Hola gente de Fanfiction! Me presento para quien no me conozca; Soy Minto, me dedico a escribir historias variadas de distintas series ( las cuales me cuenta mucho acualizar y pasar al laptop...). Pero eso no tiene importancia.

Ahora bien! Vuelvo renovada con una historia de una de mis animes favoritos: Shingeki no Kyojin. Y como no, no podía faltar el yaoi en mis historias jeje.

Os traigo una de las parejas mas famosas de esta intrépida aventura: Rivaille (Levi) y Eren.

Antes que nada, os quiero comunicas que en esta historia Rivaille es el SEME! Si, nada de ser el pasivo (aun que quien sabe... a lo mejor le pongo de pasivo en un cap...)

Eren es el embarazado! (dentro de unos capítulos en adelante) al igual que el lemmon no será inminente (no sean impacientes! ya tengo ganas de escribirlo! *¬*)

También habrá alguna que otra sorpresita y algún que otro personaje ficticio mio (más adelante, mucho más adelante!)

Bueno... creo que no me dejo nada... así que... ya os dejo leer!


Año 850, distrito de Trost.

El olor procedente del mercado de la ciudad era poco más que agradable. Era cierto que, hace apenas 5 años, esa cuidad se había convertido en lo que anteriormente era el distrito de Shiganshina: la ciudad donde los titanes se amontonaban a las afueras de la muralla.

Hacía poco que la ciudad había empezado de nuevo su actividad normal, después de todo, había sido víctima del ataque de los titanes. Gracias a la ayuda de Eren Jeager, el hombre Titán, la puerta de Trost había sido bloqueada y, por consiguiente, la primera victoria de la humanidad contra los titanes.

La gente revoloteaba entre las callejuelas de la ciudad, divisando lo que ese pequeño mercado podía ofrecerles. En realidad sí que era poco… La escasa cantidad de alimentos hacía que cada vez los precios fueran más altos, y por consiguiente, que la gran mayoría de la población se muriera de hambre.

Era un desastre. Aun que la humanidad hubiera ganado una batalla, la guerra seguía siendo inminente, una guerra que perderían si no lograban encontrar una solución al problema.

Las tropas de reconocimiento caminaban por la ciudad sin ninguna razón aparente. Ese día la gran mayoría de los soldados tenían el día libre y se habían dedicado a pasear por sus estrechas calles. En la cabeza se encontraba el comandante, mientras la mirada penetrante del sargento se clavaba en su espalda.

Rivaille no entendía que era lo que quería Erwin con todo aquello. Los soldados deberían de estar entrenando y no holgazaneando por la ciudad. Pasó su mirada por el resto de los soldados, hasta detenerse en la cabellera de cierto castaño que hablaba amigablemente con un rubio de estatura baja. Llevaba una venda que le recorría el brazo derecho y se rascaba insistentemente la cabeza intentando encontrar la mejor escusa sobre el hecho ocurrido esa misma mañana para tener que llevar el vendaje.

El sargento sonrió de lado con malicia. Ese mocoso se lo merecía. ¿Cómo se atrevía a entrar en su habitación a altas horas de la madrugada y despertarle con esas manos tan sumamente frías? No soportaba que lo sobresaltaran en la madrugada, y muchos menos cuando es abrazado por un cuerpo ajeno y completamente helado.

Apartó la mirada y siguió caminando sin quitar atención a los soldados que se escabullían de la formación y se paraban en los distintos puestos de artesanía. Juventud… divino tesoro…

-Te lo estoy diciendo en serio Eren… - La mirada azulada de su amigo no dejaba de taladrarle la cabeza con esa pregunta una y otra vez.

-Ya te lo he dicho Armin, solo me he caído de la cama y me he torcido el brazo. Nada más y nada menos que eso - Apartó la mirada cansado. Siempre se me había dado mal mentir, lo sabía. Pero era lo único que se le ocurría ante lo pasado esa misma mañana.

