La hora de la cena había terminado entre risas y tonterías de sus hijos algo que le encantaba ver a Harry Potter, su hermosa familia reunida era algo que simplemente no podía comprar con toda su fortuna y fama, y por eso la disfrutaba aun mas, amaba ver a su pequeña princesa Lilly reír con las tonterías del imparable James y a su retrato Albus intentando calmarlo aunque esto jamás funcionara al igual que fallaban los regaños de su amada esposa Ginny a la que le podía notar como quería reír aunque lo impidiera por seguir con su papel de madre firme.
Sus dos hijos mas pequeños se fueron tranquilamente a sus habitaciones mientras Harry aun conversaba de su día con su esposa tomando una taza de té juntos, algo que habían hecho siempre desde que la guerra había terminado pero de pronto notaron como James asomaba su cabeza desde la puerta con la mirada seria pero nervioso –¿Qué pasa? Hijo – hablo Harry bajando su taza de té, James tomo esto como una señal y entro alborotándose aun mas su cabello cobrizo dejando más que claro que estaba nervioso.
-Quiero hablar con ustedes –su voz sonaba segura y firme aunque solo tuviera 14 años, acababa de terminar su cuarto curso en Hogwarts.
-Dinos –Ginny lo miro llena de amor, de esa forma en que solo las madres podían ver a sus hijos y aunque detestaba que su primogénito fuera tan incontrolable en todos los sentidos lo adoraba de sobre manera.
James tomo aire llenándose mas de seguridad –Papá ayer hablo conmigo sobre la madures y demás – ambos padres asintieron a sus palabras –He tomado una decisión… desde hace mucho tiempo intercambio cartas con el tío Víctor – ambos padres asintieron conociendo perfectamente la estrecha relación que el chico tenia con su amigo, adoptado por todos los pequeños de la familia como tío –Y he decidido que quiero irme a estudiar a Dumstrang – a Harry se le cayo el tenedor que llevaba a su boca con un trozo de pastel y congelado observo a su hijo –Papá dijiste que llegaría el momento en que tendría que tomar algo en serio y esto lo es… yo no quiero ser auror como tu, quiero ser jugador profesional como mamá y el tío Víctor me va entrenar para que sea el mejor – ambos padres estaban simplemente sin palabras y Harry pudo ver de reojo como Ginny apretaba con fuerza sus manos bajo la mesa al mismo tiempo que cerraba los ojos, sabia cuanto detestaba llorar enfrente de otras personas y por supuesto en ese momento sus ojos estaban llenándose de lagrimas.
-¿Estas seguro? Hijo –Harry hablo serio sin decir aun su postura, el mismo había provocado esto aunque jamás se llego a imaginar que una platica de madures hiciera que su hijo decidiera marcharse no solo de su hogar sino del país.
-Lo estoy papá…sé lo que quiero y siempre lo eh querido, no quiero simplemente dejar que me entrene un chico unos años mas grande que yo… quiero ser el mejor y para eso debo estar junto al mejor para aprender –James miraba con sus ojos avellanas a los verde de su padre con total firmeza y decisión haciendo que esto fuera aun mas difícil para el hombre.
Ginny abrió los ojos y miro por un momento a su pequeño, aquel al que le había enseñado a hablar y caminar, aquel que desde que estaba en su vientre había sido tan inquieto, aquel que casi la había arrastrado a los 3 años a que le enseñara a volar y ahora aquel pequeño ya no lo era mas por mas que ella lo quisiera –Harry… déjalo ir – el Potter se congelo al escuchar las palabras de su esposa y con confusión la volteo a ver, ella le regreso la mirada seria y totalmente decidida dejándole mas que claro su postura.
Harry tomo aire cerrando los ojos –Mañana hablare con Víctor – abrió los ojos encontrándose con la sonrisa de su hijo y solo pudo sonreír levemente en respuesta.
-Gracias – respondió el pequeño sonriendo con la más enorme de las sonrisas y después salió corriendo dejando a sus padres desolados.
-Sólo es un niño – susurro Harry con la mirada baja.
-Tu a su edad estabas en el torneo de los tres magos –Ginny lo tomo de la mano.
-Eso es diferente y lo sabes –Harry la miro con tristeza –No creí que mi pequeño se iría de mi lado tan pronto – susurro bajando de nuevo la mirada.
Ginny suavemente lo tomo de la barbilla y lo hizo mirarla –Te diré lo mismo que mi madre me dijo cuando yo me fui de la casa… los hijos sólo son prestados y nuestro trabajo es darles alas y enseñarlos a usarlas para que ellos levanten el vuelo cuando estén listos… nuestro James a crecido y a llegado la hora de que el solo decida su vida –Harry se puso de pie y la abrazo con fuerza contra su cuerpo.
-Tienes razón… pero prométeme que a Lilly la obligaremos a quedarse hasta los 40 – susurro aun con voz triste y Ginny sonrió levemente asintiendo, aunque en ese momento pareciera estar bien por dentro estaba triste llorando ya la partida de su hijo.
