Raining Love

.

.

.

En un beso sabrás todo lo que he callado-Pablo Neruda

Ami142: Sí, estoy de vuelta, como dije voy a continuar esta historia hasta el mismisimo final y espero que os guste. Muchos besos! Gracias por leerme!

Gracias por todos los Faves y Follows!

8

.

.

.

Jeannie observaba con absoluta desconfianza a Allegro manteniendo la distancia con él, después de todo aunque ella no fuera rencorosa, lo que había hecho Allegro a ella y a Jack había sido ese tipo de cosas que no se debía olvidar, Allegro formaba parte de los guardianes de la oscuridad, no eran elegidos como Jack, no volvería a confiar en él nunca.

—De verdad, esto era tuyo.

Allegro sacudió la pulsera entre sus dedos con insistencia, una parte de él, la más natural que podía tener quería agarrar y decirle "¿No te lo crees? Pues nada" y destrozar la pulsera frente a sus narices hasta que no quedaran más que uno pocos trozos irreconocibles, pero una parte muy pequeña, casi inexistente de él, lo que una persona normal llamaría "conciencia" había despertado después de un largo letargo de...milenios y precisamente era esa parte la que estaba diciéndole que era obvio que ella no confiara a la primera de cambio y que tendría que echarle paciencia.

— ¿Por qué iba a confiar en nada de lo que tu digas después de lo que nos has hecho? —exigió saber con los brazos cruzados.

— No existe ningún motivo aparente, hago esto como lo demás: porque me da la gana—replicó con frialdad.

Jeannie lo miraba a él de hito en hito cuándo no bajaba la vista hacia la pulsera, no podía evitar sentir aquella familiaridad hacia la pulsera, pero no podía confiar en él, la última vez que aceptó algo de Allegro se volvió incapaz de ver a Jack por un tiempo limitado. "¿Qué podría haber hecho con una simple pulsera?", pensó para sí, no le tenía mucho sentido, Allegro sabía muy bien que ninguno de ellos iba a confiar en él y aún así había venido con aquella cosa, si se trataba de algún plan nuevo se le escapaba de las manos, ¿qué ganaba esta vez Allegro? ¿Y si la pulsera tenía algún maleficio que al tocar su corazón dejara de latir por Jack? Parecía algo muy en su línea, Allegro nunca hacía nada porque sí.

— Si en teoría me la robó Bellaña, ¿por qué lo haría y por qué te la daría a ti?

Allegro rodó los ojos, el vaso de su paciencia era del tamaño de un chupito y se estaba colmando muy rápido.

— Primero: porque yo la convencí para hacerlo y por eso la tomé antes de que ella fuera eliminada por Moon y Edoras.

Jeannie tenía una sensación extraña en sus entrañas porque cuánto más miraba la pulsera más sentía que le era conocida, a pesar de que lo que veía en su mente cuándo trataba de recordar de qué solo había negrura, como si hubieran pasado muchísimos años.

— Te aseguro que no voy a tomar nada de lo que tú me des —soltó entre dientes.

Aún pensaba en otra alternativa, ella y Jack estaban juntos, era más que obvio que ella estaba más que loca por Jack, claro que eso no podía decirlo delante de sus padres porque era lo que cualquier adolescente diría de cualquier primer novio y él no era un novio cualquiera aunque parecía menos complicado que explicarles que ellos estaban destinados desde la otra vida en que ambos fueron dos chicos cualquiera enamorados, entregados y deseando casarse como era la tradición. El caso es que ella tenía la marca de guardián en su mano, ella iba a convertirse en guardiana, el como ni cuándo sí era más difícil, parecía que le tocaba a ella sustituir a Bellaña, no se le ocurría misión más amarga que ella a pesar de que también podría estar con Jack, lo convertía en una sensación agridulce pero ahí estaba el tema, ¿qué pasaba si quería contaminarla para que fuera una guardiana de la oscuridad en lugar de una elegida por Moon?

