Ranma ½ y todos sus personajes son propiedad de Rumiko Takahashi. Este fic está escrito con el único fin de homenajear su obra.

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Fantasy Fics Estudios presenta:

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ALAS DE MISAWA

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Vivir a la espera

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Akane Saotome no ocultó su agotamiento, tras subir los últimos escalones que la llevaron al tercer piso del edificio donde vivía. El paisaje de bloques de edificios grises siempre la deprimía un poco. Uno tras otro se apilaban en la colina, donde se había formado un pequeño pueblo a un costado de la base, en las afueras de la ciudad. No poseían terminaciones que lo hicieran más acogedores, más parecían feos rectángulos de hormigón que como lápidas se secaban bajo el intenso sol; ordenados, numerados por edificio, piso y departamento con la misma pulcritud que un documento burocrático, con grandes kanjis y números pintados en los muros que daban hacia la amplia avenida que cortaba entre ellos.

Era habitual que las pocas plazas entre los edificios estuviesen ocupadas por algún camión de la JASDF —Japan Air Self Defense Force—, un tráiler de artillería o un tanque, usando gran parte del espacio donde jugaban los niños. Nadie se quejaba, esos edificios también eran propiedad de las fuerzas y técnicamente se consideraban parte de la base. Los jeeps de colores verde caqui y mimetizados se estacionaban a ambos lados de la avenida. Todo era moderno, funcional y frío como la piedra que no calentaba ni siquiera en verano.

Pero a pesar de toda la modernidad de esos edificios, los elevadores habían sido temporalmente clausurados, así como todo uso extra de la energía eléctrica que debía ser racionada en tiempos de necesidad.

Cargando su pesada cartera de cuero, más grande de lo habitual pues llevaba todos sus documentos de trabajo, y una pesada bolsa en la otra mano, caminó por el largo pasillo con balcón hasta llegar a la puerta de su departamento. Desde ese lugar podía ver, más allá del borde del edificio que tenía al frente, el inicio de la base a los pies de la colina y el horizonte del océano. Vivía en el número treinta y ocho, entendiéndose como tercer piso departamento ocho, en horribles signos rectos pintados de manera genérica sobre la puerta, quizás utilizando un molde como el que usaron en todas las demás, desentonando el color amarillo por el contraste con la madera oscura que todavía tenía las marcas de los trazos de los albañiles que la habían instalado con prisas. Era triste, muy triste.

—Profesora Saotome, muy buenas tardes.

Lenta reaccionó al saludo de una de sus vecinas del mismo edificio. Una mujer de amplias caderas y rostro un poco plano, pero de sonrisa amable a pesar que parecía compartir la misma melancolía de la más joven. Una resignación constante que parecía habitar en toda la gente durante esos difíciles tiempos.

—Buenas tardes, señora Hasegawa.

—¿Cómo se encuentra hoy, viene de la escuela?

La chica asintió con una pequeña inclinación de cabeza y sonrió. La sonrisa de la señora Saotome era una de las pocas cosas felices en aquel lugar que gustaban comentar sus habitantes. La chica recordó una cosa importante y al momento se mostró más enérgica dirigiéndose a su vecina.

—Hoy han llegado las nuevas provisiones —dijo mostrándole la pesada bolsa que colgaba de su mano.

—¿De verdad? ¡Ya era hora! Me apresuraré para ir por las mías. Gracias por avisarme. ¿Y vienen velas esta vez?

Akane se mostró tan curiosa como la otra mujer. Ni siquiera había revisado su bolsa producto de su habitual distracción. La abrió al momento y comenzó a hurgar entre todos los paquetes sellados y perfectamente etiquetados que venían en su interior; desde alimentos hasta utensilios de aseo personal.

—A ver… sí, ¡sí, al fin!

—¡Ya era hora, bendito Kami!

Ambas se alegraron, hasta que Akane sacó un pequeño paquete de cuatro velas blancas, y no pudo hallar ninguna más en el interior de la bolsa.

—¿Esto es todo? No puede ser, ¿quieren que con cuatro velas vivamos por el resto de la semana? —se quejó la joven señora Saotome.

—Ay, niña, no se molestes tanto. Ya sabe cómo son; a lo menos esta vez llegaron.

—Sí, supongo que deberíamos estar agradecidas —suspiró profundamente Akane resignada—. Seguramente en otros lugares de la ciudad ni siquiera tienen esto.

—Pensemos que quizás sea una buena señal de que ya no cortarán la electricidad tan temprano.

—Si por lo menos la dejaran hasta las diez, o nueve y media, me sería de mucha ayuda —Akane lamentó aferrando con fuerza su cartera, recordando el trabajo pendiente—. No es fácil corregir los exámenes de los niños a la luz de las velas.

—Me figuro que debe ser una tortura. ¿Y cómo está su familia?, porque ellos se encuentran en la capital, en Nerima, ¿no es así? ¿Cómo está todo por allá?

—Bien, gracias. Ayer los llamé, la situación está mucho más tranquila en Tokio.

—Es bueno escucharlo. Quizás debió haberse quedado con ellos, después de todo nuestros maridos se la pasan ocupados en sus juegos tontos y poco tiempo tienen para estar en casa. Mi niño casi ya no ve a su padre ya.

