Star Trek no me pertenece. Es una creación original deGene Roddenberryy la película, de J.J. Abrams.
— Es demasiado obvio.
Khan se encontraba sentado a orillas de la cama, desnudo y cubierto por una fina capa de sudor. Terminó de vestirse con una camiseta azul celeste y salió de ahí con paso seguro. En la cama que dejó atrás, Jim se cubrió con las sábanas, por completo fatigado, mientras cerraba los ojos con fuerza y chasqueaba los dientes fastidiado.
Frente a él, un James y Jim invisibles lo observaban, tan pronto terminó su encuentro, todo se desmoronó como neblina y Jim caminó sobre ese sitio, por completo encabronado.
— ¡¿Qué carajo quieres que haga?!, ya tardé demasiado haciéndome a la repulsiva idea de pasar un solo instante en posesión de ese maldito… ¡no puedo fingirlo mejor!
— Es un universo alterno, padre — James caminó tras el hombre, pero este se giró de forma brusca para mirarlo.
— ¡Es una aberración!, ¡es asqueroso!, ni siquiera permaneceré aquí, observando a ese malnacido… — James cambió la dirección de su vista, pues no pudo sostener la mirada de su padre después de eso. —…haciendo conmigo lo que hizo por 20 malditos años, pero ahora con mi consentimiento.
— Entonces podemos darnos por muertos…
— ¿Por qué no lo haces tú, de nuevo?
— Puedo moverme a través de la materia, padre, pero no la controlo… usarla como vehículo y usarla como materia prima son dos conceptos abismalmente distintos. Usted la manipula, yo la acepto y camino a través de su corriente. Sus sentimientos lo delatan, padre, se impregnan en cada espacio de este sitio. Se siente negativo, es irreal.
Jim se estiró el cabello con fastidio. Llevaba al menos 8 intentos desde que su hijo lo ayudó a comprender el poder de la materia azul. Se estaban quedando sin tiempo y él aun no podía crear un sitio donde Khan pudiese permanecer sin sospechar que había perdido… si es que perdió.
— Siento que… haciendo esto, ese maldito se saldrá con la suya… me tendrá — Eso último apenas escapó de su boca. Tenía demasiada rabia contenida.
James mantuvo su distancia hasta ese momento, pero su padre realmente se encontraba cansado. Deseaba con todo su ser el tener un momento de paz que regalarle, pero la verdad era atemorizante y Khan se encontraba manipulando a su séquito de superhombres para conseguir que los klingon y la Federación tuviera ese encuentro que terminaría con millones de vidas. Si concretaba su núcleo, no solo destruiría el pasado, sino también cualquier futuro. Debía poner un alto a su progenitor antes que hiciera más daño a su padre.
— ¡Jim!, ¡estás sangrando! — Spock sacó del trance a su esposo, sosteniendo con fuerza su mano derecha, que comenzaba a dejar ir un líquido espeso del color de las turquesas.
— Comenzó la destrucción del control. El compuesto quiere escapar del cuerpo de padre… Khan debe haber terminado su núcleo.
— ¡James! — Legión Scott y Spock veían con asombro al muchacho rubio que emergía de la misma neblina azul que consumía a Jim en ocasiones y que este aseguraba, era parte de su salvación.
— Padre, necesitamos ir por el resto y continuar hacia Nuevo Vulcano.
— ¿Christophé se encuentra a salvo? — Spock abrazó a Kirk sin siquiera notarlo. Su esposo temblaba como si un frío terrible lo invadiera, pero mantenía aquella mirada de valentía que lo convencía que todo estaría bien aun si no podía asegurarlo.
— ¿Dónde nos encontramos, James? — Legion se puso de pie en aquel espacio reducido, similar al interior de una caverna. Habían intentado todo para encontrar una salida o una entrada en ese sitio, pero al parecer, esperar era lo único que les quedaba. Ante sus ojos y los de Spock, lo único que sucedía constantemente eran las desapariciones de Jim, cubierto por una neblina azul que iba y venía, a veces con destellos blancos, a veces con destellos oscuros, pero siempre devolvía a Jim en el mismo estado, cansado y molesto.
— Mi hermano, el doctor y el coronel esperan en una estancia de un planeta habitado por romulanos. Nos estamos ocultando de la materia para poder ayudar a padre a controlarla antes que Khan cierre el núcleo.
Spock y Legion observaron a Kirk ponerse de pie con dificultad. Su esposo vulcano intentaba encontrar una salida para ese terrible problema, pero todo indicaba que lo que ese joven decía, era lo más lógico a seguir… demostró que podía ser humano al salvarlo de Khan, pero de alguna forma era ese recuerdo permanente del dolor de Jim. Era una posición complicada, pero por el momento no tenía más de donde sostenerse.
— Entonces… ¿podrá llevarnos el capitán hasta Gigi y el resto?
James parpadeó extrañado ante el nombre que escuchó, pero se giró para preguntar con la mirada a su padre si podría hacerlo.
