Frente a Todos

Mizuho

...

Tras años de iniferencia e infidelidades, Rin finalmente se decide a divorciarse y darse la oportunidad de vivir. Buscando encontrarse a sí misma, encuentra el amor en el lugar menos esperado.

…...

Capítulo 1

El sol se colaba por las esquinas sin cubrir de la ventana por la gruesa cortina que la cubría. Un rayo directo a la cara que la sacó de su letargo, los ojos esmeralda rehuyeron a la claridad y la melena azabache cubriendo su rostro. Sentándose en la cama, vio a su lado y notó la cama intacta. Decidida a no llorar, se puso de pie, levantándose, abrió las cortinas por completo dejando que la luz inundara todo el lugar.

Dejando la cafetera funcionando, se dio un baño y vistiendo la yukata, se preparó el desayuno. Una vez terminó, recibió la primera llamada del día.

-¿Bueno?

-Rin-sama...

Su asistente Sayuki, le controlaba hasta la respiración, pero en estos momentos, lo prefería así, no estaba en condiciones de llevar las riendas de su propia vida.

-Dame 15 minutos...

-No olvide su computador, el chofer la estará esperando en 10 minutos... Tiene una reunión a las 9:30 y un almuerzo con el gerente de las tiendas a las 12:30...

-Kami, no estoy de humor...

Rin sabía que inevitablemente lo vería en algún momento del día. Sacó su mejor traje y se preparó para hacerle saber lo mucho que valía.

…...

Apenas llegó a la oficina le pidió a Sayuki que llamara a su abogado y que cancelara lo demás después del almuerzo.

-Tiene la tarde libre...

-¿Por qué?

-Es el cumpleaños de su sobrina...

Rin cerró los ojos, había olvidado comprarle un regalo.

-El regalo está en su oficina...

-Gracias, Sayuki... te debo la vida...

Al terminar la primera reunión. Rin vio a su abogado asomarse, le hizo señas de entrar.

-Takemi...

-Shippo, ¿cómo estás?

-Bien... mandaste por mí...

Rin lo invitó a tomar asiento y se puso de pie ella.

-Me voy a divorciar...

-¡Takemi-sama!

-No es un secreto, Shippo, si ya no quiere estar conmigo, pues adelante... Ahora... con las pulgas que llegó, con esas mismas se va... ¿me escuchas?

Shippo asintió.

-Firmamos una separación de bienes, la empresa es herencia de mi padre, así que no la puede tocar, si acaso llegó a comprar acciones, liquídaselas... El apartamento es mío antes del matrimonio y... ¡Ah! Mira qué tonta... le regalé un auto...

-¿Está a su nombre?

-No... es mío, pero lo compré ya casada...

-Todo lo que tiene que hacer es demostrar la infidelidad... conozco un detective, cobra 400 dólares la hora, pero tendrás tus pruebas...

-Shippo...

-Si demuestra la infidelidad, sólo se puede llevar lo que haya comprado con su dinero...

Rin rió a carcajadas.

-¡Supongo entonces que me debe hasta los calzoncillos que lleve puestos!

Volviendo a la seriedad, Rin tomó asiento.

-Confío en tí, Shippo...

-No se prepocupe, Rin-sama...

-Y contrata al detective... quiero tener con qué responderle la próxima vez que me desafíe a demostrarlo...

Viéndose las manos, Rin se sacó los anillos y los lanzó dentro de la gaveta de su escritorio, Shippo no dijo una palabra.

-Cancela todas sus tarjetas de crédito.

-No puede si...

-Son mis cuentas, con una extensión. Ese pendejo no paga ni el aire que respira.

Shippo asintió y recogiendo sus papeles, se marchó.

…...

Apenas la pequeña destrozó el papel de envoltura, Rin agradeció a Kami por su asistente. La pequeña la abrazó con fuerza dándole las gracias a su tía y corrió de vuelta su padre, que le preparaba su nuevo Nintendo DSI.

-No es nada, mi amor... espero que lo disfrutes mucho...

Su hermana se le acercó ofreciéndole una bebida, Rin la recibió y sonrió.

-¿Fruit Punch?

-Están bautizados...

