HOLIS! BUENO, PERDON POR LA TARDANZA, AQUI LES DEJO EL CAPITULO, ESPERO QUE LO DISFRUTEN.
NOS LEEMOS MAS ABAJO... BESOS!
LOS PERSONAJES LE PERTENECEN A MI HEROÍNA Y DIOSA MEYER.
LA HISTORIA ES ABSOLUTAMENTE MI XD
Capitulo beteado por Yeya Cullen, FFAD. www facebook com / groups / betasffaddiction
Capítulo 5:Comportamientos Extraños
EPOV.
Me encontraba frente a la habitación de Isabella porque Esme me pidió que la llamara a cenar.
Siempre escuchaba a Alice y mi madre hablar de la remodelación, pero jamás imaginé que estaríamos en el mismo piso, mucho menos en el cuarto continuo, debía decir que estaba sorprendido.
Golpeé la puerta esperando que respondiera, pero no lo hizo. Repetí la acción tres veces más y tampoco, por lo que decidí entrar.
—¿Isabella? —la llamé. Todo estaba oscuro, me acerqué lentamente a la cama para estar seguro que dormía. Era hermosa, me cautivó desde el primer momento y era imposible para mí dejar de mirarla, tenía un rostro angelical—. ¡Dios! Eres preciosa —susurré lo más despacio posible para no despertarla. Se giró dándome la espalda, mi corazón se detuvo al pensar que me había atrapado.
Me asomé sobre su hombro para asegurarme que aún no despertaba, un aroma a fresas me inundó las fosas nasales haciéndome estremecer. Suspiré aliviado al ver que seguía descansando.
¿Debería despertarla? Parecía tener un sueño placentero, era maravillosa la ternura que reflejaban sus facciones. Se abrazó a la almohada soltando un quejido, subiendo las rodillas a la altura del pecho, supuse que tenía frío así que saqué una manta del armario y la tapé con ella, dejándola dormir.
Me alejé de la cama hacia la puerta para retirarme, pero antes volví a echarle un vistazo, suspiré y salí de allí.
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A la mañana siguiente tuvimos un encuentro incómodo en la cocina: estaba de espaldas dentro de la heladera en ropa interior cuando ella entró. No fue mi intención hacerla sentir así, pero tenía la costumbre de andar por la casa semi desnudo, tampoco creí que se levantaría tan temprano.
Jugué un poco con Isabella al darme cuenta que me miraba, preguntándole si le gustaba lo que veía, una sonrisa socarrona se extendió por mi rostro al salir de la cocina. Iba a disfrutar un poco de la situación.
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Una canción movida me despertó, el celular indicaba que eran las nueve de la mañana, al parecer Bella no había podido dormir porque la música venía desde el otro lado del cuarto de baño. En silencio fui hasta el tocador, al mejor estilo 007, para poder ver qué estaba sucediendo sin que me notaran.
La suerte estaba de mi lado ya que la puerta de la habitación se encontraba medio abierta, me asomé de forma cautelosa y la pude ver: era lo más hermoso que alguna vez haya podido ver. Bella se bailaba al ritmo de "We found love" mientras me deleitaba con el espectáculo.
Alice intentaba imitar sus movimientos, pero la enana lucía como un robot lo que me hacía taparme la boca para no reír muy fuerte.
—¡¿Qué estás haciendo?! —exclamó Emmett detrás de mí dándome el susto de la vida. Lo empujé tratando de que las chicas no notaran nuestra presencia.
—¡¿Estás loco o qué?! —escupí entre dientes—. ¡Casi me das un infarto! Pareces un niño.
—¿Que hacías Eddie? ¿Espiando a Isabella? —rió—. Eso no se hace...
—¡Baja el tono! —murmuré—. ¡Y no me llames Eddie! Me haces ver como un idiota. No, no estaba husmeando, sólo quería saber de dónde venía la música —mentí, aunque no muy bien al ver la expresión de mi hermano.
—¡Oh! Está bien. Lo que tú digas —dijo mostrando una sonrisa burlona—. Pero límpiate un poco, tienes baba justo ahí. —Estiró la mano pretendiendo limpiarme la barbilla. Antes de que pudiese regañarlo, comenzó a reírse a carcajadas, haciendo que me atraparan.
—¿Qué sucede aquí? —preguntó Alice entrando, cruzada de brazos.
Bella se encontraba detrás de ella tratando de ocultar la pequeña sonrisa que escapaba de sus labios para luego imitar la posición del Duende.
—Sólo vine a avisarles que mamá nos espera para desayunar —mentí—. Emmett vino a decírmelo.
Mi hermano asentía con la cabeza mientras se mordía el labio para no dejar escapar una risotada.
—Es verdad —confirmó sonriendo.
—De acuerdo —contestó Alice con un poco de duda. Se quedó unos segundos estudiando nuestros rostros, como esperando que alguno de los dos dijera algo que nos dejara en evidencia, clavando su mirada en mí—. Nos vemos abajo. —Todos asentimos—. Mmm, ¿Bella?
—¿Si? —Se giró para mirarla.
—Me fascina como bailas —sonrió—. Debes enseñarme más movimientos. —Ella se ruborizo y sonrió como respuesta. Se fue de la habitación tarareando la canción que habían estado escuchando. Bella se puso las manos en los bolsillos volteándose.
Nos miramos fijo sin decir nada, se mostraba algo avergonzada pero parecía disfrutar un poco de la situación mientras que por mis venas corría un deseo imposible de frenar.
—Estoy jodidamente perdido —pensé.
Emmett se aclaró la garganta llamando nuestra atención. Lo observé indicándole con los ojos que se retirara.
