Disclaimer: Los personajes (lamentablemente) no me pertenecen, son propiedad del Sensei Tadatoshi Fujimaki al que agradecemos su genialosidad por darnos semejantes chicos para nuestro entero entretenimiento.

Comentarios y notas al final.

Gracias especiales a:

Tseje: woow! Antes que nada mil gracias por el fav, de verdad que lo aprecio un montón TTwTT me alegra que te guste la historia y pues aquí con la culminación…creo XD en fin espero sea de tu agrado.

olcrian: Gracias por el coment :D a ver si le atine con el limón XD

Fujimy:Pues aki el limoncito con las recomendaciones jejeje te entiendo con el MidoTaka le he tomado un cariño inmenso jejeje en fin espero te guste :D

Shiga San: Shiga!que te digo mujer? Me ha costado un mundo pero por fin esta, espero como siempre que te guste nwn que tengo ke ponerme las pilas con lo que sigue, sabes? Tengo unas ganas inmensas de un peke oneshot de Hybrid Child, ¿soy la única que llora y llora cada que ve los ovas? Dimeeeee! ToT

TobiasA:Hi! :D aki la conti, me alegra haberte sacado una sonrisa nwn, espero te guste.

Riruka: no mueras! Jajaja aki la respuesta ;D´

kappa kolhv: que bueno que te gustara el mix de parejas XD aquí la conti ;D saludos!

Hay por ahí un "Guest" muchas gracias por el coment jejeje recuerden que sin entrar a la cuenta los coment se van por default asi, en fin, me alegra que te gustara jeje esos niños son unos lokillos jeje akila conti ;D

Dedicado a Shiga San, mi mejor mala influencia jojojojo


****Doce semanas****

Capítulo 14: Viento cruzado

No sabe si es el calor, la confusión o simplemente el estruendoso y ajetreado latir de su corazón lo que no lo deja pensar con claridad, hace apenas unos segundos se encontraba aburrido camino a la cama, el cuerpo pesado y cansado de tanto pensar en lo que se le venía, la cabeza llena de recordatorios y pendientes inútiles para los próximos días, está seguro que el oxígeno no llega a sus pulmones y que el peso sobre él es más del que puede soportar, la cálida fragancia llega a su nariz casi embriagándolo y logra dilucidarlo, tan solo un poco, lo necesario.

Sus puños se abren lentamente notando apenas lo apretados que permanecían sus nudillos hasta entonces prensando la sudadera de aquel que está sobre él, lo empuja suave, tratando de no mostrar el rechazo que no siente, el aire falta y se siente mareado.

Sus miradas se cruzan ambos jadeantes, las mejillas rojas y los cabellos desordenados, Kuroko se siente sobre el acolchado del sofá más grande de la estancia y no entiende en que momento sus pasos llegaron hasta ahí, una mano grande, cálida se posa sobre su mejilla, está temblando.

-Lo siento…

Kagami se disculpa y puede tomarlo en serio, un perdón por tomarlo por sorpresa pero no se aparta, sus ojos siguen fijos en él y su cuerpo sobre el suyo propio, puede sentir una de sus largas piernas haciéndose discretamente espacio entre las suyas y de reojo ve el brazo cruzando sobre su cabeza recargado en el respaldar del mueble en un vano intento de amortiguar el peso, los dedos paseándose en su rostro subiendo a su desordenado flequillo y bajando hasta acariciar con delicadeza su cuello expuesto.

La enorme polera le cuelga del hombro y sube descuidada descubriendo parte de su vientre tras los repentinos y frenéticos movimientos, el pantalón corto está girado dejando la costura del tiro a un costado de su cadera y su muslo izquierdo a la vista de su acompañante, le sorprende lo rápido que han terminado así y en lo rápido que sin notarlo el mismo lo ha detenido.

Niega, se disculpa de vuelta y suspira profundo intentando detener su agitada respiración y sus temblorosos miembros.

