Disclaimer: Todos los personajes de este mundo maravilloso de Harry Potter, le pertenecen exclusivamente J.K ROWLING. Solo los tome un ratito prestado para recrear esta historia. Los personajes de esta historia son (OoC)
Dedicatoria: Este fic de Draco y Hermione se lo dedico a mí adorada prima Deborah (aurora caelestis) que siempre me ha apoyado en mis proyectos. Gracias.
ADVERTENCIA: Este historia contiene escenas de sexos explicito ( lemmon MA), por tal motivo no es lectura para menores de edad. Ya advertidos sobre el fuerte contenido de esta historia.
Pues a leer se ha dicho.
Unida en cuerpo y alma a la bestia
Por
The Ladycat69
Capitulo 1
Una vez que Harry tomo la decisión de romper en dos pedazos la varita de sauce, el trió dorado regresa al interior del colegio. A pesar de haber ganado la Guerra, el ambiente en el colegio no era de júbilo y alegría, como lo más seguro, tampoco lo era en el mundo mágico. Muchas vidas se habían perdido en esa Guerra, vidas inocentes que se podían ver unos al lado del otro, vidas de amigos, profesores y en su mayoría, estudiantes. Con el pasar de las horas, muchos habían regresado a los brazos de sus seres queridos. Otros, solo se quedaron a esperar noticias de sus seres amados o solo ayudar en lo que pudieran.
La noche había caído en el castillo, que ahora estaba en ruinas. Hermione que miraba con tristeza la destrucción, recordaba con nostalgia la primera vez que piso ese salón. La alegría, admiración y orgullo que sentía. El murmullo de los estudiantes que reían por los alrededores, cada rincón que te hacía sentir como en casa, estaba en su memoria. Ahora, solo había destrucción, pena, soledad y llanto.
Hermione que observaba a todos los sobrevivientes. Se le quedo mirando al matrimonio Malfoy, que trataba de alguna forma, pasar desapercibidos. Los Malfoy que estaban sentados en un pequeño rincón, alejados de todos, esperaban pacientemente su destino incierto.
Después de que Harry salto de los brazos de Hagrid. Todos los habían visto huir de la guerra. Pero sorpresivamente de la nada y para sorpresa de muchos. La familia Malfoy volvia aparecer ayudando a muchos niños a refugiarse.
No pudo evitar sonreír, al ver a Luna con sus aires de soñadora, acercarse a ellos, con su forma tan única, ofreciéndoles de tomar algo caliente. Se pregunto si todo lo que había pasado, cambiaria a la joven de ojos soñadores. Era muy posible que así fuera. porque no había duda que esa guerra los había cambiado de alguna forma a todos. Sin saber, que ese pensamiento lo vería en la persona menos imaginable.
Harry que estaba a su lado, al verlos en aquel rincón, con una sonrisa se disculpa de la castaña, dirigiendo hacia kingsley para hablar sobre los Malfoy. Ron por su parte, había soltado su mano, para ir abrazar a su hermano que aun lloraba la perdida de Fred. Hermione dándole espacio a Ron, de estar en ese momento tan íntimo con su familia, se alejo caminando por los pasillos desiertos. Iba tan metida en sus pensamientos y en sus propias penas, cuando lo vio.
Alli parado en un rincon, cubierto de arriba abajo de sangre, polvo y suciedad, como un hermoso ángel, caído y derrotado. Draco Malfoy observaba fijamente la luna. Hermione se había quedado en silencio mirando aquella mirada en los hermosos ojos grises, que solo reflejaban tristeza, dolor y algo más, que no podía descifrar. Draco al sentir la sensación de ser observado, se giro para encontrarse con la mirada avellana de la castaña, que al encontrarse con su mirada metálica se sobresalto.
-Lo siento…no quise molestarte—dijo girándose para irse.
-No me molestas Granger—dijo logrando que la castaña se detuviera…-No tienes que irte porque este aquí—dijo mirándola…-Sé que mi presencia no es grata…pero no tienes que irte—
-¿Malfoy, te encuentras bien?—
-Bueno ya sabes…no es fácil—dijo mirando otra vez la luna...—Me preguntaba ¿Que va a pasar con nosotros?—pregunto repentinamente.
