"¡Mamá, papá me quiere comer!"

Summary completo: Brick no tenía ni idea de cómo hacer un pastel. Pero allí estaba, con sus tarados hermanos en el intento de uno para el sexto cumpleaños de su hijo. Brick tiene que dibujar su rostro en él, pero ¿Y si el infante llegara a escuchar a su padre, malinterpretándolo? "Brick, tu hijo salió feo y deforme…" "Maldición ¡Eso lo sé Butch!" "¿Y qué piensas hacer?" "Me lo comeré y haré otro" Él niño estará muy asustado, eso es seguro.

Demashitaa powerpuff Z no es de mi pertenencia.


Ya han pasado 6 años desde que los tres hermanos Rowdy se casaron con las tres chicas que les iluminaron la vida cuando solo eran unos adolescentes revoltosos de 16 años. Las mismas chicas que les hicieron confundirse con una dichosa carta rosada de amor.

Esas chicas a las que prometieron que algún día caminarían juntos hacia el altar y las harían felices hasta la muerte. Promesa que están cumpliendo, por supuesto.

Las cosas entre ellos seguían igual de bien, o tal vez mucho mejor que antes. Pero algo que nunca cambiaría, serían las típicas peleas entre hermanos.

-¡Dijiste que era una emergencia, idiota! –Un hombre de cabellera negra y ojos verdes fulminó a su hermano mayor que de igual forma este le retó con la mirada.

Ahora el mediano de los hermanos se había transformado en un hombre de 31 años de edad. Era alto y fuerte. Su coleta fue sustituida por cabellera corta que mantenía desordenada, los rasgos en su rostro eran más maduros y su mentón era adornado por una ligera barba haciéndole ver mucho más atractivo. A pesar de los años, seguía teniendo un cuerpo ejercitado que no pasaba desapercibido por las mujeres y eso solo alimentaba el ego del moreno.

-Lo es –Replicó Brick frustrado.

También él tenía la misma edad que su hermano mediano. Su piel estaba ligeramente bronceada, y era un poco más alto que Butch. A pesar de los años, Brick seguía manteniendo su fiel gorra roja que ocultaba su cabellera desordenada, que esta estaba un poco más corta que antes pero seguía siendo larga. Sus rasgos eran también maduros, dándole la apariencia un hombre más fuerte y autoritario.

-¿Y cuál es Brick? –Preguntó Boomer con semblante más calmado que el de su mediano hermano. -¿Hacer un pastel es una emergencia?-Ahora su voz sonó irónica, tono que a Brick no le gustó.

Y al final estaba Boomer, que su edad era la misma que la de sus hermanos, aunque era el que menor edad aparentaba, pero no por eso dejaba de verse como todo un adulto. Su rostro maduro aún conservaba esa imagen angelical, pero ya no tanto como antes. Su piel pálida resaltaba sus azulados ojos, y al igual que sus hermanos seguía manteniéndose en forma. Su cabellera dorada se había recortado un poco, pero igual de desordenada como en su juventud. Su mirada había adquirido firmeza con los años.

-Yo los he ayudado miles de veces…-Los dos hermanos rodaron los ojos. Ya iba a comenzar a sermonearlos-… y ahora que les pido un poco de ayuda ¿Me lo niegan? ¡Pues bien! La próxima vez que me pidan algo, no les haré ni el mínimo caso.

-Ya, no te pongas así–La mano de su hermano menor se posó en su hombro- Pero… Que extraño ¿Por qué estás haciendo tú el pastel y no Momoko?

El hombre pelirrojo bufó molesto antes de contar el por qué le había tocado la tarea de hornear un pastel esta ocasión.

"-Espera, espera… ¡Alto allí, enana! ¿Por qué yo? –Preguntó el pelirrojo la noche anterior mientras se desataba la corbata para continuar quitándose la camisa de vestir. Su amada mujer que se encontraba en la cama, veía disimuladamente como el hombre se desvestía con un leve sonrojo, haciendo parecer que seguía interesada en su lectura. Ya no se molestaba en fruncir el ceño cuando el pelirrojo le llamaba de esa manera- ¿Qué hay de malo en que yo escoja el obsequio y tú hagas el pastel?

Ella se había vuelto más hermosa de lo que ya era. Su cabellera seguía siendo igual de larga y ahora la llevaba suelta. Para su suerte, había crecido un poco más de altura y seguía siendo delgada. Pero lo que más amaba Brick de ella, eran sus peculiares ojos que brillaban con alegría.

