Hola! Este pequeño fic va dedicado a mi gemeliss Katniss bella luz, ya que es parte de una plática que tuvimos hace tiempo y que sin su apoyo y ayuda no sería posible… disfrútalo querida amiga!

Y a todos mis lectores les deseo que también lo disfruten tanto como yo me divertí al escribirlo.

Este fic contiene situaciones fuertes y explicitas entre los personajes, si no les agrada este tipo de relatos por favor no lo lean.

Este fic es obra de mi imaginación, los personajes son propiedad de la escritora suzane Collins.


CAPITULO 1

Es una tormentosa noche, el cielo es iluminado por los violentos rayos precipitándose hacia su corazón produciéndole escalofríos, y es que Katniss siempre ha temido a la tormenta ¿Será acaso qué nunca se le quitara este miedo? ¿O es que los cuentos de su niñez la seguirán atormentando? Aquellos en los que horribles monstruos salen de las entrañas del infierno para devorar a los niños que se portan mal, y aunque a sus veintiún años ya no es ni remotamente una niña pequeña, aún hay algo que en su interior le advierte que nada bueno puede provenir de la tormenta.

Pero la tormenta es el menor de sus problemas, ¡Una idiotez! En comparación con su triste destino, y es que quieren cazarla con el hijo de un amigo de la infancia de su padre ¡Maldita sea! Estamos en pleno siglo XXI y es increíble pensar en que los matrimonios sigan siendo pactados como si estuviéramos en la edad media.

Katniss se resiste a eso, solo de pensar que no tiene salida le provoca nauseas, pues el matrimonio se acordó desde su nacimiento y ni siquiera lo sabía, dejaron que pensara que era una chica normal, que tenía otra opción en la vida y no ser tratada como una moneda de cambio, porque eso es lo que quieren hacerle, tratarla como a un pedazo de carne sin derecho a opinar.

Es verdad que nunca se ha enamorado y que los pocos novios que ha tenido en su vida no han sabido conquistarla, pero aun así nada se justifica ¿Acaso piensan que por arte de magia descubrirá que su "prometido" es su alma gemela? Ella deseaba encontrar el amor verdadero, ese que te hace vibrar cada fibra de tu cuerpo, ese que te hace sentir que vuelas estando en sus brazos pero no, definitivamente están locos, el tal Peeta Mellark debe ser un insufrible imbécil, dejándose manejar por su padre, él no puede ser su amor verdadero y aunque le han dicho que es bien parecido, eso es lo que menos le importa, no pueden pretender que se quedará cruzada de brazos ¡no! ella tiene que escapar, pensar en algo que lo decepcione lo suficiente como para dar por terminada la farsa de un matrimonio arreglado.

Por suerte, si es que se puede llamar suerte, su "novio" llegara en una semana a conocerla, solo debe pensar en la mejor manera de evitar su boda. Según su padre, ellos tienen que conocerse y si se dan cuenta que son incompatibles, pueden romper el compromiso, así que se empeñará en que no fueran "afines" Peeta y su familia llegarán en una semana ya que viven en un lugar lejano al cual su padre no quiso dar nombre incluso se muestra reticente a dar más información sobre él, pero da lo mismo, ya que no le interesa saber nada de Peeta, pues solo de pensar en permitirle tomar su cuerpo la hace sentir humillada.

—Primero muerta, antes que ser su mujer le entregaría mi virginidad a un desconocido, pero habrá sido mi elección, no la de nadie más. —Exclamó para sí, en un momento de desesperación, ya que amaba a sus padres, a pesar de estar molesta y quería complacerlos, pero esto raya en el fanatismo.

Un brillante resplandor iluminó gran parte de su habitación, haciéndola temblar de anticipación ante lo que sabía que se avecinaba, este debía ser el trueno más ensordecedor de la noche.

Y así lo fue, en un segundo el cielo crujió como si se tratase de una terrible protesta, y lo más aterrador es que la silueta de un hombre se manifestó en el vidrio de la ventana.

—Pero es imposible… Es solo mi imaginación. —Con esas palabras trató de calmarse un poco y abrazando la almohada se sumergió en la suavidad de sus sabanas de satén, y la confortable calidez de su cuarto alfombrado y decorado detalladamente por ella, una habitación en la que ha pasado su vida y le es tan familiar como confiable, ya que después de todo estaba a salvo, por ahora.

