N/A: ¡Hola, nenes! ¿Cómo están? Pues, espero y bien. Bueno, como verán, este fic estará basado en la película de "What Happens in Vegas", traducido en Hispanoamérica como "Locura de amor en Las Vegas", protagonizada por Cameron Díaz y Ashton Kutcher. He de aclarar que la desarrollaré de manera larga, pero aún no sé de cuántos capítulos xD. En fin, haré el clásico disclaimer, como se le conoce, xD.
"Kaichou wa Maid-sama!", no me pertenece, le pertenece a su respectiva autora, Hiro Fujiwara; al mismo tiempo que "What Happens in Vegas", todos los derechos son de su respectivo creador.
Eeeeen fin. Les presento el primer capítulo, que espero y este sea de su agrado :D.
Locura de amor en Las Vegas.
Capítulo 1. Estás despedido.
Una muy hermosa se hacía presente en aquella gran ciudad de Tokio, Japón. En las calles transitaban muchas personas con diferentes destinos transitando por aquellas calles grandes y bien cuidadas. De un edificio, uno de los más prestigiosos de la ciudad, salía una joven pareja caminando a paso rápido: era una chica alta, de piel clara, con ojos color ámbar, pelo negro un poco largo, vistiendo de manera muy formal, mientras cargaba dos vasos con café de contenido; mientras su acompañante alto, piel clara, pelo rubio descolorado con varios mechones cayendo sobre su rostro, ojos color marrón dorado, vistiendo un traje muy elegante, miraba con atención aquel aparatito entre sus manos.
Ella le entregó de manera cariñosa un vaso, él lo recogió muy gustoso.
―Aquí tienes, Tora ―dijo ella, sonriéndole.
―Oh, gracias, Misaki ―contestó él, tomando del vaso un pequeño sorbo―. Lo hiciste tú, ¿verdad? ―preguntó, mirándola.
―Detalle para mí prometido por su cumpleaños ―habló ella, sonriendo ampliamente―. Tora, hice reservaciones en nuestro restaurante favorito, a las 8:30; ahí podremos hablar sobre decidir una fecha ―dijo, dándole un gran sorbo a su café cargado.
―¿Planes para hacer planes, Misaki? ―preguntó aquel rubio, sonriendo divertido.
―Ya vez, así soy yo ―contestó ella, algo apenada por aquella locura―. En fin, lo siento.
―No te disculpes ―dijo él, comenzando a separarse de ella a un paso rápido―. Te veré después.
―Oye, Tora ―Lo detuvo, mirándole con reproche y jalando de la manga de su saco para detenerlo―. Te amo.
―Ah, sí, yo también ―contestó, besando la frente de Misaki para después irse rápidamente. Misaki se sorprendió por aquel acto
―¡Feliz cumpleaños! ―gritó Misaki, antes de que él desapareciera de su mirada y después de reaccionar de ese acto.
―¡Igualmente! ―dijo Tora, desapareciendo de aquella calle.
Misaki lo miró de manera rara, pero lo dejo pasar, comenzando a caminar también.
Mientras tanto, en otro lugar de aquella gran ciudad en un pequeño apartamento, un joven alto, rubio, de ojos color esmeralda, muy apuesto, vistiendo un pijama sencillo, abría la puerta de su pequeño departamento, recibiendo a una mujer con vestiduras muy provocativas.
―Disculpe, joven, ¿quiere comprar galletas? ―preguntó aquella jovencilla. Su voz era totalmente chillona, pero muy seductora.
―¿Eh? Ah, sí, sí quiero ―contestó el joven, comiéndose con la mirada a aquella chica atractiva―. El problema es que no tengo dinero ―dijo, comenzando a buscarse en los bolsillos de su pantalón.
―Y yo no tengo galletas.
Ambos sonrieron; la chica se lanzó a los brazos de aquel joven apuesto, comenzándolo a besar con pasión. Él rubio la cargó, para después cerrar su apartamento.
Después de un tiempo desde que aquella chica había entrado al apartamento de él, ambos estaban recostados en el suelo, a medio vestir. Ella lo besaba tiernamente; él se dejaba acariciar, hasta que ella le dijo algo no muy agradable para él.
―Takumi, necesito una llave ―dijo para después ponerse de pie y alejarse de él, comenzando a vestirse.
Él malinterpretó eso, sentándose mirándola con cara de sorpresa y de miedo.
―La, ¿qué?
―¿Qué? No, espera. Necesito una llave de tú departamento; así no esperaré allá afuera vistiendo estos atuendos sensuales y provocativos, mientras a ti se te ocurre abrirme ―dijo divertida, colocándose su blusa, mirando la expresión de aquel chico.
Él sonrió, comprendiendo todo.
