¡Hola!, ¿Cómo están gente preciosa de este fandom? Bueno, como unos(as) se habrán dado cuenta, ya he subido dos one shot en este fandom, a pesar, de que no estoy muy familiarizada con él. Así que ahora, me he tomado el atrevimiento de empezar, con este pequeño fic que tendrá menos de diez capítulos cortos. Los cuales todos, serán desde la perspectiva de Gray. No lo sé, me gusta meterme en las mentes ajenas. Es un AU. Basado en la famosa película Hotarubi no Mori e. Con la diferencia, de que Gray, es el niño que visita al espíritu del bosque Juvia. No lo sé, me parece lindo que sea él, quien fue creciendo al lado de ella y también, que sea él, quien cuente esta historia.

Mientras leen, notarán unas cuentas cosas quizás extrañas, pero todo se responderá abajo, al final del capitulo.

La letra cursiva es el presente. La letra normal es el pasado, donde veremos, la historia de Gray y Juvia. Espero que les guste. Y si quieren, pueden leer el capitulo escuchando la canción Sometimes... Someone de Yiruma, versión Music Box.

¡A leer se ha dicho!


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- The Forest of Sakura's flower -

¡Gray! —gritaron desde la puerta del aula, por lo cual, me vi a voltear solo para encontrarme con mi mejor amigo Natsu Dragneel—Ya es hora de irnos, ¿Por qué tan distraído?

Parpadeé un poco, respondiéndole que no tenía nada y caminé hacia él.

No era como si no quisiese contarle lo que sucedía, pero no sabía exactamente cómo explicarlo sin que me pusiera a llorar como un niño pequeño. No quería que se burlara de mí, no… lo único que no quería era tener que recordarla a ella.

Yo… no quiero hablar de ella, no ahora, no a pesar de que ya hayan pasado dos años desde lo sucedido. La herida aún estaba ahí. Y lo sé, aún está abierta esperando a cicatrizar, a pesar de que eso, tardaría mucho más de lo que desearía. ¿Alguna vez has sentido como se te es tomado el corazón, y luego, sentir como este es lanzado hacia la pared con una cruel ferocidad delante de tus ojos?, bueno, así es como me siento. O quizás peor.

A veces pienso, que podría haber sido un error conocerla. Pero luego recuerdo, que mi vida comenzó a ser armoniosa y placentera cuando tuvimos nuestro primer encuentro en el Monte de Dios.

Bueno, aquí nuestros caminos se dividen. Hey Gray.

¿Qué?

Se quedó en silencio por un momento.

¿Seguro que estás bien?

No… no lo estoy.

Sí.

Las mentiras algunas veces son la mejor salida para huir de situaciones incómodas, o en este caso, dolorosas. Además, estoy seguro que Natsu me perdonaría. Así que lo vi marcharse, por lo cual también caminé hacia mi hogar, donde seguramente Ur me esperaría con otro de sus no tan buenos curry.

"Gray-sama...."

Es doloroso, realmente lo es, ¿Pero quién soy yo para decidir, que caminos tomará el incierto destino?, ¿Quién soy yo para maldecir los acontecimientos sucedidos?, a pesar de que duele, sabía que nada cambiaría.

Y yo, tenía que meterme eso en la cabeza.

Yo, Gray Fullbuster tenía que aprender a vivir, sin aquel espíritu fantasmal de nombre Juvia…

Estamos en verano—mi voz, lo sé bien, está temblando. Mientras observo el ocaso en su pleno resplandecer—A solo unos cuantos días, de que tú y yo habríamos cumplido diez años de conocernos…

Ya que sí, fue hace diez años, a mis cortos siete años de edad, que vi por primera vez, a aquella chica fantasmal llamada Juvia. Diez años, y lo recuerdo, como si hubiese sido ayer…

~ Memoria I ~

. Su nombre es Juvia .

— ¿Cuánto falta para llegar?