-No lo sé Malfoy. Harry está hablando ahora mismo con kingsley, los aurores y tus padres—
-¡Oh! entonces terminaremos en Azkaban—fue lo único que dijo para volver a mirar la luna.
-Pues no lo sé. Solo se, que Harry hará todo lo posible para que eso no ocurra—
-Y porque haría algo así. Sería una oportunidad única de verme encerrado junto a mi padre en Azkaban—
-Harry no es así—
-Pues debería serlo Granger, porque soy un despreciable mortifago…hijo de mortifago—dijo mirando su antebrazo…-Por mi culpa Dumbledore está muerto—dijo con tristeza.
-Dumbledore murió porque así debía ser—dijo logrando que el platinado la miraba sin comprender tan duras palabras…-El estaba muriendo y le pidió al profesor Snape que no permitiera que tu cruzaras esa línea…que no se perdiera tu alma—
-Otro que murió por mí. No merezco tal honor…no por mí—dijo con cierta amargura.
-El pensó, que sí valía la pena el sacrificio, ambos lo pensaron. Tenían fe ti, que harias lo correcto—
-Eso no quita que merezca ir a Azkaban—
-Aun así, se que Harry sería justo con quien lo merece Malfoy—
-No me digas que ahora si se volvió un San Potter—dijo con cierto cinismo.
-Veo que nada te hace cambiar hurón albino—
-Viejos hábitos ratona de biblioteca—dijo con una sonrisa…-Pero aun no contestas mi pregunta—
-No sé si lo sabes, pero cuando Harry fue a buscarlo al bosque prohibido. Tu madre se arriesgo mucho al decirle a Voldemort, que Harry estaba muerto—dijo sorprendiendo al platinado.
-No sabía eso. No sabía que mi madre había hecho eso—
-Tu mama fue muy valiente Malfoy. Salvo su vida y Harry no olvidara eso—dijo con una sonrisa…-Además, nosotros los vimos a ustedes peleando contra los mortifagos. No sé porque regresaron, cuando ya habían ido. Pero créeme, muchos inocentes se salvaron gracias ustedes…a su ayuda. Siendo mortifagos o no…nadie olvidara lo que hicieron. Cuando me toque declarar…diré la verdad de lo que vi—
-Gracias—fue lo único que dijo.
-No…debería ser al revés. Nunca te di las gracias, Malfoy—
-Las gracias… ¿por qué?—
-Por no delatarnos cuando estuvimos en tu casa, sabias que éramos nosotros. Te pusiste en riesgo guardando silencio, aun con la presión de tu padre y tu tía…no dijiste nada—la chica se acerco un poco hasta pegarse a la pared fría…-¿Por qué no lo hiciste? ¿Por qué no nos entregaste?—
-No lo sé. Quizás estaba hastiado de todo eso. De sentir esa opresión en el pecho, de sentir miedo todo el tiempo, miedo a morir o de ver a mis padres muertos. No sé…solo deseaba que todo terminara y que Potter ganara de una buena vez—
Hermione sorprendida de sus palabras, se le quedo mirando fijamente. Porque esa misma sensación de miedo e impotencia, la había sentido muchas veces, de perder a sus padres. Un miedo que la llevo a tomar la decisión de alejarlos para siempre.
-Bueno aun así…gracias por eso—
-Granger yo…lo que paso en mi casa…yo en verdad…—
-No fue tu culpa—dijo encogiéndose de hombros…-Además, no creo que pudieras hacer mucho—dijo acariciándose su antebrazo…-De una forma o de otra…ambos estamos marcados—
-Marcas diferentes…pero marcados—dijo asintiendo la chica con la cabeza.
-Lamento lo que paso con Goyle en la Sala de Meresteres—dijo repentinamente cambiando el tema después de un corto silencio.
