Este es mi tercer fic. Si bien los dos anteriores los había basado en la uistoria de Sailor Moon, en este solo usaré los personajes y sus personalidades... Obviamente, como ya han visto, me gusta escribir S&D y no lo voy a cambiar... Pero además, contará con un Mina&Andrew y la presencia de los personajes que más quiero: Sammy, Luna, Artemis, Haruka (en una versión masculina), Amy, Lita y Rei...
Se que había prometido que mi siguiente fic sería una continuación de 'Una vida normal' o 'Un hombre nuevo', pero tenía esta historia en mente y debía escribirla... La continuación de los otros estará en proceso, no los dejaré con las ganas, pero quería revivir una historia parcialmente real, que le pasó 'al amigo de un amigo' (para no echar a nadie al agua), y bueno, qué más que poder usar a mis personajes favoritos en una nueva historia de amor que me trae millones de recuerdos...
Si alguien vio de casualidad la serie SAO (Sword Atr Online) o han jugado algún rpg en línea, podrán ver cosas conocidas en esta historia y les parecerá muy común... A los que no conocen esa magia, podrán vibrar con todo lo que hay tras los juegos online... (El nombre del juego en el que centra la historia será inventado para no hacer propaganda)
No siendo más, les presento mi nuevo fic: 'Amor real'. Una historia cargada de emociones, momentos graciosos y grandes sorpresas...
Nota lega: los personajes no me pertenecen, son creados por Naoko Takeuchi para su manga Sailor Moon, pero la historia es completamente original.
Vivir en mundos paralelos puede despejar la mente. Eso pensaba Darien Chiba cuando pasaba horas, con sus amigos de universidad, jugando un tonto juego online. Bueno, eso creía hasta que la conoció a ella. Ese día, sus mundos se combinaron entre si y sin poder separarlos.
- ... Mis papás se conocieron por internet y vivieron una novela romántica y de acción, por eso, para mí, mis héroes son ellos dos y mi tío Samuel - una pequeña de cabellos rosa atados en dos ondangos, hablaba frente a su clase.
- Muy bien, Serena, vuelve a tu asiento - la maestra con dulzura, envió a la niña de siete años a sentarse - creo que es suficiente por hoy, sus padres deben estar por llegar a recogerlos y saber cómo estuvo este primer día, así que empaquen sus cosas.
- Si maestra! - respondieron los pequeños a coro.
- Serena, puedes contarme la historia de tus padres? Es que hablas de ellos de una forma tan linda! - una niña de cabellos castaños, se acercó a la pelirrosa que empacaba un desgarbado conejo de felpa en su mochila.
- Puedes llamarme Rini, así me dicen todos - la pequeña de ojos escarlatas y sonrisa brillante le contestó amablemente - Y cuando quieras te la cuento y te invito a casa para que los conozcas, son los mejores papás del mundo.
- Mucho gusto, me llamo Monica, pero todos me dicen Momo - la niña le tendió la mano a Rini - vamos? Mi mamá ya debe estar esperándome - la castaña mostró a rino que eran las últimas en salir - quién viene por ti?
- No lo se, me trajeron mis papás, pero deben estar aún en el hospital, tal vez venga mi tío Sammy o mi tía Hotaru - soltó la pequeña con tristeza.
- En el hospital? Están enfermos?
- No, mi papi es el director y mi mami es la psicóloga - Rini le sonrió mientras caminaban - Y aunque salen temprano para estar conmigo, creo que aún es muy temprano para los dos.
Juntas llegaron hasta la puerta donde su maestra saludaba a los padres y despedía a los niños. Momo vio a su mamá y corrió hasta ella emocionada dejando a Rini sola. La pequeña pelirrosa miraba a todos lados buscando a quien fuera a recogerla pero no veía a nadie. Solo se encontró con la mirada triste de Momo que también buscaba a los acompañantes de su nueva amiga.
Un perro gigante de pelaje blanco, negro y marrón se lanzó alegre sobre la pequeña Rini, que reía a carcajadas.
- Artemis! Bájate! - decía entre risas la pelirrosa. Artemis era el hijo de Guardián. El viejo amigo de Setsuna había muerto de viejo años atrás, pero antes, le encontraron una novia y de ahí nació el can que Rini había bautizado con el nombre de su abuelo porque, según ella, se parecían.