—Ya, bueno, yo he hecho mi buena acción del milenio—dijo dejando caer la pulsera sobre el escritorio de Jeannie.

Allegro comenzó a caminar notando como la pelirroja retrocedía un par de pasos sin dejar de vigilar sus movimientos, aquello le hacía gracia, parecía que era de las que aprendía muy rápido, era una opción interesante de guardiana sin duda. Se inclinó un poco, a unos centímetros de su rostro, ella estaba entre la cama y él.

— No tengas miedo, Jeannie—le dijo por lo bajo—. Es posible que yo le torciera un poquito de nada las ideas a Fry pero…

Ella lo miró con los ojos chispeando de pura rabia.

— ¿Un poquito? ¡Se está portando como un pirado!

Allegro se encogió de hombros.

— Eh, eh. Ya estaba mal de antes, no quieras echarme a mí la culpa.

— Eres un…

Estiró la mano enredaron los dedos en las largas hebras de pelo rojo para acercarla más a él a pesar de su reticencia.

—De verdad que ya no tengo nada contra tuya—le susurró con la nariz rozando la suya.

No había nada, nada entre los dos que pudiera leerse como tensión, los sentimientos de la chica estaban más que reafirmados por el guardián de la diversión, no habría como cambiar eso ni en un millar de años y Allegro no sentía nada por aquella mujer, bueno, en realidad no sentía nada por nadie que no hubiera sido Ulmia...excepto la confusión hacia la chica que era su amiga.

— Puedes decirles que te la he dado, quizás cuándo la examinen y veas que no tiene nada me otorgues un poquito de merito.

— Ya veremos.

Allegro se rió.

— Nos veremos entonces, fiera.

Y desapareció de aquella forma borrosa que solo él podía hacer dejándole aquel objeto.

.

.

.

Jack regresaba a casa de Jeannie donde sentía de nuevo la estela de Jeannie, el peliblanco sintió una amarga sensación en el pecho solo de pensar que aquel ser pudo estar cerca de Jeannie, una razón más para apresurar al viento hasta poder golpear la ventana, en estos momentos en los que ya no era invisible para la gente había tenido que desplazarse en bancos de nubes para poder llegar sin ser visto y ser lo más silencioso posible.

Tenía que tener cuidado ya que si el padre de Jeannie veía que él estaba por allí podría ponerse...nervioso no era la palabra, era más bien ponerse peor que los yetis de Norte las otras veces que él había intentado colarse en el taller del guardián, así que Jack debía moverse con sigilo a pesar de las ganas que tenía de meterse de cabeza en esa casa y sacarlo a patadas, aunque pensaba que por lógica si tanto él como los otros guardianes de Moon habían dejado de ser invisibles, Allegro y los otros también debieron de dejar de serlo ya que Bellaña servía a ambos lados como lo que debía ser un ente imparcial, que al final fuera distinta era un tema aparte, después de todo no había sido una elección muy acertada una mujer que había sido una niña sin ningún tipo de emoción positiva, estaba más que claro para que lado había tirado y no le molestaba.

Jack abrió la ventana con el viento para asomar la cabeza con precaución, Jeannie estaba sola en la habitación, sentada en la cama sin apartar la mirada hacia algo que había en el escritorio pero Allegro no estaba por ningún lado.

— ¿Jeannie? —la llamó en voz baja acercándose con impaciencia.

Se sentía más ruidoso que nunca, los tablones de madera parecían crujir cada vez que él pisaba con aquellos estúpidos zapatos, hacía más de trescientos años que no llevaba unos zapatos, ¡era obvio que hubiera perdido la practica! Se paró apenas unos segundos para ver si escuchaba ruido de las habitaciones adyacentes encontrando solo los sonidos que se oían de la televisión desde abajo, nadie subía por las escaleras ni se acercaba por el pasillo.

