reglar su cama, no era bajo, pero tampoco era el más alto de la clase, media 170 cm y estaba en primer año de preparatoria, aún le falta crecer, cuando termino de arreglar su cama tomo su uniforme de la escuela y se fue al baño a arreglarse.

Al salir del baño el chico castaño estaba vestido por una camisa blanca de vestir con manga larga, un suéter sin mangas color azul oscuro con escudo de la escuela en el lado izquierdo del pecho, justo sobre el corazón, podías ver la corbata rojo elegantemente anudada alrededor del cuello de la camisa, el pantalón era de vestir y de color gris, el chico estaba impecable… aunque su cabello aun parecía peinado por un tornado. Alzo el brazo izquierdo y miro su reloj de muñeca, las 6:13 am.

- Justo a tiempo para hacer el desayuno. – se dijo con una sonrisa de sincera.

El joven paso a su cuarto y dejo su pijama bien doblado sobre la cama, tomo sus cosas de la escuela, salio y bajo las escaleras en dirección de la cocina.

Con una habilidad que haría que un barista profesional se pusiera verde de envidia el joven castaño preparo de manera íntegra y elegante una taza de café espresso, otra de latte y tres chocolates calientes.

- Umm, te aseguro Tsuna que no hay nada mejor que ser despertado por el aroma de café fresco y caliente. – dijo una sensual voz de mujer que era tan sedosa y suave como la seda más cara y fina del mundo.

- Buenos días a ti también, Reborn. – saludo Tsuna a la mujer que acababa de entrar a la cocina y que se acercaba con un sensual vaivén a la barra de la cocina y tomaba entre sus delicados y largos dedos la taza con el espresso, le dio un sorbo.

- Nada mal, dame-Tsuna. – felicito Reborn.

La verdad es que el café que Tsuna hacia había superado hace mucho sus expectativas, pero si le decía eso al muchacho el ego de este se le subiría.

- Tuve la mejor y más exigente maestra. – respondió el castaño.

Reborn se alejó de la barra de la cocina y se acercó al comedor para tomar asiento.

La dama era tan preciosa como un diamante de corte Asscher, para empezar era alta, 177 cm, 182 cm con tacón incluido, esbelta pero entrenada, su abdomen era plano y fuerte, sus brazos tonificados, y Tsuna está de testigo y sobreviviente, golpean como martillos hidráulicos, piernas torneadas y largo y sedoso cabello de ébano cuyo única peculiaridad eran unas curiosas patillas que no importa que siempre están rizadas. Los rasgos de la dama eran finos, una nariz recta y con un ligero respingue al final, ojos filosos con irises del color del ónix enmarcado por gruesas, oscuras y rizadas pestañas, sus labios era gruesos y de color cereza, usaba solo un boxer femenino de encaje negro y un sostén a juego, sobre eso solo usaba una bata de seda color lila que no llevaba amarrada, dejando ver un poco su figura de infarto. Finalmente tomo asiento y le dio otro sorbo a su café.

- Reborn, ¿Cuántas veces debo decirte que te cubras más cuando desayunamos? – reprendió Tsuna – No quiero que I-Pin imite esta parte de ti. - comento Tsuna mientras volteaba habilidosamente un hot cake lanzándolo al aire y volviéndolo a poner en la sartén.

Una pila de estos ya acomodada en un enorme plato.

- Mejor deja de lloriquear y ve a despertar a los pequeños monstruos. – ordeno la mujer mientras tomaba el periódico que Tsuna ya había acomodado en la mesa para que ella lo leyera.

- De acuerdo. – acepto sin chistar el castaño, no quería morir aun, y apago la estufa, tomo la enorme pila de hot cakes y la puso en medio de la mesa, debían ser al menos veinte hot cakes apilados ahí, Reborn tomo dos y los coloco en su plato, Tsuna salio de la cocina.

El castaño volvió a subir las escaleras y giro a la derecha, abrió la primera puerta y entro a la habitación. Había dos camas, una más organizada que la otra, el joven se acercó a la zona más organizada, en esa cama había un pequeño de unos diez o nueve años, cabello corto de color castaño claro, sus facciones eran similares a las de Tsuna.

- Fuuta. – llamo Tsuna al pequeño – Fuuta despierta, ya está listo el desayuno. – le dijo.

Los ojos del niño se abrieron perezosamente, el sueño aun reflejado en ellos, se sentó con lentitud y con el brazo izquierdo se restregó los ojos para quitarse el sueño.

- Buenos días, Tsuna-nii. – saludo el niño.

- Buenos días, Fuuta. Baja a desayunar y luego sube a alistarte para la escuela. – indico el mayor.

Fuuta asintió y obedeció, salio de la cama y se dirigió a la cocina.

Ahora viene lo complicado. Penso Tsuna mientras observaba la zona desastrosa de la misma habitación.

- Lambo! – llamo el castaño.

