– Capítulo 8 –

Lo más silenciosamente posible abrió la ventana de su habitación e ingresó sigilosamente. Bajó a tientas por el escritorio hasta que logró tocar el suelo con los pies. Suspiró aliviada, recién era consciente del cansancio que sentía. Se dio vuelta para chocarse contra algo que no esperaba.

– Sakura – le dijo una voz enfadada en medio de la oscuridad.

La castaña se quedó petrificada, mirando aquellos profundos y enojados ojos marrones que la penetraban. Un frío le recorrió la espalda y sus labios se movían sin lograr emitir sonido alguno.

– ¿No vas a explicarme que hacías fuera a estas horas, monstruo? – la serenidad en la voz de Touya era más temible aún que su mirada.

– Yo… – empezó a balbucear Sakura, al tiempo que intentaba mantener escondido a Kero detrás de su espalda.

– Mira… – continuó Touya al ver que a su hermana le sería difícil hablar – No sé qué clase de cosas estén pasando ahora, ya que… he perdido la mayoría de mis poderes – hizo una pausa durante la cual suspiró fuertemente – Ya no puedo sentir las presencias mágicas con tanta claridad, pero Yuki sí las siente, y sé que algo está pasando. Espero que confíes es mí si las cosas se ponen feas – y sin esperar a que la castaña le contesté comenzó a dirigirse hacia la puerta – Será mejor que te acuestes, le diré a papá que ya estás durmiendo – agregó antes de abandonar la habitación.

Sakura sonrió todavía contemplando la puerta. Era consciente de que su hermano no desconocía que poseía poderes ni la existencia de las cartas, pero siempre le había resultado difícil hablar del tema con él. Sin embargo, era reconfortante saber que él confiaba en ella y hasta llegaba a concebir las palabras de su hermano como de profundo afecto. Sí, sin duda confiaría en él.

Shaoran llegó muy temprano a la escuela esa mañana. Ese día le tocaba hacer el servicio y sabía que se encontraría con Sakura allí, ya que por cuestiones de sus apellidos siempre les tocaba realizar esa tarea en conjunto. Quizá podría aprovechar para preguntarle por su charla con Eriol, aunque sinceramente hubiera preferido que el día anterior le pidiera que la acompañara a la casa de Hiragizawa, y eso no ocurrió.

Desde que había regresado a Tomoeda sentía que su relación de amistad con la castaña había cambiado, aunque no entendía la razón. Últimamente, la castaña parecía preferir consultar con Eriol los asuntos sobre los que antes debatían juntos. Tal vez fuera porque éste era la reencarnación del Mago Clow, lo que le sonaba muy lógico, pero a pesar de eso no podía evitar sentirse un poco desplazado.

Sumado a eso, todavía le daban vuelta por la cabeza aquellos sueños que había tenido, a pesar de que no se habían vuelto a repetir. Algo le decía que eran importantes, que no debía pasarlos por alto pero qué podía hacer.

En eso estaba pensado mientras se asomaba por la ventana del salón de clases para limpiar el polvillo de los borradores, cuando algo a la distancia llamó su atención y lo sacó de sus cavilaciones. Desde allí podía divisar la entrada de la escuela y lo que vio le produjo una punzada en el estómago. No era raro que Sakura llegara tarde incluso cuando le tocaba hacer el servicio, lo raro es que se encontrara hablando con Eriol tan temprano en la mañana.

Se quedó petrificado, con ambos brazos por fuera de la ventana sosteniendo en cada uno de ellos un borrador. Sentía que el pecho le ardía y temía a aquél impulso de bajar apresurado hacia donde estaban y propinarle un puñetazo al joven inglés. ¿Qué es lo que se creía? ¿Que después de ocasionarles tantos problemas podía venir así como si nada a ofrecer sus "sabios consejos", sólo porque era la reencarnación del Mago Clow? ¡Eso no le daba derecho! Había sido él, y sólo él, quien había permanecido al lado de Sakura para ayudarla en una actitud totalmente desinteresa cuando provocó todas esas cosas raras. Bien sabían todos que él no tenía ninguna obligación y aun así se había quedado cuando podría haberse marchado a su casa, con su familia, cuando no consiguió hacerse de las cartas Clow. Frunció el ceño enfadado. Sabía que sus poderes no habían crecido tanto como los de la nueva dueña de las cartas, o que no tenían comparación con los de la reencarnación del mago Clow; pero odiaba que lo dejaran afuera.

De repente, observó que Eriol se giraba hacia él y lo miraba fijamente. Sin pensarlo, Sakura siguió la miraba de su amigo y sus ojos se encontraron. La vio sonreírle y saludarlo con la mano, sin embargo estaba tan fastidiado que se incorporó hacia adentro del aula sin devolverle el saludo.

