MENTAL

ENLACE AL FIC ORIGINAL: s/6581954/1/Mental

AUTOR: Sara Holmes

TRADUCCIÓN: Han Byul

BETA: Meliza Malfoy & Bellatrix_2009

REDACCIÓN: Bellatrix_2009

DISCLAIMER: Harry Potter y todos sus personajes pertenecen a JK Rowling. No se ha ganado dinero ni se ha violado ningún copyright con este trabajo, la trama pertenece única y exclusivamente a Sara Holmes, sólo la traducción es de nuestro grupo.

RESUMEN: Harry piensa que ya ha pasado más que tiempo suficiente compartiendo su mente con otra persona, no muchas gracias. Pero un inesperado hechizo de Legilimency dirá lo contrario...


CAPITULO 23

Lo qué pasa cuando...


Harry no lo podía creer.

A pesar de un no tan placentero encuentro con Devlin Crowley y una conversación algo cuestionable con Aberforth, Draco había estado de alguna forma de suficiente buen humor para aceptar el anuncio de Harry de que ellos eran una pareja. Bueno, hubo una pequeña discusión y un poco de incredulidad, pero no había tomado mucho tiempo antes de estar de acuerdo con el hecho.

Y ahora estaban caminando a través de Hogsmeade, tomados de la mano.

Era un sentimiento maravilloso, y de repente Harry entendió la ladeada sonrisa que se formaba en el rostro de Ron cada vez que Hermione buscaba su mano. Simplemente se sentía bien. Harry sabía que estaba sonriendo como un idiota mientras caminaban pero no podía evitarlo. Sabía muy bien que en parte eso también era probablemente por la inmensa satisfacción que venía de haber vencido juntos a Devlin Crowley. En una forma que había sido mucho más satisfactoria que simplemente golpearlo o maldecirlo, y había sido genial como él y Draco habían trabajado perfectamente en sincronía para simultáneamente humillar y enfurecer a Crowley.

Y ahora... él tenía un novio. Un compañero. Una otra mitad. Un dolor en el trasero. Una persona que querría pasar tiempo con él, y quien lo aguantaría siendo impulsivo y necesitado, terco y exigente. Un hombre que había crecido de ser un completo cobarde a alguien enteramente diferente, alguien diferente que intrigaba a Harry mucho más que cualquier cosa que él hubiera pensado pudiera ser posible.

Era realmente muy extraño para comprender, si trataba de pensarlo mucho. Pero si no trataba y no sobre analizaba, el simple hecho del asunto era que Draco lo hacía sentir como una persona normal, un adolescente normal que solo quería pasar tiempo con alguien a quien le importara, con el que pudiera hablar sandeces y bromear mutuamente y ser llenado con impulsos abrumadores de querer besarse.

Todo eso a veces añadía un poco de presión a su tenue relación, de una extraña forma. Ahora, ellos no eran solamente responsables por ellos mismos; ahora tenían que concretar responsabilidades del uno con el otro. Habiendo estado en un total de dos no muy exitosas relaciones, si es que podían calificarlas como tales, en su vida, Harry hubiera fácilmente admitido que no estaba completamente consciente de lo que esas responsabilidades podrían llegar a ser.

Haciendo las responsabilidades a un lado, justo en ese momento, él solo quería besarlo. Sabía que había estado viendo hacia la boca de Draco de nuevo, pero no, simplemente no podía evitarlo. Él solo quería empujar a Draco contra la pared o sobre la superficie plana más cercana y besarlo hasta quedar sin aliento. Él no había podido hacer algo como eso desde su clandestina reunión nocturna al principio de la semana, y su paciencia se estaba agotando. No parecía importarle a su fuerza de voluntad o su libido que estuvieran en medio de Hogsmeade y además, ahora tenía permitido besar a Draco cada vez que quisiera, ¿cierto? Draco había perdido el derecho a quejarse sobre ser vistos en público besándose ahora que había accedido a ser... lo que fuera de Harry.

— ¿Qué? — preguntó Draco, un sonrojo cubría sus pómulos mientras caminaban sin rumbo fijo por la calle Gladrags Wizardwear. — ¿Por qué me estas mirando así?

— Porque me estaba preguntando si me hechizarías por besarte en la mitad de la calle — dijo Harry honestamente con una sonrisa en su rostro.

Draco le dirigió una mirada medio feroz, con una media sonrisa traviesa, sus ojos se entrecerraron.

— Sí, también me lo estoy preguntando — dijo, las esquinas de su boca se curvaron en una media sonrisa.

La sonrisa de Harry se amplió.

— Eso es suficientemente bueno para mí.

Se inclinó hacia delante y agarró el cuello del abrigo de Draco, acercándolo y besándolo directo en la boca. Draco se escandalizó ligeramente antes de dejarse llevar y agarrarse de las mangas de Harry, regresándole el beso con su boca abierta bajo la de Harry.

Harry se emocionó. La boca de Draco era cálida, húmeda y perfecta, y por una vez el idiota no estaba protestando o insistiendo en que debería tratar de esconderse en algún lugar. Él solo estaba besando a Harry, sus manos aún agarrándose de los codos de Harry, su lengua moviéndose alrededor de la de Harry en una forma en que lo hacía sentirse mareado.

— Demonios, consíganse un cuarto.

Harry y Draco se separaron con un sobresalto ante tal frase, voltearon sus cabezas en unísono para ver a Ron, Hermione y el resto de Gryffindor caminando por la calle hacia ellos. Harry sintió una ola de irritación y frustración recorrer a Draco, añadido a su propia decepción por ser interrumpidos.

"Diles que se larguen", dijo Draco sin piedad, volteándose y metiendo sus manos en los bolsillos con el ceño fruncido. Fue una fortuna que lo hiciera porque al momento en que se dio la vuelta, Ginny y Dean salieron detrás de Lavender y Seamus.

— Hey chicos — dijo Harry, medio saludando con una mano y agarrando a Draco con la otra. Draco, que había estado intentando quedarse a un lado, hizo un sonido de descontento mientras Harry agarraba la parte posterior de su abrigo y lo jalaba de nuevo hacia su lado.

"Oh por amor a Merlín", dijo Draco rebeldemente mientras se volteaba hacia todos y vio a Ginny. "Cambié de parecer. Mejor dile a ella que se largue".

— ¿Ya fueron a Cabeza de Puerco? — preguntó Ron. — Nosotros iremos por algo de beber dentro de poco.

— Sí, ya estuvimos ahí — dijo Harry, ignorando los desvaríos mentales de Draco. — Solo íbamos a dar un paseo.

— Oh sí, se veía como si estuvieran paseando — dijo Seamus sonriendo.

Harry apretó el agarre en el abrigo de Draco mientras este se movía irritablemente, su mandíbula apretada. Sospechaba que Draco no se atrevería a decir nada en voz alta sabiendo que lo superaban en número, pero él no estaba cien por ciento seguro. Estaba momentáneamente distraído, preguntándose qué lado tomaría si todo se saliera de control.

— ¿A dónde van de todas formas? — preguntó Ron. — No pienses que podrán salir por la puerta Este, aparentemente ha quedado bajo la nieve.

Harry se encogió de hombros.

— No lo sé. Donde quiera que terminemos.