Intentaba dormir, apretaba los ojos con fuerza pero algo se lo impidió. Sentía la pesadez de una intensa mirada puesta en ella, pero era ridículo, estaba sola, solo en eso pensaba… en que solo es su imaginación y nada más.

En un instante dejo de llover y tronar, dejándola sumergida en un temerario silencio, interrumpido solo por el latir desbocado de su corazón. Algo andaba mal, podía sentirlo en el líquido helado que transitaba por sus venas, pero se negó a abrir los ojos, esto terminara cuando se duerma y se aferró con todas sus fuerzas a esa idea.

Una suave, cálida e increíblemente masculina mano empezó a acariciar sus desnudas piernas, subiendo traviesamente por sus hombros y cuello ¡Era solo una fantasía!… Pero se sentía tan bien.

Los nervios la hicieron su presa, esta mano comenzaba a recorrer su piel con un toque tan delicioso que comenzó a pensar que esto no era tan malo como creyó en principio, después de todo era solo una ilusión por la tormenta y ella tenía gran imaginación así que se lo atribuía a esto. Pero es la mejor de todas sus imaginaciones.

En un lugar entre el sueño y la vigilia decidió permitirse disfrutar de tan maravillosa experiencia, sin duda la más aventurada de sus fantasías oníricas.

Su piel erizada por la más seductora de las caricias se dejó conquistar por aquel extraño que acechaba sus sueños, lentamente sintió el roce de unos suaves y dulces labios posándose gentilmente sobre su boca.

Labios que la invitaban a adentrarse en ella, mordiendo pícaramente su labio inferior provocando una reacción directa entre sus piernas, haciéndola gemir como respuesta.

Ella sintió que él sonreía ante esto, y lamiendo sus labios por fin le dio entrada, en un principio el beso era suave y exquisito, pero poco a poco se fue intensificando en un baile sensual, una lucha compartida por el control, sus lenguas jugueteaban reconociéndose como amantes silenciosas desbordando un mar de emociones, podía sentir sus latidos acompasados, podía incluso oler su aroma embriagador a tierra mojada mezclado con el almizcle de su piel, una esencia extraña… su esencia personal.

—Abre los ojos. —Su voz sonaba de terciopelo, arrastrando las palabras en un susurro erótico.

—No… Temo que desaparezcas al abrirlos. —Respondió ella en una súplica, abrazándolo con un gesto posesivo, y el recargó parte de su peso sobre sí.

—Te haré abrirlos cariño. —Ronroneo sobre su boca con una segada promesa.

Katniss se aventuró a acariciar su pecho musculoso, su piel era tan suave pero a la vez sentía la dureza de su temple, era fuerte, podía palparse, pero al mismo tiempo tan suave como la piel de un ángel.

Su camisón de seda empezó a rendirse ante sus caricias, ella sintió que se lo quitaba sutilmente. No dejaba de seducirla a cada segundo, su corazón comenzó a latir desesperado, solo que esta vez no era de miedo si no de antelación, algo recóndito le dictaba que esto era lo más correcto, así se sentía, algo tan placentero no puede ser malo.


Dejo un camino de pequeños besos sobre su mandíbula, resbalándose más a bajo y enterrando el rostro en su agitado cuello, aspirando su dulce aroma, mientras sus manos retiraban el estorboso camisón, aquel camisón que al verla enfundada en él, lo volvió loco y ahora representaba un obstáculo que debía ser vencido. Su figura esbelta, resaltando sus curvas, ese cabello castaño cayéndole en ondas sobre su cremosa piel oliva. Era tan hermosa y era suya por derecho… solo suya.

Decidió visitarla esa noche, debido a su… inocente exclamación, ¡Que chiquilla tan tierna! negarse a él, como si no fuera su destino, definitivamente debía demostrarle la grandeza de su conexión.

Su erección pulsaba entre sus pantalones en respuesta a la elevada excitación que demostraba Katniss, era la sensación más ardiente que había experimentado, se pertenecían como se pertenecen las olas al mar, y olas de pasión electrizaban su cuerpo, al descubrir los senos desnudos de ella. Dos montañas suaves y blancas, de un color rosa en las puntas y… Oh aquellos pezones, tan delicados y erectos, que por un fuerte impulso lamio y succiono con delirio.

