Disclaimer: El anime y manga de Katekyo Hitman Reborn! Pertenece a Akira Amano.

Advertencias: AU, muerte de personajes, violencia, Insinuaciones de violación, shota, Lemmon, lime…

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PARADOX

Capítulo uno

Apertura del caso


La habitación estaba obscura, las cortinas corridas, las puertas cerradas y el brillo de su linterna apuntando directamente el teléfono mal colgado. Las suelas de sus zapatos negros fueron el único sonido dentro del lugar, más el ligero repiqueteo del otro lado del teléfono, alguien entró seguido de él y uno más después, todos con linternas mientras apuntaban a todas direcciones. La sala humildemente acomodada, una chaqueta sobre el sofá de una plaza, los cojines regados en el suelo, sobre la mesa el periódico de hace cuatro días y un vaso descuidadamente colocado al lado de una pantalla de treinta y dos pulgadas, una planta sobre el borde de la ventana, seca y muerta; finalmente envió el brillo de la linterna al suelo y el brillo que encontró le envió una alerta a todo el cuerpo.

Sangre.

El brillo de la linterna comenzó a recorrer el suelo hasta que se detuvo en una… zapatilla, cerró los ojos soltando un suspiro.

El cuerpo inerte de una mujer se encontraba sobre el charco mayor de sangre.

Con un gesto de mano llamó a sus compañeros para comprobar que el cuerpo realmente no tenía vida. Sin embargo un sonido similar al golpe de nudillos contra madera los alerto. Todo quedó en un pesado silencio, el único ruido era la respiración fuerte de su compañero del lado derecho; ante un nuevo golpe todos sacaron un arma y se dirigieron hacia el origen del sonido. Intercambiaron miradas al llegar a una puerta al final del pasillo, él fue el elegido a abrir la puerta; apretando la linterna clavó los dedos contra el pomo de la puerta. Entonces giró.

Todas las armas apuntaron a la vez el interior, tontamente desconcertados encontraron el lugar vació, un armario llenó de productos de limpieza y un gabinete de hierro empujado en la esquina, el gabinete casi cubría la totalidad de la pared del fondo, de nuevo el golpeteo. Dos de ellos soltaron sus linternas, dejándolas al tercer compañero, empujaron el gabinete hacia la derecha; una puerta de madera común fue revelada, el golpeteo venía de ahí. El tercer hombre se colocó frente a la puerta, de nuevo sus dedos dudaron antes de tomar el pomo y girar una vez más.

Como peso muerto el cuerpo de un infante llegó al suelo, el olor a aire vaciado y mugre llenó sus olfatos, el cuerpo se movió un poco antes de quedarse quieto.

—Llamaré a los agentes… esto ya no está a nuestro nivel.

≈O=O≈

Caminó entre la multitud de policías y paramédicos plantados en medio de la calle, sumergió la mano derecha en el bolsillo de su pantalón y la mano izquierda la elevó lentamente, con esa mano empujó la fedora hacia arriba, estudió los movimientos de la gente, también a los vecinos que miraban sobre el hombro lo que sucedía en la pequeña casa blanca, volvió a jalar la fedora antes de localizar al hombre que buscaba, una vez llegó a su lado tocó su hombro.

—Hola Kyôya, ¿algo para mí?

Kyôya frunció el ceño antes de comenzar a caminar hacia la casa, él lo siguió lentamente, mirando la casa que se levantaba frente a él: una casita blanca, de dos pisos, las cortinas corridas, el jardín con la hierba alta y las flores arrancadas tiradas por todos lados, anotó eso antes de entrar por debajo de la cinta amarilla: PRECAUCIÓN. Por dentro aún se olía a crimen: miedo, dolor, polvo y sangre. Siempre olía a sangre. Al fondo se veía el cuerpo de una mujer regado en el suelo sin cuidado, bajó un poco más la fedora antes de comenzar a escuchar.

—Reborn… —soltó secamente y luego volvió a hablar —Mujer blanca, aproximadamente 35 años, la encontraron entre la sala y la cocina —Kyôya se detuvo frente al cuerpo de la mujer, se podían distinguir dos charcos de sangre antes de que el más grande se abriera debajo del cuerpo de la mujer —en el abdomen tiene enterrado un cuchillo de cocina, todo indica que fue apuñalada aquí —señaló el final de la sala, cerca de un sofá de tres plazas, donde un gran charco de sangre se abría —y luego ella se arrastró hasta esta parte, no tiene marcas de agresión, nada de forcejeos, persecución, nada. Todo apunta a que fue un ataque sorpresa o que ella misma pudo haberlo hecho.

El cuerpo estaba tirado de costado, era una mujer muy joven, el cabello corto y castaño estaba enredado y manchado de sangre, el cuchillo estaba clavado desde la punta hasta casi el final de la hoja metálica, el mango de madera estaba mojado de sangre y casi toda su ropa estaba manchada de sangre, las manos de la mujer caían sin vida por sus costados, la sangre que cubría estaba cerca y la sangre aún fresca era casi negra. Lo más sorprendente fue notar que mantenía los ojos cerrados y un rostro pacífico, ese ataque no había sido sorpresa, lo más probable es que hubiera recibido con gusto la puñalada o que ella se hubiera suicidado. Se hincó frente al cuerpo y observó todos los detalles que sus ojos pudieron captar, la boca ligeramente apretada y los párpados bien cerrados.

Suicidio… aunque parecía sensato… algo le decía que tampoco podía ser un simple suicidio.

—Escuche que encontraron a un chico encerrado.