-Estás frio

Apunta el menor al tomar entre sus manos el rostro del pelirrojo, el sudor al tacto de sus dedos y el olor a calle, tierra y lluvia impregnado en sus ropas, el frenesí pasa y un silencio cómodo envuelve la habitación únicamente acompañado de sus ligeros jadeos y el roce de sus ropas al intentar acomodarse sin mover mucho sus posiciones.

-Has venido corriendo- insiste Kuroko examinando las facciones descuidadas y agotadas del otro- desde tu departamento…¿Por qué?¿ ocurrió algo malo?

Kagami niega sonriendo dejando ahora su peso caer en el pecho de su compañero, se siente nervioso y ansioso y aunque parecen en medio de una momentánea tregua no sabe cuánto más podrá aguantar en semejante calma.

-Necesitaba verte, solo eso.

Tetsu sonríe sabiendo que por su posición el pelirrojo no puede verlo, acaricia sus cabellos sin preguntar más, ha necesitado un empujón, uno grande quizás- al juzgar por su estado y temeroso tono de voz- puede que se haya tratado de Akashi o Aomine, tal vez Midorima o una combinación de todos los que sabe entienden el hecho, recordara agradecerles pero es tarde, la oscuridad comienza a consumir las paredes de la estancia y el sonido en las calles a menguar su bullicio.

-No te vayas…

Las palabras salen firmes, casi como orden, una orden tímida pero contundente, quería escucharlo y entiende lo difícil que es para el más alto pedir aquello, sonríe sin poder evitarlo, Kuroko siente temblar al otro en sus brazos, hace frío afuera y la delgada sudadera que porta esta helada, pasa sus manos con insistencia sobre la tela, frotando sus brazos y su espalda en un intento de darle calor, no responde, Kagami lo imita como queriendo robarle su propia temperatura, las caricias pasean en ambos cuerpos, en algún momento el pelirrojo se levanta de nuevo para encararlo y unir sus labios con más tranquilidad que al inicio, esta vez se sienten, ambos lo esperan y lo disfrutan sin aquella sorpresa y temor de por medio.

Los roces se ciñen con fuerza a la piel, la tela arremolinada cada vez con más desorden entre ellos, el recuerdo de aquella noche en esa misma estancia sobre el futón improvisadamente puesto, la férula aun en su pierna y la incertidumbre e ingenuidad de un primer contacto íntimo.

Ambos son jóvenes e inexpertos, torpes y desesperados y pueden verlo y sentirlo en sus movimientos lerdos y agresivos a momentos, las risas que salen por impulso amortiguadas en sus labios, saben lo que sigue y lo desean, no importa si es un error, si no es el momento, si al día siguiente las dudas y temores los asaltan de nuevo, suficiente tienen con el miedo y nerviosismo que se cargan a cada movimiento.

Son curiosos y atrevidos cuando se trata de ambos y aunque es algo nunca han hecho el instinto les guía, las vagas imágenes de sus búsquedas en la web en un momento de vergonzoso desfogue adolescente, de las contadas y penosas miradas a revistas para mayores de edad que han mirado por morbo y curiosidad a escondidas, las anécdotas que por los pasillos del colegio escuchan de sus compañeros de grados mayores tratando de ganar atención y popularidad mal guiada, nada importa.

Kuroko le da pie a seguir y Taiga lo siente cuando la pequeña mano se cuela bajo su polera subiendo por su espalda, puede ver la piel expuesta de su pequeña sombra, suave, frágil, con las marcas de la pasada cirugía en torno a la pierna como puntitos oscuros señalando el lugar exacto en donde entro cada clavo, pasa sus dedos con cariño, queriendo dejarle claro lo mucho que aquel terrible mal paso les ha traído para bien, la caricia sube sin pena por el muslo hasta perderse bajo la tela, su palma abierta en el glúteo sintiendo como única barrera la pequeña ropa interior.

Kuroko jadea ligeramente sorprendido y en un acto involuntario abre sus piernas dándole sitio entre ellas, el contacto es directo, repentino y ambos tiemblan con anticipación, no han pasado más que algunos minutos de besos y caricias, de roces y manoseos ansiosos y la excitación en ambos es clara con el calor y la dureza entre sus cuerpos.

