Nota importante: Sailor Moon no me pertenece.

Novia Rechazada.

Lady Serena Tsukino sufre al saber que el hombre que ama está comprometido con su hermana mayor, pero esta huye días antes de la llegada de Lord Darien Chiba, quien reclama por su novia fugitiva, Serena se ofrecerá a sí misma como esposa para cumplir con el acuerdo entre familia, esperando secretamente ser correspondida algún día, ella contara con varios aliados que la ayudaran a cumplir su sueño.

Prologo.

El amor no correspondido.

Castillo Tsukino, tierras altas.

El patio de entrenamiento del castillo de Lord Kenji Tsukino estaba lleno de jóvenes aspirantes a caballeros, todos con el claro objetivo de servir al rey y ganar una buena reputación como un gran luchador en la batalla.

Lord Tsukino en su juventud había sido considerado un fiero guerrero por eso cuando él expreso su deseo de dejar las batallas el rey en persona le encargo la misión de entrenar a los futuros caballeros del reino, el ya viejo lord era considerado el mejor entrenador en la región e incluso en todo el país, por eso muchos jóvenes eran enviados inclusos desde tierras lejanas para aprender del mejor.

- Querido.- Lady Ikuko Tsukino se acercó a su esposo cuando este miraba desde lejos uno de los entrenamientos.- Mira nuestras hijas quieren mostrarte sus nuevos vestidos.

El lord tenía cuatro hijos, el mayor Kenji, que llevaba el nombre de su padre, y que servía al rey en tierras lejanas, luego le seguía su hija Mina de ya catorce años, después la pequeña Serena de doce años y por último y no menos importante, el pequeño Sammy, quien a los diez año ya estaba comenzando su entrenamiento para llegar a ser el mejor caballero, aunque le disgustaba tener que hacerlo con espadas de madera.

- Lucen preciosas.- Murmuro el lord al ver a sus dos pequeñas, Mina y Serena.- Vengan mis princesas.

- Si papá.- Mina era de las dos hermanas la más extrovertida.- ¿Te gustan los vestidos que mamá mando a hacernos papá?

- Por supuesto.- El lord beso la cabeza de su hija, y luego miro a su otra hija que estaba atrás.- Ven Serena.

La pequeña Serena era mucho más tímida, pero muy servicial, la joven le mostro su vestido a su padre y sonrió al ver la aprobación de su progenitor.

- ¿Qué te parecen mi amor?

- Se ven realmente hermosas.- El lord se acercó a su mujer y le susurro.- Pero no tan hermosas como tú.

- Mi amor por favor. . .- La mujer a pesar de su edad se sonrojo.

- ¿Padre puedo ir a mi cuarto?- Pregunto Mina de pronto.- Me duele un poco la cabeza y este sol no me ayuda a recuperarme.

- Claro pequeña.- El lord sonrió a su mujer cuando la joven se fue.- ¿Qué tiene nuestra hija mi cielo?

- Creo que está nerviosa desde que se enteró de nuestra idea de que se comprometa con el hijo de tu amigo Armando Chiba.

Serena se sobresaltó, llevaba semanas escuchando que Mina seria comprometida con Darien Chiba muy pronto, al parecer era un trato entre familias, ya que la relación de los Tsukino y los Chiba, o mejor dicho entre Kenji Tsukino y Armando Chiba era una amistad desde los tiempos en que ambos batallaban juntos para servir al rey.

- Bueno no sé de qué se preocupa, a Darien parece gustarte y mucho.- Lord Tsukino miro en dirección donde el hijo mayor de los Chiba entrenaba.- Y él tiene un muy buen porvenir, es uno de los mejores caballeros que ha pasado por mis tierras.

- Mina cree que será un buen guerrero.- Comento lady Ikuko.- Pero los sentimientos femeninos son algo complicados, ya se hará a la idea, tan solo hay que dejar que se adapte, cualquier joven a su edad esta temerosa de su futuro, pero a verás cómo cambia de actitud y acepta con total agrado su compromiso con el joven Chiba.

