N.A (Nota de la autora) Este capítulo es básicamente sobre Regina / Rose. Por una vez, quería que a alguien realmente le importe Regina.


Capítulo 7

Antes de que Rose se diera cuenta, ya estaba de pie en el gran vestíbulo de la casa de Regina. Miró a su alrededor con ojos asombrados y sonrió a Regina, quien seguía sosteniendo la mano de la chica. Cuando sus ojos se encontraron, la alcaldesa le sonrió de manera genuina. "Eso fue genial." dijo Rose y soltó la mano de Regina. "¡Ni siquiera necesitas un coche!" dijo y tomó la chaqueta de cuero que le había prestado Emma. Ella le volvió a sonreír, pero tan pronto se dio cuenta de lo que había dicho, Rose recordó el accidente de su madre, causando una mueca de dolor y una expresión triste en su rostro.

"¿Qué pasa?" Preguntó Regina.

"Acabo de recordar que," bajó la mirada al suelo. "estás muerta".

Regina no sabía cómo reaccionar, recién se estaba acostumbrado a que aquella chica era su futura hija y ahora tenía que hacer frente a su futura muerte. Le dio a Rose una mirada comprensiva. "¿Por qué no te unes a mí en la cocina? Es demasiado temprano para la cena, pero tal vez podríamos tomar un poco de té" Rose asintió con la cabeza y acompaño a su madre a la cocina, fue hacia el estrecho armario y sacó la tetera. Regina observaba de forma sorprendida a la chica, el cómo abrió la llave del agua y empezó a llenar la tetera.

"¿Qué estás pensando?" Rose preguntó y sacó a Regina de sus pensamientos.

"Mi muerte." Regina miró a la chica.

"Oh." Rose rompió el contacto sus ojos y se acercó a otro armario de la cocina.

"¿Qué pasó?"

Rose no respondió, en vez de ello, abrió el armario y sacó tazas de té, evitando la respuesta. "Rose" Se dirigió a la joven en voz baja. "Quiero saber".

"¿Por qué? ¿para que puedas evitarlo en el futuro?" Rose soltó en tono frustrado. "No quiero decírtelo. Sólo lloraré otra vez."

"Está bien."

"No, no lo está."

"No hay razón para enojarse."

"¿En serio? ¿No la hay? Rose de frustración colocó las tazas de té en el mostrador, aquello hizo que Regina se estremeciera ante aquel ruido. " ¡Tu moriste! ¡Prometiste que nunca me dejarías y lo hiciste!" La voz de la niña era cada vez más fuerte ante cada palabra. "Siempre has mantenido tus promesas ¡y moriste! Y es mi culpa. Todo el mundo me odia por lo que hice. ¡Incluso mi propia madre! me odia por ello.

"Rose-" Regina trató de calmar a la chica.

"No, no me hables" dijo entre dientes. "Me dejaste, TU. ME. DEJASTE"

Cuando gritó las tres últimas palabras, todas las puertas del gabinete se abrieron de golpe. Rose ni siquiera reaccionó ante ello, seguía mirando a Regina, quien sorprendida miró alrededor de la cocina y luego de nuevo a la chica.

"Rose-" Intentó calmarla otra vez y puso sus manos sobre su hombro. "Lo siento." En ese momento, la densa respiración de Rose se calmó y se dio cuenta de lo que había sucedido.

"Mierda" soltó de golpe. "Lo siento. Esta es la segunda vez en una semana."

"¿Siempre ocurre cuando estás enojada?" Preguntó Regina, con las manos aún sobre los hombros de Rose.

"A veces"

Regina respiró hondo. Conocía la magia muy bien. La manera en como Rose mágicamente abrió las puertas del armario, hizo que Regina se diera cuenta que aquella chica era poderosa, tal vez aún más poderosa que ella.

"Está bien, Rose."

"Lo siento mucho."

"Estás herida y afligida. Es comprensible."

Rose asintió con la cabeza y dirigió una rápida sonrisa a Regina. El sonido de la tetera hizo que las dos saltaran y Regina dejo de lado los hombros de Rose para tomar la tetera de la estufa. Vio como Rose cerraba las puertas del armario antes de que ella se acercara a la despensa, de forma cuidadosa eligió dos bolsitas de la misma variedad. Regina vertió el agua caliente en las tazas y Rose las agarró. "¿la sala de estar?" La muchacha preguntó y ambas salieron de la cocina.

Cuando se sentaron en el sofá, Rose miró a su alrededor, mientras tomaba un sorbo de su té.

