OH POR DIOS. -llora-
Hola, queridos. Bueno, tengo dos razones para llorar. Primero; es la primera vez que termino una historia de FT :'3 -confeti- y Segundo;... OH POR DIOS GRAY. -recoge trocitos de la palabra 'Gruvia' del suelo- Maldito Mashima, lo amo y lo odio a la vez ;u;.
Estoy un poquito emocionada -llora a mares xd-, gracias a todos los que me acompañaron en mi primer viajecito por el Jerza ;u; son hermosos, los amo, onda demasiado snif snif ;-;
Agradecimientos/personillas hermosas: *Damila-MoonNight: holi tú, que siempre estas en todos lados ** gracias por tus reviews que siempre me animan 3 como que te adoro sin hablarte, espero que realmente los disfrutes. *Boogieman13: ¡Boogie! He de decir que cada vez que me llega un review tuyo como que me baja todo lo nena y me emociono un montón ;/; adoro como escribes y tenerte aquí, leyendo toda esta historia loca me ha inspirado de verdad, muchísimas gracias ;-; ojalá te guste este capítulo tanto (ojalá más), que los anteriores. *Nakamura Kaze: ¡He aquí la conti! Espero que te encante/fascine/emocione un montóooon **! Muchas gracias por tu apoyo a lo largo de toda la historia -insertecorazón-. *LunosA: Al leer tu comentario fui la persona más feliz del plantea... God! Alguien sí lee mis historias en tumblr(?) y penar que incluso te pasaste por fanfiction y me dejaste rw... eres la mejor persona del universo ;u; muchísimas gracias :'3 todo el amor para tii. *Misari: Oh god, Misari xD como que te agarré mucho cariño con tus rws, lamento que se te hagan tan cortitos, pero en un principio serían drabbles chiquitos! jaja xD este lo he hecho más largo, ojalá te guste y te encante y te emocione y todo eso junto ** te adoro :'c y no sé, eso ajdbhas estamos locas y nos entendemos, me alegro que te hayas leído esta historia y que la hayas comentado :'3. *Gabe Logan: la primera vez que vi tu rw me sorprendí bastante, porque en TODOS los foros de Fairy Tail existentes estás tú ajajaj xD me sentí muy genial cuando me dejaste rw, muchísimas gracias por leer! y por el apoyo :'3. *Andaluca: Ay, ¿Perfecto? god, muchísimas gracias :'3 no sabes cuan feliz me haces yo también los adoro, son hermosos estos dos :33 espero de todo corazón que disfrutes este último capítulo.
Aclaración: Esta es mi (última) contribución para el día siete de la semana de Jellal y Erza: Para Siempre. Las historias están ligadas entre sí pero no siguen una linea de tiempo constante. One week of dreams significa "Una semana de sueños". Jerza intenso :3
Sin más (y por última vez)...
¡Se lo dedico enteramente a ustedes chicos! ¡Muchísimas gracias!
One Week of Dreams: Para Siempre.
—Hope.
—Freedom.
—Atonement.
—Stars.
—Promise.
—Love.
—Forever.
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—¡Donde está el velo! —chilló Erza exasperada, caminando de un lado para el otro a lo largo de la pieza.
Sí, la misma Titania, que había vencido a cien monstruos ella sola ahora estaba con un ataque de nervios y un vestido blanco.
—¡Ya voy, ya voy! —la pelirroja tenía a todas las féminas del gremio corriendo sin cesar, inclusive Mirajane, que estaba haciendo lo posible por entretener a los invitados que esperaban impacientes afuera.
—¡Aquí está el velo! —Levy llegó a todo correr con el largo velo entre sus brazos, sus mejillas estaban rojas por la corrida.
—¿¡Y el ramo!? —La mirada de Erza estaba en llamas, la pobre Lucy pegó un respingo en su lugar cuando esos ojos marrones se fijaron en su persona. Huyó rápidamente de la habitación en busqueda del ramo, se escondió en una de las habitaciones.
Por fin era el día de la boda y Erza no podía hacer más que desesperarse y chillar ordenes a diestra y siniestra. Mientras que Jellal esperaba con traje y todo en su lugar a que se iniciara la ceremonia. Miraba la hora constantemente y estaba empezando a ponerse nervioso.
—¡Donde está el otro tacón! —corrió por toda la estancia con sólo un zapato puesto, Cana entró a trompicones con el par que le faltaba en la mano.
—¡Rápido, rápido! No hagas esperar al pobre —hizo una mueca y huyó antes de que Erza pudiera decirle algo.
La chica se puso el calzado como podía debido a los nervios. Las piernas comenzaron a temblarle y ponerse el zapato se volvía todo un reto.
