Ciego como un topo

Su nombre era Christophe, un chico aparentemente normal, sus ojos verde pasto eran profundos y fríos, su cabello castaño oscuro se movía con el viento helado de aquellas montañas, su cuerpo era fuerte y resistente, siempre fumando, sin importarle su corta edad. Con solo 16 años ya ha de tener los pulmones de un camionero.

A la vista de las personas adultas era una mala influencia, se rumoraban cosas muy extrañas de ese muchacho, como que era un mercenario, que había matado a muchas personas enemigas de la mafia, que vivía e un agujero en la tierra, que era homosexual; casi todas ellas eran ciertas, era un chico misterioso, sin amigos ni familia, solo unos pocos hablaban con el, no estaba conectado con la sociedad, solo en con una pala como amiga, un cigarrillo en la boca y la mirada fija, deambulaba por el pueblo.

En un extraño día, una nueva familia se mudo al pueblo de south park, colorado, al parecer una familia de alta sociedad, puesto que la casa que ocuparían era una de las mas lujosas, ni siquiera los Black podrían darse el lujo de pagar esa casa; del camión bajaban cajas y cajas, parecía que era una familia muy grande para tantas pertenencias, grande era la sorpresa de los vecinos al enterarse que la familia solo eran tres personas, la madre, su segundo marido y su hijo.

Cuando llego el momento todos quedaron sin aliento, la familia pequeña era muy pulcra, la madre era muy hermosa, su cabello rubio y ojos miel, su piel blanca como la misma nieve, cuerpo realmente perfecto para su edad; el padre no se veía tan joven pero irradiaba un aire de superioridad, por otro lado, el hijo tenia la apariencia de ser el típico niño creído, inteligente, guapo, rico, con la vida resuelta.

En cuestión de días el niño tendría que asistir a la escuela del pueblo, las chicas al verlo soltaban suspiros, mientras que los chicos sufrían una baja en su autoestima, como era nuevo lo han mandado a la parte trasera del salón, donde se sentaba el joven Christophe, quien ni siquiera volteo la cabeza para verlo, siempre tenia la vista al frente, sumado al hecho de que no tenia interés en conocer a ese nuevo compañero.

Gregory comenzando a socializar comenzó a hablarle, pero el chico castaño solo respondía con palabras monosílaba. Entonces Gregory comenzó a hacer preguntas un poco más complejas para un mayor uso del léxico en ese chico.

-entonces… ¿Cómo te llamas?

-Christophe

-bueno, serias tan gentil por favor de mostrarme la escuela

-no

-¿Qué? Pero soy tu nuevo compañero ¿Acaso no quieres ayudarme? ¿No quieres ser mi amigo?

-exacto, niño rico, conozco a los te tu clase, será muy fácil encajar para ti, ve con todas esas niñas estúpidas que suspiran por ti

-¿De que hablas?

-eres sordo si no las escuchaste, yo no seré tu amigo

-yo quiero ser el tuyo… ¿Podrías intentarlo?

-no, escúchate, no quiero que un pedante y presumido se me acerque, todos ustedes malditos ricachones son iguales, creen que son la mejor raza, creen tener el mundo es su poder y que todo el mundo los debería amar, cuando en realidad todo el mundo los odia

-no me conoces, ni siquiera me has volteado a ver

-no necesito verte

El profesor al ver que los dos chicos hablaban y escucho como el chico rubio suplicaba por atención del chico castaño, negó con la cabeza y de inmediato les llamo la atención.

-joven Gregory, es su primer día y comprendo que tenga que hacer amigos, así que lo ayudare, joven DeLorne, usted será el encargado de mostrarle la escuela a su nuevo compañero

-pero… usted sabe que yo no puedo

-tonterías, usted a demostrado mas de una vez ser muy capas

-como sea, al carajo

El resto del día paso igual, en cada clase Gregory intentaba hablar con el chico, pero este simplemente no mostraba interés, para alguien como Gregory, que siempre tenia amigas y admiradores en su natal Inglaterra, que repentinamente este chico lo rechazara sin siquiera conocerlo, eso le hacia insistir en su deseo de agradar a ese chico. Así que cuando llego el momento, tendría muchas preguntas que hacerle a ese castaño gruñón.

-bien… Chris… ¿Dónde esta la biblioteca?

-ni jodida idea….

-¿Qué? Pero tú asistes a esta escuela

-el hecho de que venga a esta escuela no significa que sepa donde esta la jodida biblioteca, nunca he tenido la necesidad de ir

-bueno… de acuerdo ¿Dónde esta el comedor?

-he escuchado que esta junto a los salones de primer grado

-como ¿nunca has ido?

-no, tampoco he tenido la necesidad de ir

-bien, eres un poco raro, entonces dime donde has ido

El chico paro de caminar y parecía que pensara un poco, pero su mirada seguía penetrante y fría, de su bolsillo saco un cigarrillo, lo encendió y comenzó a fumar, ante la mirada desaprobatoria de Gregory, aun así Chris parecía no importarle un carajo lo que pensara ese rubio de él.

-el jardín

-¿tienen jardín?

-sígueme

Con entusiasmo siguió al chico moreno, mientras el caminaba directamente, por el patrio, en un rincón apartado, donde había arboles, se veían flores, u se creaba un pequeño arroyuelo con la nieve derretida, no era la gran cosa, pero era bonito y relajante.

-es muy bonito, Chris…

-eso me han dicho

Se sentaron el la fría nieve y entonces comenzaron a platicar un poco mas confiados el uno del otro, entonces Gregory hablaba y hablaba de como su madre y su padres se divorciaron y ella se caso de nuevo, para que su hijo viviera un poco mas relajadamente se mudaron a un pueblito alejado y tranquilo. Christophe seguía sin mirarlo, solo asentía de vez en cuando para que supiera que lo estaba escuchando.

-y tu… ¿Cómo llegaste a south park? Porque es obvio que no eres americano

Christophe seguía sin dirigirle la mirada, pero era evidente que esa pregunta lo tomo por sorpresa, nadie se molesto jamás en preguntarle como diablos llego ahí y para su mente era difícil recordar ese tipo de cosas, dio una calada a su cigarrillo y dejo escavar el humo, meditando la respuesta.

-pues… mi madre me mando a una escuela especial, para gente como yo… me enseñaron bastante bien, pero… le gente era muy hostigadora, siempre pensando que yo necesitaba permanentemente ayuda, que era débil, yo… escape… pensé que seria fácil vivir así… pero me equivoque… trate de sobre llevarlo y usar mis sentidos para salir adelante, al parecer… funciono y aprendí a vivir así, me han reclutado como trabajador anónimo, nadie sospecharía de mi, a cambio me cuidaban, me daban casa y alimento, no necesitaba dinero…

-y… ¿en que trabajas?