"¿Luce igual?" Preguntó Regina.

"No del todo. Faltan las fotos familiares"

Aquel comentario provocó que la sonrisa de Emma desapareciera. Fotos familiares, pensó. De ella, la señorita Swan y sus dos hijos. Aquella idea le hizo reir.

"¿Qué es tan gracioso?"

"Solo imaginé mi boda con la señorita Swan, eso es todo."

"Oh. Ambas estabas hermosas."

Regina no sabía qué decir, así que le sonrió mirándola a los ojos. "Tienes los ojos de Emma." dijo en voz baja. "Es por eso que me pareces tan familiar."

"Sí, lo sé, y la barbilla. En todo lo demás me parezco a ti."

"Bueno, me he dado cuenta que heredaste mi temperamento."

"Las mujeres Mills somos famosas por ser apasionadas." Rose soltó y se echó a reír.

"¿Puedo decirte algo?" le preguntó a Regina

"Por supuesto".

"No me gustan las manzanas." confesó y tomó un sorbo de su té. Regina se quedó sin aliento, fingiendo estar conmocionada por la declaración.

"Me encanta el árbol de manzanas que plantamos en nuestro jardín, pero nunca me ha gustado comerlas. Siempre pedí pimientos verdes para mi bolsa del almuerzo en lugar de manzanas y pensaste que era terrible".

"¿Pimientos verdes?" Regina se echó a reír. "Es extraño, sí, pero no es terrible." Pensó que era irónico que a ninguno de sus hijos les gustara las manzanas en sus bolsas del almuerzo. Henry siempre había preferido uvas. Y ahora estaba bastante segura de que ni siquiera tenía verduras o frutas, ya sea en su bolsa del almuerzo en cualquier otro lado. La señorita Swan no era la mejor a la hora de cocinar o en cuidar la alimentación del hijo de ambas. Ambas, no, es mi hijo, Regina se corrigió a sí misma.

"Sin embargo, me gustan tus empanadas de manzana" Rose sonrió. Tal vez podríamos prepararla para el postre.

"Supongo que eso funcionaría. A menos que hayas heredado las habilidades de cocina de la señorita Swan?"

"No. Me enseñaste bien".

"Me siento aliviada". Regina le dio a Rose una sonrisa sincera, levantó su taza de té y soplócon cuidado el líquido caliente antes de tomar un sorbo. El sonido de una llamada salió de su bolsillo. Dejó la taza sobre la mesa y tomó su celular del bolsillo.

"Señorita Swan." Ella contestó.

"Regina. ¿Ella está bien?" -Preguntó Emma.

"Está bien."

"¿Puedo hablar con ella?"

Regina frunció el ceño, mientras le entregaba el teléfono a Rose. "Quiere hablar contigo. Sorprendentemente, no cree que estás bien."

Rose tomó el teléfono de Regina. "¿Hola?"

"¡Rose! ¿Estás bien?"

"Sí, ma... Emma."

"¿No te ha hecho daño o algo?" Emma preguntó preocupada

"No, pero está preparando una tarta de manzana envenenada para más tarde."

"Ja, ja, muy gracioso."

"Deja de preocuparte."

"Tú eres mi hija, es mi trabajo preocuparme."

"Preocúpate por tu otro hijo."

"Respecto a eso, le dije a Henry acerca de ti y quiere conocerte."

"Está bien, ¿cuándo?"

"Seguro. ¿Puede venir mamá?"

"Niña, no lo sé."

"No va a hacerle daño a nadie." Rose aseguró. "Además, ella quiere pasar tiempo con Henry."

"Bueno, si puede comportarse como un ser humano decente, entonces está bien."

"¿Eso es un sí?"

"Sí". Emma suspiró en el otro extremo de la línea. "Regina puede venir."

"Gracias, Ma. Emma."

"¿Puedo hablar con Regina otra vez?"

"Sí, te veo mañana. Adiós"

Regina tomó el teléfono. "¿Ahora qué, señorita Swan?"

"Ella pasara la noche en tu casa, ¿verdad?"

"supongo que sí. SI, ella lo hará.

"Sólo me aseguraba. De lo contrario, puedo ir a por ella."

"No será necesario."

"¿Han cenado ya?"

"Mire, señorita Swan. Actuando responsable por primera vez en mucho tiempo." Regina soltó con voz sarcástica y Emma suspiró. "No, no lo hemos hecho. Cenaremos en una hora."