— Bueno, yo por mi parte quiero una cerveza — dijo Seamus, frotando sus manos juntas. — ¿Seguro que no podemos persuadirte de que se nos unan por una cerveza más?

— Nah, ya nos vamos — . dijo Harry, aunque había más de una razón por la que no quería seguir a los otros de vuelta a Cabeza de puerco. La expresión de comprensión y de silencio de Ginny era una, las bromas inapropiadas eran otra, el mal temperamento de Draco definitivamente otra y el prospecto de más besos en la nieve era absolutamente la última y más convincente de las razones.

— Bueno, si están seguros... — dijo Hermione mientras Draco suspiraba audiblemente y se volteaba de nuevo, mirando hacia la calle. Harry quería poner sus ojos en blanco; Draco realmente podría ser un idiota completo cuando quería. Era bizarro como Harry ahora lo encontraba en sí más divertido que molesto.

— Estamos seguros — Harry dijo y luego sintió a Draco inmóvil un momento antes de que maldijera.

— Mierda.

— Bien, ¿no es esto un encuentro acogedor? — una voz aguda se escuchó.

Harry se volteó hacia la misma dirección en que miraba Draco y su corazón se hundió mientras veía a Pansy Parkinson y Theo Nott caminar hacia ellos. Theo miró cauteloso y Pansy irritada, y Harry de repente entendió por qué Draco había preferido utilizar el encantamiento de desilusión sobre sí mismo que encontrarse con ella cuando se veía así de enojada. Detrás de ellos, el resto de Gryffindor guardó silencio.

— ¿Juntándote con los Gryffindor, eh Draco? — dijo Pansy amargamente mientras se detenía a algunos pasos de ellos. — ¡Oh Merlín!

Harry hizo una mueca mientras sintió a Draco y el resto de sus amigos erizarse ante las palabras de Pansy. Merlín, ella realmente no era la escoba más rápida en el cobertizo, ¿cierto? Harry medio adivinó que ella estaba enojada sobre la relación de Draco con Harry porque eso destruía la visión que ella había tenido de ellos dos terminando juntos, pero los otros no sabían eso y no pensarían dos veces en hechizarla si no se callaba.

— Había entendido cuando solo querías a Potter para ti solo — dijo ella. — Pero no me había dado cuenta que tú recurrirías a esto.

— ¿Qué se supone que significa eso? — dijo Ron enojado, dando unos cuantos pasos retadores hacia el frente. Hermione agarró su mano jalándolo de vuelta hacia atrás, al mismo tiempo que Seamus y Ginny se movían inquietamente, con la varita en mano. Al lado de él, Harry sintió a Draco retorcerse y volteó a ver a Draco frotándose vigorosamente el rostro antes de mirar hacia Pansy, y luego hacia la tropa enojada de Gryffindor, su expresión se tornó seria y resignada.

Se sintió horrible, el tener dos grupos de amigos retándose unos contra otros de esa forma. Harry se sintió desgarrado e inútil. Sabía que tendría que darle el lado a sus amigos si había un enfrentamiento Slytherin contra Gryffindor, pero no podía simplemente dejar a Draco. Sin embargo, debajo de la superficie no parecía que fuera tan simple como una pelea por los colores de cada casa; esto eran amigos sintiéndose confundidos, extraños y traicionados, tratando de encontrar sus lugares en este nuevo mundo que había sido creado, uno en el que no importaba mucho las casas de la escuela.

Draco miró a los Gryffindor un poco más. Harry lo miró mientras silenciosamente evaluaba la manera de defender el honor Gryffindor contra una mujer desgraciada que solo era tonta y estaba enojada de que las cosas nunca resultaran como ella quería. El momento desapareció, y luego sostuvo su respiración mientras Draco hablaba.

— Ya deja esto, Pansy — dijo él. Harry pudo sentir la vergüenza y la tensión en él a través del enlace, y se estremeció, se sentía extraño, no enteramente seguro de si debía irse o quedarse. — Hablaremos después.

— Draco — dijo ella y él sacudió su cabeza bruscamente.

— Si no puedes ser cortés, detente. Hay un momento y un lugar — le dijo él lacónicamente. — Ahora no es ese momento.

Pansy lo miró y luego su cara se retorció, herida y con rabia. Pasó al lado de ellos, golpeando a Harry y a Lavender con sus hombros mientras se marchaba. Theo dio los pasos hacia el frente, suspirando.

— Lo siento —. dijo tranquilamente, aunque Harry no estaba seguro si se lo estaba diciendo a todos o solo a Draco. — Ella solo...

— Lo sé — respondió Draco. — Pero le dije que lo dejara antes de que olvidara que es mi amiga.

— Ella volverá — dijo Theo y luego dio unas palmaditas extrañas en el hombro de Draco antes de seguir a Pansy, asintiendo a Ron y a los otros mientras pasaba, desapareciendo sobre la fría calle, y pronto perdido en los remolinos de nieve.

Al minuto en que se fue, el grupo se relajó. Se desplomaron hombros y se escondieron varitas. Seamus y Dean se miraron uno al otro con cejas alzadas, murmurando algo que Harry no logró escuchar. Ron respiró profundo, se río brevemente mientras intercambiaba una mirada con Hermione y luego miraba hacia Harry y Draco.

— Bien manejado, Malfoy.

— Cállate — dijo Draco, y Ron retrocedió con sorpresa. — No hice eso para tu beneficio.

— Lo siento — dijo Ron, colocando las manos como rindiéndose. — Solo trataba de ser amable.

— Bueno, no lo hagas — dijo Draco, antes de darle la espalda a todos ellos y cruzar los brazos sobre su pecho.

Harry suspiró. No era su culpa que todo esto pasara, pero Draco no debió descargar su mal humor en alguien más. Se sintió muy mal de que todo lo que se suponía iba a ser un momento muy bueno terminara por ser arruinado tan rápida y efectivamente. Pudo sentir el descontento de Draco y esperaba poder traerlo de vuelta a su buen humor y recapturar la placentera atmósfera de antes.

—Lo siento — Harry murmuró, volteándose hacia a Ron y Hermione mientras Draco tercamente se quedaba mirando hacia otra dirección. — Pansy está enojada con él, no…

"No te atrevas hablar de mí como si no estuviera aquí".

— Con ustedes... — la voz de Harry se apagó en respuesta al petulante comentario de Draco. Trató de luchar contra eso, de manera inútil y a escondidas, se tocó las sienes y sacudió la cabeza. Hermione parecía entender; ella asintió energéticamente y sacudió nieve de su cara.

— Está bien, El Cabeza de Puerco será. Última oportunidad, Harry.

— Los veré luego — dijo él, sonriendo agradecidamente. Hermione asintió de nuevo y se volteó hacia los otros, haciéndoles señas de seguir caminando. Todos ellos se despidieron de Harry quien asintió en respuesta, sonriendo lánguidamente y deseando que todos pudieran simplemente irse.

"¿Plan B?" gesticuló con los labios Ron mientras caminaba, y Harry solo lo empujó, tratando de no reír.

— No ha habido una jodida oportunidad — dijo él y Ron caminó de espaldas al camino y miró a Harry, haciendo una cara triste mientras se secaba lágrimas imaginarias de sus mejillas.

