Bleach como sus personajes son propiedad de Tite Kubo-san

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Capítulo Dos. Mamá y Papá

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En el justo instante de su despertar, Uryuu se había hecho la idea de en dónde es que se hallaban y el cómo. Lo que no lograba comprender era el por qué. Tampoco sus teorías podía sacarlas a luz puesto que delante de él habían puros enemigos… Así lo habían considerado a él Kurosaki, Kuchiki-san, incluso Inoue, cuando lo vieron marchar delante de Ywach vistiendo aquel uniforme.

Masaki imitó la acción de un concentrado Isshin y miró, por el rabillo del ojo, al que hace varios minutos la pequeña chica de ojos negros llamó Toshiro quien había decidido sentarse con el rostro mirando hacia la puerta entreabierta.

Los Ancianos Quincys no solían hacerlo, ya sea porque tal vez ninguno había estado allí y no tenían información acerca o por su radical desprecio a los shinigamis. Empero durante su amistad, Isshin había contado a Masaki tantas cosas acerca del cómo era la Soul Society, que en su mente se mezclaba la fantasía con lo verdadero y cierto. Aun así una de las cosas que tenía informadas es que el haori se trataba de un distintivo de uso exclusivo para los Capitanes del Gotei 13. "Aunque no parece ser la razón por la que ella lo conoce…" Con un picor en el pecho dejó caer sus ojos en la preadolescente, que estaba de rodillas junto al durmiente cuerpo de quien había resultado ser su hermana. Masaki extrañamente, se había encontrando agradeciéndole mentalmente a Ryuuken haber ayudado a cargar en brazos, hasta allí, a la pequeña.

Todos estaban ya en la tienda de Urahara, a salvo de lo que fuese que les había pasado. Además de la pequeña castaña, aún seguía inconsciente el niño de cabello rubio y ropa totalmente negra, más por lo oscura que se había puesto la sangre seca que porque fuesen naturalmente así sus prendas… aunque la única en tenerlo en cuenta era esa joven de cabello anaranjado, pues en ese mismo momento se hallaba colocando su extraño poder sobre él.

—Es bastante sorprendente —afirmó Isshin junto ella, asiéndola asentir internamente, viendo la solemne expresión de esfuerzo en el rostro de la chica— hasta ahora no había visto esa habilidad.

Urahara dio unos pasos hacia la chica, extendiéndole un vaso al ver que terminaba su labor. —Te lo doy en ese instante porque estoy seguro de que no me lo habrías permitido sin curar primero a tus amigos ¿No?

Dispersos en la tienda Uryuu, Ichigo y Rukia también se hallaban ya vendados luego de haber sido curados mediante el escudo de regresión de Inoue. Los únicos rastros de sus anteriores heridas, se mostraban en el dolor previsible al moverse así como en sus ojos que reflejaban una culpa tan profunda que el ambiente no resultaba agradable para nadie.

Orihime hizo un intento de sonreír, pese a que su gratitud era genuina no pudo lograrlo como hubiese deseado. —…Muchas gracias.

—Ayudará a tu reishi —aseguró serenamente, indicando con la vista a Tessai que sirviese brebajes a los demás.

—Gracias —pese a su particular situación, Uryuu se vio obligado a agradecer. Su mente había estado divagando más en sus teorías, sin dejar de lado a que su padre se hallaba frente suyo dándole la espalda, seguramente concentrado en sus propios pensamientos. Al segundo apartó los ojos, ya apenas llegar cuando casualmente tuvo un contacto visual con Kuchiki, ella apartó la mirada.

Estaba resentida por la situación, dolida no sólo por Ichigo. "Es obvio que lo considere mi culpa" pensó Uryuu "aclarando todo, para ellos yo soy el único culpable, seguramente" Hablando de Ichigo…

Éste recién venía de otra habitación, acabando de cambiarse la ropa por otras que Isshin había ido a buscar a su casa. Apenas se oyeron sus pasos, Masaki posó sus ojos en él, con una recelosa angustia contenida. Ella había querido preguntarle cómo se sentía o simplemente abrazarlo, tratar de borrar esa horrible expresión de dolor que sus ojos tenían y que se esforzaba por ocultar.

—A pesar de lo que les ha sucedido —comenzó Urahara, alternando su vista entre cada uno de todos los desconocidos—, hay varias preguntas que debo hacerles.

"Es algo que estaba previsto" Uryuu entrecerró los ojos, preguntándose él mismo si Kurosaki intervendría a aquello pero en vez de verlo decidió hacerlo él mismo. —Es probable —dijo lentamente— que usted mismo haya llegado a comprender gran parte la situación.

Hubo un tenso minuto de silencio, tras el que Urahara se enserió aún más para después observar a Isshin, Ryuuken y Masaki. —Les pido, por favor, que se retiren.

—¿Eh? ¿Hablas en serio? —reclamó al instante Isshin, estupefacto. Él quería saber qué diablos sucedía, qué es lo que les había pasado a esos chicos. Por qué la niña de cabello negro lo veía como si estuviese viendo un fantasma, o un hollow en su defecto. ¡Sobretodo porque Toshiro había tratado de cortarle antes!