En la otra cama una cosa felpuda, esponjosa y negro apenas y se movió.

- Reborn se va a acabar todos los hot cakes. – amenazo el mayor.

El efecto fue inmediato.

- Nooooooo! – grito un pequeñajo que salio de golpe, y resulta que la cosa felpuda, esponjosa y negra era el cabello estilo afro del niño de nariz chata y grandes ojos verdes que estaba vestido con un pijama completo de vaca.

Lambo dio un salto mortal y salio corriendo en dirección de la cocina, su desayuno peligraba.

- Meh, no fue tan difícil como creí. – se dijo Tsuna complacido con su hazaña y salio de la habitación.

Camino más a la derecha y abrió otra puerta, esta vez la habitación era más organizada y femenina, se trataba de la habitación que Reborn compartía con la otra fémina de la casa, la pequeña I-Pin. Tsuna se acercó a la cama de su hermanita, se sentó y con voz suave pero firme le llamo.

- I-Pin. – le dijo – Levántate, el desayuno está listo. –

Las sabanas se removieron y de ellas salio una pequeña de ojos muy rasgados, parecía que no podía abrirlos a pesar de que de hecho estaban abiertos, sus mejillas naturalmente sonrosadas y de boca pequeña.

- Buenos días, Tsuna-niisan. – saludo la pequeña.

- Buenos días, I-Pin. –

La niña salio de su cama y tomo la mano del mayor, ambos bajaron las escaleras y entraron a la cocina para de… toparse con el caos.

Lambo estaba de pie en la mesa con una extraña y arrogante pose riendo como maniaco, un hot cake pegado a su afro, Fuuta aplaudía a Lambo, siguiéndole la corriente y alabándolo, Reborn tenía un arma y apuntaba al niño vaca, amenazándolo con que si no se sentaba tendría más agujeros que un colador.

Tsuna suspiro derrotado, por lo visto nunca tendría una mañana familiar común. Bueno, si vas a Roma has lo que en Roma hagan, y así el castaño se unió a la locura.

Después de un ajetreado desayuno los cinco habitantes de la casa Sawada ya estaban en calma, Reborn iba por su tercera taza de espresso, Fuuta, Lambo e I-Pin iban por la segunda taza de chocolate caliente y Tsuna por la tercera de Latte, la manía por el café resultado de las influencias de Reborn.

- Sabes Tsuna. – llamo la elegante y sexy dama – No comprendo cómo es que puedes ser tan bueno en las tareas del hogar, pero patético en todo lo relacionado con la vida social y la escuela. – reprendió Reborn mientras sacaba tres papeles de su bata, se trataban de los exámenes de estudios sociales, matemáticas e inglés de Tsuna – Apenas lograste pasar matemáticas con un 57, mejoraste tu ingles pero un 63 sigue siendo muy poco, y ¿Qué es este 60 en estudios sociales? Creí haberte criado mejor que esto. –

El rostro de Tsuna adquirió una tonalidad azulosa, creyó haber destruido esos exámenes.

- Tu sabes que no soy bueno en matemáticas, tanto numero hace que me duela la cabeza, el grammar de inglés es difícil, si se tratara solo de la conversación sacaría mínimo un 90, y ¡¿Cómo esperan que sepa dónde queda Tangamandapio?! ¡¿Eso existe siquiera?! – exclamo el castaño.

- Si existe. – respondió Reborn sin inmutarse - Es un pueblo localizado en la parte suroeste de México en el estado de Michoacán, a 165km de la capital del estado, Morelia. Sus coordenadas geográficas son: 19º 57' de latitud norte y 102º 26' longitud occidental. El nombre del pueblo es de origen chichimeca y significa "tronco podrido que se mantiene en pie". – explico la dama – Y no me rezongues. – amenazo Reborn con su siempre confiable revolver en mano.

Tsuna asintió una vez y se puso de pie, reviso le reloj de la cocina y los ojos casi se le salen de sus cuencas, eran las 7:50 am y le toma alrededor de veinte minutos llegar a la escuela.

- HIIIIIIIIIE! Voy tarde otra vez! El comité disciplinario me va a machacar! – grito y salio despavorido de su casa.

- Tsuna-nii va tarde otra vez. – acuso Fuuta mientras le daba otro sorbo a tu chocolate caliente.

- Si no te apuras tú también llegaras tarde. – reprendió Reborn que le daba el ultimo sorbo a su café.

- Ah! – fue la inteligente reacción del más pequeño.

I-Pin y Lambo estaban correteando por la casa sin ninguna preocupación, ellos entraban a l preescolar hasta las nueve de la mañana.


Tsuna corría por las calles de la ciudad para poder llegar de alguna milagrosa forma a tiempo a la escuela, esa era su historia de todas las mañanas de escuela, se levantaba temprano pero acababa perdiendo el tiempo en el caos que era su familia, sin embargo el castaño no cambiaría por nada ninguno de esos momentos.

