- Arriba, Arriba, Tetsuya- le grito su hermano, entrando de la nada a su cuarto
- Pierdete, Kizu- chillo el menor arrojándole una almohada
- Vamos, tienes que ir al básquet
- No quiero
- No voy a dejar que te pudras en esta maldita habitación. Exclama molesto- Así que mete tu trasero a la ducha y muévete
Kuroko Kizu era un hermano despreocupado la gran mayoría de las veces, intentaba no meterse demasiado en la vida de su pequeño hermanito, sobretodo cuando se trataba de las desiciones, dejaba todo al libre albedrio y al buen juicio que sabía que Tetsu tenía; mas el verano lo había dejado casi traumatizado y no podría soportar nuevamente verlo encerrado en ese cuarto con todo apagado, pudriéndose por la falta de sol.
Tetsuya se levanto de mala gana luego de que su hermano salió del cuarto, arrastro su cuerpo hasta el baño y se dio una ducha. Su mente quería permanecer en la cama todo el día, quizás llamar a Kise para hacer alguna tontería o salir a tomar café con Midorima, en el peor de los casos ir a casa de Akashi a ver alguna película.
Se miro al espejo, preguntándose si ya no se veía demacrado, carcomido por la tristeza, por los golpes, por el alcohol; se pregunto si en su cuerpo quedaba alguna marca de lo que alguna vez fue; analizo con rapidez cada parte de su rostro en busca de alguna cosa que revelara su pasado, sin éxito. Se sintió muy bien al descubrir que ya no había nada en él que dejara entre ver nada, ni siquiera los puñetazos, los cortes, los golpes, las palizas que en algún momento esa persona le dio, parpadeo y se dejo estar, con calma, mientras encendia la llave de la ducha.
Se comenzó a secar el cabello después de haberse vestido de la cintura para abajo, casi bailaba al ritmo de la música de fondo que había puesto. Kizu entro de la nada al baño, sorprendiéndolo del todo.
- Apresurate que el…"guapísimo chico de ojos azules" te esta esperando afuera
- Yo no hablo así- se queja, sin fijarse- Espera…Daiki esta aquí?
- Sip
Su hermano se fue, dejándolo con cara de incredulidad absoluta, con el secador en la mano, sorprendido de que el moreno estuviera ahí. Se puso la camiseta lo más rápido que pudo y corrió sin zapatos por el pasillo, para asomar la cabeza hacía el comedor. Ahí, sentado en el sillón, el As de Toutou conversaba tranquilamente de alguna estúpida cosa con Kizu; riéndose de lo que fuera, fumandose un cigarro de esos baratos que se compraba con su trabajo de medio tiempo en la empresa de empaques de no se acuerda cual marca. Se puso los zapatos, nerviosamente, y se dirigió hacía él con su mochila al hombro.
- Que hay Tetsu?- lo saluda sonriente el moreno
- Hola Aomine-kun
- Nos vamos?- pregunto
- Viniste en moto?
- Claro que si- se rie, jalándole del brazo- Ya, llegaremos tarde.
Lo arrastro lentamente hasta afuera de la casa, Kuroko tuvo una vista de la vieja moto de Daiki, azul, grande, poderosa; recordó cuantas veces le llevo en la parte de atrás hacia algún bar, o a su casa, o a un parque para entretenerse un rato, cuantas risas divertidas, carreras en algún lugar vacio con otros chicos igual de locos que él, su corazón latio con fuerza y tuvo que controlarse para reprimir el suspiro. Se subió dudoso, mientras el de ojos azules le daba el casco que solía prestarle cuando salían juntos, se abrazo a su cintura y cerro los ojos, siempre le había dado miedo esa cosa a la cual Daiki llamaba "El amor de su vida"; recordar aquello le puso los pelos de punta, supo desde el principio que aquello estaba mal, nunca fue parte realmente de su vida, Aomine no era el tipo de persona que daba el pase libre a su mente, mucho menos a su corazón.
El viaje fue muy rápido, llegaron al parque en un par de minutos, Daiki seguía manejando como un verdadero loco, sin respetar ninguna de las reglas; como siempre le ponía los nervios de punta, mientras que el moreno se reía al sentirlo abrazar su cintura muchísimo más fuertemente.
- Me esperas a que estacione la moto?- le pregunto
- No, debo ver a los de Seirin- responde cortésmente- Gracias por traerme, Aomine-kun
- No hay problema, Tetsu- sonríe- Nos vemos con los chicos, no? Kise esta muy entusiasmado- Kuroko pone cara de no estar realmente de acuerdo- No querras matarle las ganas, no? Esta muy animado
- De acuerdo
El moreno fue hasta la mitad del parque con su moto, estacionándola por ahí descuidadamente; lo cierto es que Kise había estado molestándole desde que Kuroko les dijo que iban a ir, claro, entendía porque el rubio parecía tan feliz pero realmente era horrible soportar sus llamadas para coordinar lo que fuera que quería hacer ese día.
