Para ubicarlos un poco, esta historia sucede durante la tercera temporada, casi al final, luego de la bomba que desactivó Rick tirando de los cables... y por supuesto, luego de la cámara frigorífica... Rick desaparece, Kate piensa que está enfermo, asustado o muy cansado... sin embargo no es así...

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Kate se sorprendió cuando abrió la puerta y se encontró cara a cara con Martha Rodgers, sobre todo porque la conocía y sabía que la "Gran Dama" no solía meterse en asuntos que no eran suyos.

Esto es lo que sabía Kate: Castle la había llamado la mañana siguiente, luego de ese día tremendo en que, en cuestión de horas, casi habían muerto en esa cámara frigorífica y luego habían salvado New York de una bomba nuclear, le había dicho que no se sentía bien y no había aparecido en una semana.

Ella tampoco lo había llamado, solo le había escrito un par de textos y él apenas le había contestado que estaba mejorando.

Kate había pensado que quizás Castle había reevaluado la posibilidad, luego de tanta locura, de continuar siguiéndola y que tarde o temprano hablaría con ella para blanquear la situación, ella consideraba merecerlo… o que quizás él se hubiera visto enrollado en: a) una intensa relación amorosa, cosa que le daba asco; b) una nueva historia que tranquilamente podría llamarse "Frozen Heat", inspirado en lo que habían vivido esos días…

Martha la notó dubitativa.

-Martha…- dijo y no ocultó su sorpresa- pasa…- se hizo a un lado y la mujer entró en su casa y miró hacia todos lados con curiosidad- ¿ocurrió algo?

-Bueno… sabes que no es usual que venga a verte…

-De hecho…- Kate sonrió con nerviosismo- nunca habías venido… pero me alegra… si es una visita social, claro…

-En realidad… no es una visita social… vengo como madre…

-¿Le pasó algo a Castle?- preguntó Kate con preocupación.

-¿Sabes algo de él?

-¿No está en casa? Quiero decir… me dijo que no se sentía bien… supuse que estaba con ustedes…- dijo Kate.

-Kate… ¿acaso no te das cuenta de lo que pasa?

-Honestamente, no tengo idea…- dijo Kate con sinceridad.

-Richard… está muy raro… lo que sucedió con la bomba lo movilizó mucho…

-Sí… es normal…

-A ver si nos entendemos, Kate… yo no suelo meter la nariz donde no me corresponde, pero se trata de mi hijo y creo que tengo derecho…- dijo Martha con suavidad, pero Kate la sintió un poco molesta.

-Pretendo entenderte Martha… por favor, siéntate…- le pidió y la acompañó a sentarse en el sofá y tomó asiento a su lado.

-Hace un tiempo… cuando asesinaron al oficial que investigaba el caso de tu madre… yo le hice un planteo a Rick… le dije que no era necesario que te siguiera porque seguramente en todo este tiempo había recolectado suficiente material para lo que quisiera escribir… y que no quería que estuviese en peligro.

-Bueno… sí… me he dado cuenta de eso…- asumió Kate.

-Él me dijo que ya no se trataba de los libros…- dijo Martha y vio un brillo especial en los ojos de Kate.

-Martha…- intentó Kate pero la mujer alzó la mano y le impidió seguir hablando.

-El día de la bomba… aún no sintiéndose bien por lo que había sucedido en la cámara frigorífica, igual se fue atrás de ti… para ayudarte…

-Así es… el agente Fallon le pidió que se hiciera a un lado y no quiso…

-¿Y por qué crees que lo hizo?

-Es que… el parece que hasta el último minuto, aún conserva las esperanzas de que todo pueda solucionarse… y esta vez salió bien…

-Nos envió a Alexis y a mí fuera de la ciudad, Kate… para salvarnos… y sin embargo, se quedó aquí… ¿para salvar la ciudad?

-De hecho, eso fue lo que hizo…

-Querida… te has convertido en experta en el arte de la negación…- dijo Martha y sacudió la cabeza.

-Martha…

-Él se quedó aquí, porque, sucediera lo que sucediera, él quería estar contigo… él quería salvarlos… o morir a tu lado… ¿y sabes qué significa eso?

Kate no supo en qué momento había comenzado a llorar, pero sintió lágrimas bañando sus mejillas, y se sintió incapaz de controlarlas.

-¿Quieres escucharlo, Kate?

-Por favor, Martha… tú sabes que…

-Que estás en otra relación… ¿lo estás? Si ese hombre, Josh supiera las cosas que te unen a Rick, no sé si se atrevería a pararse en medio de ustedes… yo creo que no eres sincera con él…

-Josh es una buena persona…

-Sin embargo lo estás engañando…

-Yo no lo engaño…

-¿Ah no? ¿Qué sientes por Rick?

-Es… una persona increíble… el mejor amigo que he tenido… hemos pasado un montón de cosas juntos… me ha salvado la vida un montón de veces y yo también lo he hecho con él…

-Aún no me dices lo que sientes…

-¿Cómo que no?

-Lo pondré de otra forma… ¿qué pasaría si no lo volvieras a ver?

-Supongo que tendría que superarlo…- dijo Kate.

-Pues comienza… Rick se fue a los Hamptons… y no volverá… quiere establecerse ahí…

-Pero… ¿acaso no vendrá a decírmelo?

-No creo que tenga fuerzas para enfrentarte…

-¿Por qué?

-Mira, Kate…- dijo Martha y le tomó la mano- yo debo estar al tanto de la mitad de las cosas que ocurren entre ustedes… y el día que tengas hijos me entenderás… y créeme… no estaría hablando contigo si no supiera que de tu lado también hay sentimientos…

-Martha… yo…

-No hace falta…- dijo y palmeó sus manos reunidas- los tiempos se acortan… la vida es una sola… y uno nunca sabe lo que puede pasar mañana…- buscó en su cartera y sacó una tarjeta- aquí está la dirección de nuestra casa en los Hamptons… si te apuras, llegarás antes de que anochezca…- le dijo y le dio un beso en la mejilla antes de irse.

Kate apoyó la cabeza en el respaldo y suspiró. Ella quizás había supuesto que Castle no estaba demasiado bien… y podía jurar que la última vez que se habían visto, él iba a decirle algo, pero vio venir a Josh y eso lo detuvo…

Josh… un buen tipo… un poco utópico… demasiado perfecto para ella… y Castle… el que la había abrazado hasta congelarse con ella en la cámara… el que la había tomado de la mano, para morir a su lado cuando pensaron que no había otra salida…

Kate miró el reloj… Josh, como de costumbre estaba de viaje… no podría hablar con él hasta dentro de una semana, cuando volviera… pero Castle no podía esperar tanto… se mordió el labio con nerviosismo.

Se levantó de un salto y se dirigió a su habitación. Martha tenía razón, si quería llegar antes del anochecer a los Hamptons, tendría que apurarse…


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