— Es imposible para mi arrastrar personas a través del compuesto azul… antes podía hacerlo, pero… parece que Khan encerró mis habilidades en un núcleo cuando envíe al señor Spock de vuelta con su tripulación. Ahora solo puedo hacerme entrar en ella y aun eso me cuesta mucho trabajo…
Antes que nadie pudiera decir algo, un sonido de pisadas se escuchó justo en la parte inferior de la gruta, desde donde les llegaban halos de luz de vez en cuando y por donde, habían llegado a la conclusión, habían entrado en aquella prisión.
— Vienen por ustedes, padre. — Advirtió el rubio, cuando el resto de los hombres se puso de pie y miró con cierta ansiedad el lugar de donde provenía el sonido.
— ¿Jim? — Spock caminó hasta ponerse frente a su esposo, pero este ya había tomado su decisión. Reunió sus pensamientos en una sola oleada de emociones y se imaginó a si mismo frente a un umbral blanco y negro.
Cerró los ojos y respiró profundo.
Las pisadas se detuvieron del otro lado de la gruta.
Había dos habitaciones, separadas por un umbral sin puerta. Una negra. Una blanca.
Una luz comenzó a enmarcar una entrada, hasta ese momento invisible. Legion y Spock estuvieron seguros que la tripulación de Khan aparecería en cualquier momento para llevarlos frente al bastardo.
En la habitación negra, Jim distinguía perfectamente las espaldas de Legión y Spock.
La luz desapareció y unos golpes reemplazaron el silencio de aquel sitio.
— ¡Jim! — Pero al girarse a verlo, tanto Jim, como James habían desaparecido. Spock y Legion intercambiaron miradas dubitativas.
— ¡Spock! — Llamó Jim desde el umbral, pero antes que pudiera alzar uno solo de sus pies, la voz de James lo hizo volver al mismo sitio.
— ¡Si suelta el umbral, solo usted se irá intacto!
Eso era mil veces más complicado de lo que creyó. De nuevo colocó con firmeza sus pies en la superficie blanco y negro. Cerró los ojos y respiró más profundo que en las otras ocasiones.
— ¿Qué debo hacer ahora, James?, ellos no pueden verme, pero yo sí puedo verlos a ellos.
— Exacto.
Aquella palabra, tan sencilla y tan concreta, iluminó toda una nueva salida en la vida del capitán de la Enterprise. Mirando sus manos de forma incrédula, Jim extendió sus brazos hacia el frente, como si intentara alcanzar a su esposo y al hijo de Uhura. Estos dieron un paso en dirección contraria una vez que el pasaje se abrió y dejó ver a dos hombres vestidos en uniforme negro y dos mujeres ataviadas de la misma manera. La tripulación de Khan.
Jim se esforzó como nunca había hecho, pensando en todo lo que había visto hasta ese momento, en lo que había escuchado y sentido. Entonces la habitación negra cedió un poco de su color, para dejar entrar al color blanco. Fue momento de Kirk para soltar una carcajada, no era tan difícil como lo creyó… entonces pudo avanzar un paso. Después vinieron un segundo, tercero y cuarto, hasta que alcanzó a los hombres que intentaba proteger.
Entonces estos desaparecieron del interior de la gruta.
Aunque Spock y Legion no podían ver más que neblina a su alrededor, Jim los veía perfectamente dentro de la habitación blanca.
— ¡¿Jim?!
— ¡Capitán!
Quiso contestar a sus llamados, pero pensó entonces en James, quien debía seguir caminando por la materia, desgastándose para poder llevarlo a salvo. Si su conocimiento no estaba errado, podría ir a cualquier sitio comunicado con la materia y eso podía ser donde el coronel se encontrase o donde Bones estuviera.
— No busque a Aley, padre… — La voz débil de su hijo resonó dentro de las paredes de blanco perfecto. — Sus recuerdos siguen fuera de su cuerpo físico, reproducidos únicamente por la materia azul… en su lugar, llévelos a la habitación del doctor.
Jim no terminaba de comprender eso, pero escuchó a su hijo y cerró los ojos por segunda ocasión.
Bones… mi amigo, Leonard McCoy…
Las imágenes de Bones cubrieron esa habitación, volviéndola en un espectro de colores que arrastraban fotografías, escenarios, aromas y toda clase de recuerdos.
Entonces el aroma de algo agrío, pero delicado, cubrió el ambiente. Tenía los ojos cerrados aun, pero un tacto más fuerte que él mismo lo obligó a abrirlos.
— ¿Jim?, ¡demonios, eres tú! ¡JIM! — Aquel sitio se veía decorado con pulcritud y un ambiente ligeramente cálido lo llenaba.
Era la habitación de hotel donde Bones se hospedaba.
— ¡Bones!, ¡BONES, AMIGO! — Sin preguntarse nada más, Jim corrió en dirección de aquel hombre que traía tantos buenos recuerdos a su corazón. Podría lucir 100 años más joven y aun así sabría quién era. — ¡Luces diferente!, "diferente bien", te queda el cambio…
— ¡Cierra la maldita boca!, ¿Dónde habías estado todo este tiempo?
Ambos se abrazaron por un largo momento hasta que Jim recobró su conocimiento del problema.
— ¡Spock!, ¡Spock estaba conmigo! — Miró en todas direcciones de la habitación, pero no vio a nadie. — Se suponía que los traería hasta aquí, James dijo…
— ¿Jim 2.0?, él está hospedado por aquí… — El doctor lo guió fuera de aquel lugar. El pasillo fue tan pequeño en ese momento, era como recuperar todo lo perdido en tan solo un instante.