-¿Y todavía lo preguntas, Brick? – El tono de la dulce maniaca sonó levemente molesta. El pelirrojo que la única prenda que tenía eran sus boxers rojos, se giró para verle con la ceja arqueada como si no supiese nada.- El año pasado, idiota. ¿No recuerdas que le regalaste?

Brick parpadeo intentando recordarlo, hasta que una sonrisa descarada apareció en sus labios.

-¡Oh, vamos! A Dayton le encantó, y además no era un arma de verdad.

-Pero ese no es el juguete para un niño de 5 años, Brick. Una pistola que lanza pelotas duras como canicas no lo es–De la mesita de noche, tomó una taza blanca llena de chocolate caliente. Acercó la taza a sus labios para beber el contenido y una vez hecho lo dejó de nuevo en su lugar.

-De acuerdo, entonces esta vez compraré algo para su edad.- Aseguró el pelirrojo metiéndose en la cama. La pelirroja negó.

-No. Tú harás el pastel y yo iré por el regalo.

-No hablas enserio…

-Si, hablo enserio.

-Momoko, no. Yo no sé hacer pasteles.-Frunció el ceño mirando a la pelirroja que cerró su libro.

-Para eso son los libros de recetas, podrás aprender. –Sonrió maliciosa, estaba disfrutando el momento. Ver la cara suplicante de Brick le encantaba y le daban mas ganas de seguir molestándolo.

-Deja de jugar.

-No estoy jugando –Aseguró, con la misma sonrisa burlona. No se esperó a que el pelirrojo también le sonriera, pero de una manera que le hizo borrar la suya.

De la nada, Brick tomó el libro que tenía en sus manos y lo arrojó hacia atrás un poco lejos. Ella abrió mucho los ojos por la acción tan repentina y arrugó la nariz a punto de protestar. En cambio, no pudo hacerlo, puesto que supo enseguida cuales eran las intenciones del pelirrojo con esa sonrisa macabra en sus labios.

Ella intentó salir de la cama a toda prisa, antes de que ese idiota la tomara y comenzara a torturarla para desistir, pero fue en vano. El hombre se levantó de la cama aun más rápido que ella y con sus brazos rodeo su cintura para después cargarla en brazos.

Ella por más que quiso no gritar, dejó escapar un chillido asustado y al mismo tiempo emocionado y ansioso. Se sentía de nuevo una adolescente, y el vago recuerdo un joven Brick queriéndola arrojar a la piscina se instaló en su cabeza sacándole una sonrisa. Se sintió en la misma situación.

Eso le divertía bastante al igual que a él.

Brick la depósito de nuevo en la cama y apresó sus muñecas. A continuación, ella quedó debajo del muchacho que le sonreía seductoramente y acercó sus labios hasta su oído.

-Tú lo decides Akatsutsumi, yo voy por el obsequio por las buenas, o por las malas.

-¡Suéltame! Sigues siendo un Inma… ahh.. –Paró de pronto soltando un gemido gutural cuando el pelirrojo comenzó a lamer su cuello.- Para.

-Desiste, si quieres que pare. –Advirtió con su tono profundo. Continuó lamiendo su cuello, y una mano intrusa se colaba dentro de la blusa y subía poco a poco. Ella tuvo que morderse el labio para retener un gemido ante el roce.

-No… no lo haré –Declaró intentando que su voz no le delatara lo nerviosa que estaba. Ella quería rodearle el cuello y bajar lentamente sus manos por la fuerte espalda del muchacho, pero estas estaban apresadas.

-De acuerdo.-Respondió el. Dejó de lamerle el cuello para ahora posesionar sus labios con fiereza y su brazo dentro de la blusa rodeara la cintura para apegar su cuerpo al de él. Ella logró liberar sus manos y ahora sí poder cumplir el deseo de rodear el cuello de su pelirrojo posesivamente.

Todo iba de acuerdo al plan. Brick lo sabía. Está completamente seguro que ella no lo detendrá, y al final cuando ella no pueda más, el seguirá y no tendrá más que acceder a ser ella quien haga el pastel de cumpleaños. Sí, un plan algo inmaduro, pero que sabía que funcionaría.

Pero claro, no contó con un inconveniente.

-¿Están jugando?

Sus cuerpos sintieron una extraña sensación al oír esa vocecita muy conocida para ellos. Esa fea sensación de ser descubiertos cuando están haciendo al que no deben.