—Bueno… yo también me iré. —Señaló la puerta—. Eddie compórtate, ¿si? —Sonrió subiendo las cejas sugestivamente. Voy a matarlo si vuelve a llamarme así. Observó a Bella—. Nos vemos abajo pequeña. —Guiñó un ojo saliendo de la habitación y cerrando la puerta tras él. Volví mi vista hacia ella que me sonreía, mordiéndose el labio inferior.
¡Oh jodida mierda! He muerto.
Con un pequeño gesto me tenía completamente excitado. ¿Cómo demonios lo lograba?
—Edward —me llamó la atención.
—¿Si? —respondí embobado. Guardó silencio unos segundos, sonrió de lado y me señaló con el mentón.
—Te has dado cuenta que aun estas desnudo, ¿no?
Fruncí el ceño confundido mirándome, cierto todavía no me había vestido. ¡Y nadie fue capaz de decir nada! No soy idiota, sabía que estaba en boxers, pero no tuvieron la decencia de hacerme poner un par de pantalones, al menos. ¡Mierda! Mientras estaba en mi cuarto no había problema, pero frente a Bella…
Aunque parezca increíble, me sentía incómodo y, ¿nervioso?
¡Jamás me había pasado!
Cuando me percaté de que "mi amigo" estaba mostrándose en todo su esplendor deseé que la tierra me tragara.
Tomé la toalla más cercana tratando de cubrirme, pero fue inútil: mi sutil compañero seguía emocionado, haciendo que sea perceptible a través del pobre escudo que tenía en las manos. Bella negó con la cabeza lentamente mirándome la entrepierna sonriendo y retirándose del cuarto de baño.
—Lo s… s... siento. —¡Perfecto! Ahora tartamudeaba. ¿Qué carajo me pasaba? Se giró sólo un poco, lo suficiente para poder observarme.
—No lo hagas. Es algo natural, ¿no? Me refiero a que… a todos los hombres suele pasarle. —No le dio importancia mordiéndose el labio inferior tratando de ocultar la sonrisa. Se estaba burlando de mí, siendo sincero me molestaba y excitaba a la vez. ¿Acaso eso era posible? Fruncí el ceño ante las reacciones corporales que tenía frente a esta chica.
—Voy a cambiarme para ir a desayunar.
—De acuerdo. Y… Emm... Deberías… —Señaló con el dedo hacia mi entrepierna—. Encargarte primero de ese asunto. —Sonrió dejando que sus perfectos dientes quedaran al descubierto, sólo atine a darle una mueca en respuesta negando con la cabeza. Pude ver cómo disfrutaba de la situación, cobrándose a la perfección el momento incómodo que horas atrás le había hecho pasar. Se dirigió hacia su habitación y antes de cerrar la puerta murmuro—: Nos vemos abajo… Eddie.
¡¿Qué mierda?!
Me guiñó un ojo y cerró la puerta dejándome en el tocador solo, completamente aturdido.
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La familia estaba sentada alrededor de la isla esperando que Esme sirviera el desayuno, no me extrañaba que Carlisle no estuviera, era una costumbre que se fuera sin comer por la cantidad de trabajo que tenía en la oficina.
Bella y Alice estaban parloteando entre ellas sin prestar atención a su alrededor. Isabella se reía de algo que la Duende le susurraba, era incluso más hermosa sonriendo.
—¡Oh Edward! Buenos días amor —saludó mi madre mientras preparaba café—. ¿Has dormido bien?
—Muy bien, gracias —contesté sentándome al lado de Emmett. Miré a Bella, le sonreí haciendo que sus mejillas enrojecieran.
—Esme, ¿necesitas ayuda? —cuestionó desviando la mirada de la mía, se acercó para tomar las tazas que estaba a punto de dejar sobre la isla.
—¡Oh, no mi niña! No te preocupes. Siéntate junto a los demás, ¿si? —sonrió mamá, ella hizo lo mismo en respuesta pero insistió:
—Por favor, déjame hacer algo. No es correcto que te encargues de todo sola. —Fue al refrigerador sacando unas frutas—. Podría preparar el zumo, ¿de acuerdo?
—Está bien, pero sólo por hoy. A partir de mañana Sue será quien lo prepare —acordó Esme.
—¿Sue?
—Es nuestra nana. Ayuda con los quehaceres de la casa —comentó Alice mientras ponía mermelada en el pan tostado—. Está con nosotros desde que éramos pequeños, es como de la familia.
—No fue fácil criar a tres pequeños traviesos, Bella. Emmett tenía cuatro años cuando Alice y Edward nacieron, necesitaba ayuda extra —aseguró mamá.
—¿Ellos son mellizos? —preguntó realmente sorprendida.
—Si, aunque soy el más hermoso e inteligente —aseguré sonriéndole y burlándome de mi hermana. Alice curvó una ceja para luego sacarme la lengua como si tuviera dos años. Bella asintió sonriendo por la mueca de la Duende.
—¿Dónde se encuentra Sue ahora, ma? —custionó Emmett mientras comía los huevos revueltos.
—Tiene el día libre, por eso hoy preparé el desayuno —dijo mientras servía café en una taza.
—Aquí está. —Bella se acercó con la jarra llena de zumo de naranja, nos sirvió un poco a cada uno. Esme se acomodó al lado de Alice disfrutando un desayuno en familia. Bueno, casi.
Hacía mucho que no compartíamos esta hora del día con mi madre, solía ir al hospital mucho antes de que nos levantáramos, la Nana nos esperaba con con todo listo antes de ir al Instituto.