Al entrar en la otra habitación, Jim se encontró con James, Aley y Christophé, intentando acomodar al vulcano y a Scott, que yacían inconscientes, sobre las camas del lugar.
— ¿Qué les sucedió?
— ¡PADRE! — Christophé saltó en dirección del hombre y sin detenerse por un segundo, lo abrazó tan fuerte como pudo. Finalmente los tenía a ambos, a toda su familia reunida, lejos del peligro.
— Aun recuerdo que me disparaste, jovencito, pero después hablaremos de ello… me salvaste y salvaste a tu hermano con ello. — El rostro de Jim no podría expresar más orgullo si lo deseara.
James y Bones sonrieron a Christophé una vez dicho eso último, sabían cuán importante era para el vulcano escuchar eso de alguno de sus padres. Había hecho lo correcto al seguir su propio destino.
Chris notó el entusiasmo en aquellos rostros y alzó la cabeza con seguridad, solo por un segundo sonrió, pero de inmediato recobró su postura recta y un rostro libre de emociones.
— Era lo correcto, capitán.
Bones bufó encabronado, mientras James sonrió divertido por ver a su hermano siendo el mismo de nuevo. Jim sonrió de nuevo a su hijo y tomó su hombro, al igual que el de James. Fue momento de ambos jóvenes para intercambiar una mirada de asombro, sin moverse del lugar que ocupaban.
— Estoy orgulloso de ambos y aunque no los conozco tanto como debería, con tan solo ver lo que tengo frente a mí, sé que son lo mejor que pude hacer en esta vida. Ustedes son cada pedazo de mí en este universo. Los amo.
Después de abrazarlos, Jim comenzó a llorar por completo agradecido con el tiempo por devolverlo al sitio adecuado. Tenía sus recuerdos ordenados y a su familia con él. Finalmente había llegado el momento y él estaba listo… después de 5 años…
Iba a morir
Chris y James derramaron lágrimas por distintos motivos. El primero se encontraba conmocionado por la felicidad que lo había llenado en ese momento, en cuanto su padre vulcano despertara, enfrentarían la infelicidad que Khan llevó a la existencia de todos ellos y los días grises desaparecerían. James, por su parte, sabía que aquellas palabras eran una despedida de parte de su padre y a pesar de haber vivido toda esa "emoción" de ser un humano junto a él y a su hermano, tendría que dejarlo ir, como no lo hizo aquella ocasión en el puente de la Vengeance, cuando aún era la máquina de Khan y Jim era todo su universo.
Bones se giró para inspeccionar a Spock y Legion, pero ninguno de ellos tenía heridas, solo parecían profundamente dormidos.
— ¿Se encuentran bien, Leonard? — Inquirió Christophé, aun abrazado por su padre terrestre. Había esperado tanto para recuperar a Spock, que verlo aparecer en la habitación de su hermano, cubierto por una neblina azul marino, le hizo pensar lo peor, que Khan los había encontrado y que su padre ya se encontraba muerto. Para su tranquilidad, la verdad fue mil veces mejor.
— Eso parece, pero esto es…
— Sus conciencias siguen en la materia, padre. — El abrazo terminó una vez que James se alejó se su padre y su hermano, hasta alcanzar al coronel, que había permanecido sentado en completa pasividad en el fondo de la habitación. — Al igual que la de Aley.
Jim observó con miedo a ese hombre que parecía un muñeco azulado de mirada perdida y heridas sin sanar. El que estuviera vestido de manera ordinaria no ocultaba su estado, en un cuerpo cercano a la descomposición. De piel blanca en tonos azules, cabello seco y opaco, con cortes teñidos de rojo cenizo en el rostro y en el cuello, moretones y marcas verdes en algunas partes de sus manos y las zonas visibles de su nuca.
— Aleksei Zuluvich Chekova… ¿está?
— Vivo gracias a la materia, padre… pero un cuerpo no puede permanecer vivo únicamente con una mínima función cerebral…
— ¡Un momento, Jim 2.0!, tú le dijiste a George que una vez que el núcleo cayera, lo cual era necesario, todos los que fuimos tocados por la materia, moriríamos…
Jim contuvo un grito de espanto y se giró para ver a su hijo vulcano, quien le confirmó con un movimiento de cabeza lo que acababa de oír.
— Así lo parecía, doctor, pero en ese momento creí que sería imposible para nuestro padre el dominar este instrumento tan riesgoso y que posiblemente no podríamos conectar un punto entre nuestras materias y el flujo principal, sin embargo, padre ha demostrado tener la capacidad mínima de manipular este compuesto, lo que significa que existe, tal como sugirió Christophé, la posibilidad de detener el avance de Khan sobre su control de esto…
— Estás diciendo que todo esto es… ¿Cómo una paradoja?
— Así es. Si mi padre manipula el control, podemos recuperar nuestras vidas, pero para controlarlo, debe entregarse a la materia, lo que en si lo mataría y nos mataría a todos nosotros…
Cuando Jim escuchó lo que su hijo expuso, tanto él como Bones supieron hacia donde iba todo eso, intercambiaron miradas serias, algo que no pasó desapercibido por Christophé y entonces emprendieron un camino en dirección de la salida.