— ¿Qué era todo eso? — preguntó Draco secamente, sus ojos clavados en Ron.

— Nada — dijo Harry precipitadamente mientras veía a Ron voltearse y trotar para alcanzar a los otros, su charla y risas eran audibles pero no entendibles. — Se estaba riendo de mí, no de ti.

— Bien — dijo Draco, estando de pie al lado de Harry y viendo al grupo irse, su expresión ilegible. "¿Estás enojado porque no quise salir junto con tus amigos?"

"No", contestó Harry. "Yo quería pasar el día contigo".

Draco exhaló, su respiración claramente visible en el aire enfrente de su rostro. Colocó un mechón de su flequillo que se había soltado, bajo su gorro.

"Lo siento. Yo solo… hay mucho en qué pensar. Es mucho lo que hay que comprender".

"No todo es malo, ¿o sí?"

Harry buscó y tomó su mano, Draco suspiró.

— Ahora he arruinado el día, ¿cierto?

— Para nada — dijo Harry. — Ven. Caminemos. Miremos si podemos encontrar a alguien más para ti con el que puedas descargar tu ira.

— Cállate, Potty.

Harry sonrió y reajustó sus dedos así estarían agarrando a Draco con más seguridad. No replicó ni un insulto en respuesta; eso podía esperar hasta más tarde.

EL mismo silencio cómodo que había aparecido mientras ellos caminaban hacia Hogsmade, descendiendo una vez más, deambulando agarrados de la mano a lo largo del camino que los llevaría hacia la Casa de los Gritos. Estaba desierto, como era lo normal con tal clima, pero a Harry no le importó.

No pudo evitar preguntarse lo que sus padres hubieran dicho si lo pudieran ver ahora. De alguna forma pensó que sabía que a ellos no les hubiera importado con quién terminara él, siempre y cuando lo hiciera feliz. Era difícil realmente saberlo, esto creó una triste sonrisa en su rostro y un eco angustioso atravesó su corazón. La reacción de Sirius era mucho más fácil de imaginar. Una mirada de total incredulidad, una insistencia en examinar a Harry por si existía sobre él la Maldición Imperius, muchas horas o tal vez días llenos de preguntas para evaluar la cordura de Harry, y un par de días de mal humor después él se daría cuenta que ahora tenía que ser amable con Malfoy, si es que eso era posible para él.

Lo que esperaba Harry era que todos hubieran sido felices siempre que él también lo fuera, justo como sus amigos lo eran.

— ¿Qué es lo que te tiene tan taciturno? — preguntó Draco después de un rato, mientras se apartaba unos cuantos copos de nieve de su rostro. — Sabes que puedo sentirlo.

Harry no le respondió en voz alta; se estaba volviendo un hábito para ellos el decir las cosas que eran difíciles a través de la seguridad del enlace. Era más fácil de esa forma.

"Solo pensando lo que hubieran dicho mis padres sobre todo esto".

"Maravillosamente Aterrador".

"Creo que ellos estarían felices siempre y cuando yo lo estuviera".

Hubo una larga pausa y los pasos de Draco fueron más lentos. Harry lo miró y vio que tenía el ceño ligeramente fruncido, se veía pensativo.

"Ellos odiaban a mi padre".

"Sí, pero él no eres tú".

Draco se encogió de hombros. Harry no respondió; honestamente no estaba seguro de cómo hacerlo. Lucius Malfoy era una de los grandes temas con los que no se sentía listo para discutir, a pesar de que ellos hayan creado su nueva y totalmente oficial relación. No quería arruinar la confianza que continuamente estaban construyendo, destruyéndola con comentarios inapropiados sobre el padre de Draco. Ya había aprendido la lección en el curso de navegación del enlace, y no estaba dispuesto a cometer el mismo error.

"Todo parece diferente, de alguna manera", dijo Draco de pronto, mientras tomaban una curva del camino, la Casa de los Gritos podía divisarse.

"¿Qué cosa?"

"Este lugar. No se siente igual como cuando lo vi por primera vez".

— Sí. Bueno, hemos crecido mucho desde tercer año — Harry se encogió de hombros.

Draco bufó.

— Sí. En tercer año de todo lo que me tenía que preocupar eran fantasmas y cabezas flotantes.

A Harry le tomó unos momentos entender de lo que hablaba Draco, pero cuando finalmente recordó no pudo evitar reírse. Estaba bien; Draco parecía divertirse más que enojarse así que Harry se permitió así mismo reírse ante el recuerdo de atormentar a Draco mientras llevaba su capa de invisibilidad.

— Éramos unos idiotas, ¿cierto? — se rió entre dientes. — Grandes idiotas.

Draco alzó sus cejas.

"Tú eres un idiota."

— Yo apenas si me desquitaba.

Harry balbuceó algo indignado, soltando la mano de Draco para así poder empujarlo.

— ¡Tú comenzabas la mayoría de las cosas, si recuerdo bien!

— Sí, bueno, todo está en el pasado y eso — dijo Draco colocando sus ojos en blanco. Harry sacudió su cabeza divertido mientras lentamente llegaban al frente de la Casa de los Gritos. Dio unos pasos hacia delante, colocando su mano sobre la cerca tambaleante que rodeaba la casa, sacudiendo la nieve que estaba sobre la madera.

— Nunca hubieron fantasmas, ¿o sí? — preguntó Draco, dando unos pasos hacia delante al lado de Harry con sus ojos en la casa. — Snape me dijo que era Lupin.

— Sí — dijo Harry suavemente. — Dumbledore le dijo a todos que estaba embrujada para que así se alejarán de ella.

— ¿Un Gryffindor diciendo mentiras? — dijo astutamente Draco. –Increíble.

— Pasa más frecuentemente de lo que crees — Harry rió, complacido de que Draco parecía estar de vuelta más hacia su 'yo usual' ahora que se habían alejado de los otros. Ellos habían tenido razón todo este tiempo, reflexionó; literalmente era más fácil cuando estaban sólo los dos.

— Oh, lo sé — dijo Draco con una sonrisa de satisfacción. — Quiero decir, ¿cuántas veces mentiste sobre haber estado afuera después del toque de queda, o de que me habías hechizado?.

Harry lo tocó con su codo.

— Lo hiciste sonar como si todo lo que hacía era para ser cruel contigo.

— Parecía como si lo fuera — Draco suspiró — No hace mucho alguien me dijo que todo lo que alguna vez hice era para atormentarte, pero yo no lo planeaba o algo así. Simplemente lo hacía. Bueno, excepto esa vez con el truco del Dementor.

— ¿Y la vez que me retaste a salir para tener un duelo y al que nunca te apareciste? — añadió Harry. Draco lo miró, desconcertado. — ¿Primer año? ¿O cómo aquella vez que rompiste mi nariz? Eso fue en sexto año por si no lo recuerdas…

— Está bien, está bien — dijo Draco, ahora viéndose incómodo. — Yo era un estúpido, lo sé.

— Sí — dijo Harry lentamente, de manera casual. — Ya no eres tan malo.

— ¿Aún no estás enojado? — preguntó cuidadosamente Draco, sin mirar a Harry. — Hay muchas cosas que hice que ni siquiera nos atrevemos a mencionar aún.