—Solo unos minutos Lyon

Suspiré, mirando como mi latoso hermano no paraba de hacer la misma pregunta desde hacía varios minutos, aunque bueno, yo también empecé a preguntarme cuando llegaríamos a la casa de los amigos de mi mamá, los Dragneel. Era normal, cada verano, viajábamos horas para llegar a las afueras de Hosenka, donde los amigos de mamá vacacionaban y también, aquel idiota de Natsu que era un gran amigo mío, aunque a veces, también es mi rival.

Pero lo quiero, aunque si, nunca lo admitiría ni diría en voz alta, ¡Primero que Erza se coma mi almuerzo a dejarme decir cosas no varoniles!

— ¡Mira! —Gritó Ultear señalando la copa de los árboles que se miraban a lo lejos— ¡Es el bosque La montaña de Dios!

En el cual, se dice que habitan muchos espíritus, o al menos, eso me han dicho Jellal y Erza que una vez, hicieron una tarea sobre aquel lugar. Pero la verdad, yo no creo que eso sea cierto. Nadie nunca ha visto un espíritu, aunque a decir verdad, creo que nadie se ha atrevido siquiera a poner un pie en el lugar.

Bah, solo eran una bola de miedosos.

—Apuesto que sería hermoso ir a la cima—murmuró mi hermana.

Mientras miraba, como habíamos llegado a aquella acogedora vivienda, y como Natsu y Lucy, otra amiga nuestra que también pasaría aquí las vacaciones, estaba saludándonos desde lejos.

— ¡Ur-san, Ultear, Lyon, Gray!

Y aquí comenzaban otras vacaciones de verano. Jugando en el lago, comiendo sandías, e incluso, escuchar historias de terror contadas con Ultear y sus efectos especiales, que no sé, de donde los saca (aunque creo que su amiga Meredy, la cual merodeaba cerca de aquí, y se la pasaba en casa, tiene algo que ver).

—Es verdad lo que les digo. Cuando caminaba por el bosque, vi algo parado entre los árboles, ¡Era escalofriante! —decía Lyon con terror exagerado, ¿En verdad esperaba que cayésemos en eso? Y faltaba poco para que Natsu hablara…

— ¡¿Era un espíritu?! —Y ahora va Lucy…

— ¡Natsu tengo miedo!

¡Oh vamos, ni que tuviésemos cinco años!

—Era una cosa de color blanco, todo en esa cosa era blanco.

—Tal vez solo era un lobo—dije, tratando de calmarlos.

Pero así siguieron toda la noche. Hasta que se cansaron y como todo ser humano, lograron dormirse, dejándome a mí, sin poder despegar un ojo. Ya que por una razón, no quería dormir. Y desde lo que Lyon había dicho, una curiosidad de ir al bosque, creció en mí.

Lyon decía que vio una cosa espeluznante, Ultear y Natsu, que había espíritus fantasmales, y Lucy, bueno, ella era una miedosa. Pero, ¿Y si era solamente un animal salvaje?, si fuera ese el caso, estaríamos en peligro, y más, Natsu y Meredy que tenían casas cerca del lugar.

Cielos.

Sé que si mamá se entera, me matará, pero bueno, cuando a un niño le entra la curiosidad, hay que hacer lo que sea para calmarla.

—Hey Lyon. Lyon. Lyon.

Lo vi moverse, para luego, levantarse tallándose los ojos y buscando la luz del sol, el cual, saldría en creo, cinco horas más.

— ¿Qué quieres Gray? —preguntó.

— ¿En dónde dices que viste la cosa escalofriante?

¿Quién dice que un grupo de niños como nosotros no puede salir de madrugada a caminar por un bosque infestado de fantasmas?

Qué yo sepa, no había una regla para ello. Pero sí, había advertencia de cierta niña de cabellos rubios que no paraba de llorar, por suerte, Natsu la calmaba, aunque fuera solo un poco.

Digo poco… ya que por cada diez minutos, se ponía a llorar de nuevo.

Pero aun sí, eso no quitaba que era un poco divertido estar así con ellos, mirando la oscuridad, tropezando con las ramas y gritando por cualquier cigarra que se escuchara a la distancia. Solo teníamos siete años, cualquier cosa nos divertía, a pesar, de estar a altas horas de la posible madrugada.