– Shaoran… – susurró la castaña, abatida por la reacción del muchacho.

– Sakura – la llamó Eriol para hacer que lo mirara nuevamente – Tienes que hacer algo, ya no hay tiempo. Si esto sigue así… ya no podrás hacer que ese sentimiento vuelva.

– ¿Pero qué puedo hacer? – le preguntó desesperada.

– No lo sé, me encantaría poder ayudarte más, me gustaría creer como las señoritas Li y Daidouji que es sólo cuestión de tiempo. Debemos pensar en algo, antes de que sea demasiado tarde – el joven volvió a mirar hacia las amplias ventanas ahora vacías.

Ambos se despidieron momentáneamente hasta que el timbre del comienzo de clases sonara. Sakura se apresuró a llegar al aula, se le había hecho muy tarde por entretenerse con Eriol pero su amigo había insistido en llegar temprano para comprobar que estaba bien. Corrió la puerta del aula y lo vio a Shaoran escribiendo la fecha en el pizarrón.

– Buenos días, Shaoran – lo saludó dudosa – Disculpa la demora, se me hizo tarde y luego Eriol-

– No te preocupes – la cortó con una fría respuesta.

Contrariada y cabizbaja se dirigió al fondo del aula para dejar sus pertenencias. Estaba a punto de colocar unas flores frescas en el florero del salón cuando observó una pila de folletos amontonados cerca de allí. Tomó uno y lo leyó con curiosidad. Cuando llegó al final de la hoja, las palabras de Eriol le resonaron en la cabeza: "Tienes que hacer algo, ya no hay tiempo". Sin pensarlo dos veces, se le acercó a Shaoran por la espalda todavía con la vista clavada en el pedazo de papel.

– Shaoran – le dijo cuándo se encontraba a pocos pasos de él. El castaño sólo se giró a medias para contemplarla sin mucho entusiasmo, pero con eso le bastaba para armarse de valor y decírselo – Me preguntaba – comenzó y sintió un leve calor en las mejilla - ¿te interesaría participar conmigo? – concluyó extendiéndole el folleto.

Shaoran alzó una ceja, pero finalmente tomó el papel que ella le ofrecía para leerlo detenidamente. El título anunciaba "Maratón doble en Tomoeda". Leyó un poco más abajo para enterarse de qué se trataba.

"Se informa a los habitantes de Tomoeda, que el último sábado de octubre se llevará a cabo en las inmediaciones de la ciudad, un gran maratón en parejas de dos personas. Con lo recaudado se comprará un parque de juegos para el jardín de infantes de Tomoeda"

Más abajo, se incluía un mapa con el recorrido y una lista de los premios que habían donado distintos negocios de la ciudad, muy generosamente.

Tuvo que leer dos o tres veces más la gacetilla para comprender lo que intentaba decirle la castaña, sin percatarse de que Sakura se retorcía los dedos con nerviosismo y que cada segundo se le hacía una eternidad.

Sus ojos color café se posaron específicamente en cuatro palabras: parejas de dos personas; y finalmente comprendió.

– ¿Estás segura de que no prefieres invitar a Hiragizawa? – preguntó inseguro y sin tapujos. Sakura asintió con la cabeza, por lo que finalmente agregó: – No me parece un recorrido muy complicado, – fingió analizar la situación – aun así deberíamos entrenar, ya que sólo faltan 4 días.

– ¿De verdad? – soltó Sakura emocionada – ¡Sí! Prometo entrenar mucho – de pronto recordó algo – ¡Oh! ¡Las flores! Ya vuelvo – corrió animada a buscar el florero y antes de abandonar el aula se volvió nuevamente hacia él, regalándole una feliz sonrisa – Gracias, Shaoran. Ojalá ganemos algún premio.

El castaño la observó marcharse. Todo el enojo que había sentido hacía unos instantes parecía haberse esfumado casi tan rápido como había llegado. Ya ni siquiera recordaba cuál era el motivo por el que se había enojado. Luego de echarle una última ojeada al folleto, se acercó a la ventana y finalmente limpió los borradores, con una involuntaria sonrisa en los labios.

– Se ven muy tiernos – susurró una amatista escondida entre unas estanterías que le permitían grabar todo sin ser vista.

– Esta vez salió todo como lo planeaste, Tomoyo – le comentó Eriol que estaba agachado detrás de ella.

Ante ese comentario la muchacha rió con picardía.