-Kagami-kun…

Tetsuya jadea soltando sus labios que hasta el momento mantenía ocupados para enterrar el rostro en el tenso cuello del más alto, su lengua sale tímidamente degustando el tinte salino del sudor que corre entre las venas saltadas por la tensión, la mano que antes servía de apoyo a Taiga baja por los azulados cabellos incitándolo a seguir con su labor, la sombra puede sentir la piel tensa y lo abultado de la manzana de adán exhibida ante la curva.

La ropa le estorba y muerde el borde hilado de la prenda tirando hacia arriba, Kagami ríe separándose lo necesario para desudarse de la cintura para arriba con un solo tirón, permanece erguido con las manos perdidas en la esbelta figura bajo él.

Kuroko lo ha visto infinidad de veces, en los vestuarios, durante los juegos cuando tira del uniforme para secarse las gotas de sudor pero el abdomen del pelirrojo, su pecho, su porte trabajado y firme logran sacarle un jadeo, sus pupilas se pierden en cada trazo, en cada pliegue, sus manos que descansan sobre la tela del sillón son tomadas por el otro, se tensa de inmediato pero Kagami le sonríe llevándolas a tocar, sus dedos se pasan por la piel bronceada detallando cada centímetro hasta posarse sobre su pecho y es ahí cuando puede sentirlos, sus latidos, rápidos y desordenados, sonríe haciendo ahora él lo mismo, dejando que el tigre note su acelerado pulso, no espera respuesta y se cuelga de su cuello obligando a la gravedad a llevarlo de nueva cuenta a estar sobre él.

La prisa vuelve y entre jalones firmes y discretos la ropa desaparece lentamente, la enorme polera cuelga ahora de su brazo curvo sobre la espalda de Kagami y el pantalón pende de su tobillo arrastrando sutilmente los calzoncillos a centímetros de dejar su virilidad expuesta.

La estrella de Seirin no le deja atrás y tan solo los ajustados boxers de licra tensan su miembro desesperado por seguir aquello que no llegó la última vez.

Las palabras sobran y le urgencia sube, las pequeñas prendas permanecen como si con ello el delgado hilo de raciocinio se mantuviera, los dedos de Kagami se cuelan bajo ambos cuerpos amasando los glúteos del pequeño que gimiente se mece de arriba a abajo en búsqueda de fricción.

Lo siente como una caricia, como un toque suave que se cuela entre su aprisionada piel cuando las yemas de los dedos juegan en torno a aquel lugar que jamás nadie ha tocado, Tetsuya no puede evitar lo nervios ante lo nuevo y el pequeño aullido adolorido que sale de su garganta cuando con fuerza el par de dedos entran en él.

-¿Estas…?

Kuroko corta la pregunta de golpe uniendo sus labios, ha dolido pero es más la sorpresa y no quiere que lo que considera un descuido de su parte detenga a su compañero, asiente entre el beso y se niega a separarse pensando que el movimiento y la tensión en sus bajos cederá si se distrae.

Comienza a relajarse y lo siente cuando se entera de que ahora son tres y no dos los intrusos en su cuerpo, solo es una ligera incomodidad y una enorme ansiedad por saber cómo se sentirá aquello que tanto anhela con el más alto y está a segundos de experimentar.

Kagami se separa nuevamente y Kuroko teme se haya arrepentido pero lo ve inclinarse al suelo y hurgar en el bolsillo trasero de su pantalón, su rostro enrojece al instante al notar lo que el otro toma entre sus manos y mira con duda y vergüenza, es claro que Kagami ha ido preparado y con intenciones claras y parece darse cuenta de sus pensamientos cuando lo encara tartamudeando disculpas que no necesita, como si su plan fuese únicamente ir y acostase.