Llego al portón de la escuela y se detuvo en seco, miro a un lado, miro al otro, asomo su cabeza por el portón, no había nadie a la vista, Tsuna suspiro aliviado.

- ¿Por qué llegas tarde, herbívoro? – cuestiono suave y fría una voz detrás de Tsuna.

Voz que hizo que a Tsuna se le helara la sangre.

Con claro miedo pintado en el rostro y la mirada, y los músculos tensos del susto, Tsuna dio vuelta de manera torpe hasta encarar a su interlocutora.

- B-buen-nos d-días, Hi-hiba-ri-s-san. – dijo tartamudo el castaño.

Hibari Kyoko era, a los ojos de Tsuna (y de muchos), la mujer más fuerte y aterradora en toda la ciudad de Namimori (Porque Reborn tenía el título mundial). Se trataba de una delincuente juvenil que bajo la fachada de un comité dedicado a la paz y disciplina de la ciudad se había hecho del control de todos los delincuentes juveniles del lugar, aparte de su increíble fuerza y brutal habilidad para la pelea Hibari Kyoko también era muy bonita, filosos ojos del color del acero y tan fríos como el mismo, corto lacio y desenfadado cabello de ébano, piel de porcelana y labios del color del cerezo que decoraban la adorable y pequeña boca, al chica era tan adorable como una muñeca japonesa tradicional y por eso se ganó a puño y sangre el apodo de la "Reina del hielo".

- Herbívoro. – dijo con tono irritado – Te hice una pregunta. – un par de tonfas de hierro bien pulidas apareció de la nada y estaban fuertemente agarradas por las manos de la chica.

- Hiie! Se me hizo tarde porque no lograba que mi hermanito se quedara quieto en el desayuno! – chillo el castaño, todo signo de calma desaparecido.

- Las excusas son fútiles, serás mordido hasta la muerte. – señalo la reina del hielo.

¡¿Entonces por qué demonios me preguntas en primer lugar?! Reclamo Tsuna en su mente.

Lamentablemente eso no lo salvo de las tonfas y los golpes de Hibari.

- La reina del hielo ataca de nuevo. – comento uno de los amigos de Tsuna cuando este lo vio entrar al salón lleno de golpes y sangre.

- Buenos días Hana-kun. – saludo el castaño al chico que hablo al verle.

- Tsuna-kun, deberías ir a la enfermería, el día de hoy nos dejaron estudio independiente así que no habrá problema. – aconsejo preocupado otro de los amigos de Tsuna.

- Está bien, Kyohei-kun. Ya estoy acostumbrado. – tranquilizo Tsuna.

- Tsuna-san es más duro de lo que parece. – añadió el último miembro del grupo de amigos.

- La verdad es que no, Haru-kun, es solo que conozco a alguien que golpea aún más fuerte. – explico el castaño mientras recordaba su juventud junto a Reborn y tomo asiento.

La clase de estudio independiente pasó sin ningún tipo de problema… hasta que la puerta se abrió de golpe, o mejor dicho, patada, y por ella cruzo otra peligrosa pero bella chica.

Gokudera Hayako entro con paso fuerte, seguro y amenazante, todos los ojos pegados a ella, su larga y lacia melena platinada, sus bellos y fieros ojos que brillaban como llamaradas verdes queriendo quemar todo a si paso, su boca de color melocotón, sus pestañas gruesas y rizadas, su ceño elegantemente fruncido y su caminar confiado y felino.

- Hablando de mujeres con problemas hormonales. – menciono por lo bajo Hana.

Hayako le dedico una mirada venenosa.

Hana esquivo la mirada de la peliplata e ignoro su existir.

- Hahi, si las miradas mataran. – comento Haru una vez que Gokudera se sentó en su pupitre y se puso sus audífonos.

- ¿Soy solo yo o en esta escuela las chicas son aterradoras? – cuestiono preocupado Hana – La reina del hielo, la encarnación de Kali (apuntando a Hayako), Yamada Takeko en el club de baseball masculino y la hermana de Kyohei. – conto con los dedos Hana mientras hablaba.

- Mi hermana no es aterradora! – defendió Kyohei a su sangre.

- Pero si es más fuerte que un campeón peso completo, todos vieron ese incidente en las noticias. – recordó Haru.

- A veces creo que soy yo el que debió haber nacido mujer. – lloro Kyohei.

Tsuna sonrio comprensivo, después de todo él tenía que convivir con la, gracias al cielo única, Reborn.

Y eso es, más o menos, una mañana en la vida de Sawada Tsunayoshi.


NOTAS FINALES:

Sacchi: Nueva historia, esta vez un clasico Harem, espero que quede bien, aunque en algunas cosas caera en cliché tratara de que no pase muy a menudo.

Por favor dejen sus dudas, comentarios y/o abucheos en los reviews, que tengan un bonito dia (o noche), nos leemos luego, bye-bee (OuO)v