DISCLAIMER: Todos los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, aunque a Edward lo secuestré y lo tengo amarrado a mi cama. La trama es completamente mía


POR AMOR AL ARTE


CAPITULO 1.

VOLVIENDO A LA ESCUELA DE VERANO


El actor

Por fin había llegado el verano, y con el mi regreso a Nueva Jersey, para ser exactos al curso de verano que impartía el Instituto Rogers de Desarrollo Artístico, mejor conocido como IRDA. Como su nombre lo indica, era una academia que se dedicaba a impulsar el talento artístico de muchos jóvenes en sus diversas modalidades. Fue nombrada así en honor a la mundialmente reconocida Ginger Rogers, una famosa actriz, bailarina y cantante que hizo más de 73 películas y fuera pareja de baile de Fred Astaire en varias de ellas.

La ventaja de esta academia es que además de los cursos regulares que cualquier institución ofrece, cada año abría un curso de verano para aquellas personas que por motivos de estudio, trabajo o residencia no podía acudir a sus clases regulares, o para aquellos que ya tenían estudios de arte pero querían especializar algunas técnicas o incluso incursionar en un área diferente a la que practicaban.

Este era uno de los programas de estudios más reconocidos a nivel no solo nacional, sino también internacional, ya que no solo asistían personas de todos los lugares de Estados Unidos, sino también de algunos países del extranjero. Y es que además de contar con un programa de estudios muy completo y excelentes profesores – algunos de ellos incluso famosos – el ambiente que se vivía ahí era indescriptible, eso sin mencionar las oportunidades de empleo que se te presentaban si eras egresado de esta institución.

Salí del departamento que había rentado en un edificio cercano al campus, donde nos hospedábamos la mayoría de los estudiantes de ahí, y caminé a paso lento hasta el plantel para reinscribirme. No puedo negar que estaba algo ansioso por el nuevo ciclo que comenzaba – el último antes de graduarme – lo que era normal en cualquiera de los estudiantes que asistíamos aquí; pero en mi caso me sentía un poco nervioso porque desconocía cómo me iban a recibir mis compañeros.

Y es que un año atrás hubiera pasado desapercibido, me hubieran recibido como a cualquier otro estudiante, obvio algunas personas se emocionarían al verme, mis amigos, al igual que yo me emocionaba con verlos a ellos, algunos otros compañeros me saludarían con la debida cortesía, y a otros tantos – la gran mayoría en realidad – les sería indiferente.

Pero este año era distinto y todo porque el curso pasado habían venido algunas personas en busca de nuevos talentos. Había un proyecto de una nueva productora que estaba por grabar una película para jóvenes y estaban buscando un rostro desconocido para el protagónico, ya que al parecer su principal propósito era lanzar a nuevos actores a cambio de un contrato de exclusividad durante cinco años – sí, algo ambicioso, pero al fin y al cabo una gran oportunidad cuando estás iniciando – y estaban recorriendo las mejores escuelas de artes dramáticas del país. Obviamente casi todos los estudiantes del área de actuación habían asistido a hacer el casting, yo incluido. Aunque si soy honesto nunca creí tener una oportunidad, de hecho solo asistí al casting porque mi mejor amiga me llevo casi a rastras amenazándome con subir a youtube un video mío donde imito a Lady Gaga (cortesía de perder una apuesta contra Emmett).

Sorprendentemente fui elegido para hacer el papel de Johnny, un chico centrado y estudioso que le da tutorías a la chica problema de la escuela y termina enamorándose de ella, después viene todo el cliché de las películas de chicas, ya saben, el estira y afloja para por fin estar juntos, y luego el vivieron felices para siempre. Todo un clásico, pero que contra todo pronóstico fue un éxito de taquilla y por consiguiente nos había regalado a Clarissa – mi coprotagonista – y a mí, nuestro momento de fama, y nos había obligado a decirle adiós a nuestro anonimato, por lo que ahora no podía llegar a ningún lugar, por muy tranquilo o familiar que fuera para mí, sin causar un alboroto.

¿Entienden ahora la razón de mi ansiedad?

