Disclaimer: Los personajes (lamentablemente) no me pertenecen, son propiedad del Sensei Tadatoshi Fujimaki al que agradecemos su genialosidad por darnos semejantes chicos para nuestro entero entretenimiento.
Hola una vez más! Comienzo a despegarme un poco del fandom de Naruto u.u sigo con los proyectillos en marcha pero como todo nuevas cosas vienen y he tomado el camino de Kuroko (momentáneamente, ya el tiempo dirá que más viene), traigo la espinita de Junjou Romántica que por más que pasa el tiempo no logro sacar de mi cabeza XD y otra con Kuroshitsuji que aunque ahí ya tengo un fic medio avanzadito no me animo a subir u.u, en fin espero les guste, les dejo el primer capi ;D
Dedicado a Shiga San, mi mejor mala influencia jojojojo
****Doce semanas****
Prólogo.
Las gradas rebosan de espectadores, los gritos y las porras de ánimo eufóricos aumentan a cada segundo, los reflectores enmarcan brillantemente cada movimiento, cada inesperado acto, el sonido hueco, firme del golpe y el crujido rebotan en la cancha ayudados de la acústica del lugar, silencio, el silbato maca el fin del juego y los rápidos rechinidos sobre la duela corren a un mismo lugar.
Kuroko siente el piso bajo se espalda y la luz parpadea sobre su cabeza, no logra definir si es la instalación misma o sus sentidos momentáneamente distorsionados, escucha como varias voces pronuncian su nombre con desespero, gira su cabeza inconscientemente hacia donde percibe más fuertemente el ruido, en la primera fila, en la primer grada a no menos de dos metros sobre nivel de cancha Aomine salta rápidamente seguido de Kise y un calmado Atsushi que prefiere girar y bajar por la pequeña escalerilla a unos pasos de él.
El ruido parece más bajo y su atención se centra en el marcador, sonríe, han ganado y eso los pone sobre el último miembro de su antiguo equipo, lo han logrado, conoce a su ex-capitán, conoce perfectamente al pelirrojo y aunque con recurrentes actos inadvertidos espera ver esa sonrisa prepotente y altiva que sabe representa un tipo de aceptación y reconocimiento que sin estar al tanto siempre esperó.
Un ligero golpe palpa su mejilla y abre los ojos apenas consciente de que están cerrados, las voces ya no llegan a sus oídos pero se sabe rodeado de caos, uno que sabe provoco, el dolor punzante bajo la rodilla al momento de saberse movido le saca un alarido de dolor y vuelve por un segundo a la realidad, está en el suelo, rostros conocidos le rodean y el festejo queda opacado pero él está feliz, sabía el riesgo y aun así realizo la última jugada, el movimiento se acentúa y el dolor aumenta, Kagami corre a su lado mientras lo sacan en lo que supone es una camilla, Tetsu abre los parpados más de la cuenta al comprender lo que ocurre, lo que el resto ve y el ignora deliberadamente, ceños fruncidos, puños apretados y una lagrima rodando sobre el único rostro que su atontada mente enfoca.
Han ganado, pero ahora ya no importa.
***Capítulo 1: Movimientos***
El iluminado techo del gimnasio desaparece repentinamente remplazado por un gris cielo nublado, parpadea, una vez, no cuenta mas pero ahora el gris es blanco un blanco con tintes metálicos, siente un constante bamboleo bajo la base que lo sostiene y parpadea de nuevo, algunas gotas de agua refrescan sus mejillas y las pocas nubes que logra ver se pierden cubiertas por un plafón cuadriculado, Kuroko arruga la frente al no entender los aparentes e inexplicables saltos en el tiempo y nuevamente cierra los ojos esta vez en plan experimental.
Una suave y húmeda tela cruza sus parpados cerrados apurándolo a levantarlos al darse cuenta que ni siquiera ha comenzado a contar, una mujer le sonríe y confundido hace una pequeña reverencia en respuesta, se inclina lo más que su postura semi recostada le permite, mira nervioso su entorno conservando por fuera esa inexpresividad tan suya, está en un hospital, lo sabe pero aún así le inquieta.
-Hay mucha gente afuera esperando por ti- escucha la aterciopelada voz de la dama, Kuroko suspira pensando una respuesta que no suene desinteresada o insultante para ella pero no llega a hablar- …pero les han pedido se marchen, la hora de visita ha terminado.