A lo lejos, una pareja abrazada por las cinturas veían sonrientes la escena. Un hombre alto y apuesto, vestido con un pantalón negro, una camisa azul celeste que ya estaba remangada en sus codos y porf uera del pantalón formal, una corbata desatada colgando en su cuello y con sus cabellos negros como la noche y algo desordenados subía sus lentes de sol.
A su lado, y entre uno de sus brazos, una rubia de cuerpo delineado y curvas prominentes, vestida con un delicado vestido blanco de lino que caía sobre sus rodillas y se mecía con el viento, imitando el movimiento de sus largos cabellos, abrazaba al hombre con su brazo y en la otra mano, llevaba la correa que, seguramente, pertenecía al enorme animal.
Los dos estaban recostados en un flamante deportivo rojo, viendo como Artemis jugueteaba con Rini. El animal era dos veces más grande que la pequeña Serena y aún así, era mucho más dócil que la niña.
- Ven acá Artemis! - la voz profunda del hombre se escuchó en el lugar alertando no solo al enorme perro, sino también a la niña, a la maestra, a Momo y a su madre que miraba a la adorable pareja que parecía sacada de una revista.
- Papá? - Rini se quedó quieta. Le sorprendía ver a sus padres ahí cuando debían estar trabajando.
- Quién más, amor? - Darien se acercó a la pequeña mientras el perro regresaba a donde estaba Serena para ser atado nuevamente.
- Pero... Ustedes... No?... - la niña no lograba atar una oración.
- Si - el pelinegro se agachó para estar a la altura de la pequeña y le besó la punta de la nariz - Mamá y yo salimos temprano para venir por ti...
- Maestra - Serena se acercó con Artemis siguiéndole el paso - Qué tal se portó nuestra princesa? - la voz dulce de Serena hizo reaccionar a la pequeña que, dejando a su padre corrió a abrazar a su mamá por los pies.
- Es un encanto...
- Mami! Ven te presento a Momo! - la niña intentaba halar a su madre pero le era imposible - Mamá.
- Perdone maestra - Serena sonrió a la mujer que al parecer, también se había quedado pasmada por la hermosa imagen de la familia que estaba frente a ella.
Después de las presentaciones y de una infinidad de piropos hacia la familia Chiba, Darien conducía el auto hacia su casa. Rini narraba todo sobre su primer día y Artemis babeaba a la pequeña con alegría. Eran una familia perfecta.
- Mami, ten, te devuelvo el conejo feo - Rini rebujaba en su maleta. Al igual que su padre, consideraban ese conejo deforme y horrendo - no lo necesité, no me sentí solita - madre e hija estaban sentadas en la alcoba de la pequeña desempacando la mochila y cambiando a la niña de ropa.
- Te lo dije - Serena le acarició una de las coletas a su hija - así estemos lejos, amor, siempre te estamos acompañando, así como mis padres nos acompañan a Sammy y a mi.
- Perdóname mami, no te creí - La niña abrazó a su madre con cariño.
- Puedo entrar o mis princesas están muy ocupadas? - la voz y cabeza de Darien se asomaron por un lado de la puerta.
- Entra cielo - Serena se levantó de la cama de Rini y terminó de abrir la puerta.
- Sammy y Hotaru me pidieron que les dijera que las están esperando para tomar la merienda - Darien caminó a la cama, tomó a Rini en brazos y se levantó con ella y con el feo conejo en la mano - les parece si vamos de una vez?
- Siii - la niña, feliz, hizo reír a sus padres.
- Vamos Artemis! - Serena llamó al animal que apareció por la puerta jadeando.
Al entrar a la casa del lado, una enorme Hotaru los esperaba en la puerta. Sus ocho meses de embarazo eran más que notorios. Detrás de ella, Sammy aparecía con una paleta para su sobrina.
- Dónde está la niña más hermosa?.
- Tío Sammy! - Rini se lanzó a los brazos del rubio dejando a su padres y a Hotaru riendo.
Una deliciosa comida en familia, seguida por una conversación sobre la decoración del cuarto del pequeño Kenji, próximo a nacer, terminaron con la tarde. La adorable pareja, con su hija dormida en los brazos del padre y el enorme can escoltando a la madre, regresó a su casa cuando apenas la noche comenzaba.