-Encontró su propio destino cuando lanzo aquel maleficio—dijo con pesar pegándose al otro extremo de la pared, quedando frente a la chica…-Quise salvarlo…pero no pude—
-Pero salvaste a otros—dijo encontrándose con aquellos ojos tan fríos como el acero…-Estoy incluida—dijo viendo como el platinado la miraba…-No me mires así Malfoy. Cuando Gregory Goyle lanzo la maldición imperdonable. Antes de que yo pudiera hacer un hechizo de protección, te vi lanzar uno hacia nosotros. Gracias—
-No tienes que darla. Después de haberte jodido la vida tantos años Granger. Pues, era lo menos que podía hacer—
-Bendito sea Merlín por eso, Malfoy—dijo viendo como el platinado sonreía.
-Granger yo…—
-Si Malfoy—
-Esto no es fácil para mí. Pero, podrías decirle a Potter, que gracias por salvar mi vida de ese infierno—
-Podrías decirle tu mismo…—dijo con ganas de reírse al ver la expresión del joven…-Pero se lo diré—
-Gracias—murmuro bajito.
-Todos merecen segundas oportunidades Malfoy—
-Tu me las darías, Granger—pregunto tomando por sorpresa a la castaña…-Me darías una segunda oportunidad, después de lo cabron que he sido contigo. Después de hacerte la vida imposible desde el primer día—dijo desviando la mirada al suelo al ver que la chica solo se le quedo mirando.
Draco no tuvo el valor de mantenerle la mirada, se preguntaba por qué carajo había preguntado eso. Sabía que no merecía nada de nadie, cuando la respuesta era más que clara y evidente. Las segundas oportunidades no existen y el, Draco Malfoy lo sabía perfectamente. Sabía que desde ese día en adelante, pagaría el precio con su propia alma.
La chica que se había quedado sin habla, se aparto de la fría pared, acercándose al joven con cautela. Con una leve sonrisa se acerco frente al joven, que la miraba fijamente. Hermione sintió como sus mejillas se enrojecían por la forma tan fija que el platinado la miraba. Porque aquella mirada, era como estar en medio de una tormenta y agradecía que toda la suciedad que tenía en su rostro, ocultara su sonrojo.
-Si Malfoy…te la daría—dijo suavemente…-Hola, soy Hermione Jane Granger, de la casa de Griffyndor…un placer conocerte—dijo extendiendo su mano hacia el joven que la miraba sorprendido.
-Hola…Draco Lucius Malfoy, de la casa de Slytherin…igualmente en conocerte—dijo aceptando la mano de la castaña.
Por primera vez en su vida, sentía que aun había esperanza para su alma. Draco que miraba la sonrisa sincera y hermosa, sonrió. Porque a pesar de que la muchacha estaba más sucia que el mismo. En su vida jamás había visto una sonrisa más hermosa, que la que le regalaba Hermione Granger.
No supo explicarse el cosquilleo que sentía en su mano, con tan solo tocarla. Algo que no supo descifrar, emergía de su interior como lava ardiente. Que se maldijo mentalmente por haber sido tan estúpido, todos esos años. Estúpido por haberse negado tanto tiempo, el tener cerca a esa chica, alejándola de su vida de la forma más despiadada possible, solo por el hecho de ser, hija de muggles.
~Que tonto he sido…maldición~ pensó el joven.
-Volverás a Hogwarts cuando este arreglada y abra otra vez sus puertas—dijo soltando su mano y sacando de sus pensamientos al platinado.
-Aun no lo sé—
-Pues, espero verte aquí Malfoy—dijo algo sonrojada por el cosquilleo que sintió al estrechar su mano…-Bueno, regresare al comedor…debería comer algo. Nos vemos—dijo antes de irse.
-De seguro así será—dijo viéndola marcharse.
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Una semana después de lo sucedido, el juicio para los seguidores de Voldemort había llegado. Muchos de ellos gritaron, patearon y juraron venganza hasta el final. Eso fueron los casos del señor Nott padre, la señora Zabini, Crabber padre, Parkinson padre y muchos más. Uno tras otro, fueron condenados y regresados inmediatamente a Azkaban. Hasta que llego el momento decisivo para la familia Malfoy, que había pasado una semana en Azkaban. A pesar de las protestas de Harry y Hermione.