Las hermanas rieron a carcajadas. No llegó a tomar el primer sorbo, cuando su esposo, rodeándola por la cintura, le quitó el vaso.

-¡Oye!

-Esto tiene alcohol...

-¿Qué pasa, Inuyasha? Déjala, tampoco es para emborracharnos...

-¿Acaso no le has dicho?

-¿Qué cosa?

-No... Inu, dame...

Inuyasha besó a su esposa en la mejilla.

-Kagome y yo vamos a intentarlo...

-¿Qué cosa?

-Queremos tener otro bebé... Cómo serás de distraída...

Al ver cómo cambió el rostro de Rin, Inuyasha se arrepintió de hablar, Kagome le dio un codazo.

-Uno, no estoy embarazada y no lo estaré mañana, así que dame mi bebida y dos... ¡eres un tonto!

-No le pelees, Kagome...

-Rin...

Rin forzó una sonrisa.

-Estoy feliz por tí...

Abrazó a Inuyasha con fuerza.

-Gracias por cuidar de ella y hacerla feliz...

-Rin...

Rin se disculpó y se alejó de todos. Kagome estaba a punto de partirle la cabeza a su marido.

-Kagome...

-¡Por Kami que eres idiota!

-Amor, ¿qué pasó?

Tomando aire para así calmarse, Kagome lo dejó salir en un sonoro suspiro.

-Bankotsu no llegó anoche...

-¡¿Qué?!

-Esta es la hora que Rin no sabe nada de él...

-¿Pero lo llamó?

-No... ni se molestó... llamó a Shippo y le pidió que preparara todo para el divorcio...

Inuyasha abrazó a su esposa, la besó en la sien, al apartarse notó la congoja en su rostro.

-Lo siento tanto, mi amor...

-Es un imbécil... ¡Mira cómo la hace sufrir!

Inuyasha le dijo al oído que podía contratar unos matones y ajustar cuentas con él, Kagome rió y se aferró a su pecho.

-Es mi hermanita...

-Anda, amor... si te ve así, se pondrá peor... además, es el cumpleaños de la princesa...

Kagome vio hacia afuera y vio a su hija correr y jugar con sus amiguitos y el payaso.

-Es preciosa como su papi...

-Anda... yo atiendo los invitados, ve con Rin...

-¿Y tu hermano?

-Su vuelo se retrasó...

Inuyasha fue con los invitados, Kagome fue con su hermana, tocó la puerta del baño.

-Rin...

Al abrir la puerta, Rin le sonrió con los ojos rojos, la abrazó con fuerza.

-De verdad estoy feliz por tí...

-Y yo muy preocupada... olvídate de ese mequetrefe... vamos a disfrutar la tarde...

Rin asintió.

-Tienes razón...

Rin se dedicó a disfrutar la tarde con su sobrina. Casi al final de la fiesta, llegó el hermano de Inuyasha haciendo una gran alharaca.

-¿Dónde está mi princesita preciosa?

-¡TÍO!

Sesshoumaru la recibió con brazos abiertos y la llenó de besos.

-¡Mia!

-¡Tío, llegaste tarde!

-Perdóname, cariño, el avión se retrasó...

La pequeña se cruzó de brazos haciendo un puchero, Sesshoumaru sonrió pensando que se veía adorable.

-Mira, princesa... te compré tu regalo en París...

Sesshoumaru le mostró una delicada muñeca francesa que le fascinó a la pequeña, dando brinquitos de alegría, abrazó a su tío.

-¿Ya sí me perdonas?

-¡Hai!

Poco después, la pequeña fue con su tía a mostrarle su muñeca. Al verla, Sesshoumaru sólo sonrió, la vio buscarlo con la mirada y saludarlo. Parecía haber un silencioso acuerdo mutuo en mantener distancia, tal vez porque sus respectivas parejas no soportaban al uno ni al otro. Inuyasha se acercó a él y lo saludó con una palmada en la espalda.

-¿Quieres un trago?

-Onegai... ¿Y el idiota?

-No vino...

-¡Qué sorpresa, es el cumpleaños de su sobrina!

-Pudiera decir lo mismo de tu mujer.

Sesshoumaru guardó silencio. Inuyasha preparó dos tragos de whisky.