Un tono rojizo casi imperceptible se colocó en sus mejillas al recordar lo sucedido. No sabía cómo había acabado en la cama del sargento, pero el suave toque de sus manos contra su piel tibia le hizo volver a la realidad, una realidad que prefirió no recordar. El sargento se había pasado esta vez.

Se agarró el brazo vendado e hizo una mueca de dolor. ¡Casi le disloca el hombro! Menos mal que se curaba rápido, sino tendría que estar casi dos meses sin poder hacer nada.

Llevó la vista al frente, enfocando la nuca del sargento a unos pasos delante de él. Desde hacía casi tres meses que habían empezado ese tipo de "relación", si se le podía llamar así. Cada vez que al sargento se le antojaba aparecía en su habitación, le amaraba en la cama y… sacudió la cabeza intentando sacar esas imágenes tan obscenas de su cabeza. Si sus amigos lo supieran…

Dejó de ver al sargento en cuanto su mirada se posó en uno de los puestos a su derecha. Había todo tipo de objetos variados y extraños, entre los cuales destacaba un colgante de un símbolo que le resultaba familiar. Seguramente de uno de los libros de Armin.

-Es un colgante celta – la anciana al otro lado de la tienda se puso a su lado, cogiendo el collar, enseñándoselo a Eren – se dice que, antiguamente, este símbolo era ligado a la fertilidad. Un extraño poder que emanaba de los dioses fue suprimido en este collar. Dicen que quien lo porta obtendrá aquello que todo hombre desea: Un descendiente sano y fuerte, capaz de mover montañas.

Eren se quedó mirando el collar con cierta sorpresa. ¿Un collar que puede dar fertilidad? Sus antepasados si que eran raros… Miró el collar entre sus manos hasta que la mujer las cerró.

-Muchacho, puedes quedártelo. Tómalo como un regalo de agradecimiento.

-Emm… g-gracias… - se colocó el collar en el cuello. Un extraño escalofrío recorrió su cuerpo en cuanto aquel metal tocó su pecho. De pronto sintió que el suelo cambiaba de forma y sus piernas se quedaban sin fuerzas. Un fuerte dolor de cabeza fue el detonante de que todo comenzara a verse oscuro… y después… nada.

-Se ve muy pálido…

¿Armin?

-Habrá sido una bajada de tensión.

¿Sargento?

-Seguro que ha sido por su culpa…

¿Mikasa?

-¿Mi culpa? Ten un poco más de respeto a tus superiores Ackerman.

-Ya basta. Eren necesita descansar. A demás, ¿no le veis más lindo de lo habitual?

¿Hanjie?

-Yo le sigo viendo la misma cara de mocoso…

El castaño comenzó a abrir los ojos lentamente. La enorme cantidad de luz era tapada por la enorme masa de gente a su alrededor. Un ligero olor a humedad le hacía entender que se encontraba en su cuarto y que un fuerte calor procedente de sus pues le hacían entender que había más personas de las que entraban en el lugar. Abrió los ojos.

Toda la masa de gente se giró al instante. Sus miradas, penetrantes, se calaban en su persona. Sentía como cada uno le comía con la mirada.

¿Por qué le miraban con tanta hambre? ¿Por qué le miraban de esa forma tan lujuriosa? ¿Por qué… le miraban como si… como si quisieran violarlo?

-Eren… ¿por qué de repente eres tan adorable?

Las palabras de Hanjie le hicieron botar de sorpresa. Un escalofrío le recorrió la espalda al ver la mirada penetrante del sargento. Y un extraño miedo se apoderó de su persona. Si estaba causando una extraña reacción ante sus compañeros (la cual no sabía por qué era debida), no quería imaginarse lo que estaría haciendo al sargento.

Joder… ¡qué esta pasando!


OMG!

Qué le pasa a Eren? Por qué todo el mundo se le queda mirando? jajajaja

Dudas y respuestas en el siguiente cap!

Espero que haya sido de su agrado! :D

Y, bueno... DÉJENME UN REVIEW! 3 me haría muy feliz!

Nos leemos.

PS: EL siguiente cap lo subiré antes de que termine la semana! ;D