-eso es un secreto

-eres algo misterioso… y… ¿tienes amigos?

-no… al parecer nadie quiere juntarse con un chico como yo, piensan que soy extraño

-pues yo seré tu amigo ¿te parece?

Tomo la mano enguantada en cuero del Chris, este ante ese gesto se sonrojo y movió su cabeza para que no lo viera, era la primera vez en mucho tiempo desde que alguien mas muestra interés en el, los demás chicos de esa escuela lo tratan como si fuera un imbécil, o que necesitaba ayuda, pero Gregory no lo trataba así, o es que acaso no se ha dado cuenta.

-miren pero si es Topo y esta acompañado

Gregory miro al chico que los llamo, mientras que como siempre, Christophe no se molesto, la voz era inconfundible.

-Kenny…

-ah? ¿Quién?

-un placer, nuevo. Soy Kenny

-mucho gusto, mi nombre es Gregory

-si, carne francesa nueva

-no, yo no soy de Francia soy de…

-no importa… dime ¿Qué te ha contado nuestro amigo Topo, de la escuela?

-¿Topo?

-claro… no te has dado cuenta, es ciego, ciego como un topo

-¿¡ciego!?

Gregory regreso la mirada al chico castaño, seguía con la mirada al frente, ahora entendía todo, Christophe no puede leer, no puede manejar dinero, pero, siempre lo vio como una de las personas mas seguras, sabia caminar sin bastón, sabia donde estaba cada cosa, caminaba mejor que el por la nieve, le mostro ese bello lugar que no podía disfrutar, y jamás le dirigió una mirada, de todos modos no vería nada.

-Kenny, acaso no tienes algún culo que coger

-pues no, por eso estoy aquí, ¿me regalas un cigarrillo?

-claro que no, lárgate

-bueno, me voy, adiós Greg

Kenny se fue por la paz, sabia que aunque fuera ciego, Topo era capaz de matarlo, Gregory seguía con la vista en el chico ciego. Pasaron un silencio incomodo durante unos diez minutos, Chris no aguanto el silencio y le hablo al rubio, todos reaccionaban igual, de seguro ahora pensaba que necesitaba ayuda para ver.

-te vas a quedar callado toda la tarde

-es que de verdad me sorprende, tu eres tan prepotente, tan seguro… no puedo creer que no seas vidente

-los ciegos no somos unos completos inútiles, crees que por serlo tengo que llevar un maldito bastón y necesito la caridad de la gente

-perdón, pero es nuevo para mi

-si, debe ser complicado entender que yo no puedo ver las cosas como tu las ves, que yo no puedo diferenciar objetos, que no distingo colores, que para mi todo es oscuro, creen que soy débil, pero no tienen idea, a pesar de nacer ciego jamás tuve problemas para ver, veo con la tierra, puedo ver y escuchar mejor que cualquier vidente, porque noto las cosas que ellos pasan por alto. Puedo escuchar el viento, puedo sentir a los insectos caminando.

Con ese comentario Gregory busco con la mirada a dichos animalillos, pero no vio nada, eso le sorprendió, como es que sentía a un animalito caminar junto a él, debe ser un talento especial, ahora que sabia esto de el muchacho, su curiosidad creció, era especial, ese chico se convertiría en uno de sus mejores amigos, quería aprender tanto de él. Tomo las manos enguantadas en cuero del chico moreno, colocándose frente a él, los ojos y la mirada del francés no se movieron, no le servía de nada.

-eres una persona misteriosa, eso me agrada, serás mi mejor amigo y yo seré el tuyo, ven conmigo, ven a mi casa

-con que jodida autoridad dices eso… yo no necesito amigos, no necesito tu caridad

-no me importa, tu serás mi amigo…

Cuando el chico francés se puso de pie, noto la diferencia de altura, el chico castaño era bastante mas bajito que el, quizá unos ocho centímetros, eso le recordó un detallito, no sabia que edad tenia, al parecer omitió muchos detalles, bueno tendría bastante tiempo para descubrir los secretos de ese nuevo amigo.

Mientras caminaban Christophe caminaba perfectamente, no se tropezaba con nada, incluso cruzaba calles con mas eficacia que las demás personas, procuraba que los chiquillos que jugaban en las calles no se tropezaran con el, y todo eso mientras Gregory parloteaba sobres su casa.

-llegamos…

Era una enorme casa, muy lujosa y con bellos arboles en la entrada, claro que el único que podía darse cuenta de la hermosura era solo Gregory, porque Topo solo sabia donde estaban las cosas. Los chicos pasaron el pórtico y se encontraban en un pequeño pasillo.

-vamos…

Gregory siguió caminando, mientras el chico ciego se quedaba parado, el rubio lo miro curioso, lo llamo pero el siguió parado.

-Chris… ¿Qué te pasa?

-esto no es lo mismo, es un lugar nuevo… necesito…

Ahora si parecía un ciego, comenzó a palpar en el aire, tratando de encontrar alguna fuente de apoyo, choco contra el perchero para los abrigos, Gregory en ese momento reacciono y fue a ayudarlo. Tomando sus manos y dirigiéndolas a la pared.

-lo siento, es que, en este tiempo me acostumbre a que tu supieras caminar y saber donde esta todo por tu cuenta.

-puede que así sea porque he estado años en ese medio y se donde esta cada cosa, mis sentidos me ayudan a evitar accidentes… pero esta es una casa y el piso es de madrea hueca, el sonido no es lo mismo, el eco en las paredes me confunde, por eso necesito un poco de ayuda para no chocar

-pues, mira yo te daré un recorrido, te mostrare donde esta todo para que te des una idea, luego te presentare a mis padres

Tomo con calidez las manos frías del muchacho y las coloco en la pared, en los muebles, en cada habitación, subieron con cuidado las escaleras, mostrándole el barandal para que se apoyara, con el apoyo del chico rubio que tomaba sus manos se formaba un abrazo, llevo al chico a cada una de las habitaciones, cuando llegaron a la suya lo sentó en la cama para poder descansar un rato y que su amigo le diera forma a la casa.

-tu cama es muy suave…

Murmuro el castaño, con sus manos apretaba las mantas y colchones, resultaba muy suave el tacto, así que sin permiso de nadie se recostó en la cómoda cama, hace tiempo que no se dormía en una cama, su cuerpo estaba cansado de tanto memorizar y escudriñar en esa casa para darse una forma de esa casa, se quedo dormido para sorpresa del chico rubio. Gregory observo ese cuerpo en su cama, era bastante mas tranquilo cuando dormía, un tanto mas angelical y menos arrogante.