Serena miro en dirección al objeto de su amor, desde que Darien había llegado a entrenar a su casa hace ya más de dos años y siendo ella una pequeña de diez años se había sentido atraída por el fiero joven que entrenaba cada día con mayor eficiencia, había escuchado rumores de que su reputación en el campo de entrenamiento ya había llegado a los oídos del rey.

Ella realmente esperaba que le fuese bien, y aunque estaba triste porque era evidente que Darien profesaba un amor muy fuerte por Mina desde que había llegado al castillo, había esperado que al crecer ella pudiera despertar algún tipo de interés de parte de él, pero el joven solo la veía como la hija de lord Tsukino.

- Es hermosa.- Lo había escuchado decir hace poco tiempo.- Cuando visite a mi padre le hable de ella y acepto mi idea de pedir su mano, imagínate amigo me casaré con Mina. . .

- De todos modos primero tienes que centrarte en su carrera.- Le dijo uno de los chicos que siempre estaba cerca de Darien.

- Por supuesto Andrew, quiero servir al rey, luego de eso me preocupare de tener una hermosa esposa que me dé hijos fuertes.

- ¿Y crees que ella te los dé?- Le pregunto el amigo rubio que tenía Darien.- Quiero decir ella es bella y todo eso, pero se ve muy frágil. . .

- Tonto, todas las mujeres son frágiles hasta que un hombre las convierte en su mujer

- Y tú estás ansioso de hacer de aquella joven tu mujer.

- Por supuesto, Mina será mi esposa, la hare feliz y la llevare al castillo de mi familia, tendremos una hermosa familia ya verás. . .

- Mientras seas feliz amigo.- Le había dicho Andrew en ese entonces.- Me alegrare por ti.

Ella amaba mucho a su hermana y si ella podía hacer feliz a Darien apoyaría siempre ese matrimonio, quizá su corazón se rompiese cuando los viera en el altar intercambiando los votos nupciales, pero era para lo que tenía tiempo para acostumbrarse ya que el matrimonio era una sola una idea a largo plazo.

En su sueños Darien cambiaba de opinión y le pedía a ella que fuese su esposa, le profesaba amor eterno, pero al despertar chocaba con la realidad, a lo único que iba a aspirar era a ser la cuñada de él.

Meses después de haberle mostrado sus vestidos nuevos a su padre Serena estaba contenta al celebrar el cumpleaños número quince de su hermana Mina, su hermano mayor Kenji había mandado una hermosa joya para su hermana unos días antes excusándose de no poder asistir a la celebración.

- La celebración fue estupenda.- Comento su padre cuando la fiesta se dio por terminado.- ¿Viste como Darien y Mina parecían llevarse bien mi amor?

- Ya te lo había dicho cielo, era cuestión de darle tiempo a s nuestra Mina para que se acostumbrara a la idea.- Murmuro lady Ikuko.

- Mamá, papá sé que es tarde.- Comento de pronto la joven incapaz de seguir escuchando algo más sobre la pareja.- ¿Puedo ir a desearle buenas noches a mi yegua?

- ¿Tú que dices querido?

- Mmm. . . Puedes ir hija.- Acepto su padre.- Pero no demores, como has dicho ya es tarde y debes descansar.

- Si papá.

La pequeña paso por la cocina de la casa y sin que nadie se diera cuenta tomo una de las zanahoria de la alacena y corrió hacía el establo donde estaba su yegua llamada Dulce, al entrar la busco inmediatamente, una blanca cabeza se asomo de su casilla cuando ella apareció.

- Hola Dulce, lamento no haberte visto mucho hoy, pero con todo lo de los preparativos del cumpleaños de Mina no me quedo mucho tiempo.- Le dijo ella sonriendo, mientras le ofrecía el bocadillo.- ¿Te gusta verdad?

Serena sonrió al ver al animal comer el alimento con mucho gusto, le cepillo el cuerpo y se quedó con Dulce unos minutos más, estaba comenzado a hacer frio y ella solo tenia un delgado vestido, al salir y rodear el establo escucho voces, entre una de ellas la de Darien.