— ¡Fue ahí! —Gritó nuestro albino amigo apuntando hacia el frente— ¡Ahí vi la cosa escalofriante!

Todas nuestras cabezas miraron hacia su dirección, solo, para ver, la entrada de la tan conocida "La Montaña de Dios", en donde, se encontraban la gran mayoría de los árboles de cerezo del pueblo. Y bueno, de todos los lugares, este es el que menos habría creído, que Lyon había viso algo "extraño".

—Entonces hay que ir—propuse caminando y notando también, como nadie me seguía— ¿Minna?

—Tengo miedo, no pienso poner un pie en ese lugar—dijeron todos como si hubiese sido practicado.

Muchos dirán, como todo niño normal, me regresaría a la casa sin decir nada, regresaría a dormir como si nada hubiese pasado. Pero no, yo no soy un niño normal, y la curiosidad, sabía bien, no me dejaría dormir.

—Entonces iré yo solo.

— ¡Pero si vas te perderás! —gritó Meredy, que estaba, tomada de la mano de Ultear.

—No sucederá nada malo, pero, si me tardo más de treinta minutos, irán por ayuda, ¿Está bien?

— ¡Ten cuidado Gray! —escuché a Natsu y Lucy decirme, pero yo, ya estaba pisando aquellos escalones que me aproximaban cada vez más, a aquel lugar con ambiente pesado.

Muchos dicen que, para la edad que tengo, soy alguien muy maduro, y bueno, mirando a las personas que tengo por amigos, creo que eso es cierto. Pero también, no olvido que soy un niño, y como el niño que soy, esta situación me estaba comenzando a meter miedo. Así es, tengo miedo, y ahora que lo pienso, ya no veía la entrada por la cual, había estado caminando, ni tampoco, la luz de linternas que mis amigos lanzaban hacia mí.

¡Eso es, la linterna!

Activé la máxima intensidad de luz, solo para darme cuenta, de las feas siluetas que los árboles creaban, y que hacían, que unas tremendas ganas de ir al baño apareciera en mí.

¡Este no es momento para ser nenita, debo demostrar que soy valiente! A pesar, de que mis pantalones fuesen víctima de ello.

Y es ahora que me doy cuenta de lo tonto que fui, ¿Por qué tuve que venir a estas horas a este terrorífico lugar?, ¿Por qué no me esperé a mañana, cuando el sol saliera espantando a los monstruos que rondaran el lugar?

—Porque eres un tonto. Tonto. Tonto—me dije, mientras caminaba sin mirar bien el camino.

Y por lo tanto, cayendo sobre mis pies y rodando, por una pequeña loma que estaba enfrente. Sentí como mis rodillas se raspaban, al igual, que mis brazos y parte de mi cara. El suelo por el cual había caído tenía unas ramas trozadas al igual que pequeñas rocas, por lo cual, sé muy bien, mi cuerpo se quejará una vez, haya parado de rodar.

Me detuve con la cara enterrada en el fango.

Me tomó tiempo levantarme, ya que me dolían las piernas y brazos. Así que lo único que pude hacer, fue gatear hasta llegar a un árbol para poder apoyarme en él hasta que el ardor en mis raspones parara. Me senté en el suelo, mirando el suelo, y sintiendo, mis ojos arder.

Sí, me puse a llorar.

Ya había pasado más del tiempo pedido por mis amigos. Y nadie había venido por mí. Estaba solo, en medio del bosque, donde un animal podría venir a comerme.

Estaba solo, herido, y asustado.

—Qui-Quiero ir a casa…

Enterré mi cara entre ambas manos y lloré aún más. No importaba, al fin de cuentas, nadie me estaba viendo.

O al menos, eso creía yo.

— ¿Estás bien? —preguntó una voz desconocida.

Pero al mismo tiempo, amable y tranquilizadora.

— ¿Estás herido?

Y fue cuando la vi.

Unas luciérnagas me dieron permiso de verla gracias a su luz. Estaba escondida detrás de un árbol. Vestía una falda blanca y una blusa azul de tirantes. También tenía unas sandalias negras. Por lo que noté, su cabello era azul y era un poco largo. Pero lo que me sorprendió, fue una máscara blanca con líneas rosas y orejas de gato.