—¡Erza! —entró Mirajane, chillando más de lo normal—. ¡La pequeña tú está que me muerde! —la albina traía a una pequeña criatura de unos cuantos meses en los brazos. Se podía ver un poco de su cabello azul y la distintiva marca en su ojito derecho. En cuanto la bebé vio a su madre chilló a mas no poder y estiró los brazos hasta la susodicha mientras balbuceaba cosas en un idioma que sólo la pelirroja comprendía.
—Ya, ya, Aishi. Deja que mami y papi se casen y luego podrás llorar todo lo que quieras —le hizo gracias a la bebé hablandole, la cual se calmó y empezó a jugar con las manos de su mamá.
Luego de que la bebé se calmó y que Mirajane pudo llevarsela sin reclamar (claro que la llevó directo donde el padre, ya que no aguantaba más que la pequeña le jalara los cabellos), Erza volvió a la paranoia. Lucy no estaba en ningún lado con el ramo. No podía salir sin el ramo. Dios, estaba perdida.
Mientras que Lucy corría a todo lo que le daban las piernas con el ramo (se había quedado en la tienda cuando lo habían comprado), esperaba que Erza no la fuera a matar por un error que no era suyo.
Jellal estaba desesperado. ¿Es que Erza no se quería casar? Era lo único en que podía pensar. Estaba asustadísimo (aún cuando Natsu lo intentaba calmar con chistes fuera de lugar), él llevaba esperando por poco toda su vida para esto y ella se estaba retrasando (aunque claro que había olvidado todo el rollo de "la novia siempre llega tarde"). ¿Le habrá ocurrido algo?
Y en eso estaba el pobre Fernandes cuando, simplemente de la nada, la música que habían planeado con anterioridad empezó a sonar, de la carpa (una gigante) que estaba dispuesta a la mitad del pasto salió Erza, con ramo, velo y zapato. Lista para casarse. Con la sonrisa más grande y sincera que había tenido en su vida. El alma de Jellal se fue y volvió a su cuerpo un par de veces antes de que pudiera reaccionar. Estaba preciosa.
Fue Erza la que había propuesto casarse en el parque de Magnolia, y sus compañeros obviamente aceptaron y empezaron con las preparaciones. Había un arco lleno de flores en el cual Jellal esperaba a Erza, que avanzaba lentamente con el velo cubriendole su bello rostro. Detrás suyo había una tienda blanca gigante, en la que Erza se había cambiado a su traje de novia (había decidio que la oportunidad era tan especial que ella misma se cambiaría la ropa, nada de reequipar). Había sido toda una odisea: el peinado, ponerse el velo, el vestido, que la panti se rompía, que el zapato entraba poniendo el pie en cierto ángulo...
Pero bueno, ahora se encontraba ahí, ad portas de casarse, sintiendo los nervios en cada milímetro de su piel, los cuales eran opacados por la felicidad que la tenía embriagada. Caminó como pudo hasta el altar, Jellal la miraba con los ojos muy abiertos, y tuvo que bajar la mirada para no tropesarse con su propio pie. Llegó a un lado de su futuro esposo, el cual, para darle seguridad le acarició el brazo un poco. A Erza le dieron cosquillas.
Para esta ocasión, el maestro se había conseguido el permiso para casarlos, por lo que se encontraba ahí, enfrente de ellos sonriendo alegre.
Las palabras fluyeron mientras ambos decían sus votos.
—Jellal Fernandes —el maestro lo miró con una mezcla de odio y respeto—. ¿Prometes amar, respetar y cuidar a Erza en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe?
—Acepto —apretó la mano de Erza, sus dedos estaban entrelazados—. En esta vida y la siguiente.
Se le escapó una sonrisita de felicidad.
—Y tú, Erza Scarlet. ¿Prometes cuidar, amar y respetar a Jellal hasta que la muerte los separe?
—Acepto.
El beso que Jellal le dio fue el más dulce de su vida. Y fue uno que recordaría para siempre.
Luego de eso Aishi se largó a llorar, y entre el padre y la madre y hicieron lo posible por arrullar a su hermosa bebé y disfrutar la fiesta en cantidades proporcionales.
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—¡Aishi! ¡No olvides tus galletas! —la pequeña peliazul entró corriendo a la cocina, mientras deboraba con dificultad una tostada recien hecha. Dio vueltas alrededor de su madre, la cual le entregó una bolsa llena de galletas caseras, abrazó la pierna de Erza (ya que no era especialmente alta), y se devolvió corriendo al pasillo, donde lo esperaba su papá.