Por fin llegué al campus y caminé hasta el gimnasio, que es donde se hacían las reinscripciones debido al gran número de alumnos que llegaba cada año, solté un fuerte suspiro antes de adentrarme en él y obviamente, tal y como me imaginaba, en cuanto puse un pie dentro, muchos ojos centraron su atención en mí, algunas otras personas comenzaron a susurrar entre ellas mientras me señalaban discretamente, e incluso podría jurar escuché el gritito de emoción de un grupo de chicas que estoy seguro serian de primer año ya que no recuerdo haberlas visto antes.

Intenté no prestar mucha atención a las personas a mi alrededor y caminé hacia la fila donde se realizaban las inscripciones de mi grupo.

- Adiós Edward – me dijeron tres chicas en tono muy coqueto cuando pasé junto a ellas, creo que estudiaban pintura o ¿tal vez era música? La verdad es que no recuerdo, es cierto que las vi en los cursos anteriores, pero nunca antes me habían dirigido la palabra.

Les sonreí e hice un saludo con mi mano antes de seguir caminando.

Pasé cerca del área donde se encontraban las inscripciones para los que estudiaban danza y no pude evitar buscar entre los estudiantes que estaban haciendo fila un rostro en particular, pero no lo vi, lo más seguro es que no hubiera llegado todavía.

Por fin llegué a la fila de mi especialidad, afortunadamente aún era temprano por lo que solamente había dos personas antes que yo, Garrett y su novia Kate.

- ¡Hola, Edward! – me dijo Garrett muy animadamente – ¡qué gusto verte! – agregó luego de darme una palmada en el hombro

- El gusto es mío – le respondí y era verdad, Garrett era una de las personas con quien mejor me llevaba de mi grupo – Kate, tan guapa como siempre – agregué dirigiéndome a su novia, que también estudiaba con nosotros, y dándole un abrazo

- Gracias Edward – me respondió con una sonrisa sincera – ¿o ahora debo llamarte Johnny? – agregó con tono pícaro.

- ¡No, por favor! – supliqué – y ustedes menos que nadie. Saben que el interpretar un papel no cambia a la persona, además odio el exceso de atención, lo entiendo por parte de las fans, pero todos aquí somos iguales.

- Pues tendrás que acostumbrarte brother, porque no llevas aquí ni 15 minutos y mira nada más a todas las chicas que tienes babeando por ti – se burló mi amigo.

- Y eso es precisamente de lo que hablo. De que hace un año, ni siquiera el 60% de esas chicas me hubiera volteado a ver.

- Bueno a verte tal vez si – me corrigió Kate – después de todo, no olvides que el año pasado ganaste el premio al trasero más sexy del IRDA, eso tuvo que ser por algo ¿no? – añadió y estalló en carcajadas junto con su novio, lo que me hizo sonrojarme tan solo de recordar dicho concurso al cual ni siquiera me había inscrito.

- Eso fue solo porque Emmett me inscribió a mis espaldas y regaló fotos de mi trasero a todo el que votara por mí – siseé entre dientes

- Pero sin lugar a dudas te dio una reputación y te aseguro que, quitando lo obvio, este año muchas chicas estarían interesadas en comprobar si tu trasero sigue igual de sexy.

- ¿En serio permitirás que tu novia hable tan abiertamente del trasero de otros chicos? – le pregunté a Garrett tratando de desviar la atención de mi

- En otras circunstancias no lo haría, pero como se trata de molestarte no le veo ningún problema

- Además, yo le permito admirar el trasero de otras chicas, siempre y cuando se conforme solo con mirar.

- Ya sabes que si nena, además no necesito tocar por otro lado, el tuyo me es más que suficiente para eso – le respondió él con una sonrisa de lado mientras le pegaba una nalgada. Kate solo gritó por la sorpresa y le dio un golpe juguetón en el brazo.

- Señorita Denaly – llamó la secretaria a Kate ya que era su turno en la fila y ella se acercó para iniciar su trámite.

Garrett y yo seguimos platicando un poco más en lo que esperábamos nuestro turno, a la vez que más compañeros iban llegando y se incluían en la conversación.