Tetsu asiente y la enfermera palmea el tubito plástico del suero conectado a su brazo y revisa los aparatos que le rodean, anota un par de cosas en la tablilla al pie de la cama y nuevamente le sonríe esta vez a modo de despedida, la puerta se cierra tras ella y se queda solo, no sabe en qué momento dejó la cancha ni en qué momento sus compañeros dejaron de rodearle, no sabe cuándo su uniforme fue cambiado y su cuerpo terminó cubierto por la molesta tela azulada de la bata médica.
suspira pasando sus dedos entre su alborotado cabello, algunos mechones azules pican sus ojos y se permite bostezar consciente de que el estrés y el esfuerzo puesto en el juego se disponen a cobrar factura, da igual, sabe que hizo mal y aunque le pesa admitirlo sabe que es mejor descansar y prepararse antes de los reclamos lleguen, no hay vuelta atrás y siendo honesto consigo mismo sabe lo volvería a hacer, una sonrisa curva sus labios y se acurruca teniendo cuidado con el suero y su pierna inmovilizada sobre el gran almohadón.
…KnB…
Maldito hospital, maldita la hora, maldito reglamento que les impide siquiera saber algo más que el que Kuroko haya sido subido a piso, ¿en qué mundo un "vuelvan mañana su amigo está en buenas manos" es creíble viniendo de un completo extraño? (el que vista bata blanca no cambia nada) no están tranquilos y punto.
Kagami camina en círculos molesto, nervioso, culpable, mil y un insultos salen a murmullos de sus labios mientras palabras de calma y aliento salen de sus compañeros, no es su culpa pero igual molesta.
-¿Quieres dejar de dar vueltas inútil?! Nos estas mareando a todos!
Aomine gruñe recargado en la cajuela de uno de los vehículos aparcados, les han corrido al estacionamiento al juntarse todos en la entrada, Midorima tiene minutos de haber llegado montado en la carretilla halada por Takao, se ha perdido el partido en vivo, la predicción del día marca un claro desastre y en un intento de evitarlo se abstiene de presentarse, seguro el escuchar la narración por móvil del mismo por parte de un acomedido Ryota tiene algo que ver, se lamenta silenciosamente prometiéndose a sí mismo no retar nuevamente a la suerte.
Taiga bufa clavando su mirada en el moreno, no tiene ánimos de pelear así que se detiene y se planta junto a él dando un ligero empujón para hacerse lugar, el grupo está molesto, todos tienen la misma afición, las mismas ganas de superarse y ganar, la misma terquedad, la misma estupidez, lo que les jode es que el primero en rebasar esa delgada línea sea aquel al que todos y cada uno de ellos consideran el vínculo inquebrantable entre ellos.
Akashi suspira con los ojos cerrados sopesando la situación, ha sido contra él que el pequeño se ha esforzado, ha sido como su oponente de la manera en que Kuroko se ha dejado vencer, porque así es como lo ve, el once de Seirin pudo pensar en otra táctica, pudo explotar en la cancha, pudo perder contra él (literalmente hablando) pero no lo hace, el más chico usa su última carta dejando su salud de por medio.
No es la primera vez, todos han sentido la crudeza de una lesión deportiva, un esguince, agotamiento extremo, golpes, moretones, pero nada como aquello; se ha visto sencillo, nada aparatoso, el medico les dice que es un daño interno, requiere cirugía y larga recuperación y ese es el problema, no se arregla con un par de días de "castigo" como cuando Kagami jugo contra Touhou o algunas palmadas de apoyo como las que recibió Kise de su sempai tras la derrota contra el mismo equipo.
Tepei carraspea llamando su atención, sabe lo que el resto piensa, entiende su molestia, pero es solo él quien alguna vez sufrió lo que el menor está por pasar, no del mismo modo ni por las mismas causas pero para el castaño eso no importa, ya ocurrió y lo importante es lo que viene.
-Vamos, quiten esas caras largas que se harán viejos antes de tiempo
Algunos sonríen con el comentario otros se quejan y protestan con algún monosílabo, el mayor se encoje de hombros sonriente, sabe que no es fácil levantar los ánimos pero no pierde nada intentando.
-No es momento para tus tonterías! Ese idiota de Kuroko me va a escuchar! Y que tú lo defiendas no va a cambiar nada!
Hyuga reclama frustrado, es el capitán y que ocurriera en su turno le jode como una patada en el culo, la frustración se siente en el aire y tras un hondo suspiro el castaño alegre habla.
-No lo defiendo, es solo que ya ocurrió y el que actuemos de este modo no cambiará mucho
-Tienes razón- esta vez la entrenadora habla- no cambiará nada- exhala- somos un equipo y nos necesita
Kagami zapatea insistentemente el concreto bajo sus pies, tienen razón, lo sabe, pero nada cambia para él, les escucha hablar y tranquilizarse entre ellos pero no puede escuchar más, se gira bruscamente camino a la carretera y sigue recto sin mirar atrás, algunos lo llaman pero el suelo que recorre quema y necesita alejarse.