—Bueno, familia —Carlisle entró a la cocina con el maletín en la mano—, me retiro. Tengo que estar en la alcaldía a las… —miró el reloj pulsera—, diez treinta para una reunión.
—Como sea —murmuré tomando un poco del café, pero Emmett logró escucharme.
—Edward —regañó dándome una mirada de enojo.
Esme se acercó a mi padre, lo besó, acomodando el cuello de su camisa le dijo:
—Que tengas un lindo día amor.
—Gracias cielo. —Le devolvió el beso para luego agregar—: ¡Oh me olvidaba! Esta noche tenemos una cena en la casa del director de la Universidad de Seattle. Como saben, debemos asistir.
—¡Perfecto! —exclamó Emmett sonriendo. Pude ver que Bella se encontraba algo asustada.
—¿Yo… yo también debo ir?
—Por supuesto Bella, mi padre debe presumir la buena acción que hizo contigo —comenté con sarcasmo.
—¡Edward! —gritó Esme.
—Está bien amor, déjalo. Estoy acostumbrándome a la nueva actitud que ha tomado —murmuró mientras me fulminaba con la mirada.
—Bella cariño, debes venir. No puedes quedarte sola en casa. Si Sue estuviera aquí, no tendríamos ningún problema en que te quedaras —sentenció mamá.
—Es… emmm... No lo sé Esme. —Ella jugaba con sus manos mostrándose nerviosa.
Esto debía ser incómodo, la obligaban a ir a una reunión de negocios con personas que no conocía, normal para nosotros, pero no para Bella, apenas estaba a gusto en casa y ya la querían arrastrar a los compromisos de mis padres.
Sin siquiera detenerme a pensarlo dije:
—Puedo quedarme con ella para hacerle compañía. —De acuerdo, hasta yo mismo me sorprendí ante el arrebato. Un silencio sepulcral inundó la cocina, todas las miradas estaban en mí.
—Si,claro —exclamó Emmett con tono de burla.
—¿Qué? —pregunté con exasperación ya que seguían mirándome. Bella era la más asombrada, se puso de pie mirando a mis padres.
—Puedo quedarme sola, estoy acostumbra.
—Cariño, no me sentiría tranquila dejándote. Lo siento —expresó mamá tratando de hacerla comprender. El anterior silencio incómodo se volvió a sentir, mis padres trataban de encontrar una solución. Carlisle suspiró.
—De acuerdo. Te quedarás esta noche, pero… —prosiguió—, no sola. —Bella me miró asustada, temiendo que aceptara lo que había ofrecido hace unos minutos—. Alice también lo hará —sentenció.
—¡¿Qué?! —exclamó Alice enfadada mirando a Bella—. Me caes bien, lo sabes. Pero, ¡papá quería ir a esa cena! Edward acaba de ofrecerse para quedarse con ella. ¿Por qué tengo que hacerlo yo?
—¿Crees que dejaremos a tu hermano solo en casa con ella? —cuestionó irónicamente Carlisle.
—¡Hey hey hey! ¿Qué les ocurre? —dije ofendido—. ¿Cuál es el problema? No soy un maldito violador o algo de eso, ¿saben? Quiero hacerle compañía nada más.
—Nadie está diciendo eso hijo, no me parece correcto que se queden solos, por eso decimos que también podría hacerlo Alice —acotó mi madre.
—No me molestaría tampoco quedarme con ellas —argumenté tratando de ganar la discusión.
—Pero… —Fulminándola con la mirada no dejé a la Duende terminar la frase.
Esme y Carlisle estaban teniendo esas típicas charlas en silencio, de verdad las odiaba. ¿Cómo diablos podían comunicarse a través de miradas? Es ridículo.
Emmett devoraba el desayuno mientras sonreía negando con la cabeza. Por alguna razón estúpida, que sólo en su mente tenía sentido, todo esto era gracioso.
—De acuerdo Edward, te quedarás esta noche en casa con las chicas.
—¡Si! —sonreí triunfante.
—Pero escucha bien. —Ok, ahora venia el típico sermón de papá responsable—. Nada de fiestas, ni salidas. —Me apuntó con el dedo para dar énfasis a lo que quería decir.
—Jamás haría una cosa así —pensé con sarcasmo.
Como tenía "prohibido" pisar fuera de la casa o traer a un grupo de personas, llamaría a mi mejor amigo Jasper para un poco de apoyo moral y tal vez podría traer unas cervezas. No dijeron nada sobre beber mientras hacia de chaperón.
Sonreí internamente.
—De acuerdo, todo en orden. Debo irme, estoy retrasado —anunció Carlisle observando nuevamente el reloj—. Adiós chicos. ¡Tengan un buen día! —Besó a mi madre una vez más y salió de la casa.
Alice no estaba muy feliz, de verdad quería ir a esa estúpida cena, no entendía la emoción por algo tan aburrido como las reuniones sociales del gobernador, aunque apostaría cualquier cosa que su buen humor volvería cuando se entere que llamaría a Jasper.
La Duende estaba loca por él, aunque mi amigo tratara de demostrar lo contrario, también sentía cosas por ella, lo que era inaceptable. ¿Acaso no conocía ese dicho de que las ex novias, madres y hermanas de tus amigos tienen bigotes? Traduciéndose en: debes girar la cabeza hacia otro lado y poner atención en otra chica que no sea Alice.
Pueden pensar lo que quieran pero cuido lo que es mío, la enana es una de las personas más importante de mi vida, me costaba ver que no es más una niña. Aún tenía la manía de sobreprotegerla, no me culpen.
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La tarde caía, mis padres y Emmett se preparaban para la cena. Alice no salió de su habitación en todo el día, estaba realmente molesta por tener que quedarse en la casa.