-De todas formas... No tendrás que soportarlo por mucho...

-¿Qué pasa? ¿Se muda a la Siberia?

-Rin se va a divorciar...

-¿En serio?

-Sí... finalmente se dio cuenta de que eso no va a cambiar...

Sesshoumaru examinó el líquido en su vaso y se lo tomó todo de un sólo trago.

-¡Oye! ¡Es reserva especial!

-Quizás es hora de que yo haga lo mismo...

-Sesshoumaru...

No se diría más, Inuyasha sólo asintió.

-No quería decírtelo, hermano... pero me alegra que finalmente abras los ojos...

Sesshoumaru vio a su medio hermano.

-¿De qué hablas?

-Solo tú aún piensas que Sara te es fiel...

Apretando la mandíbula, no pudo decir nada. Hacía tiempo su actitud había cambiado y él mismo comenzaba a sospechar que los rumores eran ciertos.

…...

Apenas llegó a su apartamento y encontró una nota donde Sara le decía que se había ido a un spa por unos días y que volvería el lunes. Echándola a la basura, se dio un baño y al contemplar su cama, sintió náuseas. Se fue al cuarto de huéspedes, donde apenas pudo conciliar sueño. No sabía porqué, pero Rin rondaba su mente. Aquella sonrisa tan sincera que le ofreciera, su mirada cálida y los brazos simpre abiertos, dispuesta a ofrecerle descanso en su pecho.

Se descubrió a sí mismo excitado con sólo pensar su pecho, aquella piel suave y abundante que solía torturarlo en las reuniones familiares, tapándose la cara con la almohada se repitió a sí mismo que era un hombre casado a lo que su conciencia le gritó que no sería por mucho tiempo. Dándose vuelta y más desanimado se dijo que ella era una mujer casada; las palabras no por mucho tiempo hicieron eco en su mente.

Levantándose, se sirvió un poco de whisky y lo disfrutó mientras permitía que su mente se llenara de pensamientos de Rin. No dudó que su pequeña sobrina sacara a flote lo mejor de los dos, ciertamente no recordaba verla junto a la pequeña con otra expresión que no fuese de genuína felicidad.

En el otro extremo de la ciudad, Rin yacía en su cama viendo fijamente al techo. La muerte de sus padres en sus años de adolescencia la habían hecho crecer de manera vertiginosa, nunca quiso sentirse una carga para Kagome y tal vez aquella tragedia la había ayudado a superar lo que ahora enfrentaba. Calculando las cosas con calma, sabía que debía actuar rápido, con rabia y furia antes de dejarse engatusar por palabritas y regalos comprados con su dinero.

-Capaz y el pendejo ese me contagia algo... ¡Ahí sí lo mato, lo descuartizo y lo doy de alimento a los perros! Tendría que comprar perros primero... ¡Pero lo hago!

Dejando escapar un grito de impotencia, se tapó la cara con la almohada, sus prioridades acababan de cambiar. Hacía apenas unas semanas comenzó a amanecer fuera de la casa, la pregunta de cuánto tiempo llevaba aquello la invadió sintiendo asco de sí misma al pensar que llegaba de estar con la otra y luego se acostaba con ella. Sin tomar en cuenta la hora, se metió bajo la ducha con todo y ropa.

-¡Maldito desgraciado! ¡Me las vas a pagar una a una!

Dejando que el agua corriera libre sobre su piel, con la mente en blanco, de repente vino a ella una conversación con el hermano de su cuñado.

-Flashback.-

Estaban en una fiesta, ella fue más por su hermana que por el deseo de estar allí. Había discutido con Bankotzu y aún resentía sus palabras. Apartada, aguantaba las lágrimas para no lastimar su orgullo. Él se acercó lentamente y le ofreció su pañuelo.

-No te merece...

-¿Disculpa?

-Hacer llorar una belleza como tú... no te merece...

-No estoy llorando...

-Excelente, no deberías... no lo dejes ganar...

-¿Quién te nombró experto?

Con una sonrisita un tanto arrogante, le dijo que el que fuese hombre no significaba haberse quedado atrás en la escala evolutiva. Rin estalló en una sonora carcajada, levantando su trago brindó a eso.