- ¿Te gusto mi obsequio?- Le preguntaba él a alguien.

- Si, es hermoso.- Era Mina, reconocía claramente su voz, una voz llena de coqueteos.- Muchas gracias sir Chiba.

- Ya te he dicho que puedes llamarme Darien, de hecho es algo que quiero que hagas, mal que mal nos vamos a casar en los próximos años.- Darien hablaba con un tono cariñoso, no con el que siempre usaba para hablar con quienes no rodeaban.- Dime Mina. . . ¿Tú me quieres?

- Si Darien, te quiero y espero ansiosa ser tu esposa. . .

- Me alegra escuchar eso.- Vio como Darien abrazo a la rubia.- Solo tú puedes ser mi esposa, ninguna otra puede ser mi mujer, cuando nos casemos te llevare al castillo de mi familia, allí formaremos nuestra familia mi amada Mina.

- Ya sueño con eso Darien.

Serena lloro en silencio mientras los escuchaba besarse, a pesar de los meses ella aún estaba dolida por ver a quien más amaba estar interesado en otra, con mucho cuidado se alejó para no ser una molestia entre la feliz pareja.

Al llegar a su cuarto estallo finalmente en lágrimas, hasta ese momento no había estado segura de que Mina correspondía al amor que Darien le profesaba, pero ahora tenía una prueba clara de cuanto quería Mina a su prometido.

- ¿Hija?- Era su madre.- ¿Ya volviste?

- Si madre.- La joven limpio sus ojos, estaba segura de que su madre entraría

- Voy a entrar. . .- Sintió el ruido de la perilla de la puerta girar.

Serena se preparó para recibir a su madre de una forma respetable, no quería que ella viera cuanto sufría por dentro, a nadie le había contado sobre sus sentimientos, mucho menor lo haría con su madre.

- ¿Cómo estaba Dulce?

- Muy bien mamá.- Comenzó a caminar por el cuarto, necesitaba moverse.

- ¿Cariño estas bien?- Su madre se le acerco y la miro a los ojos.- ¿Has estado llorando?

- No madre. . . ¿Cómo crees?- Desvió su mirada.

- A mí no me engañas Serena Tsukino.- Su madre la miro preocupada y la tomo de las manos.- Dime mi cielo puedes decirme. ¿Se trata de tu yegua?

- No madre, no es algo de importancia. . .

- Serena si no fuera de importancia no estarías así, así que dime de que se trata.

- Yo simplemente me puse triste. . . Eso es todo.

- ¿Tiene tu tristeza algo que ver con Darien Chiba?

- ¿Cómo. . .?

- Una madre lo sabe todo hija.- Lady Ikuko abrazo a su hija.- Sé lo triste que debes estar pero tienes que entender que fue el joven Chiba quien escogió a Mima. . .

- Eso lo sé, pero aun duele, yo quería que se fijara en mi.- Reconoció.- En fin creo que no soy tan hermosa como Mina.

- Hija, Mina y tú tienen bellezas distintas.- Le dijo su madre.- Pero ambas son muy hermosa, ya verás como un buen joven cae rendido a tus pies, y tú le corresponderás con el mismo amor.

- ¿Tú crees que yo pueda enamorarme de alguien más?- Serena miro a su madre con los ojos llenos de lágrimas.- Desde que Darien llego aquí al castillo me enamore de él, pero soy invisible a sus ojos.

- Cariño él no se fija en ti porque no tiene ojos más que para Mina. . .

- Lo sé. . .

- Mira sé que ahora estas sufriendo mucho, pero cuando te enamores de otro chico recordaras esto como una anécdota más.

- ¿Lo crees mamá?- Ella miro esperanzada a la mujer mayor.

- Si mi vida.- Su madre le dio un beso en la frente como lo hacía cuando ella era una niña pequeña.- Ahora duerme, para mañana quizá pienses de forma diferente.

- Si mamá.