¡Oh, qué fea sensación!

Brick se apartó enseguida de la pelirroja y sacó la mano de la blusa. Levantó la mirada para posar sus ojos carmín en la puerta y allí estaba él.

-¡No cerraste la puerta! –Regañó en un susurró la pelirroja más roja que un tomate.

-¡Lo siento, pero no tenía idea de que lo haríamos esta noche! –Susurró igual de bajo, defendiéndose.

El pequeño niño pelirrojo y de ojos rojos con una leve tonalidad rosa no les dio importancia, y solo se talló los ojos adormilado. Caminó como si nada hasta llegar a la cama, subirse y tumbarse a un lado de sus padres que aún no tenían idea de que decir, aunque… no tuvieron que dar ninguna explicación, pues el niño apenas llegó a la cama se quedó profundamente dormido.

Brick suspiró aliviado y miró los rosados ojos de la joven.

Ella estaba molesta.

-Lo siento…-Se disculpó en un débil susurró. Ella solo le respondió depositando un suave beso en la frente. Brick se estaba sintiendo victorioso cuando…

-No funcionará. Tú harás el pastel y punto."

Butch se mordió el labio para intentar no reír de él, y Boomer solo rodó los ojos alegrándose de que al niño no se le ocurrió entrar mucho después y tener que ver una escena que lo mandaría a un psicólogo.

-Te ayudaremos.- Habló el menor, a lo que Butch borró su cara amistosa pero no mencionó nada de oponerse. Aunque Butch tampoco supiera sobre repostería, era cierto que en esos años Brick les había ayudado bastante, y le devolvería el favor a su hermano.

-Gracias –El pelirrojo les sonrió a ambos algo aliviado, y fue así que comenzaron a trabajar en el famoso pastel.

Claro, en un principio no tenían idea de nada, a excepción de Boomer que al parecer solo sabía un poco sobre el tema y es porque ya había visto a su dulce Miyako haciendo uno. Era una lástima que la rubia fuera a buscar el obsequio de su sobrino con su cuñada pelirroja, si no, le pediría ayuda.

Después de un largo rato en donde los tres hermanos se hacían los idiotas en la cocina, bromeando y lanzándose harina en la cara para molestarse, por fin terminó de hornearse el pastel y lo único que faltaba era decorarlo.

Esa era la parte más difícil, Momoko le había pedido que dibujara el rostro de su niño en él.

¡Él no era un experto dibujante! Pero aun así hizo su esfuerzo.

Y cuando terminó supo enseguida que debió poner más empeño…

-Brick… ¿Qué es eso? –Preguntó un dudoso Boomer con la mirada desconcertada.

-Es Dayton…

-¿Dayton? –Ahora fue Butch el que miró sorprendido el pastel- Brick… tu hijo salió deforme y feo. –Butch comenzó a reír señalando la decoración. Boomer se limitó a desviar la mirada para que el pelirrojo tampoco lo viera reír.

Brick se molestó ¡No era su culpa! Si él no tenía idea de cómo dibujar un árbol, mucho menos sabía dibujar a una persona y menos sobre un pastel.

-Maldición… ¡Eso lo sé, Butch! –Respondió sobando sus cienes. Podría dejarlo así, pero… realmente el dibujo de su hijo había quedado muy feo y su esposa se molestaría. Aunque se sintió tentado de dejarlo así, para que la mujer pelirroja jamás en la vida le volviera a pedir hacer otro pastel.

Pero luego pensó en su hijo… No era justo para él recibir esa cosa de pastel en su cumpleaños, él merecía más.

-¿Y qué piensas hacer, Brick? –Ahora preguntó Boomer.

-Me lo comeré y haré otro.- Habló con decisión llevando el pastel dentro del refrigerador para comerlo después. - ¿Ustedes también quieren comer? –Preguntó a los dos, que se encogieron de hombros para luego asentir con la cabeza y un "Sí" al unísono.

Después escucharon un sonido extraño fuera de la cocina, como si alguien resbalara. Los tres hermanos compartieron miradas confusas y se asomaron por la puerta para ver de qué trataba, pero no encontraron nada fuera de lo común.

-Tal vez fue el perro.-Comentó con naturalidad el mayor.

-Brick… ustedes no tienen perro.- Boomer volvió a adentrarse a la cocina, y le sorprendió la expresión confusa del pelirrojo.

