Disclaimer: los personajes no me pertenecen sino a sus respectivos dueños. En este caso de Rumiko Takahashi.


Mi nombre es Fireeflower y soy originaria de Fanfiction. Nunca publico mis historias en páginas externas, solo en Fanfiction. Si alguien ve una de mis historia en otras páginas que han plagiado a Fanfiction, favor de denunciar.


Pijamada.

Sí, aquella reunión de amigas con las que podías pasar un rato divertido, poder comer toda la comida que quisieras y hablar de todos los temas sin preocuparte de que te juzgaran. Al fin de cuentas, estabas con tus amigas, quien no les importaba escuchar o decir cualquier tontería y burlarse de todo lo que les rodea. Solo era eso, vivir sin más.

Sí, una pijamada era lo mejor.

Sobre todo si tenías privacidad.

Privacidad.

Concepto que no conocía cierto hanyô. Pero vamos, cuando te dicen "no" tu cerebro dice "sí" y digamos que Inuyasha no era de aquellos que se convencen con facilidad. Además tenía curiosidad ¿Qué carajos era una pijamada? Si Kagome lo amenazó para que no viniera era por una razón:

Comida.

Bien podía olfatear el ramen, la comida frita, refrescos y todo lo comestible que pudiese haber.

Estaba loca si creía que lo mantendría alejado, mientras ella comía todo lo delicioso con esas mujeres. Además le valía poco el enojo que ella podría tener. No señores, Inuyasha era tenaz, como todo buen guerrero, no se dejaría intimidar por una chiquilla de quince años.

Estaba equivocada si lo mantendría lejos de la comida.

Movió sus orejas esperando poder captar mejor la conversación. Esperaba que salieran de una vez de aquel cuarto para robar todo, pero era difícil. Las mocosas no paraban de hablar y se estaba frustrando un poco; además el frío comenzaba a molestarle, estar atrapado en un árbol no era la mejor opción para el espionaje, pero era eso o estar en el tejado. Bufó, molesto cuando su interés pasó al aburrimiento, ¿Acaso las hembras eran tan aburridas? Hasta ahora sólo captaba un debate de colores para la temporada de otoño.

¿Así o más estúpido? Ni siquiera hubo ramen, sino palomitas. Estaba a punto de irse cuando algo lo alertó.

—¿Han visto a un hombre desnudo?— Eri alzó ambas cejas y Yukka simplemente dio un gran trago de soda y la pobre chica del futuro se atragantó cuando estaba comiendo palomitas—. ¿Qué? ¿Por qué me miran así?

—Fue repentino…—susurró la azabache, arrebatando la soda de las manos de Yukka.

—Pero enserio… ¿Han visto a un hombre desnudo?—Ayumi miraba inocentemente a todas las chicas, como si el tema fuera de perros y gatos. Vamos, estaban solo ellas, ningún hombre podía escucharlas.

Ajá.

—¡Yo sí he visto uno!—alardeó Yukka, quien colocó su pie arriba de la cama y un puño en señal de victoria—. Bueno…más o menos.

—¿En verdad? ¿Con quién?—La curiosidad de Eri no se hizo esperar, Kagome se sonrojó al instante mirando su soda, como si fuera la cosa más interesante del mundo.

—Hôjôy

—¡No! ¿Cuándo fue eso? ¿Cómo fue?

Inuyasha apretó la mandíbula mientras doblaba una oreja, ¿Acaso fue Kagome quien preguntó eso? ¿Por qué ese interés? ¿Y qué carajos estaba escuchando?

—Una vez cuando te enfermaste de indigestión estomacal, fui a buscar un maestro y sin querer pasé por los vestidores de los chicos…—Hizo una pausa para ver las reacciones de sus amigas, quienes estaban atentas y comían palomitas de maíz—. Lo vi, bueno… más o menos, en ropa interior—dijo abochornada, abanicándose—. Salí corriendo al instante, pero déjeme decirles una cosa: de que tiene un buen paquete, lo tiene.

Las risas no se hicieron esperar e Inuyasha frunció el ceño convirtiendo sus cejas en una sola. ¿Por qué tanta risa? Sintió deseos de matar por escuchar la risa de Kagome ¿Tanto la emocionaba por lo del paquete?

—Ahora que lo pienso, Kagome no ha hablado mucho—comenzó a decir Eri, dando cierto golpes con el codo a Kagome—. Y ya aquí entre nosotras, Kagome ¿Tu novio tiene un buen paquete?—Kagome escupió la soda empapando a Ayumi y Yukka se revolcó de risa.