El ministerio se había vuelto un verdadero manicomio. La prensa esperaba impaciente lo que el Salvador del Mundo Magico, Harry Potter y amigos tenía que decir a favor de la familia. Tras el largo testimonio de Harry y mostrar algunos recuerdos. Narcisa Malfoy fue la primera en quedar en libertad. Lucius Malfoy sorprendido, de los testimonio de los niños que hablaron a su favor, quedo bajo palabra por haberse escapado de Azkaban. Estando no más de tres años en arresto domiciliario y sin varita. Lo que para el patriarca de la familia, fue más que justo.
Cuando llego el turno de Draco Malfoy. Hermione que esperaba testificar a su favor, se tenso de solo verlo allí sentado esposado a la silla. Rápidamente Harry y Hermione dieron su testimonio sobre los hechos. Seguido por Ron, que lo dio de mala gana y para sorpresa de muchos, algunos sobrevivientes también hablaron.
Luego de una larga reunion, el joven mortifago quedo en libertad. Pero, para sorpresa o más bien horror del platinado. El nuevo Ministro de magia, Kingsley, le pidió o más bien ordeno finalizar sus estudios en el colegio de Hogwarts, en cuanto comenzara las clases. Aquellas palabras del Ministro de magia fueron apocalípticas. La prensa no dejaba de escribir y el murmullo se apodero del lugar. Mas cuando dio por terminado el juicio, permitiéndole a los Malfoy salir del ministerio…libres.
Había pasado casi un año desde el juicio de la familia. Ahora, Draco estaba más que desesperado. Apenas unas horas atrás, había llegado a sus manos la maldita carta de Hogwarts, en donde la nueva directora, anunciaba el comienzo de clases, que sería el primero de septiembre.
-NO quiero regresar madre. No quiero—decía un desesperado joven.
-Draco hijo…prácticamente es una orden del Ministro—repetía otra vez Narcisa, viendo como su hijo camina de un lado a otro.
-No quiero…no así. Prefiero mil veces estar en Azkaban…que volver—
-Draco no hables así—esta vez fue Lucius…-No quiero que vivas ese infierno—
-Padre ya vivo en el infierno…por favor—dijo el joven sentándose en la butaca con sus manos en su rostro.
-Intentamos Draco…pero ese hombre no quiere cambiar de opinión. Tienes que ir, hijo—dijo Narcisa con tristeza…-Podíamos decirle al ministro…tal vez así…—
-No permitiré que nadie encierre a mi hijo, Narcisa. No lo permitiré—
-No puedo volver allí. Me volveré loco madre—
-Lo sé hijo…lo sé. Pero podrás manejarlo como lo has hecho hasta ahora. Tal vez deberíamos decirle a la profesora Mc Gonagall sobre…—
-No…no quiero que nadie lo sepa. Madre por favor...no quiero—
-Draco hijo…—dijo abrazándolo.
Narcisa que trataba con todas sus fuerzas de no llorar, las emociones la traicionaron derramando sus lágrimas. Sabia la condena que llevaba en su interior su amado hijo, sufría dia tras dia, el ver como se consumía con el pasar de los meses. El infierno y las pesadillas que lo atormentaban en las noches, una oscuridad que atormentaba su alma y que parecia no encontrar la luz. Pero que otra cosa podía hacer, como ayudarlo.
-Sé que no será fácil Draco…pero eres valiente. Lo has probado estos meses—dijo Lucius poniendo su mano en el hombro de su hijo…-Sé que te falle de muchas formas…pero trato de cambiar...—
-Lo sé padre…lo sé—dijo mirandolo.
-No sé, quizás la posición…—
-Eso me debilita madre…—
-Entonces, se que podrás controlar la situación, todo saldrá bien. Solo son unos meses que se irán rápido. Vendrás a casa en navidades y después en unos meses más, todo terminara—dijo Narcisa dándole un beso en la frente. Pero Lucius con ese sentimiento de impotencia no pudo resistir hablar.