-¿No tenemos? Oh, es cierto… No importa. –No quiso darle interés al asunto y otra vez volvió a sacar los trastos que ocuparon para preparar el pastel. Los ojos verdosos siguieron su persona hasta que Brick se hartó de ser el blanco de miradas. -¿Qué tanto vez, Butch?

-¿Eso quiere decir que haremos otro pastel?-Butch no hizo ocultar su fastidio. Brick Lo miró mal.- Había quedado bien, hasta que tu decidiste decorarlo.

-¿Qué? ¿Acaso creer que puedes hacerlo mejor? –Los ojos carmín se posaron en el mediano que asintió con decisión.- ¡Te reto a que tu dibujes a los tuyos y verás que no es fácil, idiota!

Un brillo afloró el los penetrantes ojos verdes al escuchar las palabras "Te reto"

-¡Jah! ¡Te demostraré que puedo dibujarlos y saldrán mucho mejor que el tuyo! –El pelinegro golpeó la mesa sonriendo con demencia. Ya había salido su lado competitivo y el de Brick también. Boomer los miró arqueando una ceja, y decidió intervenir.

-Oigan, no es el momento para que peleen ¡Tienen que terminar el pastel antes de que…!

-No molestes, rubito.- Lo calló el mediano con un ademán de mano. Boomer hizo un puchero molesto por el apodo. Detestaba que le dijeran rubito.- Tu definitivamente quedas fuera de esto, dibujas muy mal.

-Eso es verdad. –Corroboró el peli naranja sin dejar de aguijonear con la mirada la cabeza del pelinegro.

Boomer enarcó una ceja con cierta indignación.

¿Qué él no sabía dibujar? ¡Él podía ser buen dibujando si se lo proponía!

-Por favor, tal vez no dibuje bien, pero de que lo hago mejor que ustedes, sí. –El menor de los villanos se cruzó de brazos viendo de forma retadora a los dos, que le prestaron atención.

-¿Eso crees, rubito?-Brick alargó la última palabra con sorna, sabiendo de antemano que le cabrearía al oji azul.- ¡Ya veremos!

A continuación, el de mirada rojiza como la sangre les arrojó a ambos una manga pastelera, que por sus buenos reflejos, atraparon bien y con miradas desafiantes. Casi que pareció de esas películas donde atrapan las pistolas con miradas matadoras.

Ahora esto ya no se trataba de preparar el pastel, si no, que se había convertido en otra de las muchas competencias entre hermanos. Competencias absurdas, que a pesar de los años, aun llevaban a cabo, incluyendo a Boomer que era él más maduro de los tres.


Mientras tanto, en otro lugar lejos de los tres hombres desquiciados por un pastel, se encontraban tres niños jugando en el jardín.

-¡Mira, Jade! ¡El postre!~ -Un niño pelinegro de 6 años y ojos esmeraldas, señaló a un insecto volador mientras se relamía los labios. A su lado, había otra niña con las mismas características que él. Su gemela.

-¡Se escapa! –La niña pelinegra de ojos verdes arrugó la frente molesta, y enseguida salió a perseguir al insecto junto con su hermano.- ¡Que no se escape, Bren!

Mientras los dos corrían tras el insecto entre risas, como si su vida dependiera de ello, el niño ojiverde sintió como alguien tiraba de sus ropas y se aferraba a él para evitar que siguiera corriendo.

-Kiara, quítate. –Ordenó el niño queriendo alejar a una pequeña rubia de cinco y ojos azul cobalto, que se aferró más a él ante la orden.

-¡No se lo coman! –Rogó la rubita colocando la cara más aterradora que pudo.- Pobresito…

El oji verde logró zafarse de la niña, aunque este tuvo que empujarla para eso y seguir con su cometido. Kiara infló las mejillas realmente molesta, y giró la mirada hacia una esquina para pedir auxilio, pero su ceño se suavizo al no ver a la persona que buscaba, donde minutos atrás recordó verlo.

-¿Dayton? –Preguntó casi en un murmuro, ahora paseando su mirada por todo el jardín de la casa de su tío Brick.- Oigan, han visto a Day…

-¡Lo atrapé! –Gritó la morena de cabellera corta y despeinada, presumiendo al pobre animal en su lengua. Kiara se cubrió los ojos para no verlo y ponerse a llorar por él.- Brendan, tortuga.

El aludido miro a su hermana con semblante serio.