Harry sabía que él tenía razón, pero por alguna razón parecía como si eso no fuera a ser ya más un problema. Ahora, que la guerra había terminado, las venganzas infantiles no se encontraban en la lista de prioridades.

"No me gusta quién solías ser. Me gusta en quién te estás convirtiendo", dijo calmadamente.

Draco se sonrojó de forma alarmante. Abrió su boca y luego se aclaró la garganta.

"Eres increíblemente idiota, cara rajada", respondió finalmente, con tono de desaprobación. "Eso fue casi que romántico".

Harry sonrió y se volteó, buscando para sostener las muñecas de Draco, jalándolo para acércalo más.

"Vivo justo a la altura de las expectativas de tu madre".

Draco resopló, colocando sus ojos en blanco.

— ¿Tenemos que hablar sobre mi madre?

— Supongo que no— dijo Harry contemplativamente. — ¿De qué te gustaría hablar entonces?

"Preferiría que no estuviéramos hablando", respondió Draco, y luego su boca se posó nuevamente sobre la de Harry, cálida e insistente. Harry le regresó el beso sin pensarlo dos veces, jalando a Draco incluso aún más cerca, así que se encontraban pecho contra pecho, notando en alguna parte de su mente que Draco era un poco más alto que él, por lo que tenía que subir su barbilla ligeramente para besarlo apropiadamente. Sintió las manos de Draco deslizarse a lo largo de sus hombros y luego a través de su pecho, gimió apreciativamente dentro de la boca de Draco…

…Justo antes de que las manos de Draco se tensaran sobre su pecho, empujándolo fuerte hacia atrás. Se cayó sobre su espalda, en la nieve, deslizándose hacia la banca que estaba al lado de la casa. Se detuvo en la parte inferior de una pila de ramas, jadeando, balbuceando y sintiéndose desorientado, con nieve dentro de su bufanda y en su cabello.

— ¿Pero qué rayos? — gritó indignado, sacudiendo nieve fuera de sus ojos. Draco estaba en la parte superior de la banca retorciéndose de la risa, inclinando sobre sus manos, agarrándose a sus lados.

— ¡Venganza por lo de tercer año, Potty!

Ahora, Harry no sabía si reírse, o sí gritar más. Sacó su varita y le apuntó a Draco, quien inmediatamente dejó de reírse e hizo un chillido mientras sus pies salieron disparados. Harry sacudió su varita y Draco fue arrojado a la nieve cubriéndolo, y aterrizando sobre Harry en un enredo de extremidades y con muchas malas palabras.

— ¡Mierda! ¡Ouch!

Ahora Harry estaba riéndose, trepándose sobre sus rodillas para así poder agarrar las muñecas de Draco, y sujetándolas por ambos lados encima de su cabeza. Draco lo veía atontado, sus ojos grandes y su boca abierta. Tenía nieve por todo su rostro y su gorro negro, se encontraba completamente desarmado lo que hizo que algo saltara en el pecho de Harry.

— ¡Suéltame, idiota!

— Estamos jugando a la venganza, ¿o no? — Harry se las arregló, mientras jadeaba, para trepar encima de Draco, usando su peso corporal para lograr mantener debajo a Draco. Draco detuvo la lucha y se congeló, mirando a Harry con ojos sospechosos y ligeramente preocupados.

— No lo harías.

Harry dejó ir una de las muñecas de Draco para gentilmente pasar un dedo enguantado sobre el puente de la nariz de Draco. Los ojos de Draco se agrandaron un poco más.

"No", dijo él, meneando la punta de su nariz. "No lo haría".

El alivio de Draco fue tangible y Harry fue tomado por sorpresa y complacido de sentir algo que se sentía peculiarmente como afecto que venía de la mano con el alivio de Draco. Ante esto, sonrió tentativamente y luego se inclinó hacia abajo para besar de nuevo a Draco. Este beso fue diferente de aquel sobre la banca. Esta vez fue gentil y cuidadoso, casi casto, pero de alguna manera se sentía bien.

Harry se retiró y dejó que Draco se levantara. Éste se sentó haciendo una mueca y viéndose más bien apagado.

— Bien hecho. Ahora estoy empapado.

— Bueno, fue tu idea el empujarme fuera de la banca — respondió Harry, colocándose en pie y ayudando a Draco a levantarse por completo también. — ¿Quieres volver?

— Sí — asintió Draco. — Estoy listo cuando lo estés tú.

Tomaron un momento para sacudirse la nieve fuera de sus abrigos y luego pausaron, se miraron el uno al otro y sintiéndose inseguros antes de que simultáneamente buscaran y se tomaran de las manos. Harry sonrió, Draco le hizo una mueca y volvieron a tomar el camino, a través de la nieve, uno al lado del otro.

— Agh. Odio tener frío — se quejó Draco mientras finalmente alcanzaban el relativo calor del castillo. Argus Filtch aún estaba apaleando nieve lejos de la entrada, quejándose a ratos cada vez que un estudiante entraba solamente para arrojar más nieve sobre las losas. Un par de estudiantes llenos de barro estaban de pie cerca de ahí, pero no le prestaron atención a Harry y Draco.

— Bien, ya estamos de vuelta — dijo Harry, sacándose sus guantes y colocándolos dentro de sus bolsillos. — Tenemos un rato más antes de la cena.

"¿Irás de vuelta a Gryffindor?"

Harry se volvió hacia Draco quien estaba mirándolo atentamente, su expresión estaba atada con algo que hizo a Harry erizarse.

"Iba a ir, ¿por qué? ¿A dónde irás tú?"

"A las mazmorras", respondió Draco y dejó caer su mirada, viendo hacia el suelo. Hizo una pausa por un momento y luego habló de nuevo, su tono de voz era suave y no pudo engañar a Harry ni un poco. "Tú podrías venir conmigo si quisieras".

Los ojos de Harry se agrandaron.

"¿Tú qué? ¿Yo ir a Slytherin?"

"Bueno, sí", dijo Draco, viéndose más casual de lo que Harry podía decir que se sentía. "No creo que Theo y los otros hayan vuelto".

Las implicaciones en esas palabras hicieron a Harry sonrojarse. Miró hacia abajo, hacia sus pies y luego de nuevo a Draco, su corazón palpitaba tan fuerte que sospechaba que Draco podía oírlo. Si Draco estaba en lo correcto, entonces ellos estarían solos juntos, y Harry pensaba que no pasarían el tiempo antes de la cena sentados hablando en la sala común.

"¿Asustado, Potter?"

Harry alzó la mirada y vio a Draco sonreírle satisfactoriamente, la expresión era de desafío, de nervios y de ansiedad, todo al mismo tiempo. El conocimiento de que Draco quería mucho el tener a Harry solo lo hizo sentir nervioso y excitado, lleno de una deliciosa anticipación que nunca antes había sentido. Estaba teniendo finalmente la oportunidad de actuar sobre algunos de sus ensueños y de sus deseos de saber, para posar sus manos sobre cualquier pedazo de Draco que él mismo quería. Se mordió una sonrisa en respuesta mientras se daba cuenta que su 'Plan B' podría de hecho suceder, llevando a sus facciones hacia una expresión de más inocencia.