A Masaki le pasaba lo mismo que a Isshin, también a Ryuuken cuya curiosidad se incrementaba respecto al qué hacía un Quincy entre tantos shinigamis que además, se notaba, no lucían del todo conformes con su presencia.

Masaki se forzó a aceptar, conformándose de saber que Urahara no les negaría respuesta si más tarde fuese necesario. De inmediato posó sus ojos en el joven que tanta atención le gustaba quitarle, observando igualmente a la preadolescente sentada y su hermana inconsciente. —Isshin y yo vivimos en la Clínica Kurosaki, no está muy lejos de aquí —agregó, ofreciéndoles una sonrisa—. ¡Pueden pasar para cualquier cosa que necesiten! —y se aproximó a la puerta.

Tessai cerró la puerta tras la ligera despedida.

Cuando notaron los reiatsus los suficientemente lejanos como para que volviesen, Urahara se acomodó en su sitio.

Ichigo asimilaba todo, pesadamente al ver a sus hermanas. Karin que se había colmado de emociones, por todo lo sucedido en esas últimas horas, no pudo evitar soltar las mismas palabras que con tanto anhelo quería él decir: —Mamá… Papá

Tal como Uryuu predijo, Urahara no mostró algún signo de sorpresa. —Así que, es cierto.

—¿Podrías decir, en realidad, qué es? —enfatizó con un matiz de molestia Ichigo, presionando dolorosamente su puño— ¿¡Qué...qué es esto!?

—Primero me gustaría que me dijesen sus nombres, no sé si lo sepan o no —se presentó— Soy Urahara Kisuke, antiguo Capitán del Doceavo Escuadrón y Fundador del Departamento Tecnológico del Gotei 13.

Nuevamente, un vacilante silencio se dio.

El único Quincy presente habló, no tenía caso ocultarlo. —Ishida Uryuu.

—Inoue —habló— Inoue Orihime —miró ligeramente al fullbringer dormido—, él es Yukio-kun.

—Kuchiki Rukia —aunque ella sintió que él debía saberlo.

—Hitsugaya Toshiro —se presentó a pesar de tener el mismo presentimiento que la teniente.

—Kurosaki Karin —se adelantó, ante el silencio de su hermano— y Kurosaki Yuzu.

Urahara miró a Ichigo esperando a que le contestase y tal y como esperaba, tras un resoplido dio la respuesta a su pregunta: —Kurosaki Ichigo, anterior Shinigami Sustituto de Karakura.

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Debía cederle victoria a Urahara-san. No hubiese aceptado su ayuda de saber su plan de respaldo. No permitirle quedarse en su tienda, lo que le hacía verse obligado de buscar otro lugar para alojarse. No es que no pudiese conseguirlo peor tener problemas con la actual Soul Society no es lo que buscaba, así que aunque en un principio se había negado a ir a la mansión Ishida, al final acabó aceptando pues le habían puesto bajo vigilancia de Ryuuken y de esa forma sería más fácil.

"Ryuuken..." Él no había querido encontrarse con su padre, verlo siquiera. No de ese modo, ni de ningún otro.

La mansión estaba tal y como la recordaba en su infancia, antes de irse a vivir por su cuenta con su abuelo. El lugar se notaba inmenso a simple vista. Espacioso, silencioso. Según tenía sabido, su abuela no estaba ya con vida. Ryuuken manejaba el Hospital, habiéndose deshecho de todos en la servidumbre por motivos que intuía.

Todos salvo una...

Katagiri se presentó de repente en la sala donde Uryuu la había visto marchar, tras haberles servido unas tazas de té a ambos, hace varios minutos. —La habitación que pidió está lista Ryuuken-sama —cuando vio que su amo asentía con la cabeza, se retiró sin dar un vistazo atrás.

Pensó que ella cumplía muy bien su labor. Hasta ahora no le había mirado, ni un momento. "O quizá no le intereso" se dijo con pensar. No le molestaría, todos comenzaban a odiarlo últimamente. Que su madre misma lo hiciese "No la culparía, es el tipo de persona que se da cuenta de cómo son las personas realmente"

Ryuuken fijó su total atención en el distraído rostro de su hijo – a pesar de que aún no sabía que lo era – y en cómo cambió su semblante al verse desinteresado de Katagiri. Una chispa de sentimiento vibró en su pecho.

No dijo nada.

Desde la cocina Katagiri Kanae cerró suavemente los ojos, con una sensación de nostalgia instalándose en su interior al haber notado una morada mancha en la mejilla izquierda del joven que se había presentado esa tarde.

Le preocupaba que la herida fuese reciente, así se veía.

—Uryuu-san —pronunció— Uryuu... —sonrió.

Le gustaba ese nombre.

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Toda la seriedad y preocupación que hasta hace horas había tenido Isshin, se vieron transformadas en una mueca de sorpresa. Sus ojos hechos puntitos lejanos.

