Hola que tal?

si lo sé, con esas historias por ahí inconclusa y aquí estoy publicando una nueva... pues tenía que hacerlo, hoy es el día perfecto :P
Es mi primera historia de Sekaiichi Hatsukoi, espero haber plasmado lo mejor posible la personalidad de cada uno de los personajes que no son mios sino de Nakamura-Sensei *w*

Se supone que la historia está ubicada más o menos donde terminó el anime; aunque puede que tenga destellos del manga

No les quito más tiempo, a leer!

Capítulo 1: Cuidado con lo que deseas.

Takano besó suavemente los labios del pelicastaño, que se dejó llevar aunque mantenía los ojos fuertemente apretados negándole el poder disfrutar de sus hermosos ojos esmeraldas, ni siquiera porque acababan de hacer el amor Ritsu bajaba la guardia aunque al menos no lo había insultado y le había gritado como acostumbraba en esa situación, no aun; quizás estaba preocupado porque no habían ido a trabajar ese día, había logrado convencerlo de que para recuperarse de su resfriado lo único que necesitaba era de él o tal vez Ritsu solo se había resignado aunque no terminara de quererlo y aceptarlo.

Suspiró, hundiendo el rostro en el cuello del castaño, este solo se removió acoplándose mejor a él. Esto y el hecho de haberlo llamado sempai en una ocasión era única muestra concreta de lo que Ritsu sentía por él a pesar de cuanto lo amara Takano.

- Si tan solo dejaras atrás a Saga sempai y aceptaras amar a Takano Masamune – Susurró besando su cuello; Ritsu solo se tensó. Takano no dijo ni una palabra más observando como Ritsu se quedaba poco a poco dormito a su lado. El pelinegro miraba el cielo a través de la ventana abierta, era la noche del séptimo día del séptimo mes del calendario lunisolar (*), como bien le había recordado el diario esa mañana, nunca había creído en leyendas de amor y esas cursilerías, pero al ver las estrellas una palabra le había venido a la mente de inmediato: Tanabata.

- Quizás deba pedir un deseo – Dijo pensativo para sí, esa era la noche en que según la leyenda Orihime e Hikoboshi podrían volver a estar juntos; un día de gloria en su eterno amor maldito. Recordó viejos cuentos de la universidad donde chicas y chicos por igual aseguraban que sus deseos se habían cumplido esa noche y eran felices con sus parejas, nunca les había prestado mayor atención, pero ahora se preguntaba si realmente habría funcionado.

Observó a su amado Onodera que respiraba acompasadamente, y se estiró para tomar un papel y un bolígrafo de su mesita de noche, riñéndose un poco por creer en esa vieja leyenda. Dudó un poco antes de escribir unas pocas palabras, y se levantó con cuidado para colgar el papel (tal como dictaba la tradición) a una pequeña rama de bambú que adornaba la ventana. Volvió a la cama con cuidado de no despertar a Ritsu aferrándose a su cintura.

Él no quería forzar su amor, solo deseaba que su amado castaño olvidara los prejuicios y pudiese ver la sinceridad de su amor desde otra perspectiva.

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Yukina sonrió tristemente al entrar a la habitación y ver a Kisa-San dormido. El principesco muchacho llevaba una bandeja con la suculenta cena que había preparado para ambos pero que ahora debería degustar solo…otra vez. La dejó sobre la mesa y se sentó junto a la cama cubriendo al mayor que estaba desnudo.

Hacía poco que se habían reconciliado y comenzado a vivir juntos (Solo serían un par de semanas y estaban por terminar) pero a pesar de estar en la misma casa en ese tiempo habían hecho tan pocas cosas juntos, a penas y se juntaban para tener sexo y eso porque necesariamente necesitaban del otro, por lo demás solo eran un hombre dejando a un muchacho cumplir su capricho de vivir en su casa.

Yukina se acercó a la ventana para cerrarla no fuera que Kisa-san pescara un resfriado, pero se entretuvo un poco observando las estrellas: Orihime y Hikoboshi resplandecían espléndidamente. Se fijó en que no hubiera nubes en el cielo, no quería que lloviera y los amantes no pudiesen encontrarse, no quería que su deseo debidamente colgado sobre el bambú que adornaba la mesa frente al televisor, no se cumpliera debido a la lluvia.

Volvió a sentarse en la cama acariciando el rostro de Kisa-San. Desde que lo había visto a punto de besar a aquel hombre cuando apenas habían terminado, no podía dejar de cuestionarse si en el fondo Kisa-San seguía siendo el mismo de antes: el mismo hombre interesado en el sexo ¿era solo eso lo que Kisa-San veía en él? Siempre le decía que desde el principio le había atraído su rostro, y después de su reconciliación sabía que Kisa-san lo quería ¿pero que tanto? ¿Por qué nunca le decía una palabra que se lo esclareciera? ¿Un me gustas, un te quiero o te amo? ¿o es que solo sería un cariño superficial?

Yukina negó con la cabeza intentando sacarse esas ideas de la mente, tampoco quería presionar a Kisa-San en ese sentido, no quería agobiarlo. Pero el no haber podido compartir ni una sola comida en esas dos semanas viviendo juntos, que apenas mediasen un "buenos días" "buenas noches" porque realmente no se veían durante mucho tiempo, de hecho se estaban viendo menos que antes y que aun así el mayor no pareciera preocupado le hacía cuestionarse si realmente Kisa lo veía solamente como un buen compañero de sexo y nada más.