Tan suaves… tan deliciosos, ella jadeaba aun con los ojos cerrados… debía arreglar eso. Su cuerpo temblaba, e irradiaba cada vez más calor, su piel fresca y sabrosa se convirtió en una dulce adicción.

Bajó hasta su vientre y se encontró con su ombligo al que acaricio con su lengua hasta la saciedad, quería degustarla toda, y lo haría, ella tímidamente deslizaba sus manos sobre sus hombros, provocándole jadeos ante su inexperto tacto, de nuevo se encontró con su boca y ella le dio entrada automática.

Maravillándose con su respuesta la besó con fiera necesidad y ella le respondió con la misma intensidad abriendo sus piernas a él.

—Abre los ojos amor. —Expresó pero ella solo gimió con deleite.

—Tienes demasiada ropa… puedo sentirla. —Respondió con los ojos cerrados.

De nuevo sonrió a la facilidad de su entrega, era lógico que así fuese, no había necesidad de negarse a él…

Se despojó del último obstáculo entre ellos y yacían desnudos en la mullida cama, sus pieles sudadas se reconocían, estaba tan excitado que dolía pero necesitaba algo que le demostrara que ella estaba lo suficientemente lista para él.

Ella enredo sus piernas en su cadera dándole un mejor acceso e invitándolo a enterrarse entre sus húmedos pliegues, mientras él seguía besando su cuello, mordiéndolo con ansiedad, con el más febril de los deseos. Era la más dulce de las torturas.

La penetró lenta y gentilmente, sintiendo una fina resistencia a él, estaba tan caliente y apretada que se sintió en la gloria al vencer aquella barrera y deslizarse hasta la empuñadura.

Un grito lo desconcentro de su éxtasis, ella sufría, no podía ser tan agresivo y de pronto se sintió culpable por su dolor.

Katniss abrió abruptamente los ojos y él se encontró con un gris profundo nublado por la confusión, el dolor y algo más que no reconoció, y quiso salir de inmediato de ella, casi lo logra pero…

—¡No, no te vayas de mí! —Suplicaba. —Quédate conmigo.

—Siempre.


Solo un azul profundo es lo que pudo ver, unos ojos maravillosamente azules oscurecidos por la pasión y lujuria, el rostro de un ángel rubio tranquilizándola se materializó ante ella. Le daba tanta confianza, que compaginaba extrañamente con la sensación de pertenencia, que la llenaba en todo sentido, tenerlo dentro de sí era tan exquisito… pero necesitaba más.

Lo miró con decisión y como un pacto silencioso el comenzó a mecerse, cada embestida la inundaba de un coctel de emociones enriquecidos por el desborde de algo nuevo que sentía llegar, era tan extraño como maravilloso.

Sus senos subían y bajaban por el constante vaivén y él se inclinó para chuparlos al mismo tiempo en que la penetraba, era una conexión mágica, aderezada de un placer intenso que la erizaba de pies a cabeza… sus pezones se sentían ligeramente adoloridos cuando él empezó a morderlos delicadamente al compás de las embestidas haciéndola perderse en el velo de la locura.

La fricción de sus cuerpos era tan placentera que algo inmenso la empezó a invadir, ella jadeaba y se retorcía debajo de él.

—Oh si… sí… por favor no te detengas. —Gritaba con frenesí.

Sus voces se confundían entre los gemidos, era tanta la dicha que comenzó a contorsionarse apretándolo entre sus piernas… apresándolo y absorbiendo hasta la última gota de tibio simiente que se derramaba a presión en ella.

Enterrando las uñas con fuerza en su espalda… sintió algo extraño, dos finas cicatrices en sus omóplatos, pero lo paso por alto ya que una demoledora energía la golpeaba tan arrebatadoramente que se sintió como en otro mundo, por un instante le pareció que ambos flotaban en el aire, pero era un absurdo y ahora no podía pensar solo sentir la más pura de las alegrías.

Él se derrumbó sobre ella, sintiendo su sonrisa triunfal sobre su pecho, estaba orgulloso, de eso no le quedaba duda, y ella también lo estaba… orgullosa de experimentar algo tan intenso y perfecto.

La acunó en su pecho con extrema ternura y se sintió en el cielo, era tan grande y a la vez tan pequeña entre sus brazos, que la realidad la golpeo con la misma fuerza del orgasmo compartido de hace unos momentos, ella lo amaba y si esto era un sueño, ella estaba soñando con su amor… el verdadero, el que tanto había estado esperando, cuya posibilidad de encontrarlo se vio ensombrecida por la absurda idea de un matrimonio arreglado.

