MISIÓN: CONQUISTAR… TU CORAZÓN

CAPÍTULO 1. ¿QUIÉN ERES TÚ?

KAKASHI

¿Quién es Hatake Kakashi? Podría definirse como un hombre sencillo de gustos, pasatiempos simples y de personalidad más bien apática. No tenía grandes aspiraciones en la vida. Un día estuvo peligrosamente cerca de ser nombrado Hokage, nunca supo el número que le iban a asignar, tomando en cuenta que en ese momento la quinta estaba en estado catatónico y el suplente (Danzo) había sido asesinado sin haber hecho público su nombramiento.

Pero aunque muchos soñaban con llegar a ser Hokage, para él vivir en el escrutinio era la más aterradora de sus pesadillas. Vivía de forma modesta, a pesar de que podía darse el lujo de adquirir una propiedad más ostentosa. Era conocido, temido y respetado en las grandes cinco naciones. Una fama que se había forjado con el sudor de su frente. Pero eso no significaba nada.

Al final del día, cuando llegaba de una misión, Hatake Kakashi no tenía más qué hacer que aparecerse en su departamento, limpiar un poco para retirar el polvo, prepararse algo de comer y tumbarse en su cama y leer.

Ya no era ningún jovenzuelo. Tenía treinta y cinco años a cuestas. Era un ninja de elite, estaba en la plenitud de su carrera, pero sabía que en algunos años se enfrentaría al inevitable declive. Eso suponiendo, por supuesto, que se mantuviera vivo.

La soledad pesaba cada vez un poco más. Pero hacía tiempo él había decidido que ése era su camino Ninja y que no lo cambiaría por nada. La muerte prematura era una amenaza constante para un shinobi y él, desde niño, se había preparado para ello. Sin embargo, a veces el monstruo infame de la duda tocaba con insistencia a su puerta. En ocasiones entraba, y le susurraba al oído que estaba solo y lo estaría por siempre si permitía que su vida siguiera con ese rumbo.

Físicamente era bastante atractivo, pero eso él siempre lo supo y se negó a divulgarlo. Su máscara, además, se encargaba de ocultar la pena que sufrió por su padre, quien realizó el Seppuku tras haber deshonrado el código Ninja.

Muy pocos habían podido ver su rostro y siempre se había asegurado que quienes lo vieran fuesen civiles. Además, era el temido Copy Ninja. Su Sharingan era valioso y lo buscaban para quitárselo. Permanecer con una mujer que no fuera capaz de defenderse por sí misma le acarrearía más problemas que beneficios.

Por otra parte, sabía que si quería podría hacer uso de su atractivo para enamorar a alguna kunoichi, pero el tiempo transcurriría y lo que podría hacer que una mujer cayera a sus pies se acabaría con el tiempo.

Para estar con una mujer él debía estar cien por ciento seguro que la dama en cuestión tuviera todas sus neuronas funcionando correctamente. Era un hombre exigente y la belleza no era una cualidad que él buscara, al menos no en solitario. Además, siendo honestos, ¿cuántas kunoichis había en Konoha? Si quería reducir la lista podía seguir con cuestiones cómo: ¿cuántas kunoichis con neuronas había en Konoha? Una pregunta importantísima era: ¿cuántas kunoichis solteras y sin compromisos, con neuronas, bondad y agradables a la vista había en Konoha?

De su generación sólo estaba Kurenai, quien era una feliz madre soltera del pequeño Asuma. Las mujeres mayores no le llamaban la atención, así que esas estaban completamente descartadas. Algunas ANBU estaban ya casadas y las dos que seguían solteras y además eran mujeres realmente bellas tenían un carácter endemoniado. Entiéndase que se refería a Anko y a Shizune, aunque ésta última ya estaba fuera de la lista pues tenía ocho meses de embarazo y el afortunado era nada más y nada menos que Iruka. Pero definitivamente, las mandonas estaban descartadas de su lista.

Luego seguimos con las kunoichis jóvenes. En la generación de Naruto se graduaron inusualmente varias chicas. Si su memoria no le fallaba todas eran bellas. Pero más de una tenía serios problemas de personalidad, su alumna entre ellas.

