TRADUCTORAS "FANFICTION REVOLUTION TWILIGHT"

TE TRAE ESTA NUEVA HISTORIA, ESPERAMOS QUE LA DISFRUTES.


Historia escrita por: Rochelle Allison

Traducido por el Equipo "Rojo" de FFRT:

Valeria Arosemena & Romina Hotus

Beta especial para traducciones: "Anonima"

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~oOo~

Capítulo 1: Are you in?

La atracción es aleatoria e inconstante. Quiero decir, no podemos ayudar a quien nos atrae. Si pudiéramos, haríamos mejores elecciones, con la cabeza y no con el corazón. Tampoco podemos elegir cuando sucede. Lo único seguro es que sucederá, en un momento u otro.

Me imagino que algunos de nosotros caemos con más frecuencia que otros, como yo. Soy el ejemplo perfecto de la romántica empedernida, enamorada del amor como Romeo antes de conocer a Julieta.

Pero ningunas de estas elevadas pontificaciones - mierda pretenciosa –me prepararon para Edward Cullen.

Tenía catorce años cuando lo vi por primera vez.

Estaba en un concierto al aire libre con amigos, de pie sobre la hierba húmeda que causaba picazón, cuando la chica delante de nosotros se dio la vuelta. Era la prima de Rose, Heidi, y una especie de coincidencia que ella estuviera ahí en absoluto. Ella era un poco mayor que nosotros y fue a una escuela diferente, con una escena completamente diferente sucediendo. Ella y Rose replicaron luz un minuto, gritando por encima de la música mientas Alice y yo nos balanceábamos y cantábamos junto al lamento emo de algún cover de la banda.

Finalmente, el tipo con Heidi se dio la vuelta para ver con quién estaba hablando.

Alto, larguirucho y delgado. Piel de alguna manera cremosa y dorada a la vez. Cabello desordenado e impresionante y raro, como que no sabía de qué color quería ser: puestas de sol o centavos.

Cometí el error de mirar hacia arriba cuando debería haber estado mirando hacia abajo, o hacia la izquierda o hacia cualquier otro lugar, vi su cara y eso fue todo.

Aplastada como un bicho en la carretera del amor.

Todos hemos oído hablar del amor a primera vista. Sí, esa lujuria. Pero cuando tienes catorce años y eres inocente e ingenuo, es amor. El mundo gira más rápido, dejándote mareada y desesperada. Cuando pienso en ese día recuerdo el sentimiento de mi estómago cayendo debajo de mí, y como nunca, nunca sentía nada igual.

Él apenas me vio, pero estoy segurade que lo vi.

Más tarde descubrimos que su nombre era Edward Cullen y como Heidi, era un estudiante de segundo año en Martin County High, la escuela rival.

Me quedé mirando la parte posterior de su cabeza por el resto de la noche.

Alice dulcemente entregó mi baba de camino a casa, como lo había hecho durante años. Esta fue nuestrotípico MO –yo hablaría y ella escucharía. Ellaestaba acostumbrada a mi enamoramiento cada pocos meses, pero era por lo general con las estrellas de cine, no con personas reales._

Verano en la Costa del Tesoro significó que todo el mundo estaba en modo frío, pasando el rato en la playa o el centro comercial, así que vi a Edward de vez en cuando. A veces lo vicon sus amigos, a veces con una chica.

No importaba. Sólo verlo hizo que mi boca se secara... mi corazón latiera muy fuerte... mi estómago se contrajera.

Y me gustó.

Como todas las cosas buenas, sin embargo, vacaciones de verano pasaron volando demasiado rápido y antes de que nos diéramos cuenta, estábamos mirando el noveno grado en la cara.

Un grupo de nosotros decidió hacer una última hurra antes de empezar las clases la semana y yoconseguimos que su hermano nos llevara a la playa,él se iba a pescar de todos modos. Nos dejó en un pequeño tramo a lo largo del Intracoastal, diciendo que volvería más tarde para nosotras.

Nos tendimos en nuestras toallas y nos untamosprotector solar. Jessica y Lauren aparecieron con vino helado que habían robado de la mamá de Lauren y pasamos la siguiente hora bebiéndola y preguntándonos cómo iba a ser el instituto.

