Disclaimer: No está de más recordar que "En Algún Lugar del Tiempo", es una adaptación de la película "Somewhere in Time" de 1980, dirigida por Jeannot Szwarc, escrita por Richard Matheson y protagonizada por Christopher Reeve y Jane Seymor, con esto quiero decir, que la historia no me pertenece, sino a su autor ya mencionado, yo sólo hago la adaptación al mundo de Dragon Ball, cuyos personajes pertenecen al señor Akira Toriyama.
En Algún Lugar del Tiempo
Capítulo #5
El hombre yacía inconsciente sobre la paja, un curioso rayo solar que se coló invasivamente en el lugar le hizo abrir lentamente sus ojos. Lo primero que sintió, fue la molestia que le que generaba la luz en su adormilada vista; luego el espanto al advertir de improviso la excesiva cercanía de un caballo, lo que por inercia lo hizo querer reincorporarse para alejarse. Sin embargo, la limitación física generada por cuerdas que oprimían sus extremidades, y un pañuelo imposibilitándole el habla, lo mantuvieron inmovilizado.
A través de dificultosos brincos recorrió el establo, hasta encontrarse con el filo de un fierro, al cual se acercó para cortar con urgencia las cuerdas. Con una alta dosis de dificultad, pero exacerbada voluntad, logró liberarse del objeto opresor.
Ahora corrió con premura hacia el hotel. ¡Videl! Debía hallarla. Si Rochi había sido capaz de enviar bándalos para que lo golpearan a él, sin duda querría sacar provecho de su estado de inconsciencia para arrebatarle a la actriz. Además, la compañía abandonaría el hotel la noche anterior tras la función en el teatro. Debía correr a toda prisa, deseaba encontrarla, solo esperaba que no fuera demasiado tarde…
―¡Videl!― llamó con urgencia mientras golpeaba la puerta― ¡Videl!― repitió con desespero al no hayar respuesta― Videl―susurró ahora al recordar lo escandaloso que le resultaba a la actriz Gohan al llamar a su puerta.
Dejó caer su rostro rendido sobre la puerta al no hayar respuesta, dado que confirmaba que la mujer había abandondado el hotel.
― ¿Se encuentra bien?― la voz del recepcionista lo sacó de sus reflexiones. Al verlo, se acercó con urgencia a este.
―La compañía ¿se fue?― inquirió inquieto.
―¿La compañía?― inquirió sin entender nada, Vegeta.
― ¡Diablos! Los que actuaron ayer en la noche ¿se fueron ya?
― Así es, en cuanto recogieron sus cosas.
Gohan, desalentado ante la respuesta del hombre, se alejó por el pasillo. Pronto se encontró en la salida del edificio, derrotado miró su fachada. La había perdido, ella había partido sin dejar rastro alguno. Estaba seguro que no era por su propia voluntad, que Rochi había tenido que ver con aquello, eso lo podía afirmar.
Dejó caer su cuerpo desesperanzado sobre una banca blanca en la terraza. Sus pensamientos se hallaban concentrados en su pérdida. Le resultaba inaudito creer que, habiendo podido superar la barrera temporal que lo separaba de Videl, fuera la sobre protección, ambición o quizás las pasiones de un hombre la que lograra distanciarlos nuevamente. Un viaje en el tiempo, producto de sus esfuerzos lo llevaron hasta allí. Algo tan inverosímil aún en su propia época, pero parecía haber sido todo en vano. Ella ya no estaba, un vacío indescriptible invadía ahora su alma. La brevedad de su estadía con Videl le hacía aún más difícil de aceptar. Y es que quedaba tanto por decir, por hacer, por sentir.
Una ingenua, hasta infantil esperanza le hizo creer posible que podría conocer a la mujer de la que, en cuanto vio en el retrato, quedó prendado. Logró hacer realidad sus esperanzas, y estuvo frente a ella, la conoció y logró conquistar su corazón. Todo lo que podría haberle resultado descabellado en un inicio, se concretaba y superaba cualquiera de sus expectativas sobre ello. Entonces, si estaba allí, podría buscarla. Si el tiempo no había sido problema ¿por qué debería serlo el espacio?
No tardó en hacer eco la voz de Videl en la mente de Gohan, y es que la actriz le había señalado su siguiente parada. La Capital del Sur, eso haría, iría hasta allá para encontrarla, no le importaba tener que caminar hasta allá, si su recompensa era ella.