Sus miradas se encontraron de nuevo, Katniss podía ver el reflejo de sus cristalinos ojos en los pozos azules de él.

—Te prometí que te haría abrir los ojos. —Dijo con diversión.

—¿Es que acaso eres real? —Le preguntó. Aún aturdida, emocionada y saciada.

—No lo sé, dímelo tú. —Seguía divertido y ella de nuevo pensó estar soñando, pero era tan real, todo se había sentido tan maravillosamente real.

—Para mí lo eres. —Le dijo más para convencerse a sí misma que para dar una respuesta.

El frunció el ceño expectante, pero el sueño la estaba reclamando…

Te convenceré mi amor. —Escucho su voz entre las penumbras de su ensoñación.

La luz del sol colándose a través de las cortinas la despertó, estaba tan relajada y feliz que no se lo podía explicar, no después de lo que le dijo su padre el día anterior…

Pero algo paso anoche. Lo descubrió al percatarse de su desnudez, al ver su camisón y ropa interior tirada en el suelo y las huellas de su húmeda excitación aun entre sus piernas, entonces como en una película tuvo el conocimiento de todo lo que pasó esa noche.

Su piel aún estaba sensible por sus sublimes atenciones, sus besos, y el peso de su propio cuerpo sobre ella… no pudo haberlo soñado, se había entregado a un completo desconocido y lo disfruto hasta sobrepasar los límites de la razón.

Pero, ¿Quién sería? ¿Un ladrón que al verla decidió robar algo más que dinero? Quizás pero no le robo nada, ella le entrego gustosa su virginidad, como lo había proclamado minutos antes de su llegada. Esto debía ser un ¿Castigo? No, en definitiva no, ya que no se sentía para nada castigada, más bien extasiada.

Aunque aún cabía la posibilidad de que siguiera soñando, o que hubiera enloquecido, tal vez ella lo soñó y en su reciente "sonambulismo" se había desnudado y tocado ella sola.

Algo raro ya que nunca lo había hecho, ni estando consiente. Entonces vio hacia la ventana y estaba cerrada por dentro, y la opción de su "sonambulismo" sonó como la más coherente, aunque dolorosamente decepcionante.

El día paso sin novedades, su padre quiso convencerla de nuevo que lo mejor para ella sería casarse con Peeta, que aunque no lo viera así ahora, él sabía que ella sería muy feliz con él.

¿Pero cómo podía decir eso? ¿Cómo sería capaz de entregarse a un hombre que no amaba? Ahora que había tenido una experiencia, aunque sea en sueños, de cómo se sentía el amor verdadero.

No concebía la idea, pero a pesar de su molestia y ¡odio!, amaba a su padre y no quería ofenderlo por eso pensaría en algo que la eximiera de responsabilidades de manera que no quedara ella como la culpable.

—¿Y si yo no le gusto? ¿El compromiso se rompería? —Pregunto esperanzada.

—Tú le gustaras, de eso no me queda duda. —Respondió su padre con una sonrisa.

Maldito sea ese compromiso que la encadenaba a un imbécil, porque eso era Peeta para ella, ¡un idiota! Y daría su vida para demostrar ese punto.

Todavía no lo conoce pero lo aborrece y le hará pagar la osadía de querer atarla, total aún se puede romper el compromiso si ellos resultan ser incompatibles y pues bien, lo haría ver su suerte hasta que la aborreciera tanto como ella ha el…

Al caer la noche, se deleitó con lo despajado del cielo, era una noche de luna llena, pringada por un centenar de estrellas relucientes que bañaban de magia su taciturna habitación, la brisa soplaba fresca y relajante, tanto que la estremecía a la luz del recuerdo de su "sueño" de anoche.

Con un suspiro cerró la ventana, a sabiendas que el tiempo volaba y le quedaba poco para pensar en suficientes maldades para molestar a su prometido.

Se proponía a dormir cuando escuchó unos pasos en su cuarto y el calor comenzó a inundarla de nuevo ¿Acaso tendría otro sueño erótico?


Uff un poco intenso! que les pareció? tiene futuro? espero que si jaja mañana si tengo tiempo publico continuación pero háganme saber si vale la pena que lo haga sale?