— ¿Sabes dónde se encuentran las conciencias de Spock y Legion, James? — El capitán miró a su hijo, mientras este se sentaba con cuidado en una superficie elevada que servía de asiento. Con solo verlo, Jim confirmaba lo cansado que debía sentirse. Su hijo se había presionado hasta límites incalculables para ponerlo a él y a su familia a salvo… además del coronel. — Iremos por ellos y por Aley, los traeré de vuelta, te lo prometo.
James miró la determinación dentro de su padre y supo que no podía mentir… ¿pero y si esa era la última ocasión en que…?
— Padre… — Un dolor estomacal golpeó al rubio antes de terminar su oración. Bones sostuvo al muchacho antes que este cayera del sitio donde se encontraba descansando.
— Estás temblando, James, debes recostarte. Chris se quedará contigo. — El medio vulcano se sorprendió al escuchar eso, pero comprendió desde el momento en que su padre y Leonard intercambiaron miradas, que ese "Iremos por ellos y Aley" no los incluía a él y a su hermano.
— Leonard… — Comenzó el menor, intentando meter todo en una sola súplica: que cuidase a su padre, que se cuidara a su mismo, que no fuera a decirle aun sobre su relación y que procurara traer a Spock con cuidado.
El doctor afirmó con la cabeza, algo que Jim no pasó por alto, entonces tocó a Bones por el hombro y se quedó petrificado en la entrada del lugar.
— ¿Jim?, ¿nos vamos?
El rubio lo observó perplejo, después a sus hijos y asintió con un movimiento de cabeza. Bones salió primero de ese lugar, así que una vez en el pasillo, cuando este se cubrió de neblina azul marino, todo eso lo tomó por sorpresa.
— ¿Qué carajo…? — Eso mareaba MUCHO más que ser transportado al interior de la Enterprise. Supuso que era a lo que Jim y James se referían con "viajar a través de la materia". — ¡Oye!, ¿no puedes ir más lento?
Fue en ese momento en que el doctor notó, finalmente, la expresión de Jim… una siniestra expresión.
La materia giraba más y más, cada vez más rápido y más fuerte. Bones sintió como su cuerpo daba vueltas dentro de un huracán que movía hasta el más escondido de sus músculos, un dolor de cabeza lo penetraba como taladro y de pronto todo fue demasiado fuerte como para seguir soportando las arcadas que amenazaban con hacer lo que lograron.
Mientras Jim lo observaba vomitando, el coraje crecía con mayor fuerza en su interior, pero supo que no era suficiente con marearlo para expresar su rabia.
Una vez que vomitó, el suelo dejó de moverse y aparecieron en una recámara de la academia de la Flota Estelar. Posiblemente era el sitio al que la materia los transportó después de sentir las emociones de Jim.
— ¡MALDICIÓN, JIM!, ¿QUÉ ESTÁ MAL CONTIGO, IDIOTA!
Una vez que limpió la comisura de la boca, Bones volvió a erguirse lo mejor que pudo, solo para recibir un puñetazo tremendo contra su mejilla izquierda, acto que lo hizo golpear el suelo cual costal. El rostro de Jim fue odio puro.
— ¿QUÉ ESTÁ MAL CONMIGO?, ¡¿QUÉ ESTÁ MAL CONTIGO, IMBECIL?! ¡¿CÓMO PUDISTE TRAICIONARME DE ESTA FORMA?!
No sabía cómo, pero Jim… lo sabía… ¡claro!, el momento en que lo tomó del hombro, la materia lo llevó a través de los recuerdos de las últimas 24 horas.
Entonces no tenía más que ocultar.
— ¿Yo te traicioné?, ¡tú casi me matas hace un momento!
— ¡Y eso mismo haré!, ¡él es un niño!
— ¡Ya no lo es más! — Después de responder esto último, Bones tuvo cerca de medio segundo para darse cuenta que decirle eso al padre del joven al que desvirgaste no era precisamente la manera correcta de explicar que se refería a su madurez y no a eso.
Con un grito de rabia, Jim dirigió otro golpe, mucho más fuerte, al estómago del doctor, lo que los llevó a una pelea que habría terminado por destruir toda la habitación si Bones hubiera sentido una mayor necesidad por defenderse que por detener la rabia de su amigo.
Rompieron mesas, taburetes, lámparas, dos sillas e innumerables artículos decorativos, no sabían de quien carajo era ese lugar, pero lo habían vuelto mierda. Y eso terminó con la paciencia del doctor. En el último intento de golpearlo con el puño cerrado, Bones atrapó el golpe y cerró su mano con fuerza sobre él. Estaba muy cabreado, mucho, MUY cabreado.
— ¡AL MENOS VAS A ESCUCHARME, AHORA, IDIOTA! — El recuperar su juventud ayudo mucho al doctor para volver las cosas a su favor, interponiendo una de sus piernas entre las de Kirk y desbalanceándolo para quedar sobre él. — ¡Yo sabía que te tomarías esto mal…!