Corrió a toda prisa a su habitación, necesitaba tomar las escasas pertenencias con las que contaba para buscar la manera más expedita de llegar a la Capital del Sur. Al entrar en la habitación, exploró con la mirada el lugar, y todo en ella le resultó ajeno, confirmó de tal manera que no contaba con recursos para emprender el viaje. Contempló meditativo su rostro: algunas heridas adornaban violentamente sus mejillas y la parte baja de un ojo; su semblante cansado, reflejaba en su mirada melancólica, su lucha por alzar como victoriosa sus esperanzas.
Desanimado se sentó sobre la cama. Notó el desorden de sus ropas, entonces abrochó los tres primeros botones de su camisa y su corbata. Ahora miró frustrado su chaquetilla, para luego sacar pequeños bultos que se hallaban en un bolsillo interno de chaqueta. Al tenerlos en sus manos los miró con desdén, sin embargo su pasmo fue desmesurado al reconocer en aquellos objetos, algunas monedas de escaso valor del año 781. Las dejó caer espantado. Volvía a caer en la realidad. Él no pertenecía ahí, su tiempo era otro, y un accidental cuerpo inerte, que había sido su secreto compañero de viaje, se lo enrostraba a la vez que parecía demandar su regreso.
La habitación se fue haciendo progresivamente oscura. Como si repentinamente se volviera de noche. Los objetos que en ella se encontraban, fueron volviéndose lejanos, perdiendo su forma y fusionándose unos a otros. Gohan en vano intento aferrarse a aquellas formas difusas que se le escapaban. Su cuerpo pesaba de forma extraordinaria, sus extremidades parecían perder sus fuerzas, su movilidad. En medio de un brutal desespero, el dramaturgo vio como sus esperanzas se apagaban junto a la última cuota de luz de aquella habitación.
Una voz informaba a través de un programa radial las temperaturas de aquel día de 791. el bullicio lo hizo reaccionar. El desfallecer de su cuerpo no tardó en manifestarse: el jadeo incontenible en su pecho y el excesivo sudor en su cuerpo expresaban el gran agotamiento que había sufrido su cuerpo. Gohan se reincorporó en el suelo, y pudo ver como aquella habitación, ahora era decorada según los patrones modernos.
Lleno de angustia, se puso de pie con las escasas fuerzas que lo acompañaban, y corrió a su habitación.
Al entrar en ella, vio que todo permanecía del modo en que el la había dispuesto para viajar en el tiempo. Rápidamente se tendió sobre su cama, para comenzar a repetir aquellas frases que lo habían llevado hasta Videl.
― Es el año setecientos veintitrés― murmuró aturdido por el déficit energético― setecientos, estoy allá, estoy allá― se repitió sintiendo desespero. Permaneció durante eternos instantes repitiéndose aquellas frases, sin embargo, nada ocurrió. Un nuevo golpe de angustia dio en su pecho, el dolor que experimentaba al confirmar que no volvería a Videl lo llenaba de desasosiego. La voz de la mujer en su último día vida, pidiéndole agónicamente que regresara, aquel "Vuelve a mí", resonaba ahora en su mente, volviendo su angustia aún más tormentosa. Lo que siguió, fue un incesante llanto. La impotencia por no conseguir regresar al pasado, el agotamiento de su cuerpo y desconsuelo por caer en cuenta que ya no vería aquella mujer que había sido capaz de despertar mágicamente sus sentimientos, aquella mujer que había despertado en él la voluntad más descabellada de la cual jamás se imaginó sería capaz de realizar, aquella mujer que amaba, no estaba.
Pronto el desconsuelo se transformó en resignación. Una compasiva resignación, que a pesar de reconocer su derrota, no pretendía dejar huir el recuerdo de Videl. Así fue como se aferró a todo aquello que atraía su existencia a su mente. Fue así como, moviéndose por inercia llegó hasta el "Museo de la historia", lugar en el que pasó largos instantes contemplando la imagen que decorando una pared, había sido el inicio de su felicidad y de su amargura.
Tan bella.
Primero la observó por partes. Primero sus ojos, que ahora sabía que eran azules. Esa expresión tan viva, materializada en un papel. Su mirada, que antes, fantaseó que se posaba sobre él, ahora sabía que verdaderamente lo veía a él. Su sonrisa, consecuencia de su presencia, le hizo desear causar nuevas sonrisas en su rostro. Y sus tersas mejillas, no pudo evitar acariciarlas en el papel. El magnetismo que inicialmente había cautivado al dramaturgo, ahora parecía haberse transformado en necesidad. Sí. Necesitaba a Videl, su amor, su presencia. Ya no era una simple atracción, ahora existía una historia que le hacía ambicionar un porvenir juntos. Buscando de forma desesperada aliviar su padecimiento, intentó aferrarse a la imagen plana, apoyando, lastimosamente, su rostro humedecido por su llanto, en el pecho de la joven actriz.