Pero la joven Tsukino no pensó diferente a la mañana siguiente ni a la siguiente, al contrario cada día estaba más triste por su situación, amar y no ser correspondida era muy duro, todos los días le pedía a los cielos que le quitaran el amor por Darien Chiba y durante varias horas así pensaba, que poco a poco dejaba de quererlo, pero al verlo, ya sea entrenado o en cualquier otra situación su amor por el joven de pelo color negro volvía, haciendo que su corazón se rompiese aún más al verlo siempre acercarse con una gran sonrisa a Mina.

Tiempo después al castillo de su padre llegaron dos jóvenes de dieciocho y quince años, eran de un clan lejano, los Kou según recordaba, el mayor se llamaba Yaten, era de pelo plateado y muy serio, parecía que no estaba feliz de haber sido enviado ahí, en cambio su hermano menor Seiya, de pelo negro y mucho más alto que ella, se mostraba feliz de estar ahí, entrenaba arduamente con los demás y aunque era uno de los más jóvenes del grupo muchos decían que tenía mucho talento, a los largo de los meses se hiso amiga de él.

- Tu yegua es muy hermosa y dócil Serena.- Le comento Seiya una mañana cuando ella cabalgaba.

- Mi padre me la dio para mi cumpleaños hace como ocho meses atrás.- Le dijo ella alegremente.- Dulce es muy cariñosa conmigo, somos buenas amigas.

- Eso se puede ver, eres una señorita muy fácil de querer Serena.

- ¿Tú crees?

- Por supuesto, él que no te quiera debe ser un estúpido.

Entonces Darien era un estúpido, sonrió al llegar a esa conclusión, si un completo estúpido, comenzó a reír de buena gana.

- ¿Qué pasa?- Seiya la miro divertido.

- Me acorde de un estúpido.- Termino por estallar en risas.

- ¿Entonces alguien no te quiere?

- Bueno sí. . . Alguien no me quiere.- Le dijo mientras se detenía y bajaba de su querida Dulce.- Pero ya no tiene importancia.

- ¿Entonces puedes llegar a querer a alguien más?

- Si, no creo tener problemas para querer a un buen hombre.

- Serena lo que dices es maravilloso.- Seiya se le acerco.- Yo. . .

- ¡Seiya!- Yaten Kou se les acercaba, parecía molesto.- Vamos a entrenar.

- Si hermano.- El pelinegro le sonrió.- Luego nos vemos.

- Suerte.- La joven lo despidió y luego tomo las riendas de su yegua- Ven querida, vamos a levarte a su corral.

Al meter a Dulce en su corral la cepillo antes de dejarla ahí, seguramente después la dejarían andar libre por algunas horas, pero ella tenía que ir a buscar a su madre, ella le estaba ensañando el arte de las hierbas y la curaciones así que todas las tardes ambas iban al solar del castillo, como iba un poco tarde comenzó a correr, al poco choco con alguien, y de no ser porque él pareció sostenerla hubiese caído sentada sobre su trasero.

- Lo siento. . .

- No tiene importancia lady Tsukino.- Era Darien.- Yo iba distraído.

- No usted nunca puede estar distraído, sé que es el mejor caballero que entrena aquí en el castillo.

- Me halaga.- Le sonrió por primera vez Darien.- ¿Dígame ha visto a Mina?

Las esperanzas de Serena murieron al escuchar el nombre de su hermana, había sido una tonta al pensar que en aquellos momentos ella podría conquistarlo, sus sueños simplemente aun la mantenían en la luna.

- Ella debe estar dentro del castillo.

- Ya veo. . . Bien gracias por la ayuda.

- Sí.

Serena camino tristemente, era hora de meterse por fin en el cabeza y en especial en el corazón que no significaba nada para Darien Chiba, entro en el castillo y diviso a Mina subiendo las escaleras.

- Mina.- La llamo ella.

- ¿Qué quieres Serena?- Su hermana parecía molesta.

- Me encontré con Darien, y me pregunto por ti, quizá quiera verte.

- No tengo tiempo ahora.- Fue la rápida respuesta de su hermana.- Además él ya debe estar entrenando.

- Bien. . .