Le tomó las mejillas con las manos acariciándolas en silencio para observarla con atención, cuándo los ojos grises, como la escarcha que dejaba en los lagos, se movieron hacia los suyos, además de sentir aquella agradable aceleración en su pulso también sintió el alivio de que ella aún podía verlo y que, en apariencia, Allegro no le había causado ningún daño.

— He sentido a Allegro, dime, ¿te ha hecho daño?

Ella hizo un no con la cabeza.

— Son...sentimientos encontrados—murmuró por lo bajo.

La expresión de Jack se volvió confusa, ¿qué otra cosa aparte de enfado podría haber sentido por Allegro? Sabía que su Jeannie no era rencorosa, una cualidad muy buena, tampoco era que después de lo que él hizo no se le pudiera guardar rencor, estuvieron a punto de perderse el uno al otro, peor todavía, él estuvo a punto de pasar otra existencia larga y triste si la hubiera perdido por completo.

— ¿Qué ha pasado?

Ella hizo un gesto ausente hacia el escritorio.

— Dijo que Bellaña me la había quitado—murmuró en respuesta, sus cejas rojas estaban fruncidas provocando una arruga en el ceño—. Creí que me engañaba pero...cuánto más la miro...más siento que...era mía.

Jack giró la cabeza hacia el escritorio notando por primera vez aquel trozo de cuerda de cuerda trenzada que estaba en el escritorio, como parecía estar trabajada con sumo esmero a pesar de verse aún basta y rudimentaria, era notable el cariño y el esfuerzo que se había puesto en aquella pulsera, bien sabía que sus recuerdos no estaban del todo con él, que había muchas partes que aún vagaban en la oscuridad cubiertas de telaraña, tal vez porque necesitaba más visitas a su cilindro o por lo que fuera, no importaba, tenía otras partes más importantes como el rostro de Julie, siendo ahora el de Jeannie, el de su hermana, el de sus padres, como también parte de los deseos que estaba reviviendo, entre ellos el hecho de cuánto había deseado que llegara el día en que por fin viviera con Jeannie como un matrimonio, no le gustaba la idea de crecer, sin embargo, la recompensa de reconocerse como adulto era infinitamente mayor si ya no tenía que pesar por carabinas ni esconderse para besarla.

Parpadeó y tomó aire ante la perspectiva de ese deseo cumplido a medias.

Entendió mucho mejor que antes la perspectiva de Jeannie de querer convertirse en guardián, sabía lo difícil, por no decir el dolor, que le haría separarse de su familia, como él se aborrecería a si mismo por hacerle pasar por aquello como también sabía que no podía acompañar a Jeannie por toda una vida observándola madurar, volverse una adulta y poco a poco envejecer, cada día un poco más, cada día un poco más cerca de permanecer separados porque Jeannie algún día sería un adulto, algún día sería una anciana y como solía pasar, el círculo se cerraría, ¿qué pasaría entonces? Tal vez no tuviera más oportunidad de encontrarla de nuevo o si lo hacía y no podía reconocerla otra vez, ¿qué iba a hacer él?

Antes de darse cuenta, su cuerpo se había movido solo hacia aquel escritorio para tomar entre sus manos aquella pulsera, Jack la observó con ojos velados, la tristeza flotaba en el iris azul observándola, no había ningún mal en aquel objeto, lo único era la pena que tenía en su cuerpo por no haberla entregado en aquel momento.

— Jeannie —le llamó de nuevo.

Jack se arrodilló en el suelo frente a ella tomando sus manos.

— No sé por qué lo ha hecho… o siquiera …..

.

.

.

Stop! Capítulo interrumpido, es decir este capitulo esta por la mitad, digamos que un adelanto porque en vacaciones de navidad iba a hacer un parón pero como os dije os iba a dejar algo dentro de dos semanas y aqui esta un pequeño obsequio por navidad, pero para que no os enfadéis, el 15 de enero pondré el resto del capítulo (editado obviamente) más el capitulo 9 de regalo, asi que espero que os haya gustado y nos veremos.

Besos y feliz navidad!