En una habitación llena de poster de jugadores de quidditch sobre sus escobas, de motocicletas y de una gran bandera de color rojo escarlata; James estaba recostado en su cama completamente extendido mirando el techo donde una snitch dorada revoloteaba sin parar aunque él no la estuviera mirando, su mente estaba perdida en los recuerdos de sus ultimas semanas en la escuela donde no solo había sido feliz con sus primos y mejores amigos también había otra persona, otra persona que le había enseñado que se podía amar aunque no debiera, otra persona que solo recordarla hacia su corazón latir desbocado pero simplemente estaba prohibido estar a su lado y verla de esa manera, eso ella misma lo había dejado mas que claro después de dejarse llevar a un lado del bosque prohibido donde sus labios se encontraron sin que ninguno pudiera evitarlo y eso simplemente fue el principio del abismo porque simplemente su la sociedad no lo entendería, su familia no lo aceptaría y todo eso solo porque había cometido la gran estupidez de enamorarse de su prima.
El primero de septiembre llego; Rose iba nerviosa en el asiento trasero del auto de su madre, su padre decía tonterías sobre los días con la familia en donde gracias a Merlín no se había encontrado con su primo James. ¿Enamorada? Por supuesto, lo había estado desde que cumplió 12 años y aunque aun eran bastante pequeños en cierta forma su primo ya había tenido bastantes noviecitas con las que pasaba el rato frente a ella haciéndola rabiar pero cuando a principio de la primavera había cambiado quedándose a su lado mostrándolo un James diferente al patán egocéntrico en que se había convertido desde que entraron a Hogwarts fue algo que simplemente la descoloco aun mas, la confundió y la enloqueció; el amor creció hasta que simplemente no pudo evitar responder aquel beso que detuvo su corazón tras haber ido juntos a buscar unas plantas en el bosque prohibido durante el atardecer pero aunque hubiera sido lo mas hermoso de su vida la razón gano; estaba mal y todo lo gritaba, y antes de bajar el tren de regreso a su hogar puso las cosas en claro alejándolo de ella, empujándolo lo mas lejos posible y desde entonces ni una sola noticia de él había llegado a ella ni siquiera en las reuniones familiares o cuando sus padre la llevaban a ver a sus padrinos.
Veía la ciudad pasar por la ventana notando el poco camino que había ya hasta la estación y no pudo evitar preguntarse que hacer ahora que lo viera, como evitar esas enormes ganas de lanzarse a abrazarlo, de estar a su lado, de escuchar su risa un poco perruna, de perderse en sus hermosos ojos avellana, simplemente como evitar que su corazón latiera solo por el; era algo que simplemente no sabia como manejar por mas libros que leyera y eso la mataba aun mas porque aunque quisiera negárselo a sí misma su corazón jamás dejaba de gritarle que solo pertenecía a él, deseaba con todas las fuerzas que solo fuera un enamoramiento infantil pero sabia que no era así aunque su cabeza lo intentara grabar en su corazón este se negaba a aceptarlo.
Llegaron al fin y con el corazón apunto de explotarle Rose entro al mágico anden 9 ¾ tras sus padres que conversaban tranquilamente entre ellos seguidos por sus hijos; casi al instante sus ojos azules encontraron a sus padrinos con Albus y Lilly junto a ellos, Albus era casi su hermano que ya comenzaba a crecer pareciéndose cada vez mas a su padre y lo conocía como la palma de su mano, y enseguida supo que algo estaba mal lo veía en sus ojos verdes que se clavaron en ella en cuanto la noto –Albus – susurro confundida abrazándolo pero para su sorpresa este se aferro a ella con mas fuerza, casi con desesperación que simplemente la hizo ponerse aun mas preocupada de lo que ya estaba –¿Qué pasa? Al – susurro sin soltarlo y este escondió su rostro contra su cuello –Por favor dime que pasa –Rose sentía en su corazón un gran dolor sin saber porque y supuso que era por ver a su primo preferido así.
-James se fue… – susurro Albus contra ella haciéndola abrir los ojos sorprendida sintiendo como su corazón comenzaba a dolerle mas y mas mientras las lagrimas se agolpaban en sus ojos, lo soltó para mirarlo pensando o mejor dicho intentando convencerse que todo era una estúpida broma pero al verlo con los ojos tan húmedos como ella y notar como Lilly se aferraba a su tía Hermione que congelada miraba a Ginny y Harry que les daban las noticias supo que era cierto –Tomo el vuelo ayer… –Rose regreso su atención a Albus que miraba al piso –… se fue a Dumstrang – y sin poder evitarlo mas sus lagrimas resbalaron por su mejilla casi a la vez que se aferraba de nuevo a su primo que la abrazo con fuerza; no podía parar por mas que lo intentara aunque todos los Weasley ya estuvieran a su alrededor ellos no se soltaban porque el ya no estaba… él se había ido.