Serena entro en su cuarto, siempre que cabalgaba y debido a todo el movimiento su cabello largo se enredaba, tras cepillarlo lo ato en su forma favorita, con dos chonguitos arriba de su cabeza, se acercó a la ventana cuando ya estuvo lista y desde su cuarto tuvo una maravillosa visión de Darien entrenando, era guapo y muy fuerte, a su alrededor los caballero más jóvenes estaban reunidos viéndolo, su sonrisa murió cuando lo vio detener su entrenamiento y acercarse a Mina, tenía que olvidarlo pronto o se volvería loca de dolor.

Pero la mejor opción para olvidarlo sucedió un par de meses después, al parecer el rey estaba convocando caballeros para una importante cruzada en las tierras del sur, y al castillo Tsukino la convocatoria llego de manos de uno de los hombres de mayor confianza del monarca.

- El rey pide a sus mejores caballeros Lord Tsukino.- Le dijo el emisario del rey a penas le entrego el informe completo.- Ruega por su buena sabiduría al escoger a los hombres.

- Bien, tengo una lista de a lo menos diez caballeros listos para la batalla, los reuniré inmediatamente en el patio, vamos se los presentare

Serena vio entonces que entre los convocados estaba Darien, entonces él debía partir, cuando su padre mandaba a uno de los caballeros ante el rey era porque consideraba su entrenamiento terminado, Darien si iría para siempre, al verlo alejarse del grupo y acercarse a su hermana ella también se acercó un poco solo para escuchar lo que le decía.

- Volveré Mina.- Prometía él.- Volveré para casarme contigo. ¿Me esperaras?

- Por supuesto que sí, te quiero Darien.

- Te amo dulce Mina.- Le dijo.

Tuvo que alejarse al escuchar esas últimas cuatro palabras, ya las había escuchado antes y tenían el mismo efecto para su corazón, lo rompían cada vez más, era una suerte que él se fuera, tendría tiempo de recomponer los pedazos rotos.

A las pocas horas el grupo partió hacia la corte, Serena no tuvo la oportunidad de acercarse a Darien para despedirse y eso fue lo que más le dolió, pero a la vez estuvo contenta al ver que al menos su amigo Seiya estaba ahí, aunque era obvio pues su entrenamiento estaba comenzando.

- Pareces triste Serena.- Le comento su amigo al poco de la partida de los caballeros.

- Un poco sí. . .

- ¿Acaso dentro de la comitiva que se fue estaba el hombre que te gusta?- Le pregunto el pelinegro.

- Bueno. . .- Ella dudo, no estaba segura de que contestar.

- Pues ser sincera conmigo Serena.

- Si, en aquella comitiva iba el hombre del que estoy enamorada.

- Ya veo. . .

- Pero lo voy a olvidar. . .- Se prometió más para sí misma.

- ¿Él es el estúpido?- Le pregunto Seiya recordando la charla que habían tenido hace tiempo.

- Aja.- Sonrió ella.

- No te preocupes.- Le dijo el peli negro.- Y hare que olvides a ese tonto, estarás mejor sin él.

Los meses sin Darien comenzaron a pasar realmente rápido, y aunque lo echaba de menos procuro hacer todo tipo de actividades que mantuvieran su mente alejada de él, hacia labor de costura por la mañana a penas salía de la cama, a medio día cabalgaba con dulce durante casi una hora y media, por la tarde iba con su madre, a veces cocinaban y otras estudiaban las hierbas y plantas para hacer curaciones.

En cambio Mina cada vez tenía un carácter más raro, habían días en que era muy amable con la gente del castillo, y otros días en que nadie podía cruzarse por su camino, su madre atribuía aquellos cambios de actitud a que la joven echaba de menos a su prometido, pero Serena creía que se trataba de otra cosa, pero tampoco podía llegar a alguna conclusión.

- Mina.- Le hablo una mañana cuando se encontraron en el salón principal del castillo. Voy a hacer un pastel. . .

- ¿Y eso que tiene que ver conmigo?

- Pues creí que querrías ayudarme. . .

- No me interesan esas cosas.- La rubia mal humorada le dio la espalda.- Iré a cabalgar un rato.

