Oh dios, el calor de sus cuerpos era tan intenso y a pesar de eso, Mariah no podía dejar de pensar en el dolor que sentía entre sus piernas. Las pocas copas que había tomado se habían bajado y no mostraban signos de querer ayudarle a relajarse. El chico sobre de ella solo se concentraba en satisfacerse a si mismo sin tomar en cuenta que ella mordía las sábanas no por placer sino para evitar llorar por el dolor.
Finalmente el eyacula sobre de ella, y se acuesta a un lado, sin tocarla, sin verla. Mariah, se limpia con las sábanas discretamente y se voltea para su lado de la cama. No pudo contener más las lágrimas, pero lloró en silencio.
El chico se levantó de la cama y se perdió en el baño, permitiéndole a Mariah terminar de llorar y aparentar que todo estaba bien. Realmente esto estaba muy lejos de todo lo que ella siempre había pensado que sería la primera vez. Todo el mundo la pinta color de rosa, con un dolor inicial que se pierde en la pasión, velas, algún vino o una cena romántica. Era una idiota por haberse dejado creer que eso sería la vida real, pero nunca imaginó que le dolería de esta forma y esperaba que pudiera caminar normal.
Ya era entrada de noche y ella debía volver a la habitación de hotel de su equipo, porque los de esta habitación estaba segura, no tardarían en regresar.
"Ray"
El chico apenas si giro la cabeza para verla
"Ya tengo que irme"
Ray solo asintió con la cabeza y le dio un beso rápido en la mejilla. No dijo "te amo" ni siquiera un "hasta luego" o "buenas noches". Mariah recogió sus cosas y salió de la habitación totalmente defraudada, de ella, de la situación, pero sobre todo de Ray.
"¿Dónde estabas?" pregunto Lee furioso.
Los White Tigers había estado buscándola para una pelea de exhibición en el salón del hotel.
"Salí a caminar, no me siento bien."
Lee se sintió culpable del tono de sus palabras después de ver que Mariah se estaba abrazando a sí misma para contener su dolor. 'que le duele? el estómago?' se preguntó Lee. Le pasó un brazo por los hombros y la llevó a la cama. "Te traeré un té, como dicen los ancianos, un té puede obrar maravillas con las penas" Lee le sonrió y salió de la habitación con los otros dos del equipo.
'Lástima que un té no quite el dolor de la desilusión, Lee' Mariah se dejó llorar por unos minutos, sabía que los chicos estarían de vuelta pronto y no quería preocuparlos más. Suspiro y, antes de que los chicos regresaran con el té, se quedó dormida.
La desventaja de dormir con chicos eran las pocas atenciones por la mañana. Como soportar los rayos del sol que se filtraban por la ventana al no haber vuelto a cerrar consideradamente las cortinas. O la ropa tirada por todo el piso, sin duda, obra de Kevin.
No quería levantarse de la cama pero realmente su estómago pedía comida con urgencia. Con pesadez, se vistió y antes de salir de la habitación revisó su caminar. Todo perfecto, caminaba normal.
Fue al comedor, evitaba los pasillos ruidosos, no quería encontrarse a Ray o a ninguno de su equipo, estaba molesta porque Ray había cambiado al estar entre ellos, por esta con ellos.
Ray.
Solo pensarlo hacía que le doliera el corazón, la noche pasada había sido tan insensible con ella, cuando ella no había hecho más que amarlo desde su infancia. Tomo un plato de cereal y lo llevó a la mesa. Meneaba las bolitas chocolatosas en la leche, pensando en su primera vez. Su primera horrible vez. Una nalgada ligera la sacó de sus pensamientos. Estaba lista para golpear a la persona que lo hubiera hecho, pero descubrió que se trataba de Ray.
"¿Cómo amaneciste?"
Que como había amanecido, quería gritarle que dolida sentimentalmente, adolorida por su brutalidad y enojada, pero nada de eso salió de su boca. En su pueblo las mujeres no deben contradecir a su pareja. Esas estúpidas tradiciones! Algunas veces sentía que la asfixiaban.
"¿Todo bien?" volvió a preguntar Ray
"Perfecto" Sonrió ligeramente y giró su cara al plato. Pero Ray le regreso la cara y la beso. La besó con pasión. Y por un instante Mariah se olvidó de todo lo que había sucedido.
"Hey, Ray. Tranquilo hermano. Necesitamos a Mariah con aliento para la batalla de hoy" Kevin rondaba el comedor por su tercera ronda de desayuno. "Los demás chicos jugaremos un partido con los All Stars, si te interesa encuéntranos en las canchas"
Ray se paró sin ni siquiera decirle algo a la peli-rosa y ella volvió a centrar su vista en el tazón. ¿Qué era lo que traía Ray? ¿No se suponía que eran novios desde que termino el primer torneo mundial? ¿No se suponía que se habían entregado el uno al otro la noche anterior? Desde lo lejos vio a Kai, el líder de los BladeBreakers, desayunando solo, como el siempre solía estarlo. Lo observó detenidamente y cuando la vio observándolo ella desvió su mirada. ¿Que acaso no se sentía solo? ¿Porque no era como Rey, Tala o Michael? Todos ellos eran respetados y mantenían su orgullo y otras cosas por encima de la amistad, pero se divertían con los demás. ¿Por qué él no se acercaba a los demás, ni siquiera a las chicas? Kai era guapo, fuerte... ¿que lo retenía?
El chico dejo el comedor y a los pocos minutos después ella también. No por seguirlo sino para buscar a Ray, quizá si lo apoyaba en el partido las cosas volverían a ser como antes.
Los All Stars ganaban por una mínima diferencia, pero realmente el tamaño de los jugadores si importaba y ni Ray ni Tyson eran muy altos. Al terminar el partido Ray ni la volteó a ver, se fue con los demás a los baños de vapor. Unas lágrimas escaparon de sus ojos y dejó el lugar. Quería dejar el maldito torneo de exhibición pero quizá un baño antes la haría pensar con claridad.
Se encamino a los baños de los vestidores, desiertos a esa hora. Empujo la puerta del de los White Tigers y ¡oh Sorpresa!
Ming Ming estaba acostada boca abajo sobre la banca, completamente desnuda, ahogando un gemido con su ropa y Kai con la bragueta abierta penetrándola por detrás.
Ambos la vieron pero no dejar de hacer los suyo, Mariah, en cuanto su cerebro pudo responder, cerró la puerta y tomó el primer camino que se le presentó. Estaba apenadísima de haberlos encontrado así.