-Iras a ese maldito colegio otra vez…iras con la frente en alto. No porque seas un Malfoy…sino porque eres Draco. No olvides que eres fuerte...que lo demuestras mes tras mes. Ya sabes lo que tienes que hacer…lo harás bien—dijo su padre.
-Así lo hare—dijo respondiendo después de un largo silencio.
Pero lo que sus padres no sabían, es que no deseaba regresar al colegio por los motivos que ellos creían, si no, porque no desea regresar y verla. Porque solo Merlín sabía, si tendría el control suficiente para poder contenerse, sabiendo que ella estaria allí. Si en realidad podria controlar el deseo de la bestia que vivia en su interior.
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Así, que un año después, la plataforma 9 y ¾ estaba otra vez repleta de estudiantes. Harry había decidido no regresar al colegio para finalizar sus estudios. Había demasiados recuerdos dolorosos y no se sentía preparado para enfrentar los demonios del pasado.
A orgullo de Kingsley y de muchos veteranos, de tener al joven mago entre ellos. El joven brujo había sido aceptado en la escuela de Aurores. Mientras Ron, que también había tomado la misma decision de no regresar. Tras la muerte de Fred, quiso quedarse ayudar a su hermano con la tienda.
Solo Hermione y Ginny regresarían ese año. Una vez que las chicas se despidieron de los muchachos y que se escuchara un fuerte silbido. El expreso Hogwarts arranco a su destino, un destino tan incierto como la vida misma.
Hermione que era prefecta andaba por los pasillos recordando que ya debían prepararse. La chica andaba puerta por puerta, hasta que dio con una en donde se encontraba nada menos que Draco Malfoy.
Desde que había llegado, noto las miradas de hostilidad. Muchos lo miraban con miedo, desprecio o hasta odio. Pero, el era un Malfoy y aunque al principio no deseaba regresar al colegio, no bajaría la cabeza por nadie. Si el nuevo Ministro de Magia quería que regresara, pues él lo haría con toda la dignidad y orgullo de un Malfoy.
El platinado se encontraba solo sentado en un compartimiento. No sabía, si Theodoro Nott o Blaise Zabini estaban en el tren. Ambos eran unos de los pocos amigos sinceros que le quedaban, porque Crabber no regresaría después de la muerte Goyle y Pansy se había ido a Francia con su madre.
Miro haber quien había abierto la puerta, sus ojos grises se posaron en la joven vestida como siempre impecable que le sonreía. No sabe porque, pero desde que tuvieron esa breve conversación hacia un año atrás, no había podido quitársela de la cabeza. Porque algo se encendió en ese momento, algo, que la bestia que vivía en él deseaba poseer.
-Buenas tardes Malfoy—
-Buenas tardes Granger…eres prefecta—
-Si…pensé que tu también lo eras—el joven que si era prefecto solo se encogió de hombros…-Será mejor que te prepares ya estamos llegando al colegio…no vendría mal un poco de ayuda con los niños de primero—dijo con una sonrisa
-No creo que me quieran cerca Granger—dijo con cierta tristeza que no paso desapercibido por la castaña.
-Si cambias de opinión pues ya sabes dónde estamos—dijo para cerrar la puerta pero se detuvo en el último momento para mirarlo…-Me alegro verte otra vez Malfoy—
-Gracias—dijo viendo como la chica cerraba la puerta…-A mi también me alegra verte—dijo en un susurro.
El rubio que había vuelto a mirar por la ventanilla, escucho la puerta abrirse otra vez. Pensando que era la chica volvió a mirar, pero para su sorpresa, allí parados estaban Theo y Blaise que rápidamente lo saludaron.
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Cuando todos pudieron visualizar el gran colegio de Hogwarts, no pudieron esconder su sorpresa, era como si nada malo hubiera pasado en ese lugar. Muchos notaron que frente a las enormes puertas, había un busto en memoria de todos los caídos.
Una vez que todos los nuevos estudiantes, fueron seleccionados por el sombrero seleccionador a sus nuevas casas. La nueva directora de Hogwarts, la profesora McGonagall, con una sonrisa se dirigía al estudiantado.