Además, a pesar de su endemoniado carácter, una de ellas había dejado el apellido Yamanaka por el de Akimichi. Tenten estaba comprometida en una relación seria con Rock Lee, incluso ya se corrían las apuestas entre los shinobis por la forma seguramente descabellada en la que el alumno predilecto de "La Bestia verde" se le declararía. Y Sakura estaba perdidamente enamorada de Naruto, aunque había que añadir que tenía unas formas bastante violentas para demostrarlo.

A su mente sólo venía la imagen de una chica linda, de tímida personalidad pero una fortaleza indiscutible, pese a lo vulnerable de su apariencia. Hyuuga Hinata siempre le había parecido un diamante en bruto. Tenía tantas cualidades, pero parecía que todo en su entorno estaba únicamente para recordarle cuán frágil era.

Un padre que la menospreciaba, un primo que la maltrató y luego la sobreprotegió, una hermana arrogante y soberbia, un equipo que no le exigía más allá de sus capacidades, un clan que la quería, pero que la consideraba como una frágil muñequita. Un amor platónico que nunca quiso ver más allá de sus tartamudeos y sonrojos.

Él no era inmune a esa dulce apariencia, pues esa niña también le inspiraba ternura, pero en las ocasiones en las que coincidieron en misiones, jamás le permitió flaquear. Cierto, su voz bajaba considerablemente al dirigirse a ella, pero eso era algo que él no podía controlar. Sin embargo, ante todo era una kunoichi y tenía un deber para con la aldea y con su profesión.

A pesar de que la lista la apuntara como la candidata idónea, obviando por supuesto los casi quince años que los separaban, Hinata también estaba completamente descartada por una sencilla razón: Pertenecía al clan más poderoso de Konoha y además peleaba por el liderazgo de los Hyuuga, aunque ella fuese la heredera por derecho de nacimiento.

Todos sabían que las herederas no se casaban con alguien ajeno al clan...

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HINATA

La cuarta guerra ninja que trajo consigo destrucción, muerte, lágrimas y caos al mundo shinobi, también permitió que un nuevo orden empezara. Las naciones no eran aliadas por seguir fines políticos, sino por verdaderos lazos de amistad entre sus líderes. Pero hubo cosas que no cambiaron. Las tradiciones de los clanes que sobrevivieron se mantuvieron e incluso algunos se aferraron con más fuerza a lo que conocían desde siempre.

La vida de Hinata dio un vuelco impresionante al presenciar la muerte de su primo. La oscuridad poco a poco absorbía su vida. Se sentía tan deprimida. Una parte de su ser le recordaba insistentemente que no tenía derecho a ser feliz cuando su querido hermano Neji se había sacrificado por ella.

Las cosas con Naruto se estancaron en un punto muerto. La batalla contra Madara y Obito Uchiha fue mortal. Esa impotencia de no poder ayudar a Naruto y que el rubio cargase con todo el peso del mundo casi la asfixia, pero la intervención de Sasuke, quien dio su vida para otorgarle a su viejo amigo la victoria, fue casi milagrosa.

Naruto se enfocó entonces en ser Hokage. Debía aprender tantas cosas y Tsunade lo instruía como si fuese su propio hijo. Resultaba más que evidente que además la Godaime hacía la labor de casamentera. Pero no tenía qué esforzarse mucho, pues de cualquier forma Naruto siempre estuvo perdidamente enamorado de Sakura Haruno y, aunque ella era menos efusiva al mostrar sus emociones, todos sabían que sus sentimientos eran recíprocos.

En esa ecuación Hyuuga Hinata estaba completamente fuera de lugar. Sin embargo, era reconfortante saber que la persona más importante en su vida era feliz con la mujer que había elegido. Kiba, Shino y su sensei Kurenai siempre le mostraron su apoyo y estuvieron a su lado cuando la invadía la melancolía.

Luego de la guerra, su padre reconoció su fuerza, pero Hanabi era también muy poderosa para ese tiempo. Los consejeros dictaminaron que las hermanas Hyuuga debían enfrentarse a un duelo por el liderazgo del clan cuando la mayor tuviese 21 años y la menor 16, de esa forma la brecha generacional que podría significar algún tipo de ventaja para alguna sería mínima.