"Está bien, bien. Henry y yo desayunaremos con Rose mañana. Estas invitada, en Granny's a las 9. ¿Está bien?"

"Ahí estaremos"

"Nos vemos entonces."

"Señorita Swan?"

"Sí, ¿Regina?"

"Gracias."

"Uhm, de nada."

Rose observó detenidamente a la morena, mientras colgaba el teléfono. Luce cansada, pensó Rose. Y entonces se dio cuenta de que en realidad nunca le había preguntado a Regina cómo estaba.

"¿Estás bien?" preguntó.

"Sí, estoy bien, cariño."

"No. Quiero decir, ¿cómo lo soportas?"

Regina miró a la chica, un poco desconcertada por la pregunta. "¿Qué quieres decir? Te dije que estoy bien."

"No, puedo decir que no lo estas. Es tu madre ¿no?"

"No sólo eso. Son Henry y Emma. Todo el mundo en esta maldita ciudad."

"Lamento que tu madre muriera"

"Gracias."

"Y siento que todos en esta ciudad sean un montón de idiotas, gilipollas"

"! Rose! ese lenguaje. Regina dejó escapar.

"Ahora, ahí está la mamá que conozco." dijo Rose y esperó unos segundos antes de que ella se echara a reír, haciendo que Regina riera también. "Ya que no tienes a nadie más con quien hablar, déjame saber si puedo ayudarte" Rose miró a Regina, quien tomó un sorbo de su taza de té, su rostro hizo una mueca cuando el líquido tocó sus labios.

"Gracias, Rose. Lo haré."

Rose cogió su taza y se dio cuenta de que el té estaba tibio. "El té está frío." Declaró y dejó la taza sobre la mesa. "Hablo mucho, ¿verdad?" y empezó a reírse.

"Disfruto hablar contigo" dijo Regina y se levantó el asiento. "¿Qué te parece si hablamos un poco más, mientras cenamos?"

Rose con rapidez se levantó de su asiento y le sonrió a Regina. "Claro, mamá."

Al oír a alguien llamarla mamá otra vez, hizo que el corazón de Regina palpitara. Ella Podría acostumbrarme a tener a Rose cerca. Si es que ella lograra regresar a su tiempo, eso no sería una pena, ¿verdad? Ella podría tener una hija que la ama incondicionalmente, pensó, mientras seguía a la chica que entraba en la cocina. Solía hacer todo aquello con Henry antes. Alguien realmente podría amarla. Regina sonrió mientras miraba Rose a los ojos, la chica le devolvió una sonrisa. En ese momento, Regina rogo que aquella niña no la dejara por Emma como Henry lo hizo.


Regina y Rose habían tenido una pequeña charla, mientras prepararon la cena, La mayor parte, sobre el presente de Storybrooke. Ya que Rose no quería revelar nada importante incluso y muy a pesar de los intentos de Regina por saber cosas sobre su futura "yo", Rose no cedió.

Cuando la cena terminó, Rose estaba demasiado llena como para pensar en el postre, así que ella y Regina decidieron que las tartas de manzanas podrían esperar para otro día.

"¿Por qué te castigue? Regina preguntó mientras alcanzaba su vaso de agua.

"¿Qué?" El rostro de Rose se convirtió en una ligera mirada de pánico.

"hablaste de mi accidente cuando preparábamos la cena. Cuando escapaste de la casa, tú ya estabas castigada" Regina se aclaró la garganta, mirando fijamente a la chica. "Quiero saber por qué te castigue."

Rose quería apartar la mirada pero sabía que si lo hacía, sólo emporaría las cosas. Pasó sus dedos por sus rizos castaños y de forma nerviosa comenzó a girar un mechón de pelo entre los dedos. "Tomé tu auto sin permiso." Dejó escapar tan rápida la oración que pareció una sola palabra

Regina levantó una ceja, aun mirando a la chica. "¿Hiciste qué?"

"Tomé tu auto sin permiso." Rose contestó, esta vez más despacio, suspirando profundamente .Ella sabía que el Mercedes de su madre probablemente era tan preciado para ella ahora como en el futuro. "No lo choqué ni nada. Tengo licencia de conducir y por lo general no tengo errores, pero Ma había salido"

"¿Te llevaste mi auto?"

"Sí. Pero me siento muy mal, no empeores las cosas por favor."

"No lo haré."

Rose levantó las cejas, mirando sorprendentemente a Regina quien sonreía suavemente.

"Ya te he castigado. Vamos a dejarlo así." Empujó su silla de la mesa y cogió el plato de Rose.