-Bienvenidos estudiantes a este nuevo año. Antes de comenzar quisiera que todos guardaremos un minuto de silencio. Por todos aquellos caídos y que lamentablemente no se encuentran entre nosotros—dijo guardando silencio enseguida.
Una vez que aquel triste silencio pasó. La nueva directora dio el discurso que por muchos años el profesor Dumbledore dio con entusiasmo. También hablo seriamente sobre dejar las peleas entre las casas. Que a pesar de las posibles diferencias entre todos, las segundas oportunidades existia para todos. Recordando asi, que lo sucedido hace un año atrás, sirviera para unirse todos como una gran familia, de ahora en adelante y por siempre. Luego de terminar con aquellas palabras, la nueva directora sonrió para continuar.
Varias presentaciones importantes se hicieron esa noche, incluyendo a muchos profesores nuevos y la gran noticia, que Hagrid era el nuevo jefe de la casa de Griffyndor. Lo que provoco un gran alboroto entre los estudiantes que aplaudían. McGonagall que tuvo que hacer un esfuerzo para no reírse, tuvo que mandarlos a callar, para así poder continuar.
-Antes de comenzar con el banquete. Tengo que dar un último anuncio, que me llena de orgullo. Este año tenemos dos premios anuales—dijo McGonagall con orgullo…-De la casa de Griffyndor…la señorita Hermione Jane Granger—en cuanto pronuncio el nombre todos comenzaron aplaudir…-Felicidades señorita Granger. Bueno, también tenemos el otro premio anual. De la casa de Slytherin…el señor Draco Lucius Malfoy—lamentablemente no hubo muchos aplausos, solo murmullos…-Felicidades señor Malfoy. Por favor estudiantes denle un fuerte aplauso a nuestros premios anuales—dijo logrando que todos aplaudieran…-Una vez que termine la cena quisiera reunirme con ustedes dos, para llevarlos a su nueva torres. Muchas felicidades—dijo dirigiéndose a los dos premios anuales…-Bueno ahora si…que comience el banquete—dicho eso, las mesas se llenaron de toda clase de comida.
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El primer día de clases empezó como cualquier otro. Los estudiantes iban y venia de un lado para otro, en su mayoria perdidos. El ambiente que al principio se sintió muy tenso, pero con el pasar de los días, el ánimo comenzó a relajarse. Tanto así, que para cuando se dieron cuenta, dos semanas habían pasado rápidamente.
Un día como cualquier otro, las cuatros casas estaban cogiendo la clase de pociones con el profesor Slughorn, que ya había anunciado que ese sería su último año en tan prestigioso colegio. Como siempre el profesor invito a Hermione a su club de eminencia, incluyendo esta vez, a Neville y otros estudiantes mas.
-Bueno mis queridos estudiantes. Hoy trabajaremos con una posición que para mí es de suma importancia. Hoy crearemos el… Filtro de la paz—dijo logrando que todos se miraran unos a otros…-Alguien sabe para qué sirve esa poción—dijo esperando la respuesta…-Señorita Granger—
-El Filtro de la Paz. Esa posición se usa para calmar la ansiedad y aliviar el nerviosismo. Dejando a la persona que la tome con un sentimiento de relajamiento y tranquilidad—
-Respuesta correcta señorita Granger…5 puntos para Griffyndor—dijo con su típica sonrisa…-Bueno los ingredientes de cómo preparar tan encantadora poción, se encuentra en la página 207 y de ahora en adelante trabajaran en parejas hasta terminar el curso escolar—dicho eso los estudiantes empezaron a quejarse…-Por favor estudiantes…ya he tomado mi decisión. Ahora, vamos a ver—
El profesor que rápidamente empezó a emparejarlo para la poción. Había tomado la decisión de emparejarlos no de acuerdo a su casa, pensando que de alguna forma eso seria bueno para los estudiantes. Pero se encontró con el problema, que una joven de la casa de Hufflepuff no quería sentarse cerca de Draco Malfoy. La chica que había perdido a su hermano a manos de un mortifago, alegaba indignada que no deseaba estar cerca de un ex mortifago.
