Además de la insesante máquina haciendo ese molesto pitido, Sasuke escuchaba algo más. Él escucha la voz de ella detrás de su puerta y la voz de alguien más.
— Luces tan hermosa como siempre, Sakura-san.
Sasuke frunció el ceño y escuchó la risa de Sakura con suavidad. Él se imagina a ella mirando a esa persona con los ojos entrecerrados y un ligero rubor en las mejillas — Gracias Takeshi, tú tampoco te ves nada mal.
Sasuke sintió una pequeña molestia, ¿quién era ese tal Takeshi? ¿y por qué le hacía esa clase de cumplidos?
— Takeshi — escuchó la voz de ella otra vez — Teniendo en cuenta que hemos estado tomando turnos de veinte horas durante la semana pasada. Imagina que lindo luciéramos si actualmente dormiríamos bien.
Sasuke apretó los labios. ¿De verdad Sakura estaba coqueteando con ese tipo?
Apretó los puños y su ceño estaba tan fruncido que le dolía la cabeza. Si no se calmaba, la aguja donde tenía el suero, le dolería el doble y la máquina esa haría más pitidos molestos.
Solo esperen a que salga de este maldito hospital.
— Bueno, Takeshi, por mucho que me gustaría hablar contigo, tengo un paciente que atender — Sakura le dice. Sasuke apenas escucha la respuesta de Takeshi cuando Sakura abre la puerta del cuarto.
Ella se apoya en la puerta una vez que se cierra y lo mira a él. — ¡Pensé que jamás se iría!
Y por primera vez, por mucho tiempo, Sasuke sonrió de lado con satisfacción.