Cuando su llanto cesó, caminó rumbo al lago que se hallaba dentro del recinto. Allí se encontró con su recuerdo, en la gélida brisa buscó sus caricias, y en la corteza de aquel árbol donde la halló por primera vez, quiso posar su mano, buscando la de la joven amada, pero ninguna de sus evocaciones le hacían hallarla.
El crujir de unos pasos aplastando algunas hojas caídas de los árboles colindantes, sacaron pesadamente a Gohan de sus lamentaciones, antes siquiera de que dirigiera su mirada al visitante, este le habló.
― ¿Gohan? ¿Gohan, eres tú?― el hombre, de súbito volteó, encontrándose con el milagroso rostro de la actriz.
―¡Videl!― exclamó conmocionado mientras corría con desespero al encuentro de la mujer. En cuanto se encontraron abrazaron mutuamente sus cuerpos, aferrándose el uno al otro, atesorándose, prometiéndose no volver a separarse nunca más.
― Creí que te perdería― pronunció con dificultad el dramaturgo a la vez que acariciaba el rostro, el cuello y el cabello de su amada.
― Jamás, Gohan ¡Jamás!― contestó con eufórica alegría, ella. Entonces se besaron con ansia.
Gohan no podía creerlo ¡Era ella! Tal cual la había encontrado en aquel hotel hace décadas, pero ahora ahí, en su época. La acogía entre sus brazos, sentir su espalda, su piel ¡su aliento! Esto parecía un sueño. Pero…
―¿Cómo es posible? Tú no sabías nada de esto, y aunque hubieras viajado, habrías envejecido― cuestionó con desorbitado asombro.
― Fue Rochi―contestó ― Había algo que no me había contado. Él sabía que esto iba a pasar.
― ¿A qué te refieres?
― Cuando le dije que quería ir por ti al hotel, y se dio cuenta que no cambiaría de opinión, me dio estas dos cartas― explicó la joven entregándole la correspondencia a Gohan.
"Videl
Ya que estás decidida a irte con ese hombre, es importante que sepas algunas cosas. Pero antes de revelártelas, debes perdonarme, si te oculté la verdad todo este tiempo, fue solo por protegerte.
Debes saber que, yo no te conocía solo desde que te saqué de aquel teatro cuando eras una adolescente. Te conocía desde hace mucho antes, cuando eras apenas un bebé. Te preguntarás cómo es posible. Pues bien, todo ocurrió hace ya veinticuatro años. Yo era un hombre más joven, estaba de paso en un hotel, El Hotel del Beccio. Una noche, no queriendo quedarme al festín que se daba después de la cena, subí a descansar a mi habitación. Como no tenía vecinos de piso, creí que el silencio me ayudaría a disfrutar de la lectura. Pero grande fue mi extrañeza cuando un escandaloso bullicio proveniente de una habitación vecina acabó con la paz. Fui a averiguar qué ocurría, entonces me encontré con cuatro extrañas personas que vestían de apariencia muy extraña. Sus ropas, sus peinados, todo era totalmente desconocido en ellos, jamás había visto personas semejantes. Atrapado por la curiosidad y cierto temor, me limité a oír desde la puerta. Dos de los extraños eran un matrimonio: El hombre se llamaba Mark Satán y su mujer era Ángela. Ambos increpaban a un tercer extraño al que llamaban Doctor Brief, por haberlos llevado hasta allí. Después de concentrar mi atención, pude saber que ese Brief había intentado viajar en el tiempo a través de la hipnosis, y que accidentalmente habría arrastrado hasta allí a aquel matrimonio y su pequeña hija: Videl Satán.
Sí, así es Videl, tú no perteneces a este tiempo. Te preguntarás porqué no conociste a tus padres. Pues bien, el efecto de la hipnosis había perdido efecto el doctor y tus padres. Sin embargo, como no tenías consciencia aún del tiempo y el espacio, quedaste atrapada en este tiempo, mientras que ellos volvieron a su época sin poder llevarte con ellos.