-Está bien Kagami-kun- le sonríe arrebatando delicadamente el empaque de plástico para abrirlo el mismo, lo conoce demasiado bien y aunque entre ambos hay plena confianza siguen siendo adolescentes experimentando- agradezco que te preocupes por mí

Las palabras salen con seguridad pero sus dedos tiemblan cuando por fin logra sacar la esferita de latex, se miran pendientes de los movimientos del otro, Kuroko lo ha tocado antes pero no es lo mismo que sentirlo y verlo con la claridad que lo hace ahora, el miembro de Kagami se yergue imponente y orgulloso, la idea de que sea por él que se encuentre en ese estado lo alaga a momentos y se concentra en tomar la extremidad entre sus dedos y envolverla con el condón transparente, sus dedos permanecen en la base dudosos de alejarse tras cumplir su tarea pero al cruzar miradas con el otro Tetsuya se desarma.

Las pupilas rojas brillan con deseo y la respiración sale forzada ante el tacto, Kuroko no duda y desliza su mano acunando el pene en un movimiento suave y continuo, ver así a Taiga lo sobresalta en un buen sentido, quiere que se sienta bien, que desee estar con el no solo en ese momento, no solo haciendo lo que están haciendo.

Sus labios se unen por enésima vez esa noche, Kuroko siente la mano contraria sobre la suya que reparte la caricia deteniendo su movimientos y entiende que el momento ha llegado, no quiere separarse y el más alto parece tener la misma idea, sus lenguas se entrelazan y sus respiraciones se mezclan al tiempo que sus cuerpos de acomodan para la acción.

Kagami toma la pierna derecha de Kuroko levantándola hasta posarla en el respaldo del sillón, la izquierda la descansa sobre la suya abriéndose paso hasta juntar ambas pelvis, sus brazos se enredan apretando sus torsos y la presión debajo, justo donde sus cuerpos comienza a unirse lentamente los hace consientes de la larga espera que han tenido, Kuroko se tensa y gimotea incomodo negado a soltarse del otro, sabe que pasará, el dolor pasará y de no ser así poco le importa si el otro lo disfruta.

Kagami besa sus labios y baja por su mejillas, sus parpados, se pasea por su cuello y frente sin detener cada empuje, sus cuerpos se acostumbran, se conocen y la incomodidad inicial cede, las fuerzas les fallan a ratos y vuelven con ímpetu para hacerlos participes del remolino de sensaciones que cada impulso nervioso envía a cada recóndito sitio de sus organismos.

El ruido de la lluvia aumenta y una ligera tonada se cuela entre los murmullos del departamento, los movimientos son torpes y bruscos golpeando el sofá y las mesilla de centro a momentos, volcando trastes y objetos en su superficie, las posiciones cambian y se guían entre gustos y disgustos recién descubiertos, gimen y ríen, jadean y gruñen siempre procurando el sentir del otro pero el tiempo pasa y la energía se acaba, se sienten cerca con Kuroko encima cabalgando a su luz mientras Kagami lo sostiene por la cadera ayudándolo en cada salto, sus dedos se marcan con fuerza en su piel y las uñas del menor se entierran con saña en los hombros desnudos de su compañero, el golpeteo en el cristal del ventanal a sus espaldas cubre con sus truenos los ruidos que emiten inconscientes del clima siendo cómplice de su travesura.

El clímax los alcanza y los espasmos los recorren engarrotando sus músculos en su sitio, los jadeos acrecientan mareándolos, ambos sosteniendo vagamente al otro para no perderse ni un segundo, el peli azul cae a peso muerto sobre el pecho bajo el y el frio de la noche lo recorre dese la columna poniéndole la piel de gallina, Kagami lo cubre con sus manos grandes y cálidas pasando ligeramente sus labios por el hombro pequeño y tembloroso de su acompañante.

Cada uno metido en sus propios pensamientos, en sus propias sensaciones, repitiendo en sus cabezas lo que acaba de suceder, lo que significa.

-Kagami-kun…

-¿Estas bien?

La pregunta le saca una sonrisa y asiente fortaleciendo el abrazo que sostiene.

-Estoy bien…¿tu?

Kagami le imita y sus labios se curvan, sabe que Tetsuya se refiere a su sentir y lo conmueve, no hay error, lo hicieron porque querían, lo disfrutaron y lo vivieron juntos y si en uno, dos o diez años el recuerdo vuelve a ellos pase lo que pase sabrán que fue algo bueno.