¿De dónde carajos salió eso? Kagome estaba nerviosa y ni siquiera se disculpó. Miró a Eri luego a Yukka para luego sonrojarse aún más y tartamudear.

—Esperen—dijo de la nada Yukka, abriendo pasó hasta llegar al frente de la colegiala—. No me digas qué… ¿Ya viste el paquete?

Inuyasha estuvo a punto de caerse del árbol donde estaba, sus mejillas eran dos melocotones y sintió una vergüenza enorme.

—Pues…—La chica de ojos castaños miró a sus amigas, y tragó duro. Su silencio la delató.

Un alboroto se produjo. La chica bajó su vista, avergonzada, quería con todo su ser que la tierra la comiera o que sucediese otra cosa, pero no que estuviera ahí. Lástima que sus deseos fueron ignorados por los dioses. Aunque después de dos segundos, empezó a reírse también. Vale, se estaba divirtiendo y es más, mostraba un lado intimo con sus amigas a pesar de que nunca contaría su estado de dos épocas ya que sería imposible que les creyera, pero al menos disfrutaría el momento. Después de todo no había quien las pudiese escuchar ¿Verdad? ¡¿Verdad?!

Sin embargó una persona allá afuera quería morir; es más, estaba al borde del colapso y su sonrojó de intensificó escuchar las preguntas de esa tal Yukka.

—¿Y tiene buen paquete?

—¿Por qué mierda preguntas eso? —dijo Kagome completamente sonrojada.

—¿Qué tiene? Además es tu novio, ¿no? —Eri se unió al interrogatorio, mientras reía a carcajadas al ver la cara de su amiga.

—Es que…—ocultó su mirar en su flequillo—. No sé a qué te refieres del "buen paquete".

—¡Ay, Kagome! Me sorprende tu ingenuidad. Me refiero a que…—Hizo una separación de sus manos a una distancia alargada—. Ya sabes…Si es poderoso.

—¡Pues no sé! Muy pocas veces he visto eso, joder…Me pervierten—Las risas se escucharon más fuertes.

—Es fácil distinguirlo, si ves muy abultada la situación entonces significa que tiene un gran paquete—comentó Eri quien sacaba una revista—. ¿Entonces Kagome? ¿Tamaño normal o gigante?

La chica titubeo, nerviosa. Si era sincera, había visto eso un par de ocasiones, como cuando se desmayó en el agua termal o cuando curaba sus heridas. Mordió su labio, totalmente sonrojada, ¡Oh, Dios! ¿Qué debería decir? Ese día cuando se desmayó el híbrido, notó que eso sobresalía del tamaño normal. Ahora que lo pensaba, Inuyasha era medio-humano, tenía más privilegios de ser un demonio.

—Pues, yo digo que sí—exclamó para luego dar otro sorbo de su soda. Las chicas rieron, sobre todo Yukka quien miraba de reojo le rostro de su amiga.

—Nah, lo dice porque es su novio ¿No? De seguro ese día tu novio se metió relleno para impresionarte o estas inventado ¿A qué sí?

—¡Te equivocas! No se metió relleno ni nada. Es más Yukka: yo sí vi a un hombre desnudo.―alzó su voz, frunciendo el ceño y señalando a su amiga―. Es por eso que lo sé—dijo desafiante, las chicas se miraron entre sí.

¿Quería subestimar la potencialidad de Inuyasha? ¡Ja! No podían, no señores. Puede que Inuyasha sea un tonto, pero era más que un humano en ese sentido. Claro que tenía un buen "paquete", puede que sus ropas lo disimularan por lo holgadas que eran, pero aun recordaba aquel día como si hubiera sido ayer.

—¿Lo viste?—Ayumi se acercó tanto para ver sus ojos, quiero examinar si mentía o no—. No, no miente, si lo vio.

—Bueno, bueno me disculpo—Yukka alzó su soda en forma de brindis—. Yo, Yukka, aceptó la derrota de ver a un hombre desnudo. Nunca debí dudar de ti, Kagome —Las chicas aplaudieron, ¡Qué divertido era eso!

Inuyasha se debatía entre irse o quedarse. Vale, su orgullo se había muerto en le momento de hablar de su "paquete", pero revivió y por más que quisiera negarlo—En lo más hondo de su corazón— Le gusto escuchar la defensa por parte de la sacerdotisa del futuro ¡Feh! Subestimarlo a él. ÉL que era un medio demonio, tenía mayor fuerza, mayor facultad para pelear y para hacer otras cosas…

Inuyasha era poderoso a su forma y complexión.