"Ni un poco", respondió con una sonrisa de satisfacción también, dando unos pasos hacia el corredor de las mazmorras.

Sintió el estremecimiento de sorpresa y de emoción de Draco una fracción de segundo antes de escuchar pasos que lo seguían de cerca detrás de él.

"Ni siquiera sabes hacia dónde vas".

"Sí lo sé", respondió Harry con esa sonrisita de nuevo. "He estado en tu sala común antes".

— No, no lo has estado — respondió Draco maliciosamente desde atrás de él.

— Sí he estado — respondió Harry. — Y fuiste tú quien me dejó entrar.

— ¿Qué? Estás mintiendo.

Harry solo rió ante el tono indignante de incredulidad de Draco. Esa era una historia que podía esperar a después. Había un potencial toqueteo por ser llevado a cabo; hablar sobre Poción Multijugos y escabullirse dentro de otras salas comunes que no eran las de él podían esperar hasta después. Hasta mucho después.

— Si no me dices te dejaré aquí en el corredor — amenazó Draco mientras Harry tomaba el giro que sabía los llevaría hacia abajo a las habitaciones de Slytherin.

"Te diré luego", respondió Harry mientras se detenía fuera de la piedra blanca en la pared que sabía se convertiría en un arco bajo cierto comando. "Lo prometo".

Draco resopló y le empujó fuera del camino, y luego pausó, mirando a la pared, incierto.

— ¿Qué? ¿Olvidaste la contraseña?

"No", Draco le frunció el ceño, y luego se volteó a mirar a la pared. "¿Estás seguro de que ésta es una buena idea? No sé quién está ahí dentro".

Harry miró hacia el arco también, dándose cuenta que Draco tenía razón. ¿Qué tal si Devlin Crowley o alguien igual de desagradable estaba en la sala común? Ahora que sabía lo que quería y a quién quería, no tenía ningún problema con poner a las personas en su lugar, pero tenía sentido el evadir los problemas si podían.

— ¿Encantamiento desilusionador? — sugirió tentativamente.

Draco se vio aliviado.

— Pensé que nunca lo preguntarías.

Draco apuntó su varita hacia ambos y la movió, Harry hizo una mueca de dolor ante la sensación de agua fría goteando sobre su cuerpo.

— ¿Estás bien? — Draco, o la indistinguible figura de Draco, preguntó.

— Sí… Espera — Harry dijo, un pensamiento se le vino a la cabeza. — ¿No tienes tú que de hecho tocar a alguien para lanzar ese encantamiento?

— No — respondió Draco, viéndose desconcertado.

— Bastardo — murmuró Harry bajo su respiración, una triste sonrisa en su rostro mientras recordaba su primer encantamiento de desilusión bajo las manos de Ojo Loco. — No tú — añadió cuando Draco alzó las cejas en indignación. — Continúa.

Draco murmuró algo incomprensible. Se volvió hacia la pared y susurró lo que debía haber sido la contraseña porque un momento después había un arco frente a ellos. Se deslizaron a través de él, Harry iba justo detrás de Draco y mirando cuidadosamente para mantener el paso de Draco mientras se movían, mezclándose con las paredes detrás de él casi sin problemas.

La sala común de Slytherin era casi exactamente la misma a como la recordaba de segundo año, aunque no se veía tan intimidante ahora que él era mayor. Aunque era tan fría como siempre, y su fría y húmeda ropa de repente parecía pegarse contra su piel. Había unos cuantos Slytherin en la sala, aunque parecían ser en su mayoría de primer y segundo año. No había señales de que Crowley o Parkinson estuvieran por ahí, lo cual fue un alivio.

Pasaron cerca de un grupo de segundo año quienes estaban jugando con una baraja de cartas explosivas y a través de otro arco hacia la parte posterior de la sala. Terminaron en un pequeño corredor con techo, el cual tenía grandes puertas de roble a cada lado. Estaba oscuro, solo alumbrado por la luz proveniente de antorchas posicionadas en candelabros en forma de serpiente pegados a la pared.

— Este lugar es espeluznante — Murmuró Harry.

— Cállate — siseó Draco mientras pasaban mas puertas, deteniéndose en la última puerta a la izquierda. Un retrato de un mago arrogante, que estaba sobre la pared de piedra del final, sus ojos escanearon el corredor, sin duda tratando de encontrar la fuente de la que provenían los pasos que podía escuchar.

— ¿Desilusionándote a ti mismo otra vez, joven Malfoy? — la pintura dijo en voz alta y rencorosamente, haciendo a Harry saltar mientras Draco abría la puerta del final –Cobarde.

Draco no respondió, esperó a que Harry entrara detrás de él y luego cerró la puerta. El dormitorio estaba vacío, excepto por ellos dos y de repente Harry estaba plenamente consciente de que Draco y él estaban completamente solos y juntos. Era lo que había estado esperando, una oportunidad para ellos de estar así. Y ahora que era oficial que ellos estaban juntos, sintió que era un momento oportuno de seguir hacia adelante en términos de experiencia sexual.

— ¿Quién era ese? — Harry preguntó casualmente mientras Draco apuntaba su varita a ambos para remover el encantamiento.

— Lord Yardley Platt — dijo Draco curvando uno de sus labios. —"El duende asesino". Sólo el mismo se llama Lord, nadie más lo hace. Ha estado muerto por quinientos años, así que a nadie realmente le importa.

Harry no respondió. Estaba muy ocupado observando la habitación en la que se encontraba, dándose cuenta de que realmente estaba en el dormitorio Slytherin. Cinco camas con sábanas verdes se encontraban alrededor de la habitación rectangular, dos a un lado y tres al otro. En la única pared que estaba desocupada por camas, había cuatro largas y arqueadas ventanas, a través de las cuales él podía ver el lago. Verdes zarcillos caían en frente de las ventanas, enmarcando la vista de la turbia y verde agua de ahí.

— Wow — dijo Harry dando unos pasos hacia la ventana más cercana y echándose hacia atrás abruptamente cuando una figura oscura pasó a través de las ventanas, despareciendo tan rápido como había aparecido.

— Te acostumbras — respondió Draco y Harry se volteó a verlo, quitándose su gorro y sus guantes, arrojándolos en una de las camas. Su cama. Oh Dios. Harry estaba a escasos dos metros de la cama de Draco y Draco se estaba quitando la ropa. Solo un gorro y los guantes, pero aun así, las implicaciones hicieron que la boca de Harry se secara. Precipitadamente evitó sus ojos y se posaron sobre la cama de Draco. Un gran baúl fue abierto en la parte inferior, medio lleno de ropa doblada.

— ¿Quién tiene esa cama? — preguntó, buscando por una conversación más casual ya que así no tendría que pensar acerca de la inminente posibilidad de Draco quitándose más ropa. Draco se desabotonó su abrigo, acercándose.

— De Theo — dijo Draco, caminando para colgar su abrigo en un perchero metálico y vistoso y que se encontraba en una esquina. — Siempre empaca temprano.

Harry miró nuevamente al baúl, habiendo casi olvidado que todos se irían por Navidad dentro de unos poco días. Había estado tan preocupado pensando sobre el viaje a Hogsmeade y todo eso que no había considerado de que él y Draco serían los únicos de octavo año que se quedarían desde el miércoles.