-¿Ves? Eres mucho más hermosa cuando ríes... y esa venita que estaba a punto de reventar en tu sien, ya desapareció...

-Eres un lanzado...

-Nada que ver...

Se quedaron en el jardín conversando gran parte de la noche. En un momento de silencio, lo atrapó viéndola fijamente.

-¿Pasa algo?

-Nada... Te pido disculpas por todo lo que Sara...

-No te corresponde...

-Pero es que...

-Tú eres una persona, ella es otra... Tú no tienes porqué pagar lo que ella rompe...

Sacando un cigarrillo de la cajetilla, le dio un par de golpes y se lo llevó a la boca, era una forma común de encender un cigarrillo, pero para Rin había sido como en cámara lenta. Soltando la primera bocanada de humo.

-Pudiéramos ser más que simples conocidos...

Rin se carcajeó diciendo que con solo ser conocidos era suficiente para revoltear los celos de su mujer, no se quería imaginar ser amigos.

-Sí, bueno... tampoco soy la persona favorita de tu marido...

-Olvídate de ese idiota... Es así de pesado y cerrazónico...

-Fin del Flashback.-

…...

-Takemi-sama...

-¿Sí?

-Ya puede pasar...

-Gracias...

Rin entró en el consultorio médico. Al verla, el doctor la recibió y abrió el récord.

-No tienes los 6 meses desde que viniste... ¿Qué te trae por aquí?

-La verdad es que quisiera que me hicieras todas las pruebas... virales, todo lo que puedas...

-¿Pero sientes algo en específico?

-Hace apenas unas semanas descubrí que mi esposo tiene una amante... es mi esposo, Jinta, no uso protección...

Comprendiendo a la perfección, Jinta le indicó una larga lista de análisis y le hizo un examen completo.

-Si te tomas las muestras ahora, estarán listas en un par de días, yo te llamaré cuando tenga los resultados.

-Gracias...

-¿Souta sabe algo de esto?

-¡Kami, no! Onegai, no le digas nada...

-No te preocupes... recuerda que lo que se diga aquí, muere aquí...

-Gracias...

Rin se hizo los análisis de inmediato, ya sólo quedaba esperar los resultados.

…...

Decidiendo trabajar desde la casa, deseaba la paz y tranquilidad que pensó allí tendría. No bien tenía una hora cuando Bankotsu entró en el apartamento. Cerrando el documento en que trabajaba, se puso de pie cerrando la laptop.

-Disculpa... ¿Vives aquí?

-No comiences con tus pendejadas.

-No me busques, Bankotsu... no vayas temer lo que encuentres...

-¡Vengo de trabajar! Y tú deberías atender tus cuentas, no pude usar la tarjeta de crédito.

-La gallina de los huevos de oro, dejó de poner para los pendejos. ¿Dónde te pasaste el fin de semana? ¿Sabes qué? No me importa... ¿Al menos llevas las cuentas de con cuántas te acuestas?

-Ya vuelves con lo mismo, a ver ¿dónde lo pruebas? No eres más que palabras...

-No me importa, si en 5 minutos no te largas, ¡te saco a patadas!

-Vamos a ver... ¿Qué te parece si de ahora en adelante cada cual con lo suyo y todos felices?

-¡Felices un comino! Quiero el divorcio, Bankotsu.

…...

Sesshoumaru llegó a su apartamento con una bolsa de comida, dejando su saco a un lado, se dirigió al comedor, apenas se sentaba vio a su mujer salir de la habitación.

-No tenías que comprar comida...

-¿Tú cocinando? Me daría indigestión.

-¡Sesshoumaru, respétame!

-¡Pero esto es el colmo! ¡Una cualquiera exigiendo respeto!

-¡Yo soy una dama!

-No sé cuánto tiene de dama el dormir en otra cama, ni revolcarte con otro que no sea tu marido... ¡Pero de zorra, las tiene todas!

Indignada, Sara le dio una cachetada y tomó sus llaves antes de marcharse del apartamento. Sesshoumaru respiró aliviado y se concentró en comer sin inmutarse en los mil improperios que le lanzó antes de marcharse.