Jellal le revolvió el cabello a su pequeña hija de tres años y medio, que lo miró con sus brillantes ojos marrones, cuando su papá fue a la cocina para despedirse de Erza comenzó a comerse las galletas a escondidas.
La besó como aquella vez al casarse, y para la pelirroja el tiempo se detuvo al igual que el aquel momento hace tres años; con cariño y amor. Un beso que podía durar toda una vida.
La abrazó con fuerza y le susurró al oído un "Feliz aniversario." seguido de un "Te amo."
Ella tan sólo sonrió, y correspondió el abrazo, a sabiendas de que él ya sabía todo lo que le amaba de vuelta.
La besó una última vez antes de llevarse a la pequeña Aishi al jardín infantil.
Y ahí, en la intimidad de su acojedor departamento Erza no pudo más que sonreír, mientras miraba su vientre frente a un espejo.
Aún no se le notaba, probablemente sería igual que con Aishi, que tan sólo cerca de los nueve meses se hizo evidente su estado.
Sonrió para sí misma, sabía que para su querido esposo no habría mejor regalo de aniversario que ese.
Tan sólo llevaban tres años de casados, pero Erza podía asegurar que todavía les quedaba toda una vida juntos.
La vida, en general es un camino difícil de recorrer. Te tropiezas muchas veces, caes, y lloras hasta que logras levantarte una vez más, y emprendes nuevamente el camino hasta que te caes por segunda vez. Erza sabía mejor que nadie lo difícil que la vida podía ser, pero ella como mucho otros habían aprendido, que la vida recompensaba con los regalos más dulces que te pudiera entregar. Más dulces que sus pasteles de fresa.
Erza supo, que el regalo que la vida le había entregado en ese momento, era Jellal. Una vida con Jellal. Un regalo que nadie le habría podido dar más que la vida misma. ¿Qué mejor que pasar la vida entera a un lado de la persona que amas? ¿Caminando juntos, de la mano? Recorriendo la vida, cayendose, pero ayudandose el uno al otro a levantarse y a seguir caminando. Erza había recibido muchos regalos a lo largo de su vida, unos grandes, otros pequeños, algunos tan importantes que no hay forma que los olvides ni en tu siguiente vida. Habían regalos que la habían marcado y otros que había olvidado con el tiempo. Habían regalos que la hacían olvidar todas las penas y sufrimientos por los que pasó en su infancia. En ese instante, y con una pequeña criatura en su vientre lo entendió. Todo ese tiempo él estuvo ahí, salvandola cuando la torturaban, abrazándola cuando ella lo necesitaba, reconfortándola cuando lloraba y secando sus lágrimas, llenándola de esperanza. No importaba contra qué tuviera que enfrentarse, él siempre estaba ahí. Siempre. Rió por su torpeza, ¿Cómo no lo había visto antes?
Era su regalo, él y nadie más.
Él y la hermosa familia que estaban formando. Él y sus recuerdos, él y sus sonrisas, él y sus lágrimas.
Él había hecho que su vida pareciera una semana de sueños.
No importaba lo que pasara, ellos se amarían por siempre.
En esta y en la próxima vida.
No importaba lo que tuvieran que pasar para estar juntos, nada los podría detener.
Ocurrió desde aquel momento, en que decidieron tener esperanza cuando nadie creyó en su amor, aquel momento en que decidieron vivir para el otro y ser libres, aquel día en que decidieron que expiarían sus pecados juntos, y que, de la misma manera, juntos verían las estrellas y soñarían con el futuro. Aquel momento en que Jellal, de manera valiente le pidió matrimonio, esa fue la base de su promesa eterna, aquella que poco después daría a modo de fruto a ese pequeño pedacito de amor que era Aishi. Fue en aquel momento, en que sus almas se unieron como una sola y a modo de pacto silencioso decidieron estar juntos para siempre.
Me ha costado un tanto decidirme con el nombre de la hija, lo he dejado en eso porque se parece a amor :'D
Y sí, ha terminado, god. -vacío-.
Espero que no se hayan disgustado con el final, que me costó un poco. Hice lo que pude ;/;
No sé qué más decir, de verdad, muchas gracias a todos los que leyeron, por darle una oportunidad a esta simple historia :3
Como suelo decir, pueden pasarse por mis otras historias, sus rws me harían infinitamente feliz :3
¿Un rw aquel que no comentó pero que leyó escondidito? ¡Este es su momento! (?) Espero sus opiniones ansiosa.
¡Una vez más, Muchísimas gracias a todos!
Me despido, espero verlos en alguna otra historia que pueda llegar a subir.
Con amor,
Hime-chii.