— ¿Zabini también se irá?

— Sí — dijo Draco. "Solo soy yo quien se queda".

Harry notó una fugaz nota de incertidumbre y tristeza que vinieron junto a esa afirmación y se sintió incómodo. Era por culpa del enlace que Draco no podría ir a casa para Navidad, para ver a su madre. Harry había visto el quedarse en el período de las fiestas como una cosa potencialmente buena; Ron y Hermione tendrían algún tiempo solos, Ginny no podría molestarlo y él podría quedarse fuera del camino de la Señora Weasley.

"¿Entonces, te quedarás con ese ridículo gorro todo el día?"

Pestañeó y se volvió a concentrar. Draco estaba sentado en el borde de la cama, mirándolo nervioso de alguna forma pero también con una anticipación mal oculta. La emoción sobre estar solos volvió con una desconcertante fuerza y velocidad, habiéndose desaparecido un poco en contemplación de las fiestas Navideñas.

Pero ahora, estaba solo con su... bueno, pensar en una palabra alternativa para novio podría esperar hasta más tarde. El simple hecho de toda la situación era que ellos terminaron solos en el dormitorio de Draco, y la tensión entre ellos aumentaba con cada segundo de silencio que pasaba.

— Tal vez — finalmente le respondió con una sonrisa. — No veo una buena razón para quitármelo.

— Cállate y ven aquí — dijo Draco, su tono era amenazador y dejaba al descubierto sus nervios en un instante. Harry resopló riéndose y deambuló hasta quedar en frente de Draco, quien se colocó de pie para así quedar casi que nariz contra nariz. La risa en los labios de Harry murió mientras se daba cuenta lo muy cerca que Draco estaba, lo suficientemente cerca como para que él sintiera la respiración de Draco en su cara y siguiera cada destello en los ojos de Draco mientras se movían ente los labios y el rostro en sí de Harry.

"Así que…", dijo tranquilamente Draco. "¿Estás listos para más?"

Harry asintió de a poco y luego se inclinó hacia adelante para presionar su boca sobre la de Draco. Casi inmediatamente, Draco tomó y quitó el gorro de Harry, tirándolo al piso detrás de él. Continuaron besándose, sintiéndose completamente al borde. Harry no sabía si era por los nervios y la anticipación que estaba siendo compartida a través del enlace, o si era porque él había estado esperando por esto por lo que ahora se sentía como una eternidad.

Rápido se dio cuenta que no lo importaba eso. Los dedos de Draco encontraron el camino hacia su abrigo y empezaron a tirar inútilmente de los botones; Harry se percató después de un momento que no se necesitaba mucha táctica para, de hecho, desbotonar los botones, pero esto era una pista para Harry para que se quitara el abrigo. Apresurado por ayudar, desabotonaba mientras correspondía los desesperados besos de Draco.

Logró quitarse sus guantes y bufanda también, arrojándolos sin ningún cuidado sobre el piso sobre su abrigo. Siguió su chaleco, sus anteojos le golpearon la frente cuando Draco pasó sus manos.

"¿Estás bien?", preguntó Draco mientras presionaba besos a lo largo de la mandíbula de Harry.

"Mientras no seamos interrumpidos", jadeó Harry en respuesta. Draco rió con la respiración entrecortada y luego dio un paso hacia atrás, sus manos estaban sobre la cintura de Harry. Se quitó los zapatos con sus propios pies y luego se volvió a sentar en el borde de la cama, inclinándose hacia atrás sobre sus codos, una pose que incendió los nervios de Harry.

Harry no pudo evitarlo. Siguió a Draco, quitándose los zapatos, sentándose al lado y luego volteándose para quedar encima de él, besándolo fuerte y manteniéndolo en su lugar con una mano sobre uno de los lados de su nuca. La respiración de Draco se retuvo en su pecho y se inclinó hacia atrás aún más, forzando a Harry a moverse con él si quería mantener su boca sobre la de Draco.

La cabeza de Harry daba vueltas. Draco estaba inclinándose más y más hacia atrás, forzando a Harry a moverse también. Y luego Draco estaba alzando sus piernas y moviéndose alrededor para así estar completamente acostado sobre la cama, jalando a Harry con él con una gentil mano sobre su nuca. Harry estaba inclinado incómodamente sobre Draco, sus piernas estaban medio fuera de la cama, así que se movió apropiadamente sobre ésta también, haciéndolo torpemente hasta que estuvo recostado totalmente sobre ella, al lado de Draco, posado ligeramente sobre éste.

Se inclinó más hacia él para besarlo de nuevo, todo su cuerpo temblaba ligeramente. Con ambos pies sobre el suelo solo había sido otra sesión de besuqueo, pero ahora estaban juntos, acostados en la cama, y eso significaba algo completamente diferente.

Corriendo una mano sobre el pecho de Harry, Draco se levantó un poco para besarlo nuevamente, gentil y cuidadosamente. Era como si Draco no podía tener suficiente de Harry, lo cual era lo suficientemente extraño como para ser comprendido, y aún más cuando él se sentía mareado por la lujuria.

Mirando hacia el cuerpo de Draco, Harry tragó en seco mientras veía un bulto en frente de los pantalones de Draco. Miró de nuevo el rostro de Draco, mordiendo su labio. Draco respiraba pesadamente, su cabello era un desorden, con deseo escrito sobre toda su cara. Deslizó sus brazos alrededor de la nuca de Harry y lo jaló, por lo que Harry estaba casi sobre él, y Harry jadeó mientras sentía una de las piernas de Draco envolverse alrededor de una de las suyas.

— ¿Qué… qué pasa si alguien llega? — logró jadear mientras Draco presionaba besos a uno de los lados de su cara, cerca de su oreja.

Draco hizo una pausa, miró la habitación.

— Tú quieres... — "Podemos cerrar las cortinas", dijo vacilante.

Harry se detuvo del todo por un segundo y luego asintió. A la mierda. Él tenía dieciocho y estaba en una relación y merecía ser capaz de hacer cosas sucias con su otra mitad. Draco inmediatamente buscó bajo su manga y sacó su varita, ondulándola para cerrar las cortinas verde oscuras alrededor de su cama y luego lanzando un pequeño encantamiento Lumos, el cual alumbró su pequeña cueva cortinada, justo lo suficiente para ver. Y como buena medida adicionó también hechizos de silencio y de impenetrabilidad a las cortinas, asegurándose de que no fueran a ser interrumpidos.

— ¿Está bien? — preguntó y Harry asintió. Draco dejó su varita a un lado y tragó en seco nerviosamente, antes de inclinarse a besar a Harry de nuevo.

Mientras sus bocas se movían juntas, Harry se dio cuenta de lo que se había estado perdiendo. Tener así el toque de alguien y besarlo era realmente estimulante; nunca habría podido imaginar a donde estaban yendo los dedos y manos de Draco, y los pequeños jadeos y suspiros que Draco dio en respuesta a los movimientos de Harry, se convirtieron rápidamente en adictivos. Y, ¿a quién rayos le importaba que era otro chico con el que había encontrado todo esto? Harry estaba definitivamente seguro que a él ya no. Todo el mundo podría simplemente perderse, porque esto no podía estar mal cuando se sentía tan bien.