En la sala se encontraba Bella en el sofá con el ordenador acomodado en sus piernas. Tomé el control del televisor, señalando la pantalla.
—¿Te molesta si lo enciendo?
—No, está bien —contestó con una pequeña sonrisa, volviendo a poner atención al ordenador.
Me senté en el sofá, manteniendo una distancia prudente entre nosotros. Mientras pasaba los canales, la observaba tratando que ella no lo notara, a decir verdad nada me llamaba más la atención en estos momentos, que ella. Me detuve unos segundos en MTV y antes de que pudiese seguir, un grito me detuvo.
—¡Espera ahí! —exclamó Bella
—¿Qué? —pregunté desorientado.
—No cambies, por favor. —Acomodó el ordenador sobre la mesa que se encontraba frente al sofá, poniendo toda la atención en el televisor.
Miré la pantalla para descubrir qué era lo que la había emocionado tanto: un clip de Maroon 5. La miré alzando una ceja, no podía creer lo que estaba soportando por ella.
—¿Maroon 5? Es broma, ¿no?
—Wake you up In the middle of the night to say… I will never walk away again, I'm never gonna leave this bed… —Bella tarareaba bajo maravillada con lo que veía, casi podía jurar que se le hacía agua la boca—. ¿Qué? —preguntó sin siquiera mirarme.
—Déjame decirte que tienes un gusto musical horrible —expresé recostándome en el sofá—. ¡Debes estar bromeando! ¡¿Maroon 5?! —Bella dejó de cantar y me fulminó con la mirada.
—¿Qué quieres decir? —Se cruzó de brazos, frunciendo el ceño.
—¡Vamos Bella! Él canta como si tuviera las fosas nasales tapadas. ¿Cómo puede gustarte? —mascullé echando un vistazo al televisor—. Es más que evidente que sólo llama la atención femenina por los brazos cubiertos de tatuajes. Además son demasiados grandes, debe tomar anabólicos.
—Edward… —Cerró los ojos, inspirando profundamente—. No. Te. Metas. Con. Adam. Soy capaz de matarte si sigues hablando de esa forma de él.
—Ok. Pero sigo pensando que es gay. —Me mordí el labio tratando de ocultar una sonrisa. Estaba molestándola a propósito, se veía realmente hermosa enfadada.
—¡Retráctate! —gritó mientras me fulminaba con la mirada.
—¿Perdón? —cuestioné, haciéndome el desentendido.
—¡Que te disculpes! —Se incorporó y puso los brazos en jarra en la cintura—. Retira lo que dijiste, ¡ahora mismo!
—¿Y si no quiero? —La rete, cruzándome de brazos, apoyando los pies en la mesita. Lanzó un pequeño bufido. Observó la sala buscando algo, fijó la mirada en uno de los almohadones del sofá, lo tomó y lo levantó amenazándome con él—. No te atreverías.
—¿Quieres apostar? —Amagó con pegarme, como una niña me cubrí con los brazos.
—¡No!
Bella empezó a reírse de mí, entonces tomé otro almohadón y la golpeé sin siquiera darle tiempo a cubrirse, las risas cesaron, tenía la boca abierta sorprendida.
—Ahora verás.
La guerra de almohadas comenzó: sus golpes eran claramente mejores que los míos porque estaba en ventaja por la buena posición, yo en cambio, aún me encontraba sentado en el sofá. Me cubría con los brazos, de vez en cuando la embestía con el cojín en las piernas pero me estaba dando una verdadera paliza. Dejé a un lado mi almohada para tratar de sacarle la suya, pero comenzó a tirar más fuerte, cuando pegué un tirón brusco Bella soltó un pequeño grito y cayó encima mio.
Nuestros rostros estaban demasiado cerca uno del otro, apenas unos milímetros nos separaban, podía sentir su respiración agitada como la mía. El aroma a fresas que había logrado estremecerme la noche anterior, me envolvía haciéndome perder la razón. Nos miramos sin decir nada, sólo apreciando sus facciones más de cerca. Cuando miré sus labios me perdí. Deseaba besarla con unas ansias casi imposibles de controlar.
Detuve el pensamiento en el momento, deshaciéndome de ella lo más rápido que pude. Esto no estaba bien, no podía permitirme este tipo de anhelo, no era lo correcto.
El ordenador anunció la entrada de un nuevo mensaje, haciendo que salieramos ambos de la nebulosa en la que nos encontrábamos. Bella desvió su mirada de la mía, se incorporó quedando sentada en el sofá,cerró los ojos por unos segundos y negó con una pequeña sonrisa en el rostro.
Por otro lado, yo aún me encontraba perplejo, la observaba repitiéndome a mi mismo que debía ser fuerte y no caer ante el deseo que sentía por esta chica. ¿En qué estaba pensando? Esto no estaba bien. No podía hacerle algo así a Bella, tampoco a...
La castaña se dio cuenta que la miraba, de forma nerviosa se peinó el palo para atrás y se sentó en la alfombra nuevamente. Pasándome una mano por el cabello, despeinándolo un poco más, traté de apaciguar los latidos de mi corazón y calmar el caos que tenía en la mente.
—¡Oh, no! Jake —murmuró Bella haciendo que le prestara atención, saliera del trance en el que todavía me encontraba.
—¿Jake? —pregunté mientras acomodaba los almohadones en el sofá y me sentaba nuevamente.
—Sí —contestó Alice acercándose a nosotros, sentándose en uno de los sofás individuales. Ni siquiera noté que había ingresado a la sala. ¿Habrá visto algo de lo que ocurrió hace unos minutos?—. Jake es el novio de Bella.