Darien caminó con Rini en brazos hasta la habitación de la pequeña y la depositó en su cama. Desde la puerta, Serena veía con ternura al moreno acomodar y besar a la niña antes de arroparla.
- Aún me parece mentira - Soltó la rubia de camino a su habitación, seguida por Darien - Todo esto, la casa, la niña... Tantos años...
- Serena, mírame - Darien se detuvo antes de llegar a su cuarto y la giró para quedar frente a ella y la acorraló contra una pared - Todo es real, nuestra vida, estos ocho años juntos, nuestra bebé, nuestra alegría - hablaba mientras sostenía la mirada celeste y acariciaba las delicadas y hermosas piernas de la rubia sobre el vestido - y si debo recordártelo cada día, lo haré mi princesa.
- Dar... - Sorprendida por el repentino ataque de pasión de Darien y por sus dulces palabras - la rubia intentaba soltarse.
- Te vas a hacer la difícil, amor? - una sonrisa ladeada y sexi se dibujó en el rostro divertido de Darien mientras le subía el vestido y la apretaba más entre su cuerpo y la pared.
- Darien, la niña... - Soltó Serena antes de que el pelinegro se apoderara de su labios.
- La niña duerme y no se va a levantar - Darien seguía el camino de sus manos por las piernas de la rubia mientras la miraba intensamente a los ojos - Y es igual a Sammy...
En un ágil movimiento, cargó a la rubia e ingresó con ella a la habitación, dejándola sobre la cama y ubicándose encima de ella.
- Deberíamos empezar a buscar el hermanito de Rini - el deseo de Darien era palpable en su voz - Ya ha crecido suficiente para ayudarnos con el bebé, no crees?
Serena no había querido tener aún otro hijo. Decía que con cuidar a Rini, a Sammy y ahora a su próximo sobrino, era suficiente. Pero Darien insistía a diario. No tenían discusiones, pero en el fondo, ambos querían otro hijo.
- Darien, hace un mes no tomo píldoras - nerviosa, Serena soltó sin quitarle la mirada a su sorprendido esposo - no quería decirte nada hasta estar segura...
- Princesa... No me digas... - las palabras se atoraron en la garganta de Darien.
- Si, hoy Yaten me dijo que estoy en embarazo - soltó la rubia con una sonrisa inocente - pensaba contártelo...
- Me haces el hombre más feliz del mundo - cortó el pelinegro antes de apoderarse de los labios de su esposa con ansia. Esa era una de las mejores noticias que había recibido - Te amo preciosa, te amo.
Esa noche, como en todas, dos corazones y dos almas se unieron en una danza de pasión y amor.
Juntos tenían la familia que anhelaron, juntos tenían la felicidad que buscaron, juntos le demostraron a todos que a pesar de las dificultades, su amor era tan fuerte que nada ni nadie podía contra él y la muestra era la pequeña de siete años que dormía en la habitación del lado...
- Creo que eres una mentirosa - Rini, Momo y un nuevo amiguito estaban sentados en el jardín de la escuela. El chico de cabellos platinados miraba a la pelirrosa juzgándola.
- No soy mentirosa Heliot! - la pequeña de ojos carmín lo miró con rabia - Mi mami me dijo que cuando un amor es real, esa persona que quieres siempre está contigo, a ella mis abuelos siempre la acompañan! - Rini estaba frustrada. Sabía que su amigo era huérfano de padres y que vivía con una tía, pero permanecía de mal humor porque culpaba a la vida de estar solo. La pequeña solo intentaba animarlo - Estoy segura que si les habla como lo hace mi mami y mi tío, ellos te escuchan.
- Yo le creo a Rini, mi mamá dice que mi papá la escucha siempre - Momo había perdido a su padre gracias a una enfermedad - Deberías intentarlo.
- Ustedes están locas, todas las mujeres lo están - el pequeño se levantó y desapareció dejando a las dos niñas solas.
- Pobre, él necesita alguien que lo quiera de verdad - dijo Rini con cariño al verlo partir - yo lo voy a hacer! - agregó alzando una de sus manitas.
Quince años después, en un hermoso templo, decorado con una infinidad de rosas blancas, un joven de cabellos platinados esperaba a su novia, acompañado por una jovendce cabellos castaños. Los invitados miraban al nervioso joven.
