Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K Rowling.

Summary: Con la muerte de su padrino y el descubrimiento de la profecía, Harry es enviado de vuelta a Prived Drive donde sufre un estallido de magia que lo envía 50 años al pasado.

Advertencias: Slash (relación chicoxchico), sexo explicito, violencia, Mpreg (embarazo masculino)

Nota: yeiii es mi primer fanfic de Harry potter espero les guste!

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Harry se encontraba recostado en su raída cama meditando sobre los acontecimientos ocurridos al término de su quinto año en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Su padrino, el prófugo Sirius Black había muerto protegiéndolo, Harry sintió las lagrimas aglomerarse en sus verdes ojos, la cumpla lo carcomía, si tan solo no hubiera ido…si tan solo hubiera prestado atención a las malditas clases de Snape.

Estaba Triste, pero a la vez estaba furioso, si no fuera por todas las mentiras de Albus Dumbledore… ¿Cómo esperaba que salvase al mundo mágico si no le contaban nada?

No podía dormir, miro fugazmente al viejo reloj que adornaba su mesita de noche, marcaba la media noche, 31 de Julio, oficialmente Harry tenía 16 años.

Pero esa noche, paso algo diferente, Harry sintió que la temperatura de su cuerpo subía alarmantemente, sentía como su hubiera lava en sus venas y un agudo dolor palpitaba en su frente, estaba asustado, y llamo a la única persona en esa casa que se encontraba presente, puesto que las otras dos habían ido a un campamento padre e hijo.

-Tía…tía…TIA PETUNIA! –grito desesperadamente sintiendo como la carne de su espalda se desgarraba y soltaba un aladrido de dolor.

Harry escucho vagamente unos apresurados pasos correr en su dirección y pronto la huesuda y asustada cara de su tía apareció en el umbral de la puerta.

-Tía...a-ayúdame- suplico Harry, tal y como lo hacía cuando aún era un niño pequeño que no entendía el porqué no parecían quererlo.

La mujer se adelanto a paso rápido hacia su cama viendo como su sobrino se retorcía de dolor y la sangre comenzaba a salir a borbotones de su espalda manchando la remera y las sabanas de la cama.

-¡Oh dios mío! –chillo la mujer tocando su brazo antes de alejarlo rápidamente a causa del ardor.

-Tia…por favor no me dejes, no me abandones…-sollozo el joven Potter sintiendo como todo su cuerpo ardía como si estuviera siendo quemado vivo, como si estuviera muriéndose.

Petunia Dursley estaba horriblemente asustada, su único sobrino, el único recuerdo vivo de su hermana estaba sufriendo, se estaba muriendo frente a ella.

Petunia había amado a su hermana Lily con todas sus fuerzas, por eso cuando ella había recibido su carta, se sintió amenazada, y la había despreciado alejándose de ella, cuando creció y maduro se dio cuenta de su actitud, pero ya era demasiado tarde, Lily ya había hecho su vida allí, en ese mundo donde estaban los suyos, y eso genero en Petunia un profundo odio hacia el mundo mágico y eso se acentuó cuando en una noche fría al sacar las botellas vacías, se encontró con un bebe y una carta.

Su hermana había sido asesinada.

Su única familia había muerto, entonces miro al niño que dormía allí, y tuvo un pensamiento egoísta… ¿Por qué no murió el, en lugar de Lily?

Fue ese pensamiento, sumado a su desprecio hacia el mundo mágico lo que la guio a comportarse de tan horrible manera.

Pero ahora, en cuanto sus ojos se chocaron con aquellos verdes tan parecidos a los de su hermana se abrieron a la realidad, Harry no era un fenómeno, era solo un niño asustado, y ella tendría que haberlo protegido.

-Lo siento-sollozo la mujer aferrándose al rostro contorsionado por el sufrimiento de Harry y le dio un beso en la frente, específicamente en la cicatriz, sin importarle el calor que irradiaba y la sangre que salía de ella.

-¿Tía? –Harry se aferro a la mujer tratando de enfocar su rostro en ella.

-Debería de haberte protegido...Era mi deber, lo lamento, no pude hacerlo y ahora tampoco puedo hacer nada para evitar que sufras-en esos momentos no era Petunia Dursley la que hablaba, era Petunia Evans, su tía.

-No me dejes… no me dejes solo-gimió Harry al sentir como su magia se rebelaba y lo atacaba aferrándose a la rubia de forma desesperada.

-No te dejare solo, me quedare contigo-prometió Petunia acunándolo como podía, no podía volver al pasado, pero en esos momentos el la necesitaba, y no volvería a abandonarlo.

-AAAAAHHHHHHHHHHHHH- grito Harry al sentir como todo su ser parecía desintegrarse y lo último que escucho fue un grito muy similar al de su madre.

Un grito lleno de desesperación y preocupación.

¡Harry!

Era su Tía.

Y luego..La inconsciencia lo reclamo.

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Espero que les haya gustado! Dejen sus comentarios!

El próximo capítulo empieza la emoción!

Lynne

Fuera

PAZ!