Hermione que había notado el incidente, se le quedo mirando a Malfoy que no mostraba ninguna expresión, aunque sus ojos dijeran otra cosa distinta, pero ella no fue la única en notarlo. Theodoro Nott que estaba sentado junto a una chica de su casa esperando el cambio, también había visto la escena. El joven que miraba la situación incomodo y muy molesto, iba a ponerse en pie para trabajar con Draco, si nadie queria. Pero nunca imagino ver a Hermione Granger con todas sus cosas en sus manos dirigiéndose hacia ellos.
-Pero señorita Davis…—
-No me molesta trabajar solo profesor—dijo muy serio.
-Pero esto es inaudito…—pero en ese momento fue interrumpido con Hermione.
-Profesor con su permiso. Si usted está de acuerdo, hare pareja con el señor Malfoy. Así, Daniela Davis la hará con Neville...le parece bien—dijo Hermione sorprendiendo a Neville que miraba lo sucedido.
-Por supuesto señorita Granger, esa es la actitud positiva que todos deben tener… ¡TODOS!—dijo con una sonrisa antes de dirigirse a la otra chica…-Señorita Davis…15 puntos menos para su casa por su falta de cooperación—dijo el profesor como si nada.
-Somos compañeros—dijo una vez que quedo frente al joven.
-Granger no necesito tu lastima. Así que puedes irte por donde…—
-Malfoy la lastima no tiene nada que ver. Tu eres bueno en pociones y pienso que podríamos hacer un buen trabajo juntos y de paso, sacar una buena calificación—dijo mirándolo…-Pero si no quieres…lamento haberte molestado—dijo girándose.
-Espera…siéntate—dijo de repente sorprendiendo a la joven. Que con una sonrisa se sentó a su lado.
El joven comenzo a leer las instrucciones del libro, no pudo evitar sonreír sin que la chica lo notara, porque aunque agradecía tal gesto, ni muerto lo diría. Eso fue algo que Theodoro Nott noto, sonriendo con satisfacción.
-Así mismo jóvenes, estamos empezando bien este año. Los dos premios anuales nos estan dando el ejemplo. Estoy orgulloso de ustedes dos—dijo sonriendo al ver a la pareja trabajar juntos.
Dos horas más tardes. Para ser una poción sencilla de preparer, varias pociones explotaron y otras tomaron un color extraño. Eso sin contar, algunas inundaron el salón, con un olor raro. Pero cuando se acerco a la mesa de Hermione y Draco, no pudo evitar su emoción.
-¡PERFECTA…EN VERDAD PERFECTA!—grito el profesor emocionado…-Muchos deberían tomarla, pero bueno…50 puntos para sus casas jóvenes—dijo aplaudiendo.
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Esa misma noche después de haber tenido un día bastante bueno, muchos ya estaban en el gran comedor para cenar. Estaban más que felices de que el fin de semana llegara y otros solo refunfuñaba porque tendrían tarea. Mientras, la castaña se había retirado a su torre de premio anual, que compartía con Malfoy. No tenía hambre en ese momento. Así, que solo se fue a su cuarto para leer cómodamente las cartas de Harry y Ron.
Una vez que termino de responderle a cada uno. Miro notando que la noche estaba cayendo, pensando en ir un momento a la lechuzeria, para enviarlas. Cuando escucho un ruido muy fuerte en la parte de abajo. La chica dejando las cartas sobre su cama, se acerco a la puerta abriéndola despacio, entonces lo vio. Allí estaba Draco, vestido con una túnica negra, que cubría su platinada cabellera, dirigiéndose a la salida.
El verlo de esa forma tan sospechosa, alertaron sus sentidos. Una vez que lo vio salir por el retrato, lo siguió. Hermione lo seguía no muy cerca para que no la viera, lo veía caminar sospechosamente por los pasillos, evitando a toda costa ser visto. Lo estuvo siguiendo por un buen rato, hasta verlo salir a los predios del colegio. Mientras lo seguía se preguntaba a donde iba, sería posible que no hubiera cambiado, que todo hubiera sido solo una fachada, una mentira.