Unos minutos después, Garrett pasó y poco más tarde por fin fue mi turno

- ¿Qué tal señor Cullen? – me saludó la señorita Katz que era la secretaria encargada de artes dramáticas – no esperábamos verlo por aquí

- ¿Y por qué no? Después de todo soy estudiante de último grado

- Oh, eso lo sabemos – dijo con una sonrisa – pero tras el éxito de su película y con todos los compromisos que seguramente tiene en puerta, no pensamos que se diera tiempo para regresar con nosotros.

- Pues aquí me tienen, no faltaría por nada del mundo; estos son mis orígenes, amo ser parte de este instituto y en ningún momento pensé en dejar mi formación a medias, después de todo, uno nunca termina de aprender, y no quiero ser una llamarada momentánea que se extingue fácilmente o un simple actorcito de moda sin talento que sea recordado por sus cinco minutos de fama solamente.

- Muy bien dicho muchacho – aprobó con una sonrisa – ese es el espíritu que buscamos aquí y estamos más que felices de recibirte de vuelta – tomó mis documentos y después de llenar un par de formas de inscripción me entregó una carpeta – muy bien Edward, aquí tienes tu horario, actividades extracurriculares y asignación de salones, bienvenido nuevamente y espero que pases un agradable último año.

- Muchas gracias señorita Katz, nos estaremos viendo por ahí.

Di la vuelta y saludé a mis otros compañeros que estaban en la fila, antes de caminar hacia la salida del gimnasio con la intensión de volver a mi departamento para descansar y prepararme para la larga jornada que iniciaba mañana, aunque claro, antes me daría una vuelta por las filas de inscripciones de la especialidad de danza, solo para comprobar si había llegado cierta persona que, para ser honesto, estaba ansioso por ver.

Comencé a dirigirme hacia esa dirección, pero claro, mis planes se vieron interrumpidos cuando un grupo de chicos y chicas me cortaron el paso reclamando mi atención.

Algunos eran compañeros míos, o chicos con los que compartí algunas clases con anterioridad, y se veían sinceramente interesados por saber cómo me estaba yendo, mientras que otros a leguas se veía que únicamente buscaban acercarse al actor de moda para después presumir que estudiaban conmigo, e incluso sacar algún provecho pidiéndome recomendaciones.

Un grupo de chicas de nuevo ingreso, que al parecer eran las que escuché gritar cuando llegué, se acercó a mí con la intensión de tomarse una fotografía. ¿Podían ser más obvias? Es decir, no es como si no fuéramos a toparnos por el campus durante todo el verano y que incluso trabajaríamos juntos en algún que otro proyecto en los que nos mezclábamos todos los alumnos, es decir, oportunidades se presentarían muchas para que no quedaran expuestas de esa forma. En estos momentos me alegraba de que se hiciera una audición previa antes de entrar a esta escuela, de lo contrario habría muchísimas fans revoloteando por aquí quitándole oportunidades a gente que realmente tenía talento.

Me estaba despidiendo de estas jovencitas cuando escuché un grito y poco después una risa que reconocería en cualquier lugar. Inmediatamente me giré en dirección a la puerta y entonces me encontré con su mirada

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La bailarina

Aquí estábamos, otro verano lleno de magia en el IRDA, lo cual era emocionante y a la vez triste. Emocionante porque de nuevo volvería a ver a muchos de mis amigos a los cuales extrañaba a horrores, además de que este año por fin me graduaría como ejecutante profesional de danza y expresión corporal; y triste, bueno, por el mismo motivo, ya que a pesar de que las puertas estaban abiertas para todos los que quisieran volver para una especialización, sabía que sería la última ocasión en la que vería a muchos de mis compañeros.