Sus besos se convirtieron en unos más desesperados, sus lenguas moviéndose juntas con aumentado fervor y las manos comenzaban a volverse menos gentiles. Harry pasó una de sus manos hacia el pecho de Draco, maravillándose con los suaves y lisos músculos que podía sentir bajo la palma de su mano. La movió más y más hacia abajo, sintiéndose arriesgado y salvaje, y las yemas de sus dedos rozaron el abdomen de Draco y el cinturón de sus pantalones.

Draco gimió en voz alta y el pulso de Harry se aceleró en respuesta, su respiración se volvió más trabajosa mientras veía a Draco echar su cabeza hacia atrás, presionándola sobre la almohada.

"Por favor", logró jadear Draco, sus palabras entrecortadas e irregulares.

— ¿Qué? — preguntó Harry, sin bromear, desesperado por saber lo que debería hacer y cómo sacar más gemidos de los labios de Draco.

El control de Draco pareció volver. Se sentó abruptamente, casi que golpeando a Harry en la cabeza, en el proceso y moviéndose se arrodilló sobre la cama al lado de Harry, casi que cayéndose por su prisa. Buscó y alcanzó el final de la camisa de Harry, desesperadamente jalándola, tratando de sacarla por encima de la cabeza de Harry.

A Harry no le importó a dónde llevaba todo esto, solo sabía que quería más. Merlín, no había estado tan duro en su vida, y sus anteojos estuvieron a punto de serle quitados pero no le importaba. Se apresuró a acomodarlos y luego alcanzó también la camisa de Draco y la jalaba, tratando de quitársela, y luego de repente él estaba empujando nuevamente a Draco sobre su espalda, trepándose sobre él y besándolo por todos lados, presionando sus pechos desnudos.

Todo era desordenado y desesperado, para nada suave y coordinado como Harry se había imaginado que sería. Era extrañamente torpe, dedos hurgadores y codos golpeando costillas, y aún así era simplemente genial. De repente Harry supo cómo se sentía ser un verdadero adolescente, tanteando ciegamente e ingenuamente pero en la mejor forma posible.

— Oh mierda — gimió mientras Draco lo empujaba hacia un lado, buscando, sin ninguna advertencia, para acariciar el miembro de Harry, a través de los pantalones con la palma de su mano. Las caderas de Harry empujaban hacia adelante a su propio ritmo, y luego, en un parpadeo, sabía lo que quería. Separó su boca de la de Draco y miró hacia abajo, jadeando fuerte. Alcanzó el botón de los pantalones de Draco, abriéndolos y haciéndolos a un lado con una sola mano.

— Rayos — dijo Draco, su mano dejando el miembro de Harry mientras miraba hacia abajo donde Harry abría sus pantalones. Su boca estaba algo abierta y su pecho estaba jadeando, y el idiota nunca se había visto tan atractivo para Harry como lo era en ese momento.

Harry siguió jalando y tirando, de alguna manera necesitando eso de alguna forma visceral que no quería explicar, y luego Draco alzó sus caderas y movió sus manos hacia abajo para ayudar, y de repente sus pantalones y ropa interior estaban alrededor de sus muslos, y Harry se congeló, sus manos vacilantes y su mente en blanco.

Harry sabía que, probablemente mirar al miembro de otro chico como lo estaba haciendo, fuera una cosa que no debía hacer realmente, pero no podía evitarlo. Hubo un extraño sonido en sus oídos, detrás del sonido sordo de su pulso, y no podía pensar, no podía hacer más nada que mirar. El pecho y nuca de Draco estaban sonrojados, y sus muslos estaban temblando pero eso no era lo que preocupaba a Harry. Él estaba en cambio mirando fijamente el pene de Draco, el cual estaba tan duro como una roca, recostado sobre su estómago y su cabeza de un toque rosado. Distraído, Harry no pudo evitar recordarse que él había causado eso, él había causado esa evidente e irrevocable excitación.

Acercó sus dedos temblorosos para vacilantemente tocar, presionando la yema de sus dedos contra la dura carne. Sintió como Draco exhaló estremecido y su abdomen se tensó ligeramente. Harry notó que el miembro de Draco era más largo que el suyo, por una fracción, pero no era tan grueso como el de él. No sabía cómo eran comparados con el resto de la población masculina pero encontró que no podía importarle menos. Quería tocarlo, quería explorar el cuerpo de Draco y nunca detenerse.

"¿Aún eres gay?", preguntó sin aliento Draco, interrumpiendo los pensamientos de Harry. Estaba agradecido por eso; él calculaba que había probablemente pasado de mirar curioso a lo que seguramente era mirar fijamente obsesivo a su territorio.

"Lo estoy considerando", respondió Harry, alejando sus ojos para mirar al rostro de Draco.

"Mejor te aseguras", respondió Draco y luego movió sus manos para abrir los pantalones de Harry, jalándolos hacia abajo sin contemplaciones. Harry solo tuvo tiempo de jadear antes de que una mano estuviera metiéndose en su bóxer, cálidos dedos envolviéndose alrededor de su pene.

— Oh Dios — se ahogó mientras Draco empujaba sus pantalones y ropa interior aún más hacia abajo con su mano libre, liberando la erección de Harry de los confines de la tela. La mano de Draco empezó a moverse y el mundo de Harry se partió en dos, el placer lo llenaba desde adentro.

— Ven — susurró Draco contra su mandíbula mientras movía su mano arriba y abajo de la longitud del miembro de Harry, sus palabras llenas de necesidad. –Harry… tócame. Como te has tocado a ti mismo antes, ven…

Harry logró moverse para poder alcanzar bien el miembro de Draco, enrollando sus dedos alrededor de éste. Era cálido y duro y al mismo tiempo era suave, y no era muy diferente al de él realmente, a excepción de unas pocas cosas que él podía sentir que servían para constantemente recordarle que estaba tocando a alguien más.

Sus bocas se chocaron juntas de nuevo, en caos consumidas por la necesidad. Harry se olvidó de todo excepto de la mano que frenéticamente se movía sobre su pene y de sus propios dedos sobre el de Draco. La excitación volvió a surgir entre ellos, palpitando a través del enlace y haciendo que la piel de Harry se estremeciera.

La mano de Draco se movió así que sus dedos estaban jugueteando con la cabeza del miembro de Harry, rodándola entre las yemas de sus dedos. Harry entusiasmado, movió más rápido su mano hacia arriba y hacia abajo de todo el pene de Draco, apretando ligeramente y de vez en cuando sus dedos.

— Me…

Todo el cuerpo de Harry tembló mientras Draco lo tomaba en su mano de nuevo, sacudiéndolo fuertemente. Pudo sentir su clímax llegar, una efervescencia en la base de su columna, y también pudo sentir, a través del enlace, sensaciones similares en Draco, y nunca nada se había sentido tan jodidamente bien.

Un rápido movimiento de los dedos de Draco y Harry había llegado, los dedos de sus pies se enroscaron con toda su fuerza. Tenuemente escuchó a Draco maldecir y trató de hacer que su mano se moviera de nuevo, pero no importó, una mancha cálida estaba cubriendo sus temblorosos dedos y Draco estaba jadeando, su espina dorsal estaba arqueada, separándose de la cama.