Busco con los ojos a Midorima, o Akashi, sin encontrarlos. Se río de si mismo, preguntándose si Kise habría traido su pipa de marihuana como siempre lo hacía cuando iban en Teiko; en el fondo esperaba que no, pero sería infinitamente gracioso verlo drogado de nuevo, después de tanto tiempo; o si Midorima traía aquella botellita de vodka que tanto le gustaba a ambos, escondida entre sus libros como en la escuela. Camino lento, con paso seguro pero agotado, escuchaba las risas de todos aquellos que estaban a su alrededor, gritaban, se lanzaban la pelota, se caían, trataban de hacer tiros de tres y todo eso que hacías cuando estabas con amigos.
- Aominecchi- escucho la voz tan fuerte de Kise- Aquí!
- Ay demonios- se rie caminando hacía él- Has convencido a Midorima, no?
- No me mires así, Aomine- exclama Midorima- Tu también estas aquí
Takao y Midorima estaban sentados en el pasto con una botella de refresco entre las manos, el moreno se fijo por primera vez en el físico del amigo de su ex compañero, tenía unos ojos muy lindos y era guapo, él tenía un problema con los chicos guapos. Daiki sonrié en su dirección, de esa manera que usaba para coquetear, Kise rio para si, mientras movia la cabeza de manera negativa, estaba acostumbrado a esa mirada.
- Te llamas…Takao, no?
- Sabes como me llamo, Dai-chan- se ríe divertido- ¿Para que preguntas?
- Lo siento- vuelve a sonreír- Es que…creo que tus ojos me distraen…son muy lindos
- Dios, es enserio?- exclama Midorima
- Gracioso- levanta la ceja Kazunari- Gracias, guapo
Aunque Midorima no quisiera admitirlo, Takao Kazunari era muy bueno coqueteando y le encantaba, y aunque quisiera negarlo Shintaro adoraba esas maravillosas pestañas que se mueven dulcemente, la sonrisa dulce que suele ostigarle le parece sexy y la manera en la que habla es provocadora y lenta. Si él apenas podía resistirlo, no imaginaba cuanto debía de costarle a Daiki controlarse, reconocío rápidamente esa mania en las manos que el moreno hacía para no dejarse llevar, tenía los ojos azules puestos sobre Takao, podía ver su lascivia, su deseo, tanto como podía verlo Kise, ambos sabían que cuando Aomine Daiki quiere algo con aquella intensidad siempre lo consigue.
Si a él le molestaba, considerando que cuando miraba a Takao no sentía nada más que un leve cosquilleo, no quiso pensar en como debía estarle doliendo a Ryouta, pudo ver más alla de la sonrisa finjida, de los ojos entrecerrados y las manos apoyadas en el pasto, le conocía tanto que casi pudo sentir ese ardor punzante en el corazón que le recordaba una vez más que aquel chico que tanto le gustaba, a quien tanto amaba desde hace tanto tiempo, no le pertenecía, no le quería, y no podría jamás ser más que un acoston de borrachera, si es que lograba serlo alguna vez.
- Como aguantas al cuatro ojos?- le pregunta con voz burlona- Eres un chico lindo…Midorima odia a los chicos lindos…Y lo acepto…no es fácil lidear con él, lo se.
- No es nada complicado- responde con voz segura- Solo es adaptarse un poco…lo conozco desde hace tanto que para mi no es un esfuerzo.
- Vaya! Guapo y buena persona
- Ya dejalo, Aomine- dice ya molesto Shintarou
- Vamos, a él no le molesta- se ríe, sus miradas se unen, ignorando por completo al peliverde- O si, cariño?
- Aomine!
- Claro que no- le coquetea Kazunari
- Takao!
- Wow, cuanto ha pasado? Un año?!- la voz calmada de Kuroko se escucha, cuando voltean a ver todos los de Seirin los miraban divertidos, Midoriama estaba algo rojo de la molestia y aparto la vista con rapidez, lo cual era un poco tonto considerando que Takao había visto con claridad aquella fría mirada de odio que le había dedicado a Aomine- Y aun así…siguen peleando por la misma razón. Chicos.
- Antes lo hacían también?- inquiere Riko
- Si- asiente Kise- Midorimacchi y Aominecchi solían pelearse mucho…desde que nos conocimos. Incluso cuando comenzaron sus eteeernos noviazgos seguían haciéndolo, creo que fue porque Midorimacchi sabía que Akashicchi era el compañero de crimen de Aominecchi
- Hablas como si hubiera sido un asco de novio!- casi grita Daiki mirando a Kise- No fui un asco de novio!
- Dios, son insoportables- la sonrisa de Akashi hizo a todos voltear, los de la generación de los milagros se quedaron quietos un tanto impresionados- No me miren así…tenía que venir…Kise me estaba hartando
- Pero mira que guapo te ves- dice Aomine levantándose para abrazarlo- Dios…aun tienes un grandioso trasero
- Si quieres puedes venir a verlo a mi casa- le guiña el ojo, ambos se rien- Vamos Tetsuya- le rodea con su brazo- Sientense…la pasaremos muy bien
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Despues de quizas cuanto...pero lo subi...no se preocupen seguire subiendo...no me odien