Ginny Weasley se hallaba en una sala enorme. Había columnas decoradas con serpientes y una estatua enorme de un hombre de rostro simiesco la coronaba. Ginny sabía que se hallaba en la Cámara de los secretos. Mirando a su alrededor, pudo ver a un chico con el pelo negro y ojos verde esmeralda que usaba gafas.

-Harry -dijo la pelirroja con alivio, yendo al encuentro del chico.

Pero mientras iba hacía él, pudo ver como en la cara de Harry se dibujaba una expresión de dolor, y sus manos iban a la garganta, como si al chico le costara respirar. Ginny aceleró el paso, mientras gritaba su nombre.

-¡Harry! ¡Harry!

Entonces, cuando la pelirroja llegó junto a Harry, esté sé desplomó sin vida en el suelo. Ginny, observando aún el cuerpo sin vida del chico que amaba con lágrimas cayéndole por el rostro, vio como su cuerpo se elevaba en el aire y comenzaba a golpear el suelo con fuerza. Ginny oyó una risa aguda y fría detrás de ella. Dándose la vuelta, se encontró con el motivo de sus pesadillas, Tom Ryddle. Estaba apuntando al cadáver de Harry y lo hacía rebotar en el suelo con violencia mientras se reía.

-¡Déjalo en paz! -gritó la pelirroja, intentando sacar la varita, para darse cuenta, con horror, de que no la tenía.

Impotente, tuvo que ver como Ryddle jugaba con el cadáver de Harry, mientras ella sollozaba acurrucada en el suelo.

-No, para, por favor, para. Te lo suplicó -susurraba Ginny una y otra vez mientras sollozaba.

La imagen cambió...

Se hallaba en una sala circular. Ginny estaba parada en medio, sentada en una silla a la cual estaba encadenada, mientras un grupo de gente la miraba de forma amenazante. Entonces Albus Dumbledore se alzó y contemplo a Ginny con una mueca de profundo odio y asco.

-¡Ginevra Weasley! -gritó con voz potente-. ¡Has sido acusada de liberar al monstruo de la Cámara de los secretos y atacar a una serie de hijos de muggles! ¡La condena que se ha decidido ha sido la cadena perpetua en la prisión de Azkaban!

-¿Qué? -dijo Ginny incrédula-. ¡No pueden hacerme eso! ¡Yo no fui! ¡Fue Ryddle!

-¡No existe ningún Ryddle en Hogwarts! -gritó alguien.

-¡Fue él! ¡Créanme! -suplicó Ginny, sollozando de forma incontrolada.

-¿Puedo decir algo? -preguntó entonces la voz de su hermano Ronald. Ginny lo miró, esperanzada.

-Adelante, señor Weasley -dijo Dumbledore.

-Sólo tengo que decir que me das asco, Ginevra -dijo Ron mirando a su hermana con odio. Sus familiares pronto hicieron coro al insulto de Ron y comenzaron a insultar a Ginny.

La pelirroja comenzó a llorar más fuerte, pero lo peor para ella fue cuando Harry se levantó, y mirándola con odio, dijo:

-Ojala hubieras muerto, Ginevra.


Ginny se despertó sobresaltada. En silenció, contemplo las figuras dormidas de sus compañeras de cuarto. Era una suerte que hubiera realizado un encantamiento silenciador sobre ella misma para evitar que sus compañeras sé despertasen.

En silencio, salió del cuarto y se fue a la sala de estar. Sabía que no era más que una pesadilla, pero igualmente seguía asustada. Ginny estaba tan metida en sus pensamientos, que no se dio cuenta de que un azabache se acercaba a ella por detrás.

-¿No puedes dormir? -preguntó Harry. Ginny se sobresaltó. Ni cuenta se había dado de la presencia del Niño que vivió.

-No -respondió la pelirroja-. Pesadillas. ¿Y tú?

-No podía dormir -respondió Harry, sentándose junto a Ginny-. ¿Qué tipo de pesadillas? -Ginny no dijo nada-. Puedes confiar en mí.

Ginny respiró antes de contestar.

-Es sobre lo que pasó en la Cámara -explicó sin dar muchos detalles. Harry no dijo nada, pero era evidente que sospechaba el tipo de pesadillas que la chica había tenido.

