¡Hola de nuevo! De verdad estoy muy contenta de ver sus reviews ;; -Les manda montones de amor.-
Anyways, aquí les vengo con un capitulo muy corto para mi gusto, pero les prometo el que viene tendrá más palabras. Espero les guste y dejen más reviews que yo me mantengo viva de eso(?) Por cierto, no especifiqué la edad de Rivaille. Suponiendo que Eren tiene 6 años, lo dejé como adolescente porque eso lo hace incluso más bonito -No,mabu,No.-

¡EN FIN! Aquí les dejo para que lean~

DISCLAIMER: No, Shingeki no Kyojin no es mio. Todo es de el grande, único y magnifico Hajime Isayama sensei.


–¡Cuidado al frente muchachos!

–¡Se avecina uno grande!

-Atraparon a Armin, ¡RETIRADA! ¡RETIRADA!

Un grupo de pequeños niños, de alrededor 6 años, se encontraban corriendo en círculos en lo que era la parte trasera de un hogar.

-Nada de retirada Mikasa, ¡DEBEMOS VENGAR LA MUERTE DE ARMIN!

–Eh, oigan… ¿Ya me morí?

Ahí también estaba, un poco apartado de ellos, un adolescente de cabellos negros, con la mirada típica inmutable puesta en el libro que sus manos sostenían. Refugiado en la sombra que uno de los pocos arboles daba, entre todo el espacio verde que a propósito se hallaba en aquél lugar.

–Si Armin, para de correr que los titanes ya te arrancaron las piernas.

–…

–¡EREN!

Al día siguiente presentaría una importante prueba en el instituto, por lo que necesitaba estudiar. Aunque no se le dificultara ninguna materia y mantuviera muy buenas notas en todo, siendo uno de los mejores promedios de su generación, repasar un poco para asegurar su excelencia no estaba de más. Sumando el que, en definitiva, no quería participar en lo que delante de él acontecía.

–Armin, no llores. Ignora a Eren, sabes que se emociona cuando jugamos a Titanes y militares.

Que fastidio.

Levantó la vista un momento de su libro para mirar que es lo que tanto ruido les hacía hacer a esos mocosos. Entornó una ceja cuando se halló con la curiosa escena: El pequeño temerario a.k.a el más mocoso de los tres, regañaba a sus otros dos amigos mientras uno de ellos lloraba en brazos de la única niña.

Rodó los ojos. En verdad que era un fastidio todo aquello, pero como el que no hiciera bien su trabajo significara el que no le pagaran bien, decidió intervenir. Cerró el libro y se levantó de su sitio abandonando, por desgracia, toda comodidad para así dirigirse hacia esos tres pequeños seres.

–Hey… Eren seguía propinando regañizas sobre lo que era ser un buen soldado y porque el caracterizar de manera correcta el juego haría que fuera más divertido, hasta que la conocida voz de su mayor llegó a sus oídos. Entonces, paró en seco y le volteó a ver con precaución.

Levi lo miró con la advertencia pintada en sus iris, y sin embargo el semblante serio no cambió para nada.

Se mantuvieron mirando un minuto. Nadie dijo nada y lo único que se oía era el sollozar del pequeño rubio, quien ya había apaciguado de poco en poco su lloriqueo gracias a la chica de nombre asiático.

Al final, Eren apartó la mirada con un pequeño puchero plasmado en el rostro. Se acercó hacia donde estaban los otros dos y pronunció, sin hacer contacto visual con nadie.

–L-Lo siento. Si quieren yo hago del herido. O o, ¡no sé! Pero lamento haberte hecho llorar, Armin.

El aludido alzó el rostro, lo miró sorprendido. Y no solo él, también la chica abrió los ojos, atónita. Nunca Eren se había disculpado por algo, en palabras al menos. Armin cambió las facciones instantáneamente y le sonrió de oreja a oreja. Mikasa también lo hizo pero de una manera un tanto más sutil.

Levi rodó los ojos de nueva cuenta. Que sencillos son los problemas de solucionar cuando eres un mocoso infantil y tonto. Volvió a su sitio, suspirando en cuanto su piel dejó de sentir con el sol veraniego al que aquellos niños se exponían tan gustosamente sin argumentar nada.

Iba a volver con su lectura, abriendo de nuevo el libro que se mantuvo cerrado todo el tiempo entre sus dedos apartando la página que había leído de último. Iba a hacerlo, hasta que por pura coincidencia sus ojos se toparon con unos muy, pero muy verdes. Estos le sonrieron, de una manera tan inocente y pura que el corazón del chico no pudo evitar dar un vuelco.

Apartó la vista, ocultando el rostro con ayuda del libro en su intento de evitar que su sonrojo fuera visto por alguien más.

Levi se moriría, si supiera que alguien más lo habría visto de esa manera. ¿Por un mocoso de ojos "bonitos"? No, qué tontería.

Que fastidio.

Mikasa…

¿Si?

¿Por qué Eren mira de esa manera a Rivaille oni-san? ¿Y por qué oni-san se puso rojo?

–…

–…

Mikasa se encogió de hombros con total inocencia. – No sé, Armin. Preguntémosle a Eren luego.