Era extraña, pero eso no me importó. Me habían encontrado, alguien había ido por mí, así que, sin tener idea de quien era…

— ¡Gracias por encontrarme! —grité corriendo hacia ella con los brazos extendidos. Estaba asustado, lo único que quería, era abrazar a alguien.

Pero cuando quise acercarme, un golpe en la cabeza me tiró al suelo.

—Itai…

Miré hacia arriba, notando, que la extraña mujer estaba mirando (o eso creo yo) hacia mi dirección. Y, con mi lámpara en la mano, la cual creo usó para pegarme.

— ¡Porque hiciste eso! —le grité adolorido.

—No puedo dejar que un humano me toque.

— ¿Eh? —Parpadeé confundido— ¿Dijiste humano?

Entonces, algo se prendió en mi cabeza.

— ¡¿Eres un espíritu del bosque?!

— ¿Cómo sabes de los espíritus? —me preguntó, por lo que noté, creo que sorprendida.

—Hay cosas que se dicen por ahí. Entonces… ¿Lo eres?—asintió con la cabeza— ¡Sugoi, los chicos no me lo creerán!

No dijo nada.

—Y… ¿Por qué me dijiste que no te tocara? —pregunté, una vez, que me había puesto de pie.

—Porque si un humano me toca, podría desaparecer.

Alcé la ceja, ¿Desaparecer?, ¿Qué quería decir con eso?

Entonces de nuevo, la curiosidad dentro de mí se activó.

— ¡Sugoi! —corrí de nuevo hacia ella con los brazos extendidos.

Y de nuevo, sentí un golpe en mi cabeza.

—Itai… vaya, entonces sí es cierto que no eres humana, ¡Las mujeres humanas no le pegarían a los niños pequeños!

—Si me tocas voy a desaparecer—miró hacia donde estaba yo—En pocas palabras, si me tocas, seré borrada de este mundo.

Seré borrada… eso quiere decir… ¿Si la tocaba, ella desaparecería para siempre? La miré de nuevo. Y no sé porque, pero pensar en eso, me entristeció un poco. Y por lo que noté al escucharla suspirar, a ella también.

—Eso cambia las cosas—dije, mirando, como ella me extendía la linterna— ¿Eh?

—Toma este lado, te conduciré a la salida del bosque.

Sonreí tanto, que sentí como mis mejillas dolían: — ¡Gracias!

Caminamos, por un largo tiempo. Cada quien tomando aquella linterna de ambos extremos, evitando, que nuestras manos se tocasen. Pero lo entiendo. Era triste saber que, si la tocaba, ella podría desaparecer, pero… ¿Cómo desaparecería?

Volteé hacia arriba, dándome cuenta, de que su cara era la más blanca que jamás había visto, y también, estaba curioso por saber que había tras esa máscara de gato, ¿Y si era una mujer horrenda que solo era amable para luego llevarme a su casa de jengibre y comerme?, ¡No!

— ¿No tienes miedo? —preguntó en voz baja.

Tal vez… debería de haber tenido miedo.

—No. Eres alguien muy amable.

Pero, no le tenía miedo ni temor. Hasta podría decir, que con ella, me sentía seguro y contento.

—Si pudiera tomar tu mano, parecería que estuviésemos en una cita, ¿No lo crees espíritu?

— ¿Qué clase de niño piensa en una cita a la edad que tú tienes?

Supongo que ningún niño, pero ese comentario, esas palabras, habían salido por si solas de mi boca.

Siempre me habían dicho que las mujeres eran charlatanas, que solo hablan y hablan, pero ella era diferente. Ella no buscaba iniciar una conversación, pero si le hablabas, su voz parecía sorprenderse… como si nunca nadie, hubiese querido conversar con ella.

—Mira, ya llegamos—dijo deteniéndose.

En verdad… ¿Ya habíamos llegado? El tiempo me pareció muy corto.

— ¡Gray! —Escuché el grito de mi mamá, Ur, a la distancia— ¡Gray, ya voy por ti!