Todo se volvió más claro, cuando lo vio mirando hacia todos lados, sin pensarlo dos veces, se adentro al bosque prohibido. La chica al verlo lo siguió, empezó a notar que caminaba muy rápido, alejándose más del castillo. Así, que sacando su varita dispuesta a todo, lo llamo.
-¡Malfoy!—
-Pero, ¿qué diablos haces aquí?—dijo sorprendido de verla.
-Eso mismo podría preguntarte a ti. ¿Qué haces aquí?—
-Maldición Granger eso no es tu problema. Así que lárgate—dijo alejándose de ella.
La chica que no entendía el comportamiento del Rubio, a pesar de la vocecita interna que le decía regresa, lo siguió. Hermione sostenía fuertemente su varita, mientras trataba de alcanzarlo. Sin darse cuenta que cada vez más, se alejaba del castillo y se adentraba más al bosque prohibido.
-¡MALFOY DETENTE!—grito la castaña.
-¡ESTAS LOCA VETE DE AQUÍ!—dijo echándose a correr.
-¡DETENTE!—grito corriendo detrás del platinado.
-¡DEJA DE SEGUIRME! ¡NO SABES LO QUE HACES…VETE!—grito tratando a toda costa de alejarse de ella.
Pero la castaña lo iba a retroceder. Ante todo ella era una Griffyndor y si Draco Malfoy estaba haciendo algo indebido, su deber era detenerlo. Eso era algo que se repetía una y otra vez, mientras corria detrás del platinado, a pesar de seguir escuchando la vocecita en su interior, que le gritaba que regresara al castillo.
Hermione que respiraba agitada de tanto corer, repentinamente vio que se detenía en medio de la nada. La chica asustada miro hacia todos lados esperando que saliera algún mortifago a atacararla o algo peor. Pero nada sucedía, el solo estaba parado despalda como si algo le doliera.
-¡Malfoy!—
-No sabes lo que estas haciendo. Te has metido…en la boca del lobo Granger—dijo respirando con dificulta.
-¿Que haces aquí? ¿Qué te sucede?—pregunto al verlo estremecerse.
-Debiste escuchar consejos…Granger. No por nada…esta ese dicho muggle. La curiosidad mato al gato…en este caso a la leona—dijo respirando con gran dificulta…-No tienes idea en el peligro que te encuentras en estos momentos, solo por ser como eres…maldición—
-No te tengo miedo Malfoy, ahora me dirás que haces aquí. Que es lo que pretendes estando aquí solo—pregunto con varita en mano, viendo como el joven miraba hacia el cielo.
-Y se supone que eres la bruja más inteligente que ha tenido Hogwarts. Si fuera así, ya te habrías ido…al oler el peligro—
- No me iré. Así que… ¡Respóndeme!—
-Ya es tarde—dijo cayendo al suelo de rodillas.
-¿Malfoy que tienes?—dijo acercándose lentamente.
-No te acerques maldición ¡Vete!—fue lo que dijo al mirarla y señalando la luna.
Aquella situación tomo un giro inesperado. Hermione que había seguido con su mirada hacia donde había señalado, miro con horror la enorme luna llena, volviendo a mirarlo, vio como se quitaba la capa tirándola a un lado. Lentamente su pantalón empezaba a desgarrarse, su rostro y cuerpo comenzaba a deformarse, su pelo platinado se perdía en el suelo. Todo rastro humano empezaba a desaparecer en Malfoy, solo se podía escuchar la respiración agitada y ese horrible ruido que salía del platinado. La castaña miro con horror, recordando lo que había pasado hace unos años atrás con el profesor Lupin.
Hermione que sentía que se estaba quedando sin aire. Comenzó a retroceder despacio, apretando la varita con firmeza. Aquello lo que sus ojos veían como platos, no podía ser cierto. Draco Malfoy no podía ser un…un.
-¡LICANTROPO!—grito Hermione.
Bueno chicas hasta aquí el primer capitulo
Espero que este primer capítulo, haya sido de su agrado. Esto fue sola una idea que se me ocurrió una noche, viendo El prisionero de Azkaban.
Será hasta el próximo capítulo.
Un fuerte abrazo
Ladycat