PELEA
-¡De veras que no te soporto!-Miedo a los monstruos… ¿y qué si les tiene miedo? No era motivo para tratarlo a así.-¡Ya estoy harto de ti!- ¿De verdad? ¿Harto de Mikey?
-¿De mí? ¿Harto de mí, Rafael?- Mi hermano dijo, yo me quedé callado, no sabía qué hacer. Quizá Rafael no lo sintió, pero yo sí…
Había llegado demasiado lejos…
- ¡Pues mira que soy yo quien está harto de ti!- Le gritó Miguel Ángel. ¿Dices que yo hago berrinches? Yo no hago berrinches tan seguido como tú, que dejas la guarida hecha añicos cuando te sientes mal. Es a ti a quien Sensei castiga por ser tan impulsivo, y por hacer las cosas sin actuar. Yo hago hasta lo imposible por no salirme de control- le reclamó mostrándole las cortadas y piquetes de kunais en sus manos. ¿Era eso? Realmente pensamos que eran raspones de caídas en la patineta.- He controlado tan bien mi humor que puedo aparentar estar feliz y alegre como un estado mental constante, aun cuando lo que sienta no sea para nada gozoso. Me la paso todo el tiempo fingiendo que estoy feliz, cuando en realidad no lo estoy, y cuando dejo que mi máscara caiga, tú ni siquiera lo notas, parece que tienes mejores cosas que hacer que escuchar a tu hermano menor.-Yo por mí, sería más que feliz si no te tuviera como hermano. Si te digo que te quiero, lo que trato es hacer que por lo menos te acuerdes que tú también me quieres en lo más remoto de tu retorcida alma, en el fondo de esa mole de musculo verde sin cerebro, pero ya veo que las bestias siguen siendo bestias ¡toda la vida!
Rafael se cruzó de brazos y miró a otro sitio como si no le importara, Miguel salió corriendo de ahí. Negué con la cabeza y lo seguí. Lo encontré en su habitación, leyendo cómics para sentirse mejor. YA lo había estado haciendo esta tarde, luego de que Rafael lo regañó porque no le gustó el desayuno. Creo que Leo hace más falta de lo que se imaginó.
Me acerqué a mi hermanito, y ví que tenía los ojos rojos. Me senté a su lado, lo rodee con mis brazos y él dejó el cómic de lado, apoyó su cabeza en mi pecho y empezó a llorar…
-Donny… nunca me dejes hermano…- me quedé con él hasta que ya no pudo más y se quedó dormido, justo antes de que me pidiera -no le digas a sensei...
Soy un pésimo líder…