—Es tiempo de que te vayas—dijo sacudiendo sus sandalias—Pero una advertencia. Entrar al Monte de Dios, específicamente en este bosque es peligroso, por favor, no lo vuelvas a hacer.

Quizás debí escuchar su advertencia. Quizás, debí asustarme cuando supe que ella no era humana. Pero no pude.

—No me importa si es peligroso o no. Me divertí mucho—sonreí mirándola.

Mientras que detrás de ella, unos pétalos de cerezo volaban junto a unas luciérnagas.

—Soy Gray Fullbuster.

Y el viento de la madrugada de verano, movió sus cabellos azules. Y por extraño que parezca, sentí su mirada sobre mí. Sentí, como un par de ojos ocultos detrás de aquella máscara, me estaban observando. Y nuevamente no sentí miedo, sino, un calor en mi pecho y un aumento de temperatura en mi cara.

Le había dicho mi nombre, quizás, porque quería que ella me dijera también el suyo. Pero no lo hizo, y eso, me puso triste.

—Bu-Bueno—genial, ahora estoy tartamudeando— ¡Vendré mañana a visitarte, así que espérame aquí! —grité volteándome y corriendo, bajando los escalones.

No quería que me dijera que no podía volver a verla, por eso solamente le avisé de mi nueva visita y hui. Porque sí, yo regresaría para platicar más con ella. Me había ayudado, era buena, no tenía por qué temer, ni mucho menos, huir. No importaba si el bosque fuese peligroso, yo sé que ella también quería que regresara, de no ser así, estoy seguro, que no me habría ayudado a salir de ahí. No importaba si no pudiese tocarla, ya pensaría en algo para que pudiéramos divertirnos juntos sin miedo a que desapareciera.

No importaba, si yo no conociese su nombre.

—Es Juvia Loxar…

El susurro fue bajo, pero logre entenderlo por completo. Esa era mi invitación a venir a jugar.

—Entonces… mañana vendré a visitarte Juvia—sonreí hacia el lugar donde sabía que estaba— ¡Es una promesa!

Una promesa que cumpliría sin importar que.

— ¡Gray! —gritaron mis amigos abrazándome, mientras que mi mamá, me miraba queriéndome asesinar.

— ¡Estábamos tan preocupados! —Me alejé de Lyon— ¡Ven, déjame abrazarte!

— ¡Aléjate de mí!

Estaba cansado, por lo cual, Igneel-san me llevó cargando en su espalda.

Estaba cansado, pero eso no evitó que sonriera al pensar, que mañana, volvería a ver a Juvia, y quien sabe, quizás también, pasado mañana.

—Hey Gray—me llamó Natsu— ¿Viste la cosa espeluznante?

No, no vi nada espeluznante.

—Sí.

Vi un espíritu interesante.

—Y que era—habló Ultear.

Un espíritu muy gentil.

—Un lobo.

Con máscara de gato.

Y con el bonito nombre de Juvia.

Esa madrugada, entre las flores de sakura y luciérnagas del bosque, conocí, a quien sería mi primer y más grande amor, la encantadora y gentil Juvia Loxar.


~ Continuará ~


¡Y el primer capitulo fue terminado!, ¿Qué les pareció?, ¿Interesante?, ¿Aburrido?, ¿De la patada?

Aclaraciones: Quizás esta narración es muy amplia para un niño de siente años, pero la verdad, los niños pueden pensar así, a pesar de no demostrarlo, ellos son muy maduros en distintas circunstancias. Luego, lo de Juvia no hablando en tercera persona, esto solo fue en el capitulo de hoy, ya que bueno, ella no quería que Gray supiera de su nombre, y hablando en tercera persona, él la habría descubierto.

Este fic no será muy largo, ni tampoco los capítulos, pero los haré con todo mi corazón para que sean de su agrado. Disculpen si hay mucho OoC, pero como sabrán, este es un AU, y también, no sé manejar muy bien a los personjaes.

Espero que les haya gustado. Recibo reviews con cualquier crítica, excepto insultos por favor.

Me despido con un enorme beso. Cuídense.

Nana-chan!