Título: Los buenos momentos terminan enseguida. Los malos se prologan hasta la eternidad.
Cantidad de Palabras: 809


Katsura estudiaba demasiado, casi siempre, incluso en sus tiempos libres se le veía con un libro abierto en sus manos, mientras sus ojos repasaban las líneas una y otra vez y sus labios se movían mientras leía en voz baja.

Una persona normal, ya se habría aprendido el libro de memoria. Pero Katsura era todo, menos normal; a veces se abría un espacio entre el pequeño amargado, (Takasugi o Taka-chibi, cuando quería fastidiarlo), y el chico de pelo blanco y mirada perdida, (Gintoki o algo así). Anunciaba que había acabado de leer el libro y entonces, Takasugi le cortaba enseguida:

— Créeme, Zura, no nos interesa. Ya has terminado ése libro un millón de veces.
— Es imposible leer un libro un millón de veces, Takasugi.
— No me importa. Nada de lo que tú digas me importa, Zura.
— ¿Cuántas veces te tengo que decir que no es Zura, sino Katsura? Si no me quieres escuchar, vete—, sin decir más, se dirigió hacia el chico de pelo blanco—. Gintoki, es muy sencillo. Tú deberías leer también—. No hubo respuesta—. Está bien, te voy a hacer un resumen; si te lo cuento todo no vas a querer leerlo… Era una chica que se llamaba Rapunzel, que vivía en un castillo con 7 enanos. Un día se escapó del castillo para visitar a su abuela, pero como era olvidadiza marcó el camino con migas de pan, cuando llegó a la casa de su abuela, vio que tenía los ojos muy grandes y la cara peluda, ¿Sabes por qué era, Gintoki?—, el aludido movió la cabeza, impasible. Al tiempo que Takasugi lo miraba exasperado—. Bueno, era porque había pasado demasiado tiempo jugando videojuegos y le había crecido todo el pelo del cuerpo y se le habían hinchado los ojos, pero a Blancanieves no le importaba, porque era su abuelita…
— Espera… ¿Blancanieves? ¿No era Rapunzel?
— No, Takasugi, Rapunzel era la bruja malvada que tenía una capa roja y quería matar a la bella durmiente para que no le diera la manzana a Blancanieves.
— ¿Y por qué era mala si la iba a salvar?
— Porque quería que Hansel se casara con ella, pero él estaba enamorado de Gretel.
— No, no espera… Esos dos eran hermanos.
— No, Gretel era hermana de Blancanieves.
— ¿Qué tiene que ver que Gretel sea hermana de Blancanieves y que Rapunzel quiera a Hansel? ¿Y por qué demonios Rapunzel salvó a Blancanieves? ¿De dónde demonios sacaste todo eso? Zura, ¿Te falta un tornillo?
— No es Zura, es Katsura. En fin, Gintoki… Ibamos en que Hansel decía que estaba enamorado de Gretel, pero en realidad estaba enamorado de Blancanieves, pero había un problema con Blancanieves.
— ¿Estaba enamorada de Rapunzel o algo así?—, comentó Takasugi, entrecerrando los ojos, preparado para darle un puño.
— No, no es tan complicado como eso, Takasugi. El problema era que a Blancanieves le gustaba uno de los siete enanos que se llamaba Pulgarcito, entonces…
— Nada de eso está en el libro, Zura—, comentó Gintoki de repente. Katsura dejó de hablar y lo miró fijamente—. ¿De dónde sacaste todo lo que acabas de decir? ¿Has leído todo lo que Shouyo- sensei te ha dicho? ¿Lo has hecho?
— Yo no creo que hayas leído, Gintoki, te la pasas durmiendo en clase.
— No tengo nada más que hacer, porque ya acabé de leer el libro. En serio, lo terminé de leer todo—. Se alejó sin decir nada más, Takasugi y Katsura lo vieron acercarse a Shouyo-sensei y decirle algo, él sonrió con una de esas sonrisas cálidas que eran tan propias de él y luego siguió escuchando a Gintoki, de vez en cuando ambos miraban hacia donde estaban los otros dos, aún sin moverse. Gintoki con expresión aburrida y Shouyo, divertido. Al fin, Gintoki terminó de hablar y Shouyo soltó una sonora carcajada. Ninguno de los tres jamás los había escuchado reír de esa manera. Y a partir de entonces, buscaron todas las formas posibles de hacerlo reír.

A veces, cuando Sakamoto los escuchaba hablar de Shouyo, sentía como si quisiera conocerlo, estaba seguro que había sido una persona increíble. Ni siquiera lo conocía y lo extrañaba, sentía como si lo hubiese conocido de toda la vida, como si él también hubiese sido uno de sus estudiantes.

Muchas de esas veces, deseaba que todos esos buenos momentos que esos tres habían pasado, jamás se hubiesen acabado, que él todavía estuviese vivo y viéndolos crecer, como seguro le hubiera gustado hacer. Deseaba que esos momentos de felicidad que habían tenido no se hubiesen acabado, que hubiesen sido así de felices por siempre; daría tantas cosas por poder devolver el tiempo y cambiarlo, porque prefería que ellos volvieran a esos efímeros días felices en lugar del infierno que estaban viviendo, que parecía no tener fin.

Incluso si eso implicaba que sus caminos jamás se cruzaran.


Notas:

- Se suponía que debía publicar primero en LJ, pero al parecer anda con problemas, (otra vez), y no puedo postear nada. entonces, acá va.
- Esto hace parte de la tabla Corolarios de 30 vicios.
- Bueno, hoy 15 de mayo, se celebra en mi país el día del maestro, (no sé si sea hoy también en otros países). En cualquier caso, cuando pienso en maestros pienso en Shouyo y en… Bueno, en todo lo que tiene que ver con Shouyo.
- Si la historia de Katsura no tiene sentido, no hay problema, tampoco lo tiene para mí, esa es la idea.
- Quisiera decir que ya voy a completar esta tabla, porque Gintama es así de genial y le da a inspiración a uno en todo momento. Pero, aunque lo segundo se cumple, lo primero lamentablemente no y no he tenido mucho tiempo de terminarla. Sigo en ello, sigo en ello…