Yo como único testigo de lo ocurrido, no supe qué hacer, y dentro de mi desesperación, te dejé en un hogar, que si bien se veía modesto, creí que podrías estar bien. A pesar de eso, jamás dejé de seguir tus pasos, Satán. Desde las sombras vi como crecías, como tu amor por el teatro iba creciendo y cómo tu sueño se veía truncado por esa mediocre compañía a la que pertenecías. Entonces idee un plan: me convertiría en tu representante y te llevaría al éxito. Y es que, desde que te encontré en aquella habitación, quedé cautivado por tu inocencia, y me compadecí de tu desdicha, de la cual no tenías siquiera consciencia.
Me prometí que te cuidaría de quien fuera necesario. Es por eso que la presencia de ese hombre, Gohan me preocupó en extremo. Había algo en él que lo delataba. Sí, ya había conocido hombres de su época, por eso no pasó inadvertido para mí. Pero bien, has decidido estar con él. Es posible que si regresas al Gran Hotel, ya no lo encuentres ahí, al parecer, los viajes en el tiempo no están del todo dominados por el hombre, de haber sido así, ya habrían venido por ti antes. Y si mis sospechas llegan a ser ciertas, te enfrentarás entre dos caminos: Uno es que decidas quedarte y olvidarte definitivamente de Gohan; la otra es que viajes de regreso al tiempo al que perteneces, teniendo consciencia que existe la posibilidad de que no regreses nunca más aquí. Y lo que es peor: Podrías envejecer en el camino, y encontrarte con que estarás muerta…
Es un gran riesgo, Satán. Pero si así lo deseas, con el dolor en mi alma me despido, dejándote un segundo sobre que contiene algunos objetos que tus padres dejaron durante su viaje. Si logras tomar consciencia de tu época, la hipnosis probablemente surta efecto.
Sabes que si fracasas en tu intento o simplemente no quieres correr el riesgo, te esperaré con los brazos abiertos.
Muten Rochi"
― Esto es, simplemente sorprendente― masculló con dificultad, Gohan.
― Yo tampoco podía creerlo― apoyó Videl― Pero gracias a eso podemos estar juntos― añadió sonriendo feliz.
― Entonces ¿con aquellas cosas que dejaron tus padres pudiste regresar?― cuestionó Gohan.
―No― negó― Fue mi deseo de estar contigo, Gohan. Te amo y no me importaba arriesgarlo todo con tal de volverte a ver aunque fuera solo un instante― expresó emotiva. Gohan depositó un suave beso en sus labios.
― Yo también te amo, Videl. Y no quiero volver a perderte nunca más― susurró. Ambos sonrieron.
― Y unas monedas― dijo ahora la actriz. El dramaturgo la observó extrañado― Fueron estas monedas que dejaste olvidadas en tu habitación― añadió divertida.
Aquella sonrisa llena de vida, que se posaba sobre Gohan le hizo confirmar que no se había vuelto loco. Que ella estaba allí.
Ahora, habiendo ya recuperado la calma, se acercó lentamente a la joven actriz. Contempló complaciente esos orbes azules, que destellantes, parecían gritar su presencia, acarició su larga y suave cabellera negra, la cual amasó durante algunos segundos. Tocó sus mejillas, que antes había anhelado tanto acariciar. Entonces comprendió que nada ni nadie los podría separar, que se prometió que la amaría en el ayer, en hoy y el mañana: en cualquier lugar del tiempo.
FIN
¡MUCHAS GRACIAS POR LEER!
Hola! En primer lugar, quisiera disculparme con todos aquellos que seguían esta historia y que durante años dejé abandonada. De verdad lo siento mucho. Por otra parte, algo que en cierto modo tiene relación con tal demora en la actualización, decir que sí! el final a variado con respecto a lo originalmente planteado. eso fue por varios motivos: primero, el hecho que haya tardado en actualizar, permitió que quizás varios vieran la película, y para no colocar algo que se predijera, opté por algo "alternativo"; por otra parte, si hubo algo que me frenó en la publicación, fue el temor de estar haciendo algún plagio a la película, por la similitud de lo que ocurre en ella, con lo relatado este fic, fue por eso que preferí buscar la posibilidad de algo alternativo, y hace unos días surgió esta idea.
Ahora quiero agradecer a aquellos que se dieron el tiempo de leer esta historia, quienes han comentado y han añadido a favoritos y seguido. A todos muchas gracias por la acogida a la historia. Espero que el final haya sido para todos de su agrado :D
Por otra parte, mis agradecimientos a Guest, ola ke ace xD, Stefany, Guest, LadyKyaO y en especial a LDGV por su interés en esta historia. A todos ellos, mis saludos : D