-cuando duerme es bastante mas lindo…

Acaricio los cabellos castaños y dejo que durmiera un poco, le agradaba mucho su amigo, bajo para visarles a sus padres de la sorpresa, aunque considerando la actitud de su nuevo amigo y su condición, creía que sus padres harían lo mismo con cada nuevo amigo que hacia, tal vez por eso no lo dejaban tener amigos de verdad, solo de conveniencia, con Chris seria diferente, porque el de verdad quería aprender de él, saber como es que vive alguien no vidente, como es que llego a ser lo que es.

Paso el tiempo y al parecer Topo es una persona muy desgastada, porque ya han pasado 3 horas y el seguía dormido. Entonces una visita muy curiosa llego a darle la bienvenida a la casa, una criaturita peluda que llego al cuarto de su amo y al ver un cuerpo nuevo dormido en la cama se subió a la cama con el y comenzó a darle lengüetadas en la cara. Christophe comenzó a despertar, movió sus brazos para tocar esa cosa que estaba encima de él, sintió un cuerpecito peludo, una lengua rasposa, una nariz húmeda y una colita que se movía con alegría. Su mente lo relaciono con un animal casero, que curiosamente era uno de los que mas odiaba.

-¡Un jodido perro! ¡Ah!

Fue lo que se escucho y resonó por toda la casa, seguido de un sonido seco, como de un cuerpo que cayó repentinamente, Gregory rio por lo bajo y supo que su invitado conoció a la mascota de la casa. Subió las escaleras para tratar de ayudarlo, cuando llego la escena le dio una enorme gracia, el perrito estaba sobre el chico castaño y este no se lo podía quitar de encima.

-veo que conociste a Max

-deja de joder y quítame al perro de encima

-ben Max

Ante la llamada de su amo el perrito dejo al chico en el suelo y fue a los brazos de su amo, Christophe permaneció en el suelo, con la cara llena de baba de perro, suspiro un poco cascarrabias, poniéndose de pie otra vez mientras se tocaba la cara babeada. Gregory rio sonoramente y guio al chico al baño, Gregory comenzó a lavar la cara del chico con una toalla.

-le agradaste mucho

-a mi no me agradan los perros, sobre todo los putos perros guardianes, mierda

-bueno, ya estas limpio, podemos ir a la merienda…

-¿merienda?

-así conocerás a mi madre…

Prácticamente jalo al muchacho, bajando las escaleras con el ciego a cuestas y con cuidado de no tropezar, no veía las escaleras y Gregory era muy rápido para jalarlo al vestíbulo, cuando finalmente estuvieron abajo, el rubio lo siguió jalando y el pobre ciego solo se preocupaba por pisar firme y no caer, por fin se detuvieron, sus agudos sentidos escucharon la respiración de los adultos frente a ellos.

-mamá, papá, les presento a mi amigo Christophe

El chico no sabia que hacer, era la primera vez que le presentaban a los padres de otro chico de su edad, y la verdad no sabia como reaccionar, ni siquiera podía verlos para darse una idea de que tipo de personas eran, así que se quedo estático, no dijo nada y mantuvo la mirada fija. Los adultos al ver que el niño no decía nada le dedicaron una fría mirada, aunque el chico no la pudiera ver sentía la tención.

-buenas tardes…

Dijo la madre, mientras que el padrastro seguía firme e indiferente, Gregory bajo un poco el mentón, como siempre, no lo aceptaron, pero en fin… ellos nunca aceptaban nada. Christophe noto ese cambio de tención a depresión y reproche, no podía dejar que su… nuevo conocido se sintiera así por su culpa, hablo por primera vez.

-es un gusto conocerlos, gracias por recibirme en su casa, es muy hermosa

Extendió la mano para estrecharla con el hombre y la mujer, pero… no recibió respuesta dejando su mano al aire, los adultos ya habían decidido y una vez tomada esa decisión no cambiarían de parecer ni aunque les rogaran. Christophe tomo eso como un insulto, así que… de inmediato su mirada se transformo en una insolente. Escucho como los tacones de la mujer se alejaban y los finos zapatos del hombre se iban con ella. Apretó los puños con fuerza, eso, eso hacían todos, lo creían un inútil y estorbo.

-lo siento mucho, ellos son así con todos

-¿Cuál es su maldito problema? Ni siquiera me dieron tiempo de hablar cuando me rechazan

-ellos son así… pero no cambiaran de opinión, no importa, ellos se lo pierden, vamos, quiero que me muestres

El chico moreno noto de inmediato la diferencia en la actitud de su nuevo amigo, tomaba su mano con fuerza y sus pasos ya no eran ansiosos sino mas bien fuertes, firmes y frustrados, la puerta del cuarto se cerro con fuerza, era increíble como sabia ese tipo de cosas solo con escuchar y sentir, eso le recordaba que no podía hacerse una idea de como lucia.

-no te molestes, estoy mas que acostumbrado a que me discriminen, pero admito que nunca lo habían hecho tan fríamente

-olvídalo, son unos idiotas, por eso nunca tuve un verdadero amigo, pero bueno, ahora quiero que me enseñes como haces para ver sin la necesidad de tus ojos

-pues… es algo complicado de enseñar… pero, quiero intentar algo, ¿puedo ver tu cara?

-¿Qué?

-te recuerdo que mi forma de ver es tocar, así que…

-¿tocarme?

-solo cierra los ojos

Christophe estiro sus manos para tocar el rostro del rubio, sentir su piel fina, su barbilla, sus pómulos y mejillas, toco todo ese rostro fino y se dio una idea de como lucia, según las maestras de su curso ese era el perfil de un chico muy bien parecido, se sonroja ante la imagen mental en blanco y negro, dejo el rostro del chico e hiso una mueca de disgusto.

-bien… ya sabes como soy ¿Cómo?

-en mi escuela me enseñaron a leer rostros, como son las características de una persona, como es un rostro, al sentirlo puedo darme una idea, pero… esta en blanco y negro

-me imagino, pero a cambio vez muchas otras cosas, dime ¿sabes leer?

-pues leer en tu alfabeto no, pero en el de ciegos, se leer un poco, aunque nunca tuve la necesidad de leer, los libros en ese lenguaje son escasos, muy raros, por lo que me leían, yo quise que alguien me leyera una novela que siempre me llamo la atención, pero era demasiado gruesa y no había una para mi

-entiendo… ¿Cuál era esa novela?

-pues… era… un romance…

De verdad le sorprendió esa respuesta, un romántico no podía lucir como ese chico fuerte y frio, aunque después de saber que era ciego ya nada le sorprendería de ese muchacho.

-de acuerdo… tu enséñame a ver como tu y yo te leeré esa novela

-no será fácil, necesitaras desarrollar tus sentidos del oído y del tacto, escucha, se el lenguaje en Braille pero también se el de señas… tendrás que dejar que ahora yo sea el vidente ¿de acuerdo?