– Es muy feo por lo que está pasando Li, sin embargo – los ojos comenzaron a brillarle por la emoción – tengo una oportunidad perfecta de grabar a la pequeña Sakura intentando conquistar a alguien. Ni siquiera con el joven Tsukishiro había imaginado tener una ocasión tan grandiosa.

– Procura que Sakura no te escuche decir eso – bromeó el muchacho – La señorita Li no te perdonará por dejarla afuera del plan, aunque es cierto que no podría haber salido sin que Li sospechara. Por cierto, te tuviste que levantar muy temprano para poner esos folletos allí.

– Así es – suspiró Tomoyo como si le hubiera implicado un gran esfuerzo – No sabía a qué hora llegaría Li, por lo que procuré llegar antes que nadie. De todas formas hoy vino muy temprano, apenas pude evitar que me viera. Aunque… – cerró la cámara lentamente – debo agradecerte por tu ayuda.

– Yo sólo le dije lo que me pediste que le dijera – señaló Eriol restándole importancia – Pero, ¿cómo sabías que eso iba a funcionar?

– Es Sakura – argumentó Tomoyo con orgullo – Cuando se trata de ella, no necesito ser la reencarnación del Mago Clow para saber cómo va a reaccionar.

Ambos se miraron divertidos, sonriendo. Tal vez se habían contagiado del clima que habían generado los castaños o tal vez era la complicidad la que los había acercado, pero en el ambiente se podía sentir cierto tinte de intimidad. Aunque pronto la sonrisa de la amatista se borró y tomó un aire serio, casi formal.

– ¿Cómo se encuentra la Profesora Mitsuki? – preguntó de pronto, desconociendo la fuente de esa creciente duda.

– ¿Kaho? – cuestionó confuso – Supongo que bien, las malas noticias viajan muy rápido como para que no nos enteremos.

– No me refiero a eso – se atrevió a añadir – Antes de que volvieras a Inglaterra, tú y ella…

– Así era – corroboró Eriol – Sin embargo… – dudó unos segundos – la vez anterior, cuando estuve aquí en Tomoeda, aprendí una lección muy importante.

– ¿De qué se trata?

– Bueno, digamos que… Yukito, la pequeña Sakura y el joven Li me enseñaron que los corazones y los sentimientos de las personas son muy impredecibles; incluso los de la reencarnación del Mago Clow – bromeó de la misma forma en que ella se había burlado hacia unos instantes, y luego retomó el tono serio – Después de un tiempo, Kaho y yo comprendimos que nuestros sentimientos habían cambiado y que mi lugar ya no era Inglaterra.

Los penetrantes ojos de Eriol se clavaron en los de la amatista, con tanta intensidad que ella creyó que estaba metiéndose en su mente, escuchando sus pensamientos y aunando en sus secretos. Se tomaron de la mano, sin saber quién había buscado el contacto de quien o si había sido una necesidad mutua de sentir sus pieles. Tampoco fueron conscientes del tiempo que pasaron allí, escondidos, escrutándose la mano, confesando con la mirada lo que era pronto para poner en palabras.

– Creo que deberíamos aprovechar que Li y Sakura no están y salir de aquí – comentó Tomoyo sin ser capaz de mover ni un músculo.

Eriol sólo asintió y, luego de revisar que nadie anduviera cerca, la ayudó a incorporarse de su escondite. En silencio salieron del aula.

– Muchas gracias – le susurró Tomoyo.

– No, gracias a ti.

Se dedicaron una última sonrisa y se alejaron por lados opuestos del pasillo.

Holaa! acá volví con otro capii! Realmente lo había "comenzado" ni bien terminé el anterior... lo pongo entre comillas porque hoy cuando abrí el archivo tenía sólo media hoja escrita, y este iba a ser un capi corto, realmente lo iba a terminar en la parte S&S, pero luego me inspiré un poco más y salió lo que salió sobre T&E..

Sé que muchos están esperando que Kamel vuelva a aparecer, pero realmente necesita un capi de este estilo, ¿será que depende de mi humor? jajaja

Espero que les haya gustado, estoy tratando de volver de a poco (sigo sin internet, pero aprovecho que estoy en la casa de mi tía para subirlo). También les comento que estoy trabajando en otro fics, ya tengo un par de capis, pero creo que no lo voy a subir hasta que no lo termine porque no quiero dejarlos esperando otra vez, jeje..

Sepan disculpar mis extensas ausencias. Agradezco a todos los que se han tomado un tiempito para leerlo y dejar un review, son una caricia al alma, una gran compañía para mis momentos de soledad.

Espero volver pronto con otro capi, les prometí que pase lo que pase no lo iba a abandonar y lo sigo sosteniendo.

Nos vemos ¿pronto? Ojalá que sí!

Saludos a todos!

Day