Por alguna razón que no podía explicar, los celos se apoderaron de mí. ¡¿Bella tiene novio?!
De todas formas, ¿por qué me sorprendía? Es una hermosa chica, cualquier hombre desearía estar con ella.
—Ex —aclaró observándome—. Alice, te conté que terminé la relación con él antes de venir a Forks. ¿Recuerdas?
—Sí, pero también dijiste que aún siente cosas por ti. —Se cruzó de piernas dándose aires de conocedora—. Puede que él no haya terminado contigo.
—No te preocupes, estoy más que segura que puse fin a esa relación —contestó poniendo nuevamente atención al ordenador—, sólo está apenado por lo que pasó —sentenció con un deje de tristeza en la voz—. Hace unas horas hablé con una de mis amigas y le conté lo sucedido, supongo que ella debe haberle dicho y… —Tecleó algo en el aparato para luego cerrarlo, dejándolo a un lado.
—Bueno… ¿Tienen pensado algo para esta noche? —pregunté observándolas. La enana levantó una ceja.
—¿De verdad quieres saber? Mmm... Déjame pensar... —Se puso la mano en la barbilla, simulando pensar—. Podríamos buscar algún juego de mesa, cartas. ¡Lo pasaremos genial! —exclamó con sarcasmo. Bella sonrió mientras miraba a Alice con una expresión divertida.
—¡Que pena! Pensé que no tenían nada para hacer, pero veo que tienen prácticamente todo organizado. Así que, Jasper y yo nos encerraremos en mi habitación a ver películas, comiendo deliciosas pizzas —aseguré mientras me levantaba del sofá—. Lamento no haberles avisado antes. —Estaba a punto de retirarme cuando el Duende me detuvo.
—¡Espera! ¿Jasper? —cuestionó tratando de ocultar la sonrisa que se quería extender por su rostro.
—Sí, le pedí que viniera a darme apoyo moral.
Alice se acercó a Bella aplaudiendo feliz, sonriendo a más no poder. La castaña la miraba alegre debido al repentino cambio de humor de mi hermana.
—¿Quién es Jasper? —cuestionó.
—Es el mejor amigo de Edward —explicó la enana—. ¡Debes que verlo Bella! ¡Es hermoso! ¡Tiene una sonrisa de infarto! Ojos penetrantes, llenos de ternura. Cuerpo de ensueño, y….
—¡Alice! —La detuve porque estaba por matarla—. ¿Puedes parar?
—¡¿Qué?! ¡No hice nada malo! Sólo le describo a tu amigo. —Trataba de sonar inocente.
—Creo que te gusta —aseguró Bella con una hermosa sonrisa, mostrando los dientes.
—¡¿Sólo crees?! —contestó Alice. Ambas se echaron a reír sin parar.
Emmett y mis padres entraron a la sala preparados para la cena.
—Mamá, estas hermosa —sentencié sonriéndole.
—Gracias tesoro —murmuró mientras terminaba de ponerse los pendientes.
—¿Y yo? ¿Cómo me veo? —pregutó Emmett parándose derecho mientras se acomodaba la corbata.
—Te ves igual de idiota —afirmé riéndome de él.
Alice y Bella continuaron a las carcajadas mientras el grandote me fulminaba con la mirada, como tratando de matarme.
—Edward no seas cruel con tu hermano. —Esme se le acercó, le acomodó la corbata porque él no lo estaba haciendo bien—. Te ves hermoso hijo. No le hagas caso a tu hermano. —El tonto sonrió como un nene mimado de mamá.
—Muy bien, amor debemos irnos —musitó Carlisle mientras terminaba de acomodarse el saco—. Emmett, debemos irnos. ¿Estás listo?
—Sí papá.
—Edward compórtate, ¿si? Recuerda lo que hablamos: nada de fiestas ni salidas —recalcó serio.
—Lo tengo bien claro Carlisle, relájate. —Me tiré en el sofá poniendo atención al televisor. Esme me besó en la cabeza, saludó a Bella y a la Duende que se encontraban en la alfombra.
—Compórtense. ¡Los amo! —saludó mamá antes de salir de la casa y cerrar la puerta.
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El reloj marcaba las nueve de la noche, Jasper estaba retrasado.
—¿Cuánto más hay que esperar a tu amigo Edward? Tengo hambre, ¿sabes? —dijo Bella con un pequeño puchero, se veía hermosa cuando hacía eso.
—No debe tardar. Ya va a llegar, ¿si?
—Ok, mientras esperamos a mi dulce príncipe, ¿qué les parece si vemos una de las películas que rentamos? —propuso Alice.
—¿Qué tipo películas? —pregunté mirando lo que habían traído—. ¿Crepúsculo? ¿Agua Para Elefantes? ¡¿Cosmópolis!? —exclamé frunciendo el ceño—. ¡Son todas del mismo actor! ¡No voy a estar toda la noche viendo a este idiota!
—¡No le digas así! Es hermoso, —Abrazó las películas como si fueran un osito de felpa—, romántico y tiene un trasero de ensueño. ¡Me dan ganas de morderlo!
Bella se reía mientras escuchaba como la loca persona que tenía como hermana daba una breve y detallada descripción del actor.
—Ya lo dije: no pienso ver esa cosa toda la noche.
—De acuerdo… ¿qué tienes en mente Eddie? —Dejó las películas sobre la mesa y se cruzó de brazos. Saqué las que tenia escondidas debajo del sofá, mostrándoselas. Bella los tomó para leer los títulos.