— ¡TOMARMELO MAL!, ¡CÍNICO BASTARDO! — Jim se revolcó sobre su propio cuerpo, pero sin conseguir gran cosa, tendría que escuchar a Bones antes de matarlo. — ¡TE DI A CUIDAR A MI HIJO Y TU LO VIOLASTE!
— ¡Yo no hice tal cosa, enfermo!, ¡George es un adulto ya y si en realidad tuviste el descaro de meterte en mi mente, sabrás que tuvo muchas oportunidades en mi vida para desaparecer de ella y se quedó!
— ¡OH, PERO POBRE DE BONES!, ¡ACOSADO POR UN MUCHACHO INCREÍBLEMENTE ATRACTIVO COMO SU PADRE, NO TUVO OPCIÓN…!
— ¡AH, carajo, deja de lanzarte flores!
— ¡ÉRAMOS TUS AMIGOS, SPOCK Y YO…! ¡Y TU NOS HICISTE ESTO!
— ¡Y yo lamento que te sientas así!, pero la verdad es que un hombre no puede elegir a quien amar… yo no pude… creí que porque eres mi amigo lo enten…
— LO ERA…ERA tu amigo, yo ya no… ya no sé qué siento sobre ti, McCoy. — Aquello lastimó más al doctor que cualquier otra cosa en el universo. Su impresión fue tal que liberó a Jim de su agarre y se alejó de él como si tuviera la peste encima. ¿Eso era todo? Por años, los que habían sido sus amigos, su única familia… tan pronto se fue… por algo que sabía correcto sentir.
Jim se puso de pie y se sacudió los brazos y piernas para calmar el dolor. Entonces toda la habitación se arregló como si el tiempo corriera hacia atrás en los desperfectos. Bones se limpió la sangre del labio, sin dejar de observar a Kirk ni por un segundo. Ambos respiraron de forma agitada hasta que el silencio reinó en el lugar.
No podían herirse más… al menos eso fue lo que Bones pensó… hasta que…
— ¿Realmente no puedes creer que puedo hacer feliz a George?
— Estoy seguro que no puedes hacerlo, Bones…
— ¿Por qué no? — Aunque preguntó eso ultimo con una sonrisa en sus labios, aquello era todo menos felicidad. Era una tristeza tan profunda que no encontraba manera de salir de su corazón tras años de encierro. — ¿Qué te permite estar tan seguro?
— Porque tú no estás seguro…
Bones abrió la boca para objetar, cuando el sonido de una combinación siendo tecleada del otro lado de la entrada, lo hizo girarse con sorpresa. Iba a hacer algún movimiento en ese momento, pero al ver la resignación con la que Jim aguardaba, supo que no era necesario. De alguna forma, sintió que no serían vistos aun si permanecían así.
— Entonces, ¿Qué haremos con tanto tiempo libre?
¡Esa voz!
— No sé de qué tiempo libre hables tú, Jim, para mí, que los exámenes terminen solo significa que tengo otro ensayo, otro proyecto y al menos dos reportes de prácticas que entregar…
Eran ellos dos, durante el tiempo de la Academia. Se giró para ver a Jim con tantas dudas reflejadas en el rostro, hasta que…
El Jim frente a ellos era ese joven altivo y voluntarioso que llegó hasta ahí por la invitación de Pike y que no sabía demasiado de su futuro. Una vez que ambos se encontraron dentro de la habitación, Jim oprimió un patrón dibujado en la entrada y saltó a abrazar a Bones por detrás, besó su cuello y descendió sus manos hasta su cinturón.
— ¡Ya te dije que estoy…! ¡Jim! — El joven estudiante de medicina apenas pudo oponer resistencia, cuando su compañero lo empujó hasta la cama, haciendo que tirara todas sus pertenencias de la escuela por el suelo de la habitación — ¡Vas a pagar eso si llega a romperse, James Tiberius Kirk!
La risa descontrolada del rubio siguió a una batalla de besos que poco a poco borraban el ceño fruncido de su compañero y lo volvía una imagen de deseo. Una vez que Bones sintió a Jim sentado sobre su cintura, lo tomó por la cadera y lo hizo girar para tenerlo bajo el en tan solo un segundo. Besó sus labios con posesión y descendió por su cuello mientras el otro sonreía y lo acariciaba en la espalda.
El Bones del tiempo actual no pudo seguir viendo, una vez que giró su cabeza, Jim hizo desaparecer aquel recuerdo que ambos compartían y que habían enterrado con tal firmeza que, creyeron, solo había existido en su momento.
— Está vez es diferente. — Retó a Jim con la mirada, molesto al sentirse asaltado de tal forma en su cabeza. De pronto se encontraron en una habitación negra con una puerta blanca.
— ¡Nunca es diferente, Bones!, la sombra de tu esposa te sigue incluso ahora… cuando piensas que Christophé podría olvidarte, que podría expulsarte de su vida…
— ¡¿Y QUE CARAJO QUIERES QUE PIENSE UN HOMBRE DE 60 AÑOS?! ¡E-Esta condición es nueva!, ¡cómo podía estar seguro que alguien tan maravilloso se quedaría a mi lado todo ese tiempo!, ¡estoy seguro ahora!