- ¿Emocionada? – me preguntó Alice mientras caminábamos rumbo al gimnasio donde serían las inscripciones

Ella era de Biloxi, Misisipi y estudiaba pintura, es muy talentosa por cierto, la conocí cuando ambas llegamos a buscar departamento en un edificio cercano al campus donde nos alojábamos la mayoría de los estudiantes de Arte y comenzamos a conversar en lo que esperábamos a que nos atendieran. Ambas esperamos alquilar un departamento compartido para disminuir un poco los gastos, por lo que decidimos que podíamos ser compañeras, y debo admitir que fue una de las mejores decisiones que pudimos tomar, ya que ahora, a pesar de que nos separaban kilómetros de distancia, la consideraba una de mis mejores amigas (incluso más que cualquiera de mis compañeras de la compañía de Ballet con las que convivía diariamente).

- Claro, ¿Quién no lo estaría? – le respondí – por fin es nuestro último año

- Y además veras a Edward después de meses de no verlo – me dijo en tono pícaro mientras me guiñaba un ojo

- Si eso también es bueno – admití con una sonrisa, y como no quería caer en su trampa añadí – como lo fue verlos de nuevo a ti, Jasper, Emmett y Rosalie

Jasper, Emmett y Rosalie eran la otra parte de nuestra pandilla.

Rosalie era de Rochester, Nueva York y estudiaba danza junto conmigo, cualquiera que la viera pensaría que es una rubia estirada y creída, pero nada que ver, es una chica muy linda y amable, hija de una familia adinerada, quienes estaban en contra de que se dedicara a la danza pues, según ellos, era una carrera sin futuro; sus padres querían que estudiara administración, ya que llegaría el momento en que debería dedicarse al negocio familiar, pero ella decía que la danza era su pasión y que no la cambiaría por nada, así que un día hizo su maleta, se despidió de sus padres y partió rumbo a Nueva Jersey donde decidió labraría su propio destino.

Jasper, originario de Houston, Texas, estudiaba música junto con Emmett, que era de Gatlinburg, Tennessee; a ambos los conocimos en nuestra fiesta de bautizo – como solemos llamarle a la fiesta de bienvenida que se les a los de primer grado y en la cual se hacen una serie de novatadas inofensivas – después de que se acercaran a sacarnos a bailar, si, a las tres, ya que Emmett insistió en que era más divertido si bailábamos en grupo y tuvo razón. Estuvimos bailando durante un buen rato y después buscamos un lugar donde sentarnos a platicar un poco sobre nosotros mientras tomábamos una copa.

Y finalmente el último en unirse a nosotros fue Edward, con quien compartía una clase de expresión corporal en primer grado. Un buen día, la señorita Ramos nos pidió hacer un montaje en parejas, y para hacer las cosas más equitativas, nos colocó a un estudiante de danza con uno de actuación, por lo que nos asignó – Dios la bendiga por eso – a Edward y a mí como pareja. Comenzamos a trabajar juntos y a reunirnos después de clases para practicar y de ahí todo resultó muy natural, es como si hubiéramos nacido para ser amigos.

- Si, será grandioso poder estar nuevamente los seis juntos – dijo sonriente y ya casi la veía planeando en el departamento de quién sería nuestra primer borrachera, corrijo, "reunión de estudio"

- Mmm, no te hagas ilusiones Alice, tal vez este año solo seamos cinco – le advertí.

- ¿Y eso por qué sería?

- Porque lo más seguro es que ahora que Edward es famoso, todo el mundo lo invite a sus fiestas y reuniones, así que dudo mucho que tenga tiempo para nuestras "reuniones de estudio" – dije expresando por primera vez el miedo que sentía desde que tomé el avión con destino a Nueva Jersey

- ¿Acaso te volviste loca? – me preguntó mi amiga mientras me veía como si me hubiera salido un cuerno en medio de la frente – Edward sería incapaz de dejarnos de lado, especialmente de dejarte a ti de lado ¡Eres su mejor amiga!

- Bueno, sí pero…

- Nada de peros Isabella Swan, no empieces con tus inseguridades si no quieres que te golpee ahora mismo. Sabes que Edward te adora ¡Incluso te pidió que fueras su pareja en la premier de su película! Y cuando no pudiste ir porque andabas de gira por Europa, prefirió ir solo, porque dijo que ese lugar estaba destinado para ti y que si tu no ibas entonces nadie más lo ocuparía

- Eso fue solo por gratitud, después de todo yo fui quien lo llevó casi a rastras a la audición.