-claro… pero por ahora, me gustaría que nos conociéramos mejor… dime ¿Qué edad tienes?

- dieciséis

-yo tengo diecisiete

Comenzaron a hablar mas sobre la vida del otro, conociéndose un poco mas y llegar a tener puntos en común y claro demasiados puntos en contra, eran diferentes pero eso no era un impedimento para llegar a ser muy buenos amigos, Gregory era una persona muy propia y educada, Topo un ciego no tan frágil como muchos pensarían y con un carácter muy cambiante, sobre todo con algunos comentarios del muchacho rubio.

Con el pasar de los meses y con la confianza de ambos un poco mas abierta, los muchachos en efecto se volvieron los mejores amigos. Gregory aprendió como leer braille y el lenguaje de señas, pero era en realidad mucho más complejo de lo que pensó, y mas si sus sentidos no estaban tan desarrollados como los de su amigo, pero al final logro dominarlo e incluso aprendió una que otra grosería, si, groserías para ciegos y mudos, que mundo, aunque era algo inútil que un ciego hablara con las señas porque al fin y al cabo no tendría ni idea de lo que la otra persona dijera. Todas las tardes se encerraban en la habitación del rubio, hablando por horas, no importando nada, incluso llego una vez, que se terminaron durmiendo en la misma cama, podrán imaginarse la cara del chico francés al despertar en la mañana.

Gregory se sentía feliz de estar con su nuevo amigo, lo encontraba muy lindo, ese chico a pesar de ser ciego y un poco enojón tenia el rostro mas lindo sonrojado, lo supo esa mañana que abrió los ojos y descubrió lo cómodo que Chris estaba abrazado a él, su mirada apenada y su cara roja al despertar era sublime, de verdad ahora tenia un mejor concepto de aquel chico frio que en principios no quería ni hablarle. A veces cuando se encerraban en su habitación, tomaba la novela mas romántica que alguna vez pensó leer y con su mejor pronunciación le relataba la triste historia de Julieta y su Romeo, si, esa era la novela que tanto quería escuchar, un amor imposible a al final resulto que si fue… y por amor… terminaron muriendo, no le importaba mucho eso, porque como si fuera un niño pequeño Chris se sentaba en el suelo alfombrado escuchando con atención.

Topo se sorprendió mucho de si mismo cuando se dio cuenta, dejo entrar a otra persona a su vida, sin temor le conto todo lo que sentía, todo lo que pensaba e incluso le enseño lo que sabia, a cambio él podía quedarse a dormir en su cama cómoda, comer con Gregory aunque sus padres no estaban muy de acuerdo, pero en realidad dejo de importarle, porque ahora podía escuchar la suave y elegante voz de su amigo, leyendo esa historia que tanto ansiaba conocer. A él le intereso esa novela, porque le pareció en cierto sentido muy conmovedora, como el amor lucha contra todo sin importar que. El nunca recibió mucho afecto, mas bien lo único o mas parecido a afecto fue lastima, porque, las personas al ver su incapacidad trataban de ayudarlo en todo, a pesar de el no necesitarlo, él quería un amor así, puesto que nadie ha amado a un ciego, ¿Quién podría alguna vez amarlo? El no creía que fuera muy atractivo a la vista, alguna vez en el centro le dijeron que era de piel clara, tenia el cabello castaño y ojos verdes como el pasto, aunque no tenia ni idea de como eran esos colores, ni siquiera sabia en verdad si lo que veía era oscuridad o luz. Así que su corazón rogaba por un poco de amor verdadero como en esas cursis novelas, aunque fuera un sueño de colegiala, ahora con un amigo… la soledad que diariamente le acompañaba se había ido, por lo menos sabia que tenia un amor diferente, nunca pensaría que Gregory se fijara en el de esa forma que el tanto quería, pero su amistad era mas que suficiente.

-"Nunca hubo una historia mas triste que la de Julieta y su romeo"

Gregory acerró el libro y miro a su compañero en la cama, Christophe sonrió melancólicamente, era de verdad un final muy triste, la melancolía le invadió el corazón y un par de lágrimas se acumularon en sus ojos pero se negó a que salieran, desvió la cabeza un punto indefinido literalmente de la habitación.

-vamos Chris, es solo una historia

-una muy triste historia…

-no es triste, es admirable ese amor verdadero

-pero, es envidiable, añoro algo parecido a eso

-¿nunca has tenido novia, Chris?

-no, yo… ni siquiera he dado un beso, las chicas no me ven sino como un pobre ciego, además no puedo verlas, pero he escuchado que un beso es la mínima señal para saber que mínimo alguien en el mundo puede llegar a amarte y… pues

-comprendo

Gregory seguía viendo al niño, todos lo veían de esa manera, seria porque jamás se tomaron la molestia de conocerlo, ahora que podía verlo como un chico normal, un chico muy tierno, necesitaba atención algo diferente a las que le daban, además de la dulce mirada, esa cara aniñada, y esos rasgos tiernos le causaban un vuelco al corazón. Tendría que demostrarle que se equivocaba, que era sumamente atractivo y que cualquiera podría enamorarse de el con solo conocerlo mas a fondo de su frio exterior.

Tomo las manos frías del muchacho y acerco su rostro al del mas joven, Christophe sintió la tibia respiración en su rostro y levanto la cabeza, al momento de sentir una suave presión sobre sus labios, se sonrojo al instante, lo estaba besando, su corazón latía sin control mientras mas sangre se acumulaba en su cara, Gregory movía sus labios con cuidado y ritmo lento, guiando al topo que correspondía torpemente exponiendo su inexperiencia en este tipo de cosas, la sensación de calidez se acabó.

-ahora ya te han besado

Se sintió deseoso de otro beso, pero su mente reacciono por lógica… era solo otra prueba de lastima, el podre y no amado niño ciego debe de saber que se siente besar, hay que hacerle el maldito favor. Su corazón se rompió ante ese pensamiento y se alejó lo mas posible del otro, no quería que esa persona le tuviera lastima, a un mercenario no se le tiene que tener lastima, solo temor.

-¿Por qué mierda hiciste eso? ¿Qué diablos te crees? ¿Crees que no tengo oportunidad?

-claro que la tienes, solo quería alentarte, tal vez no lo puedas ver, pero eres muy atractivo y si un fueras tan indiferente con el mundo las chicas se interesarían

-no tengo porque hacerlo, porque comportarme como si de verdad el mundo me quisiera, nací ciego y no he escuchado nada de mi familia en años, puedo vivir solo, lo he hecho durante años, no tendría por qué ser diferente

-pero tal vez el amor entra con un poco mas de calidez y que dieras una oportunidad

-porque todos creen que una persona no puede ser feliz por si misma, porque de inmediato los tachan de amargados y fríos, preocuparme y hacerme feliz a mi mismo siempre fue una de mis prioridades

-y dime ¿acaso eres feliz?