-Fue suerte…-Susurró Brendan cruzado de brazos.

Todos creyeron que la gemela mayor se tragaría al insecto, pero lo escupió excusándose de que no tenía un lindo sabor como las hormigas. Ya después la rubia lo cogería y le armaría un funeral y un entierro digno.

Poco después vieron entrar al jardín a un niño pelirrojo de ojos rojos con leves destellos rosados. El niño estaba con la cara descompuesta y su piel bronceada estaba muy pálida. Parecía que había visto un fantasma o algo así.

-¡Dayton! –La pequeña Kiara corrió hasta él y lo rodeó en un fuerte abrazo.- ¡Jade mató a un insecto! –Acusó a su prima con la mirada molesta y el dedo señalándola.

Dayton, que a pesar de que adoraba a su primita rubia y siempre correspondía a sus mortales abrazos, esta vez no le prestó absolutamente nada de atención, cosa que todos notaron.

-Oye ¿Estás bien? –Preguntó el ojiverde, apartando delicadamente a la pequeña vestida de azul de su primo.- Te vez como si hubieras comido mucho y ahora quisieras vomitar.

-¿Es por el insecto? Si es por el insecto te digo de una vez que no me lo trague.

Él negó.

-¿Es porque te abracé muy fuerte? –Fue la inocente pregunta de Kiara.

De nuevo, el niño negó.

-¡Ya habla, tonto! –Apresuró el impaciente moreno.

El niño pelirrojo no sabía si hablar o no. Su corazón latía con fuerza y sentía arcadas en el estómago. Quiso convencerse de que lo que escuchó hace unos momentos no era verdad, pero era imposible, porque estaba muy seguro de que escuchó claramente lo que dijo su padre y sus tíos.

Él era feo y deforme. Su padre haría a otro hijo más bonito y a él se lo comerían.

Todo por ser feo…


¡Hello! Estoy de vacaciones y la inspiración me vuelve~

Bien, espero les haya gustado el primer capítulo de esta historia.

Para los que han leído mi historia de "Malos entendidos" Habrán notado que utilicé a los personajes en futuro, porque sinceramente me quedé con muchas ganas de escribir más sobre ellos. Si no lo has leído, no importa, pues la historia de todas formas se entenderá.

Pienso en hacer una segunda parte de Malos entendidos, y aunque en esta los puse en futuro, quiero avisar que no es la segunda parte que tenía planeada. Si no, que habrá otra (:

En fin.

De verdad, espero les haya agradado. Me inspiré en un capítulo de la versión original donde el profesor planea una fiesta sorpresa para las chicas, y estas sin querer escuchan a su padre decir que eran muy feas, cuando en realidad se refería al dibujo de sus rostros en el pastel :D

Nos leemos, ¿Reviews?

¡Ah! Y otra cosa… Los niños inventados también los plané para otra historia de la versión original (Hiimeko en vacaciones: Muchas ideas xD) si se preguntan porque razón no tienen nombres japoneses.

Les busqué nombres que queden con su personalidad, por lo tanto aquí les dejo el significado que encontré de sus nombres.

¡Bye!

Dayton:Es una persona que concreta sus objetivos. No le gusta ser supervisado, le gusta liderar, y tiene el potencial para hacerlo. Le gusta tomar la iniciativa y tiene un gran poder de decisión, además de generar confianza y ser popular entre sus pares.

Kiara:Es una persona con mucha imaginación y soñadora. Está llena de energía y tiene una gran inteligencia emocional.Es una niña tierna, sensible y emotiva, que tiene tendencia a exagerar el momento presente. A veces sombría y susceptible, se muestra colérica y rebelde.

Brendan: Activo e independiente, aporta confianza en sí mismo, una apariencia orgullosa y altiva, necesidad de ser admirado y mirado. Fuerte, responsable, seguro de sí mismo, aquel que decide sin preguntarle nada a los demás. Es honesto. Se muestra susceptible y vejado ante el menor fracaso, no puede soportar el hecho de no ser siempre brillante y, cuando no lo consigue, se deja llevar por los celos.

Jade:tienen una fuerte personalidad. Se muestra activa, dinámica y valiente, enérgica y apasionada. Trabajadora, deportista, a veces muy perfeccionista, incluso maníaca en un dominio particular, y totalmente indisciplinadas en otro. A menudo tienen un sentido estético desarrollado, que las hace interesarse en el arte o las cosas bellas.