—¿Actividad Paranormal? ¿Mamá? —Comezó a reirse—. ¿Chucky, el muñeco maldito? —Frunció el ceño negando con la cabeza—. Si tu intención es asustarnos estas películas no lo lograran. Son demasiado malas.
—Como sea… veremos estas —mascullé sacándole las películas de la mano—. No veré el trasero brillante de un vampiro.
El timbre sonó, sacándonos de la discusión.
—Yo abro —sentenció Bella acercándose a la puerta.
Del otro lado se encontraba Jasper con tres cajas de pizza y un pack de latas de cervezas, estaban apiladas de tal forma en la que sólo se le veían los ojos.
—¡Wow! —exclamó mirando a Bella maravillado. Me acerqué tomando las bebidas.
—¡Hola! Tú debes ser Jasper —dijo Bella sonriéndole.
El rubio estaba hipnotizado, no emitía ni una sola palabra boqueando como un pez fuera del agua.
—¿Vas a entrar o te quedarás parado ahí como el idiota que demuestras ser? —pregunté tratando de traerlo de nuevo a la realidad.
—¿Qué? —dijo algo aturdido.
—Entra ya, ¿quieres? —Lo tomé de la nuca, empujándolo hacia adentro de la casa donde casi se le caen las cajas de pizza, Bella sonriendo lo ayudó.
—¡Edward, no seas bruto! —exclamó Alice acercándose a nosotros—. Hola Jazz.
—Hola Alice —saludó centrando su atención por fin en mi hermana, dándole una amplia sonrisa. Idiota.
—Ella es Bella, vivirá con nosotros. —La presentó la Duende mientras nos dirigíamos a la cocina. Bella dejó las pizzas sobre la isla y le tendió la mano para saludarlo.
—Es un placer.
—Jasper. —Le estrechó la mano sonriéndole—. Bien, ¿cenamos aqui?
—La idea era ver películas mientras comíamos. ¿Qué les parece si llevamos las pizzas y cenamos viendo la televisión? —dijo Alice mientras tomaba las cajas.
—Es una excelente idea —acompañó Jazz.
—Genial. —Tomé el pack de cervezas siguiendo al resto a la sala.
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Alice y Jasper se sentaron juntos en el enorme sofá, mientras que Bella y yo lo hicimos en la alfombra. Ella dudó unos segundos: acomodarse junto a mí o en el otro extremo de la mesa.
—Iré a buscar un refresco. —Bella se estaba por levantar pero la detuve tocándole gentilmente el brazo.
—Hay cerveza, no hace falta.
—Disculpa Edward, no bebo alcohol. —La miré incrédulo—. Bueno, no después de la última vez que me descontrolé demasiado —aseguró sonriendo.
—Vamos Bella, bebe una. No va a hacerte daño —sentenció mi amigo mientras le daba un sorbo a la suya.
—Yo si quiero. —Alice tomó una y luego de abrirla le dio un buen trago—. Mmmm, está deliciosa. Bebe Bella.
—No lo sé, la última vez una amiga término sosteniéndome el pelo para no ensuciármelo con mi propio vomito.
Nos reímos y acercándole una lata Alice sentenció:
—Si sólo bebes una no pasara nada. Toma.
Dudo un rato antes de agarrarla, pero al final lo hizo.
Miramos una de las películas que había rentado ya que Alice estaba realmente asustada, por lo que pidió no ver más o tendría pesadillas. De todas maneras no la pasó tan mal: cada vez que podía se escondía en el cuello de mi amigo, algo que Jasper sin dudas disfrutó.
Me hubiera gustado que Bella se asustara igual que la Duende y se refugiara en mí, pero ella se reía cada vez que Alice gritaba aterrorizada.
—¿Podemos hacer otra cosa? —suplicó la enana, se incorporó sacando la película del reproductor.
—¿Qué quieres hacer? —pregunté cruzándome de brazos.
—¿Qué les parece karaoke?
—No Alice, no cuentes conmigo —mascullé.
—¡Oh vamos Eddie! Será divertido.—Tiraba de mi mano para que me incorporara—. Jazz, ¿tú qué piensas?
Lo miré con suplica para que se pusiera de mi lado, pero el maldito me traicionó al estar de acuerdo con la enana, Bella se reía de la situación.
—¿Tú qué opinas? —le pregunté. Se mordió el labio inferior dudando. Juro que si no hubieran estado Jasper y Alice en este preciso momento me habría abalanzado sobre ella para besarla.
Edward, deja de pensar estupideces.
—Me gusta la idea —expresó sonriendo aún mas.
—¡Ok! ¡Empiezo yo! Tengo algunos dvds de karaoke que son realmente geniales. —Alice se acercó al reproductor e introdujo un cd.
Cuando las letras se dejaron ver en el televisor, la Duende empezó a cantar, o mejor dicho a ladrar, mientras seguía la canción, había elegido una tema de One Direction. Al terminar le agradecí a Dios, no sabía si mis oídos soportarían que me siguiera torturando. La aplaudimos con entusiasmo, para luego entregarle el micrófono a Bella.
—Muchas gracias. Te toca.
Bella dudó un poco antes de reincorporarse, se acercó al aparato y Alice eligió su canción.
I Love Rock and Roll empezó a sonar. ¡Perfecto! Una canción más sexy no podía elegir, ¿verdad?
La castaña comenzó un poco avergonzada, con un deje de nerviosismo en las primeras frases, pero de a poco fue tomando fuerza entregándose por completo a la letra. Puedo decir con toda seguridad, que era lo más hermoso y celestial que escuché en mi vida.
Nunca imaginé que tuviera un talento semejante. Cantar claramente era lo de ella, se notaba que le apasionaba hacerlo.