-claro que lo soy…

-si me acabas de decir que te duele estar solo…

-yo…

-no me quieras contradecir, cambias de actitud y comienzas a gritar para que no se fijen en lo que sientes ¿Por qué? ¿Qué ocultas? ¿A que le tienes miedo?

-¡A nada! Yo no le temo a nada, solo no quiero que se me acerquen

-mientes

-no hay razón, solo quiero que sea así

-dime la verdad ¿soy tu amigo, no?

-un amigo no me daría falsas esperanzas…

-crees que…

-sé que soy ciego y que lo único que la gente siente por mi es lastima, pensé que esta vez podría ser diferente, pensé que mi anheló de… no tengo porque decirte esto, me largo

-espera, tu no te iras sin explicarte, eres demasiado infantil con este tipo de cosas

-ahora yo soy el infantil, he aplastado moscas mas grandes que tu

-no has contestado mi pregunta

-no tengo porque

-actúas como un bebe, si no me las dices te obligare a decírmelas y eso dudo mucho que lo quieras

-mira que susto me metes, no me amenaces solo por ser mayor

-esa fue tu respuesta final

En un movimiento fugaz Gregory se desato la corbata y la uso para aprisionar las muñecas del chico, aventándolo con mucha fuerza a la cama, poniendo sus pierdas a cada lado de los muslos franceses, en un fuerte agarre que dejo impresionado al moreno, esa agilidad era muy rara.

-es tu ultima oportunidad, dime porque crees que te di falsas esperanzas, ¿Qué es lo que te asusta de los demás?

-yo no siento miedo

-no quería hacer esto pero ya que insistes

Comenzó a apretar mas el agarre sobre sus extremidades, era incomodo pero soportaba eso y mas, sabia que de verdad no lo lastimaría y aunque lo hiciera soportaba muy bien los golpes, no grito, ni siquiera se resistió, la mueca en su rostro seguía implacable, junto con su mirada fija y penetrante.

Sintió unos dientes clavarse en su piel, eso era nuevo, libero una descarga por todo su cuerpo, gimió involuntariamente, esas manos acariciaban su pecho con fuerza, sabia lo que intentaba y en lo que acabaría si esto continuara, no negaría que quería que lo hiciera, pero no de esa forma, no en eso, no con esa actitud.

-¡no quiero que me lastimen!

-¿que?

-exacto, no soporto que me hagan daño, que me sienta decepcionado, que jueguen conmigo, que me enamore de alguien para que me deje en pocos meses, no quiero, no lo soporto, decidí que me ahorraría ese sufrimiento, alejar a las personas, abandonar a la compañía, es mejor estar solo que mal acompañado, así no espero nada y no me decepciono, no espero regalo de cumpleaños y no me decepciono, no espero compañía en las fiestas de navidad, solo es mejor

-si estas tan solo y te agrada ¿Por qué te molesta que te haya besado?

-no puedo decírtelo

-¿Acaso te enamoraste te mi?

-yo… yo no… no me enamore de ti… eres mi mejor amigo

Mintió descaradamente, no admitiría que se enamoro, no quería ser lastimado, no quería que después de un tiempo lo dejaran por alguien más o simplemente porque el amor se acabó, él no quería eso, sonara tan cursi pero deseaba un amor duradero, un amor verdadero como en esos cuentos y novelas, pero sabia que eso era imposible, por eso mas vale no arriesgarse.

-ya veo… menos mal

-ahora que ya sabes esto, ¡muévete!

Con una patada se quito al niño rubio de encima, liberándose de esa corbata en sus muñecas, definitivamente ya entendía todo, mas que un beneficio es una debilidad, el amor duele al final, sabia que con ese "menos mal" quería decir que el no sentía lo mismo, que solo era su amigo el ciego, ¿Cómo pudo ser tan estúpido? Creer que alguien lo amaría, maldito sentimentalismo, nunca debió dejar esa mascara de indiferencia.

-es una lastima, muchos estarían dispuestos a estar contigo

-dime solo una persona que quiera estar conmigo… como si yo fuera tan atractivo y amigable, soy un fenómeno ciego…

Los labios de su amigo regresaron a reclamar los suyos de nuevo, en un beso delicado, igual al anterior, empujo a Chris contra la pared, para acorralarlo y disfrutar del beso y de sus labios, de verdad era un niño muy terco, llevaban ya meses de conocerse y aun no se daba cuenta que para Gregory él era mas que eso, mas que un simple ciego, mas que un amigo.

-te amo Christophe

-Gregory…

-supongo que ese es un "yo también te amo Gregory"

-cállate bastardo

Iniciaron otro beso mas atrevido y no se separaron por un largo tiempo, eran una pareja dispareja, si antes pasaban la mayoría del tiempo juntos ahora prácticamente vivían juntos, los padres del chico rubio odiaban eso, no soportaban que su perfecto hijo estuviera con esa ahora denominada "lacra social". Siempre, cuando tenían la oportunidad hablaban mal de ese muchacho castaño, y si, estando Christophe enfrente de ellos, cuando hablaban mierda ya nadie los aguantaba, Gregory negaba con la cabeza y se disculpaba con su ahora novio, mientras que Christophe se contenía a gritar verdades a diestra y siniestra y cuando no se contenía comenzaba a hacer señas para que Gregory las viera, los padres creían que el ciego estaba loco, si acaso supieran que en realidad les estaba dedicando todo un discurso de palabrotas y afrentas en lenguaje para mudos.

Cuando esas disputas llegaron al límite, la escena no fue muy buena, de hecho fue una de las peores afrentas que alguna vez se hubiera visto, los padres ofendieron en lo mas duro, en lo mas bajo, donde su frágil corazón ciego no puede sanar.

"Su familia lo envió para deshacerse de él, es una mala influencia, de seguro tiene pulgas o alguna enfermedad, Gregory, no se como te juntas con tremenda prole, lo bueno es que te conseguí una linda chica, ella de seguro remplazará esa influencia"

Al escuchar eso el corazón se le detuvo, no, se negaba a abandonar su propiedad, porque eso era lo que sucedió, Gregory ahora era suyo, si alno no dejaría es que solo por una estúpida perra, con todo respeto, lo alejara de aquel que lo hacia feliz. Y además sabia muy bien que por mas guapa y sexi que fuera la chica lo escogería a el ¿cierto?