— ¡No estás confiando en él!, estás pensando en esa estupidez de lucir joven para poder competir dentro de su mundo, como si a mi hijo le importara un carajo… ¡únicamente vas a lastimarlo!
— ¡¿Tú que carajo sabes?!
— ¡PORQUE ME ROMPISTE EL CORAZÓN, IMBÉCIL!
La habitación blanca comenzó a escurrir su color, como si solo fuera pintura fresca siendo mojada. Entonces la habitación negra se convirtió en la bahía médica, como si fuera Bones quien controlara el lugar donde deseaba estar.
Fue momento para Bones de ponerse mal, realmente mal. Jim caminó en dirección de la salida, pues aquel no era un recuerdo, sino una realidad alterna, pero Bones lo alcanzó, tomándolo de la muñeca. Ante la presión, Jim arrancó su mano de golpe y observó al doctor con coraje en los ojos.
— Jim, yo no… nunca quise…
— Pero lo hiciste y aunque amo a Spock desde hace más de 25 años, en el fondo no te perdoné hasta el día en que morí, ¡pero ahora!, ¡si tu lastimas a Christophé, no solo Spock querrá matarte, yo lo haré!
— ¿El día en que…? ¡Eso no es!, ¡yo nunca lastimaría…! — Se llevó la mano a la boca. Mentiría si dijera que nunca heriría a alguien a quien amaba, pues Jim acababa de revelarle lo contrario. — ¿Por qué demonios nunca dijiste nada?, yo siempre creí… ¿Cómo se suponía que lo supiese?, ¡te tomó, ¿Qué?, dos días encontrar una noviecita!
— ¡No me iba a quedar en el dormitorio, fingiendo que no me dolió que me mandaras al carajo!
— ¡Pues debiste decir algo!, ¡demonios, Jim, soy un doctor, no un adivino!
— Pero eso no importa más…
— ¡No, claro que importa! — Cuando Jim intentó salir del lugar, Bones se puso frente a él y lo empujó de nuevo dentro de la bahía. Si iba a enfrentar todo eso por el bien de Chris, lo haría hasta las últimas consecuencias.
— ¡No me toques!
— ¡Ahora tu escucha!, ¡tienes toda la maldita razón y, con mil demonios, no sabes cuánto me cala decir esto en voz alta!, pero ¡TENÍAS TODA LA RAZÓN, JAMES TIBERIUS KIRK! — Jim volvió a intentar un escape, pero Bones volvió a empujarlo dentro, sin apartar sus ojos de los suyos. — ¡Fui un pendejo contigo y no encontraré manera de pagártelo!, pero no por ello voy a abandonar mi deseo de permanecer junto a Chris… tienes toda la razón, si, si… yo no podía separarme de la sombra de mi ex-mujer, pero debes comprender, fue lo más duro que me haya pasado… — Jim ocultó entonces su mirada del contacto con su amigo, pues había visto y sentido todas aquellas emociones y no podía negar que eso fue intenso dolor. — Yo planee una vida junto a esa mujer, ¡yo!, sabes lo cínico y pesimista que puedo ser y sin embargo, me convencí a mí mismo que eso podía ser así, que la chica con la que todos los chicos querían bailar elegiría al hombre que tomó demasiados riesgos antes de acercársele y de pronto ella se fue, así sin más solo dijo "¿porqué no solo te mueres?"… ¡tú debiste verlo!, ni siquiera me pidió el divorcio, ella solo dejó el formato en la mesa de la sala y de pronto ya no tenía ni una sala siquiera… ¡me mató!, ¡me mató realmente!
— ¡Eso no significa que puedas…!
— ¡Escucha, que aún no termino!, maldición… — Justo cuando creyó que no encontraba palabras para decirlo, Jim retrocedió finalmente y volvió a verlo a los ojos, no como el hombre enardecido por su traición, sino como el amigo que le cedía una última oportunidad. — Tú no sabes… ¡o quizá sí y solo lo niegas!, pero… cuando tú y yo comenzamos a salir, yo mantenía aun contacto con ella y era como si la herida no sanara y yo esperaba tantas cosas… elegí no herirte más, por eso te pedí que termináramos, ¡no debí usarte en primer lugar!
— ¡Lo ves!, ¡estas perfectamente consciente de tu engaño!
— ¡Lo estoy!, pero las cosas no fueron en ese orden… yo, sinceramente me repetí que tu podrías hacerme olvidar a esa persona, ¡te juro que lo creí!, pero… cuando el tiempo pasó y tu parecías ir en serio…
— No te des demasiado crédito. — Bufó el rubio en algo que parecía más un berrinche.
— Lo que haya sido… entre más te conocía, supe que sería incapaz de amarte como lo merecías y aunque estábamos lejos de conocer al duende de sangre verde…
— ¡Hey!, ¡es mi duende del que estás hablando!
— Claro… yo ya sabía que encontrarías a alguien que te daría todo lo que yo no podía obsequiarte y que tu devoción merecía… aunque, tienes razón… no debí intentar engañarnos de esa forma…
Gracias a la conexión mental entre Jim y Bones, el capitán de la Enterprise supo que su amigo realmente lamentaba el daño que le hizo en su momento y que anhelaba su perdón.