Estaba hipnotizado.
—"He smiled so I got up and asked for his name, but that don't matter he said cuz it's all the same. He said can I take ya home, where we can be alone. And next we're moving on and he was with me, yeah with me. And we were movin' on and singing that same old song. Yeah with me…"
Esa maldita canción irradiaba sexualidad, escuchar esas frases salir de su boca, hacía que mi deseo se intensificara al máximo. Pero eso no fue todo: empezó a moverse al ritmo de la canción, dejándome cada vez peor.
—"Singing I love rock and roll, so put another dime in the jukebox baby I love rock and roll. So come and take some time and dance with me…"
Alice no dejaba de sonreír y bailar junto a bella, maravillada. Estaba seguro que nos tenía de esa forma a todos. Jasper no se movía, tampoco hablaba, ni siquiera estaba respirando: observaba a Bella con la boca abierta hasta el punto en que pensé que comenzaría a babear.
Iba a golpearlo si seguía mirándola así.
Volví a poner atención a la castaña, sus movimientos se tornaron mas sexys de lo que ya eran. Desearía que bailara de esa forma únicamente para mí.
Sentía que el miembro cobrando vida propia, traté desvié los pensamientos hacia otra dirección para no quedar en evidencia delante de los demás.
Piensa en algo feo. Piensa en algo feo.
Al terminar la bendita canción tenía la respiración agitada y una sonrisa enorme en el rostro. Había disfrutado la pequeña presentación, se notaba que hacerlo la hacía sentir viva.
Nos miró esperando que alguien dijera algo, Alice se abalanzó sobre ella abrazándola.
—¡Bella! ¡Dios mío! Eso fue… ¡Maravilloso! —Se sonrojó correspondiendo el abrazo.
—¿Tú crees?
—¿De verdad me lo preguntas? ¡Bella tienes una voz hermosa! Esto fue... espectacular —contestó sosteniendo sus manos.
Me acerqué a Jasper para darle un leve golpe con el codo, haciéndolo volver a la realidad, aún se encontraba en trance observando a Bella.
¡¿Por qué la miraba asi?! ¿No era que estaba interesado en la monstruito que tengo de hermana? De veradd lo iba a golpear con ganas si seguía así.
—Bella, me has dejado con la boca abierta. Realmente cantas muy bien. —Jasper se acercó a ellas, para luego mirarme con un deje de maldad en la mirada—. ¿No lo crees Edward?
—Me siento totalmente hechizado —pensé.
Bella esperaba ansiosa a que respondiera, como si mi opinión de verdad le importara.
—Tienes… un gran talento Bella, una voz increíble —tartamudeé. Sonriéndo agregué—: Escucharte cantar ha sido como un sueño. —Me miró conmovida con la sonrisa aún más grande. Sacudí la cabeza, desviando mi mirada de la suya, deseando hacer desaparecer esos sentimientos tan fuertes que experimentaba con ella—. Aunque… después de lo de Alice, necesitábamos escuchar algo mejor.
—¡Hey! —exclamó la enana tirándome con un almohadón—. No canto tan mal, no lo haré a la perfección como Bella, pero sé defenderme.
—Ok, si tú lo dices. —Me mordí los labios tratando de ocultar la risa.
—Eres un idiota Eddie —afirmó volviendo a poner su atención en Bella—. ¿Has pensado cantar profesionalmente?
—¡No! Alice, ¿qué dices? —dijo la castaña dejando el micrófono sobre la mesa—. Amo cantar y bailar, pero sólo lo hago por diversión —aclaró sentándose a mi lado.
—Deberías considerarlo Bella —intervino Jasper—. Eres muy buena.
—De acuerdo, dejemos de lado esta conversación, ¿si? No me interesa ser famosa y esas cosas. Sólo quiero graduarme, si todo sale bien tal vez me acepten en Julliard —afirmó sonriendo—. Ese es el plan.
—¿Julliard? —pregunté.
—Sí, está en Nueva York. —Por alguna razón sentí tristeza al pensar que un día se iría—. Es uno de los mejores lugares para estudiar música y canto.
—¡Wow! Eso es maravilloso —exclamé tratando de mostrarme entusiasmado.
—En fin… —puntualizó la enana—. Jasper, te toca.
—¿Perdón?
—Te toca cantar. —Le acercó el micrófono, pero él se alejó.
—¡Oh no! Después de Bella, ¿pretendes que cante? —Negó con la cabeza—. Lo siento Alice, pero no pienso hacerlo. ¿Para qué arruinar este lindo momento? Olvídalo.
Se alejó de mi hermana y bebió lo que restaba de su cerveza. Observe la hora en el celular por curiosidad.
—¡Mierda! —grité levantándome.
—¿Qué ocurre? —preguntó Bella.
—Son casi las tres de la mañana, Esme y Carlisle no tardaran en llegar. —Tomé las latas que se encontraban vacías—. Hay que limpiar todo este desastre ahora o tendremos problemas.
—¿Tendremos? —cuestionó Alice
—Ok… Tendré problemas.
—Edward, ayudaremos a limpiar. —Bella sonrió, tomó la caja de pizzas que se encontraban en la mesa—. No te preocupes.
Le respondí con una sonrisa.
—Manos a la obra chicos —apresuró Jasper tomando algunas latas más.
Nos dirigimos a la cocina, colocamos los restos de comida y las latas en una bolsa. Limpiamos todo en tiempo record, una vez terminamos, volvimos a la sala dejándonos caer los cuatro juntos en el gran sofá.
—Bueno, muy lindo todo pero este hermoso cuerpito se retira a descansar. —Alice se levantó acomodándose la ropa.