Bueno, pues tal como lo dijo, cumplió su amenaza, Gregory contuvo el aliento al ver a la chica, no es que fuera tan guapa pero diablos que tenia un parecido inmenso con su novio ciego, su cabello era un tanto mas largo pero aun así estaba perfectamente desordenado, no tenia mucho busto pero su cuerpo era delicado y sus ojos eran verde pasto brillantes y fijos… de verdad que le asustaba en cierto modo, podrían ser hermanos.

Lo extraño era cuando estaban solos los tres, ahora sabia que en su actitud también eran iguales, eran tercos y su actitud tiende a ser misteriosa y un tanto cascarrabias. La madre del chico rubio noto al momento de ver como su hijo abría la boca, se quedo prendado de ella, pronto el ciego seria descartado y olvidado.

Hoy era un nuevo día después de un mes con la "intrusa" denominada mentalmente por el ciego, porque eso era, se metió en territorio francés. Los chicos se encerraron en su habitación, el silencio incomodo entre ambos era tan tenso que hacia un aura horrible en la sala, mientras que el chico ciego apretaba con fuerza la mano de su novio, este le veía con algo de preocupación.

-estas celoso ¿no es verdad?

-por supuesto que lo estoy, idiota, no me agrada…. Que ella este con nosotros

Recalco esa palabra con veneno en la boca, Gregory miro a otro lugar, en verdad no podía negar que le gustaba esa chica… sin en cambio amaba muy profundamente a su novio, porque estaba seguro que Chris no lo buscaba por su físico, ni por su riqueza ni mucho menos sus bienes materiales, a fin de cuentas él no podía verlos.

-a ti te gusta ¿cierto?

-si… me agrada mucho porque se parece enormemente a ti… solo que es una chica

-ve con ella si tanto quieres… ella puede darte mas que yo… puede limpiar, puede estudiar y cocinar, puede ver este mundo como tu lo haces… tu madre estaría muy feliz de verte con una señorita como ella

-no te negare que me gusta, creo que tu serias como ella, si pudieras ver, es muy hermosa y tan misteriosa como tu

Con cada palabra topo bajaba la cabeza, la voz de Gregory tenia un tono de ilusión, suspirando con esa voz de enamorado… esa voz tan diferente a la que alguna vez uso con el, sabia que esto pasaría, que idiota fuer al creer que seria diferente, soltó la mano del chico, no quería hacerse mas daño. Su cabeza gacha y sus ojos brillosos no pasaron desapercibidos por Gregory… se sintió muy culpable de haber dicho eso, maldecirse por no contenerse y fijarse en esa linda muchacha, pero por mas que le gustara esa chica su corazón le pertenecía a otra persona.

-no dejare que te alejes de mi lado, ella podrá ser hermosa, no puedes verte, eres diez veces mas lindo, ella puede ver pero seguro que tu no vez con los ojos, si no con algo mas útil, te enamoraste de mi con el corazón y yo te amo, no me importa que seas ciego

-no me mantengas a tu lado si te has enamorado de otra persona… eso no es saludable para ninguno, te libero de tu compromiso… suéltame de una vez

-sabes que no lo are, te amo, porque te empeñas en negarlo, te digo que me es atractiva pero no te cambiaria por nada, tu eres mas especial, tu me haces feliz

-Gregory por favor no…

-¿Quieres que te muestre que te amo?

Tiro del cuerpo francés y lo tumbo en la cama, aprisionando sus manos y piernas como la ultima vez, comenzando a besarlo con pasión y frenesí, tocando el cuerpo que se resistía debajo suyo, Topo gritaba y pataleaba pero no lo dejaría, siguió atacado los labios hasta que bajo sus besos a la mandíbula del niño, el castaño no pataleaba mas pero aun así gimoteaba incoherencias.

-G-Gregory… ¡ah! Por favor no…. No así

-¿no quieres hacerlo conmigo?

-claro que quiero… pero… no quiero de esta manera, no quiero que lo hagas para que yo siga a tu lado, no me obligues a estar aquí; no quiero que me dejes pero tu ya no me amas de la misma manera, por favor.

-¿Por qué dices eso? Lo nuestro no ha cambiado, confía en mi, no mal interpretes… gustar es algo y amar es algo mucho mas allá

-pero

-no, nada de peros, no te obligare a hacerlo pero si no puedo quiero que confíes en que no te dejare y estoy dispuesto a demostrártelo en cuerpo y alma

-yo… quiero, de verdad que si, desde hace ya mucho

-entonces lo hare, te aseguro que no te arrepentirás

Esa noche…. Solos en esa habitación se entregaron el uno al otro, sin temor a nada más, sin ninguna intrusa, sin quejas de padres, sin celos, sin dudas. Christophe estaba molesto de ser ciego, de no poder ver como lo tomaban, el rostro de su novio cundo llegaran al orgasmo, deseaba tanto eso, solo por una vez, por aunque sea un segundo poder ver el mundo, poder saber colores y formas, poder ver la sonrisa de su novio, poder hacer tantas cosas que sabia que no podía y que jamás vería, para compensar esa falta tan solo pidió que dijeran su nombre, que lo tocaran, que lo hicieran sentir y ver con sus propios medios, cuando entraba en su interior, como las estocadas movían su cuerpo cansado, escuchar a Gregory diciendo su nombre, diciéndole que lo amaba, eso le dio felicidad a su mundo.

-¡ah! Voy a…

-si… ya estoy cerca también yo…

Las estocadas pararon, su interior se llenaba de calor, su vientre también se mancho de un calor parecido, se sintió feliz de que su primera vez fue con la persona que amaba, y a la vez, el también tomo la de Gregory, durmieron juntos, abrazados, sintiendo el calor del cuerpo contrario, sintiendo su corazón latir sin control y disfrutar aunque sea de ese momento tan especial. Lo necesitaban porque a la mañana siguiente, todo se fue al carajo.

Cuando despertaron, no podían ser peor que unos recién casados después de su luna de miel, se llenaron de azúcar toda la maldita mañana, cuando se dignaron a salir se encontraron con la mirada envenenada de los padres del rubio, habían escuchado todo lo de la tarde anterior y la ultima parte no les agrado, golpearon al chico ciego y lo sacaron a empujones de la casa, amenazando con muerte si regresaba a la propiedad, mientras tanto Gregory no se las vio mejor, fue acusado de traidor, no lo bajaron jamás de una deshonra y lo mandaron lejos de ese pueblo, lejos de ese maldito ciego que arruino a su hijo.