Alice soltó risitas porque nuestras bocas se tiñeron del sabor de la fresa daiquirí. Tomó algunas fotos con su teléfono y estaba cavando alrededor de la cámara cuando oímos undetestablemente alto, estruendoso bajoen la distancia.

Segundos más tarde una camioneta con un grupo de chicos en la parte de atrás cruzó extra lento. Ellos prácticamente explotaron cuando nos vieron, silbando,abucheando, y actuando como idiotas. Tal vez me gustó, tal vez no, pero estaba malditamente cerca de mojar los pantalones cuando vi a Edward Cullen con todos esos chicos, sus feroces ojos verdes.

En medio de toda la música, las hormonas, el coqueteo... Edward se quedó en silencio.

Él estaba mirándome, una casi-sonrisa en su rostro.

Finalmente entendí por qué era llamado un flechazo, era difícil respirar.

Era como una de esas películas donde el tiempo se suspende y no había nada, nada más en el mundo, queEdward, sus bonitos ojos y yo.

El conductor aceleró y se camioneta desapareció, los chicos lindos, el rap ofensivo y todo, también._

Rose cumplió quince años una semana después de empezar las clases.

Ellales suplicó a sus padres que la dejara hacer una fiesta, y como era una niña mimada, la dejaron tener una. Invitó a todos.

A todo el mundo.

Luego, por supuesto, porque estas cosas son exponenciales, las personas que ella invitó lesdijeron a otras personas hasta que la fiestaestaba esparcida por la puerta trasera y en la cubierta. Sus padres estaban ahí, pero me di cuenta muy pronto de que sólo estaban ahí para mantener un ojo en las cosas, no para hacer cumpliralgún tipo de reglas.

Algo impresionante, realmente. Mi padre hubiera sacado su escopeta anteel primer signo de libertinaje.

Pocos estudiantes de segundo año establecieron barras en lamaletera de sus autos. La gente estaba fumando de izquierda a derecha y no me refiero a los cigarrillos. Rose apareció delante de mí con dos tragos morados de Jell-O; me tomé uno y luego el otro. Sabían tan bien que hizo que nuestra misión sea encontrar más de inmediato.

Heidi apareció con un grupo de sus amigos, y aunque ella ya no veía mucho a Edward - por información de Rose –ellos aun salían. Casi muero cuando él entró, estúpidamente calmado en gafas de sol por la noche, su brazoalrededor de una chica. El resto de su séquito siguió detrás y me di cuenta de que reconocí a algunos de los chicos de ese día en la playa.

Me pregunté si él me reconocería, también. Me preguntaba si yo importaba lo suficiente.

Las cosas cambiaron, como que la noche era más magia porque él estaba allí.

Un tipo me invitó a bailar y por eso me fui, nerviosa porque era lindo, pero demasiado borracha para poner atención. Dejé que me diera la vuelta y presionara su cuerpo cerca del mío, sus manos sueltas en mis caderas. Fue un alivio darle la espalda a la maravilla sin nombre detrás de mí, yo no creí que pudiera mantener contacto visual. En su lugar, dejé que mis ojos vagaran por la habitación, vacilante cuando me di cuenta que mi amiga Angela estaba hablando con Edward por el ponche.

Oh, ía manejar chicas sin nombre, ¿pero Angela Weber?

Mi corazón se hundió en un mar de alcohol, melodramáticamente traicionado.

Casi quería llorar y eso me hizo sentir estúpida y muy, muy pequeña.

Necesitaba aire fresco.

No había nadie en la piscina. La música deadentro era apenas audible. Me senté y enrollé mis pantalones vaqueros hasta las rodillas antes de dejar mis pies colgando en el agua. Estaba fría y eso era bueno, estaba tentadade ir hasta el fondo para despejar mi cabeza.

Las luces de la piscina estaban encendidas, un turquesa antinatural era un alivio para la vista. Deslicémis dedos por el agua, preguntándome cuánto tiempo les tomaría a una de las chicas notar mi ausencia.

Alguien se sentó a mi lado. Miré hacia arriba,directo a los claros ojos verdes de Edward.