-Kuroko…

El mencionado espera porque sabe lo que viene, lo escucha atento con las cejas juntas y la sonrisa ahora melancólica adornando sus facciones.

-Kuroko…no te vayas

Tetsu levanta la mirada, su mentón apoyado sobre sus brazos cruzados en el pecho del pelirrojo, sonriente, ojos llorosos que extrañan al más alto.

-Quédate-insiste acariciando sus cabellos con infinito cuidado, temiendo romperle con ese simple roce- quédate conmigo…

Kuroko suspira dejando el peso de su mejilla en la palma que le mima.

-Lo siento Kagami-kun…de verdad lo siento

Kagami teme haber tardado, es estúpido y lento y sin tacto, teme.

-Los preparativos ya están hechos.

…KnB…

Una gruesa gota de sudor cae recorriendo su mejilla hasta perderse en el cuello, pasa el dorso de su mano en un vano intento de limpiar el producto del cansancio de días y días de trabajo acumulado, las cajas por fin está en orden cerca de la puerta y el piso luce vacío tras horas interminables de limpieza, la mudanza está por llegar y da un último vistazo a su alrededor para asegurarse de que nada le falta.

La pañoleta negra anudada en su cabeza y la delgada polera blanca arremangada hasta los hombros están bañadas en sudor, está cansado y aún tiene tiempo pero quiere terminar cuanto antes, Aomine ha llamado para avisar que va camino a ayudarle pero esa mañana ha madrugado y casi todo está listo.

Un par de golpes en la puerta le hacen saber que el moreno ha llegado, no hace falta acercarse a abrir cuando ve la azulada cabeza asomándose con duda.

-Hey Bakagami ¿estas decente?

El pelirrojo ríe, lleva meses víctima de aquel chiste y ha pasado a ser rutinario hasta para él, ¿acaso no había sido suficiente disculparse? Como si en aquel momento hubiese pasado por su cabeza ver el teléfono de Kuroko, igual ¿Quién pensaría que en su desenfreno un golpe mal dado hubiese contestado la llamada de Midorima haciéndolo testigo de su noche de pasión?, se habían disculpado y punto, que lo superaran, tampoco es como si pudiese estar "indecente" sin la pequeña sombra a su lado.

-Pasa Idiota, cuidado con las cajas.

Daiki entra mirando los paquetes y montones de cosas con odio, ha ido como refuerzo y la sola idea de bajar todo aquello por las escaleras lo cansa, se deja caer en el único sillón que sigue en su sitio arrugando la nariz al olfatear el aire.

-Joder, eres un cerdo, apestas.

-Llevo toda la mañana empacando, ¿Qué esperabas?, si no te parece puedes largarte

Aomine chasquea la lengua negando al tiempo que se estira para abrir la ventana, si regresa solo Kise le echará bronca y no está du humor para gritos.

-Vale ¿Qué falta?

-Creo que nada- anuncia el tigre desatando la tela de su frente y recorriendo por millonésima vez el lugar con su mirada- la habitación está vacía, armarios, alacenas, los muebles se los ha llevado la mudanza y solo restan el sofá y el refrigerador…-enumera a murmullo llevando un pequeño conteo con los dedos- no, nada, me daré un baño rápido y nos vamos, si quieres algo creo que quedan un par de cervezas en la nevera.

-Na, déjalo, los chicos se quedaron preparando la parrillada, comeremos al llegar, anda mueve el culo que no tenemos todo el día.

La tela sucia va a parar a la cara del moreno que asqueado gritonea pero Kagami se ha encerrado en el baño riendo por la travesura, le resulta irónico como tras aquellos meses el moreno se ha convertido en su confidente, en su apoyo, en un verdadero amigo, si durante la temporada pasada de juegos alguien le hubiese dicho que Aomine y el terminarían en aquello se habría reído en su cara pero ahora era innegable lo que en general los antiguos miembros de la Generación de los Milagros habían pasado a ser en su vida.