—Sí, yo debería retirarme también, creo que la idea de beber no fue muy buena —sentenció Bella—. Me da vuelta todo —rió—. Jazz, fue un gusto conocerte, espero verte más seguido. —Se incorporó dirigiéndose a las escaleras—. Alice, Edward, nos veo en la mañana.
—Espérame, subimos juntas. —Alice se acercó a mi amigo, lo besó en la mejilla dejándolo petrificado—. Adiós Jazz, nos vemos.
—Wow. ¿Qué fue eso? —El idiota se tocaba la mejilla mostrándose aturdido, cuando las chicas se habían retirado.
—Eso…es mi hermana. No lo olvides —Le recordé golpeándole la cabeza.
—¡Auch! ¡Está bien! ¡Tranquilo!—gritó tocándose donde lo había golpeado—. Yo también debería retirarme.
—¿Estás seguro? Puedes quedarte si quieres. No deberías manejar después de beber.
—¿Quién eres? ¿Mi madre? Edward, voy a estar bien, no he bebido demasiado. —Tomó su abrigo y nos dirigimos hacia la puerta—. Hablamos pronto, ¿si?
—Como siempre amigo, gracias por hacerme compañía esta noche.
—No hay de qué, para eso estoy, ¿no? —Jasper sonrió mientras se dirijia a su auto. Saludó con la mano dándome la espalda—. ¡Mándale un beso de las buenas noches a Bella de mi parte! —gritó desde el interior del vehículo. Lo fulminé con la mirada haciendo que estallara en risas—. Sabía que algo te pasaba con la chica nueva, ya mañana me contaras todo. —Sin más se alejó haciendo chillar los neumáticos contra el cemento.
¡¿Cómo carajo...?! ¿Acaso era muy notorio lo que me sucedía con ella?.
Jasper era demasiado idiota para entender ciertas cosas a veces, pero él me conocía y se daba cuenta de lo que me ocurría.
Entré a la casa, me aseguré que todo se encontrara realmente en orden y me dirigí a mi habitación. Antes de entrar noté que la puerta de Bella se encontraba abierta. Sin que lo notara, me asomé para observarla.
Estaba dormida.
Pensé en todo lo que había ocurrido en el día, mis sentimientos cuando la tenía cerca, su sonrisa, boca, esa hipnotizante voz y el brillo de en los ojos al mirarme.
—Tengo que parar con esto. No me puedo permitir pensar en ella de esa forma —me regañe.
Pero me resultaba imposible: desde que la vi entrar por la puerta principal no he podido sacarla de mi mente. ¿Qué es lo que me está pasando? ¿Por qué no puedo dejar de mirarla, sentir el deseo de tocarla, estar cerca suyo?
—¡Basta! —me grité mentalmente. Sólo logro confundirme más haciéndome esas estúpidas preguntas.
Volví a mi habitación, sin siquiera tomarme el trabajo de sacarme la ropa, me tiré en la cama, dejándome vencer por el agotamiento físico y mental. Cerré los ojos cayendo en un profundo sueño.
QUE LES PARECIO EL CAPITULO?. LES GUSTO?!
EDWARD ESTA SINTIENDO COSITAS POR BELLA. QUE OCURRIRÁ CUANDO ROSALIE APAREZCA.?
BUENO, SOBRE ESO, COMO YA LES HABIA ADELANTADO EN EL CAPITULO ANTERIOR, ROSALIE ESTA MUY SERCA. PUEDE QUE EN EL PROXIMO CAPITULO YA TENGAMOS NOTICIAS DE ELLA.
QUIERO AGRADECER MUCHISIMO A TODAS POR SEGUIR LA HISTORIA Y POR TENERME DENTRO DE SUS FAVORITOS , A PESAR DE QUE TARDE EN ACTUALIZAR.
SE QUE LES GUSTARIA QUE LO HICIERA MAS SEGUIDO, PERO SINCERAMENTE, SE ME COMPLICA MUCHO. NO SE SI SABRAN, PERO SOY MADRE DE DOS PEQUEÑOS VULTURIS (ASI DE TERRIBLES SON), MAS EL TRABAJO Y ESAS COSAS SE ME ES UN POCO COMPLICADO PONERME A ESCRIBIR TODOS LOS DIAS.
Y PARA AGREGAR UNA COMPLICACION MAS MI NOVIO/MARIDO (ES DIFICIL DE EXPLICAR PORQUE LE DIGO ASI JIJIJ) SE ACCIDENTO EN SU TRABAJO Y AHORA LO TENGO TODO EL DIA EN CASA. YA QUE NECESITA DE MI AYUDA EN ALGUNAS COSAS.
ASI QUE REPITO, GRACIAS POR ESTAR AHI Y AGUANTARME ESAS COSAS.
GRACIAS A MI BETA YEYA! NENA! PERDOOOOOOON! PROMETO NO HACERTE RENEGAR MAS ! VOY A HACER TODO LO POSIBLE LO PROMETO. GRACIAS! te amo!
ESTE CAPITULO ES LO QUE ES GRACIAS A VOS.
MI LINDUUU DUENDE FLAYERO TRAFICANTE DE PALMERAS! TE AMO!
COMO SIEMPRE EXCELENTE TRABAJO! AME LA PORTADA!
CHICAS ESTA NENA ES UNA GENIA CON LAS EDICIONES.
EN FIN GRACIAS A TODAS.
ESPERO SUS REVIEW !
HABER QUE LES PARECIO EL CAP.
BUENO, SIN MAS QUE DECIR, NOS VEMOS EN EL PROXIMO CAPITULO!
BESOS!