Kyôya asintió brevemente mientas sus ojos continuaban vagando en la mujer frente a él. —Así es. Piel clara, moreno, aproximadamente quince años, se especula es el hijo de esa mujer… buscaremos información de ambos en la casa, ya tenemos los permisos. Cuando fue encontrado el niño parecía no haber comido desde hace dos o tres días, es el tiempo aproximado en el que se detectó que nuestra victima desapareció.

—¿Cómo está el niño?

—Por el momento se ha dicho que tiene desnutrición y deshidratación, con probabilidad de presentar anemia. Parece estar en shock, no ha hablado y se ha mantenido quieto, tampoco come ni bebé agua, así que se le ha comenzado a suministrar sueros vía venosa. De cualquier forma, los asistentes sociales se encargaran de él.

—Quiero hablar con él antes de que se lo lleven.

Hibari, que se había puesto de cuclillas al igual que él, se levantó y se dirigió al exterior de la casa, un poco más atrás le siguió; el viento de la anterior primer lluvia de verano despeinó suavemente el cabello negro de Kyôya, Reborn entrecerró los ojos mientras dejaba caer la mano sobre los hombros del menor y luego la dejaba pasear sin cuidado por su cabello, sintió al otro estremecerse y él sólo sonrió divertido, apartó la mano y se detuvo frente a la ambulancia.

—¿Podría hablar con el niño?

Se dirigió a la chica que llenaba documentos desde una tabla metálica, ella lo miró con una ceja alzada, él simplemente tuvo que elevar su placa de policía para que ella aceptara, ella le gruñó algo entre dientes, pero él la ignoró, abrió la ambulancia y se subió, Kyôya le seguía desde atrás. El muchacho frente a él era un niño, para él no aparentaba más de trece; era de complexión pequeña y delgada, sin embargo estaba muy flaco y todo indicaba que su estatura se debía a su mala alimentación; el cabello lo tenía sucio, alborotado y muy largo, simplemente descuidado, cubría un poco más debajo de los ojos, casi hasta la nariz; su mirada se mantenía fija al frente.

—¿Cuál es su nombre?

—Aún no lo sabemos.

—¿Puedes oírme, niño? —a su lado Kyôya soltó un bufido antes de sentarse al lado del castaño, lo más apartado que pudo del moreno. El niño le miró brevemente antes de asentir y desviar la mirada hacia el otro lado de la ambulancia, justo donde se sentó. Que recibiera una respuesta le sorprendió. —¿Podrías decirme tu nombre?

Una lengua rosada salió disparada de la boca del menor, lamió sus labios resecos lentamente antes de cerrar los ojos y abrirlos una vez más, la mirada seca del infante se dirigió a él, Reborn observó su mejilla derecha, la marca de rasguños era fácilmente detectable.

—… ¿Dónde está mi mamá?

—¿Cómo se llama tu madre?

Los ojos del castaño se entrecerraron. —¿Dónde está mi mamá?

Cansado de esa infructuosa conversación Kyôya soltó un gruñido. —Creo que no obtendremos nada, vámonos.

Kyôya se levantó de su lugar y bajó de la ambulancia, Reborn por su parte continuó en su lugar —¿Cuál es tu nombre? ¿Puedes decírmelo?

El niño bajó la cabeza y comenzó a llorar. —Es Tsuna… ¿Dónde está mi mamá? —no contestó y el niño se bajó de su asiento y se hinco frente a él, tomó su rodilla derecha mientras más lágrimas descendía de sus ojos, se veía tan cansado y perdido que no le tomaría por sorpresa si se quedaba dormido. —Había sangre… yo vi sangre… ella no fue por muchos días y no sabía qué hacer; tenía hambre y sed, pero estaba muy preocupado, mamá siempre iba, siempre estaba ahí, pero ahora no fue.

El rostro del niño se distorsionó en una mueca que indicaba su estado en ese momento: Miedo. Terror. Dolor. Todo eso era lo más destacable.

—¿Desde hace cuánto que estabas ahí, Tsuna?

El niño le miró sin comprender. —Siempre he estado ahí, mamá me cuidaba, por eso estaba ahí. ¿Dónde está ella? Quiero verla. —Sintió como los dedos se enroscaban en la tela de su pantalón, enseguida el niño dejó caer la cabeza, clara muestra de derrota.

Impotencia.

Colocó una mano sobre el cabello del castaño, se sentía sucio y seco, lo revolvió lentamente. —Está bien Tsuna… a partir de ahora todo estará bien.

—¡Reborn!

Kyôya lo observaba desde abajo con impaciencia mientras le señalaba su reloj de muñeca, Reborn soltó un bufido antes de quitar la mano del cabello del moreno y colocar ambas manos en sus hombros, lo levantó para tenerlo de pie frente a él, aún en el pequeño espacio de la ambulancia el niño cabía a la perfección; alzó una ceja cuando notó que sus orbes chocolate lo miraban fijamente, sin embargo tenía prisa.

—Cuídate, nos volveremos a ver.

El niño continuó sin decir nada, Reborn lo sentó a su lado y se levantó de su lugar, bajó de la ambulancia y volteo sólo un momento, la mirada del niño seguía fija en él. Kyôya lo jaló para que se apurara.

—Hablaremos con los vecinos mañana, por ahora nos quedaremos a buscar información —soltó Kyouya mientras soltaba su manga y se acomodaba la chaqueta. —Por cierto, me acaban de informa cual era el nombre de esa mujer —Kyôya se detuvo —Su nombre era Nana Sawada y era divorciada.

Una nueva perspectiva se abrió en la mente de Reborn.

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-Nixse