—No, esto no… ¿Le gustará el azul o el rosa? Mmmh… ¡Oh mejor los dos, una para cada una! —sonrió observando las camisetas que había sacado de su armario. Alrededor de ella había un círculo de ropa y otras prendas arrojadas sobre la cama. Cuando notó a su novio tras ella, sonrió con más alegría. —¡Isshin! —se acercó a él con una sonrisa contagiosa— Ya que estás sin hacer nada ¿Podrías buscar más mudas de ropa tuya? Solo pantalones —agregó— Je, je ¡No se te dan bien escoger camisas!

—¿Eso es para los chicos? —preguntó aunque le pareció obvio.

Casi anochecía, siendo que habían pasado varias horas desde todo el asunto.

Quince minutos desde el llamado de Urahara preguntándoles si no había problema en que algunos de los chicos de esa tarde se quedaran en su casa. Masaki había aceptado chillando emocionada, una emoción que Isshin había notado en ella en el momento en que sus ojos vieron al joven de cabellos naranjas.

Raros cabellos naranjas. "Me pregunto si él y esa chica de cabello parecido tendrán parentesco" También seguía cuestionándose el porqué de la actitud de su antiguo tercer al mando para con él. Suspiró cansado, la próxima vez que viera a Urahara le exigiría una explicación a lujo de detalles. Sabiendo de antemano, no podía sacárselos a Ichigo aunque estuviesen en la misma casa. No quería ser tan desalmado para preguntarle sobre algo que se notaba le había doloroso.

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Con Karin a su lado y una inconsciente Yuzu cargada en su espalda, Ichigo acercó la mano a la puerta dudando si abrir o no. Su hermana no decía nada, como él ella estaba dudosa de qué hacer o en qué pensar.

Kyōka Suigetsu es capaz de manejar la percepción de las personas, confundiendo sobre qué entorno tienen a su alrededor. Es enteramente posible que Aizen haya utilizado este recurso en varias ocasiones contra el Vandereich, contra Ywach.

Ahora que lo dices... —Ichigo meditó, durante su primer enfrentamiento con aquel sujeto parecía haber sentido el poder del Aizen...¿De algún modo le habría ayudado contra el rey Quincy?

Podemos suponer que, en X momento y por X razón, Aizen se vio obligado a crear su propio plan contra él. Un plan que, como saben, los incluye.

Sin embargo puede que esto sea obra de Kyōka Suigetsu —Hitsugaya miró al hombre, con rabia contenida—, que esto no sea real.

Si no fuese real estarías muerto —lo desafió Karin— Pero por lo que vemos, solo te quedan vendajes.

Urahara-san tiene razón —Uryuu confirmó—. Es cierto que va contra nuestra lógica-

Como también va contra nuestra lógica el que te hayas unido al Vandereich —le cortó Ichigo, mirándolo con rencor.

Ichi-

¡No digas que no piensas lo mismo, Rukia! —miró a su amigo— ¡Por poco y todos morimos e Ishida no hizo nada para evitar absolutamente nada! —miró al Quincy— al contrario, decidió ayudarlos a ellos.

No sé por qué causa me recriminas —la mirada de Ishida fue de total indiferencia—, siempre te he dicho que un Quincy es enemigo de un Shinigami.

No había faltado más para que Ichigo le golpeara su puño en la cara.

—¡Ichigo, Karin, Yuzu! —el sonoro grito lo llamó.

Al llevar los ojos al frente se encontró con nada más y nada menos que una joven, de cabello castaño oscuro que le caía graciosamente hasta los hombros y un fleco que no había llegado a cubrir la expresión de grandes ojos ámbar. Tras la hermosa joven que había abierto la puerta, el hombre no más alto que él era una versión más rejuvenecida de Isshin.

Podría decir que había un parecido, si uno se fijaba bien.

—Ma...Masaki-san —por suerte corrigió, había estado a punto de llamarla mamá. Ella no llegó a notarlo.

—Vamos pasen —les invitó entusiasta, Ichigo vio cómo Karin agachaba ligeramente la cabeza— Seguramente deben tener hambre.

Ver a su madre así. Tan de repente, tan enérgica, verla con vida. Había sido un golpe de emociones muy extrañas, revueltas, no se imaginaban que alguna vez podrían haber vuelto a verla sonreír.

No sabían cómo se lo explicarían a Yuzu cuando despertase, pero esperaban que eso pasara pronto.

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Mi idea de aproximación a la edad de Masaki. Supongo que, al conocer a Isshin, ella debió haber tenido 15 o 17 – guiándome en mi modo Kubo interno o sea, con los subliminales xD– pero debido a que es menor que Ryuuken le fijé como edad quince años.

Resumiendo, hice un cambio con el capítulo anterior el cual luego es probable que edite. Aquí Masaki tiene alrededor de 21 años, según las palabras de Isshin ya que en el momento de tener a Ichigo ella debió haber estado en la universidad.

Perdón si les ha parecido corto, los próximos serán más largos lo prometo. ¡Agradezco mucho sus comentarios y lamento la demora! Es que...soy bastante lenta para escribir. Cualquier cosa que no se haya entendido me preguntan ¿si?

¡Muchas gracias por leer, los quiero a todos! ^/^