Lleva exactamente medio año conviviendo con ellos como si se tratasen de amigos de toda la vida, tras la partida de Kuroko, Kise ha sido el primero en aparecerse en la puerta de su departamento llorando y gritando lo mucho que lo apoyaba, que podía usarlo de paño de lágrimas y mil cosas dramáticas que hoy en día no hacen más que sacarle una carcajada, al paso de las semanas parecen turnarse para acompañarlo, si no es Midorima con Takao sacándolo de compras –con el pretexto de encontrar un adecuado ítem de la buena suerte- son Murasakibara y Himuro pidiéndole ayuda para cocinar (aunque ambos son buenos en ello) o Aomine sacándolo a patadas a la cancha más cercana para jugar un uno contra uno.

De algún modo se ha acostumbrado y al estar en puerta el siguiente inicio de año escolar los tediosos preparativos no le parecen tan desastrosos con semejante compañía.

Recuerda aquella noche, justo después de pedirle a Tetsuya que se quedara a su lado, en un inicio no entiende la respuesta, parece mentira siendo que lo que espera a llegar corriendo y tras lo que han hecho es que el menor le sonría, se le arroje en brazos y le jure amor eterno- aunque ahora lo piensa algo estúpido- pero la realidad es que nuevamente no hace nada, asiente entre perdido y comprensivo y se queda ahí entre sus brazos hasta que con la llegada de los primeros rayos de la mañana el cansancio los alcanza.

Aomine le grita trayéndolo de vuelta, el agua de la regadera recorriendo sus agotadas extremidades, ya no importa pensar en ello, las imágenes de esa mañana, de los días siguientes de llamadas y mensajes, de la carrera al aeropuerto y la despedida en pleno anden de abordaje se han quedado grabadas en su mente lo suficiente como para rememorarlas cada tanto.

Sale limpio y con cambio de ropa, la toalla mojada en torno al cuello, suspira secando con la tela el cabello de su nuca, espera más gritos pero le sorprende el silencio en la estancia hasta que encuentra al moreno con la nota, pequeña y arrugada entre sus dedos, camina hasta el arrebatándole el papel y llamando su atención.

-Estoy listo, puedes empezar con lo que está en la entrada, te sigo.

Kagami se acerca inspeccionando las cajas decidiéndose por cual tomar primero pero Daiki no lo sigue.

-¿Seguro estás bien con esto?

La pregunta no le sorprende, de todos sus amigos es el que faltaba por hacerla, asiente aun dándole la espalda y se echa en brazos el empaque que le parece más grande.

-Es momento de seguir, Kuroko lo está haciendo

El diez de Seirin se gira, sonrisa en sus labios.

-No puedo quedarme atrás ¿cierto?

…KnB…

No sabe por dónde empezar, hay cosas por doquier y la frustración lo invade, ¿en qué momento compraron equipo para esquiar? ¿y eso que ve entre los paquetes de trastos es una fuente de chocolate?, las odia, las mudanzas no son para nada lo suyo.

Kise escucha el claxon afuera y deja la montaña de cosas tal cual está esquivando cajas hasta llegar a la ventana y tirar de la cortinilla para mirar fuera.

Ve la melena morena de Takao pasar por el pasillo corriendo y bajar las escaleras de dos en dos hasta llegara a la camioneta roja estacionada en el parqué, Aomine baja manoteando al aire para llamar su atención y sonríe abriendo para reunirse con el grupo que a cada minuto crece en el estacionamiento.

-Kagami-chii hola, ¿por fin es todo?

El pelirrojo le saluda con un ligero cabeceo y asiente contando de nuevo mentalmente, el resto ha bajado a ayudar dejando de lado sus propios quehaceres y se encarga de organizarlos cuidando que cada carga sea la adecuada para cada uno, gesto que hace reír a más de uno.

-Solo restan un par de muebles pero los traerán más tarde, ¿Cómo van ustedes?-pregunta entregando a Midorima el empaque lleno de revistas y libros-lamento las molestias

-Deja eso Ka-ga-mi-chan, ya nos pagaras con una de tus famosas comidas

El comentario cantarín de Kazunari gana risas y planes para más tarde, el trabajo desde temprano es extenuante y más de un rugido de tripas apoya la moción.