Un chico de unos 13 años, alto y de cabellos negros como la noche, y vestido de frac, se acercó al nervioso joven.
- Tranquilo Heliot, no se va a volar, a menos que papá la secuestre para que no se casen y se vayan a estudiar juntos al exterior - le soltó con gracia mientras el joven so reía.
- Siempre tan gracioso Endy - Respondió la castaña - No crees que deberías ayudarle en evz de ponerlo más nervioso?
- Nah - soltó el pelinegro - No quiero que Rini se vaya de casa y él debe saberlo - le sacó la lengua a Heliot.
- Endymion Chiba, ya te he dicho que no molestes a Heliot! - Una rubia radiante se unió a los jóvenes - Lo siento Heliot, pero este niño le aprendió mucho a Sammy - Serena abrazó Al menor de sus hijos por los hombros - Les deseo mucha felicidad Cariño - tomó las manos del nervioso joven justo en el momento en que los músicos llamaban la atención de todos - Vamos Endy, debemos esperar sentados - le dio un tierno beso en la mejilla a Heliot y a Momo y regresó a la silla halando a Endymion.
Por la puerta, un orgulloso Darien caminaba sosteniendo a su deslumbrante hija. Rini había aceptado y se empeñó en usar el mismo traje de novia de su madre. Los dos entraron luciendo una enorme sonrisa y mirando al chico nervioso en el altar.
- Te llevas a mi tesoro, Heliot, es una mujer maravillosa, igual a su madre - La voz profunda y quebrada del moreno llamó la atención del joven que hasta el momento no quitaba los ojos de su deslumbrante novia - Cuídala y ámala siempre o tendrás a muchos enfadados persiguiéndote...
- papá! - Rini regañó a su padre divertida.
- No se preocupe señor Chiba - Heliot ignoró el reclamo de la pelirrosa y habló mirando a su suegro - Haré todo lo necesario para darle a esta mujer una vida tan feliz como la de sus padres, ella me enseñó a reír y a creer en el amor, no puedo pagarle de otra forma.
- Me alegra escuchar eso... - soltó Darien antes de poner las manos de su hija sobre las del platinado - Te amo mi bebé - le dio un beso a la joven que se sonrojaba y los dejó seguir su camino mientras él se dirigía a la primera fila, sentándose al lado de su esposa y su hijo.
La ceremonia fue corta y la recepción bastante larga. Darien y Serena estaban de pie, junto a una columna. El pelinegro abrazaba a la rubia por la espalda, y juntos veían el salón.
Su hijo estaba con Kenji, el hijo de Sammy y Hotaru. Los dos tenían sus trajes desordenados y rebuscaban cosas para comer en el bufette. Su hija, bailaba encantada con su esposo en el centro de la pista de baile. Sammy y Hotaru reían juntos al lado de Seiya, Rei, Haruka, Michiru, Mina y Andrew en una mesa, por las gracias que una tierna bebé de cabellos dorados hacía al pobre Andrew. Lin, la hija menor de Mina se había heredado toda la gracia Aino.
- Creíste que llegaríamos a este día? - Serena soltó tras un suspiro.
- Siempre lo creí, aunque fue duro entregarla, aún es mi bebé - Darien no quitaba los ojos de la hermosa pareja en el centro de la pista.
- Es feliz y Heliot es un buen chico - Serena se volteó para mirar a los ojos azul zafiro dice Darien - Gracias Darien, gracias por haberme salvado.
- Te lo dije una vez, princesa y te lo repito cada día - Darien estrechó a la rubia en sus brazos - Solo quiero verte feliz y ser el artífice de esa alegría - y con esas palabras, selló la promesa eterna. Unió sus labios en un dulce beso y se dejaron envolver por la calidez de su amor, un amor que a pesar de que la muerte los alcanzara en algún momento de la vida, sabían que sería eterno.
Muchas, pero muchas gracias por tu compañía en esta historia... Una más que termina pero que me anima cada vez a sacar nuevas y nuevas historias...
Para mi fue muy gratificante cada uno de sus comentarios, de sus alegrías ydde las lágrimas que derramaron con esta historia... Espero seguirlos viendo en las siguientes, por ahora en Amiga Mía... Pero seguramente, vendrán muchas más...
Un beso enorme a todos y nuevamente, muchas gracias!... Sophie