-¿De que iba? -preguntó el azabache, aunque al instante añadió-: No hace falta que me lo expliques, sino quieres.

-Si quiero -dijo Ginny, quien quería contarle a alguien sobre sus pesadillas-. Al principio estaba en la Cámara. Entonces tú aparecías, y cuando trataba de acercarme a ti, parecía como si te ahogaras y caías muerto en el suelo -Harry abrazó a Ginny-. Entonces Ryddle aparecía y comenzaba a hacer rebotar por la Cámara tu cadáver, mientras que yo le suplicaba que parase -la voz de la pelirroja se rompió en ese punto y comenzó a soltar lágrimas. Harry la abrazó con más fuerza y la apoyó en su pecho. Ginny, inmediatamente se relajó ante el tacto-. Luego me hallaba en un juicio. En el mío, donde el profesor Dumbledore me condenaba a cadena perpetua en Azkaban y mi familia me insultaba -Ginny decidió no decirle a Harry, que en su pesadilla, él le deseaba la muerte.

Harry la obligó a levantar la cabeza.

-Escúchame Ginny. Eso no son más que pesadillas, tu no tienes la culpa de nada...

-Si la tengo -dijo la pelirroja-. ¿Qué pensaran Neville y Luna se enteren de que fui yo quien abrí la Cámara? ¿Y Will y Emily? ¿Y Sirius, Remus y Sally? Seguro que me culpan.

-No lo harán -dijo Harry, seguro-. Tu no abriste la Cámara.

-Sí lo hice -dijo Ginny.

-No fuiste tu -replicó Harry-. Fue Ryddle quien abrió la Cámara.

Ginny no dijo nada. Ella seguía pensando que era la culpable de la abertura de la Cámara, a pesar de saber que Harry, en el fondo, tenía razón.

-¿Sabes? -dijo la pelirroja, tras unos minutos de un silencio bastante cómodo-. Sé que es una tontería. Pero le tengo más miedo a Ryddle que al propio Voldemort.

-No es una tontería -replicó Harry. Entonces levantó la cabeza de Ginny y obligó a la chica a mirarle. Durante unos instantes se perdieron en los ojos del otro, y Harry no podía entender esa sensación que tenía en el estómago.

-Ginny, no dejare que nadie te haga daño. Ni siquiera tus sueños.

-¿Me lo prometes?

-Te lo juro.


Horas más tarde, ya todo el mundo se había levantado para iniciar la lectura del segundo libro. Todo el mundo ya se había enterado de la reconciliación de Sirius y Sally, y todos estaban contentos, especialmente Will y Emily.

Sally cogió la caja con el número dos, y recogió el libro del interior. Pudieron ver como sus ojos se abrían de la sorpresa.

-Harry Potter y la cámara de los secretos-leyó con voz sorprendida.


Hola gente,

primer capítulo de la segunda parte de Conociendo el futuro.

Como veis he divido el capítulo en tres partes.

La primera es sobre las pesadillas que podría tener Ginny a raíz del incidente de la Cámara. Le he querido dar un ambiente de angustia a la pesadilla, no sé si lo he logrado. Personalmente, esta parte es la que más me ha costado escribir del capítulo. No me gusta hacer sufrir mucho a Ginny, ya que es mi personaje favorito de la saga.

La segunda es sobre una conversación que tienen Harry y Ginny. La frase: "Ginny, no dejare que nadie te haga daño. Ni siquiera tus sueños" que le dice Harry a Ginny ha sido una de mis frases favoritas que he escrito. Aparte, que esta promesa desencadenara en un momento del fic una situación bastante divertida.

La tercera ha sido la más fácil de escribir, ya que básicamente se enteran de que Sirius y Sally son novios, y comienzan el nuevo libro.

Aquí os traigo un pequeño dato sobre el fic: La razón por la que hice que los libros fueran a parar al cuarto año es por la sencilla razón de que no he descubierto historias que traten de la lectura de los libros que estén ambientadas en esa época. Siempre suelen ser, o bien en el quinto año, o bien en la época de los Merodeadores.

Bueno, ya no tengo nada más que decir.

Se despide,

Grytherin18