Con cada ida y vuelta por las escaleras el lugar le resulta más familiar al pelirrojo, ha estado en el complejo un par de veces durante las negociaciones de compra y los arreglos de mudanza del resto de sus compañeros pero ahora que está a nada de vivir ahí le parece buena idea habituarse con el entorno, ubica la llegada de agua potable y el medidor de la misma en la entrada, la tubería de gas y el depósito de orgánicos e inorgánicos para su deshecho, con cada viaje puede ver las puertas abiertas de los 5 departamentos restantes al suyo propio en el que los demás han dejado a medias sus acomodos para ayudarlo.

En la planta alta, justo al lado de su nuevo piso, Kise deja entrever la enorme cantidad de ropa que posee amontonada en los muebles de la estancia recién traídos y dejados al azar, en el apartamento central dejando al lado contrario el que poseen Midorima y Takao.

En la planta baja justo bajo él el sitio está vacío, un lugar dejado a bodega temporalmente y sirviendo de colindante con el hogar de Akashi y Murasakibara ausentes de momento; junto a las escaleras por debajo de los de Shutoku permanece en resguardo por el mismo, Himuro termina tramites en Akita y promete unírseles a finales de año.

El edificio es pequeño, tan solo seis departamentos acomodados en dos niveles, las entradas a cada uno expuestas en la fachada viendo directo al estacionamiento que como patio adorna el frente, un muro bajo con flores y plantas de distintas especies rodean el lugar dejando dos entradas que como escuadra les dan acceso, es algo viejo pero bien cuidado y muy céntrico.*

El capricho de Atsushi meses atrás se vuelve una realidad, Akashi consigue el lugar a un buen precio y lo adquiere como inversión dejando a sus amigos elegir el formar o no parte de su nueva y extraña comunidad, la idea de un Seijuro como casero enchina la piel de más de uno pero el pensarlo como un inicio para independizarse gana a todos.

Takao es el primero en apuntarse jalando a Midorima consigo, le siguen Kise y Aomine que renuente a una nueva mudanza (siendo que el rubio no tiene de dos meses de haberse mudado con él) le saca más de un disgusto antes de ceder, es claro que el poseedor del ojo del emperador compartirá uno de los pisos con el gigante de Yosen apenas arreglen su traslado a la ciudad y finalmente es Taiga el que termina cambiando su cómodo apartamento pagado por sus padres por un modesto sitio alquilado a base de su propio esfuerzo, que el pago del mismo sea meramente simbólico como muestra de responsabilidad es un gran apoyo para su economía adolescente.

Suena loco y poco práctico pero la apuesta vale la pena.

Kagami sonríe sin entender como aquellas escenas, peleas tontas que se vuelven en risas y palmadas de hombro pasan de ser molestas a divertidas para él.

Comienzan a cocinar, una improvisada parrillada en la azotea del edificio que han adaptado como "roof garden", deck de madera en el suelo y muebles de jardín como accesorios, un enorme asador cortesía de los Murasakibara, las pláticas siguen y escucha a lo lejos el alboroto diario de las calles, Kise baja corriendo de un momento a otro alegando que el resto ha llegado y sus manos sudan.

Lo siente muy pronto, el resto sonríe y bromea asomados el borde del pretil viendo a los recién llegados, Akashi les grita fingiendo molestia ante su falta de cortesía y el continua con las pinzas metálicas en sus manos y la carne asada en frente, está ansioso y la curva en sus labios lo deja claro pero hay miedo e incertidumbre que le impiden girarse y acompañar la alegría del grupo, son seis meses, seis largos meses.

La puerta metálica rechina y las risas se detienen, no se gira.

-Tendremos que bajar de nuevo después de comer, Kuro-chin ha traído hasta al perico**

Atsushi bromea con la mano en los cabellos celestes y golosina en mano.

-Lo siento Murasakibara-kun, mi departamento ha quedado vacío y en realidad faltan cosas de la mudanza.