Gregory se fue y Chris no supo ya nada mas de él, el chico ciego quedo con el vacío de nuevo, solo, esa mañana le decían que lo amaban y lo llenaban de besos, ahora, quedo exactamente como empezó todo, su amiga soledad que regreso a consolarlo, al pasar del tiempo su corazón se hundió cada vez mas como si fuera de piedra, esos días solo se convirtieron en meses y esos meses en años… al final dejo que contar y asumió que no regresaría por el, fue estúpido, entregarse a alguien por amor, que estupidez, estaba sumamente dolido como para creer en esas idioteces de romance, en esa basura de amor verdadero, Romeo y Julieta eran un par de idiotas, morir por alguien mas, imbéciles, a final de cuentas la única persona que debes amar y proteger es a ti mismo.

Gregory estaba sumido en una depresión no tan diferente, él se mantenía ahora serio y rara vez lo sacabas de su cara de póker, no se molestaba en hablar mucho, simplemente una mirada era suficiente, no tenia deseos de nada, no quería ver a nadie, se alejó del contacto de sus amigos, sus padres eran muy crudos con el y aun viendo ese tipo de actitudes le impusieron a la chica como su prometida, Gregory obviamente estaba en total desacuerdo, su opinión no importaba en esa familia, pero… no hiso nada para evitar esa boda, creyó que seria un buen remplazo para Christophe, a fin de cuentas eran iguales, que equivocado estaba, la chica termino siendo igual que todas, chillona, creída, arrogante, solo por estar en una clase social mas alta se creía con el derecho de gritarles a los criados de la casa, tan solo en la noche de su luna de miel lo hiso, pero simplemente no sintió nada, ese deseo carnal y ya, desahogo ahí su frustración y jamás lo intento de nuevo, no quería, si no sentía no valía la pena. Esos años bastaron para hartar a la muchacha, que claramente le era infiel, a él no le importaba mucho, después de todo a alguien que te dejo de gustar hace ya mucho no te importa un carajo lo que haga o deje de hacer, así sea tu esposa obligada. Cuando finalmente se sintió interesado o mejor dicho vio las perdidas monetarias por sus cenas y habitaciones de hotel, pidió el divorcio, ese matrimonio duro 6 años, gracias al cielo no tenían hijos y la infidelidad es una falta al contrato por lo que no debía darle un centavo mas de su dinero. Sus padres, ya eran muy viejos para imponerle otra norma, además con ya 28 años de edad era libre de tomar una decisión.

Hace ya años de ese suceso, en su mente se borro el recuerdo de años de noviazgo, y su corazón lleno con amargura esa herida, regreso a su viejo trabajo, matar personas era sumamente sencillo para el, era una de las cosas que en cierto modo le enorgullecía serlo, demostrando que su incapacidad no importaba para hacer un buen trabajo, le daban una casa especial para el, donde se sentía cómodo y no le faltaba nada, no recibía un centavo por esos trabajos, pero eso no le importaba, si algo jamás aprendió fue a diferenciar el dinero, no veía las monedas ni los billetes, todos eran del mismo tamaño y material, entonces fácilmente podría confundir un billete de cinco dólares con uno de cien. Ahora estaba tirado cómodamente en la nieve, fumando obviamente, su cabeza apuntaba al cielo, pero sus ojos permanecían cerrados, tratando de imaginar el paisaje por los sonidos y aromas… pero no podía, solo eran bultos borrosos, dejo de pensar y disfruto de su paz y tranquilidad, permaneció así pues era su rutina, simplemente pasar el tiempo solo y pensativo del mundo, parando únicamente cuando sentía el ultimo cigarrillo de su cajetilla. Dejo escavar el humo del tabaco con lentitud, el frio se colaba en su ropa, y sus mejillas comenzaban a sonrojarse, por no decir que sus extremidades se entumecieron. Espero hasta la ultima calada y entonces supo que era hora de marcharse, se puso de pie sin importarle los restos de nieve nívea en su cabeza y gabardina, siguió hasta que escucho el sonido claro, era una pisada entre el pasto y las ramas de los arboles, era extraño por no decir sospechoso, puso la mano en su bolsillo, guardaba perfectamente un arma cargada.

Los pasos lo seguían, sintió un aroma familiar, un jabón francés que solo recordaba de un chico en particular, negó con la cabeza y siguió su camino, era imposible, si no regreso en los últimos 7 años no regresaría ahora, los crujidos se escuchaban mas cerca, la vibración en la tierra y la respiración ajena no paso desapercibida, en definitiva lo seguían, paro en seco y se escudriño entre los arboles, cuando estuvo sin salida alguna, rodeado por arboles, o eso suponía, se dio la vuelta para encarar al perseguidor, o bueno siquiera dar la cara.

-¿Quién eres?

No recibió respuesta, solo el calor de unos brazos rodearlo, eso ahora era una señal de alarma y comenzar la defensa, golpeo al intruso y lo tubo a la tierra, con un pie sobre su pecho y con un arma apuntando a la dirección de la respiración agitada de su atacante.

-dime quien carajo eres si no quieres que te destruya el cráneo de una bala

-siempre fuiste muy impulsivo… Christophe

Esa voz… era imposible, él no podía regresar, no mostro cambio en su posición ni en sus facciones, intimidando aun mas al hombre debajo suyo, recordaba tantas peleas y discusiones, tantas afrentas de esos padres, esa intrusa, ese amor herido y años de abandono hicieron de ese chico antisocial y frio un completo cubo de hielo, incapaz de sentir otra vez.

-tu… ¿Qué diablos haces aquí? ¿Por qué has regresado? ¿Qué más quieres de mí? Acaso esa noche no te vasto

-tienes razón, no fue suficiente, he regresado por ti… y no me iré

-te has tardado demasiado, ve con la intrusa y hazme el chingado favor de largarte, porque no dudare en dispararte si te atraviesas en mi camino otra vez

-si supieras la historia completa

-si… y si tu supieras la mía, te aseguro que no querrías mostrarte, deberías regresar con la cola entre las piernas a donde quiera que te hayas largado estos años

-sabes que ambos sufrimos por eso, ambos nos demostramos amor eterno esa noche y nos separaron en la mañana, me impusieron cosas muy severas, las acepte por creer que así lo superaría pero… la verdad no pensé nunca en otra persona que no fueras tu, en las ganas que tenia de verte de nuevo

-y si tenias tantas ganas ¿Por qué no regresaste?

-no pude, me encerraron y solo me dejaron libre con una condición… casarme con… ella

Su cuerpo se tenso al instante, por si un fuera poco, termino casado, con alguien a quien siempre le tuvo celos, celoso de las atención que le prestaba, de los suspiros que soltaba y esa voz que utilizaba para referirse a ella. Esas cosas que el no paso inadvertido, término junto a ella después de todo, una sonrisa melancólica se formo en su rostro. Bajo el arma y quito su pie del pecho ingles para comenzar a caminar a su hogar, ya no tenia deseos de escuchar ese matrimonio perfecto.