-"Con esa boca de cargador de puerto y me pide respeto..."

Sólo se mofó y continuó comiendo.

…...

Con el celular listo para marcar en un bolsillo, Rin continuaba insistiéndole a Banktosu que se marchara.

-¡Parece que se te olvida que la mitad de todo ésto es mío! ¡No me iré de aquí y perderé mis derechos!

Rin rió a carcajadas, acercándose lo tocó en la cara y bajando su mano por su pecho le habló.

-¿Qué malditos derechos? ¡Los perdiste todos en el momento en que se lo clavaste a la tipa esa!

Le apretó su hombría entre sus dedos con la fuerza suficiente para hacerlo retroceder. Enfurecido, intentó golpearla pero tomando una posición defensiva, Rin le señaló sus logros en artes marciales.

-¿De verdad quieres aventurarte en ese campo?

Sintiéndose confiado, Bankotsu dio un paso adelante.

-¡Por favor! ¡Hace años que no vas a un torneo!

Rin esquivó su golpe y lo inmovilizó asegurándose de que sintiera dolor para que entendiera que iba en serio, se apartó.

-Correción, "cariño", hace años que tú no vas a un torneo...

Enfurecido, Bakotsu intentó golpearla, pero cada vez, Rin esquivó sus ataques.

-¿Acaso no te vas a rendir?

20 años de entrenamiento en artes marciales no eran para ser tomados a la ligera.

-No me obligues a lastimarte... sólo lárgate de mi casa...

Con el orgullo herido, Bankotsu tomó un abre cartas con la intención de usarlo como arma, al ver cómo lo sujetó, Rin se mofó y lo desarmó de una patada, al bajar el pie, lo golpeó de nuevo en la mano asegurándose de lastimarlo.

-Ya tienes dos dedos lastimados, ¿Quieres seguir?

El celular de Bankotsu comenzó a timbrar, Rin notó su nerviosismo de inmediato, era un timbre diferente al usual, comprendiendo el tipo de llamada que era, lo desafió a contestar pero él no se atrevió, finalmente Rin lo amenazó con llamar a la policía si no se iba. Banktosu decidió marcharse. Apenas estuvo sola, Rin llamó a su hermana.

-¿Qué pasó?

-No me puedo quedar aquí esta noche...

-Puedes venir a mi casa...

-Gracias...

Tomando lo esencial, Rin se marchó. Quedarse allí era muy peligroso considerando que Bankotsu aún tenía las llaves de la casa.

…...

Rin estaba en su oficina, concetrada en su trabajo podía olvidarse del desastre que era su vida. Tocando a la puerta, entró Kagome llevando algo bien cubierto, pero aún así expedía un olor exquisito.

-¿Estás muy ocupada?

-No... ¿Qué es eso?

-Sólo algo que sé te alegrará...

Rin sonrió, lo primero que vino a su mente fue su postre favorito y no se equivocó al ver el trozo de tiramisú frente a ella.

-¡Kami te bendiga, hermanita!

Kagome rió a carcajadas y se acomodó en el sillón para los visitantes.

-¡Pero es que no lo puedo creer! ¡¿De verdad te pidió que le dieras muestras de su infidelidad?!

Rin rió a carcajadas. Aquello era tan estúpido como se pudiera imaginar, pero finalmente le daría las llaves a su libertad.

-Shippo contrató un detective privado, le daré sus tan ansiadas pruebas.

-¡Pero es que es inconcebible!

-Tal vez piensa que con eso me sugestiona... presumiéndose inocente, no sospecharé... pedazo de animal, si llega apestando a perfume barato y con labial en la camisa...

-¡Ay! ¡Kami, eso es horrible!

-No lo sé... Kagome, es algo que no me explico... la tipa que sea no es de gustos baratos... conoce de marcas caras...

-¿En serio?

-¡Que si no! Hace un mes llegó con un perfume carísimo, al menos 150 dólares, yo ni sabía cuál era, con un olor fuertísimo y supuestamente era para mí... Fue cuando me dí cuenta, era como si no me conociera, yo no uso ese tipo de perfumes... hasta me irritó la nariz.

Kagome respiró pesadamente.

-¡Es un tarado! Y... ¿Qué perfume era?