— Eso no te justifica para violar a mi hijo, de hecho solo lo vuelve peor…
— ¡Ya llego a ese punto!, ¡Y DEJA DE DECIR "VIOLAR", COMO SI FUERA UN PEDÓFILO!
— ¿Cómo llamo entonces a un anciano pervertido que va tras un niño!
Bones necesitó de mucho autocontrol para no golpear a Jim en la cara. Si tan solo ese bastardo no fuera su amigo y suegro… ¡hasta pensarlo le daba nauseas!
— Christophé siempre ocupó un lugar especial en mi corazón, pero no fue sino hasta hace unos cuantos años que pensé que en realidad sentía algo por mí y si te soy sincero, me molestaba bastante… siempre que volvía a Nuevo Vulcano me encontraba con el dolor que tu hijo vivía, ¡y como quería matar a Spock por ello!, ¡vulcano un carajo!, si George fuera solo un poco más humano terminaría de explotar. Él enfrentaba todo eso por un solo propósito y yo siempre pensé que tu recuerdo era ese motivo, por eso lo enlisté en la Flota y por eso lo apoyé para que enfrentara a Spock cada vez que fuera justo, ¡pero él…!
Hubo un silencio corto que sirvió para que Jim se sentara lejos de la entrada, por lo cual fue seguido hasta aquel lugar alejado de las camillas.
— Él siempre se empecinó en acompañarme, Jim… siempre piensa en mí y es tan inteligente y dulce, ¡no se parece ni un poco a ti!, ¡mucho menos al duende!, es alguien en quien no puedo dejar de pensar… alegra mis días únicamente paseando esas orejas puntiagudas alrededor de este lugar. — Señaló la bahía y todo alrededor. — Y la manera en la que puede pasar de la lógica a lo irracional con tan solo un gesto o viceversa… es capaz de tenerme pensando en algo que dijo durante todo el día. Nunca había sentido esta necesidad de ver a alguien feliz. Con mi exesposa, yo era feliz por tenerla a mi lado y si haciéndola feliz con todos sus caprichos era suficiente para retenerla a mi lado, me esforzaba al máximo para conseguirlo… pero con George es completamente distinto… ¡realmente me interesa su felicidad!, con o sin mi… y así es como sé que lo amo… porque si soy yo a quien él ama, entonces puedo aferrarme a él como si no hubiera forma de separarnos, pero cuando él pare, ¡si lo hace!... yo lo dejaré ir sin remordimientos. Solo quiero que sea feliz, si así lo prefieres, habla con él, ambos, tú y Spock y si el así lo decide… yo lo amaré por siempre… a mi manera y a la distancia.
— Dices eso porque sabes que eres su capricho…
— ¡Esto no es un capricho, Jim!, tu no lo conoces… él sabe lo que quiere y lo que necesita y tiene el poder de decidir y llevarlo hasta las últimas consecuencias. Lo amo porque va en serio y es cierto que pensé, ¡no!, que pienso, porque, ¡maldición! es más de lo que siempre desee, pienso que un día pueda arrepentirse y lucir joven no me exonerará de ser un cretino, pero es solo por mi inseguridad. Lo superaré, solo necesito tiempo. Solo podría lograrlo con George, Jim. Solo él puede hacerme creer e ilusionarme con este estúpido corazón de adolescente, pareciera que soy un anciano pervirtiendo a un niño, cuando es tu hijo quien me tiene por completo en su control… para mi mala suerte, ya es consciente de ello, pero… ah… — Aquel suspiro no era suficiente, pero ya no tenía demasiado que decir. Su corazón se abrió por completo y ya solo era decisión de Jim creerlo o no.
— Yo sé que es verdad todo eso… pero… no es sencillo. Es como si hubiera despertado después de estar en coma y me perdí la vida de mis hijos, el envejecer junto a Spock y de pronto nuestro mejor amigo se quiere convertir en nuestro yerno… es extraño…
— Y se va a poner peor cuando se lo digas a Spock.
— "DigaMOS", yo no le voy a decir esto ni de chiste, les toca a ti y a Christophé. — Jim se puso de pie una vez más y caminó en dirección de la salida. — Si es demasiado hombrecito para andar de amante de un anciano, puede hacer frente a su padre.
— ¿Entonces…? — Bones siguió con la mirada a Jim, esperando a comprender su silencio, pero no fue hasta que este se giró con un rostro de increíble dignidad que supo lo que realmente pensaba.
— Ya te lo dije, no sé qué más esperas de mí…
Bones pensó en las palabras de Jim…
…de pronto nuestro mejor amigo se quiere convertir en nuestro yerno…
…y comprendió que iba a perdonarlo, aunque le llevaría algo de tiempo y mucha cooperación de parte de todos los involucrados. Ciertamente, recuperaría su confianza.
— Oye, ya que abordamos el tema después de tanto… ¿Spock sabe…?
— ¡Cállate!, ¡fue horrible!, soy su t'hy'la, por supuesto que sabe. ¿No recuerdas que estaba de terrible humor después de nuestra primer visita por el pon farr a Nuevo Vulcano?
— ¡Eso pensé!, ¡lo sabía!, maldito duende orejón… ¡horas extra mis bolas!, ¡quería explotarme!, ¿entonces era eso?