-¡espera! ¡Chris no fue como lo imaginas! Fue horrible, me pase 6 años de mi vida soportando infidelidad de esa mujer, me divorcie de ella tan pronto me cedieron los derechos sobre las acciones de mi familia, por eso hasta ahora regrese, porque te quiero a mi lado

-no te creo

-recuerdas lo que te dije esa noche, te dije que todos saben querer, yo quería a esa chica, pero pocos sabemos amar y de verdad no pude sacarte de mi cabeza, nunca imagine que te necesitara tanto como ahora…

-¿Por qué he de creerte? Como saber que eso no fue lastima por un pobre niño ciego

-si así fuera no estaría aquí pidiéndote una oportunidad, entonces… ¿aceptas?

El chico permaneció en silencio, finalmente regreso en sus pasos y golpeó fuertemente al hombre rubio, este término en el suelo con la mejilla roja e inflamada, sorprendido por el acto, sus ojos siempre fijos se posaron en el… su respiración era lo único que se escuchaba.

-dime… dime tres… no, cinco, no, diez, dime diez razones por las que aun me amas, diez razones para que todo esto tenga sentido, para darle una oportunidad, empezando ya, y tengo que creerlas todas

-primero porque me haces feliz estar a tu lado y sé que tu también lo eres…

-bien, esta una…

-porque me enamore de esa forma de ver, hasta el punto de querer hacerlo yo también para que no te sintieras solo

-¿lo pediste pos eso?

-si; amo la forma dura que tienes de tratar a los demás, por miedo a salir herido

El chico castaño solo asintió e indico que continuara, le daba vergüenza que sentía, por los hermosos recuerdos de esos años de noviazgo, por la primera y ultima noche.

-amo cuando eres grosero con mis padres, porque ellos no entienden lo que dices con tus gestos

Sonrió ampliamente ante esa broma.

-bien, esa vale por dos, te faltan cinco

-porque te quedaste a mi lado a pesar de que nadie lo aprobó. Porque no me arrepiento de lo que hice esa noche. Porque no me importa tu incapacidad, sé que puedes ver algo más allá de solo la apariencia

-Gregory

-amo cuando te pones celoso. Amo cuando intentas hacerte el fuerte frente a mí cuando en realidad solo eres tímido

-dime la ultima razón y tal vez lo considere

-porque amo la forma que tienes de sonreírme a pesar de estar enojado conmigo, amo todo de ti y de verdad que necesito mas de diez razones para resumirlas y… te amo por ser tal como eres y amarme de verdad, sin fijarte en mi apariencia o en mi dinero

-un ciego no se fija en eso… me gustaría tanto verte ahora…

-yo también desearía que pudieras ver… así seria todo mas fácil, pero la vida no siempre es así, además no importa…

Abrazo al castaño fuertemente, tomo su mano y entrelazó los dedos, susurrando cosas a su oído que solo ellos sabrán que fue, pero por el sonrojo en sus caras, denotaba travesura y cariño, después de eso se refugiaron en la casa del ciego, recordado la ultima noche que estuvieron juntos, pero esta vez no se separarían a la mañana siguiente, seguirían juntos a pesar de todo, con el paso de los años se dan cuenta que la familia o la ceguera no son dificultades. Que lo que mal empieza a veces tiene un final agradable.

"Hermano, tu que tienes la luz, dime la mía.

Soy como un ciego. Voy sin rumbo y ando a tientas.

Voy bajo tempestades y tormentas,

Ciego de ensueño y loco de armonía.

Ese es mi mal. Soñar. La poesía

Es la camisa férrea de mil puntas cruentas

Que llevo sobre el alma. Las espinas sangrientas

Dejan caer las gotas de mi melancolía.

Y así voy, ciego y loco, por este mundo amargo;

A veces me parece que el camino es muy largo,

y a veces que es muy corto...

Y en este titubeo de aliento y agonía,

Cargo lleno de penas lo que apenas soporto.

¿No oyes caer las gotas de mi melancolía?

Rubén Darío resumía bastante bien la vida del joven DeLorne, él se sentía atrapado en Francia, con su familia cuidando de el por todo, encerrándolo del mundo, gastando en tratamientos inútiles que no le curarían la ceguera, si nació así, moriría de esa forma, lo enviaron a Norteamérica supuestamente para recibir un mejor tratamiento o para deshacerse de él, alguna de las dos cosas, le enseñaron bastante bien y aprendió a ser autónomo… demasiado autónomo, escapo y finalmente se estableció en ese pequeño pueblo, donde un ciego podía memorizar la topografía y andar sin problemas, no hiso amigos, puesto que lo veían como un fenómeno y adquirió ese sobrenombre debido a esa deficiencia "porque eres ciego como un topo" decían todos.

En su trabajo ver no era necesario, la mafia le dio una casa, comida y comodidades que solo un ciego podría apreciar, no necesitaba dinero ni objetos valiosos. Cuando llego… el, el chico ingles que cambio su vida, su oscuridad cambio, ya no era tan oscura, y… su anhelo de un amor verdadero, bueno tal vez no, eso sonaba en extremo cursi y estúpido para su gusto, aun así no cabio su opinión del amor imbécil, porque su novio era un imbécil pero en últimos términos no era tan malo, no al extremo de matarse si esta solo o llorar por eso, solo era bueno pero acompañado cambiaba solo un poco, tal vez el amor sea un apoyo incondicional para las metas que te planteas en la vida, tal vez esto aun no acaba, y quizá esas mil razones por las que seguían juntos aumente con el pasar del tiempo, porque en ese noviazgo encontró mas de una razón para sonreír y la vida de repente se torno de colores, lo que el peso que resaltaba en la oscuridad, aunque seguía ciego, ahora la ceguera solo era la mejor de sus habilidades.

Ok… no sé que intente hacer con esto, pero a veces no todo es pensar en sexo, tal vez no todo es tragedia, no todo es sufrimiento como hasta yo pensé, una historia de amor no hace a nadie ñoño enamoradizo, espero que les haya entretenido este fic, dedicado especialmente a CreepyGirl07que fue la solicito una dedicación.

Si alguien mas quiere una dedicación especial pídalo o simplemente le gusta que yo haga las historias, comenten, pónganlo en favoritos o simplemente sonrían para el mundo, porque hoy estoy de hippie y cuento frases existenciales sobre ser feliz, no necesariamente en pareja, porque estar solo no significa que seas un amargado o antisocial, simplemente dice que tienes mucha autoestima y eres feliz porque te consientes y te amas a ti mismo. (Ven, hippie) sigan checando este fic si les gusta el Grophe, porque será una colección de historias diferentes.

Ya saben que yo Soy Hippie Cereal Pascual y aquí me despido.

Adiós.