- Hermana.- Sammy, su hermano pequeño se le acerco.- Mina parecía rara, todo es culpa de ese sujeto. . .

- ¿Ese sujeto?- Serena miro a su hermano.- ¿Hablas de su prometido?

Desde hace tiempo había decidido llamar a Darien Chiba como lo que era, el prometido de Mina, era una especie de tratamiento que le estaba surtiendo efecto pues cada día pensaba menos en él.

- Bueno. . .- Sammy parecía dudar.- Bueno si, desde que ese sujeto se fue Mina esta de un humor terrible.

- Debe echarlo de menos.- Murmuro la joven.

- Mmm. . . Iré a ver los entrenamientos hermana.- Le sonoro el chico.- ¿Crees que mi papá me deje entrenar con los chicos grandes? Ya estoy harto de usar espadas de madera, quiero usar una de verdad.

- ¿Recuerdas lo que dijo papá?

- Que debo crecer más, que soy muy pequeño.- El chico se desanimó.

- Oye no te pongas así, ya verás cuando entrenes con el grupo de los mayores, serás el mejor y me protegerás.

- Siempre hermana, siempre serás la dama que tenga que proteger.- Le sonrió de nuevo su hermano antes de irse al patio de entrenamiento.

La joven fue entonces a la cocina del enorme castillo, hay habían tres cocineras, una que se preocupaba de los alimentos de la familia Tsukino y las otras dos que preparaban la comida de los jóvenes caballeros que entrenaban ahí, Serena era querida por mucho en su casa, todos los que servían a la familia estaban contento de poder atenderla.

- ¿Y mi madre?- Pregunto al no ver a su progenitora dentro de la cocina.

- Pues. . .- Una de las cocineras la miro y se sonrojo.- Su padre paso por aquí hace unos momentos y se la llevo, dijo que no la dejaría bajar hasta que se ocupara de él.

- Ya veo. . .- Serena era consciente de los rumores que corrían en el castillo sobre la insaciable pasión que el lord tenia por su esposa, pero ya era tan natural que a pesar de que su madre apareciera después muy sonrojada y llena de vergüenza nadie la molestaba, todos en el castillo celebraban el amor del lord por la lady y viceversa.- Bien supongo que ya puedo hornear algo sin la supervisión de mi madre.

- Nosotras solo veremos desde lejos, después de todo usted es una joven muy inteligente, estoy segura de que será una buena ama de castillo.

- Muchas gracias.

Para la tarde Serena les presento a sus padres un hermoso pastel, recibiendo las felicitaciones de su madre por un muy buen trabajo y un beso de agradecimiento de su padre pues el pastel le había gustado.

- Serena.- Incluso Mina le hablo.- Te ha quedado muy rico.

- ¿De verdad?

- Eres una excelente cocinera.- Le dijo la otra rubia.- Yo lamento lo que dije en la mañana, estaba de muy mal humor. . .

- No te preocupe hermana, ya no tiene importancia.

- Serena.- Le hablo Sammy.- ¿Puedo tomar otra porción de tu pastel?

- Si Sammy.

- Mi hija será una muy buena esposa.- Comento de pronto el lord.- El hombre que se case contigo hija será muy afortunado de tenerte por esposa.

- Muchas gracias sus halagos padre.

La joven celebro internamente ese pequeño triunfo, fue entonces que tomo una de las mejores decisiones que pudo haber tomado, con quien fuese a casarse en el futro iba a hacer su mejor esfuerzo para ser una buena esposa, ya poco le importaba Darien Chiba, así que el resto del tiempo se iba a concentrar en sus labores como ama de un castillo, iba a estudiar arduamente para no decepcionar a su futuro marido.

Dejen sus Reviews.

Pobre Serena que sufre por un amor no correspondido, a mí me parece que ha aceptado de buena forma que Darien no la ama. ¿Ustedes que piensas? Este es el comienzo de una nueva historia espero que les guste, está ambientada en la época medieval, así que acostúmbrense a leer sobre el lord y la lady, jajajaja. Muchos saludos.