-El último de la línea nueva de Givenci... Ange ou Dèmon, edición limitada... Es un olor muy fuerte para mí...

-Sí, lo sé... la mujer de Sesshoumaru es casi accionista de Givenci...

-¿En serio?

-¡Uff! Cuando va a mi casa, hay que abrir todas las ventanas cuando se va, si no, ¡se queda ahí por horas!

Decidida a no dejarla sola, Kagome llevó su laptop a la oficina de Rin asegurándose que no se dejara arrastrar. Estaba a punto de invitarla a almorzar cuando Shippo se anunció.

-¡Shippo!

-Takemi-sama...

-¿Tienes algo?

-Tengo más que suficiente...

-¡Déjame verlo!

En las fotografías, se veía él con una mujer que claramente no era Rin, pero su rostro no era distinguible, estaban besándose, en restaurantes, y una dirección.

-¿Qué es esto?

-Es una dirección...

-Eso lo sé...

-Es un apartamento que tiene a nombre de su hermano... va ahí todas las tardes d de la noche y a veces se queda a dormir.

Rin se quedó callada, no podía creer lo estúpida que había sido y cómo se había dejado tomar por tonta.

-Rin...

-¿Sabes cuánto tiempo tiene ese apartamento?

-...-

-Shippo...

-Más de 10 años...

Kagome se ahogó en un suspiro, cubriéndose la boca con ambas manos. Rin movió la cabeza negativamente.

-Rin...

-Jakotsu se fue de Japón después de casarnos... y él matuvo el apartamento...

-Rin, ¿qué...

-Así como lo oyes, Kagome... ha sido una farsa todo este tiempo... siempre ha estado con otra...

-Pero...

-Sería por tiempos... pero siempre hubo otra...

Quitándose las lágrimas del rostro con rabia, le pidió a Shippo que le tramitara el divorcio de inmediato. Con una reverencia, Shippo se retiró. Kagome le pidió a Sayuki cancelar todas las citas de Rin y se la llevó a su casa. En todo ese tiempo, Rin no había dicho una palabra.

-Rin, no es bueno que te lo tragues todo... ¡déjalo salir, desahógate!

No obtuvo respuesta alguna. Sintiéndose impotente, Kagome recurrió a lo único que la sacaría de aquél trance.

-¿Souta? Souta, ¿me escuchas?

-Sí, Kagome... ¿Cómo están?

-Estamos bien... me preguntaba si... ¿podrías venir este fin de semana?

-¡Claro! ¡Mañana mismo salgo!

-¡Eso es genial! Entonces me llamas y me avisas a qué hora llegas...

-Kagome... ¿Cómo está Rin?

-No quiero que te alteres... pero por eso quiero que vengas...

-¿Pasó algo?

-Nada grave... pero se va a alegrar mucho de verte...

Al cerrar la llamada, Kagome se sentó junto a Rin.

-Souta viene mañana...

Rin levantó la mirada y de manera casi automática, las lágrimas rodaron por sus mejillas.

-¡¿Por qué lo llamaste?!

-Es la primera vez que hablas en una hora completa y sólo porque te lo menciono...

Kagome la recibió entre sus brazos como cuando era pequeña y la buscaba al lastimarse. Rin lloró como en ese entonces. De los tres hermanos era la menor y aunque no obtuvo trato preferencial de parte de su madre, era la única hija de su padre y consentida por sus hermanos. A raíz de un accidente de autos, los hermanos se quedaron solos. Siendo Rin aún menor de edad, Kagome y Souta se hicieron responsables por ella y la empresa de su padre que quedaba en las jóvenes manos. Kagome terminaba de estudiar administración y Souta comenzaba la medicina, viéndose envueltos en numerosas dificultades económicas, a Rin le tocó madurar a destiempo, con un poder legal, tomó su herencia y ayudó a sus hermanos.

…...

¡Hola!

Aquí está, Frente a Todos, en estreno en vivo y directo, en su PC, tablet o celular más cercano! ^.^

¡Espero que sea de su agrado y espero sus reviews! Y gracias especiale D1, que me ayudaron a hace un tiempo a desarrollar esta idea.

Un abrazote, Mizuho