—Hola.

Mi estómago se anudó tan fuerte que pensé que iba a vomitar.

—Hola.

—¿Estás bien?

—No estoy borracha —murmuré.

—Eso es... no es lo que pregunté. Estás sentada aquí por ti misma...—Hizo una pausa y se pasó los dedos por el pelo. —Sólo quería saber si estabas bien.

—Oh—mi cara se calentó. —Sí, estoy bien.

Me miró como si supiera. Tal vez sí. —Así que no estás disgustada.

—No.

—Y no estás borracha.

Me reí un poco, mordiendo el interior de mi mejilla. —Es sólo que... teníademasiado calor adentro. Se siente bien aquí afuera.

—Sí, lo es —concordó, lentamente poniéndose de pie otra vez.

Mi corazón se oprimió; no quería que se fuera.

Él sonrió con tristeza y se fue, y se llevó todo queno tenía que girar y mirar como una gorila enferma de amor. Es totalmente posible que él se haya dado cuenta, él sabía que me gustaba. Aunque traté, no era exactamente sutil, él probablemente vio la forma en que lo miré.

Tal vez debería haberme avergonzado, pero lo único que podía sentir era la cara enrojecida y mi pulso acelerado porque en realidad había hablado conmigo.

Agarré mis zapatos y me levanté, repentinamente cansada. Los efectos del alcohol se habíanacabado, y me dejó más tranquila y mucho menos propensa al histrionismo.

La multitud se había reducido considerablemente adentro. Alice me vio y me hizo señas otra vez, frunciendo el ceño ante los zapatos en mis manos.

—¿A dónde te fuiste?

—Por la piscina, necesitaba aire fresco.

Sus ojos se abrieron y se inclinó más cerca, examinándome—¿Te has tirado?

—Ew, no.

—Está bien, porque un chico vomitó totalmente por la cubierta y el Sr. Hale estaba súper cabreado y le hizo salir...

Hice una mueca. —No puedo decir que lo culpo.

—Sí¿Pero tú estás bien?

—Todos siguen preguntándome eso. Estoy bien—le prometí, dejando caer missandaliasen el suelo, así podría dejarlas caer de nuevo.

Rose se materializó entre las sombras. —Tomémonos una foto antes de que Jess y Lauren tengan que irse.

Pronto todo el mundo se había ido, con la excepción de las chicas quienes estaban durmiendo. Rose nos hizo pasar a la cocina, donde un pastel rosa y blanco estaba intacto en la barra. Pusimos velas en ella, cantamos feliz cumpleaños y tomé más fotos, amando cómo las llamas hacían que el cabello de Rose luciera como un desordenado, rubiohalo alrededor de su cara.

Comimos pastel hasta que estuvimos enfermos y luego nos despojamos de nuestra ropa interior para ir a nadar en la piscina. Chapoteamos tranquilamente y hablamos sobre los altos (y bajos) puntos de la noche, acordando que ha sido definitivamente la-ultima-fiesta-de-todas-las-fiestas. Les conté a las chicas sobre mi pseudo-conversación con Edward Cullen y Angela jadeó, casi tragando agua cuando les conté lo que me pasaba.

—Él sabe que mi hermano... ¡ni siquiera fue así!—Gritó ella, apartándose el pelo mojado de la cara—¿Por qué no me dijiste que te gustaba?

—En realidad no le he contado a nadie—suspiré, sintiéndome muda de nuevo.

Asintió, aceptando mi excusa, y estaba alegre. Ya era bastante malo, que yo fuera unaretrasada mental fuera de control, con sentimientos no correspondidos. Lo último que necesitaba era alejar a mis amigas.

La charla se desvaneció después de un tiempo, naturalmente menguando hasta que estábamos flotando en silencio, perdiéndonos en nuestros pensamientos y los cielos la tarde veraniega, aún no caía, una cálida brisa soplaba sobre nosotras vacilante, empujando los árboles, susurrando su salida.

No sé si las demás lo sentían, pero apuesto a que lo ía una corriente oculta de anticipación, como que las cosas habían cambiado de alguna manera.

Casi, como que...nuestras vidas habían comenzado finalmente.