…KnB…
Es tarde y todos están cansados, deciden separarse y volver al día siguiente, igual no podrán saber nada antes, no acuerdan hora pero saben estarán de nueva cuenta todos ahí.
La noche se hace más fría y desolada, pocos vehículos cruzan las calles y solo uno que otro vagabundo recorre las banquetas, Kise mira al cielo, las estrellas brillan como nunca, se mantiene sentado en el pequeño banquillo del parque, aquel junto a la cancha en el que tiempo atrás cruzó jugadas con el dúo de Seirin, sonríe nostálgico viendo la red del aro mecerse con el viento.
-No debió ser así- murmura al aire metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta y enterrando el cuello entre los hombros para cubrirse del helado clima.
Está dolido, como sabe está el resto de sus compañeros, recuerda aquellos lejanos días en los que recién entraba al mundo de básquet, la compañía del peli azul le molestaba, estaba rodeado de jugadores estrellas y la pequeña sombra no le parecía la gran cosa, tan solo un castigo, una novatada, sonríe al sentir de nueva cuenta el mismo golpeteo cálido en su pecho que sufrió al ver la realidad del jugador, tan fuerte, tan confiado, tan desinteresado por lo que pensaran de él, ¿Qué cambio?
-Kise-chin~ si te quedas ahí te comerá un gato
La voz perezosa y cantarina le hace abrir los ojos para encontrarse con el agudo maullido de un gato a su lado, salta asustado viendo al felino correr entre los arbustos, Murasakibara le mira desde arriba masticando ligeramente lo que le parece los restos de algún chocolate, sus ojos cansados y dispersos le indican la misma falta de sueño que él mismo sufre, se levanta lentamente sacudiendo las inexistentes moronas de suciedad en sus prendas, se inclina y palmea la banca a su lado tomando nuevamente asiento.
El gigante le extiende un caramelo en silencio que toma cubriendo su mano con la manga de se chaqueta al máximo estirada, ambos permanecen en silencio tiritando levemente, el sonido hueco de nuevas pisadas acercándose hacen se junten dejando un espacio mas en el asiento, saben quién es y el pelirrojo no tarda en unírseles.
-Akachin estas frio- rompe una vez mas el silencio Atsushi levantando su brazo para pasarlo sobre el hombro del recién llegado que sin pronunciar palabra alguna acepta el mimo en un intento por obtener calor.
Los minutos siguen corriendo, los pocos transeúntes desapareciendo, nuevas pisadas y un nuevo acompañante se pega sentado al brazo de la banca, Kise le rodea la cintura como evitando que se caiga y el moreno bufa presa del frio, una melena verdosa brilla bajo la farola junto a ellos y sabiéndose completos suspiran como si con ello la oscuridad desapareciera un poco.
-Mejor coincidencia ni planeada- comenta medio jocoso el rubio, odia la tension y sabe ninguno hará nada para evitarla.
-En este mundo no existen las coincidencias tan solo lo inevitable- murmura Shintarou acomodando sus antejos por el centro con sus dedos vendados
-Midochin~ eso es de un anime de niñas... no sabía que te gustaban los animes de niñas- comenta inocentemente el peli morado torciendo el cuello de manera infantil
Midorima carraspea ligeramente ruborizado escuchando un par de risas apagadas.
-De donde venga igualmente es cierto- se defiende con ambos brazos en jarra evitando que el rollo de cinta adhesiva (su item de la buena suerte ese día) se salga de entorno a su muñeca- igual ¿como sabes tú si dices que es para niñas?
Murasakibara mira el cielo pensativo, mirada perdida, suelta un suspiro y niega restando importancia, realmente solo recuerda el dialogo y los vivos y empastelados colores en la pantalla, parecían dulces y el solo dejo de cambiar el canal.
Akashi sonríe sabiendo que solo tras haber pasado ese tiempo y tras haber ocurrido cada encuentro es como ahora puede ver a los presentes actuando como antaño, sabe el peso que cargan todos y él mismo, el que estén ahí reunidos es la prueba, casi a la esquina, apenas visible tras los árboles y las rejas que limitan el lugar figura el alto edificio blanco, todos miran en la misma dirección, ahí donde su sombra se resguarda ajena y temerosa de sus acciones, Aomine estornuda rompiendo la atmosfera y se restriega incomodo contra el modelo que entre risas le cede su sitio.