- Bien dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver – dijo exasperada – y debería darte vergüenza desconfiar así de la amistad de Edward ¿o acaso tu dejarías de hablarle si de pronto te aceptaran como primera bailarina en el Bolshoi?

- ¡Claro que no! – dije horrorizada con la idea

- Pues es exactamente lo mismo – dijo orgullosa probando su punto – ahora ¿piensas entrar o vamos a quedarnos aquí paradas toda la mañana?

Esto era algo que amaba de Alice, nunca me dejaba regodearme en mi miseria, ni me decía lo que quería escuchar, sino lo que realmente necesitaba oír, aunque algunas veces no estuviera completamente de acuerdo.

- Vamos – le dije sonriendo y nos tomamos del brazo para entrar juntas.

Una vez dentro, nos separamos para ir cada quien a la fila correspondiente a nuestra especialidad, a lo lejos logré ver a Edward, y tal como me lo había imaginado, estaba rodeado por un grupo de personas, algunos compañeros suyos, pero muchos otros nunca habían cruzado palabra con él hasta ahora, incluso había un grupo de chicas, que supuse eran de nuevo ingreso porque nunca antes las había visto, esperando su turno para tomarse una foto con él.

Negué con la cabeza al darme cuenta de que mis temores estaban resultando ciertos y me giré para dirigirme a la fila donde estaban las inscripciones de mi grupo.

No había dado ni dos pasos cuando sentí que era levantada por los aires, lo cual hizo que pegara un grito debido al susto. Tan rápido como me alzaron me dejaron nuevamente sobre el piso. Me di la vuelta para reclamarle a mi agresor y me encontré con Emmett que estaba atacado de la risa, en un acto reflejo le di un golpe en el brazo a la par que me unía a sus carcajadas.

- Eres un tonto – le dije todavía riendo

Entonces, sin poder evitarlo, mi mirada se dirigió nuevamente hacia el lugar donde estaba Edward y me encontré con que estaba mirándome fijamente.

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El actor

No sé qué diablos pasó, pero para ser sincero – y no es que fuera egocéntrico – esperaba que en cuanto Bella me viera se emocionara y corriera hacia mí para darme mi acostumbrado abrazo – como solía pasar cada vez que nos reencontrábamos después de meses de no vernos –, o que por lo menos me hiciera una seña para que me acercara. En cambio, solamente me dirigió una tímida sonrisa – esperen, ¿Bella sonriendo de manera tímida? – y me saludó agitando levemente su mano antes de centrar nuevamente su atención en nuestro amigo y despedirse de él para dirigirse a su fila de inscripción.

No voy a negar que eso me dolió, después de todo ¡llevábamos más de 7 meses sin vernos!

Es cierto que durante ese tiempo habíamos tratado de mantener el mayor contacto posible por medio de emails, mensajes y video llamadas, pero los últimos meses entre la promoción de mi película y una gira que hizo ella con la compañía de ballet a la que pertenecía, nos fue prácticamente imposible hablar como lo hacíamos antes.

Siendo honesto la extrañaba horrores y no se ella, pero yo me alegraba mucho de verla nuevamente.

Sin dudarlo ni un segundo me dirigí hacia donde estaba ella, no sin antes tener que detenerme un par de veces para saludar a otros compañeros. Estaba casi por llegar hasta donde ella se encontraba cuando me interceptó la secretaria del director.

- ¿Tienes un momento Edward? – preguntó

- Claro señorita Gier, ¿Qué sucede? – dije y de reojo miré hacia donde estaba Bella en la fila platicando con un par de sus compañeras de clase

- Es una suerte que te haya alcanzado todavía, el señor Casasco me pidió que fueras a su oficina lo más pronto posible, porque hay algo que quiere comentar contigo antes de que inicies clases mañana.

Volví mi mirada hacia donde estaba mi amiga, y vi que aún le faltaban un par de personas para entregar su documentación, por lo que decidí ir de una vez con el director en lo que ella se desocupaba y entonces sí, secuestrarla de ser necesario para ponernos al día.