Ambos colapsaron, jadeando pegajosos y saciados. Por un momento, el único sonido que se escuchaba eran dos respiraciones trabajosas mientras ellos intentaban recuperarse y calmar sus cuerpos y mentes. Después de un largo rato, hubo un crujido mientras Draco se separaba de Harry y se sentaba, alcanzando su varita.

Harry se sentía completamente aturdido. Eso había sido tan genial que no podía ni siquiera encontrar palabras para describirlo. Distraídamente flexionó los dedos de sus pies y sus pegajosos dedos de las manos, y luego sintió un hormigueo de magia sobre él, limpiando sus manos. Un cuerpo se arrojó al lado del suyo, apoyando uno de los codos en él.

— Idiota — murmuró Harry, empujando a Draco hasta que él estuvo en una posición más cómoda.

— Cállate — respondió Draco, y Harry sonrió.

"Así que, entonces ser gay es algo del tipo genial".

Draco sonrió contra el desnudo hombro de Harry, sus labios moviéndose sobre la piel de Harry.

"Bueno, admitiré que masturbarse es mejor sin la disposición de una abrumadora vergüenza y negación".

Harry volteó su cabeza hacia al lado para mirar a Draco. Él estaba recostado sobre uno de sus lados con su mano como almohada, debajo de su mejilla, sus ojos mirando los de Harry y su boca se convirtió en casi una sonrisa.

— ¿No más negación entonces?

Draco rodó los ojos en blanco.

— No he estado en negación por un largo tiempo. No te hubiera besado en Hogsmeade si lo estuviera.

— Buen punto — Harry sonrió. — De todas formas me gusta el 'tú-en-no-negación'.

Draco alzó una ceja.

— ¿Quieres decir el yo que se burla y te atormenta cada instante de tu vida?

Harry sonrió.

"Ese mismo".

Draco sonrió de vuelta. Harry pasó una mano sobre el hombro de Draco, sus ojos siguieron el progreso de su mano a través de la pálida piel de Draco. Harry no era exactamente de un tono super bronceado pero Draco era casi obscenamente pálido en comparación. Harry se dijo que le gustaba eso, sus ojos recorrían la pálida piel que se mostraba. Draco lo debió haber notado porque rápidamente alzó sus pantalones y bóxers a su sitio, sonrojándose ligeramente. Harry hizo lo mismo, no queriendo ser el único descansando con su miembro a la vista, y luego volvió a mirar fijamente a Draco.

Él había robado miradas a Draco antes, pero nunca se había tomado el tiempo de mirar apropiadamente. Sus ojos viajaron a lo largo de las clavículas de Draco, las cuales estaban claramente visibles bajo su piel, y más abajo su pecho al descubierto. Alzó una mano para gentilmente pasar un dedo a través de la cavidad donde las clavículas de Draco se encontraban, y luego su mano se detuvo antes de moverse hacia abajo, a través de las costillas de Draco.

Brillando débilmente en la luz había una casi invisible cicatriz corriendo a través del pecho de Draco, diagonalmente a travesando su esternón. Era casi tan invisible que Harry no estaba seguro que de hecho estuviera ahí, pero cuando inclinó su cabeza ligeramente pudo verla mejor, el tejido de la cicatriz era minuciosamente diferente del resto de la piel. Sus ojos se agrandaron, su garganta se apretó, y miró hacia arriba sin poder hacer nada, dándose cuenta que él había puesto esa cicatriz ahí, hacía todo ese tiempo, que era su culpa.

"Draco…"

Draco abruptamente apartó su mano.

"Detente. No quiero hablar de eso".

"Pero…", Harry trató de discutirlo, sintiéndose desgarrado.

"No", dijo Draco intensamente. "No quiero hablar de eso, ni ahora, ni nunca. Me gustas demasiado como para recordar que por todos los derechos debería odiarte".

Harry parpadeó y luego asintió tontamente, entendiendo. Movió su mano lejos, tratando de no mirar nuevamente la cicatriz.

"Lo siento", dijo simplemente, y el ceño fruncido de Draco desapareció.

"Había estado esperando eso por mucho tiempo", dijo él con casi una sonrisa, su boca moviéndose con una curva suave. Harry medio le sonrió, moviendo su mano a lo largo del cuello de Draco y deslizando sus dedos dentro del corto cabello en la parte posterior de su nuca. Las facciones de Draco se relajaron aún más pero luego la gentil expresión desapareció tan rápido como había aparecido. Una preocupación aumentaba entre sus cejas, y se mordió su labio, mirando hacia abajo y lejos del rostro de Harry.

— ¿Qué? — preguntó Harry, frunciendo el ceño también.

Draco no subió la mirada.

"¿Qué nos pasará cuando el enlace ya no esté?"

Harry no respondió. Movió su mano y la dejó reposar en el hombro de Draco, su piel era cálida bajo la palma de su mano y su pulgar trazaba círculos ociosamente. Su inmediata respuesta era llamar a Draco idiota y decirle que todo estaría bien, con o sin el enlace, pero algo lo retenía de hacerlo.

Se había acostumbrado tanto a sentir lo que Draco sentía, sintiendo sus emociones a través del enlace, independientemente de la apariencia de Draco o de la cara que colocaba para el resto del mundo. Se había acostumbrado a escuchar la voz de Draco en su cabeza a cualquier minuto del día. SI era honesto, eso se había convertido en algo a lo había llegado apreciar; escuchar esa voz atrás de su cabeza de alguna forma lo hacía sentir que nunca estaría solo.

Un movimiento incómodo de un presentimiento escaló la espina dorsal de Harry mientras se percataba de cuan dependientes del enlace se habían convertido. Lo había notado antes pero había desechado los pensamientos, casi olvidando que para el veintidós de Diciembre, el enlace se habrá ido. ¿Cómo lo manejarían ellos? ¿Cómo sabría cómo se siente el otro realmente? ¿Cómo podría él consolar a Draco o presionarlo buscando respuestas si él no supiera verdaderamente cómo se estaba sintiendo él? ¿Cómo podría él saber cuándo Draco estaba bromeando o evitando algo, o tratando de ocultar sentirse herido o avergonzado?

Mierda, ¿cómo si quiera iban ellos a hablar? ¿Cómo hablarían de las grandes cosas que ellos apenas comenzaban a compartir? ¿O los pensamientos no pudieran ser dichos en voz alta, las palabras enredadas por la rabia y el miedo a ser vulnerables, el cual no podían soportar?

"Harry..."

Fue meramente un susurro. Harry alzó sus ojos preocupados para encontrarse con los de Draco y su corazón dio un salto; Draco se veía abierto y vulnerable, tan imperfecto y hermoso que casi dolía verlo.

"Deja de preocuparte, tonto", dijo Harry, fingiendo unos ojos que se rodaron en blanco, rápidamente inclinándose para besar a Draco en la boca.

Lo que había realmente querido decir era 'No lo sé', y sabía muy bien que Draco lo sabía. Por la manera en que Draco se agarró de él, descansando sus frentes juntas, Harry sospechaba que Draco sabía exactamente todas esas cosas que él no se atrevió a decir, incluso a través del enlace.