— ¿Qué más si no?, cuando hicimos la fusión mental lo vio todo… pero lo superamos y créeme cuando te digo que lo has apuñalado a él también, pues sinceramente te cree su mejor amigo.
— Eso ya lo sé… déjalo.
Ambos caminaron por el pasillo del espejismo de la Enterprise hasta que la neblina, ahora de un azul más claro, los envolvió.
— ¿Piensas decirle a Christophé? — Jim se puso de pie junto a Bones, como si se encontraran dentro de un elevador. El doctor parpadeó con duda, después comprendió de qué hablaba el rubio.
— ¿¡Estás demente!?, si algo hizo bien Spock todos estos años fue reprimir el autoestima de George tanto como le fue posible… si le digo, no solo pensará que lo estoy usando para satisfacer alguna fantasía contigo, sino que además, no lo amo a él por ser… ¡él!
— Cierto, cierto… ya.
— Idiota… — Susurró el médico, menos molesto que antes.
— ¿Qué esperabas?, no puedes culparlo, yo también lo pensaría…
— ¡Pues deja de darte tanto crédito pensando estupideces y preocúpate más por ubicar a Spock y al cretino otro!
Jim comenzó a enlazar su conciencia a los sitios que visitó antes de volver al hotel romulano, cuando cayó en cuenta de algo.
— ¿Estás celoso de Legión? OH POR… TODOS LOS…
— ¡Cállate, claro que no!, ¡que estupidez!
— ¿Cómo se siente eso, Bones?, tu novio podría engañarte con alguien infinitamente más joven y apuesto que tu…
— ¡Eres un desgraciado! ¡ya cierra la maldita boca!
— Si yo fuera tú, ni siquiera podría dejarlos solos tan tranquilo, James y Spock también estaban ahí, pero, realmente lucía preocupado, ¿no? Y es mi hijo, Bones, seguro tiene mi carisma para estas cosas…
Bones golpeó en el hombro a Jim, pues este alcanzó a esquivar, a medias, el golpe. Era muy divertido molestar al doctor, en especial después de tanto dolor de cabeza provocado por su persona. Y cuando volvieran con Chris, este recibiría su parte.
Entonces la mente de Kirk se conectó de nuevo con la de Bones y dibujó una imagen de Legión besando en la mejilla a Chris y no pudo contener la risa malvada surgiendo desde el fondo de su pecho.
— ¡No lo imaginé yo!, realmente pasó… — Eso último fue un susurro, pero Jim paró de reír con verdadero asombro.
— ¡NO!, ¿Cómo…?
— En la academia, creo… ¡no lo sé!, lo vi cuando fusionó nuestras mentes… ese duende resbaloso…
Jim sonrió por unos segundos antes de caer en cuenta de lo que Bones acababa de decir.
— ¡¿TÚ-U Y MI CHRIS…?!
— ¿Qué?
— ¡TE CASASTE CON CHRISTOPHÉ!
— ¿Qué?, ¡no!, ¡solo puso su mano en mi….!
Ambos se miraron espantados… ¡LA FUSIÓN MENTAL!
Fueron solo segundos en la vida de ambos en que el panorama lucía por completo desconocido. Bones se habría desmayado si no hubiese escuchado a Jim…
—… ¡te tiras al padre y te casas con el hijo!, bien podrías decir que tu crisis de la tercera edad fue mejor de lo que esperabas… ¿no, maldito cretino?
…y el maravilloso impulso de atinarle un golpe en la quijada lo mantuvo de pie.
…
¡TA DAAAA!
Procuro que cada nombre del capítulo, de alguna forma, esté relacionado con el tema que aborda, pero este es el más específico que he hecho. Y es que, no puede suceder algo como lo del capítulo anterior y tener un "vivieron felices por siempre" tan sencillo. Hay miles de motivos en esta relación para tener consecuencias y la amistad entre Bones y Jim iba a ser la primera en abordar.
Sobre esta relación "yerno—suegro", si prestaron mucha atención en sus clases de lectura comprensiva, habrían visto esto venir xD
Al menos el más claro ejemplo de esto lo escribí en el Capítulo 2, cuando Jim dijo entre broma, entre en serio, que conocía cuan "activo" era el doctor… ¡no dejen escapar esos detalles!
Sinceramente, siempre he visto la amistad de McCoy y Jim en la serie original como una hermandad genuina y como todo fan del SPIRK está consciente… BONES SABE! Y aprueba el SPIRK por el bien de su paz interior (ya saben, eso mantendrá a Jim fuera de peligro y más con el vulcano), pero debo de admitir que BEYOND hizo algo para los fans del BonesxKirk (el cual no sigo, pero de vez en cuando encuentro tierno) sobre todo con todo ese rollo de SpockxUhura como principal enfoque romántico para el vulcano en este nuevo universo (mi corazón llora sangre, pero aun así los apoyo), lo que nos deja a estos dos aparentemente "libres" de enloquecer un poco.
En sí, no avancé la trama, pero tampoco dejé todo tan perdido.
Iba a dejar esto una semana más, pero alexpotter comentó y dije: "Debo seguir!" ja, ja, ja, yo en modo intensidad activado (mi facilidad no tiene límites).
Nos leeremos pronto (quiero creer) :)
By:R15