Él quería ser el todo de Kisa-san; y en el fondo temía que de expresarle su preocupación Kisa no fuese capaz de tranquilizarlo con las palabras que deseaba escuchar. Suspiró un poco. Amaba a Kisa Shouta, pero no podía dejar de desear que fuese una persona más expresiva en su relación y que realmente pudiese verlo con otros ojos, más allá del sexo.

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El escándalo en la cocina debió asustar a todo el edificio. Chiaki se tensó al ver todas sus ollas en el suelo pero lo que más le preocupaba era haber despertado a Hatori.

No había querido molestarlo, después de todo Tori había tenido una pésima semana ya que su otra autora había perdido su portafolio con el storyboard y además el editor en jefe había faltado un día por un resfriado sobrecargándolo de trabajo, pero lo cierto es que Chiaki tenía hambre y había intentado cocinar siendo un desastre solo en elegir las ollas para el omelet.

- ¿Cuándo has visto hacer un omelet en una olla? – Lo riñó Tori, su expresión estaba realmente cansada pero aun así se acercó a la cocina sacándolo a él para arreglar un poco el desastre – Ya te hago la cena.

- No… Tori, estás cansado – El más alto negó a pesar de no poder ocultarlo y empezó a cocinar. Chiaki se sentó en la mesa observándolo con algo de culpa. A veces sentía que no era más que una carga para Hatori; el hombre no solo tenía que hacerse cargo de él como editor sino que también personalmente. A veces se sentía un poco incompetente y temía que algún día Tori se cansara de eso.

- Tu madre me llamó – Comentó Tori de pronto – Me dijo que no olvidaras que el cumpleaños de tu hermana es en dos semanas – Chiaki asintió, lo tenía anotado en el almanaque para no olvidarlo – Y que hoy es Tanabata

- ¿Qué? ¿Es hoy? ¡Y no pedí mi deseo! – Exclamó alarmado corriendo en busca de papel tumbando las ollas que Tori había colocado momentáneamente en la mesa - ¡Lo siento! – Exclamó apresurándose a intentar recogerlas.

- Déjalo así – Dijo el mayor con algo de irritación apresurándose a recogerlas él – Busca el papel en tu mesa de trabajo, no aquí – Lo retó. Chiaki se disculpó mientras se apresuraba en busca de la pluma y el papel - ¿Pedirás nuevamente ser el número uno en ventas?

Chiaki miró el papel en blanco pensativo, ciertamente ese y que Yuu, Tori y él se mantuvieran siempre juntos habían sido los únicos deseos que durante los últimos diez años pedía en esa fecha pero este año no estaba tan seguro, ya su manga estaba en el puesto número uno del genero shojo y con lo que había ocurrido en casa de Yuu hacía poco no estaba tan seguro del estado de su amistad además había una cosa que le preocupaba más y era llegar a cansar a Tori, realmente temía que la persona que más amaba se cansara de él por su torpeza.

Escribió con rapidez en el papel sonrojándose un poco. Tori lo miró de reojo mientras le servía el omelet, curioso por su deseo. Espero a que Chiaki le dijera pero este colgó el papel en el bambú sin comentar nada al respecto.

- Itadakimasu – Dijo Chiaki comenzando a comer con rapidez – Realmente está delicioso – Dijo con la boca llena. Hatori sonrió observándolo comer esperando con curiosidad a que este le comentara algo, pero no fue así.

- ¿No me dirás que pediste? – Preguntó al fin, reprimiendo un bostezo por el cansancio. Chiaki tragó grueso ruborizándose. Pensó en mentir o no responder, pero antes de darse cuenta terminó desviando la mirada y exclamó:

- Sé que no soy más que una carga para ti, por eso desearía ser diferente – Tori abrió los ojos sorprendido – Quiero aprender a cuidar de mí mismo, para no seguir dándote tantos problemas, no quiero ser una molestia para ti porque temo que te hastíes de mí. – Su rostro era de un color rojo intenso para cuando terminó. Hatori apenas cabía en sí de la sorpresa cuando se puso de pie estirándose sobre la mesa para besarlo.

- Te amo así como eres Yoshino – Aseguró – No tienes que cambiar.

- Yo también te amo – Sus labios volvieron a encontrarse – Por eso deseo cambiar para ti – Pensó.

Un día al año, la lluvia no era querida por las personas en Japón, un día en el que se decía que dos amantes vueltos estrellas volverían a estar juntos cumpliendo deseos a quien creyera de corazón, pero en el que también se aseguraba que de llover un rio separaría a los amantes y los deseos no se cumplirían; por eso esa noche cuando las personas en Tokio se fueron a dormir con una sonrisa porque no había llovido en todo el día, no esperaban encontrar a la mañana siguiente las calles mojadas por la llovizna nocturna. Había llovido, tendrían que esperar un año más porque sus deseos no se cumplirían… o quizás sí, solo que no de la forma en que esperaban. Una cosa si era segura:

…Los amantes habían sido separados esa noche.

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¿QUe tal?
Que les ha parecido esta pequeña introducción?

Tanabata, como decía, es una celebración japonesa; pueden buscar en google información al respecto, aunque creo que hice un buen resumen en el capi

* Calendario Lunisolar: no es el calendario normal que todos conocemos, en cambio este toma en cuenta las fases de la luna y el sol. Aunque tanabata actualmente se celebra en muchos sitios el 7 de Julio (por eso decidí subir este fics hoy) la fecha correcta para este año es el 18 de agosto; y la fecha varia cada año pero siempre cae en agosto.

El proximo capitulo se llama: "Sorpresivo despertar"
Espero sus comentario n.n

Nos leemos pronto
Besos :3