-Bueno si Kuroko-san piensa residir en Corea no tiene caso conservar una propiedad que quedará abandonada-Explica Seijuro dejándose caer en una de las sillas- ¿No lo crees Taiga?

La mención de su nombre le sirve de interruptor, respira profunda y pausadamente y cierra los ojos unos segundos preparándose para enfréntalo, la imagen en su mente, los ojos y el cabello azules, la ligera sonrisa, la tez clara y suave a simple vista son iguales.

Kuroko está de pie a unos pasos de la entrada, la maleta ligera en una mano y la correa conectada al pequeño can en la otra, lo ve agacharse para soltar al animal que ansioso se estira para correr a saludar, hace tiempo que ha perdido el miedo y el mismo se inclina a rascara las peludas orejas.

-Pensé que esperarías hasta la próxima semana para volver.

Kuroko niega sonriente acercándose imitando al pelirrojo, ambos al ras del suelo olvidado la compañía de sus amigos que sin discreción alguna fingen volver a las labores de comida para darles espacio.

-Mi tío dijo que estaba bien hacerlo ahora, terminé el semestre y los documentos para la preparatoria han sido enviados.

Taiga asiente y las palabras cesan, el tiempo parece no haber pasado, contrario a lo que espera Kuroko es el mismo, es pequeño, reservado, misterioso, sus cabellos han crecido un poco y su mirada luce un extraño tiente de madurez que lo regocija por dentro, las marcas en su pierna visibles por el pantaloncillo corto que calza lucen descoloridas dejando atrás las secuelas de aquel error de ambos.

Sus miradas se cruzan y lo sabe, ha terminado, todo aquello por lo que han pasado ha terminado, la partida del menor meses atrás lo destroza aun sabiendo que los planes han cambiado de un "adiós" a un "hasta luego", Kuroko parte para estar con su tío un tiempo, estudiar en el extranjero y volver para seguir su vida a su lado.

Es su decisión, ha rechazado a su familia por él, entre disculpas y sonrisas, entre sabios consejos de su tío y ruegos de seguir en contacto, en apoyo por su crecimiento e independencia pero sobre todo, ha vuelto por él, Kagami sonríe y se acerca, sus labios rosando los del más chico.

-Bienvenido

Tetsu asiente, el peso alejándose a pasos agigantados de su pecho, la culpa disolviéndose en las lágrimas derramadas en el pasado, la distancia muere y las risas mal disimuladas lo entretienen.

-Estoy en casa.

FIN


.

.

.

*Como comente anteriormente en el pasado hice una descripción similar en un fic de akatsuki, tengo la imagen del complejo muy clara en mi cabeza…me daré a la tarea de convertirla en planos esquemáticos para que vean donde viven este grupo de loquillos XD

**Esta expresión es muy usada en México (o lo era en tiempo de mis papás y abuelos jajaja) para referirse que una persona viaja innecesariamente con cosas de más "hasta con el perico", hasta con la mascota.

Y bien! Llegados a este punto y aunque para variar no me quedo del todo conforme, este sería el final de 12 semanas, debo admitir que me quedo con ganas de un "epilogo" quizás algo con la vida viviendo juntos de Kagami y Kuroko con sus amigo pero dado que no tengo ideas lo aplazaré hasta que alguna surja.

Mil gracias a tod s quienes me acompañaron a lo largo de esta historia con todo y sus inconsistencias y largas esperas en actualizaciones TTwTT de verdad mil gracias.

Sigo con "Trastorno" que aunque no ha tenido tan buen recibimiento como este fic le tengo bastante cariño y varias ideas futuras, sigue por ahí también un proyecto con mi estimadísima Shiga-san que admito se ha retrasado por mi culpa u.u, y en mente y picándome los dedos un oneshot de Hybrid Child, de verdad, soy la única que no puede ver los ovas sin llorar y con un nudo en el estómago? Son la cosa más hermosa y dramática que he visto!

Gracias por leer, no olviden comentar,

y nos vemos en la prox! saludines! ;D