La adolescente reaccionó rápidamente y se levantó de su asiento y tomó el plato de ella. "Puedo lavar los platos."

"Querida, ¿tratas de compensarlo por haber tomado mi auto?"

"No." Rose respondió de manera espectacular, rodando los ojos, mientras una sonrisa apareció en el rostro de Regina. "No es gracioso, mamá." miró a la mujer, fingiendo estar molesta, pero estalló en carcajadas cuando Regina le sonrió.

"Vamos a lavar los platos juntas." DIJo Regina y comenzó a caminar hacia la cocina con el plato en una mano y el vaso en la otra. Rose suspiró mientras tomaba el plato junto con los cubiertos y seguía a su madre fuera de la habitación del comedor.


Regina estaba colocando sábanas limpias en la habitación de invitados, que estaba por el pasillo de su propio dormitorio, mientras Rose se preparaba para dormir.

"No puedo entender cómo te las arreglas para dormir en esto." Dijo Rose mientras entraba a la habitación, tirando de los bordes de la pijama de seda azul marino que Regina le había prestado. "No son cómodas." dijo ella y colocó su cabello a un lado de su cabeza.

"Me pregunto si han notado que no estoy."

"¿Quiénes?" Regina preguntó mientras sacaba una funda de almohada sobre una almohada.

"Ma, Henry, todo el mundo en casa. He estado fuera por un día."

"Estoy seguro de que están preocupados. Pero estás a salvo."

"Sí". Rose subió a la cama de matrimonio y se metió bajo las sábanas.

"Espero que te vayas a dormir. Mañana vamos a empezar mirando por encima de ese hechizo de los suyos." Regina dijo y lentamente se dirigió hacia la puerta.

"No es que no quiera irme a casa, pero estaba pensando que podría quedarme ¿un tiempo?"

No estoy segura de que Storybrooke sea el lugar más seguro en estos momentos." Regina se detuvo en el umbral de la puerta.

"Tú estás aquí. Me protegerás."

"Lo haré. Pero hay gente que quiere hacerme daño, Rose. Y si se enteran de quien eres, lo utilizaran en mi contra."

"Pero Emma puede proteger también. " Puedo decirte que yo le agrado"

"Discutiremos esto mañana." Regina dijo con voz firme.

"Está bien. Buenas noches, mamá."

"Buenas noches, Rose."


Un repentino grito resonó en la gran mansión. Regina se enderezó en la cama, escuchó atentamente después de más sonidos, aún estaba soñolienta por el despertar tan brusco. Hubo otro grito, amortiguado entre las paredes de la casa. Regina rápidamente se levantó y abrió la puerta del dormitorio, tratando de localizar dónde venía el sonido. Oyó quejidos procedentes por final del pasillo. Al darse cuenta que Rose dormía en la habitación, se acercó silenciosamente a la puerta donde la niña estaba durmiendo. Cuando abrió la puerta, vio a la chica dando vueltas en la cama. Una pensadilla, pensó Regina y reaccionó al instante. Se sentó en la cama y acarició la cabeza de la muchacha. En lugar de calmarse, Rose se irguió en la cama, jadeando en busca de aire.

"Rose" Regina colocó una mano en la espalda de la chica. "Tuviste una pesadilla"

La muchacha observó a Regina con lágrimas en los ojos.

"¿Mamá?" Dijo con voz temblorosa. "Tú estabas…" Su voz quebró y sus lágrimas empezaron a caer.

"Está bien, Rose." Regina rodeo a Rose en un fuerte abrazo y ella empezó a llorar desesperadamente.

"Lo siento mamá." Dijo con dolor en su voz y aferró sus brazos alrededor de Regina.

A medida que los gritos se detenían, Regina se recostó lentamente contra la cabecera de la cama y Rose hundió la cabeza en el hueco del cuello de su madre con un brazo envuelto alrededor del cuerpo de la mujer. "Por favor, no me dejes otra vez." La chica murmuró entre sollozos.

Regina sostuvo de manera firme a la muchacha, con la mejilla apoyada en la parte superior de la cabeza de su hija. "Te lo prometo."


N.A: En el próximo capítulo, entre otras cosas, tendremos un desayuno interesante. Quiero que la Emma de la primera temporada regrese, así que estoy tratando de llegar allí. Además, las últimas fotos promocionales de todos celebrando el cumpleaños de Henry sin Regina. No podemos tener eso. No se desalienten Evil Regals, voy a arreglarlo.

Por favor comenten déjenme saber qué piensan. Gracias por leer