Hola a todo el mundo!

Se que ha pasado un largo tiempo, pero créanme cuando digo que no me esperaba tardar tanto en hacer esto, pero casi a la mitad perdí la inspiración y después me hice la baga xD

Pero finalmente el epilogo está terminado, y todavía tengo otras cosas que hacer, así que esto no es lo último que veran de mi!

Que lo disfruten!

Advertencias del capítulo: Tal vez algo de OOC, angst, una sola palabra fea, y la gran posibilidad de que digan "¡NO! ¡¿Qué estás haciendo?!" al final del capítulo.

Disclaimer: Beyblade no me pertenece, o habría algunos cambios!


Epilogo: Despertando del sueño, para vivir la pesadilla.

El sonido de la alarma del reloj la despertó, y Kai resopló con disgusto.

Sentía como si un martillo estuviera golpeando su cerebro, y los rayos del sol que entraban por la ventana le ardían en sus ojos.

Dios, como odiaba el alcohol…

¿Cuántas veces había prometido no beber esa cantidad de nuevo?

No se acuerda, ya perdió la cuenta, a este punto estaba cociente de que era inútil prometer algo que después de dos o tres vasos no iba a poder cumplir.

La bicolor se sentó y cubrió su rostro con ambas manos, descubriendo para su horror y vergüenza que no estaba usando nada (absolutamente nada) debajo de las sabanas.

Volvió a resoplar y se dejó caer de espaldas en la cama.

Odiaba con toda el alma que tan fácil de manipular era cuando estaba ebria, perdía por completo el control de su cuerpo y hacía lo que sea que la gente le pidiera.

La hacía sentir como una…cualquiera.

Volteó la vista al costado y se dio cuenta de que estaba sola en la cama, así que se sentó para ver si podía encontrar algo que le dijera donde estaba su pareja.

Hilary podía aguantar el alcohol mejor que ella, así que lo más probable es que ya se hubiera levantado.

Se levantó, se puso la ropa que había usado el día anterior (tan solo los pantalones y la camisa, ya que no hacía frio dentro de la casa) y fue a buscar a la otra, y también a buscar algo para la resaca.

Ni bien entró a la sala de estar, vio que la castaña estaba sentada en el sofá, dándole la espalda, y suspiró aliviada dirigiéndose hacia la cocina.

-Buen día, Hil- dijo, sosteniéndose la cabeza, al pasar al lado de su pareja –Dios, la cabeza me está matando-

Tal vez era la resaca, o quizás el hecho de que no estaba esperando que pasara nada malo lo que le impidió escuchar los quedos sollozos que provenían de la otra mujer.

La noche anterior era una competa laguna mental para ella, no tenía ni una pista de lo que había hecho o de lo que había pasado, por lo que lo único que le importaba ahora era quitarse la resaca.

Se tomó una aspirina con un vaso de agua, y apoyó el frío cristal del mismo contra su frente, suspirando con alivio, y esperó el tiempo necesario para que la medicina surtiera efecto.

Ni bien se sintió mejor (el dolor de cabeza aún persistía, pero era soportable), regresó a la sala de estar.

-¿Hil?- llamó, le resultaba extraño que su pareja no haya ido a ver como estaba -¿Cariño?- la otra estaba sentada en la misma posición en la que la había visto antes -¿Pasa algo?-

Ahora podía escuchar el leve sonido de llanto, y podía percibir como los hombros de la otra temblaban ligeramente, y se preocupó, pero al dar un paso más cerca del ella notó la maleta que estaba apoyada al lado del sofá.

-¿Te…vas a algún lado?- una sensación de mal augurio se apoderó de su corazón, y lo que sea que fuera, no era algo bueno.

-Yo no…- Hilary dijo, reteniendo las lágrimas por el tiempo suficiente para hacerlo –Pero tú si- concluyó sin mirar atrás.

-¿Cómo?- la bicolor no entendía a lo que la otra se refería con "tú sí", ¿ella qué?

-Solo toma la maleta y márchate- la castaña susurró y se levantó del sofá, caminando hacia la cocina aún sin mirar a la otra.

-¿Qué?- esto no tenía sentido -¿Qué me quieres decir con eso?- no tenía ni una pisca de sentido y la otra no parecía querer explicarse -¡Hilary!- la sujetó del brazo y la obligó a mirarla.

-¡No me toques!- la castaña gritó, liberándose bruscamente de su agarra -¡Solo lárgate, terminamos!-

Kai se quedó fría ante esto, y retrocedió un paso, estaba un poco asustada, tanto por la declaración de la otra como por la mirada que tenía en sus ojos marrones.

¿A qué se referían con que terminaron?

-Pero… ¿por qué?- preguntó, con los ojos bien abiertos y sin creer lo que había escuchado.

-¿Por qué? ¿Te atreves a preguntarme por qué?- la castaña se veía enfurecida por esa pregunta, lo que confundió más a la bicolor.

-¡Estábamos bien!- lo estaban, ella honestamente creía que lo estaban –No entiendo…-

-¡Eso! ¡Por eso mismo!- la otra dijo, señalándola acusadoramente con un dedo -¡No lo entiendes! ¡Nunca lo entiendes!- se acercó peligrosamente, y por cada paso que daba, la otra retrocedía dos -¡Por toda tu inteligencia, eres realmente estúpida!-

-¡Solo dime qué hice! ¡Dímelo y cambiaré!- la bicolor estaba aterrada…esto no…estaba pasando.