La charla con el director no fue nada que no hubiera esperado antes, de hecho ya habíamos hablado un poco al respecto cuando le llamé para informarle mi decisión de venir a cursar el último año que me faltaba para graduarme con mis compañeros.

Básicamente me habló de su temor porque mí recién adquirida fama entorpeciera mi trabajo. Me advirtió que no quería que me diera aires de grandeza o de divo, y que a pesar de lo que dijeran las revistas o los programas de espectáculos, yo aquí no era sino un alumno más que venía a aprender y seguir las reglas. Igual me comentó acerca del incidente que tuvieron este año con las audiciones para nuevo ingreso, ya que al saber que yo estaría aquí, muchas chicas – y algún que otro chico incluso – se presentaron a audicionar sin tener el más mínimo interés ni conocimiento sobre el arte, sino simplemente buscando una oportunidad para verme en persona.

Yo aproveché para reiterarle que si estaba aquí era porque estaba consciente de que mi éxito podría ser algo momentáneo y que solamente esforzándome y dando lo mejor de mí es como conseguiría llegar a ser un actor de renombre, que lo que menos quería era ser el centro de atención, y que incluso le estaba muy agradecido por ser el primero en no hacer ningún tipo de distinciones entre mis compañeros y yo. Platicamos un poco más sobre cómo me había ido y después de un rato finalmente me despedí de él.

Una vez que salí de la oficina del director, me dirigí de vuelta al gimnasio, había tardado más de lo que había previsto, así que esperaba encontrar todavía a Bella ahí. Iba caminando por el campus, cuando la vi sentada en el pasto debajo de un árbol junto con Alice y Rosalie. Probablemente Jasper y Emmett habían ido a buscarles algo de tomar

Con una sonrisa en mi rostro me dirigí hasta donde estaban, y cuando estaba apenas a unos cuantos pasos de ella alcancé a escuchar un poco de su conversación.

- En verdad que estas actuando como una tonta Isabella – le decía Rosalie

- Es que tu no lo entiendes Rose – se comenzó a defender ella – ¿Qué tal si me ignora?

No tenía idea de qué estaban hablando, pero de igual manera decidí interrumpir la conversación, además así me enteraría de qué estaba preocupando a Bella y tal vez podría ayudarla.

Sin querer perder un minuto más me acerqué hasta quedar frente a ellas

- Hola chicas – las saludé con una sonrisa

- ¡Hola! – me saludaron Alice y Rose emocionadas mientras me inclinaba hacia ellas para darles un abrazo

Finalmente me deje caer en el césped sentándome junto a Bella que me veía con alegría pero parecía renuente a hacer el primer movimiento.

- Y bien Bella ¿no me vas a dar un abrazo? porque no sé tú, pero yo si extrañé a mi mejor amiga – le dije antes de abrazarla fuertemente y acercarme a su mejilla para darle un beso.


Hola vampiresas:

Esta es una historia que empece a subir hace casi 3 años como un autorregalo de cumpleaños, pero por motivos personales, solo publique cuatro capítulos y la abandoné por casi dos años, por lo que decidí quitarla para volver a publicarla de nuevo desde cero. Pero la buena noticia es que ahora la historia ya esta casi terminada, por lo que no habrá largas esperas para las actualizaciones (planeo subir un capitulo por semana).

Espero que les guste, ya que la verdad es muy especial para mi pues hablará (entre otras cosas) de lo que mas me apasiona en la vida.. La danza.

Muchas gracias a mi sis Vanessa Erk y a Salem por todas las ideas, por soportarme mientras escribo, y sobre todo por alentarme a no abandonar la historia. Asícomo tambiéna las chicas que me leyeron y me apoyaron la primera vez que subíla historia (prometo no dejarlas colgadas esta vez)

Me despido de ustedes, y espero que me acompañen en esta nueva aventura.

"Mi vida era como una noche sin luna y entonces EDWARD cruzó mi cielo como un meteoro"

Ruby