—Ranma me dijo lo mismo —recordó Akane con ternura—. Pero no podía dejarlo venir solo hasta aquí, con lo agotado que regresa hasta olvidaría comer si no lo atiendo —ella recordó que no era únicamente cansancio lo que su joven esposo sufría. Cada vez que volvía de una misión parecía que un trozo de su alma había muerto y jamás le comentaba lo que había visto. La aterraba pensar que un día él tampoco regresaría. Sacudió ligeramente el rostro, no era tiempo de deprimirse, debía ser fuerte por ambos, todo saldría bien al final—. Además, tiene sus beneficios; los suministros escasean también en la capital y al venir las fuerzas nos proveen con una ración completa familiar por ser nosotros un matrimonio, a la vez que en mi familia hay una cabeza menos que alimentar.

—Es usted muy fuerte —dijo la mujer con una sonrisa—. A su edad yo todavía estaba pegada a las faldas de mi madre—. Pero agradezco que esté aquí, mi hijo no se cansa de hablar de lo bonita que es su profesora…

—Oh, ¡oh!, no por favor. No es así…

—Eres adorable, niña —la mujer río y comenzó a despedirse alejándose de ella—. Bien, voy por mis raciones entonces. Si tengo suerte podría encontrarme con la esposa del general. Quién sabe, quizás me entere de algunos nuevos secretos para saber en qué andan nuestros maridos. Si averiguo algo interesante se lo haré saber.

—Gracias, señora Hasegawa.

—Con el esfuerzo que hace para que el cabeza hueca de mi hijo entienda algo de matemáticas, me basta. Debe ser duro ser una maestra de secundaria.

—No… no, para nada. De hecho es todo lo contrario —Akane sonrió honestamente—, es un privilegio poder educar a esos niños. Quién sabe, quizás algo de lo que les enseñe quede en ellos y aprecien mucho más la paz. Siempre creíamos que el mundo seguiría igual y… ya ve, estábamos equivocados.

—La codicia nunca va a cambiar, niña. Aunque sea por un pedazo de roca en mitad del océano, siempre habrá una razón para armar una guerra. Y al final los únicos que sufren son nuestros niños.

—Sí…

Un poderoso estruendo cruzó el cielo. Ambas mujeres levantaron las cabezas y vieron pasar cinco avanzados aviones Mitsubishi F-2, caza de combate F-16 estadounidense pero de fabricación japonesa, en formación de diamante abierta sobrevolando la base. Se podía ver bajo el reflejo del sol el escudo con forma de alas como de ave pintadas en las alas de acero de los cazas. La señora Hasegawa se sonrió con malicia al notar el vivo resplandor en los ojos de la joven señora Saotome.

—Vaya, vaya, parece que alguien va a cenar acompañada esta noche. ¡Qué suerte tienen las mujeres de los pilotos! Mi viejo infante de marina de seguro tardará mucho más en volver.

—¿Qué? Oh… oh, no… yo…

—No se disculpe, niña, que estoy bromeando. ¿Y qué espera? ¿No debería estar ya preparando una especial cena de bienvenida para su esposo?

—Ah… ¡Sí, es verdad! Lo siento, señora Hasegawa, debo dejarla.

—Ve, niña, corre.

Akane ingresó rápidamente a su departamento, cerrando con fuerza la puerta al entrar. La señora Hasegawa hizo una pequeña reverencia de despedida hacia la puerta, y sin dejar de reír, se retiró llena de entusiasmo. Habría muy buenos rumores que compartir ese día.

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Fin por ahora.

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Notas del autor: Siempre quise escribir una historia de guerra. Es algo que ha llamado mi atención cuando ciertos autores del mundo audiovisual, y en especial del manga, consiguen plasmar tramas donde la gente debe vivir normalmente en una situación tan adversa como una nación que se encuentran en un conflicto armado. "Contar una historia de guerra que hable en contra de la guerra", pareciera ser siempre el mensaje de estos relatos. Por supuesto yo no quiero apelar a algo tan ambicioso. No soy digno de contar historias que ejemplifiquen o critiquen una situación que agradecidamente jamás me ha tocado vivir. Sin embargo, intentaré imprimir un poco de ese sentimiento a esta pequeña obra.

También tenía una teoría al respecto: ¿se puede contar una gran historia, en base a pequeños relatos o cortos independientes? Pues no lo sé, de eso se trata este experimento. Además, como verán, será una historia que nunca habla de sí misma, porque el gran tema, la gran acción que será el centro de la trama jamás será narrado. Todo se verá de manera secundaria a través de historias relatos independientes o relativamente conectados, que narren sucesos a la sombra de esta gran guerra sin detalles; buscando que esa desinformación infunda mayor inseguridad y también un toque de angustia en el lector.

Es interesante también, por el inicio de la misma, ver a este fic como un opuesto a mi otro fic "La esposa secuestrada". Mientras el otro es un trabajo bien extendido y lleno de emotividad, humor y esperanza; esta será una obra de soledad, tristeza y drama.

Y no, aunque lo parezca, no es una trama de universo alterno. Digamos que es una continuación un poco aventurera, pensando en un futuro donde la situación hubiese empeorado internacionalmente, y ambos, ya casados, lo deben enfrentar. Un poco de cómo se llegó a esto, y cómo Ranma "llegó a ser lo que es", se explicará pero, ya lo saben, a muy grandes rasgos y de manera muy imprecisa.

Como curiosidad, el número del departamento de Akane Saotome lo escogí por ser el mismo número de tomos que posee el manga de Ranma ½.

Espero les haya gustado.