—¿Tu novio es buen besador?—Kagome se sorprendió, hizo una mueca rascándose la cabeza—. Dicen que los chicos violentos y celosos besan excelente ¿Tú que crees?

—Yo…No lo sé.

—Bueno, yo opino que los que son callados como Hôjôy son buenos en las camas—Un silencio sepulcral inundó el lugar. Eri dejo de mirar su soda para luego enfocarla en las tres chicas quienes se quedaron perplejas—. ¿Qué?

—¿De dónde sacaste eso?—Ayumi hojeó la revista buscando un indicio de lo que había leído su amiga—. ¿En qué página?

—No seas torpe—comentó la chica quien le arrebataba la revista—. Es obvio: las personas que no son buenas con las palabras son mejores con las acciones.

El sonrojo de Kagome no se hizo esperar ¿Era cierto lo que escuchaba? Inuyasha en su historial de idiotez siempre la cagaba en la hora de hablar, pero si uno no es bueno con las palabras pero con los actos…

No sabía que pensar.

—Quién sabe, que tal si los románticos y adorables también son buenos en las camas ―defendió Ayumi quien en su corazón latía cual quinceañera enamorada—. Por ejemplo, el otro pretendiente de Kagome… ¿Kôga, cierto? ¿Tú qué opinas?

—¿Opinar de qué?—murmuró la muchacha despacio, casi adivinando la pregunta.

—¿Quién crees que sea mejor en el sexo? ¿Tu novio o ese Kôga?

Wilson, tenemos un problema.

Ese fue el pensamiento de la chica, quien de la nada encrespó sus dedos en la lata ya ahora vacía.

—¿Y cómo voy a saber eso?

—Pues no sé, aunque siendo sincera yo me juntaría más con un chico pasional y que diga cosas lindas.

Inuyasha apretó la mandíbula y sus garras se clavaron en el árbol.

—Yo opino lo mismo. Los chicos lindos son mejores que los celosos, bueno esa es mi opinión—Ayumi alzó la mano pasando de hoja su dichosa página.

—Lo mismo—colaboró Eri asintiendo la cabeza.

Las tres miradas se posaron en Kagome, la pobre muchacha temblaba, ¿Qué se supone que debería decir?

—Pues yo…

Un estruendo en la ventana hizo que todas chillaran, inclusive la colegiala quien de la nada salió corriendo al otro lado de la habitación. Y ahí parado, con un ceño bastante fruncido estaba Inuyasha apretando fuertemente la ventana ahora rota.

—Pero si es…El novio de Kagome.

—¿Por qué esta vestido de Panaberto Pecopón?

La mirada que dirigió Inuyasha hacia las tres chicas fue para hacerlas temblar.

—Dejen de meterle estupideces a Kagome—Su voz mortífera hizo que todas huyeran despavoridas. Kagome tuvo un ligero estado de shock.

¿Escuchó todo? ¿Incluido lo del paquete?

Mientras el griterío se sofocaba, Inuyasha miró a Kagome para luego sonrojarse y hacer una mueca.

—Tus amigas son peores que Miroku—comentó, esperando quitar la tensión del momento. Bajó sus brazos un poco más decidido para luego cruzarlos y ladeando la cabeza—. Y por si lo dudas, si tengo un gran paquete—dicho esto salió saltando por la ventana hasta perderse en la oscuridad. Sin embargo, volvió, solo para mirarla y sonreírle con esa cara de fanfarrón—. Y lo de los chicos lindos...Preferiría que lo comprobaras conmigo y no con ese estúpido de Kôga.

Mierda.

Sí había escuchado todo ¿Lo peor? Aparte de que sus amigas se pusieran histéricas, era que Inuyasha le había sacado de dudas. Tal vez no debería ir a la época antigua durante un gran tiempo.

Tal vez nunca.


Bruxi! Por ti he hecho esto, me pase toda una tarde histérica y por fin logré hacer esto, con más de quince días de retraso pero sabes que todo valdrá la espera (al menos eso pienso) eres una persona estupenda mujer, ojala sigas adelante sin importar lo que suceda, dios te bendiga al igual que tu pequeñín n.n

Te quiero y ojala lo disfrutes.

Corrección: 29/01/2016