Aunque la idea de pelear no fuese un aliciente, ambas jóvenes fueron notificadas que la perdedora de esa contienda recibiría el sello del pájaro enjaulado, pues jamás en la historia de la familia Hyuuga habían estado dos hermanos dentro del Souke. Los consejeros se aseguraron de dejarles muy en claro que no habría ningún tipo de consideración, por ello les daban cuatro años para entrenar.

Ambas mujeres serían libres hasta que ese momento llegara; podían llevar su vida como mejor les pareciera siempre y cuando no afectaran al clan. Vivir en la mansión era una decisión que concernía sólo a ellas. Como hijas de la rama principal tenían derecho a recibir un apoyo económico estuvieran dentro o no del territorio que pertenecía a la familia. Sin embargo, si decidían vivir por cuenta propia, no podían disponer del personal que habitaba la enorme propiedad.

Hinata no podía sentirse más feliz. La jaula en la que había vivido abría al fin su puerta y se le permitía alzar el vuelo. El liderazgo del clan nunca fue una meta, aunque sí deseaba el reconocimiento de su padre, pero ese ya lo tenía. Se podría decir que estaba resignada a recibir el sello de sumisión cuando llegase el momento. Le quedaban cuatro años para alzar el vuelo…

Casi sin darse cuenta, el tiempo pasó y Hinata sabía que necesitaba una meta. La vida se le escapaba de entre los dedos y no estaba haciendo nada provechoso con su libertad. Muchos caminos se abrían ante sus ojos. Avanzar en la carrera shinobi podría ser una opción, luego de sus logros en la Guerra Ninja le fue otorgado el grado de Jonnin, pero ser ANBU nunca fue su sueño. Y aunque sabía que había mejorado, lo consideraba aun descabellado. Perder su identidad era lo último que deseaba.

Le gustaba mucho pasar el tiempo con niños. Y parecía que ellos también gustaban de ella. Prueba de ello era ser la tía preferida del pequeño Asuma, tomando en cuenta que competía contra Ino, Shikamaru, Chouji, Kiba y Shino por ese título. No podría dedicarse a la docencia pues le faltaba ser más estricta, ella no tenía esa cualidad que su maestro Iruka mostraba a menudo.

La habilidad del Byakugan le permitía ingresar en el ámbito de la medicina. Podía notar alteraciones en el chakra y con el poco entrenamiento que tuvo a manos de Shizune descubrió que le gustaba ayudar de esa forma. Actualmente llevaba ya tres años formándose como pediatra y disfrutaba muchísimo del tiempo que pasaba en el hospital, con los niños.

Una idea comenzaba a formarse en su mente. Solicitaría su baja temporal como kunoichi a la Hokage e ingresaría al Hospital de Konoha de tiempo completo. Aun le quedaba un año para enfrentarse a Hanabi y tenía la esperanza de que le permitieran seguir con su trabajo aun con el sello sobre su frente.

De momento sólo contaba con eso: La esperanza. Deseaba que cuando su hermanita tuviese el liderazgo se pudieran hacer todos los cambios que el clan necesitaba. Las estúpidas tradiciones sobre la división de la familia ya habían cobrado suficientes vidas. Neji debía ser el último en morir por cumplir un deber impuesto. Hanabi realizaría ese cambio, estaba segura…

CONTINUARÁ…

Hola de nuevo chicos!

Bien, pues me sumo con otro fic a la sección de Naruto, esta vez será KakaHina. El primer capítulo es como una breve introducción, pero aumentaré el contenido conforme avance la historia. La lista de fanfics en español sobre esta pareja está muy vacía y eso me motivó a escribir. Aunque han sido pocos, he encontrado hermosos fanfics, particularmente vienen a mi mente DIECIOCHO y DE VUELTA A TU CORAZÓN, los cuales me encantaron cuando los leí.

Me complace contribuir con esta pequeña historia, la cual supongo será de unos cinco capítulos a lo sumo, y veremos un poco de la vida de dos de nuestros personajes preferidos después de haber vencido a "Madara".

Sin más por el momento, me despido, amenazando con volver pronto.

Besos y abrazos!

Pily-chan.