-¡No, no lo vas a hacer!- Hilary dejó de caminar, y lágrimas de furia y dolor inundaron sus ojos -¡Nunca cambias! ¡Pensé que habías cambiado, pero sigues siendo la misma insensible que conocía cuando tenía catorce años!-

-¡No, no lo soy!- eso había dolido mucho, la otra mujer no podía decirlo en serio -¡Cambié por ti! Hice todo esto…- agarró sus ropas, señalando todos los cambios personales que había hecho en los últimos años -…solo por vos ¡Porque te amo!-

-¡Cállate!- la castaña cubrió sus oídos con ambas manos, rehusándose a escuchar lo que la otra decía -¡No es cierto! ¡Solo eres una mentirosa e insensible puta!-

Un silencio calló entre ambas, y la ira de repente reemplazó el dolor el en corazón de Kai.

No podía quedarse a escuchar eso, necesitaba irse.

-Espera, no…- Hilary susurró cuando la otra pasó a su lado, eso no era lo que en verdad quería decir.

Kai no la escuchó; no quería escucharla.

Si una cosa no había cambiado en todo este tiempo, era su necesidad de alejarse de los conflictos antes de perder por completo su temperamento; eso sí era verdad.

-No lo dije en serio…- las palabras de la otra se escuchaba muy lejana, pero ella sabía que era solo la rabia nublando sus sentidos.

Necesitaba irse de ahí lo más rápido posible antes de perder el control y hacer algo que iba a lamentar.

Aunque…iba a lamentar esto de todas formas.

-¡Lo siento!- la disculpa de la castaña fue silenciada por el ruido de la puerta siendo cerrada con fuerza, y la bicolor no esperó a ver si la seguía.

/-/-/-/-/-/

Uno de los problemas que acarrea el dejar que tu ira queme como llamas, es que una vez que se extingue, te siente con más frío que nunca.

Ella estaba segura de que, al menos, se iba a resfriar (como mínimo).

No llevaba nada más que una camisa, pantalones y una campera puestos (y zapatos, por supuesto), y el día no era precisamente cálido.

Pero Kai no estaba que le importara. Estaba helada hasta los huesos, pero creía que eso concordaba con su situación actual.

Ella odiaba el fría, pero al parecer siempre hacía fría cunado algo malo pasaba en su vida.

Hizo frío el día que sus padres murieron, hizo frío la primera vez que llegó a la Abadía, había hecho frío amabas veces que tomó a Black Dranzer, y era igualmente frío el día en el que le arrebataron todo lo que había conocido.

Y para no romper con la costumbre, hacía frío ahora.

-"Esto tiene que ser una broma…"- tenía que serlo, no había forma de que esto haya pasado.

No la acaba de dejar el amor de su vida.

Sintió como las lágrimas se agolpaban en sus ojos, pero las contuvo. No iba a llorar por esto, no por algo que no podía ser verdad.

Pero sin importar cuantas veces la bicolor se dijera eso, la realidad le decía otra cosa: estaba sola y con frío en el medio de la calle sin un lugar a donde ir.

-"Vamos, se fuerte"- se dijo a su misma, respirando hondamente y deteniendo su marcha.

Era difícil, realmente difícil tragarse esta necesidad que tenía de llorar, pero tenía que hacerlo, necesitaba hacerlo, llorar no iba a cambiar nada.

Solo necesitaba concentrarse en otra cosa, algo más urgente, como alejarse del frío y encontrar un lugar en donde pasar la noche.

Agarró la manija de la maleta con fuerza y empezó a caminar; no estaba pensando en verdad a donde se dirigía, simplemente dejó que sus pies la guiaran.

Eventualmente se encontró con alrededores familiares, y se detuvo frente a una puerta a la que, por alguna razón, ella siempre volvía cuando estaba en problemas.

Este era un lugar donde sabía que siempre sería bien recibida, que siempre sería cálido y ameno; un lugar en donde ella sabía que iba a encontrar el consuelo que necesitaba ahora.

Kai tocó a la puerta y se abrazó a sí misma, sabiendo que sin importar lo que hiciera, no había forma de evitar verse tan destrozada como se sentía.

Tomo un tiempo, pero finalmente Tyson abrió la puerta, y usando la mejor sonrisa triste que tenía, ella dijo:

-Hilary terminó conmigo-

Fin.

By Amed.


Y? Lo dijeron? Apuesto a que sí xD

Bueno, ya se pueden dar una idea de como la secuela va a empezar, pero todavía quedan preguntas: va Tyson a decirle a Kai lo que pasó la otra noche? Kai y Hilary se reconciliaran? Va Kai a dejar de ser una chica fácil cuando bebe?

Quien sabe!...Oh, esperen, yo sé xD

Díganme que piensan!

No puedo prometer cuando voy a publicar las otras cosas que tengo en mi lista de "cosas por hacer", pero voy a hacerlo! Así que solo tengan paciencia!

Que tengan un muy buen día y nos vemos la próxima!

P.D.: En serio, mis más sinceras gracias a todas la personas que leyeron/comentaron/agregaron esta historia! Los quiero a todos!