―Takumi, no quiero vivir contigo ―dijo, acercándose a él, sonriendo―. No te vayas a ofender con lo que te voy a decir: tanto el matrimonio como las relaciones formales no van contigo…
―Y me enorgullezco de eso ―interrumpió él, alzando una pequeña botella de cerveza. Ella sonrió, besándole la frente.
―Me tengo que ir ―dijo, tomando su bolso, alejándose de él―. ¿Qué tocaba la próxima semana? ¿La madre del bebé que queda atrapada en el incendio y el bombero sexy, sin camisa? ―Con tono seductor, dijo ella.
Él le guiñó el ojo, confirmándole eso con otra sonrisa seductora.
Después de unas horas, él ya se había ido a su trabajo, en la carpintería de su grandioso tío, como supervisor; aunque, lo primero que hizo al llegar, fue sacar un televisor pequeño, donde puso un partido de baloncesto, atrayendo la atención de los demás empleados. Su tío, lo descubrió de lejos.
―¡Usui! ―gritó aquel señor, asustando a todos los empleados.
Takumi rápidamente guardo el televisor, mientras el resto de los empleados iban a sus áreas de trabajo.
―Sí, continúen, lo estás haciendo muy bien ―intentaba disimular el joven rubio, acercándose a los jóvenes trabajadores. Su tío lo sorprendió.
―Usui, necesito hablar… ―pero fue interrumpido por el sonido de la sierra eléctrica.
―No te escucho, tío ―gritaba el joven, dándole la espalda―. La sierra hace mucho ruido ―intentaba excusarse, poniendo atención a la sierra.
―Estás despedido ―gritó al apagarse la sierra. Takumi lo miró sorprendido.
Rápidamente, Usui hizo una seña con la mano, comenzando a sacar debajo de una mesa un balón de baloncesto, entregándoselo a él.
―Ya sé, juguemos ―dijo, sonriendo―: si ganas, me voy; si gano, me quedo.
―Usui, ya te he dado demasiadas oportunidades ―dijo él, bastante irritado.
Pero Takumi le mostró el balón de nueva cuenta, suplicándole con la mirada, donde su tío tomó el balón.
―¡Sí! ¡Nueva a siete! ―gritó Usui, después de haber encestado de nueva cuenta, dejando agotado a su tío―. Conservo mi empleo.
Su tío tomó el balón, dispuesto a seguir jugando. Takumi se puso en defensa, frente a su tío.
―¿Sabes, sobrino? Se supone que tú serás el sucesor de nuestra empresa, pero prefieres ser el alma de la fiesta ―comenzó a hablar su tío, botando el balón―. Pero tendrás que aprender a madurar algún día.
Las palabras de su tío lo desconcertaron; él aprovechó la oportunidad, empujándolo para así lograr derribarlo, ganando ventaja y encestar.
―¡Ocho a nueve: desempleo!
Usui se molestó por eso, tanto que se quitó su camiseta, quedando solo en una playera blanca. La camiseta quedó en alguna parte de la cancha de juego.
―Tienes problemas ―dijo Usui, acercándose a su tío.
Desde donde estaba, lanzó de nueva cuenta el balón, encestando otra vez.
―Nueve a nueve. Usui, la limosna será tú nuevo ingreso ―le dijo su tío, mirando a su sobrino con burla.
Él solo volvió a lanzarle el balón. Su tío comenzó a correr rápidamente, esquivando ágilmente a su sobrino, donde al lanzar el balón, volvió a encestar, comenzando a reír.
―¡Bien! ¡Diez a nueve! ―festejaba su tío, no agradándole para nada a Usui.
―Solo tuviste suerte ―se quejó, tomando el balón.
―¿Listo, Usui? ―preguntó él, mirando a su sobrino desafiante. Él solo lo miró de mala gana.
―¿Sabes qué? Esto es una tontería ―dijo Usui, comenzando a alejarse de su tío.
―¿Lo vez? Ese es tu problema. No sabes manejar la situación estando bajo presión ―dijo él, llamando la atención de su sobrino―. En cuanto piensas que vas a perder, te retiras ―recriminó él, lanzando el balón, encestando de nuevo―. Se acabó el juego. No te ofendas, eres como un hijo para mí.
Él se acercó a su sobrino, comenzando a acariciar sus rubios cabellos, alborotándolos más, para después alejarse lentamente, no sin antes gritarle:
―¡Limpia tú escritorio!
Usui, solo suspiró cansado.
Continuará…
N/A: He de decirles qué, desde que vi esta película, me imaginé inmediatamente a Misaki y a Takumi como los protagonistas xD. No sé por qué :P. Bien, fin del primer capítulo :D. ¿Cómo les pareció? ¿Les gusta la idea? Por favor, háganmelo saber por medio de su comentario :D. Yo acepto de todo: desde felicitaciones hasta amenazas de muerte xD.
En fin, abrazos y besos psicológicos mandados a todos ustedes con mucho cariño :D. Nos leeremos después, espero…
Adiós.