-Será mejor ir a casa
La voz serena del pelirrojo gana su atención, no se ha dicho nada y aun así todos asienten acercando sus pasos a la orilla de la banqueta, no se despiden, tan solo Daiki levanta la mano tomando el camino contrario, el hospital queda a espaldas del resto y como si se tratase de un "orden de aparición"* el moreno toma el primer turno, no le dejaran entrar pero igual espera encontrar sitio en la sala de esperas, al menos así pasara lo que resta de la noche bajo techo.
...KnB...
La guardia parece tranquila, pocas enfermeras se pasean por los corredores y solo algunas personas descasan en alguna silla de la sala, el ambiente es tranquilo, cálido comparado con el inclemente estado externo, la puerta automática se abre brevemente dejando pasar a un encapuchado, Kagami lo mira sacudir los hombros y enterrar las manos en el enorme bolsillo medio de la sudadera, cruzan miradas por un segundo y el moreno se acerca dejándose caer a peso muerto a su lado.
Algunos cuchicheos hacen eco rompiendo el silencio y ambos fijan su aburrida atención en el grupo de residentes que pegados a la recepción pierde el tiempo parloteando de su día, Taiga bosteza cansado, apenas huyó del estacionamiento corrió sin rumbo hasta que las piernas le temblaron, entonces noto que no había nadie esperándolo y volvió sobre sus pasos.
Aomine se levanta nuevamente y se pierde en el pasillo, no presta atención igual esperaba que alguno de "ellos" se apareciera, cierra los ojos un momento, la calefacción del lugar y las voces a murmullo lo acunan y aletargan, comienza a ver, a soñar tras sus parpados caídos, la cancha brillando bajo los reflectores, las siluetas de los espectadores, los equipos detenidos, Kuroko le mira fijamente, el resto no se mueve, los ojos azules se clavan en el y duele, arde y quema porque se da cuenta de todo, lo vio antes de que ocurriera, el temor, la resignación en su rostro, no lo detuvo.
Quiere gritarle, preguntarle el por qué...porque...algo cálido choca contra su mejilla e imagina esa pálida mano sobre ella, un tenue aroma amargo lo hace parpadear y ve a Daiki parado frente a él, un desechable en su mano izquierda apoyado en su pecho, otro extendido en su diestra rozando su mentón con su suave superficie.
-Café- aclara como si el aroma no fuera suficiente y vuelve su peso al acolchado asiento apenas el pelirrojo (más mecánicamente que con consciencia) toma el pequeño vaso.
-No fue tu culpa- suelta el peli azul como si del clima hablara y bebe un sorbo de su vaso sintiendo la mirada molesta y confundida del que está a su lado.
Aomine recuerda lo que alguna vez dijo contra Ryota, "no hay nada que el ganador pueda decir al perdedor" quizás es lo mismo y debió permanecer en silencio aun cuando -de manera directa al menos- no pinta nada en el problema, se deja resbalar por el respaldo hasta quedar casi recostado.
-No lo es...de ninguno- recalca como si esta vez hablara al aire, Kagami inhala y exhala calmadamente, asiente, sabe que no tiene caso buscar culpables y aunque sienta mal supone que es el moreno el único que pudiera llegar a entenderlo, después de todo es con él con quien Kuroko rompió sus primeras barreras como jugador.
-¿Sabías...?-habla de nueva cuenta el jugador de Touou con una sonrisa burlona en los labios- ¿...que vomitó y se desmayó prácticamente durante cada entrenamiento el tiempo que permaneció fuera de titulares?
Si el mayor** buscaba animarlo con eso...lo logra, el pelirrojo suelta una carcajada que provoca chistidos de silencio, se da cuenta que no es la primera vez, Tetsu siempre se esfuerza, es necio, dedicado, impulsivo y descuidado, no hay culpa aunque si le espera un buen regaño.
*m… seré honesta, no recuerdo muy bien con eso y que me he descargado todo el manga XD pero creo Aomine es el primero con el que Kuro tiene contacto en el basket así que a eso me refiero con el "orden de aparición" , es el primero que conoce y el primero que presta ayuda jeje
** investigue un poco las edades y fechas de nacimiento y según kami-internet Daiki es mayor asi que solo eso…
Y hasta aquí! Espero les llame un poquito la atención como para seguir la historia, les resumo…. La idea es que en estas 12 semanas Kuro conviva mas a detalle con cada uno de sus compañeritos y descubra cosas nueva de ellos además de que tome apego con algunos de ellos ¬w¬ saben a quien me refiero jojoj, en fin, honestamente no tengo mucho planeado asi que si tienen alguna idea o propuesta adelante! Mientras mas sean tardaré menos en actualizar XD ya saben que no se me da mucho eso de la constancia XD, en fin, gracias por leer y no olviden comentar!