Disclaimer: los personajes de Crepúsculo son propiedad de la señora Meyer, yo solo los utilizo para mi diversión. Así como también, los personajes Christian Grey a E. L. James; Ethan Blackstone a Reiner Miller.

Además, tomamos prestados y con autorización de sus respectivas autoras, los Edward's de Sachita, L'Amelie, Partisan Once, Laura Atenea y a Aryam.

Esta historia salió de una locura esperemos que les guste, es una colaboración entre Aryam Shields Masen y su servidora Maricoles.

Capítulo beteado por Jo Beta Ffad, Betas FFAD

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PRÓLOGO

Diablos por qué no podía tener un Grey, un Dragón como el de Sachita, o un Ethan como el de Desnuda.

Quería un hombre, pero no uno cualquiera. Quería un hombre que me amara violentamente, como los grandes hombres que leía pero ninguno de los que conocía se parecía o se acercaba a mi Grifo hermoso de Contrato, ninguno era Dom, como mi Señor o mi Puto Amo. Se asustaban y salían corriendo.

Mi escritorio seguía siendo un desastre, eran las ocho de la noche y no podía dejar de llorar por el magnífico final de una de mis historias favoritas. Sabía que al otro día Jessica me echaría bronca por no dejar todo en orden pero necesitaba helado y alitas de pollo para subirme el ánimo.

¿Por qué diablos terminaba su historia? Ahora tendría que volver a quedarme haciendo horas extras e imprimirla sin permiso en el trabajo. No creo que les gustaría la idea de que me acabara tres paquetes de tintas, y menos por imprimir a mi Dragón.

Entré en la oficina vacía, miré por los ventanales y vi una estrella fugaz.

—Estrellita, estrellita fugaz mándame un hombre que sea como el Dragón, como la Bestia de Atenea, el Grifo de Aryam, como el Señor de Amelie, como el Grey de E.L. James, como el Puto Amo de Partisan, como Gideon, que sea sucio y retorcido como Eric, ya de perdida como el soso de Ethan. Por favor. Por favor.

Cerré los ojos mientras pedía mi deseo. Odiaba ser secretaria, odiaba trabajar para gente que solo se fijaba en mis errores que, si bien es cierto eran muchos, pero no era perfecta. Salí de la oficina del jefe.

Me acerque a mi lugar, eché todos los papeles que me faltaban en una caja que escondí bajo mi escritorio y salí del edificio con destino al supermercado. Necesitaba gasolina, una razón para seguir. Sin el Dragón, con el Puto Amo a punto de terminarse, el Grifo había dejado hace rato el fanfiction. Necesitaba algo en lo que conseguía otro nuevo amor.

Mi teléfono sonó, era Rosalie.

—Bellita, Bellita. ¿Qué haces leyendo y muriendo? Debes dejar de leer y ponerte a vivir. Quieres un hombre pero no sales a buscarlo. Anda, vamos hoy a la disco. Vamos a mover el bote.

Odiaba que Rose me llevara a bailar, lo que yo quería era ir a releer al Dragón. O a leer de nuevo a mi Iceman. Pero en algo tenía razón, necesitaba conocer a un hombre.

—Está bien Rose, ¿dónde nos vemos?

—Wow, ¿en serio vas a venir? Paso por ti en media hora.

—Apenas voy para mi casa. Estaba en la oficina.

—Bella, exactamente ¿dónde estás?

—Voy a entrar al metro.

— ¿En la estación cerca de tu oficina?, espérame ahí que estoy cerca.

Rose colgó y me quedé parada. Miré al cielo y grité:

—Más te vale maldita estrella fugaz que me consigas a mi hombre y que sea rico. Muy rico.