Disclaimer: Obviamente, estos personajes no son míos, todo esto está aquí gracias a Arthur Conan Doyle, Steven Moffat y Mark Gatiss (Gracias!)
Este fic participa en el desafío "Tengo que decirles algo" Del foro I'm Sherlocked
Cómo decirlo: Lo pilla viendo porno gay
Reacción del padre/madre/padres: Le dice que siempre lo ha sabido.
Un joven Sherlock de dieciséis años se tumbó en la cama, ya cansado. Hacía bastantes días que no dormía y esta vez realmente lo necesitaba. Habían sido unas jornadas bastante largas. Simplemente tumbarse, cerrar los ojos, escuchar la lluvia caer al otro lado de la ventana... Faltaban pocos segundos para que llegara a dormirse completamente cuando escuchó un golpeteo en la ventana. Un golpeteo que definitivamente no era lluvia. ¿Quién podría ser a esas horas de la noche? Pues quien iba a ser.
Un novio sonriente que se había recorrido media ciudad mientras llovía solo para verle. El bueno de John, como siempre. Obviamente John solo podía venir a altas horas de la madrugada o cuando sus padres no estuvieran, no podían permitir que les vieran juntos. Para ellos sería simplemente inaceptable. Un hijo...gay. Sherlock suspiró, sabiendo que sus padres no podrían aceptarlo nunca. Ellos eran una familia tradicional inglesa, con cultura y refinados. Nada de hombres con hombres ni nada "raro", como decían ellos. No es que a él, siendo precisamente quien era, le importara mucho la gente pensara de él. Pero su madre...su madre era otra cosa. Su padre podía pensar lo que quisiera de él. Que era un bicho raro. Un friki. Un monstruo. Eso no importaba, él siempre le había tratado como a una mierda más que a un hijo, pero su madre...era otro caso.
Ella siempre fue dulce, aunque nunca llegara a entender del todo al genio que tenía por hijo. Siempre buena. Siempre amable. Y tenía sus ojos. Esos ojos tan preciosos y únicos, tan únicos que los únicas personas dotadas con esos singulares ojos eran madre e hijo. De alguna manera, eso los unía muchísimo.
Sherlock miró a través de la ventana, donde un John con una gran sonrisa volvía a llamar a la ventana, esta vez más fuerte. Cada vez llovía más y el rubio ya estaba la suficientemente empapado para querer mojarse más. La sudadera que le quedaba extremadamente enorme ya chorreaba, y sus pantalones parecían haber sido tirados a un río, pero la sonrisa no se le borraba de la cara.
Sherlock corrió a abrir la ventana y empujó a John hacia dentro rápidamente para que no se mojara más, provocando que ambos cayeran al suelo, el rubio cayendo encima de Sherlock.
-¿Aún despierto, Sher?- rió John desde encima de Sherlock, acariciándole el pelo suavemente.
-No es culpa mía si aparece un Romeo en mi ventana...- rió Sherlock, dándole un tierno beso en los labios y cogiéndole por la cintura para tenerle más cerca.
El rubio le besó una vez más y después se levantó, ayudando a Sherlock a levantarse también. Ahora era el moreno quien tenía también parte de la ropa mojada.
-Quítate la ropa- ordenó Sherlock, yendo hacia el armario para coger más ropa.
-¿Hoy estás juguetón?- preguntó el otro con una pequeña risa, empezando a desvestirse.
-Hoy estoy con ganas de que no le de una hipotermia a mi novio- dijo tomando la ropa mojada de John y lanzando la al cesto de la ropa sucia. Aunque luego no sabría como poder explicarles a sus padres como había llegado la ropa de otro chico a su cuarto...bah, ya se ocuparía de eso el futuro Sherlock. Un futuro Sherlock bastante cercano, de hecho.
John rió de nuevo -¿Me vas a dejar así, en boxers?- preguntó, envolviendo la cintura de Sherlock entre sus brazos desde atrás mientras éste buscaba ropa. El menor sonrió, dejando que su novio le hiciera chupetazos en el cuello, dejando marcas de su amor.
El moreno se dio la vuelta y le entregó unos pantalones de pijama a John, para que no pasara frío. Después le besó apasionadamente en los labios.
-¿Piensas quedarte, no?- susurró, acercándose mas a él.
-Sabes que me encanta quedarme, pero como nos oigan tus padres...- John miró a otro lado, suspirando
-Pues que nos oigan- sonrió el moreno, besandole de nuevo -Algún día se enterarán, John...-
-Eso es lo que me asusta- admitió el mayor - Sabes como son tus padres, Sher.-
Asintió, tristemente. Podía predecir prácticamente todas las reacciones de cualquiera de sus padres y esta no era una excepción.
Podrían ser capaces de muchas cosas, pero él jamás permitiría que le separaran de John. Nunca. Prefería escapar con él, irse lejos a quedarse en casa sabiendo que no podría volver a verle en años. Eso lo sabía desde que lo conoció, pero ahora lo tenía más presente que nunca.
-Solo ven a la cama, vale? Ya lo arreglaremos- Sherlock sonrió, tomando su mano y llevándole hasta su enorme cama. Era bastante evidente que su familia era muy rica, solo con verla.
Ambos se tumbaron y Sherlock puso la manta sobre ellos, asegurándose de que John estaba bien tapado.
John pasó un brazo por la cintura de Sherlock y comezó a besarle el cuello, suavemente. El moreno solamente sonrió, adormecido.
-John...tengo sueño...- Admitió, cerrando los ojos
-Hoy que vengo quieres dormir?- Sonrió John
-Lo siento...estoy muy cansado...- Sherlock suspiró
-No pasa nada. Intentaré venir mañana también, de acuerdo?- Besó los labios de Sherlock una vez más, y se recostó en su pecho, cerrando los ojos.
-Te quiero, Sherlock- Susurró
-Yo también te quiero, John-
Ains...que cucos, no? Son una monada :)
No sé cuantos capítulos haré...supongo que cuatro o cinco, falta que le pillen y toda la historia...
Como siempre, gracias por leer!